El siglo XIX termina con una grave crisis: el final del imperio colonial

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LA GENERACIÓN DEL 98
El siglo XIX termina con una grave crisis: el final del imperio colonial
español. En 1895 se produce el levantamiento de Cuba y en 1896 el de Filipinas, últimas
colonias. España, aunque reacciona ante las revueltas, sufre una derrota total y en 1898 se
ve obligada a firmar el Tratado de París por el que Cuba consigue la independencia,
mientras que Filipinas y Puerto Rico quedan bajo el control de Estados Unidos.
Este acontecimiento provocó en España una ola de indignación y protesta que se manifestó
en literatura a través de los escritores de la Generación del 98. estos autores proponen en
un primer momento adoptar medidas prácticas (cercanas al Regeneracionismo) y buscan su
modelo en el europeismo. Más tarde experimentan una evolución y adoptan una postura
idealista : proyectan sus sentimientos personales (angustia existencial- influencia de
Schopenhauer) sobre el paisaje castellano y buscan su modelo en España, en lo que
Unamuno denominó la intrahistoria.
Ante el estado de apatía e indiferencia en el que ha caído el país, se preocupan por
encontrar la verdadera esencia o alma de España y el sentido de la vida. Para esto
utilizan tres vías:
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
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La literatura. Cada época literaria ha tenido sus modelos; los autores de la
Generación del 98 sienten especial debilidad por Gonzalo de Berceo, Jorge Manrique,
Cervantes y Quevedo. Admiran a Larra y a los ilustrados porque ya habían sufrido y
analizado estos problemas.
La historia. En ésta es donde buscan estos escritores la esencia de España, los
valores de la patria y la raíz de los problemas presentes.
El paisaje. Ven en el austero paisaje castellano el reflejo del alma y la esencia
que buscan. Recorren la meseta de Castilla describiendo minuciosamente la pobreza de sus
pueblos, la sencillez de sus gentes y lo extremado de su clima. Esperan captar, a través de
este paisaje, el alma de España.
Los principales componentes de la generación del 98 son: Miguel de Unamuno, Pío
Baroja, Azorín, Ramiro de Maeztu, Antonio Machado y Valle- Inclán. Es Azorín quien
propone esta denominación en unos artículos de 1913; aunque la idea fue rechazada
inicialmente por algunos miembros de la generación como Baroja, el concepto se impone
finalmente. Todos ellos adoptaron una actitud crítica ante la situación política y social del
momento. Son precisamente algunos de estos autores los que marcan un cambio en la
narrativa, a partir de 1902: Azorín con La voluntad, Baroja con Camino de perfección,
Unamuno con Amor y Pedagogía: inician un camino innovador, alejándose del Realismo y
buscando la expresión de la realidad personal e interior, bajo la influencia de la filosofía
pesimista de Schopenhauer. Rasgos de esta novela son:
♦ La historia, lo que se cuenta, pierde importancia. Las acciones son mínimas y el
espacio y el tiempo están poco definidos.
♦ Interesa el mundo interior del protagonista, estados anímicos, reflexiones...
♦ El protagonista es un inadaptado, antiburgués, rebelde, amoral, fracasado, que a veces
llega a la destrucción total.
♦ Narración fragmentada: selección de momentos significativos mezclados con
reflexiones.
♦ Reaparición de la novela dramatizada o dialogal (el narrador cede la voz a los
personajes: diálogos, monólogos...). Se rompe la barrera entre la novela y el ensayo.
♦ la novela deja de ser un género de evasión y se convierte en un género de reflexión.
( lector activo)
Destacamos la obra de los novelistas de la Generación del 98: Pío Baroja, Unamuno,
Azorín.
PIO BAROJA
Fue un inconformista radical, mantuvo siempre una postura hostil hacia la sociedad. No
creyó en Dios ni en la vida .Y, sin embargo, hay también en Baroja una inmensa ternura por los
seres desvalidos o marginados. Defendió una novela abierta y la libertad absoluta para el escritor.
Sus novelas se caracterizan por los siguientes rasgos:
- Influencia de la novela folletinesca. (variedad de géneros y aparente falta de un plan
preconcebido. Para Baroja la novela era un género proteico que lo abarcaba todo)
- Marcada presencia del narrador a través de comentarios y reflexiones (Baroja se permite
expresar sus ideas filosóficas, literarias y políticas).
- Novelas centradas en un personaje: activo y dominador o, pasivo y sin voluntad
- Acción y diálogos vivos abundantes.
- Descripciones impresionistas a base de pinceladas o unos pocos detalles físicos y
psicológicos.
- Prosa espontánea que ha llevado a los críticos a tacharlo de desaliñado e incluso incorrecto.
Él mismo organizó sus novelas en trilogías (grupo de tres novelas que gira en torno al mismo
tema, destacan: La tierra vasca, la vida fantástica, La lucha por la vida, La raza, Las
ciudades y El mar.).
La tierra vasca formada por La casa de Aizgorri, El mayorazgo de labraz y Zalacaín el
aventurero (la más pulcra y bonita de sus novelas en opinión del autor) tienen como vínculo
común el ambiente.
la vida fantástica: Aventuras, inventos y mixtificaciones de Silvestre Paradox, Camino de
perfección y Paradox rey. El protagonista de estas novelas encarna la angustia existencial y el
deseo de encontrar sentido a la vida. Junto a ello el autor ofrece una visión noventayochista de
las tierras de Castilla.
La lucha por la vida: La Busca, Mala hierba y Aurora roja. La primera obra presenta un
panorama desolador de los barrios más pobres de Madrid.
La raza: La dama errante , La ciudad de la niebla y El árbol de la ciencia. La primera novela
parte del atentado contra los reyes tras el cual la protagonista tiene que huír por su relación con
un anarquista. La segunda novela se centra en las vicisitudes de la protagonista en Londres y La
tercera novela, El árbol de la ciencia, es la más autobiográfica de cuantas escribió Baroja y
también la más conocida. Narra en ella la vida de Andrés Hurtado desde el comienzo de sus
estudios de medicina hasta el final de los días de su esposa Lúlú.
Las ciudades: César o nada, El mundo es ansí y la sensualidad pervertida: Destaca la primera
novela en la que el protagonista se enfrenta al ambiente muerto y degradado de una ciudad
provinciana pero acabará vencido.
El mar Compuesta por cuatro novelas: Las inquietudes de Shanti Andía, El laberinto de las
sirenas, Los pilotos de altura y La estrella del capitán chimista.. tienen en común el ambiente
marinero vasco y la reciedumbre del hombre de mar.
Entre 1913 y 1935 escribió Memorias de un hombre de acción, integrada por 22 novelas cuyo
protagonista es Eugenio de Aviraneta, dinámico personaje del S. XIX y antepasado del autor.
MIGUEL DE UNAMUNO
Unamuno cultivó todos los género literarios con singular maestría. En todos reflejó sus
preocupaciones religiosas, filosóficas (Hegel, Kierkegaard...) y políticas.
.Toda su producción es prácticamente autobiográfica, autorrevelación espontánea y sincera,
expresión de una personalidad rica, ingenua, atormentada, pero siempre honesta y fiel a sí
misma. La obra de Unamuno abarca varios géneros: la poesía, la narrativa, el ensayo y el teatro.
En todos estos géneros presenta los mismos problemas básicos: su angustia y desazón, la
necesidad de elegir entre la verdad y la mentira, y el afán de superar la muerte a través de la
propia obra, de la paternidad y del sacrificio por los demás.
Obra poética:
Poesías, Soliloquios, Rosario de sonetos líricos y El Cristo de Velázquez La cumbre de la
lírica de Unamuno. Este poema de Unamuno es un verdadero tratado de Cristología hispánica.
Rimas de dentro Libro breve, denso y revelador de su credo poético: Suprema libertad del
poeta frente a la norma.; Teresa. Rimas de un poeta desconocido El libro muestra el influjo del
poeta romántico Gustavo Adolfo Bécquer (1836-1870). Son rimas a la muerte de su novia,
escritas por poeta desconocido. Intento fallido de imitar la poesía becqueriana a través de una
historia fingida: un joven poeta amigo del autor dejó a su muerte una serie de poemas dedicados
a su amada, que son los que Unamuno publica. De Fuerteventura a París ...
Producción novelística :
Las novelas de Unamuno son una proyección literaria de sus inquietudes y anhelos
personales. Sus personajes son la encarnación de sus ideas y sus novelas no están ambientadas.
Si prescindimos de Paz en la guerra y San Manuel Bueno, mártir, todas las novelas de Unamuno
son a modo de esqueletos o esquemas de ideas, como dramas íntimos.
Para Unamuno la persona humana no es algo estático, sino un constante devenir. Sus novelas
no presentan un conflicto sicológico de sus personajes, sino que muestran cómo se van haciendo
éstos, cómo van deviniendo, cómo van surgiendo a la vida. Para Unamuno el personaje
novelesco tiene tanta vida como la del hombre de carne y hueso que lo crea. El personaje
novelesco es un ente de ficción soñado por el autor, pero el autor mismo es un sueño de Dios. La
misma fuerza que el hombre tiene frente a Dios, contra el que se puede rebelar, la tiene el
personaje novelesco frente a su autor. En la novela Niebla, por ejemplo, el protagonista se rebela
contra el mismo Unamuno, resistiéndose a morir, como Unamuno le ordena.
Paz en la guerra: Es su primera novela. Incluía buena parte de sus recuerdos infantiles.
Desarrolla la “intrahistoria” galdosiana. Esta primera novela todavía responde al plan realista de
novela con un escenario concreto y unos ambientes reales y convenientemente descritos. Es un
relato de la guerra carlista unido a recuerdos de la niñez. El paisaje y los hombres se
compenetran. Es la novela menos típica de Unamuno, la más “tolstoyana”. En ella el verdadero
protagonista es la ciudad de Bilbao. Cuenta la vida colectiva y comunal del Bilbao de entonces,
el sentido de la vida cotidiana.
Amor y Pedagogía :Ya rompe con el realismo literario. Es una terrible crítica a la pedagogía
positivista. El tema de la novela es típico del fracaso y desengaño de los hombres del 98: Un
personaje prepara a su hijo para genio. A tal fin se dirige toda la enseñanza e impulso. Pero el
resultado es un fracaso. El hijo sale un degenerado y un suicida. Ante las críticas que la obra
alcanzó, que hicieron especial hincapié en que aquello no era una novela, el autor decidió llamar
a las suyas "nivolas" y definirlas como "relatos dramáticos acezantes, de realidades íntimas,
entrañadas, sin bambalinas ni realismos.
Niebla : En ella plantea Unamuno la libertad del individuo frente a un creador que puede
destruirlo cuando y como quiera. El personaje, es el hombre que no llega a querer ser y por lo
tanto, no “es”. Es una pura apariencia, un sueño, un “ente de ficción”. En la conciencia agónica
se encuentra el hombre resistiendo a la nada, pero en la conciencia de pérdida se siente el hombre
abandonado, radicalmente solo. La conciencia de pérdida implica la conciencia de límite;
solamente por el dolor se llega a la conciencia. La conciencia se manifiesta en el dolor, y éste es
dolor de pérdida, dolor de límite. La sensación del propio límite da conciencia de la personalidad
propia, distinta de la de los demás. Así Augusto Pérez sólo por el desengaño amoroso llega a
tener conciencia de sí, de sus límites y de su personalidad.
Abel Sánchez, una historia de pasión : Esta novela trata el tema de la envidia como la lacra
nacional. Unamuno: “Esta novela es el más doloroso experimento que haya yo llevado a cabo al
hundir el bisturí en el más terrible tumor comunal de nuestra casta española”
Tres novelas ejemplares y un prólogo : Plantea la posibilidad de ser por querer ser.
La Tía Tula : En su rivalidad con la hermana en vida, el triunfo es para Tula, que desprecia la
sexualidad de su hermana, pero le envidia su maternidad. Al final logra “robarle” los hijos sin
tener que pasar por el matrimonio ni el sometimiento sexual a un hombre. Es la Tía Tula una
novela de la envidia femenina, lo mismo que Abel Sánchez lo fue de la masculina. Tras la
muerte de Tula, los “hijos” seguirán hablando de “la Tía” y ya no se acordarán “de la madre que
los parió”.
San Manuel Bueno, mártir: San Manuel Bueno, mártir, es el hombre que de puro “querer
creer” logra mantener en un pueblo la fe que él mismo no tiene en realidad. Es el hombre de la fe
como ideal, de la fe ideal, de la fe agónica. Su lucha por el ideal de la fe es el origen de su
vigorosa personalidad.
Obra teatral:
La esfinge: Es un drama de la conciencia escindida. La agonía del hombre que no puede
elegir entre vivir para sí en la eternidad o vivir para los demás en la historia. La muerte es el
retorno a un imposible antes de la agonía, vuelta a la infancia, reino de la unidad perdida, tema
tan autobiográfico en Unamuno.
Soledad : Es un drama de la conciencia escindida. El sueño es para el protagonista un retorno
imposible a la unidad perdida, una tregua en la agonía. El personaje se entrega a la muerte o al
sueño sin haber superado la división interior, es el espectador quien debe realizar la síntesis.
Estos temas inspirarán más tarde el teatro de Antonio Buero Vallejo
Sombras de sueño y El otro : Sombras de sueño trata el mismo tema que la novela Niebla: la
persona. Dramáticamente mal ambientada, la obra trata del doble, que es para Unamuno el drama
del alma humana. La imposibilidad de conciliación de la conciencia dividida.
En este sentido su mejor drama es El otro, la versión teatral del tema de Abel Sánchez: la
envidia. Unamuno titula El otro como “Misterio en tres jornadas y un epílogo”. Es el misterio de
la personalidad, del sentimiento de nuestra identidad y continuidad individual y personal. Es la
“obsesión del misterio de la personalidad. Aquí como en Calderón, símbolo y acción permanecen
unidos: Lo simbólico es dramático y al revés.
Producción ensayística:
En torno al casticismo : Un intento de profundizar en el alma española. Tematiza los
fundamentos del 98: Castilla, los místicos, los males de España. En este su primer libro, intenta
Unamuno definir lo eterno y universal del espíritu español. En él plantea la distinción entre la
historia (los acontecimientos y cambios cronológicos e incidentales) y la intrahistoria (la
continuidad y lo esencial de los pueblos). Describe Castilla (paisaje, cultura, historia, gente,
pueblos y ciudades, etc.) para acercarse a la idea del casticismo español. “Castizo” significa
puro, exento de elementos extraños, relacionado con las viejas tradiciones, no contaminado. Pero
lo que está vivo es el presente y no se puede talar los árboles para que nos dejen ver el bosque.
Vida de Don Quijote y Sancho. Es un apasionado comentario al Quijote, tomándolo como
un símbolo del espíritu nacional y del anhelo español de inmortalidad, frente al racionalismo
europeo. Sirve como contraposición a la idea de la europeización de España. La independencia y
el voluntarismo de don Quijote representa el alma española, que rechaza la lógica para seguir su
propia fe y visión personal de la vida. El "problema de España" se debe, según Unamuno, a una
falta de "Quijotes"; hay que "rescatar el sepulcro del Caballero de la Locura del poder de los
hidalgos de la Razón."
Del sentimiento trágico de la vida en los hombres y en los pueblos : Dentro de su producción
filosófica, es la obra fundamental de Unamuno. Trata el tema de la inmortalidad y el conflicto
entre razón y fe, lógica y vida, inteligencia y sentimiento. La imposibilidad de reconciliar estos
extremos configura “el sentimiento trágico de la vida”, algo que distingue a los españoles de los
pueblos europeos. Razón y fe no pueden vivir una sin la otra, son dos enemigos que tienen que
apoyarse y asociarse, pero asociarse en lucha agónica.
JOSÉ MARTÍNEZ RUÍZ AZORÍN
Sus ideas políticas y religiosas evolucionan desde un anarquismo juvenil al
conservadurismo de su madurez. Su filosofía se centra cada vez más en una obsesión por el
tiempo, por la fugacidad de la vida… En su obra se observa una íntima tristeza, una melancolía
que fluye mansamente junto a un anhelo de apresar lo que permanece por debajo de lo que huye,
o de fijar en el recuerdo las cosas que pasaron. En definitiva, Azorín vive para evocar, es un
contemplativo.
Sus obras revelan preocupaciones de índole intelectual y moral. Su preocupación gira
en torno a tres grandes temas:
a) España: las ideas del autor a este respecto son las de su generación. Hay primero
un violento ataque a la tradición; luego un denodado esfuerzo por comprender y valorar el
pasado nacional e incorporar a nuestra sensibilidad cuanto no sea caduco.
b) La moral: su actitud es similar a la de Montaigne que le hace ver como valores
supremos la bondad, la comprensión, la tolerancia, prescindiendo de radicales afirmaciones de
orden metafísico o religioso. Frente a Unamuno, cree en el progreso pero no en el material sino
en el de la sensibilidad, para él la ilusión “es la verdad más alta porque nos sostiene y nos
consuela”
c) El tiempo: Toda su obra se halla impregnada de nostalgia: el recuerdo melancólico
de lo que desapareció para siempre- hombres, ciudades, hechos... pero en la vida cotidiana se
asegura la continuidad de lo humano
d) España y su paisaje: El autor describe con emoción la belleza de los pueblecitos de
castilla en los que el tiempo parece haberse detenido desde hace siglos.
Cultivó el ensayo y la novela, y prácticamente borra las fronteras entre ambos
géneros. En sus narraciones la intriga y la acción casi no cuentan. Aunque puso el subtítulo de
novela a unos quince libros, estos apenas se distinguen de sus ensayos. Las principales
cualidades de su estilo son la precisión y la claridad. De ahí el empleo de la palabra justa y de la
frase breve; en sus descripciones se observa una técnica miniaturista, por la atención al detalle, y
se anulan el movimiento y el tiempo, la narración se fragmenta en instantáneas que configuran
cuadros o fotografías que dispersan la atención del lector.. Sus novelas de esta época son de dos
tipos:
a) Aquellas en las que predominan los elementos autobiográficos y de impresiones
suscitadas por el paisaje. El protagonista es Antonio Azorín (del cual tomará su seudónimo),
personaje de ficción que se convierte en la conciencia de su creador. Estas novelas son un
pretexto para desarrollar las experiencias vitales y culturales del autor. A ella pertenecen La
voluntad, Antonio Azorín y Las confesiones de un pequeño filósofo.
b) En otras, Azorín abandona los elementos autobiográficos, si bien continúa
reflejando sus propias inquietudes a través de personajes míticos: la fatalidad, la obsesión por el
tiempo, el destino, etc. Una muestra de ello es Doña Inés. A esta misma etapa pertenece Don
Juan, basada en la conversión cristiana del mito
Dentro de su producción ensayística, cabe mencionar Al margen de los clásicos y La
ruta de Don Quijote. ...
Otras obras a destacar son: Libros de paisajes: Los pueblos, Castilla. y Teatro: Old
Spain, y Lo invisible.
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