Primer testigo que declara en el juicio incrimina seriamente a Molina

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Primera audiencia del juicio contra Gregorio Rafael Molina.
PIDEN LA INCORPORACION DE NUEVOS TESTIMONIOS.
Luego de la lectura de los requerimientos de elevación a juicio, el presidente del
tribunal dio la palabra a las partes. En representación de la querella el Dr. Cesar Raúl
Sivo realizó un ofrecimiento de nuevas pruebas y reiteró el pedido de incorporación de
testimonios, prueba documental y la realización de la inspección ocular al Centro
Clandestino La Cueva. Estas pruebas habían sido denegadas en anteriores oportunidades
por el Tribunal. Tanto la Fiscalía como el Colegio de Abogados, también querellante en
la causa, adhirieron al planteo del Dr. Sivo.
La insistencia en el pedido de recepción de determinadas declaraciones testimoniales
fueron fundamentadas por el abogado querellante en la necesidad y la obligación que
tiene el poder judicial de bregar por la efectiva vigencia del derecho a la verdad, de
escuchar a las víctimas y sus familiares para poder entender y comprender la
inmensidad del daño causado por el terrorismo de Estado, “hay que restablecer el
sentido del juicio como proceso de reconstrucción de la justicia y la verdad. Dar
testimonio es lo que da cuerpo a las pruebas jurídicas, así como la construcción de la
memoria”, señaló el abogado.
Es de resaltar que las declaraciones peticionadas por los querellantes son testimonios de
familiares directos de las víctimas (madres, hijos, esposas), de personas que fueron
testigos presenciales de los secuestros así como de suboficiales y soldados que pueden
dar cuenta del funcionamiento del centro clandestino y del rol que cumplía el Suboficial
Gregorio Rafael Molina en el mismo.
Tres de los nuevos testigos ofrecidos por la querella fueron conscriptos correntinos
durante el año 1976 en la Base Aérea. Vieron personas secuestradas, encapuchadas y
maniatadas en La Cueva, presenciaron vuelos de la muerte, participaron en el operativo
en que fue muerto Cativa Tolosa, y pueden dar cuenta que el Dr. Hooft informaba a las
autoridades militares si los familiares hacían gestiones por personas detenidas
desaparecidas.
Al reiniciarse la audiencia a las 15 hs. el Dr. Velázquez, presidente del tribunal, señaló
que se receptaba el pedido de incorporación por lectura del Informe de la CONADEP,
conocido como Nunca Más, y la realización de la inspección ocular a la Cueva, pero
que se rechazaban los testimonios peticionados.
La medida adoptada por el tribunal es provisoria, toda vez que las peticiones podrán ser
reiteradas si surge durante el debate la necesidad de contar con dichas pruebas.
En la primera jornada quedó en evidencia la necesidad de recibir las declaraciones de
los conscriptos, toda vez que en audiencia privada la declarante manifestó que en el
centro clandestino de detención La Cueva los encargados de llevar la comida eran los
soldados correntinos. Esto genera una expectativa en la parte acusadora de que pueda
proveerse la prueba solicitada.
“MOLINA SINTETIZA TODO EL HORROR DE LO QUE ERA ESE CENTRO, DE
TODA LA ABERRACIÓN QUE SE COMETIA ALLI”. LAS DECLARACIONES
DE LA PRIMER TESTIGO COMPROMETEN SERIAMENTE AL REPRESOR
MOLINA
Centro Clandestino de Detención La Cueva
La víctima que declaró en el día de la fecha, acusó directamente al imputado de haber
sido el autor de los más variados tormentos y que el mismo se encargaba de realizar la
tarea… En su testimonio manifestó “Este hombre era el que venia con la patota, era él
que nos sacaba, nos llevaba y retiraba de la sala de tortura….. Este hombre fue el que
me dijo después de la tortura que no tomara agua que me podía morir, este hombre
junto con otros es el que me manda a darle agua al Dr. Centeno cuando estaba
agonizando…”, manifestando “Viéndolo siento el olor a los cuerpos quemados
después de la tortura, con la picana que es tan particular que es indescriptible, solo
uno puede sentir eso olor, solo uno puede explicar lo que fue eso”.
El testimonio, desgarrador, seguido por un intenso silencio de las pocas personas que
pudieron asistir al relato, dejó en claro la función que tenía Gregorio Rafael Molina,
como funcionaba el centro clandestino de detención La Cueva, que la patota era mixta
ya que intervenían grupos del ejército, fuerza aérea, civiles y policías de la Provincia de
Buenos Aires.
El relato que se extendió por varias permitió tener detalles de las perversas formas de la
tortura que se utilizaron en ese centro clandestino de detención y dejaron al desnudo que
cada cosa que allí se hacia, era con la complacencia de las autoridades militares del
lugar, así como con la colaboración de algunos oficiales, suboficiales y civiles entre
ellos el juez Hooft.
Las audiencias continúan este viernes 7 de mayo, jornada en la que brindarán
testimonios otras cinco víctimas.
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