INTRODUCCIÓN La obligación para la Administración de motivar sus decisiones constituye un mecanismo de protección jurídica del administrado enfrente a las prerrogativas del poder político, que se concretan en los atributos de los actos administrativos, que son obligatorios y se ejecutan de oficio por la autoridad que los expide. Así el particular, a través del conocimiento de la causa que originó que la decisión que lo afecta y de sus fundamentos de derecho, tienen la posibilidad de ejercer su derecho a la defensa, y eventualmente, el juez administrativo podrá establecer si los motivos que expresa la administración fueron reales y ciertos, y si la autoridad que expidió el acto se ajustó a derecho, conforme así se ha evidenciado en estos últimos años con los diferentes reclamos por la vía administrativa o judiciales que se han presentado en contra del Ministerio de Defensa Nacional. Por ello se hace necesario el que la Autoridad Administrativa tenga conciencia de la importancia que tiene el respecto a la ley y los derechos del administrado, por ello la presente investigación pretende crear esa conciencia y guiarles en la forma en cómo deben motivar sus actos, con la finalidad de prevenir las demandas de los administrados, que dentro de la Institución Castrense los actos administrativos cumplan con un conjunto de requisitos de validez que le dan la legitimidad, dada su significación en el ejercicio de la función administrativa enmarcada siempre por el interés general. 1 El poder que se les otorga a los funcionarios que actúan en el marco de la función administrativa, no es un poder para ejercerlo a su arbitrio y capricho, sino en procura de la mejor consecución de fines colectivos, esto es en beneficio de las personas que conforman la institución militar, por ello a pesar de los grandes inconvenientes que hemos tenido los profesionales dentro de la Institución, para hacer prevalecer el derecho, tenemos la confianza de que paso a paso se logrará una cultura de respecto a la Constitución. En el presente trabajo se utilizó una metodología de investigación general, así como métodos particulares como el deductivo, sobre todo al abordar los primeros capítulos por ser predominantes, doctrinales, paralelamente se utilizó el método histórico dogmático, el descriptivo y eventualmente el comparativo. Las fuentes y herramientas utilizadas en la investigación fueron las legales, doctrinales, así como también la documental. 2 EL PRINICIPIO CONSTITUCIONAL DE LA MOTIVACION EN LOS ACTOS ADMINISTRATIVOS EMANADOS POR LAS FUERZAS ARMADAS CAPITULO I 1. DEFINICIONES 1.1 Como se define el acto administrativo. El término acto administrativo surge en los comienzos de la Revolución Francesa, configurando aquellos actos del Príncipe que estaban exentos de control por la jurisdicción ordinaria. Estos eran los que se llamaban “actos de autoridad”, emanados del poder ejecutivo en ejercicio de sus prerrogativas y no controlables y frente a ellos estaban los “actos de gestión” que provenían de la Administración con carácter patrimonial y jurídico privado y susceptibles de control jurisdiccional, siendo los actos administrativos estos últimos. Es decir podemos definir al acto administrativo como el modo de manifestarse la actividad de la administración pública; pudiendo establecerse diferencias con 3 las otras funciones del estado como la legislativa que promulga leyes y la judicial que dicta sentencias. El acto administrativo no lo es todo en el Derecho Administrativo, por lo que se hace necesario el establecer un claro concepto con el objeto de diferenciarlo de los otros actos jurídicos de la Administración. El acto administrativo en su concepto más amplio, puede ser considerado como el acto jurídico proveniente de una Administración Pública en ejercicio de sus potestades y sometido al Derecho Administrativo. El acto administrativo en su concepto estricto, dado que el acto administrativo adquiere importancia en cuanto afecta a los ciudadanos en forma positiva o negativamente, lo interesante es el control de los mismos, para garantía de los interesados. Consecuentemente el concepto estricto del acto administrativo estará ligado a su posible fiscalización y se referirá solo a aquellos actos jurídicos, que cumpliendo los requisitos del anterior, pueden ser objeto de recurso administrativo o contencioso administrativo. No es dable el confundir un acto administrativo con uno de mero trámite, como un informe, certificación, absolución de consultas, etc., pues los mismos son como su nombre lo indica de trámite y son previos a la resolución que tome el 4 administrador en relación a determinado caso que implique derechos al administrado. El acto administrativo también puede ser tomado como una declaración de voluntad que puede ser expresa, tácita o presunta, según el modo de manifestarse. El Estatuto de Régimen Jurídico Administrativo de la Función Ejecutiva en su Art. 65 manifiesta: “ACTO ADMINISTRATIVO.- Es toda declaración unilateral efectuada en ejercicio de la función administrativa que produce efectos jurídicos individuales de forma directa.”1 El acto administrativo es clave en el Derecho Administrativo, ya que es ante todo, una conquista del Estado de Derecho, al presuponer una jerarquía de normas cuyos mandatos desembocan en realizaciones concretas, en actuaciones. Por ello el acto administrativo se va gestando a través de una concatenación de normas jerárquicamente ordenadas, al término de las cuales surgen los actos que realizan, con trascendencia jurídica exterior, los órganos de la Administración. 1 Estatuto de Régimen Jurídico Administrativo de la Función Ejecutiva. 5 A partir de la aparición o surgimiento de un acto, la acción administrativa puede ser impugnada administrativamente o jurisdiccionalmente, de ahí que ante todo, el acto administrativo remite a la sujeción de la Administración, al principio de la legalidad y somete el actuar administrativo a la posible y última intervención jurisdiccional. El acto administrativo presupone la existencia de un actuar por parte de la Administración, esta actuación o bien crea cargos y obligaciones a los administrados o bien les otorga beneficios y derechos, siendo que el acto puede definirse también como: “aquella declaración unilateral no normativa de la Administración, sometida al Derecho Administrativo.” El acto administrativo debe encerrar ciertas características que abarcan las varias definiciones que hemos puesto de relieve y que le dan esa calidad como son: La declaración: los actos administrativos son declaraciones en cuanto que son manifestaciones son trascendencia externa, que pueden crear derechos (concesión de una licencia) o imponer obligaciones para los particulares (sanción, pago de una multa). 6 La unilateralidad: El acto administrativo encierra una actuación de carácter unilateral, distinguiéndose así los actos de los contratos, por ejemplo: mientras que el acto es unilateral, existe una sola voluntad de la Administración, el contrato necesita por lo menos dos voluntades, una persona que vende y la otra que compra. La no normatividad: Los actos, si bien son una actuación de la Administración, son de naturaleza no normativa. Con esto se pretende distinguir entre los actos y las normas jurídicas procedentes de la Administración, los Reglamentos, pues mientras el Reglamento en Derecho crea Derecho, el acto suelo ser la aplicación del Derecho, del Reglamento u otra norma. El Reglamento dura en tanto en cuanto no se derogue o modifique el acto, por lo general, se agota con su cumplimiento. El origen administrativo: los actos administrativos emanan de órganos de la Administración y si bién esto puede parecer una redundancia, se trae aquí por cuanto hay actos de órganos distintos de los estrictamente administrativos (judiciales, del poder legislativo) que no son administrativos pero a efectos de su control por los tribunales se equiparan a aquellos. El sometimiento al derecho administrativo: Los actos administrativos están sometidos al Derecho Administrativo, lo que significa distinguir entre acto administrativo y acto de la administración, por cuanto hay determinadas 7 actuaciones de la Administración no sometidas al Derecho Administrativo, sino al Derecho privado (civil, laboral, etc.) ya que la Administración es una persona jurídica. Cuando una autoridad administrativa va a dictar un acto en ejercicio de su ámbito de competencia, debe ajustarse en primer lugar a una base legal que le precisa o determina su actuación. En ella se expresa la finalidad por la cual se le otorga esta atribución al funcionario, así como se especifican los motivos que justifican que la autoridad actúe en una situación determinada. Es decir, la norma legal determinará los supuestos de hecho en los cuales la autoridad debe realizar una acción concreta que se plasmará a través de un acto administrativo. En este sentido, el funcionario debe estar en pleno conocimiento de su esfera competencial; y, además, del conjunto de situaciones fácticas que deben presentarse en la realidad para que pueda emitir un acto administrativo contentivo de la medida que se produce como consecuencia jurídica. Este razonamiento es válido tanto para los actos que generan derechos a favor del administrado, como para aquellos actos sancionatorios. Brevemente hemos analizado los dos requisitos de fondo del Acto Administrativo, en primer término la competencia, que es la potestad que se tiene para actuar en el ámbito de la función administrativa, y la base legal, 8 constituida con la norma o normas legales que orientan y delimitan la actuación administrativa. Ahora bien, para que la autoridad competente pueda entrar en acción debe producirse alguna de las circunstancias de hecho que son descritas en la base legal. Ellas constituyen el motivo o la causa de la actuación administrativa. Las normas legales generales y abstractas, así como la competencia de la autoridad, son anteriores, lógicamente, a la actuación administrativa. En este sentido, ese funcionario, para poder actuar debe justificar su acción al surgir una situación fáctica, que encuadra el supuesto de hecho de la norma y ante la cual está obligado a producir una medida determinada como consecuencia de los hechos. Igualmente se puede ver la conexión cercana entre la Base Legal y la Causa o Motivo, como requisitos de fondo del acto administrativo, por la cual podría fundirse en un solo requisito denominado los fundamentos del acto. Pero en aras de una mayor precisión terminológica considero conveniente estudiar ambos requisitos por separado, ya que cada uno de ellos impone diferentes exigencias a la autoridad administrativa que más adelante será analizada en este trabajo. Podemos ver la importancia conceptual y práctica del requisito de validez de lo que hemos analizado, mismo que se encuentra establecido en el Art. 68 del 9 Estatuto del Régimen Jurídico Administrativo de la Función Ejecutiva que en su Art. 68 textualmente manifiesta: “Legitimidad y ejecutoriedad.- Los actos administrativos se presumen legítimos y deben cumplirse desde que se dicten y de ser el caso, se notifiquen, salvo los casos de suspensión previstos en este estatuto.” 2 Los actos administrativos tienen también su clasificación, destacándose de entre las más importantes - En cuanto a sus efectos para los particulares.- De estos podemos distinguir los a) actos favorables: que son aquellos que amplían las posibilidades jurídicas de los administrados, como por ejemplo las admisiones, las autorizaciones, etc.; y, b) actos de gravamen: que son aquellos que restringen las posibilidades de actuación de los particulares, imponen obligaciones, sanciones, prohibiciones. - En cuanto a los sujetos.- Otra clasificación de los actos puede partir de los sujetos administrativos de que proceden o de los sujetos a los que se dirigen. De quien proceden, existirán actos de la Administración General del Estado, autonómica, local, institucional; en cuanto a los sujetos receptores o destinatarios, los administrados, podemos distinguir entre actos dirigidos a los ciudadanos en cuanto tales, no sometidos a una relación especial de sujeción y actos dirigidos a grupos de ciudadanos, 2 Estatuto de Régimen Jurídico Administrativo de la Función Ejecutiva. 10 que están en una especial relación de sujeción con la Administración (funcionarios, alumnos universitarios, etc.). - En cuanto a la revisión judicial.- Aquí podemos señalar los actos no excluidos y actos excluidos de la Jurisdicción Contenciosa, es decir, esta clasificación se hace en función de si pueden ser recurribles ante los Tribunales. Dentro de los actos no excluidos, hay que distinguir los actos de trámite de los actos definitivos. Los actos de trámite son preparatorios de los actos definitivos (informes, práctica de pruebas, etc y al carecer de sustantividad propia, al tener su sentido sólo para preparar los actos definitivos, se les excluye salvo excepciones de la vía remisora. La impugnabilidad, por ello es en principio sobre los actos definitivos, aquellos que ponen fin al procedimiento. Sin embargo no todos los actos administrativos son directamente atacables ante los tribunales. Hay actos definitivos dentro de un procedimiento, pero que no agotan lo que se denomina vía administrativa, es decir, son susceptibles de modificación por la autoridad superior a través del recurso de alzada (el acto de un Director puede ser modificado por el Secretario de Estado) o por la misma autoridad si se trata de un recurso de reposición. - Actos reglados y actos discrecionales.- esta distinción versa sobre el margen de libertad que en su decisión, en la producción del acto, le 11 corresponde a la Administración. Los actos reglados son aquellos que tiene predeterminados sus elementos, prejuzgándose por el legislador la decisión a adoptar por la Administración. Por el contrario en los actos discrecionales existen un mayor o menor ámbito de posibilidades de decisión autónoma por parte de la Administración (puede elegir por varias opciones todas ellas legítimas) Una forma de control de estos actos es la motivación, es decir motivar no es más que razonar, fundamentar una resolución, “referir los hechos y fundamentos de derecho” en los que la Administración se apoya para dictar el acto. El acto administrativo para su plena validez y producir los efectos normales de que habla el Art. 66 del Estatuto del Régimen Jurídico Administrativo de la Función Ejecutiva, que textualmente indica: “Vigencia.- Los actos administrativos, para su plena validez debería, ser obligatoriamente notificados al administrado y mientras no lo sean no tendrán eficacia con respecto a quienes se haya omitido la notificación. La ejecución de actuaciones ordenadas en los actos administrativos no notificados constituirán, para efectos de la responsabilidad de los funcionarios públicos, vías de hecho.”3, responsabilidad ésta que se encuentra establecida en la Constitución de la República, esto es por lo actos realizados en ejercicio de sus funciones o por sus omisiones. 3 Estatuto de Régimen Jurídico Administrativo de la Función Ejecutiva. 12 Todo acto administrativo tiene dos elementos inconfundibles a saber: a) El mérito; y, b) La legitimidad El Dr. Marco Morales Tobar, en su obra Derecho Administrativo Procesal, al hablar del mérito indica: […] No es sino la conveniencia, dada en razón de la oportunidad y temporalidad, para la realización de un determinado acto, en todo caso es la conveniencia pública en donde la autoridad, focalizando la normativa jurídica en que se sustenta, en base a su sana crítica, ha de emitir el acto.4 Así también el autor, Jaime Santofimio Gamboa, señala que: […] el “mérito se refiere a la oportunidad o conveniencia para la expedición del acto administrativo. Conveniencia que está en íntima relación con los fines del Estado, pues obliga a quien expresa la voluntad del mismo a manifestarla cuando se requiera verdadera y ciertamente para cumplir los cometidos de éste. Implica todo un juicio de valoración por quien ejerce funciones administrativas para que todos los actos 4 Dr. Marco Morales Tobar, Derecho Procesal Administrativo, Pág. 107 13 expedidos sean realmente beneficiosos y acordes con los intereses generales.”5 En si el mérito no es otra cosa que la crítica administrativa, la cual debe estar basada a la oportunidad y conveniencia para la expedición del acto, el cual debe estar basado en los principios que anteriormente ya habíamos hablado. El Dr. Marco Morales Tobar, en su obra Derecho Procesal Administrativo, señala que la legitimidad: […] se considera que es elemento referente a la observancia de la ley que vincula la declaración de voluntad de la Administración y establece una norma de causalidad entre la ley, el hecho, el objeto del acto administrativo y el fin que persigue.”6 Así también el mismo autor, cita en su obra a Juan Carlos Benalcázar, quien sostiene que: 5 Jaime Santofimio Gamboa, (2003) Tomo II, P. 153 citado por Carlos Morales Tobar en su obra Derecho Procesal Administrativo, Pág. 107. 6 Dr. Marco Morales Tobar, Derecho Procesal Administrativo, Pág. 109 14 […] la articulación de los sujetos de la relación jurídica de Derecho Público, Estado e individuos, requieren de una instrumentación jurídico formal por lo que los “derechos se ejercen” y los “derechos se cumplen”. Ello genera una serie de regulaciones normativas (permisiones y prohibiciones que le conocen con el nombre de legalidad administrativa)…” Podemos resumir en que para el principio de legalidad administrativa los derechos se ejercen y los deberes se cumplen Para que el acto administrativo sea válido y produzca sus efectos normales, es necesario que contenga los siguientes elementos: - Elementos subjetivos.- en relación con el acto administrativo es obvio la existencia de un sujeto productor, este sujeto debe ser un órgano de la Administración y un órgano competentes para producir el acto so pena de que éste aparezca viciado – no legal- inicialmente por falta de competencia. Ahora bien teniendo en cuenta que los órganos son servidos por personas físicas, es necesario que sus titulares reúnan determinadas circunstancias personales de imparcialidad para adoptar legítimamente los actos en concreto de que se trate. - 15 De ahí que la ley de la materia prevea ciertas cautelas cuando las autoridades o los funcionarios tengan interés personal en el asunto y ordena en tales casos que el funcionario debe abstenerse de intervenir, comunicándolo a las autoridades y órganos superiores. Si no lo hace voluntariamente, éstos pueden ordenarle se inhiba –deje de conocer- del asunto y si no surge de la Administración esta iniciativa, los particulares pueden recusar al funcionario. - Elementos objetivos.- entre estos objetivos podemos encontrar al CONTENIDO, que es la declaración que el propio acto se incorpora my realiza, lo que se declara, lo que la Administración decide efectuar a través del mismo. El contenido debe ser ajustado a lo dispuesto en el ordenamiento jurídico y debe ser lícito, esto es conforme a la legalidad, razonable y posible. Así también tenemos los PRESUPUESTOS DE HECHO, que es un elemento que ni siquiera sería necesario citar, ya que no son más que los condicionantes fácticos para dictar el acto, que lo justifican. Este es, aquellas circunstancias exteriores que determinan la producción del acto, sus efectos, alcance y sentido. Por ejemplo al imponerse una multa por mal aparcamiento el presupuesto de hecho es que el vehículo esté efectivamente mal aparcado, son circunstancias externas, pero de trascendencia jurídica, que determinan la producción de los efectos del acto administrativo. - Elementos formales.- estos elementos son los que trascienden a la forma de integración de la voluntad expresada en el acto, a la 16 declaración de esta voluntad y a su ulterior comunicación. Efectivamente, para que un acto surja a la vida del Derecho Administrativo se necesita cumplir con determinadas formalidades (las de procedimiento administrativo). Y es a lo largo del procedimiento administrativo, de creación del acto, donde deben seguirse ciertos pasos para que la actuación de la Administración sea válida. Para ello es necesario la INTEGRACION DE LA VOLUNTAD, para que la actuación sea válida, debe producirse según unas reglas, por ejemplo, en el supuesto de que quien emite el acto es un órgano colegiado, es decir un órgano integrado por varias personas físicas, la Ley señala los cauces y requisitos para llegar a la fusión de las distintas voluntades de los participantes que todos hemos oído: convocatoria, orden del día, forma de adopción de acuerdo por mayoría, etc. La DECLARACION, normalmente los actos administrativos se exteriorizarán expresamente, es decir, consistirán en una declaración consecuentemente y expresamente manifestada por escrito. adoptada Existen sin embargo, actos presuntos, en dónde la Administración no se pronuncia pero de su pasividad, de su inactividad, el ordenamiento jurídico deduce unas determinadas consecuencias al que se denominará silencio administrativo. La mayoría de los actos tienen carácter expreso y en tales casos, la forma de declaración es la escrita, declaración que debe ser motivada, razonada, justificada en los supuestos expresamente determinados en la Ley. 17 La NOTIFICACION, de los actos administrativos es muy importante, por cuanto para los particulares a los que no se notifica el acto y no se enteran de este, no vienen obligados por su contenido, por lo que se “notificarán a los interesados las resoluciones y actos administrativos que afecten a sus derechos e intereses.” Los actos administrativos pueden extinguirse o reformarse en sede administrativa por razones de legitimidad o de oportunidad: - Extinción o reforma de un acto administrativo por razones de oportunidad. El Estatuto de Régimen Jurídico Administrativo en su Art. 91 textualmente indica: “La extinción o reforma de oficio de un acto administrativo por razones de oportunidad tendrá lugar cuando existen razones de orden público que justifican declarar extinguido dicho acto administrativo. El acto administrativo que declara extinguido un acto administrativo por razones de oportunidad no tendrá efectos retroactivos. La extinción la podrá realizar la misma autoridad que expidiera el acto o quien la sustituya en el cargo, así como cualquier autoridad jerárquicamente superior a ella.”7 7 Estatuto de Régimen Jurídico Administrativo de la Función Ejecutiva, Art. 91. 18 El artículo a continuación del mismo cuerpo legal establece también los daños causados, esto es que con motivo de la expedición de este acto afecte total o parcialmente un derecho subjetivo, estará obligado a pagar indemnización, misma que deberá ser requerida o de ser el caso impugnada vía judicial. - Extinción de oficio por razones de legitimidad.- el mismo cuerpo legal enunciado anteriormente, establece textualmente que: “Cualquier acto administrativo expedido por los órganos y entidades sujetas a este estatuto deberá ser extinguido cuando se encuentre que dicho acto contiene vicios que no pueden ser convalidados o subsanados.- Los actos administrativos surgidos como consecuencia de decisiones de otros poderes públicos con incidencia en las instituciones u órganos sujetos al presente estatuto deberán ser extinguidos cuando el acto contenga vicios no convalidables o subsanables. El acto administrativo que declara extinguido un acto administrativo por razones de legitimidad tiene efectos retroactivos.”8 Al finalizar este breve análisis de lo que es un acto administrativo, necesario para proseguir con el desarrollo de este tema, vemos como las actuaciones de la Administración Pública se desarrollan a través de actos y actuaciones, que son siempre una declaración de voluntad que crea efectos jurídicos directos e inmediatos en terceras personas. Inmediatos toda vez que al ser creados o 8 Ibídem, Art. 92. 19 expedidos, la creación, extinción o modificación del derecho que se ha resuelto debe ser ejecutado. Directo por cuanto a que este acto decide una situación jurídica específica a atañe a determinadas personas. Según el autor Agustín Gordillo, citado por el Dr. Patricio Secaira, manifiesta que acto administrativo es la “declaración unilateral de voluntad realizada en ejercicio de la función administrativa, que produce efectos jurídicos individuales en forma inmediata.” 9 Como hemos visto estos actos se presumen legales y por tanto en virtud de las atribuciones que le confiere la ley, deben ser motivados conforme lo establece así la Constitución de la República del Ecuador, en su Art. 76 literal l), que textualmente dice: “las resoluciones de los poderes públicos deberán ser motivadas. No habrá motivación si en la resolución no se enuncian las normas o principios jurídicos en que se funda y no se explica la pertinencia de su aplicación a los antecedentes de hecho. Los actos administrativos, resoluciones o fallos que no se encuentren debidamente motivados se considerarán nulos. Las servidoras y servidores responsables serán 10 sancionados.” . 9 Patricio Secaira Durango, Curso Breve de Derecho Administrativo, Pág. 179. Constitución de la República del Ecuador, 2008 10 20 1.2 Qué diferencia al motivo de la motivación. Considero muy importante el diferenciar estos dos términos que muy comúnmente son considerados como sinónimos al momento de fundamentar la emanación de un acto administrativo, así tenemos que: Para identificar este objetivo, es necesario establecer una clara precisión conceptual y un deslinde de aquellos conceptos con los cuales pudiera confundirse. Por ello hay que distinguir la Causa o Motivo y la Motivación. La tendencia de aproximar estos términos, hace necesario se realice una precisión conceptual. En este sentido, producidos los hechos previstos en la Ley como causa o motivo del acto, el administrado incurso en tales hechos requiere, para su mejor defensa, conocer cuáles son las razones de la actuación administrativa. Al exteriorizar la sustentación fáctica y normativa del acto, el funcionario está cumpliendo con la formalidad de la motivación. Motivar el acto implica una obligación para la autoridad administrativa que consiste en que al exteriorizarse el Acto Administrativo, este debe incluir en el texto del mismo la expresión de los hechos que justifican su actuación (Causa) y los fundamentos (Base Legal), los cuales son, como he informado arriba, requisitos de fondo. Es decir, se debe mencionar al emitir formalmente el Acto el conjunto de circunstancias de hecho que han generado la movilización del órgano administrativo y la 21 aplicación de la consecuencia jurídica establecida en la norma legal que le sirve de sustento. De tal manera que la diferencia básica entre la Causa o Motivo del Acto y la Motivación consiste en que el primer requisito pertenece al conjunto de requisitos de fondo, mientras que la motivación es un requisito de forma. Es menester recordar que la forma no es tan importante para el Derecho Administrativo como el fondo, ya que por más que un funcionario haya cumplido con todas las exigencias antes enunciadas acerca de la causa del acto, el acto estaría viciado en la forma, si las circunstancias de hecho no fueren mencionadas en el texto del acto en cuestión. La motivación es muy necesaria toda vez que el administrado vería disminuido su derecho a la defensa de no contar con la información completa referente a las razones tanto de hecho como de derecho que sustentan la medida adoptada. “La motivación es un requisito de forma que se le exige a todos los actos administrativos de carácter particular definitivos o resolutorios, exceptuando a los de simple trámite. “11 11 Brewer Carias (Alián), Consideraciones sobre la distinción entre la causa de los actos administrativos y la motivación como requisito de forma de los mismos, Revista de la Facultad de Derecho, No. 49 ,Pág. 233, Caracas, 1971. 22 El Dr. Marco Morales Tobar, en su obra Derecho Procesal Administrativo, quien cita a Fiorini (1995) quien sostiene que la causa: “es un elemento lógico que se integra con diversos datos materiales. La causa es un elemento lógico que comprende el “por qué” y se compone de los antecedentes fácticos, circunstancias y normas que se concentran y evalúan su contenido de fuente creadora del acto administrativo.”12 El Dr. Patricio SecaIra, cita al tratadista Agustín Gordillo quien dice: “La motivación es una declaración de cuáles son las circunstancias de hecho y de derecho que han llevado a la emanación, o sea los motivos o presupuestos del acto; constituye por lo tanto la fundamentación fáctica y jurídica con la que la administración entiende sostener la legitimidad y oportunidad de la decisión tomada y es el punto de partida para el juzgamiento de esa legitimidad.- En todos los casos debe destacarse que la necesidad de motivación no se satisface con arbitrarias expresiones tales como “por razones de mejor servicios”, “por ser conveniente y necesario a los superiores intereses del Estado”, “En virtud de las atribuciones que le confiere claramente la ley, etc. En cada caso será indispensable explicar claramente cuáles son los hechos que se considera probados, cuál es la prueba que se invoca, que valoración recibe, qué relación existe entre tales hechos y lo que el acto dispone, qué normas concretas son las que se aplica al caso (no bastando según quedó dicho, la genérica invocación de una ley), y por qué se las aplica, etc. Esto demuestra que la motivación no es un problema de forma sino de fondo y que su presencia u omisión no se puede juzgar desde un punto de vista formal pues hace al 12 Dr. Marco Morales Tobar, Derecho Procesal Administrativo, Pág. 122 23 contenido del acto y a la razonabilidad de la decisión. Ellos, desde luego, la hacen más imprescindible aún…La falta de motivación implica no sólo vicio de forma sino también y principalmente vicio, arbitrariedad que como tal determina normalmente la nulidad del acto.”13 Por tanto podemos considerar a la motivación como la explicación de procedencia del acto administrativo, la misma que tiene que estar fundamentada en situaciones de hecho y de derecho que la hacen pertinente. La Constitución de la República del Ecuador actual, al igual que la Constitución anterior concede una enorme importancia, ya que la ubica en la categoría de garantía del debido proceso, cuando establece la obligación que tienen los poderes públicos de motivar sus resoluciones, garantía que también se encuentra incorporada en el Art. 31 de la Ley de Modernización del Estado y en el Estatuto de Régimen Jurídico Administrativa de la Función Ejecutiva, en donde se establece la nulidad de aquellos actos en los que se motive defectuosamente. La falta de motivación conlleva a que el administrado no pueda ejercer su derecho a la defensa, violentándose su debido proceso, y por consiguiente yéndose en contra de la Constitución y de los derechos que en la misma se plasman, pues al existir violación de procedimiento se está afectando esos 13 Patricio Secaira Durango, Curso Breve de Derecho Administrativo, Pág. 185. 24 derechos que le asisten a ser debidamente informado de los actos por los cuales se le está afectando y que le causan un daño grave. Como referencia me permito citar la Resolución No. 011-2002-AA del Tribunal Constitucional, a propósito de dicha garantía prevista en la Carta “La motivación es un requisito esencial que determina la relación de la causa y el objeto del acto, la causa es la razón que justifica o determina la toma de una decisión y el objeto hace relación entre la causa y objeto del acto, la causa es la razón que justifica o determina la toma de una decisión y el objeto hace relación con la finalidad para la que se toma una determinación. El análisis de la motivación toma en cuenta la razón por la que se adopta una decisión y la finalidad de tal decisión, con el objeto de determinar si el acto ha sido o no de manera arbitraria, debiendo aparecer de acto esa motivación, tanto de modo formal como material.”14 Así también podemos ver que la Corte Suprema de Justicia en una de sus Sentencias, publicadas en el año 1999, hace referencia también a la motivación como uno de los elementos fundamentales en el control de la arbitrariedad. Por consiguiente, actúa como un elemento de prevención y control frente a la misma. La falta de motivación dice: es un expediente de hipocresía formal 14 Tribunal Constitucional del Ecuador, Resolución No. 011-2002-AA, 1998. 25 establecida, por así decirlo, para otorgar un disfraz lógico a la voluntad nacida de otros móviles, que pueden ser inclusive la arbitrariedad y la injusticia. El tratadista Eduardo García Enterría, establece también que la motivación escueta o sucinta, si es suficientemente indicativa, no equivale a ausencia de motivación, ni acarrea la nulidad, esta motivación es la que se denomina motivación in aliunde, que permite a la autoridad administrativa remitirse a informes provenientes del proceso incoado a la emisión del acto. 1.3 Que es la jurisdicción militar en la emanación de un acto administrativo. La jurisdicción militar es la facultad del superior jerárquico para expedir un acto administrativo en estricta sujeción a sus propias leyes, conforme así le faculta la Constitución de la República del Ecuador del 2008, en su Art. 160 en su segundo inciso en donde establece que tanto las Policía Nacional como las Fuerzas Armadas se regirán por sus propias leyes, es decir leyes específicas que regulen sus derechos y obligaciones, pero todo esto dentro del marco 26 constitucional, ya que el superior que conozca y deba resolver sobre cualquier situación que implique derechos, deberá hacer prevalecer las garantías y principios constitucionales sobre cualquier otra ley o disposición que regule específicamente su ingreso, permanencia, ascensos, bonificaciones, así como sus incumplimientos, faltas disciplinarias y cualquier trasgresión a su normativa específica. Pero no debemos olvidar que para la aplicación de esta normativa específica se tiene que estar a lo que establece el Art. 424 de la Constitución de la República que textualmente indica: “La Constitución es la norma suprema y prevalece sobre cualquier otra del ordenamiento jurídico. poder público deberán mantener Las normas y los actos del conformidad con las disposiciones constitucionales, caso contrario carecerá de eficacia jurídica…” 15 Así también el Art. 426 establece que: “Todas las personas, autoridades e instituciones están sujetas a la Constitución…” 16 15 16 Constitución de la República del Ecuador, 2008. Ibídem. 27 En este contexto vemos como la jurisdicción militar en la emanación de un acto administrativo está sujeta a la Constitución, al Estatuto de Régimen Jurídico Administrativo de la Función Ejecutiva, a la Ley de Modernización del Estado, etc., así como a las leyes y reglamentos propios con relación a su misión constitucional. Por tanto los actos administrativos emanados por autoridad competente, se presumen válidos hasta que se demuestre lo contrario al igual que los actos emanados por autoridades del fuero común. En este capítulo hemos revisado de manera breve que es un acto administrativo y que características debe conservar el mismo para su plena validez y eficacia; la importancia del mismo dentro de cualquier actuación de la administración pública en ejercicio de sus potestades y sometido al Derecho Administrativo, sobre todo la importancia que adquiere el mismo si éste afecta a los administrados en forma positiva o negativa. A continuación analizaremos como al emanarse dicho acto administrativo dentro de las Fuerzas Armadas, se observan varias falencias en el mismo, 28 siendo una de ellas la falta de motivación, que ha originado un sin número de reclamos solo agotando la vía administrativa, sino también por la vía judicial través de la interposición de la Acción de Protección si argumentan habérseles violado sus derechos constitucionales o con la interposición de un Recurso Contencioso Administrativo si impugnan administrativo. 29 la legalidad de dicho acto CAPITULO II 2. LA MOTIVACIÓN COMO PRINCIPIO CONSTITUCIONAL 2.1 La motivación en actos jurisdiccionales y actos administrativos. Considero importante el hacer un pequeño recuento de cómo la motivación surgió como un concepto a partir de la Revolución Francesa.17 Para hablar del concepto y fin de la motivación con relación a la sentencia, durante mucho tiempo prevalecieron tesis como la de Karl Engrish18, y otros, que suponían un silogismo, donde la premisa mayor es la ley, la premisa menor es la comprobación de la existencia de un hecho por los medios probatorios que 17 Conviene recordar que aunque es de origen anterior, es con la Revolución Francesa cuando surge la concepción moderna de motivación como control democrático del ejercicio del poder jurisdiccional aunque referido solo a los elementos de derecho y no a los probatorios, sobre todo después del Art. 94 de la Constitución de 1793: Los jueces “motivan sus decisiones”, la Constitución de 1795 en su artículo 208 agregó que “las sentencias debían enunciar los términos de la ley que aplicaren” Cft. Gozaíne, Oswaldo Alfredo: El debido Proceso en Derecho Procesal Constitucional, Rubinzal – Culzoni Editores, Buenos Aires, 2004, p. 430. 18 Cft Jáñez Barrio, Tarcisio: Lógica Jur{idica: Hacía una argumentación jurídica, Universidad Católica Andrés Bello, caracas, 1997, p. 171. 30 se expresa en los juicios enunciativos, y la conclusión, se expresa en una norma prescriptivo – atributiva, o consecuencia jurídica particular. Sin embargo, hemos dicho, que estas tesis olvidaban que en esta aplicación de la “normas” al caso concreto hay que tener en cuenta otros rubros derivados relativos a las máximas de la experiencia y otros. El concepto de motivación abarca, para empezar, ambos aspectos. La motivación, adicionalmente, no es un simple expediente explicativo. Fundamentar una decisión es diferente a explicarla, pues mientras para fundamentar es necesario justificar los motivos que conducen a un razonamiento, mediante el examen de los presupuestos fácticos y normativos, la explicación solo requiere de una simple indicación de los motivos o antecedentes causales de una acción, es decir, señalar el iter lógico que le ha permitido al juez o tribunal llegar a la decisión, sin mayores connotaciones intelectivas. En este sentido, José María Asencio19, refiriéndose a la motivación de la sentencia en la legislación española, manifiesta que en el relato fáctico no sólo debe incorporarse la narración de los hechos y la enumeración de las 19 Asencio Mellado, José María: La Prueba, Garantías Constitucionales derivadas del artículo 24.2 (Constitución Española), Facultad de Derecho de Aicante, Revista del Poder Judicial No. 4, 1986, p.4. 31 pruebas, sino también se necesita que establezca los motivos y razonamientos que han conducido al juez a dictar el fallo. Con estos antecedentes, podríamos sostener que: “La motivación constituye un elemento intelectual, de contenido crítico, valorativo y lógico, que consiste en el conjunto de razonamientos de hecho y de derecho en que el juez apoye su decisión”.20 Con respecto al fin de la motivación, Gil Cremades señala que tiene una finalidad endoprocesal, como garantía de defensa, y otra, extraprocesal, como garantía de publicidad. Sirve, por un lado, para convencer a las partes de la corrección de la sentencia logrando así una mayor confianza del ciudadano en la administración de justicia, derivada precisamente, de una constatación detenida del caso particular. 20 De la Rúa, Fernando: Teoría General del Proceso, Ediciones Desalma, B uenos Aires, 1991, pág 146. 32 Adicionalmente, supone una actividad de autocontrol a través de la cual se evitan posibles errores judiciales que en un principio pudieron pasar desapercibidos. Por último, también facilita el derecho de defensa pues, permite utilizar todos los recursos que la ley otorga contra una sentencia definitiva. Pero por otro lado, tiene una finalidad extraprocesal o como garantía de publicidad, pues el ciudadano se configura como controlador de las resoluciones. La comunidad no precisa tanto de una decisión correcta como la mejor justificación racional posible. 21 En definitiva la motivación de la sentencia es la fuente principal del control sobre el modo de ejercer los jueces su poder jurisdiccional. La motivación de las resoluciones es la forma de ejercer control de los actos emanados por la autoridad administrativa dentro de la potestad administrativa. 21 Cft. Cremades, Gil citado en la Resolución No. 558-99 de la Primera Sala de lo Civil y Mercantil de la Corte Suprema de Justicia, Juicio No. 63-99, publicado en el R.O. No. 348 de 28 de diciembre de 1999, Gaceta Judicial Serie XVII, No. 2. Pp 365 a 366. 33 2.2 La Motivación como principio constitucional Una de las mayores aspiraciones del estado de derecho y del constitucional de derechos, es determinar y guiar el ejercicio del poder público, a través de los órganos establecidos en el ordenamiento jurídico, para así garantizar la vigencia de los derechos ciudadanos. En este sentido, la motivación de las resoluciones, constituye un principio que aporta para este fin, en el campo de la administración de justicia. La necesidad de la motivación es una posición doctrinal de origen alemán que no tuvo inicialmente acogida en la doctrina y jurisprudencia de los países de cultura jurídica latina, donde se consideraba que la parte dispositiva de la sentencia es la que constituye el objeto de la decisión y que, el Estado no tiene un modo oficial de razonar22. No obstante, actualmente, la tendencia racionalizadora, insiste en la unidad e importancia de todas las parte de las 22 Murillo Villar, Alfonso en la motivación de la sentencia en el proceso civil romano en http:/www.ucn.es/BUCM/revistas/der/11337613/atículos/CUHD95951100, coincide con los criterios vertidos por Savigny, Windcheid,Arndts,Chiovenda,Visky y Calamandrei, al afirmar que, a pesar de la no obligatoriedad en el sistema procesal romano de la motivación de las sentencias en la praxis judicial, si se justificaban dichas decisiones. 34 decisiones jurisdiccionales, ya que resulta indispensable que exista una coherencia lógica entre las premisas y las conclusiones del fallo; y por tanto, éste debe ser motivado. Ahora bien, la adecuada delimitación del objeto del proceso constituye un factor fundamental para el correcto desarrollo y culminación del conflicto intersubjetivo, pues, la singularidad de este objeto debatido en cada proceso determina de modo inexorable el ámbito de la sentencia definitiva por imperativo del deber de congruencia y del derecho fundamental a la tutela judicial efectiva: ni la sentencia puede pronunciarse sobre materia distinta, ni puede dejar de hacerlo respecto de cualesquiera de las cuestiones que lo integren (citra, extra y ultra petita), en virtud de la mutatio lilelli.23 Pero adicionalmente debe señalarse que los derechos constitucionales de seguridad jurídica y defensa en juicio imponen al juzgador la obligación de motivar y fundamentar sus providencias. 23 Y es que, la obligación de Cft.Muñoz Jiménez, francisco: Actos de las partes delimitadores del objeto del proceso; demanda, contestación, réplica, dúplica, escrito de ampliación y conclusiones, Madrid, material impartido den la Maestría de Derecho Procesal de la UASB, p.2. 35 fundamentación no es un mero formalismo procesal, al contrario, su observancia permite a los justiciables conocer las razones en las que se funda la autoridad para aplicar la norma de que se trata, asegurando de esta manera, una decisión prevista en la ley y posibilitando una adecuada defensa, en garantía de los principios constitucionales del debido proceso y la tutela judicial efectiva. La motivación, por ende, no puede considerarse cumplida con la mera emisión de una declaración de voluntad del juzgador, accediendo o no a lo pretendido por las partes en el proceso, sino que, se refiere a que en los proveídos judiciales se exteriorizan los razonamientos que cimientan la decisión, debiendo ser lo suficientemente clara para que sea comprendida y que se elimine la arbitrariedad.24 Según la conocida enseñanza de Savigny, “la sentencia es un todo único e inseparable, entre los fundamentos y lo dispositivo media una relación tan estrecha que unos y otros no pueden ser nunca desmembrados si no se desea 24 CFt. Sentencia Corte Constitucional de El Salvador http:/www.jurisprudencia.gob.sv/exploiis/índice.asp?nBD=1.8cnlten=406608cnModo. 36 desnaturalizar la unidad lógica y jurídica de la decisión.25. Por ello, el imperativo que obliga a los jueces y tribunales a la motivación de las resoluciones representa una garantía efectiva de justicia, defensa, publicidad, seguridad jurídica y trasparencia en un régimen constitucional democrático. No es causal, entonces que, Luigi Ferrajoli en una de sus obras teóricas sobre los límites del poder, denominada Derecho y Razón, atribuya a la motivación el valor de garantía de cierre de un sistema que se pretenda racional. Aunque la ley y la doctrina distinguen entre el derecho de defensa y el del debido proceso, pudiendo quebrantarse uno de ellos sin vulnerar el otro, a veces aparecen tan estrechamente relacionados que con la informalidad se afectan los dos, como eventualmente acontece al desconocer la estructura formal de algunas providencias básicas del proceso y las sentencias o resoluciones. Por esta razón, no resulta en principio desacertado, que frente al desconocimiento de los requisitos formales de la providencia se aduzca, al mismo tiempo, que exista vulneración de la garantía de defensa. 25 Cft.Savigny citado por Eduardo Coutere: Fundamentos del Derecho Procesal Civil, Editorial BdeF, Quinta Edición, Montenideo – Buenos Aires, 2005, p.247. 37 En este sentido, resulta de vital importancia establecer si el derecho al debido proceso, incluido el derecho a recibir resoluciones motivadas, debe ser objeto de acción de amparo. Por un lado, la mayoría de las posturas de la cultura jurídica ecuatoriana ha sido contraria a tutelar mediante el amparo cualquier derecho fundamental cuya afectación tenga como origen la actuación del Poder Judicial. 26 En todo caso, en nuestra historia legislativa ecuatoriana, aunque el principio de la motivación no es nuevo, aparece expresamente como precepto constitucional en 1998,27, y se reproduce en las leyes procedimentales, 28 e incluso en tratados y convenios internacionales.29 26 CFT. Leuschner Luque, Erick en La motivación de las decisiones judiciales y el amparo constitucional: una salida a la crisis institucional del Poder Judicial en el Ecuador, pp4 a 6 27 Artículo 24, numeral 13 Constitución de 1998: “Las resoluciones de los poderes públicos que afecten a las personas deberán ser motivadas. No habrá tal motivación si en la resolución no se enunciaren las normas y principios jurídicos en que se haya fundado y, si no se explicare la pertinencia de su aplicación a los antecedentes de hecho”. 28 El Artículo 274 del Código de Procedimiento Civil dispone: “En las sentencias y en los autos se decidirá con claridad los puntos que fueren materia de la resolución, fundándose en la Ley y en los méritos del proceso; y, a falta de Ley, en los principios de justicia universal” . El Artículo 275 ibidem dice: “Los decretos, autos y sentencias expresarán con claridad lo que se manda o resuelve, y en ningún caso se hará uso de frases obscuras o indeterminadas como ocurra a quien corresponda, venga en forma, como se pide, etc. “Por último, el artículo 276 del Código Adjetivo Civil, prescribe: “En las sentencias y en los autos que decidan algún incidente o resuelvan sobre la acción principal, se expresará el asunto que va a decidirse y los fundamentos o motivos de la decisión. No s entenderá cumplido este precepto en los fallos 38 Actualmente, la Constitución vigente, recoge este principio, en el Capítulo Octavo: Derechos de Protección, en su artículo 76, numeral 7, literal l), dentro de las garantías del derecho a la defensa, que dice: “Las resoluciones de los poderes públicos deberán ser motivadas. No habrá motivación si en la resolución no se enuncian las normas o principios jurídicos en que se fundan y no se explica la pertinencia de su aplicación a los antecedentes de hecho. Los actos administrativos, resoluciones o fallos que no se encuentren debidamente motivados se considerarán nulos. Las servidoras i servidores responsables serán sancionados.” Claramente podemos ver como esta norma reconoce en forma expresa un importante efecto, pues establece la nulidad del fallo en caso de que no exista una debida motivación. de segunda y tercera instancia, por la mera referencia a un fallo anterior”. Estas disposiciones legales recogen lo que, en doctrina, constituye las exigencias del contenido de la motivación de la sentencia. 29 El Convenio Europeo para la Protección de los Derechos Humanos y de las Libertades Fundamentales, revisado de conformidad con e Protocolo No. 11, estableció en el artículo 45, Motivación de las sentencias y de las resoluciones: “1. Las sentencias, así como las resoluciones que declaren a las demandas admisibles o no admisibles serán motivadas…”. De igual manera, el Código Modelo Iberoamericano de Etica Judicial en el artículo 18 dice: “La obligación de motivar las decisiones se orienta a asegurar la legitimidad del juez, el buen funcionamiento de un sistema de impugnaciones procesales, el adecuado control del poder del que los jueces son titulares y, en último término, la justicia de las resoluciones judiciales”. 39 Es importante recordar que nuestro ordenamiento legal ha establecido la nulidad de un acto procesal y administrativo y de todos los que dependan de él cuando se han quebrantado o inobservado dichas normas; pero siempre condicionado a los principios de trascendencia y de convalidación. No hay nulidad procesal ni administrativa si la desviación no tiene trascendencia sobre la garantía de defensa en el juicio o proceso administrativo, si no existe perjuicio y no influya o pudiere influir en la decisión de la causa. Pero, como se vio anteriormente, la falta de motivación siempre afectará el derecho constitucional a la defensa. Por las consideraciones que hemos expuesto, es importante que se haya previsto expresamente una consecuencia jurídica constitucional para el caso de que se emitan fallos o resoluciones administrativas sin la motivación debida, pues, si bien nuestro ordenamiento jurídico ya exigía que ésta exista, no establecía en todos los ámbitos, de manera clara, la consecuencia expresa que 40 provoca su omisión. 30 De igual manera, el sistema jurídico ecuatoriano tampoco contemplaba un efecto para el caso de las resoluciones de casación de la extinta Corte Suprema de Justicia (hoy Corte Nacional de Justicia), que adolecían de falta de motivación. Con el sistema de justicia previsto en la actual Constitución, esto constituiría una causal de interposición de un recurso constitucional ante la Corte Constitucional (acción extraordinaria de protección). En los demás casos (actos o resoluciones administrativas), la falta de motivación, constituye una razón para interponer el recurso de apelación ante el superior de quien emitió la resolución, agotando de esta manera la vía administrativa, pudiendo el afectado de creerlo necesario acudir a instancias judiciales, para hacer valer sus derechos. La exigencia constitucional de motivar se mantiene vigente en todo el proceso de construcción de una decisión judicial: el juez deberá aplicar la sindéresis de 30 Si bien es cierto que la doctrina ha señalado en múltiples ocasiones que la carencia de motivación resulta descalificada por el vicio de nulidad, incluso señalándose que el TC ecuatoriano puede anular actuaciones judiciales y declarar el reconocimiento de un derecho de rango constitucional pero sin decidir el proceso en términos de legalidad judicial; no obstante, en la práctica no ha sido entendido de esta manera, más aún si las sentencias de casación no están sometidas a ningún control de legalidad. 41 la lógica, evitando contradicciones en su razonamiento y he aquí que per se, subsiste una particularidad del deber de motivar en el sentido de no construir decisiones manifiestamente contradictorias, ajenas a la lógica de la norma y de las premisas fácticas. De igual forma, al perfilar los argumentos que han servido de sustento a la decisión, el deber constitucional alude, en este caso, a ceñirse a la verdad de las premisas. En este mismo iter, constitucionalmente la interpretación deberá ceñirse, cuando menos suficientemente, a los principios de interpretación que contempla como valores axiológicos la Constitución. La motivación de la decisión judicial o administrativa constituye el paso final en las tareas del decisor racional. Sin embargo, debemos atender a un aspecto importante: es una tarea final en los pasos esenciales que sigue el Razonamiento Jurídico, más no en el esquema procedimental concerniente a la comunicación de la decisión judicial. En efecto, a la etapa de motivación, le debemos sumar la necesidad de comunicar la decisión a las partes a fin de que éstas ejerzan su derecho al respeto a la decisión final. 42 Pero que implica la motivación como tal, al referirnos a los requisitos debemos saber que es necesario: . La justificación de la decisión debe ser consecuencia de una aplicación racional del sistema de fuentes del ordenamiento. - La motivación debe respetar derechos fundamentales - Exigencia de una adecuada conexión entre los hechos y las normas que justifican la decisión. Así, una motivación válida es aquella que pone en contacto la cuestión fáctica con la cuestión juris. La justificación de la decisión, debe cumplir con las operaciones que integran una aspiración racional del sistema de fuentes, entre las cuales encontramos las siguientes: La selección de la norma a aplicar. Es decir, el juez no goza de libertad absoluta sino que se encuentra contenida por diversos límites: a) que la norma seleccionada sea vigente y válida. Bajo esta pauta, el juez debe comprobar que el precepto no haya sido derogado o abrogado del ordenamiento (validez 43 formal) y verificar su constitucionalidad y legalidad (validez material); b) Que la norma seleccionada sea adecuada a las circunstancias del caso. El límite esencial es el respeto de la congruencia exigida a toda resolución jurisdiccional. Correcta aplicación de la norma.- Los jueces o autoridad administrativa deben realizar un control de legitimidad respecto a la aplicación en contra de la norma. La finalidad de este control es verificar que la aplicación de las normas al caso concreto es correcta y conforme a derecho. El control de legalidad es estático, en cuanto se encarga de analizar la norma al margen de su posible aplicación. Este control verifica la exigencia de la norma y que su contenido no contradiga la norma constitucional. El control de legitimidad es dinámico, persigue verificar que la aplicación de las normas de respaldo de la decisión se realice conforme a derecho, garantizando el uso de una norma convincente y válida. Válida interpretación de la norma.- La interpretación viene a ser el mecanismo utilizado por el juez para dar significado a la norma previamente seleccionada. 44 El autor Colomer, con relación a la motivación nos da un esquema que nos resulta muy práctico en el desarrollo de la decisión final. Si en su momento analizamos las implicaciones lógicas del problema y si luego delimitamos las variables argumentativas respectivas, así como cumplimos con desarrollar la interpretación de la norma y hechos aplicables al caso concreto, por la motivación estamos en condición de expresar nuestra decisión a través de una armazón organizativo – racional de las razones que nos inclinan a estimar o desestimar una pretensión.31 Diez Picasso nos refiere el concepto de “Operación total”, a través del cual no se puede decir primero cuál es la norma que se va a aplicar y después someterla a una interpretación puesto que también para decidir que una norma no se aplica, es preciso interpretarla previamente, pues existe una íntima interrelación entre la interpretación y aplicación de las normas. 32 31 Colomer, Ignacio “La motivación de las sentencias. Sus exigencias constitucionales y legales” Tirant Lo Blanch, Valencia, 2003 Pág. 241. 32 Diez Picasso, Luis. “Experiencias jurídicas y Teoría del Derecho”. 3ra. Edición. Barcelona, 1993, Pág. 241. 45 En definitiva a modo de conclusión recalcamos que la motivación cumple un fin esencial: materializa el principio de interdicción de la arbitrariedad. No podríamos concebir un juez o una autoridad administrativa que decida sin razones o que concluya un proceso en base a corazonadas, a las cuales el realismo inglés denomina hunches. La motivación va mucho más allá: legitima el proceso en su fase de conclusión, refuerza el ejercicio democrático de la función jurisdiccional y por ende, consolida las bases de un Estado Constitucional. 2.3 La inmotivación de las resoluciones y actos administrativos en la Institución Castrense. Una vez que se ha analizado la importancia que tiene la motivación en una sentencia, resolución, o cualquier tipo de acto emanado por autoridad judicial o administrativa competente, no simplemente porque está escrita o porque el legislador la puso ahí con algún objetivo que para muchos es desconocido, y por lo tanto no se la aplica en todo su contexto o se la vulnera en forma reiterada; voy a permitirme a través de esta investigación, hacer conocer la 46 forma como se desenvuelven los actos que realizan las autoridades castrenses dentro de la Institución Militar. La Constitución, les faculta el crear sus propias leyes y reglamentos, toda vez que para el cumplimiento de su misión constitucional, se hace necesario que cuente con normativa que regule sus derechos y obligaciones, así como su sistema de ascensos y promociones con base en méritos y con criterios de equidad de género; así mismo que garanticen su estabilidad y profesionalización, mandato constitucional que se encuentra claramente establecido en la actual Constitución en el Art. 160. Pero vale hacer notar que este mandato no fue incorporado recién en esta Constitución, ya existía en la Constitución de 1998 y en anteriores. Por ello la institución castrense ha creado un ordenamiento jurídico propio, no solo en materia administrativa sino también en materia penal, habiéndose recientemente como la promulgación del Código Orgánico de la Función Judicial dado cumplimiento a la Unidad Jurisdiccional, esto es pasar la justicia militar a la justicia común. 47 La Institución Militar, es una institución jerarquizada, que cumple una misión específica establecida en la Constitución de la República, los actos que derivan de la misma están sujetos a sus propias normas, las cuales regulan su situación profesional como disciplinaria; es así que todo superior dentro del ámbito de su competencia puede emitir actos no solo de mero trámite, sino que impliquen afectación a los derechos del subalterno, por ello el respecto al debido proceso, juega un papel trascendental al momento de imponerse sanciones disciplinarias por ejemplo. Como sabemos la obediencia es el pilar fundamental de la disciplina dentro de este ámbito, pero la obediencia no puede ni debe ser concebida como una sumisión; por el contrario quien imparte una orden tiene responsabilidades y sanciones si la misma está mal dada y a su vez mal ejecutada, lo que puede implicar riesgo incluso en las operaciones de seguridad nacional, por ello la importancia de saber mandar dentro del marco de la ley. A diferencia de la vida civil, la vida militar implica un inminente riesgo, quienes operativamente están al mando saben que todo acto obedece al cumplimiento 48 de una disposición; que quien recibe disposiciones superiores debe ejecutarlas y estas deben ser claras, precisas y concisas; así mismo si son desobedecidas o mal ejecutadas el responsable debe ser sancionado y para ello se hace necesario que el procedimiento de sanción esté claramente determinado en la norma, con respecto a sus leyes propias pero ante todo a la Constitución; por ello más adelante veremos la importancia de que todo acto administrativo sea motivado y determine objetivamente el motivo para la imposición de este, o sea que originó el mismo; así como una vez determinado el origen, verificar dentro de que conducta antidisciplinaria se enmarca en la ley y proceder a sancionar, pero la Resolución debe motivar con fundamentos de hecho y de derecho la falta cometida y su sanción, para ser comunicada oportunamente al sancionado, a fin de que ejerza su derecho a la defensa de considerarse mal sancionado. Dentro de la Institución Militar, existen varios organismos creados para regular la carrera profesional del militar, que en forma permanente emanan actos administrativos al conocer la situación profesional de cualquiera de los miembros militares, estos son los que se denominan los Consejos Reguladores de la Carrera, que pueden ser de tropa, oficiales subalternos, oficiales 49 superiores y de generales; los cuales conocen como su nombre lo indica asuntos de índole profesional dentro de la institución, como son sus ascensos, condecoraciones, disponibilidades, bajas, sanciones que estén en apelación, etc. Por todos es conocido que dentro de la Institución Militar, solo se hacían respetar las normativas internas, sin tomar en cuenta lo que determinaba la Constitución, por ello sus miembros al verse afectados en sus derechos agotaban la vía administrativa, pero muy pocos o casi nada, ejercían sus derechos en la vía constitucional o judicial, seguramente porque sabían cuan largos, tediosos y onerosos les resultaba el demandar a la Institución en el fuero común, pero lo que más les detenía para no continuar reclamando, era las represalías que sobre los mismos los superiores ejercían,; por ello ante el temor de un pase, una nueva sanción disciplinaria, etc., se limitaban y por ende dejaban que sus derechos se vulneren al no continuar con sus reclamos en la vía ordinaria o impugnando el acto administrativo a través de la jurisdicción contenciosa administrativa. 50 El Reglamento de Disciplina Militar anterior, establecía que el superior que conozca del cometimiento de un acto que vaya en contra de la disciplina militar, está facultado para sancionar directamente al infractor, sin observarse un debido proceso, tal es así que el infractor debía cumplir la sanción, esto es arrestos simples o de rigor o suspensión de funciones, y en forma posterior presentar el reclamo correspondiente ante la misma autoridad que le impuso y por apelación ante el superior jerárquico del sancionador. Pero independientemente de que el infractor presente su reconsideración y apelación de ser el caso, la sanción como ya la dijimos era cumplida y registrada en su libro de vida militar en el caso de Oficiales y en su Registro AP7 en el caso de tropa. Muchas veces incluso, cuando el infractor pedía reconsideración a su sanción ante la misma autoridad que le impuso esta o por apelación ante el superior jerárquico de quien le sancionó, si no se dirigía en términos corteses en su escrito, era nuevamente sancionado con un nuevo arresto, o en muchos casos, el superior le empeoraba la situación al sancionarle aumentándole la pena, 51 yéndose claramente en contra del principio constitucional de que no se podrá empeorar la situación del recurrente. En lo que respecta a los Consejos reguladores de la carrera profesional de los militares, los mismos conocían las situaciones relacionadas con calificaciones de mala conducta por ejemplo, esto es cuando el militar ante un sinnúmero de actuaciones antireglamentarias había sido sancionado por múltiples ocasiones, lo cual desdecía de su adaptación para la vida militar, ya que dichas actuaciones iban en contra de la institución armada y de su disciplina, este organismo procedía a analizar su vida militar y de ser el caso procedía a darle la baja calificándole su mala conducta. A este Consejo, hay que destacar el militar acudía sin abogado defensor, ya no se le permitía, lo cual claramente vulneraba su derecho a la defensa, es así que las resoluciones eran generalmente de baja, con lo cual el acto administrativo quedaba validado al notificarle al militar. Así también este organismo es competente para conocer la situación profesional cuando están en condiciones de ascenso, si reúne el puntaje, y ha 52 cumplido con todos los requisitos que determinan la Ley de Personal de las Fuerzas Armadas y demás normativa interna, era calificado APTO, caso contrario era puesto a disponibilidad y posterior baja de las filas militares, resolución que igualmente era comunicada al interesado. Todos estos actos emanados por autoridades competentes, tenían su plena validez al notificarse al interesado con la Resolución, pero esa notificación todo el tiempo adolecía de motivación, ya que jamás se le fundamentaba en derecho cuales eran los motivos para haber tomado esta Resolución. Generalmente las resoluciones las realizaban en 4 líneas, muy escuetas, que no le decían nada al interesado, por el contrario era casi imposible el poder defenderse sin saber cual era el motivo que supuestamente se le argumentaba para tal decisión. En realidad existían un sinnúmero de situaciones totalmente antijurídicas y violatorias a la Constitución, que no solo permitía al militar agraviado ejercer su derecho constitucional sino también su derecho a impugnar el acto por haber sido dictado sin apego a la ley. Pero esos derechos no eran ejercidos en el fuero común, si bien porque ello como ya señalamos implicaba costos, tiempo y lo que es peor aún no existía la seguridad de que el juez imparta justicia y si era 53 del caso esa decisión judicial favorable al interesado hacerla cumplir al demandado, es este caso la Institución Militar. Sin embargo podemos señalar varios casos de personal militar que al haber sido dados de baja de la Institución Militar han presentado sus reclamos en el fuero común, sea estos a través de un Amparo Constitucional, de una Declaratoria de Inconstitucionalidad o a través de un Recurso Contencioso Administrativo, que al serles favorable, la Institución se negaba a cumplirlas, habiendo incluso los afectados con la nueva Constitución (2008), presentado Acciones de Incumplimiento ante la Corte Constitucional, las cuales les han concedido incluso derechos más allá de los declarados en la Constitución anterior (Amparo Constitucional que era de conocimiento y cautelar)33, con relación a la Constitución actual (Acción de Protección que es declarativa) y que muy a pesar de los mandos militares deben ser cumplidas en forma inmediata so pena incluso de destitución de los funcionarios que la incumplan. 33 Constitución Política de la República del Ecuador , 1998. 54 Con la Constitución actual, que declara: “El Ecuador es un Estado constitucional de derechos y justicia social, democrático, soberano, independiente, unitario, intercultural plurinacional y laico. Se organiza en forma de república y se gobierna en forma descentralizada….”34 A partir del año 2008, con la enorme propaganda que hace el gobierno de respeto a la Constitución y a los derechos de los ciudadanos, vemos como en el fuero común se han presentado un sinnúmero de acciones de protección en reclamo a los derechos que les han sido vulnerados a los miembros de la Institución Militar, con los actos administrativos que emanan las autoridades castrenses, cuestionándose no solo la legalidad del mismo, sino directamente el derecho al debido proceso que argumentan no se les permite ejercer dentro de Fuerzas Armadas. A continuación describiré como si ha existido un cambio aunque leve en la forma de accionar de las autoridades, pues ahora para sancionar a un militar, en el Reglamento Sustitutivo al Reglamento de Disciplina Militar vigente, se 3434 Constitución de la República del Ecuador ,2008 55 prevé que quien conozca del cometimiento de una infracción deberá informarla al superior a través de un parte acusatorio, a fin de que éste requiera al presunto infractor un informe sobre los hechos que se le acusa y se defienda de ser el caso o los reconozca voluntariamente, posteriormente el superior deberá indagar y analizar tanto el parte acusatorio y si el caso amerita imponer la sanción solicitada, la cual no será cumplida todavía por el infractor, este la podrá apelar y de confirmarse la misma, recién ahí cumplirá su sanción, sea arresto simple o de rigor, debiendo ser registrada en el libro de vida militar o registro AP-7 según sea el caso. 35 En los casos de Consejos de Disciplina o Consejos Reguladores de la Carrera Profesional, los involucrados pueden acceder al mismo en Audiencia y ser acompañados por su abogado defensor particular o de lo contarlo la Institución les proveerá un abogado militar para que ejerzan su derecho a la defensa. Como vemos, a diferencia del tratamiento que se les daba con la anterior Constitución, se les permite ejercer su derecho a la defensa en todas las etapas 35 Reglamento Sustitutivo al Reglamento de Disciplina Militar, vigente desde 2009 56 del proceso que se esté incoando en contra de los mismos; así como se presume su inocencia hasta que no exista sentencia o resolución ejecutoriada y no cumplen hasta aquello sus arrestos y su registro en el libro de vida y tarjeta AP-7. Pero el derecho a la defensa no se limita solo a permitirles que sean asistidos por un abogado o que puedan presentar informes de descargo, este derecho va más allá, pues quien resuelve sobre la situación que involucra los derechos de un tercero, está obligada a fundamentar en hecho y derecho su decisión, a fin de que puedan ejercer su defensa el afectado a través de cualquier recurso. No se puede limitarlo al notificarle en forma escueta que ha sido sancionado o dado la baja, e ahí la importancia de que esa Autoridad fundamente su resolución en forma clara, precisa, concisa y en derecho, lo cual sin duda evitaría tanto reclamo sobre vulneración de derechos y por ende pidiendo que se deje sin efectos dichos actos administrativos a través de la Acción de Protección; siendo muy pocos los que acuden a demandar la legalidad del acto en el contencioso administrativo. 57 Es importante también destacar como se ha hecho un abuso del derecho al desnaturalizarse el verdadero espíritu de esta acción, la misma que debería ser interpuesta cuando realmente no existe otro mecanismo como el judicial para que sea reconocido como en este caso la legalidad de los actos. Por ello los abogados debemos al estudiar un caso, ver si realmente este acto debe ser impugnado como acto y ni como vulneración de derechos, ya que so pretexto de argumentar violación de derechos, estamos saturando la función judicial con acciones que son inoficiosas y lo que es peor aún pretendemos que jueces que no tienen conocimiento constitucional resuelvan sobre nuestro derechos. Dada la incidencia que ha tenido en Fuerzas Armadas el planteamiento de Acciones de Protección, por vulneración de derechos al no motivarles las resoluciones tomadas y permitir que se argumente violación al derecho a la defensa, y por ende en muchos casos dejar en la impunidad actuaciones reñidas con la disciplina, no porque estén mal sancionadas (legalidad), sino porque al motivarse la sanción no se le fundamentó la misma y el juez falla en contra de esa falta de motivación; para ello analizaremos en el siguiente capítulo si en realidad la acción de protección es subsidiaria o residual con 58 relación a la Jurisdicción Contencioso Administrativa, lo que nos facilitará poder realizar una motivación debida, en las resoluciones como se pretende. 59 CAPITULO III 3. COMO MOTIVAR DEBIDAMENTE LOS ACTOS ADMINISTRATIVOS EN FUERZAS ARMADAS 3.1 Efectos de la Acción de Amparo Constitucional y Acción de Protección en los Actos emanados por la Institución Castrense. La Acción de Amparo Constitucional, aquella garantía establecida en el artículo 95 de la Constitución Política de la República de Ecuador de 1998 y en los artículos 46 y siguientes de la Ley de Control Constitucional, fue implementada con esa denominación y características, en el año 1996. Se trataba de una acción de naturaleza cautelar de derechos subjetivos constitucionales. La doctrina, haciendo referencia al tema, señalaba lo siguiente: […] El objetivo pues de la acción de amparo, es cautelar. Tiene por finalidad hacer cesar, evitar la comisión o remediar inmediatamente por la Constitución. La Acción de amparo es, pues precautelatoria y no de conocimiento lo que implica que de aceptarse el recurso de amparo, 60 corregida la violación, la autoridad pública, puede actuar nuevamente sobre el asunto, siempre que lo haga constitucionalmente. 36 Por su parte, la jurisprudencia emitida por el Tribunal Constitucional del Ecuador, afirmaba: […] Que, la acción de amparo prevista en el artículo 95 de la Constitución de la República, se caracteriza por su naturaleza cautelar de los derechos constitucionales, de tal manera que únicamente suspende los efectos de un acto legítimo, o protege al gobernado de las consecuencias de una omisión, así mismo ilegítima, provenientes de autoridad pública, que por violar dichos derechos, cause un daño grave e inminente. 37 Por consiguiente, queda claro que la acción de amparo, no fue un proceso de conocimiento ni declarativo. La concesión de una acción de amparo constitucional no significaba que se resuelva una situación jurídica de manera 36 Alejando Ponce Martínez. El Acto de Autoridad, en, Naturaleza de Acción de Amparo, Quito, Fondo Editorial del Colegio de Jurisprudencia de la Universidad San Francisco de Quito – Projusticia – Banco Mundial, 2002, pág.14. 37 Tribunal Constitucional del Ecuador, Resolución No. 005-2003-RA 61 definitiva, tan sólo se adoptaban medidas cautelares de protección, tendientes a prevenir, cesar o remediar la violación a derechos subjetivos constitucionales. El juez constitucional, a partir de los efectos reparatorios- cautelares del amparo, podía suspender provisional o definitivamente los efectos de un acto ilegítimo, y retrotraer las cosas al estado anterior en que se encontraban previo a la emisión del acto.38 Con relación a la resultados en la práctica, la acción de amparo si contaba con efectos reparatorios, pero no necesariamente indemnizatorios. Resulta importante hacer referencia a la facultad indemnizatoria, toda vez que fue uno de los elementos que generó conflictos de yuxtaposición de competencias con respecto a la justicia ordinaria contencioso administrativa. Por un lado, se señalaba que a partir del efecto reparatorio del amparo, si era posible la concesión de una indemnización, mientras que por otro, la corriente 38 Artículo 95, Constitución de 1998: […] Mediante esta acción, se requerirá la adopción de medidas urgentes destinadas a cesar, evitar y remediar inmediatamente las consecuencias de un acto u omisión ilegítimos de una autoridad pública, que viole o pueda violar cualquier derecho consagrado en la Constitución o en un tratado o convenio internacional vigente, y que, de modo inminente amenace con causar un daño grave. 62 prevaleciente, negaba dicha posibilidad, bajo la explicación de que el amparo era una acción de naturaleza meramente cautelar (no declarativa ni de conocimiento, como si lo es la nueva acción de protección), y que no podía reemplazar otros procedimientos previstos en la Constitución, como el recurso subjetivo o de plena jurisdicción, mecanismo que, en efecto, es idóneo para atender un asunto de esta naturaleza. (Principio de interpretación sistemática de la Constitución.39 Así se suscitaron casos en la jurisprudencia constitucional, en que producto de la concesión de una acción de amparo, se ordenaba a la autoridad de la cual emanó el acto ilegítimo el pago de haberes dejados de percibir, lo que es distinto a conceder una indemnización (consecuencia del análisis del fondo del asunto controvertido). Así por ejemplo, si una autoridad pública destituía ilegítimamente a un funcionario, y dicha destitución violaba sus derechos constitucionales, el accionante podía solicitar el pago de los haberes dejados de percibir durante el tiempo que se le privó de su derecho al trabajo. A este respecto, la jurisprudencia constitucional, en los casos 063- 2001 TP y 170 -2000 RA, señalo lo siguiente: 39 Tribunal Constitucional del Ecuador, Resolución No. 004-2002 RA […] Por todo ello, a la acción de amparo no le cumple resolver el fondo de un asunto controvertido ni suplir los procedimientos que el ordenamiento jurídico ha establecido para la solución de una controversia. 63 […] En el caso que se ordene la restitución de un servidor destituido ilegítimamente, a éste se le deberán pagar las remuneraciones no percibidas, pero no se puede ordenar que le indemnicen.40 En definitiva, en la jurisprudencia constitucional ecuatoriana, se pueden identificar en gran número, acciones de amparo a través de las cuales se ordenó el pago de haberes dejados de percibir (no indemnizaciones) producto del efecto cautelar con el que contaba esa garantía constitucional. Con relación a la acción de protección, el artículo 86 numeral 3 de la Constitución vigente, eliminó el carácter meramente cautelar inherente al amparo, y confirió a la jueza o juez constitucional la potestad de ordenar mediante sentencia la reparación integral, material e inmaterial y especificar e individualizar las obligaciones positivas y negativas a cargo del destinatario de la decisión judicial, y las circunstancias en que deben cumplirse. 40 Tribunal Constitucional del Ecuador, Resoluciones No. 063-2001 TP y 170-2000 RA. 64 En tal virtud, la acción de protección, de conformidad a las disposiciones comunes inherentes a las garantías jurisdiccionales, si cuenta con efectos reparatorios, y uno de ellos, de naturaleza indemnizatoria o patrimonial. El jurista Ramiro Ávila Santamaría, haciendo alusión a la naturaleza y carácter reparatorio de la acción de protección, señala lo siguiente: […] En cambio, la Constitución del 2008 precisa los conceptos y llena un vació intolerable en el derecho ecuatoriano al establecer que las garantías son tanto cautelares como de fondo o de conocimiento. La reparación, al contrario de la indemnización en lo civil, que es exclusivamente patrimonial, puede ser material e inmaterial. 41 41 Ramiro Ávila Santamaría, “Las Garantías: herramientas imprescindibles para el cumplimiento de los derechos. Avances Conceptuales en la Constitución del 200”, en Desafíos Constitucionales, La Constitución Ecuatoriana del 2008, en perspectiva. Quito, Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, Tribunal Constitucional del Ecuador, 2008, Pág. 93. 65 Es así que la acción de protección, a diferencia de la acción de amparo constitucional, se convierte en un proceso de conocimiento, declarativo, excepcionalmente cautelar y con efectos ampliamente reparatorios. Ahora bien con respecto a la acción de protección, su finalidad primordial es el amparo directo de los derechos reconocidos en la Constitución. A partir de ello, y de la ausencia de la irreparabilidad del daño, como presupuesto de admisibilidad, se deduce que la acción de protección puede ser interpuesta directamente, sin que sea necesario agotar previamente otras vías jurisdiccionales. La no residualidad de la acción de protección, como se constató en la acción de amparo resultó ser uno de los elementos que recrudeció el conflicto de superposición de competencias con respecto a la jurisdicción contencioso administrativa. Por esta razón es conveniente analizar si esta acción constituye un recurso residual o subsidiario, lo cual nos ayudará a que las resoluciones administrativas que se adopten dentro de esta institución miliar, estén siempre 66 acordes a la normativa y precautelando la instauración de demandas en contra de la misma. Dentro de Fuerzas Armadas, existen un sinnúmero de amparos constitucionales que han sido resueltos en forma favorable para el demandante; así como acciones de protección que han permitido que personal que ha sido dado de baja haya sido reintegrado a la institución, concediéndose diferentes derechos, como los que a continuación veremos en las resoluciones de amparos constitucionales y acciones de protección presentadas en contra de la Institución Militar, que a continuación detallo: RESOLUCION N. 518-RA-01-I.S PRIMERA SALA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL, CASO SIGNADO CON EL No. 712-2001-RA ACCIONANTE: Sbte. Marcelo Ávila Carrasco. 67 Fue dado de baja de la Fuerza Aérea Ecuatoriana con fecha 1 de enero del 2001, por incompetencia profesional al haber reprobado un curso de perfeccionamiento. El Tribunal Constitucional en sus considerandos establece que al peticionario se le impidió ejercer su derecho a la defensa (falta de motivación) reconocido en el número 10 del Art. 24 de la Constitución vigente en aquella época. RESUELVE: “ 1..- Confirmar la resolución subida en grado, en consecuencia conceder la acción de amparo constitucional planteada por el subteniente Marcelo Ávila Carrasco. 2.- Devolver el expediente al Juez de origen.- RESOLUCION No. 1414-2006-RA SEGUNDA SALA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL, CASO SIGNADO CON EL No. 1414-2006-RA ACCIONANTE: Coronel EMC. Avc. Enrique Cuesta Moscoso Fue dado de baja de la Institución Militar al haber sido calificado NO APTO para su ascenso al grado de General. 68 El Tribunal Constitucional en sus considerandos establece que se la ha vulnerado el derecho a la honra al accionante al descalificarle por razones de índole moral, sin la precisión ni motivación requeridas, violentándose el Art. 23 numeral 8 de la Constitución vigente en aquella época. RESUELVE: 1.- Revocar la resolución adoptada por el Tribunal Distrital No. 1 de lo Contencioso Administrativo, Segunda Sala y en consecuencia conceder el amparo solicitado por el señor Enrique Gustavo Cuesta Moscoso; 2.- Devolver el expediente al Juzgado de origen para los fines determinados en el Art. 55 de la Ley Orgánica de Control Constitucional, y publicar la presente Resolución…” RESOLUCION No. 1004-2007-RA SEGUNDA SALA DE LA CORTE CONSTITUCIONAL PARA EL PERIODO DE TRANSICIÓN ACCIONANTE: Dr. Walter Edison Paucar Torres Fue cancelado su contrato de prestación de servicios profesionales dentro de la Institución militar. 69 La Corte Constitucional para el período de transición, dentro de sus considerandos establece que en el presente caso no se enuncian los motivos y fundamentos jurídicos para dar por terminada la relación laboral del accionante y que por lo tanto las decisiones son contrarias a la norma constitucional. RESUELVE: 1. Revocar la resolución adoptada por el señor Juez Séptimo de lo Penal de Pichincha; y, en consecuencia, conceder el amparo solicitado por el recurrente; 2.- Devolver el expediente……….” RESOLUCION No. 1027-2010-ALL CORTE PROVINCIAL DE JUSTICIA DE PICHINCHA.- TERCERA SALA ESPECIALIZADA DE LO PENAL ACCIONANTE: Coronel Pedro Marcelo Hernández Carrillo La Tercera Sala Especializada de lo Penal dentro de sus considerandos establece que: se ha violentado el derecho a la defensa y seguridad jurídica del señor Coronel Pedro Marcelo Hernández Carrillo, al haberle sancionado con 9 días de arresto de rigor cuando ya se le había concedido una amnistía por el 70 hechos ocurridos el 21 y 22 de enero del 2000 lo cual le impidió ser considerado para su ascenso al grado de General. RESUELVE: “…acepta la apelación deducida por el accionante revoca la sentencia venida en grado y en consecuencia, acepta la acción de protección presentada por Crnl. (SP) Pedro Marcelo Hernández Carrillo. Se deja sin efecto la resolución de calificación como “NO APTO” para el ascenso al grado de General de Brigada impuesta al compareciente Crnl. EMC Pedro Marcelo Hernández Carrillo….” 3.2 Formas de cómo motivar un acto administrativo como exigencia constitucional. La Institución Militar, dentro del cumplimiento de su misión constitucional de defensa de la soberanía y la integridad territorial, y como institución de protección de derechos, libertades y garantías de los ciudadanos, está obligada a cumplir y velar por el cumplimiento de los mismos, en estricta sujeción al poder civil y a la Constitución, por ello, es sumamente importante el que, no solo operativamente esté al día en el desarrollo de sus misiones de seguridad sino también en lo que respecta al cumplimiento de la normativa vigente en 71 cada uno de los actos que para el cumplimiento de esa sagrada misión ejecute. Por ello las autoridades públicas conscientes de esa enorme responsabilidad, han considerado conveniente el mantener informados a todos sus miembros de la importancia que tiene las actividades que desarrollan todos y cada uno de ellos, pero sobre todo que los derechos que les asisten, no pueden estar aislados de sus obligaciones como militares y que ese incumplimiento será objeto de sanción si es del caso, lo cual repercutirá en el desenvolvimiento de sus carreras profesionales, incluso pudiendo ocasionarles la baja. Las decisiones de la autoridad administrativa, no solo deben ser reactivas, sino también preventivas, con el fin de que su personal esté siempre motivado en el cumplimiento de su deber, por ello no solo la parte sancionadora es importante, también hay que reconocer con actos administrativos los méritos y reconocimientos que hayan sido ganados en base a esfuerzo y trabajo. Con la Constitución anterior (1998) y la actual (2008), la Institución Militar ha sido objeto de grandes críticas por parte de la sociedad civil, ante el incumplimiento de la norma, ya que es por demás cierto que so pretexto de 72 tener leyes propias, han desconocido las disposiciones constitucionales, lo que ha ocasionado que los afectados en forma efectiva hayan reclamado sus derechos a través de recursos y acciones constitucionales, así como jurisdiccionales la ilegalidad de los actos, concediéndoles el juez de la materia y disponiendo reintegros, dejando sin efecto actos administrativos, es decir reconociendo el abuso de poder que ha existido en el tratamiento a sus miembros, y que ha dado como consecuencia que incluso se desconozca el mando. Hay que reconocer que este gobierno nacional, ha dado un papel trascendental a la Constitución de Montecristi, y con ella la sociedad civil, militar y policial haya levantado la voz ante el cometimiento de actos injustos, que han debido ser reconocidos en la justicia ordinaria. Como ya lo hemos visto el mando militar y los propios miembros han tenido que hacer conciencia que vivimos en una época de cambios, en donde quien no se actualice está condenado a vivir su propio mundo y a ser relegado. Que importante es ver como en todo acto sea judicial o administrativo más que la legalidad debe primar la constitucionalidad, pues el derecho que le asiste a la persona es inmanente, por tanto no puede jamás ser vulnerado; por ello dentro de Fuerzas Armadas, “a 73 fuerza” se ha tenido que reconocer que la institución militar es parte de un todo y no es aislada, prueba de ello, es el haber este gobierno designado varios Ministros de Defensa civiles y no militares en servicio pasivo como era su tradición. La tarea para quienes en el campo del derecho hemos estado inmersos en este sistema no ha sido tarea fácil, por el contrario es una labor hasta cierto punto titánica el tener que hacerles hincapié en cada acto que la Constitución prevalece ante toda norma, incluso sobre el ordenamiento jurídico militar y que su incumplimiento acarrea demandas a la Institución y si es del caso y se determina que existe error en los funcionarios públicos al emitir dicho acto, que obligue al Estado a pagar indemnización, este se repetirá en contra del funcionario que emanó el acto. A pesar de ello han existido muchos casos en los cuales estas Autoridades se han negado a cumplir resoluciones judiciales y constitucionales, ante lo cual se les ha manifestado que dicho inacción puede provocar que se demande una 74 Acción de Incumplimiento, so pena de destitución del funcionario que no acató la orden dada por juez competente. No ha sido fácil, pero hay que reconocer que al menos los mandos medios y bajos han empezado a aceptar esta revolución constitucional. A continuación se establecerá la forma más viable como enseñar a motivar los actos, pero ante todo este accionar tiene como meta el crear una cultura de motivación en todo acto que se emane, sea de mero trámite (fundamentar) o cuando implique derechos de las personas, con la finalidad de evitar que muchos actuaciones antireglamentarias de sus miembros queden en la impunidad, por vulnerar el derecho a la defensa (Motivación) en la Resolución de autoridad competente y que sido tomada al amparo de la ley. El problema de la motivación se controla desde los recursos, pudiendo señalarse deficiencias por limitación o por ausencia; en otros términos, fundamentos incompletos o insuficientes. El criterio de suficiencia dice Colomer 75 Hernández es un parámetro de creación jurisprudencial para el control de la efectividad de la obligación de motivar- Es decir, la suficiencia no es más que un mínimo que debe cumplir la justificación del juez para poder ser aceptada como existente al ser controlada por un superior. Sin embargo, la suficiencia en modo alguno puede ser utilizada por un juez como criterio de actuación a la hora de motivar, pues los jueces deben realizar una completa justificación de la decisión adoptada.42 Si bien nuestra Constitución, leyes, doctrina y la jurisprudencia han insistido en la unidad de las decisiones jurisdiccionales y la necesaria coherencia lógica entre las premisas y las conclusiones finales y necesarias del fallo o resolución según sea el caso, en la práctica esto no siempre se cumple, ya en múltiples ocasiones no reina la debida correspondencia y armonía entre los presupuestos fácticos y normativos efectuados en la fundamentación y la decisión, sino, por el contrario, existe un exagerado simplismo que puede resultar peligroso e irracional, especialmente cuando lo considerativo constituye un antecedente lógico inseparable de los dispositivo de la resolución. 42 Colomar Hernández citado por Gozaine, Oswaldo Alfredo, ob. Cit pp440 y 441. 76 Frente a estos casos en los cuales existiría una apariencia de motivación, por expresar razones insuficientes la decisión, es necesario establecer determinados parámetros o exigencias mínimas en su contenido. Con ello no queremos negar la discrecionalidad judicial que, como decía Nino, “buena parte de la discreción es una discreción de hecho y que tiene su origen en la vaguedad o ambigüedad del lenguaje legal, o en las lagunas e inconsistencias del sistema jurídico”. 43 Es así que considero que la motivación en los actos administrativos debe ser coherente con la motivación judicial, es decir, debe ser expresa, clara, completa, legítima y lógica. EXPRESA.- Este requisito, consagrado en el artículo 276 del Código de Procedimiento Civil, tiene relación con el hecho de que los juzgadores al 43 Nino, Carlos: Introducción al análisis del derecho, Editorial Astrea, 2003, p.432 . 77 momento de dictar su sentencia deben señalar los fundamentos que sirvieron de soporte para sustentar su tesis, sin remisión a otros actos procesales. Sin embargo, en la práctica, varias resoluciones adolecen de este defecto. Sobre este punto la Segunda Sala de lo Laboral y Social de la Corte Suprema de Justicia ha manifestado que: “TERCERO: Al haberse fundamentado el recurso en la causal quinta del Art. 3 de la Ley de Casación, corresponde analizar dicho cargo en primer lugar; al efecto el recurrente sostiene se infringió el Art. 280 inciso segundo (actual 276) del Código de Procedimiento Civil, por cuanto la sentencia impugnada es una mera referencia del fallo dictado por el Juez de Origen. Tal afirmación que debe ser analizada en relación con la motivación,, garantía ésta del debido proceso que se encuentra consagrada en la Constitución Política de la República, la misma que en su Art. 24 numeral 13 dispone: “Las resoluciones de los poderes públicos que afecten a las personas, deberán ser motivadas. No habrá tal motivación si en la resolución no se enuncian normas y principios jurídicos en que haya fundado, y si no se explicare la pertinencia de su aplicación a los antecedentes de hecho…; por ello con razón la doctrina manifiesta que: “La motivación de la sentencia constituye un elemento intelectual, de contenido crítico, valorativo y lógico, que consiste en el conjunto de razonamientos de 78 hecho y de derecho en que el juez apoya su decisión (Fernando de la Rúa, Teoría General del Proceso, Ediciones Depalma, Buenos Aires, 1991, Pág. 146). Debiendo observarse por tanto respecto a la motivación que la sentencia reúna los requisitos de ser clara, expresa, completa, legítima y lógica; ya que de lo contrario será una resolución arbitraria o ilógica; y en la especie, como lo afirma el recurrente, la sentencia impugnada no ha sido debidamente motivada, ya que es una mera referencia al fallo dictado por el Juez de Origen, defecto esencial que debe ser corregido en base al fundamento del recurso”.44 CLARA.- De modo que el pensamiento del juzgador debe ser aprensible, comprensible y cuantificable y no dejar lugar a dudas sobre las ideas que expresa. La motivación, lo mismo que toda sentencia en su conjunto, debe 44 Juicio No. 185-2005 de 16 de abril del 2008. En este mismo sentido se ha pronunciado esta Sala en el Juicio No. 035-2004 de 26 de agosto del 2004 publicado en el Registro Oficial No. 3 de 25 de abril del 2005 cuando dice: “CUARTO: En el caso de la presente controversia, tienen razón los recurrentes, en cuanto a que la Primera Sala de la Corte Superior de Justicia de Guayaquil, en su fallo totalmente escueto, “no hace ningún análisis jurídico respecto de los hechos que configuran el despido intempestivo y que da lugar al pago de la jubilación patronal”, pues, aún cuando la Sala de Alzada confirma la sentencia recurrida, se estaría incumpliendo con lo que manda el artículo 280 del Código de Procedimiento Civil”. No así el Juicio No. 245-2003 de diciembre 18 del 2003, publicado en el R.O No. 393 de 05 de agosto del 2004, en el cual dicha Sala dispuso expresamente: “…CUARTO: En cuanto se refiere a que el impugnado viola lo preceptuado en el artículo 280 del Código de Procedimiento Civil, este Tribunal advierte que lo contrario de lo que sostiene el casacionista, la Sala de Alzada ha analizado “los puntos que ha decidido, lo fundamentos o motivos de la decisión, con claridad y expresando las razones por las cuales rechaza la apelación…” 79 evitar expresiones ambiguas, y procurar que el lenguaje utilizado, aunque técnico, sea totalmente exacto, de forma que no se preste a distorsiones e interpretaciones. Esta exigencia se halla establecida en el artículo 275 del nuevo Código Adjetivo Civil. Así por ejemplo, la motivación no es clara cuando no contiene en su redacción referencias concretas que permitan singularizar su razonamiento, como específicamente referido al caso, y alude a generalidades, casos hipotéticos no venidos al tema, o es construida con un lenguaje completamente estereotipado. COMPLETA.- Debe abarcar los hechos y el derecho. Respecto de los hechos, debe contener las razones que llevan a una conclusión afirmativa o negativa sobre la existencia de los episodios de la vida real con influencia en la solución de la causa. Debe emplear las pruebas incorporadas al proceso, mencionándolas y sometiéndolas a valoración crítica. El juez consignará las conclusiones de hecho a que llega y esta exigencia atañe ya a la fundamentación en derecho de la sentencia, porque constituirá la base de aplicación de la norma jurídica. La motivación en los hechos está constituida 80 por la valoración probatoria; la fundamentación en derecho tiene como punto de partida la fijación de esos hechos. La descripción fáctica es el presupuesto de la aplicación de la ley y, por tanto, un requisito de la motivación en derecho de la sentencia.45 A continuación refiriéndonos a este punto, la Sala de lo Penal de la Corte Suprema de Justicia de El Salvador, en uno de sus juicios señala lo siguiente: “La motivación para ser completa debe estar referida tanto al hecho como al derecho, valorando la totalidad de las pruebas y suministrando las conclusiones a que arribe el Tribunal sobre su examen y sobre las consecuencias jurídicas que de su aplicación se derivan, no pudiendo considerarse motivación legal ni aplicación integral de las reglas de la sana crítica una simple y llana referencia a la prueba por parte del sentenciador, sobre todo cuando se le resta valor de un modo general y abstracto como en el caso de autos, en donde el Tribunal A-quo omitió de forma deliberada la valoración de las declaraciones de los señores Tomás Gabriel Alvarado Y Salvador Ríos Alvarado, pruebas sobre las que el Tribunal de juicio no obstante haber sido introducidas legalmente al debate, manifestó so valorarlas por hacer referencia la primera a un contrato que no tiene relación al hecho que se ventilo en la vista pública y la segunda 45 CFT De la Rúa, Fernando, ob. Cit,p.151 y 152. 81 por advertirse intereses contrapuestos, que podrían por conveniencia o parentesco influir sobre la voluntad del deponente, por lo que a juicio de esta Sala, la decisión impugnada dista del cumplimiento de la exigencia señalada en los Arts. 130, 162 inc. 3° y 356 Inc. 1° Pr.Pn, dado que tales disposiciones preceptúan que las resoluciones judiciales como requisito intrínseco del acto deben ser motivadas a efecto que conste en ellas el necesario contrapeso de los intereses enfrentados en el proceso.” Ahora bien, ¿Qué pasaría si la sentencia o resolución no contuviera en forma precisa y expresa las normas legales en las cuales los juzgadores deben sustentar sus afirmaciones?. Para analizar este tema vale indicar lo que dispone el artículo 274 del Código de Procedimiento Civil: “En las sentencias y en los autos se decidirán con claridad los puntos que fueren materia de la resolución, fundándose en la Ley y en los méritos del proceso, a falta de ley, en precedentes jurisprudenciales obligatorios, y en los principios de justicia universal”. En definitiva, parecería que esta circunstancia por sí sola no da lugar a la falta de motivación de la sentencia, cuando, implícitamente se hace referencia a ellas, en concordancia con lo determinado por la demanda o los méritos del proceso y, adicionalmente, en la jurisprudencia y en los principios universales del derecho. Así lo ha señalado la doctrina admitiendo la 82 posibilidad de la omisión de una cita cuando, por las modalidades del fallo, es posible inferir los preceptos de las leyes aplicadas, o cuando, pese a que no se menciona el artículo legal, se aprecia de otro modo la norma. En este sentido se ha pronunciado la Segunda Sala de lo Laboral de la Corte Suprema 46. De igual manera, la Primera Sala de lo Civil y Mercantil de la Corte Suprema, también manifiesta que es posible convalidar la sentencia que cita expresamente alguno de los textos legales que la fundamentan, aún cuando se advierta indeterminación en la cita de otros. La cita legal debe recaer sobre lo que es esencial o sustancial en la decisión. No es necesario hacerlo sobre cada una de las premisas o conclusiones secundarias, ni es indispensable que todas y cada una de las afirmaciones, proposiciones y consideraciones tengan el respaldo de un texto legal. Lo importante es que se funde es la ley la consecuencia de la conclusión jurídica. La ubicación de la cita en la estructura del fallo no tiene trascendencia, lo importante es que exista como 46 CFT. Juicio No. 322-2006 de marzo 19 de 2007, Hugo Cedeño Moreira vs. EAPAM, publicado en el R.O.S. No. 360 de 16 de junio del 2008. Juicio No. 1010-2007 de 01 de octubre de 2008 sin publicación aún en el R.O. 83 fundamentación en derecho (v. gr. Si está omitida en la motivación y consta en la parte resolutiva, o viceversa.)47. En resumen, para que la motivación sea completa, el juez debe demostrar los hechos y fundarla en derecho, para lo cual debe descubrirlos y luego calificarlos, subsumiéndolos en la norma jurídica. LEGÍTIMA.- Debe hacerse en pruebas legales y válidas. Ahora debemos recordar que la valoración que hace el juez de estas pruebas tiene que ser total y sobre toda la prueba, pues la verdad a medias, es falsedad. El Art. 121 del Código de Procedimiento Civil establece “Solo la prueba debidamente actuada, esto es aquella que se ha pedido, presentado y practicado de acuerdo con la ley, hace fe en juicio.”. 47 Juicio No. 633-1995, Resolución No. 301 de 20 de mayo del 1999 publicada en el R.O. No. 255 de 16 de agosto de 1999. 84 En consecuencia para que exista legitimidad en la motivación la valoración de la prueba debe ser correcta, no debe ser absurda o arbitraria, debe ser verdadera, respetando los principios de valoración como las reglas de la lógica y existe ilegitimidad de la motivación cuando el juzgador prescinde de las pruebas esenciales. Computa pruebas inexistentes o valora pruebas inválidas. LÓGICA.- Debemos observar en la motivación los principios lógicos que guían en razonamiento correcto. Como se observa, este es un requisito transversal, que afecta a los otros requisitos. La motivación, en términos generales, debe ser coherente y debidamente derivada o deducida, pero utilizando las máximas de la experiencia, la psicología y las reglas de a sana crítica. Para que una sentencia sea coherente debe ser congruente, es decir que sus afirmaciones guarden una correlación adecuada; inequívoca, que no dé lugar a dudas sobre las conclusiones a las que llega; y, no contradictoria. Para que la sentencia sea debidamente derivada se requiere que sus conclusiones sean concordantes, es decir, que correspondan un elemento de convicción, y se deriven de elementos verdaderos y suficientes parta producir razonablemente el convencimiento del 85 hecho. Este requisito será mayormente expuesto al referirnos al criterio de validez que debe tener la motivación de los fallos.48 Sobre los cinco requisitos que hemos analizado, vemos que el juzgador (juez) y la autoridad pública que emana actos administrativos, al momento de expedir su resolución, debe tener en cuenta todos y cada uno de ellos, a fin de que ésta sea válida; sin embargo, la motivación no es sinónimo de amplitud ni de extensión, sino de valoración objetiva y razonabilidad; al ser el acto administrativo un acto unilateral este debe ser un mecanismo de protección jurídica del administrado en frente a las prerrogativas del poder político que se concretan en los atributos de los actos administrativos que son obligatorios y se ejecutan de oficio por la autoridad que los expide. Así el particular a través del conocimiento de la causa que originó que la decisión que los afecta y de sus fundamentos de derecho, tiene la posibilidad de ejercer su derecho a la defensa, y eventualmente el juez administrativo podrá establecer si los motivos 48 Hans Kelsen, mantuvo una posición diametralmente opuesta, pues para él a diferencia de Ulrich Klug, no existe una lógica jurídica y afirma que la decisión judicial basada en la analogía no es una deducción, sino el estable cimiento de nuevo derecho. En conclusión, según dicho autor, al derecho no se aplican ni el principio de no contradicción, ni las reglas de la inferencia; el razonamiento por analogía y el argumentum a maiore ad minus no son instrumentos de una lógica propiamente jurídica, sino biombos tras los que se ocultan actos de voluntad del juez. Cft. Losano, mario: Teoría Pura del Derecho: evolución y puntos cruciales, Editorial Tennis, Bogotá, 1992, pp. 62 y 63. 86 que expresa la administración fueron reales y ciertos, y si la autoridad que expidió el acto se sujetó a derecho. Aplicarse estas formas al momento de resolver la autoridad castrense, es el objetivo de este estudio, esta adecuada aplicación permitirá que los actos tomados estén basados en la norma (legalidad) y no sean susceptibles de vulneración de derechos, pues si el mismo se encuentra dentro del marco constitucional y legal no existirá ningún recurso u acción que pueda dejar sin efecto el mismo y este deberá ser cumplido por el administrado. Como ya vimos en líneas anteriores, ha existido a raíz de la Constitución vigente un sinnúmero de reclamos ejercido por parte de los administraos que no cuestionan la legalidad del acto, sino la vulneración de derechos al emitirse el mismo, por ello dentro de Fuerzas Armadas es importante día a día crear una cultura jurídica en todos sus miembros, ello permitirá que tanto administrador como administrados propendan a que el respecto no sea solamente unidireccional, de subalternos a superiores, sino en doble vía, evitándose de esta manera demandas constitucionales 87 y eventualmente contencioso administrativas, para el reconocimiento de sus derechos y la impugnación del acto respectivamente. 88 4. CONCLUSIONES y RECOMENDACIONES 4.1 CONCLUSIONES Una vez concluido el presente análisis, a continuación estableceré las conclusiones del mismo y que en el desarrollo del mismo he fundamentado a través de argumentos legales concretos que me han permitido emitir criterios personales enfocados al tema específico dentro de la institución castrense, tomando en consideración lo específico de su misión constitucional. Las conclusiones que a continuación expondré son el resultado de la visión con la que se procedió al tratamiento del tema de la motivación en los actos administrativos basados en la motivación de las resoluciones judiciales, su análisis y conceptualización, para luego explicar como el acto administrativo dentro de su estructura sistemática y lógica debe obedecer a una conclusión fundamental de los hechos que van a ser resueltos por la autoridad administrativa en forma unilateral. 89 Bajo estas premisas podemos concluir que: 1. El Acto Administrativo dentro del Derecho Administrativo obedece a una concatenación de normas jerárquicamente ordenadas, al término de las cuales surge el acto, como declaración unilateral de la voluntad de la Administración, ya que emanan de ella, encontrando actos administrativos y potestad discrecional (actos reglados y actos discrecionales); actos que no causan estado (actos firmes o consentidos y actos confirmatorios); actos favorables y actos de gravamen; actos expresos y actos tácitos, los cuales deben ser motivados, a excepción de los actos que son considerados de mero trámite. 2. El acto que se emana, debe ser observado en forma interna o estructura formal, debe expresar los fundamentos de hecho y de derecho que motivan la resolución del mismo, ya que el acto al ser plasmado en una Resolución si es claro, preciso y conciso, dará la oportunidad de que el que crea afectado con el mismo pueda ejercer du derecho a la defensa a través de los recursos previsto en el procedimiento administrativo. 90 3. Una resolución administrativa debe contener Antecedentes, Consideraciones y la Resolución en sí, por ello la importancia de que tanto las autoridades castrenses como los organismos que estructuralmente se encuentran dentro de la organización militar, efectúen sus actuaciones dentro de la ley y sus resoluciones las fundamenten a fin de que el administrado sepa en forma clara cuales son los motivos que originaron la misma a fin de que pueda ejercer su derecho a la defensa de creerse perjudicado con la resolución. 4. La Sentencia como un acto complejo realizado por un juez involucra tanto elementos de carácter volitivo, así como una operación de carácter crítico; en la resolución vemos a más de estos elementos que el carácter crítico está dado muchas veces por quien desconoce el derecho y por ende el juicio crítico no puede ir en contra de lo que proclama el nuevo paradigma de “estado constitucional de derechos y justicia social” que establece la nueva Carta Magna. 91 5. En el desarrollo de esta tesis hemos afirmado que, entre los requisitos de la motivación: expresa, clara, completa, legítima y lógica y la motivación debida, existe una relación lógica de implicación material, donde cada uno de dichos requisitos constituyen condiciones necesarias, pero ninguno de ellos, suficiente por sí mismos, para justificar la decisión. Por lo tanto, la verificación de una motivación correcta pasa por la concurrencia de todos y cada uno de los requisitos señalados. 6. Las resoluciones emanadas por autoridades y organismos castrenses no son motivadas en forma suficiente, lo que ha originado que exista una serie de acciones de protección y contencioso administrativas planteadas en contra de las mismas, por las violaciones de derechos y sobre la legalidad de los actos que han sido dictados contra norma expresa. 4.2 RECOMENDACIONES Estas conclusiones generales, nos permiten a manera de recomendación señalar que: 1. La autoridad que emite una resolución debe siempre buscar que la decisión esté legalmente justificada sobre la base de premisas que fundamenten su razonamiento lógicamente válido y materialmente 92 verdadero; no obstante, esta resolución no se agota con esta mera operación mecánica de la lógica formal, sino que debe responder, además a una serie de advertencias que forman parte del conocimiento mismo de la vida, denominadas máximas de la experiencia, que incluso abarcan principios y reglas de la psicología y la política. 2. Con relación a las distintas formas de motivación, entre ellas, los textos impresos o las sentencias motivadas en formularios, consideramos que la autoridad pública al igual que los jueces deben guiarse en ciertos criterios uniformes y sistemáticos que se han repetido a lo largo del tiempo, al momento de expedir sus resoluciones, pero sin que se descuide la introducción de nuevas consideraciones y razonamiento propios de cada caso específico, correlacionando los principios, reglas, normas y jurisprudencia en general, con las premisas lógicas de cada resolución, caso contrario estaríamos frente a una elaboración mecánica y preimpresa en las cuales la motivación estaría reducida a su máxima expresión, ya que éstas conservarían un patrón o modelo que limitarían la racionalidad aplicada al caso concreto. 93 3. Para finalizar este estudio y con la finalidad de que dentro de Fuerzas Armadas, exista una cultura de respeto a la Constitución y la ley, y que sus autoridades logren llegar a dictar resoluciones debidamente motivadas, es necesario que puedan potenciar aptitudes institucionales a más de la disciplina y lealtad, como son la ética y la moral, el pensamiento lógico y el respeto a la norma, pero ante todo el respeto al ser humano sin distingo alguno, lo cual se verá de manifiesto en cada resolución que emanen, pues como lo establece la Carta Magna la Institución Militar es protectora de derechos, libertades y garantías, siendo su misión en estricto cumplimiento a la misma; para ello, la presente investigación está dirigida a cómo y de qué manera se deben motivar dichas actuaciones, estableciendo para ello dentro del marco constitucional y legal, la necesidad de que dichos actos estén expresados en forma clara, completa, expresa, legítima y lógica, con la finalidad de evitar inconvenientes a futuro, que desdigan de la actuación idónea, imparcial, objetiva y veraz de las autoridades y organismos militares para con sus administrados. 94 95