Capítulo I LA EDUCACION AMBIENTAL: UN BREVE RECORRIDO

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Capítulo I
LA EDUCACION AMBIENTAL: UN BREVE RECORRIDO
HISTORICO
“Allí donde crece el peligro, crece lo que salva”
F. Gólderlin.
1.1 Orígenes de la educación ambiental
Ya Rousseau (1712-1778), para quien “la Naturaleza es nuestro primer maestro”
hasta las actuales corrientes pedagógicas, insistió en la necesidad de contacto con el
entorno como vías de aprendizaje. Lo que caracteriza a estas teorías pedagógicas es la
consideración de la Naturaleza como un recurso educativo. Si la sociedad occidental de
nuestra era consideró los bienes naturales como algo que está ahí “para ser explotado”,
esa misma filosofía es la que ha venido inspirando las prácticas docentes: explotar la
Naturaleza como una fuente educativa.
En las últimas décadas hay un cambio profundo en la percepción de las relaciones
entre Sociedad y Naturaleza. La explosión demográfica; la conciencia de que el
desarrollo económico no siempre ha supuesto beneficios para la humanidad sino que, en
muchas ocasiones, ha desencadenado alteraciones ecológicas de graves consecuencias;
agotamiento de los recursos no renovables, etc., ha provocado una toma de conciencia
generalizada de que el camino emprendido por la sociedad, y el modo en que se han
enfocado las relaciones de los seres humaos con el medio que los sustenta es algo que
debe ser replanteado.
Ello va parejo con una generalización y divulgación de la problemática ambiental
que, a través de los medios de comunicación, se convierte en un hecho más de la
cotidianeidad de las personas. La cuestión ambiental ya no es sólo científica, sino
política y social. Ya no compete a una minoría: es el patrimonio cotidiano de toda la
humanidad.
Así, una nueva percepción del tema ambiental se abre paso. Los hombres y mujeres
de nuestra época ya no pueden entenderse a sí mismos como el centro de un planeta que
gobiernan a su antojo, pues se ha demostrado que ese planeta tiene en sí mismo su
propia dinámica de funcionamiento, que mantiene un equilibrio sistémico, y que
cualquier alteración notable o irreversible en una de sus partes repercute sobre todos los
demás componentes del sistema.
De esta manera, se pone en cuestión la larga tradición antropocéntrica que ha
marcado nuestra historia. Por primera vez, la humanidad “dominadora”, la sociedad que
“explota los recursos”, se replantea su propia identidad dentro de ese inmenso
mecanismo de interacciones que es la Biosfera. Hoy, ante la amenaza a nuestra propia
supervivencia como especie, una nueva concepción filosófica intenta abrirse paso: los
seres humanos han de reajustar su papel en el planeta, modificando su propia percepción
de sí mismos. Más allá de posiciones paternalistas de una u otra índole; más allá de la
visión última de que la Tierra gira en torno a nuestras voluntades, está el abandono de
nuestro antropocentrismo secular.
El cambio filosófico consiste en el reajuste global de las conciencias, en una nueva
percepción que la humanidad hace de su propio rol en el escenario ecológico.
Al variar la percepción general de las relaciones humanidad-Naturaleza, provoca,
una visión pedagógica del tema ambienta. No podríamos pasar por alto concepciones
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como la de Freinet de que “la enseñanza de las ciencias tendría que basarse
exclusivamente en la observación y la experiencia infantiles en le mismo medio”. Ya
no basta con enseñar desde la Naturaleza, usando ésta como recurso educativo; ni con
proporcionar información sobre el mundo como objeto de conocimiento; se impone
un paso más a nivel teleológico, un salto hacia delante: educar para el medio ambiente
(de modo que la conducta correcta respecto al entorno se constituye en uno de los
objetivos del proceso de enseñanza-aprendizaje).
Este giro filosófico y didáctico supone el paso desde el estudio “del” medio o “en”
el medio hacia la educación ambiental. Un nuevo modo de entender las relaciones de
los seres humanos con su entorno. La especie humana se comprende a sí misma como
parte de la Biosfera. Se trata de pasar de una educación basada exclusivamente en
objetivos psicológico (el desarrollo de las personas) para integrar criterios de índole
ecológica (el desarrollo equilibrado de las personas conciliado con el desarrollo
equilibrado del medio ambiente).
Los años finales de la década de los sesenta y el principio de la década de los
setenta marcan nuevas concepciones educativas, la “educación ambiental”.
1.2 Las primeras respuestas institucionales: 1968 y el fin de una década
1968 fue el año del mayo francés y el inicio de la educación ambiental como
movimiento innovador que va a alcanzar a las instituciones y plantearles cambios. Este
año podemos situar algunos acontecimientos a nivel de naciones y organismos
internacionales que expresan un sentimiento colectivo de necesidad.
a) La respuesta del Reino Unido
En estas fechas se celebra en el Reino Unido las conferencias preparatorias para el
Año Europeo de la Conservación (1970), con el nombre genérico de “The countryside
in 1970” (La campiña en 1970). Estas conferencias sirvieron para reunir a representante
de múltiples organizaciones que habían venido trabajando en la gestión y ordenación del
medio natural, con el fin de reflexionar sobre lo que debería ser la campiña británica en
1970, y planificar las acciones necesarias para conseguirlo.
La educación ambiental que está surgiendo aparece marcada por tintes
conservacionistas (heredando la tradición anglosajona). La acción educativo-ambiental
es una realidad que viene surgiendo desde las bases, por efecto de unos enseñantes
preocupados por el desarrollo de itinerarios de la Naturaleza, salidas al campo, etc.
Uno de los principales resultados de las conferencias es el surgimiento, en 1968, del
Council for Environmental Education (Consejo para la Educación Ambiental),
organismo que coordina la actuación de organizaciones implicadas en temas de medo
ambiente y educación , entre las que figuran las Autoridades Locales de Educación,
organizaciones profesionales, asociaciones de enseñantes, cuerpos de voluntariado, etc.
El Council hizo reconocimiento expreso de que “los elementos naturales, rurales y
urbanos del ambiente están inextricablemente ligados y son interdependiente”. Se
estimaba que el tratamiento interdisciplinar sería el más adecuado para desarrollar
proyectos educativos de carácter ambiental.
Estos criterios se anticipan a una corriente de opinión que irá imponiéndose a lo
largo de los años siguientes. El Council aglutina los esfuerzos y las aportaciones
teórico-prácticas de múltiples colectivos. Es un modelo a tener en cuenta a la hora de
planificar cualquier política educativa global en este campo.
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b) La respuesta en los Países Nórdicos
En Suecia (1968), a propuesta del Parlamento, la Dirección Nacional de Enseñanza
Primaria y Media –la autoridad escolar central- iniciaba una revisión de los programas
de estudios, métodos y materiales educativos. Se estimó que la educación ambiental no
debería constituir una materia aislada en el sistema escolar sueco, sino que habría de
considerarse como un aspecto importante de las diversas disciplinas y un punto de
enlace entre ellas. La enseñanza ha de basarse en las experiencias e investigaciones de
los propios alumnos sobre el medio, y debe crear conciencia sobre los problemas
ambientales y sentido de la responsabilidad para afrontarlos.
Se anticipa aquí ya la consideración de la educación ambiental como una dimensión
más. Se recomienda una metodología basada en la propia experiencia de alumnos/as,
dentro de un enfoque activo y participativo que será esencial para el desarrollo de esta
corriente educativa.
El papel de la educación en los procesos de concientización respecto al medio
ambiente, aparece siete años más tarde, como uno de los pilares fundamentales de la
“Carta de Belgrado”, documento reconocido internacionalmente como marco de
principios par una educación ambiental. En el resto de los países nórdicos se va a
desarrollar una política general que, los situará como pioneros a escala europea.
c) La respuesta en Francia
El sistema educativo francés, heredero de una larga tradición pedagógica, se
incorpora en esta década a este giro hacia la “pedagogía del medio ambiente”
En el año 1968 se produce una Circular Ministerial del 17 de octubre que precisa a
los educadores que conviene abrir la enseñanza al mundo.
Esta apertura de la escuela a la vida será, uno de los criterios rectores básicos. Se
completa con las indicaciones de otra circular, la del 1 de abril de 1971, que habla a los
enseñantes sobre la creciente gravedad que toman los problemas del medio ambiente y
la necesidad de preparar a las personas en una buena compresión y una gestión
esclarecida de su medio de vida, recomendándoles que procuren informar sobre ello a
los alumnos y les hagan captar la importancia de estos problemas.
En el espacio de tres años que va de una circular a otra, hay un cambio de lenguaje,
un desplazamiento den el centro de interés que, si en la primera de las instrucciones es
de índole psicológico, en la segunda presenta acento ecológico. La postura de los
siguientes años dará como fruto un Coloquio Internacional sobre Educación Ambiental
(Aix-en-Provence, 1972), y una ejemplar campaña de adaptación a las nuevas
exigencias que plantea la integración de la dimensión ambiental en el curriculum
escolar.
d) La respuesta de la UNESCO
En el año 1949 se había desarrollado, a instancias de la UNESCO, un estudio
internacional que daba testimonio de su preocupación por la problemática del medio
ambiente y sus implicaciones educativas. Se estudiaron las posibilidades de utilización
de los recursos naturales con fines educativos, en un total de 24 países.
En 1968, encontramos un nuevo trabajo de la UNESCO que marca un hito en el
avance de la educación ambiental. Es “Estudio comparativo sobre el medio ambiente en
la escuela” que dicho organismo encargó a la Oficina Internacional de Educación de
Ginebra.
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En dicho Estudio se sometió a la consideración de los diversos Estados miembros de
las Naciones Unidas una encuesta que, contestada por 79 de ellos (incluida España),
habría de servir de base para la confección de un dossier basado en los siguientes
aspectos:
-
Lugar asignado al estudio del medio ambiente en las actividades escolares en
conjunto.
Relación con movimientos de juventud.
Objetivos y definición.
Programas y asignaturas para su estudio.
Métodos, técnicas de enseñanza y medios auxiliares.
Formación del profesorado.
Este estudio supone una ampliación del de 1949, por su extensión, metodología y
análisis de tipo comparativo, que permite comprender las incidencias que influyen en
una u otra zona para el desarrollo idóneo de actividades educativas de carácter
ambiental.
La UNESCO se sitúa en el punto de partida para iniciar una campaña a medio y largo
plazo que promueva la educación ambienta: saber qué se está haciendo en cada país y
cómo se está haciendo. El objetivo: conseguir que la educación se incorpore a una
dinámica en la que la escuela y su entorno constituyan una única realidad.
En el preámbulo introductorio de esta investigación, UNESCO fija algunos criterios
sobre educación ambiental que serán base de posteriores formulaciones aceptadas
internacionalmente. Por ejemplo, “el estudio acerca del medio ambiente no debe
constituir una nueva disciplina”, sino que debe verificarse paulatinamente por un
proceso integrador de la cuestión ambiental en el currículum escolar. Esta idea
concuerda con el carácter de “dimensión”, propugnada por las autoridades escolares de
los países nórdicos y con la propuesta interdisciplinaria del Council. Es importante,
también, considerar el “medio ambiente” incorporando los aspectos sociales, culturales,
económicos, etc., fuertemente interrelacionados.
Por otra parte, el informe de la Oficina Internacional de Educación hace una
sugerencia de importante repercusión en las reflexiones pedagógicas posteriores: “el
estudio del medio comienza por el entorno inmediato”, que sirve como punto de partida
para descubrir los ambiente lejanos.
Los resultados de la encuesta, revelaron una enorme gama de posibilidades para la
educación ambiental desde la escuela, pero con dificultades de orden financiero y la
carencia de personal preparado para implantar nuevos programas. Para entender el
contexto histórico, conviene resaltar que se está pensando fundamentalmente en una
educación ambiental “escolar”, diseñada y ejecutada desde las instituciones educativas.
Para concluir, haremos una apreciación semántica: el Informe habla todavía de “el
estudio del ambiente en la escuela”, es decir, se parte de las tradicionales posiciones
pedagógicas que venían asignando al entorno un papel auxiliar en las tareas educativas.
Sin embargo, el estudio condene conceptos y reflexiones que señalan el despegue hacia
nueva concepciones educativas más amplias. Es el momento de la transición, en la que
el lenguaje todavía no revela con precisión la realidad.
Finalmente, el año 1968, señala el paso desde una preocupación generalizada por el
tema del medio ambiente hasta unos planteamientos pedagógico que comienzan a
formularse y expresarse a nivel institucional. Es el momento en que las naciones y los
organismos internacionales ponen los cimientos de lo que, a lo largo de los años
siguientes, habrá de irse perfilando como “educación ambiental”.
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1.3. La década de los años 70: de Estocolmo a Tbilisi
a) La creación del Programa MAB de la UNESCO
En París, del 9 al 19 de noviembre, tiene lugar la primer reunión del Consejo
Internacional de Coordinación del Programa sobre el Hombre y la Biosfera (Programa
MAB), con la participación de 30 países, y diversos organismos internacionales, como la
Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), la
Organización Mundial de la Salud (OMS), la Unión Internacional para la Conservación
de la Naturaleza y los Recursos Naturales (UICN), etc.
El Programa MAB surge como un proyecto descentralizado que opera a través de un
marco de Comités Nacionales establecidos en los Estados miembros de la UNESCO.
Sus líneas directrices serán fijadas por el Consejo Internacional de Coordinación del
MAB o a través de reuniones periódicas.
La creación del MAB se justifica en sus declaraciones de principios por la necesidad
de llevar a cabo “un programa interdisciplinario de investigación que atribuya especial
importancia al método ecológico en el estudio de las relaciones entre la humanidad y el
medio”. Sus proyectos, de carácter intergubernamental, estarán centrados en el estudio
general de la estructura y funcionamiento de la Biosfera y de sus regiones ecológicas; en
las observaciones y la investigación sistemáticas de los cambios provocados por la
humanidad en la Biosfera y sus recursos; en los efectos globales de esos cambios sobre
la especie humana; y en las actividades de enseñanza e información sobre esos
problemas.
El Programa se orienta a obtener información científica sobre temas de interés
mundial o gran significación regional, así como a la aplicación de técnicas de
simulación y ensayo de proyectos, con el fin de que sus resultados y conclusiones se
puedan transferir a la resolución de problemas concretos.
-
Objetivos del Programa (objetivo general)
“Proporcionar los conocimientos fundamentales de ciencias naturales y de ciencias sociales
necesarios para la utilización racional y la conservación de los recursos de la biosfera y para el
mejoramiento de la relación global entre el hombre y el medio, así como para predecir las
consecuencias de las acciones de hoy sobre el mundo del mañana, aumentando así la capacidad
del hombre para ordenar eficazmente los recursos naturales de la biosfera” (UNESCO, 1971).
Explicitando y precisando al anterior, se fijan 7 objetivos específicos. El objetivo
séptimo, sirve de colofón y dice así:
“Fomentar la educación mesológica en su sentido más amplio:
-
Preparando material básico, con inclusión de libros y medios auxiliares, para los
programas de enseñanza en todos los niveles.
Promoviendo la formación de especialistas en las disciplinas pertinentes.
Subrayando el carácter interdisciplinario de los problemas mesológicos.
Suscitando el interés global por los problemas mesológicos con ayuda de los diversos
medios de información.
Fomentando la idea de la realización personal del hombre en asociación con la
Naturaleza y su responsabilidad hacia ésta (UNESCO, 1971).”
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Este proyecto científico, de largo alcance, incluye entre sus objetivos básicos el
desarrollo de la educación sobre el medio. Una llamada a los Estados y organismos
internacionales emplazando a abordar el problema con interés y urgencia.
El término “mesológico” (derivado del griego “mesos” = medio) adjetiva la
educación cuando ésta afecta a la problemática ambiental. La expresión, revela el
carácter todavía minoritario del movimiento ambientalista, y la captación del problema
aún privativa del mundo de los científicos. Se están recogiendo los primeros frutos de
trabajos pioneros, advirtiendo de los peligros del planeta a causa de un desarrollo
incontrolado, que alertaba a la humanidad sobre los riesgos de nuestros impactos y la
necesidad de detener la destrucción el equilibrio ecológico.
En la medida en que la toma de conciencia sobre los problemas de la contaminación,
la energía o el agua, rebasa el ámbito del mundo científico y se incorpora a las personas
de la calle, a los políticos, periodistas, educadores, etc., el término “ambiental” gana
terreno, y se acuñan ya como clásicas las expresiones, “environmental education”
(países anglosajones), “education à l’environnement” (Francia), etc. Así, el lenguaje
expresa el cambio de una realidad social.
b) La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano (Estocolmo
1972)
-
Antecedentes: El Informe Founex
Esta Conferencia es precedida por un amplio proceso de reflexión teórica, donde
destaca la Reunión de Expertos celebrada en Founex, Suiza, del 4 al 12 de junio de
1971. Participaron representantes de todas las zonas del planeta, cuyas aportaciones se
recogen en el llamado “Informe Founex”, documento que ha servido de referencia a
múltiples debates posteriores por la claridad y sistematización con que aborda la
problemática ambiental y las posibles alternativas que presenta.
El informe comienza reconociendo que el ritmo rápido de crecimiento no siempre es
equiparable al progreso, entendiendo éste como mejora cualitativa de las condiciones de
vida, cono un paso adelante en metas de tipo social y cultural, y no solamente
económico; para advertir seguidamente sobre la necesidad de que se adopte un modelo
integral de desarrollo basado no sólo en indicadores de tipo cuantitativo, sino
cualitativo.
De esta premisa se pasa al reconocimiento de la situación real del planeta: los países
industrializados tienen un notable progreso económico con la contrapartida, de crear
problemas ambientales de gran envergadura, que constituyen un peligro para la salud y
el bienestar humanos. Estos peligros rebasan las fronteras nacionales y amenazan a la
totalidad del mundo. Se concretan algunos de estos efectos secundarios:
-
El agotamiento de los recursos (minerales, suelo, forestales…)
La contaminación biológica (está representada por los agentes de las enfermedades de
los seres humanos y por las plagas de animales y plantas)
La contaminación química (causada por agentes contaminadores del aire, efluvios
industriales, plaguicidas, residuos de metales, detergentes…)
La perturbación del medio físico (contaminación térmica, sedimentación por los
embalses, ruido…)
El deterioro social (congestión y pérdida del sentido de comunidad)
Hay que destacar las diferencias sustanciales entre los países industrializados y
aquellos en vías de desarrollo, con los problemas ambientales que se plantean en cada
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uno de esos ámbitos, interrelacionados entre sí. Además, se afirma, que la problemática
ambiental del Tercer Mundo “tiene su raíz en la pobreza” (“lo que está en peligro no es
solamente la calidad de vida, sino la propia vida”).
Los documentos preparatorios de la Conferencia
Además de los Coloquios de Founix, aparecieron diversos documentos de trabajo
que servirían de base a los debates de la Conferencia de Estocolmo.
Conviene resaltar algunos aspectos que se reflejan en estos documentos, pues en
ellos está la raíz primera del reconocimiento a nivel planetario de los problemas y
alternativas que presenta la situación ambiental.
Podemos encontrar afirmaciones que instan a superar el egoísmo y a desarrollar la
responsabilidad individual y colectiva de administrar razonablemente los recursos
mundiales. Se plantea la necesidad de una “solidaridad uniforme”:
-
-
Solidaridad frente a las generaciones futuras.
Solidaridad entre los ciudadanos de un mismo país.
Solidaridad entre países, para impedir la contaminación por las fronteras,
deformaciones en los intercambios comerciales y que surjan nuevos desequilibrios
económicos y sociales.
Solidaridad para proteger, cuidar y hacer fructificar el patrimonio común, natural e
histórico, de la humanidad.
Estas reflexiones y documentos evidencian la dimensión ética, social y económica.
Se está superando la mera visión conservacionista para adentrarse en los problemas del
desarrollo: explotación indiscriminada de los recursos naturales; relaciones desiguales
en los intercambios económicos Norte-Sur, etc.
Algunas consecuencias institucionales se derivan de estos planteamientos (“debería
ser posible que las Naciones Unidas estableciesen los métodos adecuados para alcanzar
el alto grado de acción concertada que exigen los problemas del medio”), a la vez que
consecuencias de orden educativo (“sería necesario que hubiese en las Naciones Unidas
un órgano ambiental central encargado de examinar el orden de prioridad en la
educación sobe el medio”), ya que se reconoce que, aunque el estudio de la Naturaleza
siempre ha figurado en los programas escolare, no se ha explicado claramente la
relación existente entre la Naturaleza y la vida de los seres humanos.
La Conferencia de Estocolmo
En el año 1972, del 5 al 16 de junio tiene lugar en Estocolmo la Conferencia de las
Naciones Unidas sobre el Medio Humano, uno de los acontecimientos más importantes
sobre la problemática ambiental en el mundo.
Estuvieron representados 113 Estados miembros, y se contó con la presencia de
observadores de más de 400 organizaciones intergubernamentales y no
gubernamentales. Su importancia marcó el comienzo de una serie de reuniones
intergubernamentales tendentes a reflexionar sobre la problemática ambiental y a
alumbrar propuestas de soluciones alternativas con alcance planetario.
La Declaración sobre el Medio Humano
El más significativo fruto de la Conferencia fue el documento “Declaración sobre el
Medio Humano”. Tras afirmar que “el hombre es, a la vez, obra y artífice del medio que
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lo rodea”, el texto proclama algunas cuestiones básicas que prefiguran toda la política
ambiental posterior.
Primero, se hace un reconocimiento expreso de que los dos aspectos del medio
humano (el natural y el modificado por la humanidad) son igualmente esenciales para el
bienestar de las personas. Este dato recoge y ratifica los planteamientos que, años antes,
el Council for Environmental Educaation británico y otras organizaciones pioneras en la
educación ambiental habían planteado: la necesidad de atender siempre a la doble
dimensión del concepto “medio”, comprendiendo tanto a los componentes naturales
como a los espacios modificados por el hombre y la acción de las distintas culturas.
Seguidamente, la Declaración examina los diversos problemas causados por nuestra
acción sobre el planeta (contaminación de las aguas, el aire y la tierra; alteraciones en el
equilibrio ecológico; explosión demográfica; agotamiento de recursos no renovables,
etc.) e insta a los gobiernos de los distintos países a que, sin renunciar al progreso,
oriente su política de desarrollo en una doble dirección:
-
Atendiendo de modo fundamental al estudio del impacto que, sobre el medio
ambiente nacional y mundial, puede tener cualquier proyecto tecnológico.
Procurando acortar las distancias que separan a los países industrializados de los
del Tercer Mundo.
La Declaración expresa que “la defensa y el mejoramiento del medio humano para
las generaciones presentes y futuras es una meta imperiosa de la humanidad, al mismo
tiempo que las metas fundamentales ya establecidas de la paz y el desarrollo económico
y social en todo el mundo, y de conformidad con ellas”. La Declaración concreta 26
Principios básicos sobre el tema. El Principio 19, tiene especial interés:
“Es indispensable una labor de educación en cuestiones ambientales, dirigida tanto a las
generaciones jóvenes como a los adultos, y que preste la debida atención al sector de población
menos privilegiado, para ensanchar las bases de una opinión pública bien informada y de una
conducta de los individuos, de las empresas y de las colectividades, inspirada en el sentido de
su responsabilidad en cuanto a la protección y mejoramiento del medio en toda su dimensión
humana. Es también esencial que los medios de comunicación de masas eviten contribuir al
deterioro del medo humano y difundan información de carácter educativo sobre la necesidad de
protegerlo y mejorarlo, a fin de que el hombre pueda desarrollarse en todos los aspectos.”
En estas declaraciones, se está hablando de una educación ambiental que rebasa los
ámbitos escolares, dirigida a jóvenes y adultos, y que puede ser desarrollada, no sólo
por el profesorado, sino por cuantos tienen posibilidades y responsabilidades en la
difusión de los mensajes, como los educadores sociales, periodistas, etc. Es el avance
desde lo que podríamos denominar la “educación ambiental formal” hacia la “educación
ambiental no formal e informal”.
Lo importante es que, el recurso a la educación aparece en la base de la política
ambiental, ahora con la fuerza de unas directrices internacionales. El papel que han de
jugar las distintas instancias educativas es básico para el desenvolvimiento eficaz de
planes que, a medio o largo plazo, reviertan en un uso correcto del entorno.
Finalmente, haremos una reflexión lingüística: la expresión “medio humano”,
todavía pervive con una visión antropocéntrica que hace que los bienes naturales sean
reconocidos como algo que está para ser “explotado” por los seres humanos, si bien con
unas reglas, con un control y con una cooperación internacional.
El medio que ahora se adjetiva como “humano” irá, perdiendo esta referencia
antropocéntrica y haciéndose “medio ambiente” (ambiente en el que existe la vida). En
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Estocolmo, con un lenguaje que es heredero de concepciones pasadas, comienza a
abrirse paso una filosofía que marca el rumbo hacia nuevos planteamientos de futuro.
(El día 5 de junio, fecha en que se inició esta Conferencia, ha quedado fijado como “Día
Mundial del Medio Ambiente”).
c) El Programa de la Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA)
Uno de los logros de la Conferencia de Estocolmo fue la necesidad de mantener
algún tipo de organización internacional que actuase como estímulo a los distintos
gobiernos, respecto a la necesidad de considerar los problemas ambientales en el
momento de diseñar cualquier acción política, educativa o tecnológica. La necesidad de
una estrecha cooperación entre todos los países para que, en el marco mundial de
conjunto, la política ambiental presentase unas líneas de actuación coherentes y
positivas.
Objetivos del Programa
Surge el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), en el
año 1973, con los siguientes objetivos:
-
La presentación de una asistencia técnica a los gobiernos para la adaptación de
medidas relativas al medio ambiente.
Una ayuda para la formación de personal especializado.
Todas las formas de ayuda requeridas, incluidas la ayuda financiera, para reforzar las
instituciones nacionales y regionales.
Los medios requeridos para apoyar los programas de información y de educación en
materia de medio ambiente.
El PNUMA plantea un seguimiento sistemático de las políticas ambientales, tanto en
los países industrializados como en los países en vías de desarrollo. El objetivo es
ofrecer unas directrices generales de actuación para el conjunto y favorecer la
cooperación internacional entre dichos países.
El PNUMA se ha creado para contribuir a reforzar la dimensión ambiental en toda
una gama de actividades ejercidas por las organizaciones internacionales, en especial las
que dependen de las Naciones Unidas.
La “educación y la “formación” ambientales
Entre los objetivos del PNUMA se encuentra el de apoyar los programas educativos
sobre el medio ambiente:
- La educación ambiental es aquella que se mueve en el campo escolar y extraescolar,
para proporcionar, en todos los niveles y a cualquier edad, unas bases de información y
toma de conciencia que desemboquen en conductas activas de uso correcto del medio.
- La formación ambiental es una educación especializada que se dirige a un grupo
restringido de profesionales (ingenieros, urbanistas, economistas, etc.), altos
funcionarios, planificadores y gestores que tienen a su cargo la elaboración de las
grandes directrices políticas y la toma de decisiones. El término “formación”, es
equiparable al de “capacitación”, pues el objetivo último que persigue el Programa: la
toma de decisiones de alcance general. Es decir, busca capacitar a un sector de la
población, atendiendo al puesto que ocupa en la sociedad, y se les capacita “para” una
actuación social de alta incidencia sobre le colectivo humano al que pertenecen.
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El PNUMA recoge las recomendaciones que habían sido formuladas en los debates
de la Conferencia de Estocolmo. Entendidas, la “educación” y la “formación”
ambientales como dos posibilidades diferentes de incidir en la población mundial, éstas
se desarrollarán utilizando los organismos existentes en el marco de las Naciones
Unidas (UNESCO), o creando centros de formación ya extinguido CIFCA (Centro
Internacional de Formación en Ciencias Ambientales), el IUCA (Instituto Universitario
de Ciencias Ambientales, de la Universidad Complutense de Madrid), o, a través de
Masters y Cursos de Post-grado.
d) El Programa Internacional de Educación Ambiental (PIEA)
La Conferencia de Estocolmo instaba a la creación de algún programa de amplio
alcance que atendiese de forma prioritaria la promoción de la educación ambiental. El
punto 96 proponía:
“…la Secretaría General, las organizaciones del sistema de las Naciones Unidas,
especialmente la UNESCO y los demás organismos internacionales interesados, previas las
consultas y acuerdos que procedan deberían tomar las medidas necesarias para desarrollar un
programa de educación ambiental, de enfoque interdisciplinario, escolar y extraescolar, que
abarque todos los niveles de la educación…”
Con el fin de dar cumplimiento a dicha propuesta, en el marco de la actividad
educativa del PNUMA, la UNESCO, con la colaboración de diversos organismos de las
Naciones Unidas y organizaciones no gubernamentales, abordó la tarea de diseñar un
Programa Internacional de Educación ambiental que pudiese servir de punto de
referencia para los trabajos regionales y nacionales.
Objetivos del Programa
-
-
Promover el intercambio de ideas, informaciones y experiencias, dentro del campo de la
educación ambiental, entre los distintos países y regiones del mundo.
Promover el desarrollo y coordinación d trabajos de investigación que tiendan a una
mejor compresión de los objetivos, contenidos y métodos de la educación ambiental.
Promover la elaboración y evaluación de nuevos materiales, planes de estudio,
materiales didácticos y programas, en el campo de la educación ambiental.
Promover el adiestramiento y actualización de personal clave para el desarrollo de la
educación ambiental, como docentes, planificadores, investigadores y administradores
de la educación.
Proporcionara asistencia técnica a los Estados Miembros para el desarrollo de
programas de educación ambiental.
Se pretende llegar a definir claramente los objetivos de la educación ambiental para
examinar las implicaciones educativas que, a todos los niveles, se derivan de ellos; y se
planifica una labore coordinada de investigación, formación de personal docente,
evaluación de proyectos, etc.
El enfoque interdisciplinario
La importancia de iniciar el Programa desde una perspectiva interdisciplinar se
manifiesta en la composición de la Unidad de Educación Ambiental de la UNESCO, en
la cual se integran profesionales del campo de las ciencias naturales, ciencias sociales y
humanidades. Esta perspectiva influye en la constitución de los grupos de trabajo, que
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marca la pauta por la que habrán de irse guiando los intentos de aproximar esta nueva
dimensión del medio ambiente a las prácticas de enseñanza formal.
El Primer Proyecto Trienal
La planificación de actividades del PIEA se ha venido haciendo por trienios. En
enero de 1975 se aprobó el primer proyecto trienal. Este incluía la realización de un
Seminario Internacional, que habría de celebrarse en Belgrado y que culminase en el
año 1977 con la celebración de una Conferencia Internacional que habría de evaluar los
trabajos y experiencias anteriores, decantando con mayor precisión las necesidades,
tendencias y alternativas para continuar la expansión de la educación ambiental en los
años siguientes.
El Programa incluía también la realización de una serie de proyectos piloto en
diversas regiones del mundo, y de reuniones regionales para identificar los problemas
que se plantean en la integración del medio ambiente en la educación, a fin de formular
orientaciones básicas y estrategias de actuación que pudiesen impulsar un movimiento
mundial de planificación educativa que tuviese en cuenta la necesidad de adecuar los
objetivo de la educación con las necesidades ambientales de nuestro momento histórico.
Uno de los primeros frutos del PIEA fue el Boletín “Contacto” (publicado
inicialmente en tres idiomas: español, francés e inglés). Con una tirada de más de
10.000 ejemplares. El primer número aparecería en enero de 1976, cubriendo la misión
de informar acerca de las experiencias y proyectos de personas, grupos e instituciones
que, en todo el mundo, abordaban la educación ambiental en alguno de sus aspectos.
Otro objetivo fue el establecimiento de una red computerizada de datos sobre
personas, instituciones y actividades relacionadas con la educación ambiental.
Así, el PIEA se iniciaba como un programa permanente, a través de sucesivas etapas
y apoyándose las unas sobre los resultados de las otras, configurando un marco
internacionales en el que los planteamientos, las experiencias prácticas y las
investigaciones sobre proyectos futuros en el desarrollo de dimensiones educativas,
tomasen forma a través de un proceso cooperativo entre naciones, orientadas por
unidades de expertos de UNESCO/PNUMA.
e) El Seminario Internacional de Educación Ambiental de Belgrado (1975)
Tuvo lugar en Belgrado durante los días 13 al 22 de octubre de 1975 y fue
organizado por la UNESCO, con la colaboración del Centro de Estudios Internacionales
de la Universidad de dicha ciudad, y sirvió como plataforma de lanzamiento del
Programa Internacional de Educación Ambiental.
Este encuentro convocó a 96 participantes y observadores de 60 países y organismos
interesados en el tema ambiental para reflexionar en común sobre los problemas del
planeta y hacer un esfuerzo cooperativo en la búsqueda de un marco internacional para
el desarrollo de la educación relativa al medio ambiente.
Objetivos del Seminario
- Examinar y discutir las tendencias y nuevas cuestiones que se plantean en educación
ambiental.
- Formular y discutir, sobre esta base, directrices y recomendaciones para promover la
educación ambiental internacionalmente.
La “Carta de Belgrado”
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Los debates de Belgrado concluyeron con la aceptación unánime del documento
conocido como “Carta de Belgrado”, en el que se insta a la humanidad a replantearse el
concepto de desarrollo, y a los individuos en particular a reajustar sus propios esquemas
de prioridades, dando cabida en ellos al compromiso con el medio ambiente y con el
reto de la población mundial. Se fijan algunos conceptos básicos que servirán como
referentes para cualquier programa educativo ambiental:
-
Metas ambientales:
“Mejorar las relaciones ecológicas, incluyendo las del hombre con la Naturaleza y las de los
hombres entre sí”
- Metas de la educación ambiental:
“Lograr que la población mundial tenga conciencia del medio ambiente y se interese por él y
por sus problemas conexos y que cuente con los conocimientos, aptitudes, actitudes,
motivaciones y deseos necesarios para trabajar individual y colectivamente en la búsqueda de
soluciones a los problemas actuales y para prevenir los que pudieran aparecer en los sucesivo”
- Objetivos de la educación ambiental:
“- Conciencia: Ayudar a las personas y a los grupos sociales a que adquieran mayor
sensibilidad y conciencia del medio ambiente en general y de los problemas conexos.
- Conocimientos: Ayudar a las personas y los grupos sociales a adquirir una compresión básica
del medio ambiente en su totalidad, de los problemas conexos y de la presencia y función de la
humanidad en él, lo que entraña una responsabilidad crítica.
- Actitudes: Ayudar a las personas y a los grupos sociales a adquirir valores sociales y un
profundo interés por el medio ambiente, que les impulse a participar activamente en su
protección y mejoramiento.
- Aptitudes: Ayudar a las personas y los grupos sociales a adquirir las aptitudes necesarias
para resolver problemas ambientales.
- Capacidad de evaluación: Ayudar a las personas y los grupos sociales a evaluar las medidas
y los programas de educación ambiental en función de los factores ecológicos, políticos,
económicos, sociales, estéticos y educacionales.
- Participación: Ayudar a las personas y a los grupos sociales a que desarrollen su sentido de
responsabilidad y a que tomen conciencia de la urgente necesidad de prestar atención a los
problemas del medio ambiente, para asegurar que se adopten medidas adecuadas al respecto”
“Ayudar a las personas y a los grupos sociales”, es una idea de “ayudar” a que sean
los otros (no los educadores) los que descubran el valor del medio ambiente. Ello
supone un rechazo a los planteamientos simplemente transmisivos, ideologizantes, en
los que se pretende sustituir un modo de pensamiento por otro sin contar con el proceso
activo de las personas y los grupos que aprenden.
Recomendaciones del Seminario
- La educación ambiental en el plano internacional:
Se considera necesaria una coordinación e intercambio de alcance internacional tanto a
docentes, estudiantes y a la información que se produzca sobre el tema de los diversos
países.
- La educación ambiental en el plano regional:
Se recomienda la creación de centros de alcance regional o subregional para centralizar
la información y estimular el desarrollo coordinado de la educación ambiental, a través
de una red de programas y proyectos piloto.
17
- La educación ambiental en los planos nacional y local:
Se enfatiza la necesidad de un adecuado desarrollo legislativo que contemple las
necesidades que plantea la educación ambiental, y el apoyo de los sectores educativos y
de la comunidad a los programas relativos al medio ambiente, tanto escolare como
extraescolares.
- Investigaciones:
Se recomiendan investigaciones sobre el uso de métodos y técnicas de bajo coste que
permitan integrar la educación ambiental en la actividad educativa, ya desde los niveles
de aprendizaje preescolar. Se estimula las posibilidades que ofrece en los ámbitos no
formales y el papel que juega la información en la toma de decisiones, con la realización
de estudios de casos.
- Desarrollo de programas de educación ambiental:
Se proponen programas interdisciplinarios, basados en la solución de problemas, que
atiendan a la adquisición de actitudes, valore y habilidades que permitan relaciones
positivas con el medio ambiente. Dichos programas alcanzarán a la enseñanza primaria,
secundaria y superior.
- Formación de personal para la educación ambiental:
Se recomienda el diseño de programas específicos para educadores, así como que se
integren aspectos ambientales en las actividades de formación de especialistas. También
es conveniente el desarrollo de programas piloto para docentes que trabajan fuera del
sistema escolar tradicional.
- Desarrollo de material didáctico e informativo para la educación ambiental:
Se solicita que se preparen materiales adecuados, tras una estimación de necesidades y
prioridades, para los programas educativos en torno al medio ambiente, tanto rural como
urbano. Además de libros, guías, audiovisuales, entre otros, se han de estimular el uso
de elementos de la propia comunidad (museos, fábricas, centros comerciales, etc.). Se
valora especialmente la influencia de los medio de comunicación de masas y se pide que
se utilicen eficazmente.
- Financiamiento de programas de educación ambiental:
Se plantea la necesidad de identificar organismos nacionales e internacionales que
puedan atender a la financiación de los programas, materiales, etc., necesarios para el
desenvolvimiento de la educación ambiental. El fin es que todos los países tengan
acceso gratuito a los mismos.
- Evaluación de programas de educación ambiental:
Para conseguir un alcance y coordinación internacionales, se estimula la creación de
centro para la evaluación de programas, o su establecimiento en el marco de las
instituciones educativas que ya existen. Ello haría posible la amplia difusión de los
resultados y la formación de personal.
f) La Conferencia Intergubernamental de Educación Ambiental de Tbilisi (1977)
A partir de las reuniones de Belgrado, existía un consenso general sobre la necesidad
de establecer una reflexión de alcance mundial y llegar a punto básico de acuerdo sobre
los principios básico de la educación ambiental.
Con tal fin, la UNESCO, junto con el PNUMA, realizó esta Conferencia
Intergubernamental, en Tbilisi (Georgia, URSS) del 14 al 26 de octubre de 1977.
Fue el acontecimiento más significativo en la historia de la Educación Ambiental,
pues en ella se establecieron los criterios y directrices que habrían de inspirar todo el
desarrollo de este movimiento educativo en las décadas siguientes.
18
Objetivos de la Conferencia
Se fijaron en torno a los siguientes temas:
- Principales problemas ambientales en la sociedad contemporánea.
- Cometido de la educación para contribuir a resolver los problemas ambientales.
- Actividades en curso a nivel nacional e internacional con miras el desarrollo de la
-
educación ambiental.
Estrategias de desarrollo de la educación ambiental a nivel nacional.
Cooperación regional e internacional con miras a fomentar la educación ambiental:
necesidades y modalidades.
Declaración final de la Conferencia
Una vez concluidos los debates, se aprobó por consenso una Declaración conjunta: se
considera que la educación ambiental “debe impartirse a personas de todas las edades, a
todos los niveles, y en el marco de la educación formal y no formal”
Asimismo, se debería constituir una educación permanente general que reaccionara a
los cambios que se producen en el mundo. Se orientaría a preparar a los individuos y los
grupos para la resolución de problemas “a través de un enfoque global, de bases éticas,
enraizado en una amplia base interdisciplinaria”.
La educación ambiental “ha de orientarse hacia la comunidad”, fomentando el
sentido de responsabilidad de sus miembros, en un contexto de interdependencia entre
las comunidades nacionales y de solidaridad entre todo el género humano.
Recomendaciones de la Conferencia
Agrupadas en diversos temas, se pueden sintetizar así:
1. En cuanto a la función, los objetivos y los principios rectores de la educación
ambiental:
- La educación ambiental cumple la función de aproximar a los individuos a la
compresión de las interdependencias económicas, políticas y ecológicas del mundo
moderno, y a la relación entre medio ambiente y desarrollo.
- Los objetivos de la educación ambiental atienden a la información, a la toma de
conciencia, al desarrollo de actitudes y aptitudes básicas para que los individuos puedan
participar activa y positivamente en el medio.
- La educación ambiental se guía por algunos principios rectores: considerar al medio en
su totalidad, aplicar un enfoque interdisciplinar, hacer participar a los alumnos, etc.
- Se recomienda a los Estados miembros que integren la educación ambiental en su
política general, y al director general de la UNESCO que facilite colaboración técnica a
aquellos países que la necesiten. También se recomienda a los gobiernos que realicen
evaluaciones sistemáticas de las influencias de los proyectos de desarrollo sobre le
medio ambiente.
2. Estrategias de desarrollo de la educación ambiental a nivel nacional:
- Se insta a los Estados miembros a la creación de algún tipo de organizaciones que
funciones como coordinadoras e impulsoras de actividades de educación ambiental,
estimulando la investigación y los intercambios de experiencias, tanto a nivel
gubernamental como de asociaciones voluntarias.
19
- Que establezcan unidades especializadas para la formación de dirigentes, elaboración
de materiales didácticos y programas, así como la investigación y acuerdo sobre
metodologías a aplicar en la educación ambiental.
- Se estima conveniente el establecimiento de programas de formación complementaria,
a profesionales, que les permitan llegar entre ellos a una comunicación interdisciplinaria
para la evaluación de los problemas.
- Que se considere el potencial de las universidades para desarrollar investigaciones
sobre educación ambiental, y se establezca una colaboración estrecha entre las
instituciones universitarias (Facultades, Departamentos, etc.), al objeto de preparar
expertos en educación ambiental. Se recomienda la puesta en marcha de programas de
post-grado para universitarios.
- Se insta a los Estados miembros a que promuevan proyectos de investigación sobre
educación ambiental e incorporen sus resultados al proceso general de enseñanza.
Asimismo, deberán dotar de suficiente flexibilidad a los sistemas de educación formal
para que puedan integrar la educación ambiental y asumir el enfoque interdisciplinario.
- Que se incorpore la educación ambiental a los programas de estudio de las escuelas de
formación de profesorado y a los cursos de reciclaje de docentes.
- Se valorará el medio de trabajo como un medio natural de aprendizaje, respecto al cual
han de desarrollarse actividades de educación ambiental.
- Se recomienda a los Estados miembros que efectúen campañas de educación ambiental
destinados a amplios sectores de la población, fomentando a tal fin el intercambio de
recursos entre los organismos públicos y los privados.
- Se atenderá a la formación del consumidor, por la incidencia que tienen las pautas de
consumo sobre el medio ambiente.
3. Cooperación regional e internacional:
-Se invita al PNUMA y a la UNESCO a que fortalezcan su colaboración como
coordinadores e impulsores de la educación ambiental a nivel internacional. Se
identificará la acción del Programa Internacional de Educación Ambiental, otorgando
becas y ayudas para la formación de educadores, preparación de material, etc.
- La UNESCO y el PNUMA deberán organizar cursos y seminarios de formación, y
publicar periódicamente repertorios mundiales de organizaciones y personal que
trabajan en educación ambiental.
- Los resultados de las investigaciones del Programa MAB de la UNESCO han de ser
tenidos en cuenta a la hora de planificar acciones de educación ambiental.
- El Director General de la UNESCO apoyará el establecimiento de una red
internacional que favorezca los intercambios, asesoramiento y la formación de personal
en torno al tema, estimulando las investigaciones sobre objetivos, necesidades y
obstáculos que condicionan el desarrollo de programas ambientales.
- Las Oficinas Regionales de Educación de la UNESCO intensificarán su cooperación
con las Comisiones Nacionales para el desarrollo de investigaciones, materiales, etc.,
que permitan la implantación de la educación ambiental de los respectivos países.
- Los Estados miembros que, como objetivo de alta prioridad, adjudiquen a alguna
institución que se haya mostrado competente en el campo de la educación ambiental la
categoría de “Centro Nacional de Información”, a fin de acopiar y distribuir todo tipo de
datos sobre material, programas e instituciones relativos al tema.
- Se recomienda a los Estados miembros que establezcan sistemas de cooperación
bilateral, regional e internacional, para el intercambio de investigaciones y experiencias
sobre educación para el medio ambiente.
20
- Que incluyan la dimensión ambiental en todos los proyectos educativos nacionales
financiados con recursos internacionales.
- Se reconoce la necesidad de estimular los mecanismos de coordinación y cooperación
regional en África y Asia, para lo cual se recomienda la creación de comités
consultivos, centros nacionales y grupos de trabajo que se encarguen de aunar las
políticas nacionales en torno a los objetivos de la educación ambiental.
- Se recomienda a los Estados miembros y a la UNESCO su colaboración con la FAO,
la OIT, y el PNUMA, en programas de formación de trabajadores agrícolas en materias
ambientales.
- Se recomienda a todo tipo de organizaciones implicadas en la educación ambiental que
incremente el recurso a las ciencias sociales y humanas en sus investigaciones.
4. Recomendaciones especiales:
- Se recomienda a la UNESCO, con el apoyo del PNUMA, que incorpore a los
programas de educación ambiental la educación sobre el patrimonio cultural y la
encaminada a mejorar los asentamientos humanos, prestando atención especial a los
problemas urbanos.
- Se sugiere la posibilidad de desarrollar un programa educativo bajo el título “El niño y
el medo ambiente”, que de forma sistemática posibilite el contacto afectivo del niño con
los elementos que conforman su entorno. Se estima que la colaboración de UNICEF
sería de mayor utilidad en un proyecto de este tipo.
- Se considerará la posibilidad de que UNESCO patrocine el festival anual ECOFILM,
dedicado a producciones cinematográficas de tema ambiental, que fue iniciado en 1974
por la República Socialista Checoslovaca.
- Se recomienda a la UNESCO, con el concurso del PNUMA, que aporte su
colaboración a las asociaciones internacionales de juventud por la valiosa colaboración
que representan en el desarrollo de programas ambientales.
- Finalmente, se reconoce y estimula el importante papel que juegan las asociaciones
voluntarias y organismos no gubernamentales, tanto a nivel local como nacional e
internacional, en el desarrollo d estrategias y programas de educación ambiental.
1.4. La década de los años 80: el Congreso Internacional de Moscú y la Estrategia
Internacional de Educación Ambiental
a) El Congreso Internacional de Moscú (1987)
-
Antecedentes: El Informe Brundland
En el año 1983 se constituye la Comisión Mundial del Medio Ambiente y del
Desarrollo, conocida como “Comisión Brundland”, en referencia a su Presidenta, la
Primera Ministra noruega Gro Harlem Brundaland. Se crea a instancias de Naciones
Unidas para estudiar de forma interrelacionada los problemas ambientales que afectan al
planeta en su conjunto. A tal fin, sus expertos recorren el mundo y hablan con gente de
los países en vías de desarrollo, de los países ricos, etc. Su primera y más general
apreciación es que los problemas ambientales deben vincularse con la economía
internacional y sobre todo con los modelos de desarrollo.
Esta Comisión comienza a estudiar los problemas relacionándolos entre sí y
vinculándolos al contexto económico-social en que tienen lugar, con el fin de establecer
21
algunas propuestas para orientar el futuro. En 1987, publican el texto que recoge los
resultados, conocido como “Informe Brundland”, bajo el título Nuestro futuro común.
La aportación consiste en dejar establecidos los vínculos entre los modelos de
desarrollo y la problemática ambiental y formular una propuesta de acción que, se
plantea como “desarrollo sostenible”.
La Comisión Brundland, entiende que el desarrollo sostenible es aquel que satisface
las necesidades de las generaciones presentes sin comprometer las formas de vida de las
generaciones futuras. Ello supone tomar en cuenta el equilibrio social y ecológico como
garantías de un planeta que evolucione sin poner en peligro la idea de una humanidad en
armonía entre sí y con la Naturaleza.
A partir de ese momento se trabaja en la incorporación de los principios del
desarrollo sostenible a la Educación Ambiental. Hay que destacar dos ideas que serán
básicas para interpretar la problemática ambiental desde la educación:
- Necesidades. La teoría del desarrollo sostenible habla de satisfacer necesidades, en
particular, satisfacer las necesidades esenciales de los más pobres, es decir, hay que
otorgar prioridad en el desarrollo a aquellos que todavía no tienen cubiertos los niveles
básicos d calidad de vida.
- Limitaciones. Es imposible satisfacer todas las supuestas necesidades, porque existen
limitaciones impuestas por la capacidad de carga d e los ecosistemas, es decir, por la
cantidad de población que un determinado hábitat puede sustentar. Los sistemas
humanizados, en la práctica la “capacidad de carga” está muy modificad por la
tecnología, la organización social, las tasas de consumo, etc., de modo que n unos
sistemas funciona el umbral demográfico en un nivel y en otros es diferente. Lo que
interesa, es reconocer que la Biosfera, tiene uno límites a la hora de sustentar a una
población, y que genera contaminación, ruidos, etc. Ello plantea unas necesarias
cautelas, tanto en la utilización de los recursos no renovables como en la velocidad de
uso de los renovables.
Así, a finales de los ochenta, se sienta los principios inspiradores de una educación
ambiental para el desarrollo sostenible. Se trabajará en un enfoque educativo que ayude
a las persona a entender las interrelaciones globales del planeta, orientado a un
compromiso de acción directa en su entorno. La idea es “pensar globalmente, actuar
localmente”.
-
Documentos preparatorios del Congreso
Los documentos preparados por la Secretaría de la UNESCO junto con la Secretaría
del PNUMA, sirvieron como base para los debates, poniendo de manifiesto algunas
necesidades y prioridades del desarrollo de la educación y formación ambientales. En
tales documentos se examina la acción internacional en materia de educación ambiental
en todos los campos y niveles educativos.
Un centro de atención prioritaria a lo largo del Congreso sería la acción desarrollada
por el Programa Internacional de Educación Ambiental UNESCO/PNUMA para dar
cumplimiento a las recomendaciones de Tbilisi. Los documentos preparatorios aportan
información sobre la extensión de los programas, métodos y materiales desarrollados en
el plano internacional, destacando el papel catalizador de este Programa y sus efectos
multiplicadores.
También, proporcionar el intercambio de ideas acerca de cuál ha sido y debe ser la
contribución de los programas científicos internacionales a este tipo de educación, a la
que se origina en contextos escolares y a la que tiene lugar en los ámbitos universitarios
y de modo no formal o informal. Es de destacar, la conveniencia de atender al
22
mejoramiento de las capacidades de los grupos profesionales (ingenieros, arquitectos,
economistas, planificadores, administradores, juristas, etc.) que cumplen una función
esencial en las decisiones y actividades.
Los documentos plantean que los cursos especializados de formación (pos-grado),
deberían contribuir a un componente fundamental de los programas científicos
internacionales, enfatizándose la necesidad de desarrollar esta formación por vía
interdisciplinaria, asociada a la investigación y a los trabajos de campo.
En cuanto a la concientización del público, los documentos se refieren al importante
papel que juegan los medios de comunicación y los diversos canales de formación no
formales.
-
El Congreso Internacional
Tuvo lugar en Moscú (URSS) de los días 17 al 21 de agosto de 1987. Participaron
250 Expertos en Ciencias naturales, humanas y sociales, Educación e información
pública, representativos de los siguientes sectores: profesores de universidad;
responsables en materia de educación y medio ambiente; investigadores y planificadores
en educación, etc. Los fines de la reunión se encaminaban a definir las líneas directrices
de la educación ambiental para la década de los noventa, a través del planteamiento de
una Estrategia Internacional de Educación Ambiental.
Se acordó declarar la década de los noventa como “década mundial para la educación
ambiental”, estableciendo que los programas deben dar énfasis a las relaciones entre la
humanidad y la biosfera, en sus manifestaciones económicas, sociales, políticas y
ecológicas.
-
Conclusiones del Congreso: la Estrategia Internacional de Educación
Ambiental
Entre las Conclusiones se encuentra la afirmación de que “no es posible definir las
finalidades de la Educación Ambiental sin tener en cuenta las realidades económicas,
sociales y ecológicas de cada sociedad y los objetivos que ésta se haya fijado para su
desarrollo”. Asimismo, se alude a la formación ambiental de los decisores y gestores
como un elemento de capital importancia en las políticas y acciones a emprender,
priorizando el fortalecimiento cuantitativo y cualitativo de los recursos humanos de los
países en vías de desarrollo.
El más significativo de los resultados es el planteamiento de los elementos para una
Estrategia Internacional de acción en materia de educación y formación ambiéntales
para el decenio de 1990.
Los documentos si dividen en tres capítulos:
- Se ofrece una síntesis de los principales problemas actuales del medio ambiente y se
esbozan los objetivos posibles de una estrategia internacional de acción, en esta materia.
- Se presenta de manera sintética, los principios y las características esenciales de la
educación y la formación ambientales, en los últimos 10 años, útiles para la elaboración
y la aplicación de la estrategia.
- Constituye la parte esencial del documento, presentando algunos elementos
específicos para la acción internacional en la materia.
La Estrategia se concreta en 9 secciones, cada una de ellas referida a un ámbito de
acción. Las secciones se inician con una referencia a las recomendaciones de la
23
Conferencia de Tbilisi y un examen de la situación. Después, plantea un objetivo central
para la acción y posibles actividades, (MOPU, 1989):
1. El acceso a la información:
Objetivo: fortalecimiento del sistema internacional de información y de intercambio de
datos y experiencias del Programa Internacional de Educación Ambiental (PIEA).
2. Investigación y experimentación:
Objetivo: fortalecimiento de la investigación y experimentación de contenidos, métodos
educacionales, estrategias de organización y transmisión de mensajes para la educación
y formación ambiental.
3. Programas educacionales y materiales didácticos:
Objetivo: fomento de la educación ambiental mediante la elaboración de programas de
estudio y materiales didácticos para la enseñanza general.
4. Formación del personal:
Objetivo: promoción de la formación inicial y de la capacitación del personal encargado
de la educación ambiental escolar y extraescolar.
5. Enseñanza técnica y profesional:
Objetivo: integración de la dimensión relativa al medio ambiente en la enseñanza
técnica y profesional.
6. Educación e información del público:
Objetivo: intensificación de la educación y la información del público en cuestiones
ambientales, mediante la utilización de los medios de comunicación y de las nuevas
tecnologías de comunicación e información.
7. Enseñanza universitaria general:
Objetivo: fortalecimiento de la integración de la dimensión ambiental en la enseñanza
general universitaria, mediante el desarrollo de los recursos educativos y de la
formación, así como con la creación de mecanismos institucionales apropiados.
8. Formación de especialistas:
Objetivo: fomento de una formación científica y técnica especializada en materia del
medio ambiente.
9. Cooperación internacional y regional:
Objetivo: desarrollo de la educación ambiental mediante una cooperación coherente a
nivel internacional y regional.
1.5. La década de los años 90. La Cumbre de Río (1992) y el Programa 21. El Foro
Global sobre Medio Ambiente y Desarrollo. La Conferencia Internacional de
Tesalónica (1997)
Entramos en esta década con una crisis ambiental profunda. Una etapa de
deforestación generalizada, cambio climático, etc., junto con grande hambrunas, guerras
de enorme contenido ambiental, migraciones y desequilibrios demográficos.
También, de acentúan los desequilibrios entre Norte y Sur, y en el sino de las propias
comunidades industrializadas. Europa tiene cincuenta millones de pobres. EE.UU.
treinta y cinco millones. En los dos casos, se trata de personas que constituyen ese
Cuarto Mundo “incrustado” en las sociedades ricas, que da testimonio de un
crecimiento económico desequilibrado.
Planteada la necesidad de una reflexión colectiva sobre las relaciones desarrollomedio ambiente, comienzan los trabajos preparatorios para el ECO-92, el mayor
encuentro de personas de toda índole interesadas por cuestiones ambientales, que tuvo
24
lugar en Río de Janeiro (Brasil) en junio de 1992. El ECO-92 se compuso de dos foros
de trabajo:
Cumbre de la Tierra: un encuentro de Jefes de Estado y de Gobierno
procedentes de países de todo el planeta.
Foro Global: ámbito para el debate de la sociedad civil, con más de 15.000
personas de diferentes movimientos de base.
Los encuentros de Río estuvieron presididos por una idea de Albert Einstein: “Que la
imaginación, en momentos de crisis, pueda ser más importante que el conocimiento”.
Con esta reflexión se reconocía uno de los grandes problemas de nuestro tiempo:
tenemos mucho conocimiento acumulado, pero nos faltan, nos han faltado, los criterios
éticos, la solidaridad y la creatividad necesarias para orientar correctamente el uso de
ese conocimiento.
a) La Cumbre de la Tierra
Es el nombre abreviado de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio
Ambiente y el Desarrollo (CNUMAD), celebrada en Río de Janeiro (Brasil) en el mes
de junio de 1992. Reunión a representante gubernamentales de 160 países, y fue el
mayor encuentro de Jefes de Estado después de Yalta. Se platea por primera vez, a nivel
internacional, la necesidad de alcanzar una política ambiental integrada y de desarrollo.
Una política que toma en cuenta a las generaciones presentes y futuras. Actuó como
Secretario de la Conferencia Maurice Strong.
La finalidad se concretaba en el esfuerzo por integrar el desarrollo y la protección
ambiental, dando prioridad a ambos en el proceso de adopción de decisiones
económicas de las esferas gubernamentales, industriales y nacionales.
Entre las consideraciones se pusieron de relieve los vínculos entre el desarrollo y el
medio ambiente, y la necesidad de adoptar modelos y procesos de desarrollo sostenible.
Los países en vías de desarrollo defendieron la necesidad de recibir ayudas
financieras y tecnológicas para poder integrar la dimensión ambiental en sus políticas de
desarrollo y participar plenamente en la cooperación ambiental internacional.
M. STRONG recoge la idea de que los países en desarrollo consideran que las causas
principales de sus problemas ambientales son la pobreza y el subdesarrollo, y que en un
proceso de transición hacia el desarrollo sostenible las condiciones del momento
imponen desventajas específicas a los pobres.
Los países ricos, necesitan de cambio en comportamiento económico, estilos de vida
y en la gestión de los procesos de desarrollo, afirmando que “es insostenible el modelo
de desarrollo que ha producido los estilos de vida en el mundo industrializado y en la
minoría privilegiada de los países en desarrollo”.
La transición hacia la sostenibilidad debe depender principalmente, de que se
faciliten los incentivos necesarios para alcanzar el cambio, en vez de confiar en las
medidas normativas.
Otro tema que plantea STRONG, es el del necesario desenvolvimiento de las
capacidades de los países pobres, afirmando que el mejoramiento de la fuerza de los
mismos y la reducción de su vulnerabilidad requisen que se aumente un tanto el apoyo
que se presta para el desarrollo de sus recursos humanos y de sus capacidades
institucionales correspondientes, sobre todo en los campos de la ciencia, la tecnología,
la administración y las aptitudes profesionales.
Como vías para la transición hacia la sostenibilidad, STRONG propone que los
países en vías de desarrollo deberían invertir la salida de los recursos y se examinen los
25
gastos hacia fines militares, los modelos de exhibición, la fuga de capitales y la
administración nacional de los recursos.
b) La Declaración de Río
Los resultados de esta reunión de Jefes de Estado y de Gobierno se concretan en la
Declaración de Río, que tiene 27 principios interrelacionados donde se establecen
criterios para el desarrollo sostenible y se fijan responsabilidades individuales y
colectivas. Dicha Declaración (MOPT, 1993) es un documento de recomendaciones, no
vinculante para los Gobiernos de los países que lo firman.
Su objetivo es “establecer una alianza mundial nueva y equitativa” creando nuevas
cooperaciones entre los Estados, los sectores-clave de las sociedades y las personas,
procurando alcanzar acuerdo internacionales donde respeten los intereses de todos y se
proteja la integridad del sistema ambiental y de desarrollo mundial. El principio número
10 hace referencia a la educación ambiental.
c) Los Acuerdos entre países
-
Convenio sobre la Diversidad Biológica
Entró en vigor el 29 de diciembre de 1993 y fue ratificado por más de 160 países.
Proporciona por primera vez un marco jurídico aceptado internacionalmente para la
preservación y utilización sostenible de la diversidad biológica.
Se desarrolla en 42 artículos y se basa en la consciencia de las partes firmantes sobre
el valor intrínseco de la diversidad biológica y de los valores ecológicos, genéticos,
sociales, económicos, científicos, educativos, culturales, recreativos y estéticos de la
diversidad biológica y sus componentes.
Sus objetivos, establecido en el artículo 1, se concretan así: “la conservación de la
diversidad biológica, la utilización sostenible de sus componentes y la participación
justa y equitativa en los beneficios que se deriven de la utilización de los recursos
genéticos, mediante, un acceso adecuado a esos recursos y una transferencia apropiada
de las tecnologías pertinentes, teniendo en cuenta todos los derechos sobre esos recursos
y a esas tecnologías, así como mediante una financiación apropiada”. (MOPT, 1992).
El artículo 13 se refiere a la educación y conciencia pública, estableciendo la
necesidad de que se promueva y fomente la comprensión de la importancia de la
diversidad biológica y se su conservación, a través de programas de educación y
sensibilización del público e incluyendo estos temas en los programas educativos de
carácter general.
-
Convención Marco sobre el Cambio Climático
Entró en vigor el 21 de marzo de 1994 y ratificada por más de 160 países. Se plantea
como meta las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera, a un
nivel que evite impactos humanos peligrosos para el sistema climático.
Se plantea una serie de principios y compromisos que, recogidos en 26 artículos,
emplazan a los países firmantes a identificar políticas y prácticas que generen tales
emisiones y, consecuentemente, a tomar medidas de modificación y ajuste de las
mismas, en un contexto de cooperación científica y tecnológica que permita la
observación sistemática y el establecimiento de datos fiables relativos al sistema
climático en su conjunto.
26
Su objetivo central queda recogido en el artículo 2, y es “lograr la estabilización de
las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera a un nivel que
impida interferencias antropógenas peligrosas en el sistema climático. El nivel debería
lograrse en un plazo suficiente para permitir que los ecosistemas se adapten
naturalmente al cambio climático, asegurar que la producción de alimentos no se vea
amenazada y permitir que el desarrollo económico prosiga de manera sostenible”.
(MOP, 1992).
El artículo 4-i, que se desarrolla en el artículo 6, hace referencia a la educación,
formación y sensibilización del gran público, estableciendo que los países firmantes
promoverán la elaboración y aplicación de programas y materiales educativos sobre este
tema, y su difusión generalizada.
-
Convención sobre la Desertificación
El 17 de junio de 1994, el Comité Intergubernamental de Negociación adoptó la
Convención Internacional de lucha contra la Desertificación, en su quinta reunión, que
tuvo lugar en la sede de la UNESCO en París. La Asamblea General de las Naciones
Unidas proclamó que en esta fecha se conmemorará cada año el Día Mundial de lucha
contra la Desertificación y la Sequía.
Más de 100 países han suscrito dicha Convención, que entró en vigor el 26 de
diciembre de 1996, una vez recibidas las 50 ratificaciones necesarias, según se estipula
en su artículo 50.
El objetivo principal es luchar contra la desedificación y mitigar los efectos de la
sequía en los países y regiones afectados por sequía grave o desertificación, en
particular África, mediante la adopción de medidas eficaces en todos los niveles,
apoyadas en acuerdos de cooperación y asociaciones internacionales, en el marco de un
enfoque integrado acorde con el Programa 21, para contribuir al logro del desarrollo
sostenible en las zonas afectadas.
La consecución de este objetivo exigirá la aplicación de estrategias integradas a
largo plazo en las áreas afectadas, que se centren simultáneamente en el aumento de la
productividad de las tierras, la rehabilitación, la conservación y el aprovechamiento
sostenible de los recursos del suelo y los recursos hídricos, todo ello con miras a
mejorar las condiciones de vida de las poblaciones que sufren este problema.
En su artículo 5, las partes firmantes se comprometen a promover la sensibilización y
facilitar la participación de las poblaciones locales, especialmente de las mujeres y los
jóvenes. El artículo 19 reconoce la importancia de la capacitación y la educación, a
todos los niveles, para combatir la desertificación y mitigar los efectos de la sequía.
-
El Programa 21
Este es un verdadero programa de acción que plantea medidas para la cooperación
internacional en este campo, la conservación y gestión de los recursos para el desarrollo
y el fortalecimiento del papel de los grupos principales implicados, así como ofrecer
directrices sobre los medios de ejecución, asignación de recursos financieros,
científicos, tecnológicos, etc. Se estructura en cuatro secciones:
Sección I. Dimensiones sociales y económicas:
- Cooperación internacional para acelerar el desarrollo sostenible de los países en
desarrollo y políticas internas conexas.
- Lucha contra la pobreza.
27
-
Evolución de las modalidades de consumo.
Dinámica demográfica y sostenibilidad.
Protección y fomento de la salud humana.
Fomento del desarrollo sostenible de los recursos humanos.
Integración del medio ambiente y el desarrollo en la adopción de decisiones.
Sección II. Conservación y gestión de los recursos para el desarrollo:
- Protección de la atmósfera.
- Enfoque integrado de la planificación y la ordenación de los recursos de tierra.
- Lucha contra la deforestación.
- Ordenación de los ecosistemas frágiles: lucha contra la desertificación y la
sequía.
- Ordenación de los ecosistemas frágiles: desarrollo sostenible de las zonas de
montaña.
- Fomento de la agricultura y del desarrollo rural sostenible.
- Conservación de la diversidad biológica.
- Gestión ecológicamente racional de la biotecnología.
- Protección de los océanos y de los mares de todo tipo, incluidos los mares
cerrados y semicerrados, y de las zonas costeras, y protección, utilización
racional y desarrollo de sus recursos vivos.
- Protección de la calidad y el suministro de los recursos de agua dulce: aplicación
de criterios integrados para el aprovechamiento, ordenación y uso de los
recursos de agua dulce.
- Gestión ecológicamente racional de los productos químicos tóxicos, incluida la
prevención del tráfico internacional ilícito de productos tóxicos y peligrosos.
- Gestión ecológicamente racional de los desechos peligrosos, incluida la
prevención del tráfico internacional ilícito de desechos peligrosos.
- Gestión ecológicamente racional de los desechos sólidos y cuestiones
relacionadas con las aguas residuales.
- Gestión inocua y ecológicamente racional de los desechos radiactivos.
Sección III. Fortalecimiento del papel de los grupos principales:
- Medidas mundiales a favor de la mujer para lograr un desarrollo sostenible y
equitativo.
- La infancia y la juventud en el desarrollo sostenible.
- Reconocimiento y fortalecimiento del papel de las poblaciones indígenas y sus
comunidades.
- Fortalecimiento del papel de las organizaciones no gubernamentales asociadas en
la búsqueda de un desarrollo sostenible.
- Iniciativas de las autoridades locales en apoyo del Programa 21.
- Fortalecimiento del papel de los trabajadores y sus sindicatos.
- Fortalecimiento del papel del comercio y la industria.
- La comunidad científica y tecnológica.
- Fortalecimiento del papel de los agricultores.
Sección IV. Medios de ejecución:
- Recursos y mecanismos de financiación.
- Transferencia de tecnología ecológicamente racional, cooperación y aumento de
la capacidad.
- La ciencia para el desarrollo sostenible.
28
-
Fomento de la educación, la capacitación y la toma de conciencia.
Mecanismos nacionales y cooperación internacional para aumentar la capacidad
nacional en los países en desarrollo.
Arreglos institucionales internacionales.
Instrumentos y mecanismos jurídicos internacionales.
Información para la adopción de decisiones.
Merece ser destacado el Capítulo 36, que se refiere al fomento de la educación, la
capacitación y la toma de conciencia. El capítulo se centra en tres áreas de interés: la
reorientación de la educación hacia el desarrollo sostenible; el aumento de la conciencia
del público y el fomento de la capacitación.
En este documento se pone el énfasis en la formación de los adultos, desde la
consciencia de que so las personas que están tomando decisiones como consumidores,
gestores, etc. Las que con mayor urgencia necesitan de una educación y formación
ambientales. Sin abandonar los objetivos escolares, la educación ambiental va
configurándose cada vez más como educación permanente.
e) El Foro Global
La ECO-92 no fue sólo una reunión de Jefes de Estado y de Gobierno. Río celebró,
al mismo tiempo, el Foro Global denominado “Cumbre paralela”, en el que la sociedad
civil, representada por más de 15.000 personas de todo el mundo, debatió los problemas
ambientales y sus alternativas, como el nuclear, que estaban quedando olvidados.
El Foro se concentraba en usar la imaginación, unida al rigor científico, para
vislumbrar alternativas a los problemas existentes. Por eso los 32 Tratados que allí se
firmaron tienen un gran valor prospectivo, como orientadores de un futuro.
En ese Foro una de las grandes reuniones celebradas fue la Jornada Internacional de
Educación Ambiental, que tuvo lugar del 1 al 14 de junio. En ella se trataba de enfocar y
llevar adelante, desde la educación ambiental, problemáticas que se estaban viviendo
como consecuencia de los desequilibrios económicos y sociales; realidades casi siempre
vinculadas a la pobreza, la dependencia tecnológica y económica, la pérdida de
autosuficiencia, etc.
f) El Tratado de Educación Ambiental para sociedades sustentables y
responsabilidad global
Es uno de los 32 documentos suscritos en el Foro Global. El Tratado muestra el
compromiso de la sociedad civil con el cambio y plantea la exigencia de que los
gobiernos cambien sus políticas de desarrollo y atención al medio ambiente.
El valor de estos planteamientos radica en que el Tratado está hecho por los
ciudadanos/as que sufren los problemas ambientales. Los dos grandes principios que
regirán todo el documento son: el desarrollo sostenible y la responsabilidad global.
Su contenido nos muestra como, al lado de aspectos ecológico (defensa de la
biodiversidad o resaltar los fenómenos de interdependencia que se dan en los procesos
naturales) se destacan aspectos éticos y sociales muy importantes. Se dice que “es
inherente a la crisis la no participación de la casi totalidad de los individuos en la
construcción de su futuro”. Se habla también de que es necesario desarrollar una
conciencia ética sobre todas la formas de vida del planeta. Se refiere a “todas las formas
de vida” (no sólo la vida humana) y que se utiliza la expresión “compartir”, muy lejana
a la idea de dominara la tierra.
29
En el plano cultural, se insiste en la necesidad de favorecer, al mismo tiempo la
diversidad eclógica, la diversidad cultural y la diversidad lingüística. Propone que se
estimule la interacción entre las culturas. Consecuentemente, se dice que la EA debe
“ayudara a modificar los enfoques etnocéntrico”, dando la voz de alarma sobre ese
etnocentrismo que, explícito o implícito, se encuentra en la base de tantos intercambios
Norte-Sur, incluso de los educativos.
Se discutió el problema de la propiedad intelectual de muchas patentes. Dice el
Tratado que “el conocimiento es diversificado, acumulado y producido socialmente.
Esta concepción del conocimiento como construcción social es una idea importantísima,
que choca con los esquemas asumidos en nuestra cultura occidental. Es una idea que
reta a los educadores y que sería útil rescatar y utilizar desde la enseñanza: la escuela
podría conseguir que el conocimiento fuese una conquista individual y una construcción
colectiva, compartiendo problemas desde su planteamiento hasta su solución como
situaciones que afectan al grupo en su conjunto y que el grupo, como tal, puede y debe
afrontar.
Se habla también de trabajar desde una perspectiva sistémica en el análisis e
interpretación de los problemas. Igualmente, se plantea la necesidad de abordar el
estudio de las cuestiones ambientales a través de procesos interdisciplinarios. Del
mismo modo, si insta a los educadores ambientales a trabajar sobre conflictos, a través
de situaciones conflictivas reales, implicarse personal y afectivamente en la resolución
de problemas y el cambio de conductas.
Destaca la palabra “transformación” para referirse a los necesarios cambios que
habrán de operarse en los sistemas sociales y económicos a fin de aproximarnos a
modelos de desarrollo más sostenibles. Esta expresión no habla de corregir, sino de la
necesidad de transformar las sociedades actuales hacia otros modelos de convivencia
basados en la equidad y el equilibrio eclógico. Y para ello se considera que la EA debe
tener como base el pensamiento crítico e innovador.
El concepto de “equidad” conviene tenerlo muy presente en el trabajo educativoambiental. Se recomienda que se estimule la equidad, que es algo distinto de igualdad.
Sería interesante, aplicar este criterio de equidad estimulando y valorando los logros de
cada alumna/o de forma personalizada, desde su propia situación y necesidades,
abandonando el igualitarismo que siempre perjudica a los más débiles.
Para llevar a sus últimas consecuencias estos planteamientos, se acepta y se explica
que “la educación ambiental no es neutra”, sino que requiere de una cosmovisión, de un
modelo del mundo y, de un modelo educativo innovador y transformador.
En esta línea, el Tratado afirma que “la educación ambiental es un acto político,
basado en valores, para la transformación social”. Es preciso seguir trabajando en
programas que impulsen la toma de decisiones, la participación activa de la ciudadanía
en el control y en la gestión de los recursos comunitarios.
g) La Conferencia Internacional sobre Medio Ambiente y Sociedad: Educación y
conciencia pública para la sostenibilidad (1997)
Dicha Conferencia tuvo lugar en Tesalónica (Grecia) durante los días 8 al 12 de
diciembre de 1997, organizada por la UNESCO y el Gobierno de Grecia. Reunió a
1.200 expertos de 84 países. Se celebró al cumplirse los 20 años de la Conferencia de
Tbilisi y 5 años después de la Conferencia de Río. Las expectativas se centraban en el
valor de los debates, las conclusiones para la comunidad científica y profesional y en la
posibilidad de aportar los resultados de la Conferencia a la Comisión de Desarrollo
Sostenible (CSD).
30
El trabajo se desarrolló a través de tres áreas de actividades simultáneas:
Un Foro temático de debate.
Un Foro de prácticas innovadoras.
Diversos Seminarios sobre cuestione específicas.
Objetivos de la Conferencia
- Poner de manifiesto el papel decisivo de la educación y de la conciencia pública
en la consecución de la sostenibilidad.
- Considerar la importante contribución que, a estos fines, ofrece la Educación
Ambiental.
- Movilizar la acción en este campo a escala internacional, nacional y local.
- Facilitar elementos de apoyo al posterior desarrollo del Programa de trabajo de la
Comisión de Desarrollo Sostenible (CSD) de Naciones Unidas.
La Declaración de Tesalónica
Una vez concluidas las actividades, se aprobó una Declaración conjunta con los
siguientes elementos:
- Se considera que la orientación hacia un futuro sostenible requiere un eficaz trabajo de
coordinación e integración de esfuerzos en distintos sectores clave, así como un cambio
rápido y radical en los comportamientos y modos de vida, incluyendo los modelos de
producción y consumo.
- A tal fin, se reconoce el valor de la educación como un medio indispensable para
conseguir que las personas de todo el mundo puedan controlara sus destinos y ejercer
sus opciones personales y responsabilidades aprendiendo a lo largo de la vida, sin
fronteras geográficas, políticas, culturales, religiosas, lingüísticas o de género.
- La Educación Ambiental es reconocida como una educación para la sostenibilidad,
tanto por su desarrollo conceptual en el marco de las recomendaciones de Tbilisi como
por su posterior evolución, en la cual han ido abordando las grandes cuestiones
incluidas en la Agenda 21.
- La traducción de los principios de sostenibilidad a la acción práctica ha de verificarse
tomando en cuenta los contextos locales, regionales o nacionales. La reorientación
educativa general demandada por le Capítulo 36 de la Agenda 21 en este sentido no
puede seer desarrollada por la comunidad educativa en solitario, sino que es una tarea
global, que concierne a toda la sociedad.
Conclusiones de la Conferencia
Foro temático de debate: Se dedicó a tratar 6 cuestiones básicas:
I Cuestión: Educar para un futuro sostenible: el consenso internacional como impulso
para la acción.
Se destaca la interdisciplinariedad para la educación sostenible. También un
planteamiento intersectorial que implique a todos los agentes sociales. Para ello es
imprescindible la cooperación y coordinación de esfuerzos y competencias.
II Cuestión: Reorientar la educación formal hacia la sostenibilidad.
Esto requiere que los programas de estudio se diseñen y planifiquen con un enfoque
global, integrando los aspectos ecológicos con los socio-culturales y los éticos. Para
conseguirlo, es necesario dedicar mayor esfuerzo a la formación del profesorado y de
los formadores del profesorado. Se atenderá a la educación superior, primaria, formal,
no formal e informal.
31
III Cuestión: Comprensión y conciencia pública
Conviene captar la atención del público en general sobre el concepto de desarrollo
sostenible. La información al respecto debe ser comprensible y estar estrechamente
relacionada con las necesidades e intereses locales de los distintos grupos sociales.
Donde la atención de las personas se centre sobre el desarrollo económico, es
importante poner de relieve otras dimensiones del desarrollo, subrayando las relaciones
que existen entre la sostenibilidad y las ideas de cooperación, mitigación de la pobreza,
equidad social, papel de la mujer, la juventud y otros grupos.
IV Cuestión: Cambio hacia modos de vida sostenibles, en las pautas de producción y
consumo.
Muchas personas piensan que los problemas relacionados con la sostenibilidad son
causa de la conducta de otros y no de la suya. Es necesario que la gente comprenda
cómo la conducta individual contribuye a la creación de problemas y también a su
solución. Los gobiernos se enfrentan al reto de utilizar la fiscalidad y la regulación
jurídica para fomentar el cambio, tomando medidas que apoyen los modelos de vida
sostenibles. Las estrategias de comunicación son decisivas. Necesitamos “educar tanto
el corazón como la razón”. Se trata de la ética, la equidad social y el conocimiento
científico, integrando estos nuevos principios en la cultura educativa.
V Cuestión: Invertir en educación: contribuir a un futuro sostenible.
Debe alentarse a los gobiernos, instituciones internacionales, regionales, nacionales y a
los sectores productivos, a movilizar nuevos recursos y aumentar la inversión en
educación. Se aconseja la creación de un Fondo independiente, dedicado a fomentara la
educación para la sostenibilidad, que recibirá aportaciones del público, la empresas y los
gobiernos.
VI Cuestión: Ética, cultura y equidad para el logro de modelos sostenibles
Se impone el reconocimiento del valor y del enorme potencial de los saberes que
mantienen las poblaciones indígenas, que ofrecen numerosos ejemplos de equilibrio
entre los sistemas humanos y natural. La ética, la cultura y la equidad son inseparables
en todos los contextos. Existe cierto riesgo en el modo en que la información sobe
problemas ambientales llega al público. Se plantea la cuestión de la eticidad de la
información “procesada”.
-
Foro de prácticas innovadoras:
Se desarrolló de modo paralelo al Foro temático de debate, en un intento de otorgar
especial notoriedad e importancia, dentro de la Conferencia, a los ejemplos de lo que se
estaba haciendo en distintos países en programas educativo-ambientales orientados
hacia la sostenibilidad. Se presentaron, 17 prácticas innovadoras, en diferentes campos:
-
Seminarios:
En el marco de la Conferencia se celebraron distintos Seminarios sobre cuestiones
específicas, relativos a las siguientes áreas:
- Redes comunitarias y acción local.
- Principios éticos y conceptuales.
- Ciencia natural, conservación y educación.
32
-
Investigación en Educación Ambiental y relaciones entre países.
Turismo. Formación del profesorado. Educación de adultos.
Entre los Seminarios desarrollados tuvo lugar el promovido por la Cátedra UNESCO
de Educación Ambiental de España, radicada en la UNED, sobre el tema Las
relaciones España-América Latina en materia d educación Ambiental para un futuro
sostenible, cuyo objetivo fue examinar las relaciones de cooperación entre estos ámbitos
geográficos y culturales.
Las conclusiones plantearon la necesidad de sensibilizar y capacitar a los individuos
y a los grupos para la gestión de conflictos y la toma de decisiones. El reto se concibe
como una tarea científica y un trabajo en valores.
También se destacó la cooperación internacional en Programas de Educación
Ambiental de nivel universitario, de post-grado, destinados a la formación ambiental de
los decisores. Tales programas se vienen ejecutando a través de nexos entre las
Universidades, las Empresas y las Administraciones públicas, en la búsqueda de una
mejor cualificación ambiental de los profesionales que gestionan los recursos para la
sostenibilidad.
En niveles de enseñanzas no universitarias y en las Organizaciones no
Gubernamentales existen Programas específicos de cooperación transnacional que
implican a los estudiantes y a toda la sociedad civil en la participación para la
resolución de problemas ambientales.
Como Propuestas del Seminario se puede destacar:
- El necesario fortalecimiento de la cooperación internacional mediante Redes de
intercambio de recursos humanos científicos y tecnológicos.
- El especial interés y urgencia por incrementar y reforzar los mecanismos de
cooperación interna que, en el ámbito de cada país o región, permitan anticuar e integrar
las actividades de Educación Ambiental para un futuro sostenible que desarrollan las
distintas instituciones y organizaciones sociales, potenciando la permeabilidad entre los
diferentes estamentos o niveles de trabajo.
33
1.6. Iniciando la década del 2000: los resultados de Río de Janeiro. La Agenda 21. La
Declaración del Milenio (2000). La Cumbre de Johannesburgo (2002). La Carta de la Tierra.
Antecedentes: los resultados de Río de Janeiro
No es posible hablar de la década del 2000 sin hacer una visión retrospectiva hacia el
período anterior, en el cual se produjeron algunos hechor relevantes de gran incidencia sobre la
crisis ambiental. También porque la década de los noventa estuvo marcada por las promesas de
Río 92 y parece pertinente examinar su grado de cumplimiento y el modo en que los gobiernos
fueron asumiendo sus compromisos ambientales.
Río 92 había sido, en efecto, una gran ocasión para el medio ambiente. Por fin los
problemas del desarrollo y las cuestiones ecológicas habían sido tratados conjuntamente, y los
discursos y promesas de los altos mandatarios allí reunidos parecían presagiar mejores tiempos
para el planeta. El Programa 21, más conocido después como “Agenda 21 global”, nacía como
instrumento inspirador de lo que, en adelante, serían las Agendas 21 locales, que habrían de dar
ocasión a los poderes municipales y a los ciudadanos para participar activamente en estrategias de
sostenibilidad aplicadas a sus propios entornos.
Pronto, sin embargo, se hizo evidente el rechazo de varios países a la ratificación de
algunos de los Convenios allí planteados, lo que hizo comprender a la comunidad mundial que el
camino para su cumplimiento no sería nada fácil. Y, en efecto, los problemas ambientales
planteados en Río (pobreza de una gran parte de la población mundial, pérdida de biodiversidad,
cambio climático, desertificación…) siguen sin resolverse, e incluso, en determinados casos, se
han agravado cuando comienza la década del 2000. Algunos hechos relevantes han contribuido a
ello.
Uno de los más destacados es, a nuestro juicio, la aprobación del Tratado Mundial del
Comercio en el año 1995 (en sustitución de los Acuerdos del GATT), con el objetivo de estimular
el libre intercambio de bienes y servicios. La Organización Mundial del Comercio (OMC) rige,
desde entonces, las cuestiones económicas mundiales, desde planteamientos neoliberales que han
agudizado la histórica prioridad de los intereses económicos de las empresas transnacionales sobre
las necesidades de los seres humanos, especialmente de los más pobres. Entre sus objetivos está
promover la privatización de los servicios públicos básicos (agua, electricidad, transporte…) en un
marco internacional de máxima liberalización de la economía.
En manos de la OMC, durante los últimos años se ha acelerado peligrosamente la
constitución del mundo como un gran mercado, no como la sociedad planetaria equitativa que
soñamos quienes asistimos a Río 92. Los intereses mercantiles y financieros tienen mayor peso, en
el contexto económico mundial, que las necesidades ambientales y sociales de la mayoría. La
globalización económica se ha impuesto a otras globalizaciones posibles (como la globalización de
la solidaridad) y amenaza con convertir el mundo en un espacio de desigualdades y no de
oportunidades.
En consecuencia, parece posible afirmar que, globalmente, las esperanzas y promesas de la
Cumbre de Río no se han cumplido sino que, incluso, la pobreza y las desigualdades han
aumentado en algunas áreas del planeta, mientras que el consumo de recursos naturales sigue sin
ser frenado.
Pero no todo ha sido negativo en el curso de la pasada década. En Río se inició una etapa
de florecimiento de organizaciones no gubernamentales para la defensa del medio ambiente que, a
lo largo de los años, no ha parado de crecer. Además, la identificación de la pobreza como un
contexto de insostenibilidad y un problema ambiental de primera magnitud ha hecho que los
movimientos ecologistas se aliasen con las organizaciones que trabajan a favor del desarrollo y de
los derechos humanos, con los movimientos de mujeres y, en general, con todos aquellos grupos
organizados que plantean un cambio de paradigmas global para la gestión del planeta.
1
Algunas organizaciones internacionales han llegado, incluso a lograr situarse como
observadoras en foros relevantes en los que los gobiernos toman decisiones colegiadas. Esta
experiencia las llevaría más tarde a organizar su propio Foro Alternativo (Porto Alegre 2001 y ss.)
en el que, a través de procesos abiertos de debate y elaboración de propuestas, se ha ido
coordinando la implantación de proyectos verdaderamente sostenibles en muy diversas partes del
mundo, si bien, por el momento, se trata de experiencias de alcance local cuyo principal valor es el
de demostrar que otro modelo de desarrollo es posible.
De modo que, en esa década de los 90, y seguramente muy influidos por lo que fue el Foro
Global de Río 92, los movimientos ambientalistas y sociales han experimentado un crecimiento y
una mejora cualitativa de su organización que, gracias a los avances de Internet, les han permitido
crear verdaderas redes de resistencia pacífica y de acción alternativa a favor de un mundo más
equilibrado ecológicamente y socialmente más equitativo.
En cuanto a la acción de los gobernantes, desde luego no puede ser enjuiciada globalmente.
Algunos países y gobiernos han intentado con más éxito que otros llevar a cabo políticas de
sostenibilidad pero, en el mejor de los casos, han tropezado con la pérdida de soberanía económica
que plantea la sociedad de la globalización y la consecuente imposición de directrices nacidas en el
mercado internacional. Sin embargo, los poderes locales se han mostrado como ámbitos mucho
más adecuados para trasladar a sus políticas principios de sostenibilidad. Y es ahí, en lo local,
donde seguramente se pueden señalar los mejores resultados de lo que fue Río 92, a través de la
puesta en marcha de las Agendas 21.
a) La Agenda 21 local: su implementación práctica
Ya en el apartado anterior, dedicado a la década de los 90, hicimos un amplio recorrido por los
principios y contenidos del <<Programa 21>> como un programa de acción. Ahora sólo nos queda
constatar que las <<Agendas 21>> nacidas al calor de estas indicaciones han proliferado a lo largo
y ancho del planeta. En la actualidad, están en marcha más de 3.000 Agendas Locales 21, en
ciudades de todo el mundo. Ellas están mostrando las posibilidades de la descentralización para
gestionar adecuada y ambientalmente los recursos del planeta.
Un ejemplo lo tenemos en las iniciativas locales nacidas para cooperar en el control del cambio
climático reduciendo las emisiones de gases de efecto invernadero. Los gobiernos locales que
toman parte en la campaña <<Ciudades para la protección del clima>> ha hecho posible ya una
reducción de un 8% en estas emisiones y, sobre todo, están mostrado fórmulas y vías de actuación
para conciliar la calidad de vida con el cuidado del medio ambiente.
b) La Declaración del Milenio
La década del 2000 se inicia, en un marco global como el que hemos descrito, alertada por
Naciones Unidas acerca de los valores y principios que deberían regir a la comunidad mundial y,
entre ellos, se concede especial importancia al desarrollo y la erradicación de la pobreza y a la
protección del ambiente.
La Declaración del Milenio, aprobada por la Asamblea General del 8 de septiembre del año 2000,
especifica, así, la necesidad de que los beneficios de la globalización se distribuyan de forma
<<incluyente y equitativa>> y llama la atención sobre la necesidad de actuar con prudencia en la
gestión de los recursos naturales, conforme a los preceptos del desarrollo sostenible.
El apartado III, centrado en el desarrollo y la erradicación de la pobreza, plantea el empeño de la
sociedad mundial por liberar a más de 1.000 millones de seres humanos de las condiciones
deshumanizadoras de pobreza extrema en que viven. Asimismo, se pone especial énfasis en la
atención a las necesidades de los países menos adelantados y a la urgencia de aliviar su deuda
externa.
2
Entre las decisiones, se plantea la de reducir a la mitad, para el año 2015, el porcentaje de
habitantes del planeta cuyos ingresos sean inferiores a un dólar diario y el de las personas que
padezcan hambre. Igualmente, para esa misma fecha, reducir a la mitad el porcentaje de personas
que carezcan de acceso a agua potable o que no puedan costearlo.
Otra de las decisiones plantea <<velar por que, para ese mismo año, los niños y niñas de todo el
mundo puedan terminar un ciclo completo de enseñanza primaria y porque tanto las niñas como
los niños tengan igual acceso a todos los niveles de la enseñanza>>.
El capítulo IV se dedica a la <<protección de nuestro entorno común>> y plantea, entre otras, las
siguientes cuestiones:
<<Liberar a toda la humanidad, y ante todo a nuestros hijos y nietos, de la amenaza de vivir en un
planeta irremediablemente dañado por las actividades del hombre>>, lo que requiere, de
inmediato, <<adoptar una nueva ética de conservación>> y tomar medidas concretas para la
entrada en vigor del Protocolo de Kyoto, para el desarrollo sostenible de los bosques, la aplicación
del Convenio sobre la Diversidad Biológica y de la Convención de las NN.UU. de lucha contra la
desertificación.
Se plantea, igualmente, la necesidad de <<poner fin a la explotación insostenible de los recursos
hídricos>>, y la intensificación de políticas cooperativas para los casos de desastres naturales y
provocados por el hombre, así como la garantía de libre acceso a la información sobre la secuencia
del genoma humano.
Es importante detenerse a considerar estas declaraciones porque algunas de ellas servirán de base
para los acuerdos que, dos años más tarde, tendrán lugar en Johannesburgo.
c) La Cumbre de Johannesburgo
Durante los días 26 de agosto al 4 de septiembre de 2002, representantes de los gobiernos del
mundo (191 países), de la actividad empresarial, y miles de representantes de grupos ecologistas y
sociales se dieron cita en la Cumbre de Johannesburgo (Suráfrica) con el fin de observar los
avances y retrocesos sufridos por la humanidad, en el plano ambiental, desde la Cumbre de Río, y
plantear las directrices para la próxima etapa.
Las expectativas de unos y otros no siempre venían a ser coincidentes. Para la mayoría de los
gobiernos y grupos empresariales, lo que se dirimía en Johannesburgo era un problema de buenas
prácticas, de gestión eficiente, de correctivos al sistema. Para los representantes de las ONG,s el
reto era hacer visible una visión del desarrollo sostenible, que implica un verdadero cambio de
paradigma, una reorientación en las prioridades, en la forma de producir y en los intercambios
comerciales, así como en los modelos de conducta de los consumidores, en especial de los del
Norte rico del planeta.
Los más de 30.000 delegados oficiales y representantes de la sociedad civil que asistieron a
Johannesburgo tomaron como suyos algunos de los objetivos de la Declaración del Milenio, como
el de reducir a la mitad el número de personas pobres para el año 2015.
Las organizaciones ecológicas y sociales asistieron a esta Cumbre mejor organizadas y más
cohesionadas de lo que lo habían hecho en Río, capacitadas para mostrar a los gobiernos y a las
empresas que existe una voluntad colectiva de caminar hacia la sostenibilidad y que la visión del
ciudadano como consumidor es estrecha y debe dar paso a la visión del ser humano como
partícipe.
De igual modo, desde estas organizaciones se planteaba la necesidad de establecer límites
ecológicos, éticos y sociales, a la actividad de las empresas, en el marco de la globalización
económica.
Los debates tuvieron lugar en torno a cinco áreas clave del desarrollo sostenible: Agua, energía,
salud, agricultura y biodiversidad, identificadas en inglés como WEHAB (water, energy, health,
3
agriculture, biodiversity). En cada una de estas áreas se identificaron los datos clave sobre
disponibilidad de los recursos, consumo, problemas existentes y necesidades a solventar.
En la Cumbre se suscribieron dos modalidades de Acuerdos: los de tipo I, asumidos por los
gobiernos, y los de tipo II, no gubernamentales.
Uno de los aspectos más destacables de este encuentro es precisamente el protagonismo de las
empresas, que se ha manifestado en los Acuerdos llamados <<de tipo II>> durante la Conferencia,
como los firmados entre representantes del mundo de los negocios y Greenpeace para reducir las
emisiones de gases de efecto invernadero.
La significativa presencia del mundo empresarial de Johannesburgo tiene una doble lectura: por un
lado, supone el reconocimiento, por parte de las empresas, de que un giro hacia la sostenibilidad es
indiscutible, y anuncia su disponibilidad para reorientar los sistemas productivos y comerciales en
esta dirección: de otro lado, es una oportunidad que las grandes corporaciones no han querido dejar
pasar para tomar protagonismo en los grandes proyectos sobre el agua, la energía… que aquí
estaban en juego, con el consiguiente riesgo de que la ampliación de estos servicios básicos pase a
ser privatizada, y puedan anteponerse los intereses mercantiles a las necesidades de la población.
Como antes indicábamos, los resultados de la Cumbre han sido de dos clases: los de tipo I se han
plasmado en la Declaración Política y el Plan de Acción, ambos complementarios; los de tipo II,
llamados partenariados, implican a organizaciones sociales y empresariales.
La Declaración Política es un documento que, en el curso de la Conferencia, se ha ido reduciendo,
y finalmente se limita a enunciar una serie de principios y vías para la sostenibilidad. El Plan de
Acción es un documento más detallado, que establece las pautas de actuación concretas, en
algunos casos con fechas y compromisos específicos y, en otros, como una declaración de
intenciones.
En cuanto a los Compromisos Clave, Metas y Períodos del Plan de Acción, presentamos en síntesis
algunos de los más significativos (FIDA, 2002):
Erradicación de la pobreza:
Reducir a la mitad, para el año 2015, el porcentaje de habitantes del planeta cuyos
ingresos sean inferiores a un dólar por día y el de las personas que padezcan hambre
(reafirmación de los objetivos de desarrollo de la Declaración del Milenio).
Para el 2020, haber mejorado considerablemente la vida de por lo menos 100 millones de
habitantes de tugurios (reafirmación de los objetivos de desarrollo de la Declaración del
Milenio).
Establecer un Fondo Solidario Mundial para erradicar la pobreza y promover el desarrollo
social y humano en los países en desarrollo.
Agua y Saneamiento:
Reducir a la mitad, para el 2015, el número de personas que no tienen acceso a los
servicios adecuados de agua potable (reafirmación de los objetivos de desarrollo de la
Declaración del Milenio).
Reducir a la mitad, para el 2015, el número de personas que no tienen acceso a los
servicios de saneamiento apropiados.
Producción y consumo sostenibles:
Animar y promover el desarrollo dentro de un marco de programas durante 10 años para
acelerar el cambio hacia una producción y consumo sostenibles:
Energía:
Diversificar el suministro de energía y aumentar sustancialmente la proporción de fuentes
de energía renovables.
4
-
Mejorar el acceso para que los recursos y servicios de energía sean seguros, asumibles,
viables económicamente, aceptables socialmente y ambientalmente limpios.
Reducir la distorsión del mercado mediante la reestructuración de las normas impositivas
y el retiro progresivo de los subsidios.
Mejorar el funcionamiento, transparencia e información de los mercados de energía con
respecto a la oferta y demanda.
Establecer programas domésticos para la eficiencia energética con el apoyo de la
comunidad internacional.
Productos químicos:
Como meta para el 2020, el uso y producción de productos químicos que no generen
efectos adversos significativos sobre la salud humana y el medio ambiente.
Gestionar adecuadamente los productos químicos y residuos peligrosos.
Implantar un nuevo sistema global armonizado para la clasificación y etiquetado de
productos químicos, teniendo previsto un sistema operacional completo para el 2008.
Gestión de los recursos naturales:
Agua: desarrollar un sistema integrado de recursos hídricos y planes de eficiencia del
agua para el 2005
Océanos y recursos pesqueros: Estimular, para el 2010, el enfoque ecosistémico para el
desarrollo sostenible de los océanos.
De forma urgente, y donde sea posible para 2015, mantener o restaurar las pesquerías agotadas.
Prevenir, disuadir, impedir y eliminar la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada, para el
2004.
Hacer una valoración del estado del medio ambiente marino, para el año 2004.
Eliminar los subsidios que contribuyen a la ilegalidad, a la pesca no declarada y no reglamentada y
a la sobreexplotación de la misma.
Atmósfera: Facilitar la implantación del Protocolo de Montreal relativo a las sustancias
que deterioran la capa de ozono.
Mejorar el acceso de los países en vías de desarrollo a las alternativas de sustitución de las
sustancias que deterioran la capa de ozono antes del 2010.
Biodiversidad: Lograr para el año 2010 una reducción significativa del actual porcentaje
de pérdida de la diversidad biológica.
Bosques: Acelerar la implantación de las propuestas para la acción del Panel/Foro
Intergubernamental de Bosques (IPF/IFF).
Responsabilidad corporativa:
Promover activamente la responsabilidad corporativa, incluyendo acuerdos y toma de
decisiones intergubernamentales, iniciativas internacionales y relaciones público-privadas y una
regulación nacional apropiada.
Salud:
-
-
Intensificar la educación sobre la salud con el objetivo de alcanzar una mejora global de
la salud para el 2010.
Reducir, para el 2015, el índice de mortalidad de la infancia y niños menores de 5 años a
las dos terceras partes y de la mortalidad materna a las tres cuartas partes respecto del
índice del año 2000 (reafirmación de los objetivos de desarrollo de la Declaración del
Milenio).
Reducir la propagación del VIH/SIDA, y combatir la malaria, la tuberculosis y otras
enfermedades.
5
Desarrollo sostenible de los pequeños estados insulares en desarrollo:
Desarrollar iniciativas comunitarias basadas en el turismo sostenible para el año 2004
Apoyar el desarrollo sostenible de los pequeños Estados insulares en desarrollo.
Desarrollo sostenible para África:
Mejorar la productividad agrícola sostenible y la seguridad alimentaría, de acuerdo con
los objetivos de desarrollo de la Declaración del Milenio.
Apoyar a los países africanos para desarrollar e implantar estrategias orientadas a la
seguridad alimentaría para el año 2005.
Apoyar los esfuerzos de África para implantar los objetivos de la Nueva Estrategia de
Cooperación para el Desarrollo Africano (NEPAD) en energía, especialmente en las áreas
rurales.
Medios de ejecución:
Velar para que, para el año 2015, los niños y niñas de todo el mundo puedan terminar el
ciclo completo de enseñanza primaria y porque tanto las niñas como los niños tengan
igual acceso a todos los niveles de enseñanza (reafirmación de los objetivos de la
Declaración del Milenio).
Suprimir las disparidades entre los géneros en la enseñanza primaria y secundaria para el
año 2005.
Adoptar una década de educación para el desarrollo sostenible a partir de 2005.
Marco institucional para el desarrollo sostenible:
Facilitar y promocionar la integración de las dimensiones ambientales, sociales y
económicas del desarrollo sostenible en los programas de trabajo de las Comisiones
Regionales de Naciones Unidas.
Progresar en la formulación y elaboración de estrategias nacionales para el desarrollo
sostenible e iniciar su implantación para el 2005.
d) La Carta de la Tierra
La Carta de la Tierra está concebida como una declaración de principios éticos fundamentales y
como una guía y un código universal de conducta para orientar a las distintas comunidades
humanas hacia el desarrollo sostenible.
Sus orígenes históricos se remontan a la Carta Mundial para la Naturaleza, publicada en 1982, y a
los trabajos de la Comisión Brundtland sobre Medio Ambiente y Desarrollo, que recomendaban la
creación de una nueva Carta o declaración universal sobre los valores ambientales y el desarrollo
sostenible.
La Carta de la Tierra se incluyó en la agenda de la Cumbre de Río 92, y su adopción por parte de
los gobiernos fue, en aquel momento, uno de los hechos más esperados, precisamente porque
reunía las condiciones para constituirse en el <<cimiento ético>> del Programa 21. Pero no hubo
acuerdo y, en su lugar, se adoptó la Declaración de Río sobre Medio Ambiente y Desarrollo.
Posteriormente, el Consejo de la Tierra y la Cruz Verde Internacional, con el apoyo del gobierno
de Holanda, iniciaron, en el año 1995, la tarea de desarrollar un primer borrador de la Carta. Este
borrador fue presentado durante el Foro de Río + 5, ante Naciones Unidas, en el año 1997, como
un documento en proceso.
Con miras a alcanzar una amplia participación, la redacción del documento definitivo giraba en
torno a los siguientes principios:
6
-
Basar la Carta de la Tierra en los valores de muy distintas culturas, religiones y grupos
humanos.
Difundir los principios esenciales del desarrollo sostenible y crear no sólo conocimiento
sino conciencia ética sobre los mismos.
Mantenerse abiertos a las contribuciones individuales y colectivas que se recibiesen para
su mejora.
Desarrollar los fundamentos éticos de una nueva sociedad basada en la cooperación, la
responsabilidad compartida, y el respeto a todas las formas de vida.
La versión final fue aprobada en el año 2000 en La Haya, e incluye cuatro capítulos que hacen
referencia al respeto y cuidado de la comunidad de la vida; la integridad ecológica; la justicia
social y económica, y, finalmente, la democracia, no violencia y paz.
El texto plantea la indispensable transición hacia sociedades sostenibles y reconoce la necesidad de
cambios básicos para que este proceso se produzca, cambios que afectan tanto a las actitudes como
a los valores y comportamientos de las personas y los pueblos. Para ello, plantea la conveniencia
de integrar las dimensiones ética, social, científica y económica en un marco de trabajo operativo
que haga realidad los principios del desarrollo sostenible. El objetivo final que plantea la Carta es
el de restaurar y proteger la tierra como un hogar seguro para la humanidad y toda la comunidad
viviente.
Hasta la Cumbre de Johannesburgo, en agosto de 2002, la Carta había sido suscrita por más de
8.000 grupos civiles de todo el mundo y por algunos gobiernos como Holanda y Costa Rica, pero
seguía estando pendiente de firma por la mayoría de los países industrializados y por parte de las
Naciones Unidas.
Sus promotores se plantearon el objetivo de incorporar la Carta a la Cumbre de Johannesburgo, en
un nuevo intento para legitimar su contenido por parte de los distintos gobiernos presentes. Ello no
fue posible. Sin embargo, el impacto de la Carta sobre los distintos movimientos sociales
experimentó un gran ascenso, y el apoyo a dicho documento no ha hecho más que crecer desde
entonces.
Los valores que en ella se proclaman tienen, por de pronto, un enorme alcance educativo, por lo
que este documento debería constituirse en una referencia indispensable para los programas de
educación formal y no formal que se desarrollan desde la escuela primaria hasta la universidad, en
un proceso gradual y continuo de toma de conciencia sobre el papel de los seres humanos en el
planeta.
También tiene la Carta un alcance inmediato y muy significativo para las corporaciones y
comunidades locales, a las que ofrece principios, criterios y pautas orientativas para conciliar el
desarrollo local con el equilibrio global.
El documento actualmente en vigor consta de un Preámbulo y cuatro capítulos de Principios, que a
continuación presentamos resumidos en sus aspectos fundamentales.
Preámbulo:
Comienza señalando que estamos en un momento crítico de la historia de la Tierra y advirtiendo
sobre la interdependencia y fragilidad del sistema mundo, y sobre un futuro que depara, a la vez,
grandes riesgos y grandes promesas. Seguidamente proclama que somos una sola familia humana
y una sola comunidad terrestre con un destino común, y que debemos unirnos para crear una
sociedad global sostenible fundada en el respeto hacia la naturaleza, los derechos humanos
universales, la justicia económica y una cultura de paz. En torno a este fin, se plantea el imperativo
de que nosotros, los pueblos de la Tierra, declaremos nuestra responsabilidad unos hacia otros,
hacia la gran comunidad de la vida y hacia las generaciones futuras.
Tras revisar la situación de la Tierra, nuestro hogar, y los retos venideros, el Preámbulo plantea la
conveniencia de que vivamos de acuerdo con un sentido de responsabilidad universal,
identificándonos con toda la comunidad terrestre, al igual que con nuestras comunidades locales.
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Y concluye abordando la urgente necesidad de contar con un fundamento ético para la comunidad
mundial emergente, orientado hacia una forma de vida sostenible, que habrá de guiar y valorar la
conducta de las personas, organizaciones, empresas, gobiernos e instituciones transnacionales.
En cuanto a los Principios, se señalan los siguientes:
I.
-
Respeto y cuidado de la comunidad de la vida:
Respetar la Tierra y la vida en toda su diversidad.
Cuidar la comunidad de la vida con entendimiento, compasión y amor.
Construir sociedades democráticas que sean justas, participativas, sostenibles y pacíficas.
Asegurar que los frutos y la belleza de la Tierra se preserven para las generaciones
presentes y futuras.
Para poder realizar estos cuatro compromisos generales, es necesario:
II.
-
Integridad ecológica
Proteger y restaurar la integridad de los sistemas ecológicos de la Tierra, con especial
preocupación por la diversidad biológica y los procesos naturales que sustentan la vida.
Evitar dañar como el mejor método de protección ambiental y, cuando el conocimiento
sea limitado, proceder con precaución.
Adoptar patrones de producción, consumo y reproducción que salvaguarden las
capacidades regenerativas de la Tierra, los derechos humanos y el bienestar comunitario.
Impulsar el estudio de la sostenibilidad ecológica y promover el intercambio abierto y la
extensa aplicación del conocimiento adquirido.
III.
Justicia social y económica
Erradicar la pobreza como un imperativo ético, social y ambiental.
Asegurar que las actividades e instituciones económicas, a todo nivel, promuevan el
desarrollo humano de forma equitativa y sostenible.
Afirmar la igualdad y equidad del género como prerrequisitos para el desarrollo
sostenible y asegurar el acceso universal a la educación, el cuidado de la salud y la
oportunidad económica.
Defender el derecho de todos, sin discriminación, a un entorno natural y social que apoye
la dignidad humana, la salud física y el bienestar espiritual, con especial atención a los
derechos de los pueblos indígenas y las minorías.
IV.
Democracia, no violencia y paz
Fortalecer las instituciones democráticas en todos los niveles y brindar transparencia y
rendimiento de cuentas en la gobernabilidad, participación inclusiva en la toma de
decisiones y acceso a la justicia.
Integrar en la educación formal y en el aprendizaje a lo largo de la vida las habilidades, el
conocimiento y los valores necesarios para un modo de vida sostenible.
Tratar a todos los seres vivientes con respeto y consideración.
Promover una cultura de tolerancia, no violencia y paz.
El camino hacia delante.
Finalmente, la Carta concluye con una serie de consideraciones que reiteran la necesidad de <<un
cambio de mentalidad y de corazón>> y <<un nuevo sentido de interdependencia global y
responsabilidad universal>>. El texto nos anima a <<armonizar la diversidad con la unidad; el
ejercicio de la libertad con el bien común; los objetivos de corto plazo con las metas a largo
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plazo>>, y plantea que <<la alianza entre gobiernos, sociedad civil y empresas es esencial para la
gobernabilidad efectiva>>.
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