vi . la fuerza cultura l de los sistemas tecnológicos

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VI . LA FUERZA CULTURA L
DE LOS SISTEMAS TECNOLÓGICOS'
STEPHEN HILL *
INTRODUCCIÓN : EL ACTOR Y EL SISTEM A
EL PRESENTE ENSAYO explora las propiedades constitutivas de la cultura
que adquieren vida desde dentro de los sistemas tecnológicos cuando la s
personas se comprometen a utilizarlos .
Un elemento fundamental del enfoque teórico que uso es la idea d e
que la tecnología puede entenderse como un "texto" que los actores pueden leer, interpretar en el desempeño de sus acciones sociales, y con e l
que pueden emprender un "discurso" con los autores del texto y por con siguiente con los valores que esos " autores" han incorporado tanto en l a
forma como en el contenido del texto desde su inicio? Punto fundamenta l
para el texto de la tecnología industrial, que es el enfoque particular d e
este ensayo, son las propiedades de los sistemas interconectados, ya que ,
tal como lo aduce el escrito, la fuerza cultural particular de la tecnología
contemporánea yace en la formación histórica de estos sistemas y s u
' El presente trabajo se ha beneficiado considerablemente por el intercambio continuo y
la colaboración de otros miembros del equipo de investigación del Centre for Researc h
Policy de Australia . Por lo tanto, deseo expresar mi agradecimiento por su apoyo y estímu lo al compartir nuestra agenda teórica .
* Director del Centre for Research Policy, Australia .
2 La idea de la tecnología como un texto, ola alineación entre el "texto automatizado" y
la acción, surgió originalmente de la opinión de la constitución del discurso que asevera e l
postestnicturalismo de Foucault. Para Foucault, las entidades como circunstancias, acon tecimientos, objetos y máquinas, todos incorporan textos que se manifiestan como discursos . Véase M . Cousins y A . Hussain, Michael Foucault, Londres, Macmillan, 1984, p . 78. E l
uso de este concepto para analizar el cambio tecnológico fue desarrollado más extensa mente en Stephen Hill, The Tragedy of Technology-Human Liberation vs . Domination in the
Late 20th Century, Londres, Pluto Press, 1988 . El análisis de este libro ha formado l a
plataforma básica de este documento. Para otros análisis específicos de la historia de la tecnología en Australia utilizando el argumento del " text o" , véase Stephen Hill, "Changing the
Technological Trajectory : Addressing the 'Trailing Edge' of Australia's Historical Culture" ,
Futures, abril, 1990, pp . 272-296 ; y para el análisis de la introducción de un sistem a
computarizado para oficina contemporánea de acuerdo con el análisis del texto, véase
Stephen Hill, Robin Horne y Stewart Carter, "White Collar Factory : The Transformation o f
a Corporate Culture", en Staun Angles (comp .), Information Technology in Australia ,
Kensington, University of New South Wales Press, 1991, pp . 114-148 . Véase también l a
opinión que desarrolló paralelamente a la presente narración de la tecnología como texto ,
Steve Woolgar, "The Turn to Technology in Social Studies of Science " , Science, Technolog v
and Human Values, 16 (I), invierno, 1991, pp . 20-50.
74
LA FUERZA CULTURAL DE LOS SISTEMAS TECNOLÓGICOS
75
interdependencia en todos los aspectos de las experiencias de la vid a
cotidiana .
A tono con esta interpretación, como lo observa Thomas Hughes, los
procesos y artefactos de la producción tecnológica en los sistemas tecnológicos a gran escala incorporan los valores politicos instrumentado s
en la fase de diseño y llevan estos valores a la vida cotidiana de las personas que participan en estos sistemas .' Langdon Winner observa que la s
cualidades políticas de las tecnologías pudieron haberse diseñado en
ellas ya sea consciente o inconscientemente en primer término. De manera
alternativa, las tecnologías pueden ser inherentemente políticas : la adopción de un sistema tecnológico implica la creación y el mantenimiento
de normas y relaciones sociales particulares como el entorno operativo .
Un ejemplo es la innovación de la bomba atómica que, por su capacida d
de resultados tremendamente letales, implicó una cadena centralizad a
rígidamente jerárquica de marido, cerrada a toda influencia que pudier a
hacer que sus efectos fuesen impredecibles ?
Los defensores del constructivismo social de la tecnología han elaborado más que adecuadamente valores políticos y sociales incorporado s
similares . Por ejemplo, Tine Bruland identifica que el estímulo principa l
para el desarrollo de las tecnologías a principios de la Revolución Industrial fue la necesidad de controlar la disciplina y el conflicto industrial, más que la eficiencia técnica per se; 5 Charles Cheape° demostró lo s
efectos de las tradiciones políticas en las elecciones que se tomaban co n
respecto a los sistemas de transporte público y privado en los Estado s
Unidos ; mientras que K . E . Bailes demostr ó la fuerza del interés politico
de Stalin por el prestigio internacional en el desarrollo de la industria d e
aeronaves soviéticas antes de la segunda Guerra Mundial ;' Mary Kaldor
demuestra el poder de producir sistemas de armamentos complejos ,
elaborados y grotescamente costosos que surgieron del contexto institucional de las relaciones militares Estado-cliente de los Estados Unido s
i Thomas Hughes, "The Evolution of Large Technological Systems" , en W . E . Bijker, T .
P . Hughes y T . Pinch (comps .), The Social Construction of Technological Systems : Ne w
Directions in the Sociology and History of Technology, Cambridge, MIT Press, 1987 .
" Langdon Winner, "Do Artefacts Have Politics?", en D . MacKenzie y J . Wajana n
(comps .), T he Social Shaping of Technology, Milton Keynes, Open University Press, 1985 ,
p . 30 .
s Tine Bruland, "Industrial Conflict as a Source of Technical Innovation : the Development of the Automatic Spinning Mule", en Donald Mackenzie y Judy Wajana n
(comps .), The Social Shaping of Technology - How the Refrigerator go its Hum, Milto n
Keynes, Open University Press, 1985 .
^Charles W . Cheape, "Moving the Masses : Urban Public Transit in New York, Bosto n
and Philadelphia, 1880-1912", Harvard Studies in Business History, 31 (Cambridge, Mass . ,
1980) .
3 K . E . Bailes, "Technology and Legitimation : Soviet Aviation and Stalinism in th e
1930s", Technology and Culture, 17 (I), enero, 1976, pp. 55-81 .
76
LA FUERZA CULTURAL DE LOS SISTEMAS TECNOLÓGICOS
con otras naciones ; 8 y John Staudenmair observa que debido a que lo s
actores que integran "el grupo de diseño" se inclinan a compartir los va lores y símbolos dominantes de su sociedad, los valores jerárquicos d e
las instituciones se incorporan al contenido técnico actual de la tecnología : por ejemplo, forzar a los trabajadores y usuarios a ajustarse a la s
concepciones sociales de los creadores de la tecnología 9 '
A través de los valores que incorpora la tecnología, el pasado se encuentra, por lo tanto, en el presente . Al interrogar los textos de los sis temas tecnológicos, bien podríamos revelar a la conciencia la fuerz a
cultural formada históricamente que de otra manera está oculta en la s
acciones cotidianas de los actores comprometidos con un mundo tecnologizado .
La manera en que el texto " inclina" las opciones de acción de las personas (término de Don Ihde ) 10 en el presente, adquiere entonces un consi derable interés sociológico .
Weizenbaum demuestra que el " texto" de una tecnología orienta l a
acción limitando específicamente cuáles acciones son posibles si es qu e
la tecnología se compromete del todo :
un sistema de computación que permite hacer sólo cierto tipo de preguntas ,
que acepta solamente cierto tipo de " dato s " , y que en principio no puede n
siquiera entenderlo los que confían en él, tal sistema de computación ha cerra do efectivamente varias puertas que estaban abiertas antes de que fuera insta lado . "
En oposición a lo que esencialmente es el requerimiento estructura l
que conforma las posibilidades de acción, existe una considerable evidencia sobre las habilidades de los actores de leer erróneamente, releer ,
o descuidar completamente las propiedades " textuales" internas de l a
tecnología en sus acciones . Bryan Pfaffenberger atrajo nuestra atenció n
a las múltiples interpretaciones que pueden derivarse de los procesos y
artefactos tecnológicos cuando el discurso dominante se ve retado, ya sea
tácita o abiertamente . Las estrategias de " ajuste" se aplican cuando la s
personas miembros del "grupo de impacto" compensan la pérdida de
autoestima, prestigio y poder social que provocan los cambios tecnológi cos a través del uso de contradicciones, ambigüedades e inconsistencia s
Mary Kaldor, The Baroque Arsenal, Londres, André Deutsch, 1982 .
John M . Staudenmair, "The Politics of Successful Technologies", en Stephen H . Cutliffe
y Robert C. Post (comps .), Bethleham, PA, Lehigh University Press, pp . 150-171 .
Don Ihde, Technics and Praxis, Dordrecht, Holanda, D . Riedel - Pallas Paperbacks ,
1979, p . 59 .
" Joseph Weizenbaum, Computer Power and Human Reason : From Judgment to
Calculation, Nueva York, W . H . Freeman and Company, 1976, p. 38 .
LA FUERZA CULTURAL DE LOS SISTEMAS TECNOLÓGICOS
77
en el marco hegemónico del significado, y así validan sus acciones .' 2
Además, el sistema tecnológico adquiere su fuerza mediante la fabricación deliberada de los contextos sociales controlados en los que se ajust a
el sistema ; por lo tanto :
es la construcción reciproca de los objetivos y artefactos políticos, acoplado s
con la fabricación deliberada de contextos sociales controlados, aquello qu e
caracteriza lo que es específicamente tecnológico de la política tecnológica . "
Además, la habilidad de ejercer esta fuerza se ejerce en lo que permanece oculto, en los rituales sociales que se dan por hecho al utiliza r
los sistemas tecnológicos . Como lo observa Pfaffenbeiger, los discurso s
simbólicos como los rituales, los mitos y las clasificaciones, por su mis ma naturaleza, desalientan o prohiben la argumentación racional o l a
réplica . 1 4
Para regresar a los ejemplos del constructivismo social de innovació n
e impacto presentados anteriormente, la tecnología no sólo está social mente construida en primer término, sino que también es posible que s e
desconstruya socialmente y se contextualice en su uso ; una concepció n
de la tecnología como "texto" es reforzada por la interpretación "instrumental " ' s de Steve Woolgar . Sin embargo, Woolgar va más allá al colo car las versiones "interpretativa" y "reflexiva" de la tecnología como texto ,
en las que sugiere que "todas las versiones (descripciones, narraciones) d e
la tecnología no reciban una autoridad mayor que cualquier otro resultado de la producción e interpretación textual" »
Sin embargo, debe tenerse cuidado en no aceptar tan profundament e
una posición social relativista, como lo implica esta interpretación . L a
posición de Woolgar es tal que parece asumir que el actor que lee el text o
es sólo un lector. En su lugar, la característica distintiva de la tecnologí a
como texto es que el lector también es un protagonista que debe comprometerse en la acción social que está condicionada tanto por las propiedades del texto corno por la manera en que se lee . Por consiguiente, e l
interés académico actual en encajar la tecnología con su mundo social ,
tanto en la construcción de la tecnología como en su uso, al parecer sigu e
aún careciendo de algo . Porque, con el interés de demostrar su construcción social, varias de las narraciones parecen distantes de las propie " Bryan Pfaffenberger, "Technological Dramas",
Values, 17(3), verano, 1992, p . 286 .
"ibid., p . 291 .
' , Maurice Bloch, "Simbol, song, dance and the
citado en Bryan Pfaffenberger, op. cit ., p. 284 .
"Steve Woolgar, op cit., p . 284 .
"Ibid., pp . 37-44 .
.Science, Technology and Huma n
features
of articulation", Man, 15, pp . 55-81 ,
78
LA FUERZA CULTURAL DE LOS SISTEMAS TECNOLÓGICOS
dades incorporadas y de la historia que intrínsecamente deben crears e
para utilizar los sistemas tecnológicos . Cuando se observan como entidades conformadas por el desempeño colectivo, los sistemas tecnológicos, como textos, tienen fuerza en la experiencia cotidiana . Nuestras
acciones contemporáneas están condicionadas por sistemas tecnológicos precedentes vinculados históricamente como, por ejemplo, es evidente en las distintas vidas sociales posibles en una ciudad antes de los
automóviles y después de éstos ; los sistemas tecnológicos para vivir so n
cada vez más penetrantes en la sociedad industrial . La trayectoria histórica aparente de la fuerza tiene que ser explicada, particularmente s i
vamos a confrontar la futura aparición del tercer milenio con algún sentido de plasticidad de esta trayectoria con la intencionalidad humana .
El nivel de apertura social, como lo sugiere Alex Roland, puede ser
producto de la ventajosa posición desde la que se juzga el impacto de los
sistemas tecnológicos en la cultura . Como lo indica Roland, "la tecnología parece más determinista cuando se observa desde lejo s " ; en otras palabras, la apariencia es producto del nivel de conjunto o de la tolerancia a l
paso de la historia . Sin embargo, Roland continúa observando que aun a
nivel "detallado" , las propiedades de los sistemas tecnológicos interfieren en la plasticidad de la agencia humana, por ejemplo, su flexibilida d
vs . su rigidez, o su calidad estática vs . su dinámica ." Estas propiedades
están incorporadas en el texto tecnológico mismo . Debe agregarse, no obstante, que la aparente fuerza determinista de estas propiedades del "texto"
tecnológico yace en la manera en que el actor se ocupa de ellas y está
limitado por ellas .
A su nivel más profundo, el dilema de donde yace el balance entre e l
actor y el sistema (o la agencia y la estructura) en la acción social, expre sa la continuación de una antigua problemática de la sociología en sf .
Un camino para avanzar debe ser el que equilibre la rigidez aparent e
del cambio tecnológico contra la plasticidad de la intención humana ,
pero que al mismo tiempo represente las estructuras de interacción y lo s
resultados que proporcionan los parámetros erigidos (consciente o
inconscientemente) alrededor del cambio tecnológico . Esta labor, pienso, podrá lograrse poniendo atención especial en la manera en que la s
personas crean sus propios significados en un mundo tecnológico y qu e
por consiguiente tos vivan, se vean limitados por éstos, o inviertan lo s
significados en el diseño tecnológico . El logro de esa labor tiene implicaciones sustanciales en las controversias morales, sociales y políticas qu e
rodean al cambio tecnológico, y reposan en la forma en que la gente in-
" Alex Roland, 'Theories and Models of Technological Change : Semantics an d
Substance", Science, Technology and Human Values, 17 (I), invierno, 1992, pp . 92-93 .
LA FUERZA CULTURAL DE LOS SISTEMAS TECNOLÓGICOS
79
terpreta o negocia acciones significativas en la intersección entre creación y limitación .
Observar la fuerza cultural de los sistemas tecnológicos y, por lo tanto ,
por inducción, las propiedades mismas, es sin embargo algo dificil en e l
contexto familiar de la sociedad occidental . Aquí llevamos más de 20 0
años alineando los sistemas tecnológicos inspirados industrialmente co n
la cultura contemporánea . Las propiedades culturales que forman part e
de la tecnología son, por lo tanto, como el sentido común, inclinadas a
verse oscurecidas por la familiaridad del mundo vivido .
Por consiguiente, en este trabajo me concentraré básicamente en hecho s
y culturas que ocurren en el Sur, en comunidades indígenas de Australia . Este mundo, cuando menos en la parte Asia-Pacifico, ha sido el foc o
de gran parte de mi propia investigación sobre tecnología y sociedad e n
las últimas tres décadas . Los hechos y culturas pueden parecer remotos ,
extraños, y hasta peculiares, desde la perspectiva de los debates teóricos
estadounidenses y europeos que han formado principalmente a la sociología reciente del discurso de la tecnología . Sin embargo, queda much o
que aprender de lo no familiar . Ya que las propiedades culturales qu e
conforman la tecnología son, creo, más evidentes en la intersección entr e
las prácticas tecnológicas modernas introducidas y las sociedades cuya s
culturas no son familiares con estas prácticas, en otras palabras, culturas que no están alineadas con los sistemas tecnológicos modernos .
Comenzaré con dos casos que parecen demostrar la plasticidad tota l
de los sistemas tecnológicos respecto a la intención humana . Ambas so n
historias de gente que "gana " contra la tecnología y por consiguient e
ejerce poder sobre los sistemas tecnológicos . La primera historia se refier e
a un acontecimiento que ocurrió en una pequeña sociedad tradiciona l
que se enfrentaba, por vez primera, a la tecnología moderna . El segund o
relato es más reciente y se refiere a una sociedad industrial moderna .
Desde estos puntos de partida, el trabajo explora primero la forma e n
que se establece el compromiso subjetivo con esa empresa cultural qu e
son los sistemas tecnológicos ;•y segundo, cómo éstos (en tanto textos) li mitan la plasticidad aparente de la tecnología respecto a la intenció n
humana . El análisis procede de la identificación de las propiedades culturales del texto tecnológico y su lugar en el discurso de la red de acto res . Se trata de un análisis que se aplica con la misma intensidad tanto e n
el caso de la introducción de nuevas tecnologías de pesca en la vid a
tradicional de un pueblo de Sri Lanka, como en la aplicación de lo s
sistemas computarizados de oficina en el moderno sector de seguros y
financiero de Australia : uno u otro serán examinados más adelante .
Lo que es similar tanto en los sectores en desarrollo como en los modernos es que la fuerza de la tecnología para configurar significados y
80
LA FUERZA CULTURAL DE LOS SISTEMAS TECNOLÓGICO S
cultu ra descansa en lo que está oculto en la "gramática" o el contexto de l
texto tecnológico . En realidad, a partir de la posición de Bachelard, e l
valor de la tecnología reside en el hecho de que los logros científicos qu e
se le incorporan no tienen que ser desenvueltos para que la tecnologí a
sea utilizada, es decir, como lo sugiere Steve Woolgar, el valor reside e n
la naturaleza opaca del texto . 18 Siguiendo a Jürgen Habermas, el carácter opaco del texto se transmite en los elementos perlocucionarios que e l
texto da al discurso 19 cuando se le interroga (o se usa) en la vida diaria .
Como en la interacción cara a cara, la perlocución implica acción estratégica ; acción estratégica que implica a su vez el ejercicio del pode r
para el autointerés ; pero el autointerés humano que reside en la gramática de la tecnología se oculta bajo la máscara de lo instrumental, o
en lo que demanda el sistema de máquinas, en su contexto histórico .
Lo que es diferente entre ambos contextos socioeconómicos es el nivel
de alineación formado históricamente entre los valores y las práctica s
culturales más amplios y los que se incorporan en el texto del sistem a
tecnológico introducido . Cuando hay una mala alineación, los rituales y
mitos de la acción que rodean al compromiso con el nuevo sistema so n
importados como nuevas órdenes culturales en el equipaje social y organizacional cerrado que acompaña a las máquinas mismas, como se de muestra en el caso de la fábrica de tejido que se presenta más adelante .
Cuando existe una alineación cercana, como en el caso de las oficinas
computarizadas, que también se presentan en este ensayo, los rituales y
mitos del sistema se importan también . Pero hay una diferencia . Aquí s u
apariencia es relativamente opaca para los participantes, ya que los va lores incorporados ya están escritos en los amplios valores y expectativa s
de la sociedad . En ambos casos la fuerza del sistema tecnológico reside
en lo que está oculto y en lo que no puede revelarse por las práctica s
sociales ritualizadas que están asociadas a un compromiso con el sis tema : los elementos perlocucionarios del discurso reformativo .
' a Steve Woolgar, op cit .,
pp . 3-9 .
's En tanto que este documento se apoya al final en el concepto de acción comunicativ a
de Ilabermas, no utilizo "discurso" como lo harta Habermas, es decir, refiriéndose a situaciones ideales del habla . Por "discurso" me refiero ala interacción estructurada en un a
"gramática" (sea política, ideológica, organizacional o lingüística) prestablecida, aunqu e
continuamente reformada en acción y que en cierta medida es independiente de la intención de los actores que interactuán entre sí . "Gramática", conforme se utiliza aquí es para lelo ala idea de "contexto" que Gumperz et aL usan como premisa para la cohesión del discurso, es decir, las convenciones que señalan las relaciones entre los diversos elementos de
un texto y, por lo tanto, el significado del texto en uso . Véase John J. Gumperz y Jenny
Cook-Gumperz (comps .), Language and Social Identity, Cambridge, Cambridge Universit y
Press, 1982, pp . 28-29, y Jurgen Habermas, The Theory of Communicative Action, Volum e
2 : Lifemorld and .System : A Critique ofFunctionalist Reason, Boston, Beacon Press, 1987 .
LA FUERZA CULTURAL DE LOS SISTEMAS TECNOLÓGICOS
81
ACTORES EN CONTROL
Compra del camión Z°
En uno de los rincones más remotos del mundo, la isla de Cook en el su r
del Pacifico, los aldeanos decidieron que la tecnología moderna er a
demasiado problemática . Tomaron su camioneta pick-up que habla n
adquirido tres años antes, realizaron una tradicional ceremonia funeraria y la enterraron .
Este acontecimiento ocurrió hace casi 30 años . Pero su mensaje es
muy apropiado para ilustrar la resistencia a la tecnología moderna qu e
se difunde por la región actualmente . En el ejemplo de la isla Cook, l a
gente se vio de pronto en una relativa opulencia dentro de una economí a
de efectivo más amplia cuando el mundo descubrió y compró la madre perla que los aldeanos encontraron buceando en sus arrecifes . Posteriormente, éstos se dieron cuenta de que era muy poco lo que tenían qu e
hacer para mantener su nuevo estilo de vida relativamente cómodo .
Importaron alcohol y pasaban pane considerable de su tiempo emborra chándose . Los problemas de salud se sucedieron tras el desenfreno hedo nista que permitió el libre acceso al dinero . La mortandad infantil, po r
ejemplo, se incrementó 50% en los nacimientos vivos .
Sesenta de los aldeanos aprovecharon los beneficios de su riquez a
adquirida y viajaron a la "luz brillante" de la capital, Rarotonga . AI fina l
del gasto desenfrenado se llevaron a casa varios generadores a base d e
gasolina y la camioneta pick-up .
Sin embargo, un año después, debido a la ausencia de capacidad téc nica y refacciones, no funcionaba ninguna de las tecnologías de reciente
adquisición . El proveedor de la camioneta en este momento estaba comercializando un nuevo modelo y no abastecía refacciones . Mientra s
tanto, el estilo de vida de los aldeanos no habla mejorado . Pasaron do s
años y enterraron el oxidado e inmóvil vehículo en un gesto simbólic o
de rechazo al fruto del modernismo que originalmente los habla seducido .
Pateando el barc o
En fechas recientes me informaron que uno de los sistemas tecnológico s
más completos y modernos, un barco con turbina de gas, no funcionab a
sino hasta que el ingeniero del barco lo pateó .
10 Tanto ésta como la
historia subsiguiente,"Pateando el barco", se tomaron de Stephe n
Hill, The Tragedy of Technology, Human Liberation vs . Domination in the Late 20th Century ,
Londres, Pluto Press, 1988, pp . 111 y 229.
82
LA FUERZA CULTURAL DE LOS SISTEMAS TECNOLÓGICO S
El barco fue el primero de turbina de gas que se envió fuera de Sidney ,
Australia, durante la década de 1970 . El barco, una vez comisionado ,
zarpó a su primera travesía por el mar de Tasmania a Nueva Zelanda .
Sin embargo, había avanzado solamente la mitad del camino cuando d e
repente todos los sistemas fueron cortados y el barco se quedó revolcad o
en un océano ardiente, sin potencia en el motor, sin luz, sin sirenas, si n
nada .
AI igual que con los buques de turbina de gas, el grado de complejidad
del sistema es tal que para arrancar y hacer funcionar un buque se re quiere un sistema computarizado de control altamente complejo . El inge niero en jefe habla sido éapacitado en la "antigua " escuela de ingenierí a
náutica de motores de grasa y dispositivos de control de latón . Aunqu e
posteriormente habla tomado un curso "rápido" en computarización, d e
ninguna manera estaba preparado para afrontar un problema de computación en medio de una multitud de sistemas de cómputo inter conectados que lo rodeaban en el puente de mando del barco . Intentó
reemplazar algunos circuitos integrados, y jugó con la información y
discos del software, todo en vano . El ingeniero entonces se dio por vencido . Caminó a través de la confusión y se dirigió a tomar una taza de t é
caliente mientras pensaba en el problema . Al salir del puente de mand o
pateó el panel de control central como gesto de frustración .
Cuando el ingeniero terminó su taza de té regresó al puente para trata r
de encender los motores de nuevo . Instantáneamente volvieron a la vid a
y el barco prosiguió sin problemas al puerto en Nueva Zelanda . El beomuth masivo, altamente complejo de un buque, habla arrancado co n
una patada .
Posteriormente se descubrió lo que habla estado mal . El técnico qu e
trabajaba en el detalle final del panel central de control, inadvertida mente habla tirado un pequeño alambre de pares en el panel . Cuando e l
barco entró en alta mar, el aumento en el movimiento hacia que el cabl e
se colocara entre el cableado que manejaba a los demás sistemas, creando así un cortocircuito en todo el sistema electrónico del barco . Al patea r
el panel de control, el ingeniero liberó el alambre y eliminó el cortocircuito .
En ambas situaciones el mundo tecnológico de la gente se inmiscuí a
seriamente en sus vidas, y con respuestas bastante humanas los actore s
pusieron al mundo tecnológico en su lugar, enterrando ceremoniosa mente a la tecnología como si fuera una persona, y pateando en u n
gesto de frustración . Los relatos son un tanto encantadores porque simplemente son poco comunes . Más frecuentemente, los requerimiento s
establecidos por el sistema tecnológico ganan . O, cuando menos, así l o
parece .
LA FUERZA CULTURAL DE LOS SISTEMAS TECNOLÓGICOS
83
EL ACTOR, LA CULTURA Y EL TEXTO
Al utilizar, enterrar o patear un artefacto tecnológico, un actor se ocup a
de una "herramienta" que puede elegir usar de acuerdo con sus propios su puestos culturales . Sin embargo, resulta más significativo que el artefact o
tecnológico sea, en sf, una fuerza cultural en el sentido de que no pued e
usarse sin aludir a significados simbólicos ; fuerza que se incluye en la s
relaciones sociales con que la gente diseña sus propios significados cul turales y que implica un conjunto de conocimientos sobre lo que es e l
artefacto y qué puede hacerse con él . Tan pronto como el actor se ocup a
de un artefacto tecnológico, se ocupa consecuentemente de la empres a
cultural de la sociedad, inmersa en el estado permanente del cambio qu e
todas las culturas experimentan, ya sea que el artefacto sea extraño o
bien que se genere en el interior de las propias relaciones sociales d e
producción y del conjunto de conocimientos de la sociedad .
En otras palabras, la interacción entre el actor y el artefacto tecnológi co es entre un sujeto que busca significado y un objeto cultural . Los
artefactos tecnológicos presentan una gama de "atributos", políticos o
sociales, o de propiedades percibidas que sugieren cómo deben utilizars e
(una taza para contener liquido, partes de un modelo de aeroplanos o
como símbolo de status) . Así, el contacto con un artefacto puede se r
ampliamente plástico o, como lo sugiere Bryan Pfaffenberger, los "atributos" políticos de un artefacto son inherentemente susceptibles a
múltiples interpretaciones .?! Este es particularmente el caso de cuand o
el artefacto se introduce como un objeto totalmente ajeno a una cultur a
que debe construir nuevos significados en torno a él, como deliciosa mente se demuestra en el significado otorgado a la botella de Coca-Col a
que cata de un avión en la película The Gods Must Be Crazy. Los sistemas
tecnológicos, por otra parte, son mucho más limitadores de alternativa s
si han de usarse de alguna manera que se alinee con la producción de lo s
resultados para los cuales fueron originalmente diseñados . En tanto qu e
el significado del texto puede cambiar hasta cierto punto, a medida qu e
llega a nuevas manos y nuevas situaciones (un sistema de electricida d
para dar energía a la vida doméstica puede ser interpretado como u n
símbolo de modernidad), el discurso que se ocupa de utilizar el sistem a
sigue siendo considerablemente menos manejable . Los objetos del sistema, por tanto, contienen un discurso precodificado con el que los actore s
mismos deben ajustarse para relacionarse con el artefacto tecnológico .
Esta perspectiva es paralela a la manera en que Ricoeur describe l a
historia, como una "entidad autónoma", como una "obra con protago "Bryan Pfaffenberger, op cit., p . 284 .
84
LA FUERZA CULTURAL DE LOS SISTEMAS TECNOLÓGICO S
nistas que no se saben la trama", donde "el significado ya no coincid e
con la intención lógica de los actores " . 22 El (los) artefacto(s) del sistem a
tecnológico representa(n) la " historia incorporada", presentada simbólica mente de forma física, que es mucho menos plástica que los acontecimientos recordados pero desincorporados . Bajo este nivel de autonomía
del objeto respecto a las intenciones de sus usuarios, el artefacto trans mite un discurso dominante dentro de la obra cultural que actúa entre e l
actor y el artefacto tecnológico .
UNA METODOLOGÍA PARA REVELAR LA FUERZA CULTURAL DE LA TECNOLOGÍ A
Son dos las claves que nos permiten revelar este juego cultural y, po r
consiguiente, identificar la naturaleza de las fuerzas culturales que permanecen ocultas en el artefacto tecnológico, esperando al insospechad o
actor . La primera clave se . deriva del desarrollo posterior de la idea de la
tecnología como un texto cultural que debe leerse de acuerdo con las interpretaciones del significado de la sociedad o agrupación social del actor . 2 3
La segunda clave está disponible al enfocar nuestra atención en la manera en que se constituye la cultura generalmente, es decir, los procesos
de raíz en lugar del producto, o aquella más bien amorfa e indistint a
"nube" de significados, adiciones, valores, expectativas, reglas, rituales y
demás . a .que tantas discusiones hacen referencia . En otras palabras ,
vemos por debajo de las apariencias superfluas de ambas, la cultura y l a
tecnología, para identificarla dinámica de sus relaciones . Esta idea se
presenta en forma de diagrama en la figura VI . 1 .
TECNOLOGÍA
TEXTO
I
'
I
I
'
CULTUR A
(PUNTOS DE ACCESO (
Relaciones sociales
de producció n
Almacén de
conocimiento s
Símbolo s
FIGURA VI .1 . Trayectoria en el análisis de la relación tecnología cultura .
ll P . Ricoeur, Hermeneutics and the Human Sciences (trad ., de 1 . B . Thompson) ,
Cambridge, Cambridge University Press, 1981, p . 207 .
't En este ensayo no existe un alcance para desarrollar el argumento acerca de las rela ciones entre tecnología y cultura en su totalidad . La idea de la tecnología como texto cultural se desarrolla más extensamente en Stephen Hill, The Tragedy of Technology, op . cit .
LA FUERZA CULTURAL DE LOS
LA IDEA DE
SISTEMAS TECNOLÓGICOS
85
CULTURA
La cultura de una sociedad, o de cualquier grupo social, es el sistema d e
significados que permite que un grupo dote de sentido al mundo y sep a
cómo actuar en él . El sistema de significados se transmite por medio de
las expectativas, normas, tabúes, reglas, símbolos y estructuras discursi vas . 34
Sin embargo, la cultura no es un concepto de fácil comprensión, com o
lo ha indicado el antropólogo Ralph Linton, debido a que nuestras vidas
están tan enmarañadas en nuestra cultura . Entenderla como un concepto
sobre el que podemos reflexionar es tan dificil como lo seria entende r
qué es el agua para un pez superinteligente que vive en las profundidades de los océanos . S610 cuando por algún accidente el pez (lega a l a
superficie y conoce el aire experimenta algo diferente 2
La antropología se enfrentó a la cultura mediante un proceso análogo,
es decir, a través de la confrontación y necesidad de explicar tipos d e
sociedades totalmente distintas . La antropología entonces se dio cuent a
de que todas las sociedades se mantenían unidas porque habían llegad o
a la opinión compartida de lo que es la realidad social, y la manera e n
que la gente debe actuar para conservarla y sobrevivir en ella . Por lo tanto ,
la cultura se ocupa del sistema de significados de la sociedad que propor ciona un "diseño de vida" 26 en lo que se refiere a las "formas compartida s
de pensar y creer que surgieron de la experiencia del grupo y que s e
transmiten de generación en generación" . 2 7
Sin embargo,'es frecuente que las "formas compartidas" quedan sujeta s
a disputa y negociación continuas, a medida que los diferentes grupos y
los distintos objetos de poder adquieren influencia en la sociédad . 2t E l
debate se encuentra en los significados que se transmiten en las expecta tivas, las normas, los tabúes, las reglas, los símbolos y hasta las estructuras de lenguaje que utiliza la sociedad . Estos vehículos culturales, que s e
producen en la interacción humana , 29 establecen entonces el marco par a
lo que continúa en la interacción posterior . Por consiguiente, la cultura
29 A. L. Kmber y Clyde Kluckhom, Culture : A Critical Review of Concepts and Definitions,
Nueva York, Random House (Vintage Books), 1963 .
29 Ralph Linton, The Study of Man, Nueva York, Appleton, 1936 .
22 Clyde Kluckhorn, "The Concept of Culture", en D . Lerner y H . D . Lasswell (comps .) ,
The Policy Sciences, Stanford, Stanford University Press, 1951 .
22 A . L . Kroeber y Clyde Kluckhorn, Culture: A Critical Review of Concepts an d
Definitions, Nueva York, Random House (Vintage Books), 1963 .
"A . Biersack, "Introduction : History and Theory in Antropology " , en A . Biersack
(comp.), Clio in Oceanica : Toward a Historical Anthropology, Washington . Smithsonia n
Institution Press, 1991, p . 9.
29 Peter L. Berger y Thomas Luckmann, The Social Construction of Reality, Garden City ,
Nueva York, Anchor Press, 1967 .
86
LA FUERZA CULTURAL DE LOS SISTEMAS TECNOLÓGICO S
es producida simultáneamente por los individuos que actúan en conjunt o
hacia un propósito colectivo y reproducen los marcos de referencia par a
la colaboración continua, para dar a los miembros de la sociedad un sentido de cómo comportarse y lo que deben hacer .
Por consiguiente, todas las culturas se encuentran en un estado de cambio permanente, algunas veces lento y algunas veces muy rápido, com o
es el caso especifico de las naciones isleñas del sur del Pacifico en el últim o
siglo . El profesor Fisk describe por qué sucede esto :
La cultura se entiende mejor como el ajuste del hombre ala totalidad de s u
entorno (físico, climático, económico, social y político) . Si cualquier parte d e
ese entorno es modificada, por ejemplo por la introducción del comercio exterior o por la imposición de un gobierno nacional, entonces deberán admitirs e
algunos cambios en la cultura o habrá desajuste . No enfrentar este hecho en l a
planeación del desarrollo puede ser desistroso ; es como agregar sal al agua ,
pensando que el punto de congelación puede mantenerse igual que antes . r 0
En consecuencia, el desarrollo cambiará la cultura . Los objetos ajeno s
y las prácticas sociales ajenas se inmiscuirán intrínsecamente en las for mas culturales de las personas que experimentan su introducción .
Cuando los objetos y prácticas introducidas son literalmente tan ajena s
que no pueden incorporarse a los significados preexistentes, la sociedad
simplemente podría consignarlos a un dominio totalmente separado d e
su propia realidad . Es lo que hicieron los habitantes de la isla Cook a l
enterrar ceremonialmente su camioneta . Igualmente, los aborígenes de l
desierto occidental de Australia consignaron las tecnologías materiale s
"de los blancos" a un dominio separado de realidad, desde el cual el carácter ajeno de los objetos no problematiza los significados existentes . "
Sin embargo, esta separación puede conservarse sólo mientras los objetos y las prácticas puedan aislarse de la vida diaria y las prácticas cotidianas . Lo que es más común aún, la "forma" de las prácticas culturale s
ajenas se transforma y de alguna manera las llena de significado el grup o
al que se incorpora la innovación» Por consiguiente, la gente se involucra en una lucha constante para reintegrar sus vidas alrededor del recié n
evolucionado y potencialmente conflictivo entendimiento de lo que le s
está pasando» Como lo afirma Clifford Geertz, " el impulso de dar sentid o
"E . K . Fisk, The Ecouo,nic Independence of Kirabati, Camberra, Australian Nationa l
University, 1985 .
9 Robert Tonkinson, " Melanesia : Technology in Tradition and Change", articulo presen tado en el XVII Pacific Science Congress, Section IV, Technological and Cultural Change
in the Pacific, Hawai, junio, 1991, p. 17 .
» Ralph Linton, The Tree of Culture, Nueva York, Knopf, 1955, p. 45 .
» Y . Hogbin, Social Change, Londres, Watts, 1958 .
LA FUERZA CULTURAL DE LOS SISTEMAS TECNOLÓGICOS
87
a la experiencia, de darle forma y orden, es evidentemente tan real com o
las necesidades biológicas más familiares : el organismo no puede vivi r
en un mundo que no pueda entender" . 3 4
LA CONSTITUCIÓN DE LA CULTURA
Para resumir la "idea" de cultura a partir de la discusión anterior, la s
culturas se ocupan de la realidad y la llenan de significado . Por lo tanto ,
las culturas continuamente se ajustan a medida que la realidad se muev e
a su alrededor o las acciones mismas de las personas transforman e l
mundo que habitan . Las culturas construyen sistemas de significado s
elaborados, o "diseños para vivir" que dotan de sentido a esta realida d
en movimiento y permiten que la gente sobreviva y la maneje, tanto físic a
como existencialmente . Las culturas brindan el entendimiento compartido que permite que las personas coordinen sus actividade s35 de nianera
que puedan producir juntas y reproducir continuamente su cultura .
Tres principales procesos constitutivos de la cultura siguen a esta definición . Éstos son las relaciones sociales de la interacción, el conjunt o
de conocimientos de la sociedad y sus símbolos dominantes .
Relaciones sociales de la
interacció n
Los sistemas de significados, codificados en valores, normas, expectativas, etc ., establecen el patrón o "diseño para vivir" de todas las accione s
y, por lo tanto, la acción que ahora crea el futuro de la colectividad . Si n
embargo, no existen más significados que en el "éter" de la interacció n
entre los miembros de la sociedad . Por lo tanto :
• las relaciones sociales de la conunicación unen a la colectividad en u n
significado colectivo de su orden social ; y
• las relaciones sociales de la producción unen a la colectividad en un sig nificado colectivo de producir juntos y reproducir su realidad física, y
por lo tanto, literalmente, permiten su sobrevivencia .
Las estructuras de las relaciones sociales (por ejemplo las infraestructuras de producción y comunicación sistematizadas) en consecuencia sien ten los patrones básicos en los que la cultura de la sociedad se constituye .
3 Clifford Geertz, "Ethos : World View and the Analysis of Sacred Symbol", en Ala n
Dances (comp .), Every Man His Way, Englewood Cliffs, N. J ., Prentice Hall, 1968 . p . 314 .
"Howard S. Becker, "Culture: A Sociological View", The Yale Review, 71 (1982), p . 517 .
88
LA FUERZA CULTURAL DE LOS SISTEMAS TECNOLÓGICOS
Conjunto de conocimiento s
La cultura trata constantemente con la realidad . Por ejemplo, si la "realidad" cambia por la invasión del exterior (sigamos un estudio antropológico para los aborígenes australianos, o el cambio de administració n
en el caso de una empresa) o por un cambio catastrófico (la caída del
imperio romano, o un cambio radical en el mercado, para las empresas) ,
también cambia la cultura . Porque la cultura es el telar de conocimientos a los que la gente se aferra y que relaciona con su mundo : s e
cambia el mundo y los significados deben modificarse para poder sobre vivir.
Sin embargo, una colectividad social puede ajustarse a una realida d
cambiante a través de los filtros de la percepción y el conocimiento qu e
la cultura de la sociedad ha formado previamente . No existe otra plataforma,de significado . Al principio del desarrollo de Australia, por
ejemplo, la tierra se consideraba, desde la perspectiva ventajosa de l a
Gran Bretaña, como .culturalmente "vacía" : sus significados modernos
entonces seinterpretaron de acuerdo con la cultura y valores británico s
que los colonizadores y convictos trajeron consigo . J
Por consiguiente, el conjunto de conocimientos que asume la colectividad corno propio proporciona el filtro a través del cual maneja y trans forma su realidad física y social . El contenido de este conjunto de conoci mientos, y la manera en que se conforma, institucionaliza y vincula a l a
interacción y la producción ; son por lo tanto ingredientes esenciales e n
el proceso por el cual la cultura se forma y cambia .
Sin embargo, debe notarse que el conjunto de conocimientos está codi ficado en prácticas, de educación y aprendizaje, cuyo origen se encuent-aen el pasado . Por ejemplo, entre más profundamente arraigada est é
la codificación, como en las prácticas tradicionales sin examinar, más
fuerte será el poder por conservar la institucionalización del conocimiento en oposición a la construcción de significados contemporáneos .
Símbolos dominantes
Finalmente, en tanto que la cultura se constituye y se reafirma únicament e
dentro del "éter" de las interacciones entre los miembros de una colectividad los tótems físicos de los símbolos adquieren significado y alma cenan este significado de manera que proporcionan continuidad a l a
expresión cultural . Los símbolos culturales más sobresalientes, los "sfm 3Ó
Stephen Hill, "Changing the Technological Trajectory", op . cit .
LA FUERZA CULTURAL DE LOS SISTEMAS TECNOLÓGICOS
89
bolos dominantes" incorporan los valores centrales de la cultura, y po r
ende tienen un tremendo poder al emitir mensajes de punto de referencia que integran a todos los significados de la cultura . Un símbolo dominante de la cultura fundamentalista islámica sería el Corán ; los símbolos
dominantes de varias culturas posmisioneras de las islas del Pacífic o
generalmente son la Iglesia y las ceremonias tradicionales de intercambio de dones ; un símbolo dominante de una organización moderna bie n
podría ser la computadora .
LA TECNOLOGÍA COMO TEXTO CULTURAL
La idea de la tecnología, en el sentido común, es herramientas, má quinas, instrumentos, automóviles, toca-casetes, videos, computadoras ,
objetos que hacen algo o transforman al mundo mediante una forma d e
lógica interna que fortalece lo que la mente y la mano humanas solas n o
podrían lograr . En la literatura, los historiadores de la tecnología rar a
vez se extienden más, retratando a la "tecnología" en una serie de ejemplos empíricos o definiendo el concepto en términos estrechamente "técnicos" . Materiales, técnica, poder, herramientas o máquinas . Los sociólogos de la tecnología a menudo'tienden a dejar su definición de lado a
la vista de una descripción "densa" que no está limitada por los parámetros de definición . "
Un enfoque que es mucho más útil para entender la tecnología es e l
que busca la definición del concepto en términos de las relaciones entre
el mundo material y humano, y en términos del conocimiento que yac e
detrás del artefacto material, ya que detrás de la manifestación materia l
"obvia" de la tecnología existe un sutil fenómeno cultural . A menos qu e
sepamos para qué sirven las máquinas, y cómo utilizarlas, seguirán siend o
piezas de materia oxidadas e inconvenientes que tenemos que maneja r
en nuestra vida diaria, de la misma manera que evitamos los depósito s
de chatarra y edificios abandonados . Por lo tanto, la tecnología incorpora
el conocimiento cifrado en ingenio y prácticas pasadas, y asume el cono cimiento de cómo utilizarlo . Como se indicó al inicio de este trabajo, l a
tecnología integra valores cifrados, de valores y prácticas sociales pasa dos, como los relacionados al poder y al orden, como componentes básicos de los sistemas tecnológicos . Se dará vida a estos valores en el uso d e
la tecnología . Detrás de las placas de los discos, botones o palancas que
conectan nuestra acción con una tecnología particular o con un sistem a
3 ' Thomas J . Misa, "Theories of Technological Change : Parameters and Purposes" ,
Science, Technology and Human Values, 17 (1), invierno, 1992, pp . 4-7 .
90
LA FUERZA CULTURAL DE LOS SISTEMAS TECNOLÓGICO S
tecnológico, no sólo hay un sistema mecánico o electrónico y un conjunto de circuitos, sino fundamentalmente un texto cultural que adquiere
sentido de cuanto acontece para vincular la tecnología con la acció n
social y productiva .
AI igual que con un texto escrito, el texto cultural de la tecnologí a
asume cfertós conocimientos : la capacidad de leer para qué sirve la tecnología y usarla y, a un nivel más activo, la capacidad de escribir el texto ,
de conformar la invención tecnológica a los propios usos . AI igual qu e
con el uso de un texto escrito, el conocimiento relativo a la tecnologí a
está distribuido desigualmente, en particular en el nivel del conocimient o
que se requiere para ir más allá de la etapa más bien pasiva de la " lectura " a la etapa activa de la " escritura" . Junto con los dominios creciente s
del conocimiento y su control en la sociedad industrial contemporánea ,
el conocimiento tecnológico (particularmente "escribir") está por tanto e n
manos de un pequeño número de elites . Igualmente, el texto tecnológico ,
como un texto escrito, es accesible para los que poseen el poder adquisitivo de incorporarse a él . Las tecnologías no permanecen en espera e n
una "biblioteca" o "museo" tecnológico para que los miembros del público se las lleven a casa ; como fuente de poder relacionada con la socieda d
industrial, es también la fuente de poder para lucrar, en una economía y
sociedad industriales donde el orden se suscribe a la serie de ventaja s
competitivas . Los significados contemporáneos de la tecnología por l o
tanto reflejan los significados de la sociedad industrial y, junto con éstos ,
las ventajas de las elites que implican los valores de un orden industrial .
Los dos siguientes estudios de caso, de Sri Lanka e India, demuestra n
estos argumentos .
Pesca y desigualda d
Cuando los botes de pesca modernos se introdujeron en las aldeas pesqueras tradicionales de Sri Lanka durante la década de 1960, los significados de la tecnología nueva relativos al orden industrial se estrellaro n
con los significados previos de la tecnología tradicional, que implica n
acciones y obligaciones colectivas de producción . Los significado s
adquirieron vida en la acción . S610 algunos podían costear el precio d e
los botes . En virtud de su poder sobre los botes tradicionales, ros bote s
modernos dieron grandes ventajas en la pesca a la elite rica . El conocimiento técnico de "escribir" el texto al nivel más simple, que es el servido y reparación de motores, no existía en las aldeas, de tal modo que lo s
botes se fueron descomponiendo y dejaron a sus dueños sin poder atrapar peces y generar los ingresos necesarios para pagar los préstamos co n
los que adquirieron los botes . La elite podia costear la contratación de
LA FUERZA CULTURAL DE LOS SISTEMAS TECNOLÓGICOS
91
técnicos de las ciudades y seguir pescando y comprar los botes de lo s
que ya no podían hacerlos funcionar . El efecto fue la creación de un a
desigualdad masiva, el rompimiento de las obligaciones tradicionales, y e l
vinculo irrevocable entre una sociedad previamente tradicional y aislada, a la capital urbanizada, los nexos de mercado de las metr 5polis y l a
economía internacional . 3 8
Ruptura del hilo de la igualdad
Similarmente, cuando los telares semiautomáticos fueron introducido s
en Uttar Pradesh en el norte de India, específicamente utilizandó hilad o
de algodón en las aldeas tradicionales, las exigencias técnicas de la s
fábricas que daban énfasis a los insumos y productos estandanizado s
evitaban el uso del hilado de los campesinos . Literalmente se trabaro n
las máquinas . El efecto en las aldeas tradicionales fue profundo ; tlo sól o
desapareció el mercado del algodón, ya que las fábricas se vetan obligadas a importar hilo sintético de la, en Delhi, y además la tela quo ahor a
podían comprar también ern sintética, sino que, al mismo tiempo, se reti raban los ingresos en efectivo por las cosechas y sc les forzaba a adquiri r
artículos que alimentaban la riqueza de las ciudades y la alejaban de Ia s
aldeas, a las que mantenía fuera de competencia debido a sus tecnología s
poco desarrolladas de hilado de textiles . 39
Aunque podrían contarse una y otra vez relatos perturbadores sobre l a
repercusión de las tecnologías modernas en las sociedades tradicionales ,
el punto importante aquí es observar lo que éstos narran acerca del text o
de la tecnología moderna per se . El texto es un texto de sistemas no sola mente en la tecnología inmediata, sino en su conexión con todo el con junto de otros sistemas en toda la sociedad . El texto adquiere vida en l a
acción, y esta acción implica un conjunto alineado de conocimiento, de ah í
que la introducción de las máquinas semiautomatizadas asumía un con junto previo de conocimiento en la producción de la aldea que simple mente no estaba ahí . Este texto implica los valores del capitalismo industrial, es decir, tiene que ver con el poder y la ventaja de los que tiene n
el control. Y la idea de control nos lleva a cenar el circulo del texto de los
sistemas, donde el orden de las interacciones sistematizadas tras las pla cas fascia externas se predica en el control instrumental.
38 Paul Alexander, en Australian Broadcasting Commission, Transcripts on the Politica l
Economy of Development, Sydney, ABC, 1977, pp . 140-145 .
"Stephen Hill, "Eighteen Cases of Technology Transfer to Asia/Pacific Region Countries " ,
Science and Public Policy. 13 (3), junio, 1986, p . 165 .
92
LA FUERZA CULTURAL DE LOS SISTEMAS TECNOLÓGICO S
Con-texto para el texto tecnológico
El texto de los sistemas tecnológicos modernos no permanece aislado d e
su con-texto . Este conjunto de antecedentes de conexiones y significado s
asegura que el "texto" de primer plano no puede leerse de otra maner a
que no sea de acuerdo con los nidos de significado en que se ajusta ,
a menos que, como en el "diseño de trabajo antropocéntrico" , esto s
nidos de conocimientos se confronten directamente . El con-texto está e n
el presente, y es un producto de acrecentamientos institucionalizados
del pasado . Por lo tanto :
Visualizamos grifos cuando necesitamos agua, no presas y sistemas de reticu lación ; empaques plastificados de leche en un anaquel del supermercado, n o
vacas, granjas lecheras o camiones ; números digitalizados que representan e l
tiempo, en lugar del giro de la tierra sobre su eje, o hasta la lógica del chip d e
silicón que media la relación entre estar en el trabajo a tiempo y dónde está e l
sol en el cielo 40
La experiencia de cualquier artefacto tecnológico inmediatament e
presente adquiere sentido sólo cuando el compromiso con el texto le d a
vida, y darle vida al texto implica el contexto de sistemas más amplio .
Utilizar una licuadora implica un sistema de generación de electricidad ,
y esto a su vez implica un sistema centralizado particular de producción ,
distr ibución y uso de energía, una estructura urbana de relaciones qu e
se alinea con los requerimientos del sistema de producción y distribución de energía . Utilizar una licuadora implica también un sistema d e
manufactura, que se remonta desde la planta de la fábrica hasta el mund o
natural y su explotación de la que se deriva la materia prima, y de ahí a
los anaqueles de los supermercados y ala casa en que se usa la licuadora .
En otras palabras, detrás del significado de cualquier artefacto tecnológico moderno, existe una serie de sistemas de sombra que proporcionan
lo que efectivamente es una gramática del significado en que se desempeñ a
la acción, no expuesta, pero siempre ahí, como contexto, conformando e l
significado de acuerdo con los valores del sistema industrial total, y for mando las relaciones sociales que permiten que la tecnología se utilice e
integre con la acción productiva colectiva .
El con-texto del presente no se produce denovo, es el producto de l a
evolución histórica de un telar de creciente complejidad e interrelacionado de sistemas tecnológicos, una progresión que se reveló al orde n
social moderno junto con la aseveración de la superordenación de lo s
sistemas tecnológicos sobre las relaciones sociales de producción qu e
10 Stephen Hill, The Tragedy ojTechnology, op . cit., p . 40 .
LA FUERZA CULTURAL DE LOS SISTEMAS TECNOLÓGICOS
93
acompañaron a las primeras fábricas textiles modernas . En el texto que
se IS en el presente están los acercamientos institucionalizados de l
pasado . Enterrada profundamente en la gramática del texto de tecnología moderna se encuentra, por tanto, la codificación progresiva de l o
justamente "útil" y "poderoso", el filo instrumental de toda la gama d e
fuerzas sociales de producción que han caracterizado a la historia industrial . Donde los sistemas tecnológicos puedan entonces incorporar l a
habilidad humana, el conocimiento y las habilidades de comunicació n
que constituyen el telar mayor de fuerzas sociales, lo hacen . Asf que no
existe diferencia de clase entre la codificación de las habilidades de la s
máquinas de hilar intermitentes a la maquinaria de los textiles, la codificación de las habilidades de pintura al rocío en el brazo de un robo t
Puma, la codificación de las habilidades de procesamiento de la información en un sistema de computación, y la codificación del conocimiento profesional en "sistemas expertos" . Lo que adquiere vida en el presente es la totalidad de la historia industrial, así como la aseveración d e
los demás sistemas contemporáneos, ya que la acción en el present e
reside en la intersección de la interconexión histórica y contemporáne a
de la sistematización . Los significados se constituyen en serie y dentro de
este contexto, no en su contra . En consecuencia ;
en tanto que los sistemas alternativos de distribución de electricidad fuero n
posibles desde su creación en Alemania y Estados Unidos al inicio del sigl o
xx, las alternativas, aunque conformadas por intereses locales geográficos ,
sociales y políticos, eran aún de un rango limitado en el panorama interna cional general 4 1
Asimismo, en tanto que los sistemas de distribución de electricidad e n
sf estaban formarlos de acuerdo con lo que las ciudades se hablan conver tido, conformaron a su vez las estructuras de las ciudades futuras, limitando asf las opciones de innovación tecnológica en sus infraestructuras .
GRAMÁTICA DEL TEXTO DE LA TECNOLOGI A
Es en la progresión histórica donde consecuentemente encontramos lo s
valores esenciales del texto mismo, o la "gramática" que gula a cada nuev a
escritura del texto con innovaciones que sólo son adoptadas por el mundo
industrial . La propiedad fundamental es el orden, 42 un orden que deriv a
"ibid., pp . 247-278 .
42 Thomas P . Hughes,
"The Order of the Technological World", en A . Rupert Hall y
Norman Smith (comps .), History of Technology - Fifth Annual Volume, 1980, Londres ,
Mansell Publishing, 1980, pp . 2-3 .
94
LA
FUERZA
CULTURAL DE LOS
SISTEMAS TECNOLÓGICOS
su poder de la relación sistematizada y repetitiva entre las partes especializadas, un orden que traza una frontera en el interior del mundo de l
sistema industrial respecto a un ambiente externo "no ordenado" . El vin culo entre el sistema y el entorno requiere insumos de "estandarización "
para que se ajusten (como la estandarización del hilo en el caso presentad o
de India), y la elaboración de productos que devuelvan el propio orde n
del sistema al mundo externo . El "ordenamiento" exitoso de los sistema s
tecnológicos implica la expansión del orden al entorno del sistema .
Como lo indicó Marx en los principios de la industrialización :
el hilado a máquina hizo que el tejido con máquina se convirtiera en un a
necesidad, y juntos hicieron la revolución química y mecánica que tuvo luga r
en el estampado y teñido, un imperativo [ . . .] [que condujo a] la revolución d e
las condiciones generales del proceso social de producción, en los medios de co municación y Iransporte .4 J
La ubicuidad creciente y la interconexión son por tanto consecuencias ,
como el momentum de ordenación que derivado del poder productivo d e
los sistemas tecnológicos acarreó la sistematización fuera de los muro s
de la fábrica en términos de patrones de transporte, comunicación, vid a
urbana y finalmente en cambios en la vida subjetiva, es decir, en el con de la experiencia, de la acción, y de la construcción del significad o
de la realidad cotidiana .
El momentum de complejidad" creciente está asociado con la expansión de los sistemas, en donde el conjunto técnico de conocimientos y
habilidades del pasado se incorpora ingeniosamente al nuevo capital .
Similarmente, la expansión sobre el ambiente implica un momentum de
escalas crecientes del sistema, a medida que el incremento de los nivele s
de capital adquiridos de la explotación pasada del trabajo permite que l a
plusvalía se convierta en sistemas de maquinaria más grande, eficiente y
más competitiva . La expansión además implica un momentum de poder
creciente detrás de las operaciones del sistema .
Conforme las fuentes de producción de energía en crecimiento —va por, electricidad, petroquímicos, fuentes de energía nuclear y sostenible— se alinean con los sistemas de producción, y las competencia s
"Karl Mars, Capital, vol . I, Moscú, Progress Publishers, 1974 (primeramente publicad o
Alemania, 1867), p . 362 .
'" Las ideas de "complejidad", "escala" y "ubicuidad" fueron indicadas por Bruc e
Hannay y Robert McGinn . Su posición es más una presentación de una "anatomía" de la
tecnología, como lo implica el titulo de su artículo, que un análisis de interconexiones y la s
fuentes de la dinámica con base en las propiedades básicas del sistema . Véase N . Bruce
Hannay y Robert E . McGinn, "The Anatomy of Modern Technology : Prolegomenon to a n
Improved Public Policy for the Social Management of Technology " , Daedelus, 109, invierno, 1980, pp . 23-34 .
en
LA FUERZA CULTURAL DE LOS SISTEMAS TECNOLÓGICOS
95
técnicas y científicas más especializadas entran al servicio directo de l a
eficiencia de producción .
Finalmente, como lo indica James Beninger, cada ola progresiva de sis tematización del texto del sistema de la tecnología trajo consigo un problema organizacional básico de control, de sistemas de complejidad creciente y ubicuos de acción productiva . Por ejemplo, la evolución de lo s
sistemas ferroviarios durante el siglo xrx estuvo acompañada de un a
serie de crisis de control que tenían que resolverse antes de que el sis tema progresara : una crisis de "segurida d " en la década de 1840, en qu e
los choques de trenes y pérdidas de embarques fueron muy costosos ;
una crisis de "distribución" en la década de 1850, antes de que las ventaja s
comerciales potenciales de la comercialización y mayoreo por comisió n
pudieran llevarse a cabo ; una crisis de "producció n" en la década de 1860
en que la expansión posterior de las redes ferroviarias dependió de l a
expansión de las prensas de vías e industrias metalúrgicas ; y una crisi s
de "comercialización" en la década de 1880, cuando la vasta producció n
de las industrias de procesamiento constante (harina, jabón, cigarros ,
cerillos, bienes enlatados, película fotográfica, etc .) podían embarcarse
por ferrocarril sólo si el mercado consumía esa avalancha de productos . 45 A mediados del siglo xx, la computación rápidamente se introduj o
en las prácticas industriales y organizacionales porque ofrecía el nivel d e
control de información que ya se habla convertido en algo esencial par a
el manejo de los sistemas tecnológicos inmensamente complejos e inter relacionados de la economía internacional posterior a la segunda Guerr a
Mundial .
La fuerza del texto de la tecnología para conformar la cultura se revel a
en estas propiedades textuales . Sociedades enteras podrán resistirse po r
un corto tiempo, pero pronto se verán abrumadas ose tendrán que ajustar progresivamente .
Secuela del caso de la isla Cook
El relato inicial relativo a la isla Cook es un caso relevante . Treinta ario s
después y con la introducción de un aeropuerto internacional en la isl a
Cook, las mismas personas empiezan a migrar hacia el glamour de la s
luces de neón para participar en la sociedad industrial de Nueva Zeland a
o de Australia .
4 ` James R . Beninger, "Information Society and Global Science" Annals, America n
Academy of Political and Social Science, 495, enero, 1988, pp . 14-28 .
96
LA FUERZA CULTURAL DE LOS SISTEMAS TECNOLÓGICO S
Resistencia vs . erosión cultural en Samoa occidenta l
Las prácticas culturales tradicionales de trabajo colectivo en Samo a
occidental sabotearon el programa de ayuda de la introducción de bote s
de pesca mecánicos, ya que las herramientas simplemente desaparecieron de la aldea conforme la gente las iba necesitando y las tomaba ;
los botes yacían oxidándose en las playas sin poder ser reparados . 4 6
Mientras tanto, las aldeas en las montañas que dependían de la pesca e n
las corrientes montañosas se vieron forzadas a depender de los recurso s
alimenticios de la ciudad (y por consiguiente del estilo de vida de lo s
productos del industrialismo) cuando los esquemas minihidroeléctrico s
redirigieron sus corrientes y se llevaron no solamente sus peces, sin o
también el significado de la erudición de la vida de la aldea que estab a
finamente integrada a las prácticas productivas previas de la pesca! '
Energía para consumir en Tong a
Además, la importación ilimitada del video en varias islas del Pacífic o
condujo no sólo a la aseveración de los valores de estilos de vida "modernos" en los f/des tradicionales de muros abiertos de la aldea, sino también a-la demanda de cerrar los muros y colocar aire acondicionado e n
el espacio interior ." En el caso de Tongatapu, la isla principal de Tonga, el
gobierno concluyó en fechas recientes la construcción de un sistema d e
generación de electricidad internacionalmente innovador (aunque no
probado por completo) a base de energía de onda (con un enorme cost o
de capital), no para el desarrollo industrial, ni para cocinar (ya que la gen te prefiriere cocinar de la manera tradicional, en espacios abiertos), sino
específicamente para satisfacerla demanda de electricidad que ha surgid o
por los videos y el aire acondicionado en la aldea (y el pueblo) . La cultura
de la gente está irrevocablemente vinculada con la cultura y la economí a
internacional basadas en la sistematización tecnológica .
Tal vez lo que resulta más insidioso es la manera en que los supuesto s
del "control instrumental", que están relacionados con los sistemas tecnológicos, se conviertan en diseños de organización que se exportan a
las culturas tradicionales del Pacífico .
a °1 . R . K . Standingford, "How Appropriate is Appropriate Technology? " , First International Conference on Technology for Development, Camberra, 1980, p . 77 .
"Stephen dill, The Tragedy of Technology, op . cit., p .76 .
a1 /6id., p . 85 .
LA FUERZA CULTURAL DE LOS SISTEMAS TECNOLÓGICOS
97
Importación de la gramática social de la tecnología para Tong a
En Tonga, por ejemplo, una fábrica de tejido de punto recién establecid a
reúne a las mujeres de la aldea bajo un techo para trabajar con máquinas . Pero las personas están alineadas en filas, incapaces de comunicarse entre sf, pero capaces de ser controladas, cuando las conexione s
entre las mismas labores de trabajo no lo requieren así . La suposición d e
la eficiencia técnica se asevera sobre la práctica cultural externa en qu e
las mujeres realizan labores similares, por ejemplo, haciendo tela de cor teza de árbol en grupos colectivos . En una cercana fábrica de coco deshidratado, con el propósito de cumplir con los programas de producció n
tecnológica, la gente joven de las aldeas de toda la isla es alojada en insta laciones de la compañia arriba de la fábrica en los días hábiles y regresan a
sus casas durante los fines de semana, con una ventaja comparativa mente grande en cuanto a la ganancia de dinero, pero con una continua
desconexión alienada de la vida de la aldea . Nuevamente, los requerimientos del sistema técnico de la fábrica se sobreponen al efecto cultural ex terno, y el efecto en una extensa atrofia cultural pasa inadvertido .
FUERZA DEL TEXTO DE TECNOLOGÍ A
La fuerza del texto del sistema tecnológico para conformar la cultura e s
la fuerza de un'discurso dominante para colonizar los supuestos de l a
práctica social . Esta fuerza adquiere vida a medida que los actores s e
comprometen con la tecnología, y por medio de sus acciones (en lugar d e
intenciones) traen la " gramática" del texto para marcar cada elemento
constitutivo de la cultura . Estos elementos constitutivos son las relacione s
sociales de la comunicación y la producción, el conjunto del conocimient o
técnico y los símbolos superordinarios que mantienen unida a la sociedad y su significado . En todo el Pacifico, por ejemplo, las relacione s
sociales de producción y consumo se han extendido radicalmente de l a
anterior ubicación de su aldea hasta los sistemas tecnológicos de Toki o
y las casas de moda de Nueva York . Y como en los ejemplos anteriores
de Tonga, las relaciones sociales de la producción que se instituyen e n
una nueva organización implantan inadvertidamente los supuestos d e
eficiencia técnica al núcleo de la propia cultura de la sociedad, transformándola radicalmente . Las relaciones sociales de la comunicación s e
internacionalizan a través de la mediación tecnológica . Con la movilida d
de la gente de la isla a las metrópolis de Nueva Zelanda y Australia, la s
relaciones con los de la aldea se mantienen mediante vínculos telefónico s
directos . El conjunto de conocimientos técnicos que se valúan ya no
98
LA FUERZA CULTURAL DE LOS SISTEMAS TECNOLÓGICO S
están relacionados con las modalidades tradicionales de producción ,
sino con la mecánica y lo nuevo, y junto con el rechazo del valor de l
conocimiento tradicional viene el rechazo del papel tradicional de lo s
ancianos y jefes que anteriormente incorporaban el conocimiento tradicional . Los símbolos superordinarios ya no son los tótems del tribalism o
o, para el caso, hasta los de la Iglesia cristiana que dejaron atrás los misioneros occidentales ; los que se siguen incrementando son los símbolo s
de internacionalismo : aeropuertos, automóviles, bienes electrónicos, etc .
No importa qué tanto la gente defienda la necesidad de mantener lo s
valores tradicionales, pues los artefactos, los sistemas tecnológicos y la modernidad ya han sido introducidos . Están extinguiendo, como un cigarrillo ,
el telar de la cultura tradicional . En tanto que estas culturas ya se ha n
ajustado continuamente a las influencias e invasión cambiantes, la invasión actual de los artefactos tecnológicos es distinta porque choc a
profundamente contra las relaciones'sociales por las que las persona s
producen en conjunto y por consiguiente afecta al corazón de las práctica s
culturales . El producto es la alineación de los valores culturales emergentes con aquellos que están codificados en los sistemas tecnológico s
de los que hoy depende la gente . Éstos son los valores asumidos de l a
sociedad global de 1990 .
La visión de la fuerza del texto de la tecnología que conforma a la cultura en las comunidades de la isla del Pacifico es clara, ya que dada la falta
de alineación previa entre los valores culturales de las tecnologías intro ducidas y las culturas comunitarias, los efectos han sido dramáticos .
Sin embargo, debo agregar una precaución muy importante . En tant o
que la fuerza conformadora de los sistemas tecnológicos se desempeñ a
más drásticamente en situaciones de no alineación, puede haber un a
variedad de resultados culturales : éstos dependen, por ejemplo, de l a
historia social particular antes de la introducción del sistema, de las fuer zas políticas y culturales que fueron ya sea provocadas o anuladas po r
los arreglos sociales implícitos en el sistema, y de la fabricación deliberad a
de los contextos sociales que pudieron haber acompañado a la introducción de la tecnología . Bryan Pfaffenberger demuestra ampliamente l a
influencia conformadora que estas fuerzas ejercían en la introducció n
de asentamientos a base de riego en Sri Lanka 49 En otras palabras, aun
con la fuerza enorme para reconformar la cultura que está incorporad a
en los sistemas tecnológicos, uno no debe asumir un simple resultad o
determinista por su introducción .
Debemos estar conscientes también de que es posible encontrar un a
serie común de temas subyacentes a esta diversidad, establecidos por la s
. Bryan Pfaffenberger, op . cit., pp. 287-291 .
LA FUERZA CULTURAL DE LOS SISTEMAS TECNOLÓGICOS
99
propiedades gramaticales básicas de los discursos sociales incorporado s
en el texto tecnológico . En escala creciente, la interconexión y la globalización, los resultados culturales de la introducción del sistema tecnológico ,
se inclinan a estar relacionados con temas culturales tales como l a
racionalidad técnica, la orientación al poder y la reducción de la agenci a
humana . La política local es meramente marginal .
Éste es un fenómeno general . Las mismas lecciones con respecto a l
proceso de conexión entre el texto de la tecnología y la cultura, como s e
demuestra en los ejemplos de paises en vías de . desarrollo, se aplica n
igualmente ala fuerza de la tecnología de información .que conforma l a
cultura en las empresas industriales modernas . Por lo tanto, me enfocaré a un estudio de caso que parece radicalmente distinto a los que h e
descrito de los paises en vías de desarrollo, pero donde el proceso teóric o
de las relaciones tecnología-cultura es el mismo . Lo que es diferente es e l
nivel más cercano de alineación entre la tecnología introducida y la cultura de la organización preexistente . Por lo tanto, necesitamos investiga r
la conexión más de cerca, ya que podríamos perder fácilmente las conse cuencias importantes de la interacción "texto-punto de acceso" cuand o
las consecuencias son más sutiles . Por esto me enfocaré más precisa mente a los procesos de comunicación y la manera en que se transforma n
y ejercen una influencia en la cultura organizacional de una oficina cuand o
se introducen las computadoras . Con la necesidad de herramienta s
analíticas más precisas es útil el concepto de Habermas de la acció n
comunicativa .
EL TEXTO DE LA TECNOLOGÍA Y LA CULTURA DE ORGANIZACIÓN DE OFICINA
No es un accidente que los valores de sistema de la tecnología se alinee n
de cerca con la filosofía del taylorismo que sustenta el trabajo industrial
y el diseño de la organización durante el último siglo . El poder de los sistemas tecnológicos se deriva de la eficiencia racional del orden del sistema . 50 El poder del taylorismo se deriva de la eficiencia racional de u n
sistema de organización que estandariza el trabajo y excluye la habilidad humana subjetiva que es incompatible con el ordenamiento repetitivo armonioso de las labores estandarizadas . Los sistemas tecnológicos
dependen del control centralizado para su operación eficiente . El taylorismo depende del control centralizado y la separación de la concepción
y diseño para la instrumentación o ejecución . $ ' Existe una alineació n
s° Stephen Hill, The Tragedy of Technology, op .cit., capítulo 2.
51 Harry Braverman, Labor and Monopoly Capital - The Degradation of Work in the
Twentieth Century, Nueva York, Monthly Review Press, 1974 .
100
LA FUERZA CULTURAL DE LOS SISTEMAS TECNOLÓGICO S
clara de intereses entre los valores del texto de los sistemas tecnológicos
y una filosofía de la administración que predica el control y que atrae los
recursos del conocimiento instrumental a una posición desde la qu e
puede tenerse fácil acceso a la sede corporativa, pero que busca estandarizar y deshabilitar las labores del resto de la organización que pro duce el resultado .' Staudenmaier señala a los intermediarios en esta alineación de interés, a los "diseñadores " o los grupos o individuos qu e
participan en el diseño de la tecnología, que son quienes comparten lo s
valores y símbolos dominantes de la sociedad, incluyendo particularmente los valores jerárquicos del círculo dominante . 53
Como lo dijo Braverman, el taylorismo puede estar muerto, pero los
principios que implica siguen siendo fundamentales para el diseño de l
trabajo en la actualidad . Braverman lo dijo hace 15 años, antes de la reciente atención a las concepciones postayloristas o posfordistas de la organización del trabajo . 53 Sin embargo, aun en la actualidad, detrás del
aplauso al diseño del trabajo participativo y multicalificador, persiste e l
taylorismo como el elemento esencial contra el cual se miden los experimentos participativos y multicalificados .
La computarización ha permitido al taylorismo un giro : saltar de l a
fábrica a un cómodo sillón en la oficina . A pesar de la tranquila apariencia de los "modernos" sistemas de oficina, con aire acondicionado, aú n
siguen encendidos los fuegos humeantes de la concepción taylorista e n
el cuarto de máquinas del elemento esencial de las ventajas productivas .
El director ejecutivo de una compañía de seguros que entrevisté, po r
ejemplo, asevera orgullosamente su estrategia de "macdonaliza r" toda la
compañía para estandarizar el total de las operaciones, incluso donde s e
guardan los formatos de las quejas en cada oficina, ya que en eso resid e
la ventaja productiva . La computarización es el combustible para el progreso taylorista, no su extinguidor. Los supuestos de la administración ,
como los de la teoría de organización de los "sistemas abiertos " , sigue n
siendo los supuestos del control y la eficiencia racional . La computarización se ajusta al sistema, y se alinea en los valores que alimenta, con
los valores sombreados de los sistemas tecnológicos . Por lo tantó, bajo l a
presión de un valor de mayor beneficio en términos de costos, los productos del trabajo en la oficina (en el comercio o en el gobierno) se miden cada vez más en términos de "indicadores de desempeño " estandarizados y objetivados : valor en dólares de los contratos comerciales (en
vez de buscar la credibilidad y aceptación de los clientes a largo plazo) ,
o el número de clientes atendidos en el gobierno (en lugar de elabora r
"John M . Staudenmaier, op. cit ., p . 154 .
"John Mathews, Tools for Change - New Technology and the Democratisation of Work ,
Sydney, Pluto Press, 1989 .
LA FUERZA CULTURAL DE LOS SISTEMAS TECNOLÓGICOS
10 1
remedios a largo plazo para los problemas de bienestar social) . Por l o
tanto, bajo las presiones de lo que eufemísticamente se llama "reducció n
de personal" de una organización, la integración de la oficina está dirigid a
y mediada, a través de sistemas computarizados de operación, desde e l
centro y, tanto la interacción interpersonal como la variabilidad subjetiva se reducen al mínimo en las personas que producen juntas, ya que ,
bajo este régimen, son menos las personas que pueden producir un nive l
aparentemente más alto de desempeño mediante operaciones estandarizadas técnicamente "eficientes" .
Lo que observamos en este caso es la fuerza de la alineación entre e l
texto de la tecnología y la organización . Esta alineación se basa en un a
trayectoria histórica que no puede modificarse, como por ejemplo, l a
bombilla de luz del director administrativo no puede modificarse simple mente porque el director general lo dice . Esto sucede porque la alineació n
es una alineación cultural . Emana no solamente de la oficina del directo r
administrativo, sino que se vierte en la estructura total de la organización y las expectativas en que todos los miembros de la organización par ticipan y dan vida en las acciones de ésta . Parafraseando a Braverman, e l
taylorismo puede estar muerto, pero los principios que implica sigue n
siendo los elementos fundamentales de los sistemas computarizado s
que proporcionan el telar de las organizaciones en la actualidad .
La fuerza que produce la alineación cultural es evidente cuando medimos el carácter del texto tecnológico respecto a sus puntos de entrada ( a
medida que los actores se comprometen con éste) al irse constituyend o
la cultura de la organización .
Cada vez más, la computarización va más allá de la función pasiva d e
"almacenar" la información, a las operaciones activas de las organizaciones de oficinista, es decir, en las relaciones sociales de la comunicació n
y la producción . Aquí, una falacia insidiosa rige en los conceptos má s
bien tecnofflicos del diseño de trabajo que siguen . La falacia es la creencia de que la información computarizada es equivalente a la comunicación . Una breve lectura de Jürgen Habermas nos dice que esto pued e
estar peligrosamente equivocado . La distinción de Habermas entre do s
tipos de acción, acción instrumental y comunicadora 54 se aplica, con el
advenimiento de la cornputarización, a los discursos de la organización .
La "acción instrumental" se traduce en comunicación instrumental, relacionada con el control, la técnica, el poder ; la "acción comunicativa " se traduce en comunicación de respuesta, relacionada con el entendimient o
intersubjetivo, la competencia comunicativa y el compartir . La " comuni" Jurgen Habermas, The Theory and Practice, (trad . de John Vim-tell, Londres ,
Heinemann, 1974 ; Jurgen Habermas, The Theory of Communicative Action, Vol. 2, op. cit.
102
LA FUERZA CULTURAL DE LOS SISTEMAS TECNOLÓGICO S
cación instrumental" remite al actor al mundo del objeto manipulable ;
su traslación al mundo social, por Habermas, se refiere a otros actore s
como "objetos" de sus diseños en "acción estratégica", es decir, cuand o
el control es supremo y los motivos están ocultos .
Sin embargo, la "comunicación" computarizada representa única mente un extremo de la comunicación humana, el extremo instrumental .
Pero cada vez más los sistemas computarizados traspasan los límites e n
"comunicación de respuesta", conviniendo las labores de la organización, que previamente se constituían de un telar de relaciones interpersonales y acciones instrumentales llenas de propósitos, a una dependenci a
de los sistemas de información ; la dependencia en el control que se dicta e n
otro lado ; la dependencia en las relaciones con los demás, que están fun damentalmente mediadas a través de lo que los sistemas computarizado s
hacen posible . En otras palabras, con las operaciones computarizadas, l a
comunicación instrumental sustituye la comunicación de respuesta en e l
discurso de las personas que trabajan juntas hacia el propósito de la organización . Además, los motivos ocultos " estratégicos" de la administración que busca controlarla fuerza de trabajo están ocultos en los su puestos instrumentales que implican los sistemas computar-izados . La s
personas se comunican a través de máquinas, pero la "gramática" de est a
comunicación reside en los supuestos de control y poder de la eficienci a
administrativa .
El efecto es enajenar las relaciones sociales de la producción de la s
relaciones sociales de la comunicación . Como en el estudio de casos qu e
condujimos en fechas recientes 55 cuando los sistemas computarizados pe netraron en las comunicaciones de las oficinas, las relaciones sociales d e
la comunicación se orientaban cada vez más a propósitos que tenía n
muy poca relación con los objetivos de la organización, apoyo social emocional, hablar acerca de futbol, del último programa de televisión o
de los niños . Mientras tanto, las relaciones sociales de la producción s e
orientaban al control y a la acción técnicamente "eficiente" . Es la comunicación de respuesta la que crea la cultura de la organización, no e l
control ni el no compartir los significados . Como lo observa Habermas ,
es a través de la acción comunicadora que los actores "desarrollan, con firman y renuevan su membresfa en los grupos sociales y sus propia s
identidades " . S6 Asf, la cultura de la organización se debilita intrínseca mente, y hasta se desvincula del desempeño de la organización .
No sólo eso, sino que el texto de la tecnología computarizada supon e
el significado como un sistema tecnológico en su con-texto, que es e l
orden que está implícito por la dependencia del operario individual e n
"Stephen Hill, Robin Home y Stewart Carter ; "White Collar Factory" , op. cit.
M JOrgen Habermas, The Theory of Communicative Action, vol. 2, op . cit ., p . 139.
LA FUERZA CULTURAL DE LOS SISTEMAS TECNOLÓGICOS
103
un sistema más amplio . Este es un orden de control centralizado qu e
minimiza el poder del trabajador .
El acceso al texto de la tecnología requiere conocimiento . Sin embargo ,
los altos niveles de conocimiento tienden a estar presionados al servici o
del director administrativo en lugar de distribuirse . En el estudio de caso
que condujimos, el nuevo sistema computarizado operaba con much a
"eficiencia" con menos de 5% del personal capacitado en conocimiento s
de computación después de pocas semanas de experiencia "en el trabaj o"
y, prácticamente, todas estas personas altamente capacitadas estaban e n
la sección centralizada de cómputo . En consecuencia, el texto de computadoras más probablemente se lee en términos de control y la dependencia pasiva . Mientras tanto, el conjunto de conocimientos que se valú a
en la organización cada vez más a devaluar la "competencia comunicativ a"
y el conocimiento experimental adquirido históricamente (como la práctica pasada, los procedimientos, el saber de la compañia, etc.), ya qu e
estas calidades, de una u otra manera, están codificadas en el sistema tec nológico mismo .
Más aún, las eficiencias de "control " que introduce el sistema cornputarizado tienden también a erosionar las oportunidades profesionale s
de los que están en la parte inferior de la estructura . Nuevamente, al igua l
que en nuestro estudio de caso, toda la capa de las posiciones en mando s
medios administrativos fue eliminada, dejando a la organización má s
como un reloj de arena que como una pirámide . Con menor habilidad en
el manejo de computadoras, el cuerpo principal de conocimientos par a
los de reciente ingreso, "el cuello del reloj de arena", obstaculizó su horizonte de progreso . El resultado fue una imagen clásica taylorista, lo s
gerentes "vía rápida" circulaban hacia y por dentro de la parte superio r
del reloj de arena, y todos los demás por lo general eran relegados a los ni veles "sin promoción" más bajos . Por lo tanto, la computadora produjo u n
nuevo símbolo dominante de la organización, pero fue un símbolo de restricción y control, no un símbolo de propósito colectivo de la organización .
Como lo indiqué anteriormente, en la situación de Australia, dond e
existe un dirigente (tecnofflico) que domina la introducción de la computarización en el diseño de la oficina, las consecuencias de la cultura organizacional de estos cambios parecen simplemente no haberse considerado . Este no es necesariamente el caso en otras partes .
Empresa aseguradora
UAP
de Franci a
En una empresa gigante de seguros francesa, LAP, se puso atención par ticularmente a la cultura de la organización cuando se introdujo una
104
LA
FUERZA
CULTURAL DE LOS
SISTEMAS TECNOLÓGICO S
nueva ola de operacionds de computarización . El símbolo de la computadora se moldeó conscientemente mediante la garantía de que la instalación de los nuevos escritorios de oficina no forzarla a la gente a move r
las fotos de su familia, sus formas de trabajo en general, etc ., es decir ,
les permitirla retener una prioridad para otras partes de sus vidas . A
cada uno de los miembros de la organización se le permitía pasar tre s
horas ala semana en autoeducación, en cualquier área, pero con un capital sustancial invertido en un esquema de apoyo educativo ; la autoeducación podría ser (y debla ser) actualizada mediante el aprendizaje computarizado, simbolizando la amigabilidad personal de la computadora . L a
compañia invirtió incluso millones de dólares en un evento de medios ma sivos que era más bien como el encuentro renovado de los 10 000 trabaja dores con mayor antigüedad . La empresa estaba atenta a la cultura .
Estaba atenta a un futuro en que una fuerza de trabajo educada proporcionarla un liderazgo sobre sus competidores . A la UAP le preocupaba
constntir una cultura de desempeño alineada con los sistemas computarizados que habla introducido . 5 7
El caso de UAP tiene sus limitaciones . No sabemos en qué medida la s
relaciones sociales reales de producción y comunicación se conformaron para capitalizar la autonomía humana y el compromiso del persona l
de la empresa . Además, parecería que el control seguía firmemente e n
manos de aquellos que manejaban el sistema computarizado de operacio nes . Por lo tanto, el caso de la UAP puede observarse mejor como un cas o
de cooptación altamente inteligente . Esa cooptación fue posible com o
producto del entendimiento y uso de la fuerza de la alineación "texto d e
la tecnología-punto de entrada de la cultura" .
CONCLUSIÓN : LA GRAMÁTICA ESCONDIDA DE LA FUERZ A
En tanto que los habitantes de la isla Cook, en el ejemplo señalado a l
principio, decidieron rechazarla tecnología moderna, la fuerza de su s
acciones tuvo una corta duración antes de que el cambio tecnológico y
cultural cambiara la ruta de su sociedad . Es poco probable que las consecuencias de la modernización en las sociedades más tradicionales sean el
resultado de una elección consciente, es decir, la elección de una visió n
coherente de un futuro industrializador al momento en que inició el
cambio del proceso de industrialización . De hecho, si algunos grupos ,
' r Reportado por Yvette Chassagne, ex directora general de L' Union des Assurances d e
Paris (UAP) en la Australia-France Conference, New Technologies : Services and the Future ,
Joint Conference between the Australian Science and Technology Council and L 'Union des
Assurances de Paris (UAP), Camberra, 1988 .
LA FUERZA CULTURAL DE LOS SISTEMAS TECNOLÓGICOS
105
como los pescadores campesinos de Sri Lanka, pudieron pronosticar la s
consecuencias que llevaban consigo las tecnologías introducidas, l a
gente pudo bien haber hecho todo lo que estaba a su alcance para rechazar la trayectoria social que se presentaba frente a ellos . Como l o
indiqué en La tragedia de la tecnología :
La gente no eligió . En cambio, aprovecharon lo que parecía estar aparente mente sin problemas frente a ellos, y después vivieron la experiencia y
trataron de buscar sentido a los nuevos significados con los que se enfrenta ban . Al aceptar los significados tecnológicos ajenos a la vida diaria, las personas, por lo tanto, se vieron enmarañadas irrevocablemente en una trayectori a
social, cuya forma no pudieron ni imaginarse, pero cuyos ajustes creciente s
de experiencia se actualizaron s8
Paralelamente a la observación de Langdon Winner, a medida que lo s
sistemas tecnológicos contemporáneos se introducen en la vida cotidiana ,
la gente "no usa la tecnología tanto como la vive" . 59 Esto es precisament e
lo que sucede en el caso de la oficina de seguros . Los supuestos de u n
control administrativo centralizado y descalificador estuvieron incorporados dentro de los sistemas computarizados de comunicación, y e l
personal de la oficina "vivió" sus relaciones productivas entre sf dentro
de la "gramática" de la acción que estos supuestos implicaban . Por l o
tanto, la gente no podía ver los efectos de su participación en el nuev o
sistema en sus propias prácticas comunicativas y cultura organizacional, excepto en retrospectiva . Los gerentes de sistemas pudieron habe r
retrocedido a partir de los supuestos tayloristas asegurando que la gent e
estuviera más comprometida, capacitada y autónoma en sus formas tecnológicas de producción conjunta . Sin embargo, esto nunca se le ocurri ó
a la administración ni a los trabajadores . Ni este camino de acció n
habría sido rentable o particularmente práctico . Las labores se viero n
como repetitivas, sujetas a la "macdonaldización" ; hubiera sido ineficiente
distribuir altos niveles de conocimientos de tecnología (computación) e n
todo el sistema productivo . En otras palabras, el poder de la administración para mantener el control tanto sobre el proceso de trabajo corn o
de la gente estaba profundamente incorporado en lo que bien podría
describirse como los elementos perlocucionarios del texto de la tecnología, aquellas partes de las suposiciones traídas al discurso tecnologfaactor que residen fuera del escrutinio del actor en la interacción .
Además, como lo indiqué en la importación del taylorismo a la oficina, los elementos perlocucionarios incluyen sedimentos de un texto for58
59
Stephen Hill, The Tragedy of Technology, op . cit., p . 90.
Langdon Winner, "Response to Stand Carpenter's Review", de
Technology, Research in Philosophy and Technology, 3, 1980, pp . 124-126 .
Autonomou s
,106
LA FUERZA CULTURAL DE LOS SISTEMAS TECNOLÓGICO S
mado históricamente ; expresado en términos de acción instrumental ,
estos sedimentos de las suposiciones de diseño alineadas con los intere ses de la acción estratégica de la administración (al control para sus pro pios intereses) . Además, al igual que con la historia industrial, la acció n
de colocar este texto en su lugar dentro de las relaciones sociales de l a
producción de la oficina dio vida a los valores formados históricament e
en las acciones de la gente, reviviendo la progresión continuada de lo s
valores del sistema tecnológico en la vida diaria .
Para llevar la .metáfora del texto de la tecnología hacia adelante, el tex to revelado en los sistemas tecnológicos es el de un lenguaje no fonétic o
en lugar de un escrito fonético que imita al discurso humano yes capa z
de expresar el pensamiento, significados personales y reacciones, as í
como los elementos de mayor importancia social . Junto con los antiguos
acadios o sumerios, el texto de la tecnología no imita al discurso humano, sino que simboliza los objetos del orden natural (y social), aunqu e
con algoritmos matemáticos para expresar su relación racional y útil .
Dentro de las sociedades que emplean escrituras no fonéticas el texto e s
controlado por una autoridad central y alfabeta, principalmente porqu e
requiere una atención altamente especializada para mantener una pericia total de conocimientos . Los conocimientos requieren el aprendizaj e
de grandes números de símbolos especializados independientes en lugar d e
un código de discurso central del que puede derivarse el resto del univers o
simbólico . Por lo tanto, en la escritura no fonética se asevera el códig o
cultural y lo moldean las autoridades alfabetas en lugar de ser un producto orgánico de la participación social ; además, la naturaleza propi a
del código refuerza la hegemonía y el poder de un grupo profesiona l
especialmente capacitado de la elite . Sin embargo, en los sistemas tecnológicos actuales no existe un texto de la tecnología simplemente controlado, sino un complejo telar de especializaciones no fonéticas entre tejidas . Rara vez podría una persona o grupo especializado hacer todo el
sistema transparente, entender los trabajos internos e intervenir activa mente en el desarrollo del sistema . Por lo tanto, el ingeniero del barco e n
el estudio de caso de "Pateando el barco " enfrentó una situación que a
cualquiera de nosotros nos parecerá familiar : un nivel de complejida d
del sistema técnico que era totalmente opaco . El humor reside en la historia porque con su sentido agudo de inutilidad pudo solucionar el proble ma con una acción simple como una patada casual . Por lo tanto, el poder ni siquiera reside en los conocimientos tecnológicos . El poder resid e
en los que cuentan con el capital o poder financiero para emplear l o
suficiente a los "escritores de la escritura" para que traduzcan los diversos textos técnicos a la práctica tecnológica .
En consecuencia, cuando la tecnología revela el mundo a la conciencia
LA FUERZA CULTURAL DE LOS SISTEMAS TECNOLÓGICOS
10 7
humana de la manera en que lo describe Heidegger ,60 lo que se revela e s
únicamente lo que puede aparecer a través del filtro de la gramática de l
sistema y las limitaciones perlingüistas que el texto del sistema de la tec nología incorpora . El poder reside en las sombras .
Al dar vida al sistema o al artefacto en la acción humana se asum e
además la totalidad del con-texto de los sistemas de sombras que yace n
tras la experiencia directa en los "otros " sistemas asociados de producción y comunicación, del que depende el artefacto tecnológico inmediato ,
y que limitan la libertad de "revelar" de acuerdo con una red integral d e
relaciones tecnológicas sistematizadas que nos comprometen en todo s
los dominios de nuestra vida cotidiana . Lo que se revela a través de lo s
sistemas tecnológicos contemporáneos tiene por lo tanto una inmutabili dad expresada en eslogans como "el progreso no puede detenerse " , y a
que, en general, no podemos vivir fuera de los sistemas tecnológicos, salv o
en periodos conos o en fisuras cada vez más remotas del mundo .
Sin embargo, la inmutabilidad aparente es un producto de la alineación cultural que se trae a la vida al utilizar la tecnología . Esta es un a
alineación entre la sociedad contemporánea y las propiedades culturale s
de la tecnología . En este contexto, es muy difícil para nosotros ver qu é
alternativas residen en las sombras gramaticales del texto de la tecnología en sí . Y como el presente ensayo ha buscado demostrar, la fuerz a
de esta alineación ha sido forjada debido a que las propiedades " textuale s" básicas de la tecnología dentro de la sociedad industrial han cruzad o
el puente de la cultura en el corazón de donde esta última se constituy e
en la vida cotidiana . Es decir, las propiedades " textuales " de la tecnología en la sociedad industrial han influido en la cultura conformand o
las relaciones sociales de la producción, sobre las cuales ésta se constituye y afirma el conjunto de conocimientos por los que la gente se compromete con sus mundos, y los símbolos dominantes que sostiene n
significados culturales y simbolizan el significado de un mundo tecnolo gizado para su gente . En consecuencia, nosotros continuamente creamos y mantenemos un mundo de sistemas tecnologizados al vivirlo .
Asimismo, sin embargo, podemos confrontar estos significados mediant e
el entendimiento de la naturaleza de los " sedimentos " gramaticales qu e
residen debajo del " texto" de la tecnología . Como con la liberación de l
control del inconsciente que ofrecen los análisis freudianos, la liberación de la opresión política que revelan los análisis de Paulo Freire d e
las estructuras políticas ocultas del lenguaje, el restablecimiento de l a
agencia en un mundo tecnologizado seguirá a las excavaciones de lo s
cimientos de la fachada tecnologizada de la vida diaria .
60 Martin Heidegger, " The Question Concerning Technology " , en David Knell (comp . )
Basic Writtings, Harper & Row, 1977, p. 294 .
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