Establece el artículo 879 del C.C. que: “servidumbre predial o

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PRIMERA PARTE. BIENES CIVILES
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Establece el artículo 879 del C.C. que: “servidumbre predial o
simplemente servidumbre, es un gravamen impuesto sobre un predio, en
utilidad de otro predio de distinto dueño”. A pesar de que en sus orígenes
romanos era manifiesta la existencia de servidumbres personales, es decir
la posibilidad de que un bien produjera beneficios a personas distintas a
sus propietarios, hoy solo subsisten las servidumbres prediales o
simplemente servidumbres.
Las servidumbres que denota el Código Civil tienen unas particularidades consecuentes con la esencia misma de este derecho. La
categorización como derecho real es connatural a la servidumbre ya que
afecta al predio, sin importar en manos de quién se encuentre el mismo:
“Si el dueño del predio sirviente lo enajena a otra persona, la obligación
impuesta por la servidumbre sigue su curso normal”586 . Las servidumbres
sólo recaen sobre predios, ello es, sobre bienes inmuebles, elemento
intrínseco a su definición, al punto que el artículo 880 del C.C. llama predio
sirviente al que soporta el gravamen impuesto por la servidumbre, y predio
dominante al que le reporta ventaja o utilidad. De conformidad con el
artículo en cita, las servidumbres se dividen en activas y pasivas: “Con
respecto al predio dominante, la servidumbre se llama activa, y con respecto
al predio sirviente, se llama pasiva”. Es dable constituir servidumbres en
el predio del pupilo, pero con la respectiva autorización judicial. Al respecto
cita el artículo 483 del C.C. que: “No será lícito al tutor o curador, sin
previo decreto judicial, enajenar los bienes raíces del pupilo, ni gravarlos
con hipoteca o servidumbre, ni enajenar o empeñar los muebles preciosos
o que tengan valor de afección; ni podrá el juez o prefecto autorizar esos
actos sino por causa de utilidad o necesidad manifiesta”.
Para constituir servidumbre en una copropiedad, se requiere el
consentimiento de los copartícipes. El artículo 779 del C.C. establece: “Cada
uno de los partícipes de una cosa que se poseía proindiviso, se entenderá
haber poseído exclusivamente la parte que por la división le cupiere, durante
todo el tiempo que duró la indivisión…Pero si lo enajenado o gravado se
extendiere a más, no subsistirá la enajenación o gravamen, contra la
voluntad de los respectivos adjudicatarios”.
Deben existir dos propietarios de predios distintos para que jurídicamente podamos hablar de servidumbres. No obstante, puede darse el caso
que aun existiendo identidad de propietarios y pluralidad de predios,
subsistan las denominadas servidumbres por destinación del padre de
586
VELÁSQUEZ JARAMILLO, LUÍS GUILLERMO. Ob. Cit, p. 368.
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