Las ayudas que Izar debe devolver al Estado ponen en peligro el

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Las ayudas que Izar debe devolver al Estado ponen en peligro el futuro de los astilleros
Las ayudas que Izar debe devolver al Estado ponen en peligro el
futuro de los astilleros
El fabricante naval público español deberá negociar con la Comisión Europea cómo pagar los 308 millones de
euros de la manera menos traumática posible para una compañía que no logra salir de los números rojos.
Los astilleros públicos españoles no levantan cabeza. Si el pasado martes sindicatos y empresa llegaban a un principio
de acuerdo para resolver el convenio colectivo, que ha sido discutido durante más de un año, ayer la Comisión hizo
oficial su decisión de que Izar devuelva 308 millones de euros en ayudas al ser consideradas ilegales por Bruselas.
No obstante, la Comisión quiso dar un mensaje de tranquilidad ante la preocupante situación de los astilleros públicos
españoles. Bruselas decidió que las ayudas que debe devolver Izar no se reembolsarán de manera inmediata.
Cuando Izar todavía no ha conseguido zarpar del puerto de los números rojos en los últimos años ?el pasado ejercicio
perdió treinta millones de euros y lleva cuatro intentos de reconversión desde 1984? ahora cuenta con el lastre añadido
de estos 308 millones de euros que deberá devolver.
Situación crítica
La situación es crítica. Si Mario Monti, el comisario europeo de Competencia, obligara a devolver inmediatamente estas
ayudas, los expertos consultados aseguran que ?el fabricante naval podría entrar en situación de quiebra?.
Pero el problema de Izar no es un caso aislado. La Comisión estudia otros expedientes entre los que destacan empresas
como France Telecom y Electricité de France, que han recibido ayudas millonarias durante años.
Para evitar un escenario irreversible, la Comisión ha previsto un plazo de dos meses, que puede alargarse algo más, en el
que las partes implicadas buscarán un acuerdo que establezca las modalidades del reembolso de una manera ordenada.
?El objetivo de la Comisión es que la devolución de esas ayudas no ponga en peligro la viabilidad de la empresa, ni el
empleo de los 20.000 trabajadores actuales?, declaró ayer el portavoz de la Comisión Europea, Tilman Lüder.
Paralelamente, la Comisión estudia con el Gobierno español qué otras medidas de acompañamiento pueden concederse
para mejorar la situación de la compañía, como ayudas para la formación, que aseguren la competitividad de los
astilleros españoles, y otro tipo de incentivos regionales que no distorsionen la competencia.
La Comisión justificó ayer la devolución de estas ayudas ilegales alegando que ?han proporcionado una ventaja a los
astilleros españoles que no han tenido otros fabricantes de la UE, que se han quejado?, dijo el portavoz.
Las denuncias contra los astilleros españoles han sido abanderadas desde Dinamarca. El país nórdico alegó que cuando
Bazán, el antiguo negocio civil de Izar, recibió una ayuda de 1998, estaba condicionada a que cesara la construcción
naval comercial, pero la fusión de Bazán con los astilleros civiles Aesa, que supuso la creación de Izar en 2000, no
respetó lo acordado. Otros países como Reino Unido y empresas como la holandesa Royal van Lent Shipyard se han
unido a estas quejas.
Los astilleros europeos están pasando por un momento delicado, después de que los gigantes asiáticos les roben año tras
año cuota de mercado. Según datos de la patronal europea de los astilleros, entre Japón y Corea del Sur acapararon el
61,8% de la cuota de mercado mundial de producción de barcos en 2002, muy por delante del 22,9% logrado por
Europa.
Grupo naval europeo
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Para resolver la crisis de los astilleros europeos, las grandes empresas del sector se han planteado crear un gigante naval
a imagen y semejanza del consorcio aeronáutico europeo EADS. El pasado mes de septiembre los astilleros militares
franceses DCN e Izar realizaron un primer acercamiento en este sentido. Ambas compañías ya trabajan en proyectos
comunes como el submarino Scorpene.
En las últimas semanas también se ha planteado la posiblidad de que la construcción del nuevo submarino español S-80
sea el pistoletazo de salida para el consorcio naval europeo.
Un puerto sin salida
Cuando Izar se creó en diciembre de 2000, la situación de los astilleros públicos españoles era insostenible, después de
perder 5.000 millones de euros en veinte años.
La nueva compañía preveía ser rentable en 2003. El año pasado perdió 30 millones.
Ahora, a las pérdidas acumuladas, habrá que sumarle los 308 millones de euros que Izar debe devolver al Estado.
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