Tema 1. La narrativa española de las primeras décadas del siglo XX

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IES Norba Caesarina. DEPARTAMENTO DE LENGUA Y LITERATURA.
LENGUA Y LITERATURA. 2º de Bachillerato. Tema 1. La narrativa española de las primeras décadas del siglo XX. La generación del 98: Azorín, Unamuno, Baroja. Las innovaciones narrativas de principios de siglo las marcan, entre otros, los novelistas de la llamada Generación del 98. Al margen del interrogante sobre si estos autores son una verdadera generación o no, o el de si Modernismo y 98 son corrientes independientes, la literatura de los autores del 98 está condicionada por dos factores: las corrientes de pensamiento irracionalistas de fin de siglo1 y el llamado “desastre del 98”2. En este contexto, los novelistas del 98 dejan sentir su pesimismo en su producción literaria (básicamente novela y ensayo). En sus escritos juveniles expresan su descontento con posturas radicales y rebeldes para la época, como la defensa del marxismo o el anarquismo, posturas que se van moderando al no ver atendidas sus denuncias. Ello les aboca al desengaño, aunque persiste siempre en ellos la preocupación por el país con una actitud más contemplativa y filosófica. Es esta fase de sus escritos la más productiva literariamente y gira en torno a dos temas: -­‐El tema de España. La preocupación por la decadencia y el atraso del país, y la necesidad de combatir estas lacras, con propuestas sobre educación, economía, progreso, democratización y europeización. También con la búsqueda de las raíces, de ahí la mirada hacia Castilla como un símbolo de la esencia de los españoles. -­‐Los conflictos religiosos y existenciales, que caracterizan la llamada crisis de la razón: preguntas sobre el sentido de la vida, el destino del hombre, Dios. Esta angustia vital será muy patente en Unamuno. Baroja, el más escéptico, declara que el mundo carece de sentido. Son asuntos tratados a menudo de forma angustiada, pero de formas diversas según el novelista o ensayista. INNOVACIONES EN LA NARRATIVA. En cuanto a los géneros cultivados por estos autores, todos presentan innovaciones, pero en especial, la novela. En 1902 se publicaron cuatro obras significativas: La voluntad, de Azorín; Camino de perfección, de Pío Baroja; Amor y pedagogía, de Unamuno y Sonata de otoño de Valle-­‐Inclán. Estas novelas son los testimonios más tempranos de las inquietudes del hombre contemporáneo e iniciaron un camino innovador, que introdujo rasgos en la narrativa como los siguientes: 1 Las corrientes de pensamiento de fin de siglo reaccionan contra el Positivismo y el Racionalismo que habían dominado en los siglos XVIII y XIX. Estas corrientes filosóficas sostenían el optimismo burgués que se basaba en el culto a la razón y el progreso como claves del destino del ser humano. Al tambalearse estas teorías, vuelven las preguntas sobre el sentido de la existencia, la inmortalidad, el tiempo, la idea de Dios, los valores morales. 2 La situación de inercia y el atraso del país en todos los ámbitos (político, cultural, científico, educativo…) muestra su miseria cuando en 1898 se produce el fracaso del ejército en Cuba, Filipinas y Puerto Rico. Se pierden las últimas colonias, se repatrían doscientos mil soldados que engrosan el número de parados y el golpe en la industria incipiente es incalculable. IES Norba Caesarina. DEPARTAMENTO DE LENGUA Y LITERATURA.
LENGUA Y LITERATURA. 2º de Bachillerato. -­‐La pérdida de relieve de la historia y el argumento, que llegan a no importar, ya que la novela se centra en el mundo interior del protagonista y en las ideas que ese mundo interior transmite. Los conflictos internos del personaje sirven para que el lector reflexione. -­‐La narración prescinde de la clásica división en capítulos: suele fragmentarse en estampas, producto de las percepciones del protagonista. La fragmentación, la elipsis, los saltos temporales, contribuyen a la indeterminación de los hechos narrados. -­‐El narrador tiende también a diluirse, aunque cuando aparece –sobre todo en el caso de Baroja-­‐ es un narrador subjetivo que no se ahorra juicios de valor sobre personajes situaciones. -­‐Cobra mucha importancia el diálogo en el que los personajes mantienen una dialéctica que sirve como batalla de ideas, especialmente en las novelas de Unamuno. -­‐Se rechaza el estilo de la generación literaria anterior (la retórica y la grandilocuencia), a favor de la sobriedad y la claridad. Al mismo tiempo, es una generación que contribuye a enriquecer el castellano buscando en las raíces populares. AUTORES. UNAMUNO, BAROJA Y AZORÍN. MIGUEL DE UNAMUNO (1864 -­‐1936) aporta a la narrativa un tipo de relato diametralmente opuesto al que estaban acostumbrados los lectores de la época. Defiende la novela como cauce para plantear problemas existenciales, de ahí que ni el argumento ni los caracteres de los personajes importen. Sí cobra una importancia fundamental el diálogo, que utiliza para tratar de resolver contradicciones y reflexionar sobre los asuntos que le preocupan: la existencia de Dios, la inmortalidad, el destino… La crítica no aceptó bien la estructura de sus primeras novelas, y el propio Unamuno las rebautizó como “nivolas”. Entre ellas, destacamos Amor y pedagogía, que mezcla lo trágico y lo cómico para demostrar que la ciencia no puede salvar al hombre de sus angustias; La tía Tula, donde la protagonista presenta un anhelo obsesivo de maternidad, tema ya esbozado en otros relatos de Unamuno; y San Manuel Bueno, mártir, la historia de Don Manuel, cura de aldea, que se debate entre propagar la mentira consoladora (la fe) o la verdad amarga (la soledad del hombre). JOSÉ MARTINEZ RUIZ, “AZORÍN” (1873-­‐1967) cultivó el ensayo y la novela, y prácticamente borra las fronteras entre ambos géneros. Azorín resulta inconfundible por su peculiar estilo: el impresionismo descriptivo, el uso de una frase corta y de sintaxis simple, la frecuencia de un léxico castizo… Sus novelas de esta época son de dos tipos: a) Aquellas en las que predominan los elementos autobiográficos y de impresiones suscitadas por el paisaje. El protagonista es Antonio Azorín (del cual tomará su seudónimo), personaje de ficción que se convierte en la conciencia de su creador. Estas novelas son un pretexto para desarrollar las experiencias vitales y culturales del autor. A ella pertenecen La voluntad (1902), Antonio Azorín (1903) y Las confesiones de un pequeño filósofo (1904). b) En otras, Azorín abandona los elementos autobiográficos, si bien continúa reflejando sus propias inquietudes a través de personajes míticos: la fatalidad, la obsesión por el tiempo, el destino, etc. Una muestra de ello es Doña Inés (1925). A esta misma etapa pertenece Don Juan (1922), basada en la conversión cristiana del mito. IES Norba Caesarina. DEPARTAMENTO DE LENGUA Y LITERATURA.
LENGUA Y LITERATURA. 2º de Bachillerato. PÍO BAROJA (1872-­‐1956) cultiva de forma casi exclusiva la narrativa (novela y cuento).
Defiende una novela abierta, ya que considera ésta como un fluir en sucesión («La novela en general es como la corriente de la historia: no tiene principio ni fin; empieza y acaba donde se quiera»), compone sus obras a través de una serie de episodios dispersos, unidos, muchas veces, por la presencia de un personaje central. La mayor parte de los personajes barojianos son seres inadaptados, que se oponen al ambiente y a la sociedad en la que viven, aunque impotentes, incapaces de demostrar energía suficiente para llevar lejos su lucha, acaban frustrados, vencidos y destruidos, en ocasiones físicamente, en muchas otras moralmente, y, en consecuencia, condenados a someterse al sistema que han rechazado. El escepticismo barojiano, su idea de un mundo que carece de sentido, su falta de fe en el ser humano le llevan a rechazar cualquier posible solución vital, ya sea religiosa, política o filosófica y, por otro lado, le conducen a un marcado individualismo pesimista. Baroja fue un “enfermo de la literatura” y de ahí su extensísima producción novelas que agrupó en nueve trilogías y una tetralogía. Entre ellas destacamos las siguientes:  Tierra vasca agrupa La casa de Aitzgorri (1900), El mayorazgo de Labraz (1903) y Zalacaín el aventurero (1909).  La lucha por la vida integra La busca (1904), Mala hierba (1904) y Aurora Roja (1904).  La raza está formada por El árbol de la ciencia (1911), La dama errante (1908) y La ciudad de la niebla (1909). 
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