PB7008 La Camara de Diputadoe en el nuevo espacio publico

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Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública
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EL NUEVO ESPACIO PÚBLICO Y LA
CÁMARA DE DIPUTADOS
Efrén Arellano Trejo
CONCLUSIONES
1.- Los medios de comunicación, y en general las tecnologías de la información, han impuesto a la política nuevas modalidades de actuación, lo cual ha impactado en los métodos y fuentes para garantizar su legitimidad.
2.-Los medios no definen por sí solos la agenda política, por lo que es necesario entender la forma de interacción
con la política y su impacto en la opinión pública.
3.- Un primer paso consiste en distinguir la videopolítica, que significa la adopción por parte de los políticos de
formatos y estilos de la publicidad comercial; y el periodismo de investigación, el cual se distingue por su independencia económica y su actitud crítica con respecto al poder político.
4.- Estos dos fenómenos, aunados a un contexto de mayor pluralidad partidista, han formado en México un espacio público político cada vez más competitivo, con protagonistas e intereses divergentes, que luchan por lograr
que sus mensajes ganen credibilidad y prominencia entre la opinión pública. Las versiones oficiales son, desde
hace varios años, sólo una más de las que circulan en este espacio.
5.- El periodismo de investigación tendría una primera zona de impacto entre los “ciudadanos mejor informados”, los cuales (de acuerdo con la teoría aquí revisada) sirven como un filtro de interacción entre los medios y la
opinión pública en materia de asuntos políticos.
6.- La población en general mantiene fuertes lazos de interacción horizontal, construye sus opiniones individuales a partir de los mensajes que emanan del espacio público, pero también a partir de su experiencia de vida, su
información de primera mano, sus vivencias en la calle y la información de los ciudadanos que la rodean.
7.- Aunque es necesario seguir realizando investigaciones sobre el papel que cumplen los “ciudadanos mejor
informados” en los procesos de formación de la opinión pública, en este ensayo se muestra que éstos tienen percepciones diferenciadas del resto de la población, en algunos rubros, lo que obliga a tener con ellos un tratamiento informativo diferente al del resto de la población.
8.- Los lectores de periódicos se caracterizan por lo siguiente:
a)
b)
c)
d)
Están más interesados en la política, más dispuestos a discutir y dar su opinión e interactúan más frecuentemente
con los medios.
Comparten la percepción general de que los partidos son necesarios para que el país funcione, tienen una mayor
tolerancia política y creen en mayor medida, en comparación con la población en general, que México vive en una
democracia.
Pese a ello, tienen un mayor escepticismo político: son más incrédulos con respecto a que los gobernantes les interese la opinión de la gente y más pesimistas con respecto a las oportunidades de empleo que tendrán sus hijos.
Con respecto a los diputados, existen indicios de que más de la mitad desconoce el funcionamiento básico de una
legislatura y de que están más convencidos de que los legisladores trabajan por los intereses de sus partidos y no de
la población. Este último aspecto contribuye a explicar, en alguna medida, las malas percepciones predominantes en
toda la población en torno a los diputados.
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Introducción
L
a vinculación entre gobernantes y ciudadanos
ha tenido en México cambios sustanciales en las dos
últimas décadas. Gran parte de esta transformación
se aprecia en las modalidades que ha adquirido la
comunicación política a través de los medios masivos
de difusión, en la cual paulatinamente se está asentando una nueva pluralidad: un número creciente de
medios sustenta su existencia en la abierta competencia por la audiencia, los actores políticos con capacidad para incidir en los medios se han diversificado y,
en gran medida debido a estos dos procesos, el conocimiento de la opinión pública y la interacción con ella
tienen un mayor peso en la definición de estrategias y
en la generación de consensos políticos.
Diversos análisis teóricos y empíricos han encontrado una convergencia y en ocasiones una relación
de causalidad entre la credibilidad y el creciente protagonismo de los medios y la erosión de la legitimidad
y la confianza en la política. Se han identificado fenómenos intra y extra nacionales que contribuyen a explicar esta vinculación.
Desde el ámbito externo, la globalización impone
múltiples retos para los cuales los Estados-nación no
parecen estar preparados; en particular, existe una
fuerte tensión entre las modalidades y promesas del
Estado de bienestar y las restricciones que impone la
economía global: la liberalización de las fronteras, la
reducción de subsidios y un mayor flujo de información y capitales, entre otros procesos, han reducido
los márgenes de actuación del Estado, el cual obtenía
su legitimidad, en gran medida, gracias a su capacidad de influencia sobre ellos.
Manuel Castells ha captado este fenómeno en
unas cuantas palabras: “la creciente incapacidad del
Estado para controlar los flujos de capital y garantizar
la seguridad social disminuye su importancia para el
ciudadano medio”.1
Boletín No. 7
Esta sola definición ya anticipa una serie de transformaciones en los fenómenos propios de la opinión
pública. Castells y otros autores han destacado diversos fenómenos transnacionales que influyen en la
configuración de una nueva opinión pública, tales como el creciente número de las interacciones de larga
distancia, la deslocalización de la producción de los
mensajes y la universalización de las coberturas.2
En una primera etapa, en los años cincuenta del
siglo pasado, las tecnologías de comunicación favorecieron un espacio de identificación nacional. Los medios lograron, como señala Martin Barbero, la
“transmutación de la idea política de nación en la idea
de experiencia vivida, de sentimiento y de cotidianidad.3 Hoy en día los medios imponen, en muchos
sectores de la población, el sentimiento de vivir en el
mundo, los riesgos internacionales son puestos y
compartidos en la sala de estar, las expectativas de
bienestar nacionales son comparadas y estimadas en
función de las que existen a nivel internacional.
En el ámbito interno del país la relación entre medios y política parece vivir etapas diferenciadas según
la esfera en la que nos ubiquemos. La pluralidad mediática, de la que hablé en el primer párrafo de este
ensayo, es más evidente en los medios impresos que
en los electrónicos, más asentada en ciertas regiones
y ciudades que en la totalidad de los estados.
Como en muchos otros países la influencia de los
medios en la política es también un problema de escala: para el caso de los temas y las elecciones locales, las estrategias y los cuadros partidistas mantienen una preeminencia indiscutible, para la definición y
el debate nacional, los medios resultan imprescindibles.
Diversos fenómenos llaman la atención sobre la
centralidad de los medios y su impacto en el entorno
legislativo. Por ejemplo, el surgimiento de una elite
política y mediática diferente a la de los parlamentarios y activistas de los partidos, la importancia
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creciente de las expresiones no electorales que ocurren en el espacio mediático y el tamaño cada vez
más significativo del votante flotante, expuesto a un
flujo continuo de información (proveniente no sólo de
los medios), a partir del cual define y permuta frecuentemente sus afinidades políticas.4
De manera más específica, el debate parlamentario dejó de concentrarse exclusivamente en los recintos legislativos. Los medios abrieron el debate y se
convirtieron en la arena del mismo, la relación entre el
Ejecutivo y el Legislativo dejó de normarse exclusivamente por las leyes y las ceremonias protocolarias
para asumir en muchas ocasiones las modalidades y
la dinámica de los medios.
Todos los fenómenos descritos con anterioridad
pretenden hacer evidente la necesidad e importancia
de conocer mejor los fenómenos propios de la opinión
pública. El objetivo central de este ensayo es ofrecer
un esquema básico del funcionamiento de la relación
entre medios y opinión pública, con énfasis en el papel que cumplen los llamados “ciudadanos mejor informados”.
Este sector de la población cumple, de acuerdo
con las teorías analizadas en las siguientes páginas,
un papel relevante en la configuración de la opinión
pública. En primer lugar porque incluye a la clase política y a los periodistas, pero es mucho más amplio
que estas elites, lo cual les otorga posiblemente un
papel prominente en diversos y amplios círculos sociales; en segundo porque se trata de un sector con
opiniones menos frágiles, más comprometido con la
democracia y al mismo tiempo más críticos con el
desempeño de los actores políticos.
Para lograr su objetivo este trabajo se encuentra
divido en tres apartados. En el primero de ellos se
hace una reflexión sobre la relación entre la crisis de
la política representativa y el papel de los medios; en
la segunda parte se ofrece un esquema para conocer
el funcionamiento de lo que otros autores han llamado
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el nuevo espacio público, en el cual se describe, entre
otras cosas, la relevancia que tienen los llamados
“sectores mejor informados”; en la tercera, y última
parte, se presenta una descripción de las características sociales e ideológicas que tienen en México dichos sectores.
1.- Crisis de la política representativa
Durante una visita a México, el ex presidente de Brasil
por dos periodos consecutivos y destacado sociólogo,
Fernando Henrique Cardoso, afirmó que América Latina ha logrado avances importantes en su proceso de
democratización. Se ha avanzado en libertad, pluralismo, secularización y en el fortalecimiento de la sociedad civil.5
Pese a lo anterior, explicó Cardoso, se ha producido una fuerte deslegitimación de los espacios institucionales. Hoy día, dijo, la legitimación del mando requiere un diálogo más intenso con la sociedad. La
legitimidad no proviene sólo del sufragio o de las leyes, por lo que es necesario poner en marcha lo que
él llamó una pedagogía democrática.
Fernando Henrique Cardoso, Juan Ramón de la Fuente y Alain Touraine, junio de 2005.
Cardoso ejemplificó lo anterior al señalar que las
iniciativas discutidas en el Congreso deben ser puestas al alcance de la gente, a través de Internet y de su
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Boletín No. 7
exhibición en todos los medios posibles. En tono jocoso, afirmó que si Stalin viviera querría tener un medio
de comunicación y ya no un partido político, debido a
que todo el proceso de legitimación pasa hoy en día
por los medios.6
La vinculación entre legitimidad política y medios
de comunicación es una preocupación ampliamente
compartida por académicos y políticos. Para Alain
Touraine la importancia adquirida por los medios tiene
una estrecha relación con la crisis de representatividad de la política. Este pensador, refiriéndose a su
país de origen, lo plantea de la siguiente forma:
La importancia del tema de la comunicación
política proviene del hecho de que manifiesta la decadencia y hasta la desaparición de
las ideologías políticas y de la capacidad de
representación del conjunto de la vida social por parte de los actores políticos. Los
derechos del hombre ya no pueden identificarse con los del ciudadano, y el Estado ya
no puede considerarse –con el nombre de
República— el principal defensor de las
libertades públicas; por último, el tema del
Estado nacional, es decir, del Estado identificado con la nación, ya no corresponde a la
experiencia francesa.
Raúl Trejo, en coincidencia con Touraine, señala que los medios no tendrían tanta relevancia, “si
entre políticos y ciudadanos no existiera la brecha
que se advierte en las sociedades contemporáneas –y que está muy ligada al descrédito que la
actividad política suele tener entre la población en
general”.9
A propósito del descrédito de la política, existe
un consenso en torno a los principales efectos de
los medios, que se resumen en los siguientes aspectos:
a) La personalización: la política aparece, más
que el terreno de los partidos o de la sociedad,
como un escenario de pugna entre personajes (o
de sus imágenes, cuya creación tiene mucho que
ver con los medios).
Si la comunicación política va creciendo en
importancia es porque la política no impone
ya principio alguno de integración o de unificación al conjunto de las experiencias sociales, y porque la vida pública invade por
todas partes la acción política.7
Hoy en día ningún grupo social parece portador de
intereses generales. El caso más significativo, dice
este autor, son los sindicatos, los cuales luchan legítimamente por los intereses de sus agremiados, pero
esas reivindicaciones ya no representan la lucha del
pueblo contra los grandes capitales o los monopolios.8
Alain Touraine, junio de 2005.
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Este fenómeno tiene como consecuencia que los
individuos tengan más peso que las explicaciones
sobre el Estado y la vida parlamentaria, conlleva a la
descontextualización de los problemas, al desdeño de
los datos abstractos y al olvido de los enfrentamientos
entre los grupos de interés y las fuerzas sociales.10
b) La espectacularización: llevada la política al terreno de los medios, los políticos procuran ofrecer
hechos con un alto potencial mediático, espectaculares y novedosos.
La cobertura informativa de la política se acerca
mucho a la forma en que se difunden encuentros deportivos o programas de variedades.
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rioriza la función comunicativa, hasta que termina viviendo de la imagen.
Al imponer sus modalidades a la política, los medios mueven el marco institucional de la democracia y
el desempeño de sus actores.
José Luis Exeni sostiene la hipótesis de que estamos asistiendo a una “crisis de una forma de representación (la del partido-Estado, en tal caso), la cual
está provocando el alumbramiento de modos distintos
–con nuevos escenarios, renovadas prácticas, cambio
de actores— de poner en práctica los principios del
gobierno representativo”.13
2.- La lógica del nuevo espacio público
c) La dramatización: muy ligada a la anterior, supone
el reemplazo de los argumentos por los recursos dirigidos a impactar emocionalmente. El discurso político
es sustituido por relatos simplistas y edificantes.11
Los fenómenos descritos en los párrafos anteriores
plantean la necesidad de contar con un esquema que
permita entender los mecanismos de interacción que
operan en la relación entre medios y política.
d) La fragmentación: los medios muestran sólo una
parte de la realidad y lo hacen tomando partido en
cada asunto que difunden.
Para ello resulta útil la propuesta de Heriberto Muraro, quien sostiene que es necesario distinguir dos
fenómenos distintos, pero que se retroalimentan mutuamente: la videopolítica y el periodismo de investigación.
La rapidez con que comunican los asuntos políticos y el formato utilizado, obliga a los medios a ser
ampliamente selectivos, pero además a utilizar criterios corporativos.
Como lo señala Raúl Trejo Delarbre, “la comunicación de masas es por definición autoritaria y se encuentra matizada por la perspectiva (corporativa y
personal, política, económica o cultural, geográfica y
generacional, etcétera) de quienes participan en el
proceso se selección y decisiones acerca de cada
noticia”.12
e) La sustitución: ésta ocurre en un doble sentido. El
comunicador termina con más credibilidad e influencia
que el parlamento o el gobernador; y el político inte-
La videopolítica se caracteriza, según este autor,
por una creciente dependencia de las instituciones
políticas –desde partidos y entidades gubernamentales hasta asociaciones gremiales— respecto de los
medios masivos de comunicación. Esta dependencia,
dice Muraro, “estaría normalmente asociada a la pérdida de interés de los dirigentes políticos por controlar
sus propios instrumentos de comunicación con la ciudadanía (por ejemplo, la prensa partidaria o las radios
oficiales), la adopción de formatos y estilos de mensajes tomados en préstamo de la publicidad comercial
(anuncios en televisión de pocos segundos) y la creación de equipos de especialistas en marketing electoral, en relaciones públicas y voceros de prensa”.14
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En cuanto al periodismo de investigación, éste se
identifica por su actitud crítica ante los políticos, que
en la práctica se traduce en comunicar al público aspectos de la vida pública que los dirigentes partidarios
o los funcionarios preferirían mantener bajo reserva.
En los Estados Unidos, por ejemplo, han sido célebres la difusión de “secretos de Estado” relacionados
con la guerra de Vietnam, el caso Watergate o, más
recientemente, las relaciones extramaritales de William Clinton.
Esta forma de periodismo, concluye Muraro, implica una competencia activa entre medios y políticos
por la conducción de la opinión pública: “el ejercicio
activo del poder del cuarto poder”. 15
Existen diversos procesos históricos que explican
el surgimiento del periodismo de investigación, entre
ellos el crecimiento demográfico, la mayor escolarización de la población, la rentabilidad de las empresas
que lo practican y, de manera destacada, la libertad
profesional de los periodistas sancionada por la ley.
Dentro de todos estos procesos existe un elemento
que conviene detallar porque contribuye a explicar la
dinámica actual de los medios. Se trata del predominio de lo que Muraro llama el “periodismo objetivo”.
El aspecto central de este periodismo es la sacralización de los hechos, lo cual ha institucionalizado un
conjunto de prácticas destinadas a provocar un efecto
de imparcialidad entre los consumidores de noticias.
El “periodismo objetivo”, dice Muraro, se caracteriza
por contrastar opiniones, planes y cifras oficiales con
otras fuentes, tales como las declaraciones de la oposición, los estudios de especialistas, el testimonio de
los directamente afectados y, entre cosas, la verificación de los propios acontecimientos.
Esta práctica tiene cuando menos tres importantes
efectos: uno, obliga a separar claramente la opinión
del diario (o de sus editorialistas) de aquella información puramente fáctica; dos, permite que sectores
sociales de muy diferente orientación política integren
Boletín No. 7
el mercado potencial de un mismo periódico, radioemisora o noticiero de televisión; y tres, promueve el
pluralismo dentro del medio.16
Muraro sostiene que en los llamados países del
Tercer Mundo el acceso de la población a emisiones
de radio y televisión ocurrió más rápidamente que la
alfabetización, lo cual alentó sistemas de información
de escasa o nula calidad. Sin embargo, sostiene este
autor, dichas tendencias se están revirtiendo y es posible observar sectores cada vez más amplios con un
mayor nivel educativo y capaces de interesarse en
asuntos políticos de su país o del exterior.
Como resultado del trabajo independiente de los
medios y la pluralidad de los actores políticos, el espacio público político se convierte en el “lugar” de
competencia entre diferentes tipos de actores que
toman la palabra para debatir cómo debe organizarse
la sociedad. Los principales protagonistas son políticos, periodistas, intelectuales, representantes autorizados de las corporaciones, voceros de lobbies de
empresarios y movimientos sociales.
En el esquema 1 es posible observar la topología
definida por Muraro. Los tres círculos del centro ilustran la sobreposición que existe entre la elite política y
Esquema 1
Topología del espacio público político
PERIODISTAS
CIUDADANOS
MEJOR
INFORMADOS
Periodistas
estrella
ELITE POLÍTICA
CIUDADANOS
PEOR
INFORMADOS
CLASE POLÍTICA
Oposición Oficialismo
EXCLUÍDOS
Fuente: Tomado de Heriberto Muraro, Políticos,
periodistas y ciudadanos, Fondo de Cultura Económica,
segunda reimpresión, Argentina, 2000, p. 68.
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Cuadro 1
En escala de clasificación como en l a escuela, donde 0 es nada y 10 es mucho, por favor dígame
¿Qué tanto confía en …?
La Iglesia
El Ejército
Los Medios de Comunicación
Instituto Federal Electoral
La Comisión Nacional de Derechos Humanos
El Presidente de la República
La Suprema Corte de Justicia
Los Empresarios
Los Partidos Políticos
Los Senadores
Los Sindicatos
La Policía
Los Diputados
Abr 04
7.7
7.5
7
6.7
6.1
5.7
5.3
4.7
4.7
4.8
5
4.2
Ago 04
7.6
7
6.8
6.6
6.2
5.8
6
5.7
4.9
5.2
5.2
4.8
4.6
Sep 04
7.7
7.7
7.1
7
7.1
6.3
6.3
5.7
5.1
5.3
5.1
5
4.7
Mar 05
8.2
7.8
7.4
7.4
7.4
6.5
6.5
6.1
5.4
5.4
5.3
5.2
4.9
Fuente: Consulta Mitofsky, encuestas nacionales en viviendas, www.consulta.com.mx, fecha de consulta: 10 de
junio de 2005.
los “periodistas estrella”, cuyas opiniones tienen peso
en la conformación de corrientes de opinión y que se
distinguen de aquellos que sólo son redactores o recopiladores de información.
De acuerdo con el esquema de Muraro, los sectores “mejor informados” son aquellos que “son lectores
de las noticias políticas de los diarios y destinan una
parte importante de su tiempo a comentar esos temas
con terceros”. Los principales protagonistas del debate público-político son de hecho subconjuntos del círculo de ciudadanos “mejor informados”.
En términos de los fenómenos de opinión pública,
resulta relevante la distinción de los ciudadanos
“mejor informados”. ¿Es posible identificar a este sector en México?; de ser el caso, ¿cuáles son sus características socio-demográficas? y, tal vez más importante, ¿es posible pensar que tengan opiniones y
actitudes diferenciadas del resto de la población? La
siguiente sección de este ensayo pretende dar respuesta a estas interrogantes.
3.- Información y líderes de opinión
Habría que iniciar esta sección por destacar el papel
predominante de los medios, y particularmente de la
televisión, en la conformación de los fenómenos de
opinión pública. En México, como en muchos otros
países, la mayoría de la población (entre 60 y 80 por
ciento), cuando se informa, lo hace a través de la televisión.
Este medio ha adquirido una mayor influencia entre la población y, junto con otros medios, goza de
una amplia confianza entre la ciudadanía, sobre todo
si se compara con la existente en las instituciones
políticas (ver cuadros 1 y 2).
¿Qué tan determinantes son los medios en la configuración de las opiniones ciudadanas? Existen al
respecto dos grandes enfoques que en alguna medida pueden ser complementarios.
El primer enfoque sostiene que los medios, y en
particular la televisión, “se debe considerar no como
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Boletín No. 7
Cuadro 2
Medios preferentes de información
Febrero de
1996
Diciembre de
1999
Nov-Dic de
2001*
Febrero de Mayo-Junio de
2003
2003**
¿Por qué medio se entera usted principalmente de lo que pasa en política?
Periódicos
10.1
11
20
9.6
5.3
Radio
16.7
14
27
22.1
11.3
Televisión
58.6
74
80
60.1
81.0
Rumores o comentarios
5.8
N/A
9
2.2
N/A
Revistas
N/A
N/A
N/A
0.4
N/A
Todos
6.2
N/A
N/A
N/A
N/A
Ninguno
0.5
N/A
N/A
N/A
N/A
No me interesa
0.9
1
N/A
3.4
N/A
Otros y Ns/Nc
Total
1.2
100
N/A
100
1
N/A
2.2
100
2.4
100
Porcentajes
Fuentes: ver anexo al final de este ensayo.
* Con opciones para contestar sí o no
** En este caso la pregunta fue “¿cuál es el medio de comunicación que más utiliza para informarse?”.
un medio que representa el acontecimiento, sino como un medio que construye la experiencia de ese
acontecimiento para la mayoría de la población”. Esta
tesis destaca el papel de los medios en “performar”
los acontecimientos y, a partir de ello, de conferirle
existencia.17
Un segundo enfoque plantea que los consumidores de noticias no están inermes frente a los mensajes mediáticos. En primer lugar, como ya se explicó
en párrafos anteriores, porque en el espacio público
político actúan protagonistas con intereses divergentes, lo que ocasiona que se trate de un espacio frecuentemente contradictorio y competitivo.18
En segundo lugar porque el mundo de los medios
es sólo uno de los muchos ámbitos en los cuales se
mueven los actores sociales. Los investigadores de
opinión han probado, explica Muraro, que la mayoría
de los ciudadanos producen y justifican sus opiniones
con base en información de primera mano, tales como
comentarios de vecinos, vivencias en la calle y sus
propias experiencias, entre otros.19
En tercer lugar porque existe una fuerte interacción horizontal de los individuos. Esta interacción se
manifiesta, dice Muraro, en la capacidad de los ciudadanos para generar consensos por fuera del circuito
(a veces muy cerrado) establecido entre políticos y
periodistas.20 En un estudio realizado durante las
elecciones presidenciales de Estados Unidos en
1940, Lazarsfeld, Berelson y Gaudet encontraron que
las ideas fluyen de los medios de comunicación a los
“líderes de opinión” y de ellos a la parte más activa de
la población. Estos líderes son diferentes a las elites
políticas y económicas.
A continuación se presenta una descripción de lo
que podemos considerar el sector de ciudadanos
“mejor informados” en México, que obviamente no
coincide con los “líderes de opinión” definidos por La-
Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública
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zarsfeld (si bien es posible pensar que guardan relación), pero que cumplen la función definida por Muraro dentro en el esquema del espacio público político.
perfil de estos usuarios de medios, habida cuenta de
las diferencias entre las frecuencias porcentuales encontradas en diversas preguntas, tal como se detalla
más adelante.
Los sectores mejor informados
Tal vez no esté por demás subrayar que mucha
gente se informa simultáneamente a través de radio,
televisión y prensa escrita. El análisis que desarrollaré
a partir de este momento, si bien no hace explícita
esta situación en todos los casos, se referirá al medio
que las personas dijeron utilizar con mayor frecuencia.
Es posible identificar una gran similitud entre los lectores de periódicos en México y las actitudes definidas
para los sectores “mejor informados”, pues se trata de
una población con mayor interés y proclividad a participar en la política (en comparación con aquellos que
utilizan preferentemente la radio o la televisión para
informarse).
Una encuesta levantada en diciembre de 2003
reportó que en el país existe un 16 por ciento de la
población que lee diario el periódico y que a medida
que aumentan los niveles de escolaridad y de ingreso
se incrementa el uso de este medio.21
Como se observa en el cuadro 2, los estudios realizados en años anteriores difieren sobre el porcentaje
de la población que se informa preferentemente a
través de los periódicos. Sin embargo, si se eliminan
los porcentajes más alto y más bajo de las cinco encuestas ahí resumidas, es posible encontrar un rango
de coincidencia de entre 9 y 11 por ciento que se informa principalmente a través de los diarios.
Los resultados que se ofrecen a continuación se
obtuvieron con base en el análisis de la Segunda Encuesta Nacional sobre Cultura Política y Prácticas
Democráticas (ENCUP), levantada en febrero de
2003 y coordinada por la Secretaría de Gobernación
(la ficha técnica se puede consultar al final de este
ensayo). Esta encuesta reportó un porcentaje de 9.6
como el sector que se informa preferentemente por
los periódicos.
Si bien no es posible establecer una relación de
causalidad entre el consumo de medios y las opiniones políticas de la población, sí es posible elaborar un
a) El lector de periódicos tiene más interés y proclividad a participar en política
A partir de segmentar a la población en función del
medio que utiliza preferentemente para informarse,
una de las mayores diferencias observadas para el
caso de quienes utilizan el periódico fue la disposición
de los entrevistados para participar en conversaciones sobre política.
Tal como se puede observar en el cuadro 3, quienes utilizan el periódico están dispuestos a discutir y
dar su opinión sobre política en alrededor de 20 puntos porcentuales más que aquellos que utilizan radio o
televisión (véase en particular las cifras en negritas).
En concordancia con esta tendencia, los lectores
de periódicos manifestaron tener un mayor interés en
la política. Tal como se puede observar en el cuadro
4, considerando sólo a este sector, 24 por ciento dijo
tener “mucho” interés en la política, 17 por ciento más
que los que ven televisión y 14 por ciento más en
comparación con los que escuchan radio.
En los tres casos los porcentajes son muy bajos, lo
cual se explica en alguna medida al considerar que en
el conjunto de la población existe muy poco interés en
la política, 9 de cada diez personas dijeron que la política les interesa “poco” o “nada”.
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Boletín No. 7
Cuadro 3
Por lo general, cuando está conversando con algunas personas y éstas empiezan a hablar de política. ¿Qué
hace usted?, según medio más usual utilizado para informarse
Medio*
Radio
Televisión
Periódicos
Total de entrevistados
Deja de poner atención cuando empiezan a hablar de política
Usualmente escucha, pero nunca participa en la discusión
Generalmente participa en la discusión
y da su opinión
A veces da su opinión
11.2
55.1
28.4
2.5
11.8
53.0
30.1
3.2
9.2
37.1
49.9
2.3
13.2
51.1
29.9
3.0
Fuente: elaboración propia con base en ENCUP 2003.
* Para cada fila, sumando otras respuestas y “no sabe” o “no contestó” suma 100%
La mayor disposición a participar en política por
parte de los lectores de periódicos lo corrobora el
siguiente dato: 17 por ciento de este sector dijo haber
llamado alguna vez a un programa de radio o televisión para resolver algún problema individual o social.
Este porcentaje es seis puntos mayor con respecto a
quienes utilizan radio y diez puntos con respecto a
quienes utilizan televisión. La población en general,
dijo haber realizado alguna vez esta acción en un 9
por ciento de los casos.
b) Los lectores de periódicos tienen un poco más
de conocimiento sobre los diputados
Habría que tratar de explicar con detenimiento por qué
pese al mayor interés por la política y a la mayor disposición para participar por parte de los lectores de periódicos, el conocimiento certero del periodo lectivo de un
diputado no sea mucho mayor que el mostrado por
quienes consumen radio o televisión.
Así, como se observa en el cuadro 5, quienes respondieron acertadamente esta respuesta son menos de
la mitad del total de quienes leen periódicos, nueve
puntos más de quienes ven televisión y solo seis más
de quienes escuchan radio. Este dato podría explicarse de alguna manera si se considera que las actividades legislativas son en alguna medida la parte menos
visible para la ciudadanía.
Cuadro 4
En general ¿Qué tan interesado esta usted en la política?, según medio más usual utilizado para informarse
Medio*
Televisión
Radio
Periódicos
Total de entrevistados
Mucho
Poco
Nada
7.1
53.7
36.6
11.1
52.9
31.9
24.7
49.3
21.7
50.6
9.6
Fuente: elaboración propia con base en ENCUP 2003.
* Para cada fila, sumando otras respuestas y “no sabe” o “no contestó” suma 100%
36.2
Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública
Pág. 97
Cuadro 5
¿Sabe usted cuánto duran los Diputados Federales en el cargo?,
según medio más usual utilizado para informarse
Medio*
Televisión
Radio
Periódicos
Total de entrevistados
Respuesta correcta
Respuesta incorrecta
Dijo “no saber”
36.5
25.8
37.5
41.7
21.1
37.1
47.9
24.7
27.4
37.1
24.6
37.9
Fuente: elaboración propia con base en ENCUP 2003.
* Para cada fila, sumando “no contestó” suma 100%
c) Los lectores de periódicos están más convencidos de la democracia en México, pero son mucho
más escépticos del papel que están jugando los
partidos
Considerando a toda la población en general, a la
pregunta “¿Está de acuerdo en que México vive una
democracia?”, 45 por ciento dijo “sí” o “sí en parte”.
Un porcentaje similar se observa entre quienes se
informan preferentemente a través de radio o televisión; en cambio, entre quienes leen periódico este
porcentaje llega a 56 por ciento.
Adicionalmente se puede observar que 48 por
ciento de la población en general consideró que los
partidos políticos son muy necesarios para que el país
mejore. Un porcentaje muy similar se observa para
cada uno de los sectores que se informan a través de
periódicos, radio o televisión.
Lo anterior adquiere relevancia al observar el cuadro 6, en el que se constata que la mayoría de los
lectores de periódicos, 70 por ciento, creen que a la
hora de legislar “los diputados toman más en cuenta
los intereses de sus partidos que los intereses de la
población”.
Este porcentaje resulta 17 puntos mayor que el
observado en el conjunto de la población, 16 puntos
en comparación con los que ven televisión y 20 puntos más que los que escuchan radio.
Es decir, si bien los lectores de periódicos tienen
un mayor aprecio por la democracia que se vive en
México, su posición resulta más crítica que el resto de
los sectores de la población, con respecto a la representatividad con que se desenvuelven los diputados.
Las observaciones derivadas del cuadro anterior
se corroboran al analizar las respuestas a la pregunta
“¿qué tanto cree que a los gobernantes les interesa lo
que piensa la gente como usted?”. La mayoría de la
población, 55 por ciento, dijo que “poco”.
Esta apreciación crítica sobre el funcionamiento de
la política es compartida en porcentajes similares por
quienes escuchan radio (51%) o ven televisión (57%).
En cambio, entre los lectores de diarios este porcentaje llega a 63 por ciento.
d) Los lectores de periódicos son más pesimistas
con respecto al futuro de sus hijos
Una de las características más sobresalientes de
quienes desconfían de los legisladores en México es
la mayor incertidumbre que guardan con respecto a
las oportunidades que tendrán sus hijos en el futuro.
Pág. 98
Boletín No. 7
Cuadro 6
Al elaborar las leyes, ¿Qué es lo que los diputados toman más en cuenta?,
Según medio más utilizado para informarse
Medio*
Radio
Televisión
Periódicos
Total de entrevistados
Los intereses de la
población
Los intereses de sus
partidos
Los intereses del
Presidente
Sus propios intereses
18.6
49.2
14.0
11.2
14.3
53.0
13.4
14.4
8.7
69.2
9.1
8.7
14.3
52.5
13.2
13.1
Fuente: elaboración propia con base en ENCUP 2003.
* Para cada fila, sumando otras respuestas y “no sabe” o “no contestó” suma 100%
Los lectores de periódicos, en comparación con
los consumidores de otros medios, también son más
escépticos con respecto al futuro de las próximas generaciones.
Ante la pregunta, “cree usted que en el futuro sus
hijos tendrán más oportunidades o menos oportunidades que usted para tener empleo?”, el 35 por ciento
de la población en general dijo que “habrá menos”;
porcentajes similares se observaron entre quienes
utilizan radio (31%) y televisión (35%). En cambio,
para los consumidores de diarios, este porcentaje se
ubicó en 43 por ciento.
e) Los lectores de periódicos muestran una mayor tolerancia política
El cuadro 7 permite hacer varias lecturas con respecto a la mayor tolerancia política que muestran los lectores de periódicos en comparación con la tolerancia
mostrada por la población en general y los consumi-
Cuadro 7
De la lista que le voy a leer, en su opinión dígame
¿Quiénes sí deberían participar en la política y quienes no? (incluye solo a quienes dijeron sí)
(a)
Radio
(b)
Televisión
(c)
Periódicos
Los indígenas
Los profesores
Los profesionistas
82.5%
65.7%
80.3%
87.4%
58.8%
77.7%
93.8%
73.1%
89.0%
(d)
Total de entrevistados
81%
61%
78%
Los jóvenes
Las mujeres
Los empresarios
Los artistas
Los homosexuales
Los periodistas
Los sacerdotes
Los militares
81.4%
84.5%
68.7%
42.2%
51.1%
61.4%
23.9%
54.7%
85.1%
86.9%
68.4%
36.5%
52.6%
61.1%
16.8%
49.2%
94.5%
93.8%
76.0%
44.7%
57.1%
62.8%
17.8%
40.2%
84%
85%
68%
38%
52%
60%
19%
49%
Fuente: elaboración propia con base en ENCUP 2003.
(c) – (d)
12.80%
12.10%
11.00%
10.50%
8.80%
8.00%
6.70%
5.10%
2.80%
-1.20%
-8.80%
Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública
dores de otros medios. La pregunta planteada estuvo
dirigida a indagar, en opinión de los entrevistados,
quienes sí deberían participar en política y quiénes
no.
Lo primero que habría que destacar es la tolerancia de la mayoría de la población mexicana para permitir la participación de todos los sectores sociales en
política, a excepción de los sacerdotes, los militares y
los artistas. No deja de llamar la atención que, como
se vio en el cuadro 1 de este documento, los primeros
dos sectores, sean los que gozan de mayor credibilidad y confianza entre la ciudadanía.
El segundo elemento a observar es que entre
quienes leen periódicos existe una tolerancia aún mayor de la observada en el conjunto de la población. La
excepción son los sacerdotes, en cuyo caso se observan casi los mismos porcentajes; y los militares, dado
que los consumidores de diarios rechazan su participación en ocho puntos porcentuales más que el total
de la población.
Así, los lectores de periódicos perciben la necesidad de que los indígenas, los profesores, los profesionistas y los jóvenes participen en política en 10 puntos porcentuales o más que el total de la población en
general.
Comunicación y legitimidad
Pág. 99
hechos compiten con versiones provenientes de la
oposición y de los propios medios. El espacio público
es cada vez más competido y diversificado.
A la vista del impacto de los medios en la opinión
pública, necesariamente a través de efectos limitados,
algunos autores han advertido sobre la consolidación
de un liderazgo político compartido, debido a que los
medios han rebasado su carácter de intermediarios
en la transmisión de la información, para asumir un
papel determinante en el devenir de la política, debido
fundamentalmente a su capacidad para influir en la
opinión pública.23
Yolanda Meyenberg sostiene que en la dinámica
contemporánea la legitimidad no descansa sólo en la
autoridad del político sino que obedece a una diversificación de fuentes, entre las cuales están incluidas la
comunicación política y la suplantación de los hechos
por los relatos mediáticos.
Hoy en día, los medios masivos tienen un papel
central en la socialización política y por ende en la
construcción o en la erosión de las creencias que nutren la legitimidad de un régimen. Es posible coincidir
en que la legitimidad política se está transformando,
de ser la creencia en el gobierno como la mejor forma
de organización política, para ser remplazada, en alguna medida, por las percepciones y las intuiciones
individuales formadas a partir de los diversos estímulos que recibe el ciudadano.24
Dice Seymour Martin Lipset que “las crisis de legitimidad constituyen fundamentalmente un fenómeno histórico reciente, subsiguientes a la aparición de profundas divergencias entre grupos que se hayan capacitados, debido a la comunicación de masas, para organizarse en torno de valores diferentes a los que previamente eran considerados como los únicos aceptables”.22
•
En el México de hoy es posible observar que las
cifras, el discurso y las versiones oficiales sobre los
Instituto Federal Electoral e Instituto de Investigaciones Sociales-UNAM, La reforma electoral y su
contexto sociocultural, encuesta nacional en vivienda, 3 mil 505 casos, levantada en febrero de
1996, con un nivel de confianza de 95 por ciento.
•
Secretaría de Gobernación, Primera Encuesta Na-
Ficha técnica de las encuestas utilizadas
Pág. 100
cional sobre Cultura Política y Prácticas Ciudadanas, encuesta nacional en vivienda, 4 mil 183 casos, levantada en noviembre y diciembre de
2001, margen de error de 1.7%, con un nivel de
confianza de 90%.
•
Secretaría de Gobernación, Segunda Encuesta
Nacional sobre Cultura Política y Prácticas Ciudadanas (ENCUP-2003), encuesta nacional en vivienda, 4 mil 580 casos, levantada en febrero de
2003, margen de error de 5.2%, con un nivel de
confianza de 90%.
•
Centro de Investigación y Docencia Económicas,
Tercera Encuesta Nacional Electoral, encuesta
nacional en vivienda, 2 mil casos, levantada entre
el 19 y el 26 de julio de 2003, margen de error de
+/-3%, con un nivel de confianza de 95%.
•
Instituto Federal Electoral e Instituto de Investigaciones Sociales-UNAM, La naturaleza del compromiso cívico, encuesta nacional en vivienda, 5 mil
casos, levantada en mayo y junio de 2003, margen de error de +/-3%, nivel de confianza de 95
por ciento.
NOTAS
1. Manuel Castells, La era de la información. Economía, sociedad y cultura, Vol. 2 “El poder de la
identidad”, Alianza Editorial, p. 342.
2. Emili Prado, “Nuevas tecnologías e interactividad: gran almacén universal virtual”, en Diálogos
de la comunicación, número 48, octubre de 1997,
pp. 89-95 y María Eugenia Valdés Vega, “Poder
político y medios de comunicación: el caso de los
videoescándalos en México”, en Luis Maira,
et.al., Democracia y medios de comunicación,
colección Sinergia, núm. 4, Instituto Electoral del
Distrito Federal, México, 2004, pp. 132.
Boletín No. 7
3. Citado por David Morley, Televisión, audiencias y
estudios culturales, Amorrortu editores, Argentina, 1992, p. 389.
4. Un excelente análisis de estos temas puede encontrarse en José Luis Exeni R., “Acción mediática en tiempo de elecciones: los (des) enlaces
entre comunicación y política”, en Yolanda Meyenberg Leycegui (coordinadora), El dos de julio:
reflexiones posteriores, Flacso-IIS-UNAM, México, 2001, p 108.
5. Existen datos empíricos que muestran los avances y los desafíos de la democracia en México; al
respecto, puede consultarse Centro de Estudios
Sociales y de Opinión Pública de la Cámara de
Diputados, Indicadores de gobernabilidad y democracia, mayo de 2005, disponible en
w w w . d i p u t a d o s . g o b . m x /
cesop/documentos/Temas de la agenda legislativa en el debate público.
6. Participación de Fernando Henrique Cardoso en
la mesa redonda “El futuro de la democracia”,
organizada como parte del 75 aniversario del
Instituto de Investigaciones Sociales, en Ciudad
Universitaria, Distrito Federal, México, 8 de junio
de 2005. Una reseña más amplia de esta mesa
puede encontrarse en Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública, de la Cámara de Diputados, Gobernabilidad y reforma política, junio de
2005, disponible en www.diputados.gob.mx/
cesop/documentos/Temas de la agenda legislativa en el debate público.
7. Alain Touraine, “Comunicación política y crisis de
representatividad”, en Jean Marc Ferry, Dominique Wolton y otros, El nuevo espacio público,
Col. El mamífero parlante, Gedisa editorial, Barcelona, segunda edición, 1995, pp. 55 y 56.
8. Ibid, p. 48.
9. Raúl Trejo Delarbre, “Democracia cercada: política y políticos en el espectáculo mediático”, en
AAVV, Democracia y medios de comunicación,
colección Sinergia, núm. 4, Instituto Electoral del
Distrito Federal, México 2004, p. 97.
Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública
10.Cfr. Gingras, Anne-Marie, “El impacto de las comunicaciones en las prácticas políticas”, en
Gauthier Gilles, Gosselin André y Mouchon Jean
(comps.), Comunicación y política; Gedisa, editorial, Colección El Mamífero Parlante, Barcelona,
1998, pp. 34 a 40; y José Luis Exeni, op. cit., pp.
108-110.
11.Jean Mouchon, Política y medios. Los poderes
bajo influencia, Gedisa editorial, colección El mamífero parlante, España, 1999, p. 16.
12.Raúl Trejo Delarbre, “Democracia cercada: política y políticos en el espectáculo mediático”, op.
cit., p. 102.
13.José Luis Exeni R., op. cit., p. 107.
14.Heriberto Muraro, Políticos, periodistas y ciudadanos, Fondo de Cultura Económica, segunda
reimpresión, Argentina, 2000, p. 12.
15.Ibid., pp. 15-16.
16.Ibid., p. 52.
17.David Morley, op. cit, p. 416.
18.Dominique Wolton, en una definición influyente
en el ámbito académico, concibe a la comunicación política como “el espacio en que se intercambian los discursos contradictorios de los tres
actores que tienen legitimidad para expresarse
públicamente sobre política, y que son los políticos, los periodistas y la opinión pública a través
Pág. 101
de los sondeos”. Cfr. Dominique Wolton, “La comunicación política: construcción de un modelo”,
en Jean-Marc Ferry, et. al., El nuevo espacio público, Gedisa editorial, Col. El mamífero parlante,
Barcelona, 1995, p. 31.
19.Heriberto Muraro, op. cit., p. 98. El autor retoma
en este caso la teoría del “mundo de la vida” o de
la construcción social de la realidad de Alfred
Schutz y Thomas Luckmann, Las estructuras del
mundo de la vida, Buenos Aires, 1977.
20.De hecho, para Muraro la opinión pública no es
repertorio de ideologías, valores o representaciones fijas, sino un trabajo de generación de consensos.
21.Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, Encuesta Nacional de Prácticas y Consumo Culturales, México, 2004, disponible en
www.conaculta.gob.mx, fecha de consulta julio
de 2005.
22.Seymour Martin Lipset, El hombre político. Las
bases sociales de la política, Red Editorial Iberoamericana, México, p. 67.
23.Yolanda Meyenberg, “Imagen mediática: la influencia de la comunicación en la definición de
nuevas formas de liderazgo”, en AAVV, Democracia y medios de comunicación, op. cit., p. 89.
24.Ibid, p. 79.
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