Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública Pág. 87 EL NUEVO ESPACIO PÚBLICO Y LA CÁMARA DE DIPUTADOS Efrén Arellano Trejo CONCLUSIONES 1.- Los medios de comunicación, y en general las tecnologías de la información, han impuesto a la política nuevas modalidades de actuación, lo cual ha impactado en los métodos y fuentes para garantizar su legitimidad. 2.-Los medios no definen por sí solos la agenda política, por lo que es necesario entender la forma de interacción con la política y su impacto en la opinión pública. 3.- Un primer paso consiste en distinguir la videopolítica, que significa la adopción por parte de los políticos de formatos y estilos de la publicidad comercial; y el periodismo de investigación, el cual se distingue por su independencia económica y su actitud crítica con respecto al poder político. 4.- Estos dos fenómenos, aunados a un contexto de mayor pluralidad partidista, han formado en México un espacio público político cada vez más competitivo, con protagonistas e intereses divergentes, que luchan por lograr que sus mensajes ganen credibilidad y prominencia entre la opinión pública. Las versiones oficiales son, desde hace varios años, sólo una más de las que circulan en este espacio. 5.- El periodismo de investigación tendría una primera zona de impacto entre los “ciudadanos mejor informados”, los cuales (de acuerdo con la teoría aquí revisada) sirven como un filtro de interacción entre los medios y la opinión pública en materia de asuntos políticos. 6.- La población en general mantiene fuertes lazos de interacción horizontal, construye sus opiniones individuales a partir de los mensajes que emanan del espacio público, pero también a partir de su experiencia de vida, su información de primera mano, sus vivencias en la calle y la información de los ciudadanos que la rodean. 7.- Aunque es necesario seguir realizando investigaciones sobre el papel que cumplen los “ciudadanos mejor informados” en los procesos de formación de la opinión pública, en este ensayo se muestra que éstos tienen percepciones diferenciadas del resto de la población, en algunos rubros, lo que obliga a tener con ellos un tratamiento informativo diferente al del resto de la población. 8.- Los lectores de periódicos se caracterizan por lo siguiente: a) b) c) d) Están más interesados en la política, más dispuestos a discutir y dar su opinión e interactúan más frecuentemente con los medios. Comparten la percepción general de que los partidos son necesarios para que el país funcione, tienen una mayor tolerancia política y creen en mayor medida, en comparación con la población en general, que México vive en una democracia. Pese a ello, tienen un mayor escepticismo político: son más incrédulos con respecto a que los gobernantes les interese la opinión de la gente y más pesimistas con respecto a las oportunidades de empleo que tendrán sus hijos. Con respecto a los diputados, existen indicios de que más de la mitad desconoce el funcionamiento básico de una legislatura y de que están más convencidos de que los legisladores trabajan por los intereses de sus partidos y no de la población. Este último aspecto contribuye a explicar, en alguna medida, las malas percepciones predominantes en toda la población en torno a los diputados. Pág. 88 Introducción L a vinculación entre gobernantes y ciudadanos ha tenido en México cambios sustanciales en las dos últimas décadas. Gran parte de esta transformación se aprecia en las modalidades que ha adquirido la comunicación política a través de los medios masivos de difusión, en la cual paulatinamente se está asentando una nueva pluralidad: un número creciente de medios sustenta su existencia en la abierta competencia por la audiencia, los actores políticos con capacidad para incidir en los medios se han diversificado y, en gran medida debido a estos dos procesos, el conocimiento de la opinión pública y la interacción con ella tienen un mayor peso en la definición de estrategias y en la generación de consensos políticos. Diversos análisis teóricos y empíricos han encontrado una convergencia y en ocasiones una relación de causalidad entre la credibilidad y el creciente protagonismo de los medios y la erosión de la legitimidad y la confianza en la política. Se han identificado fenómenos intra y extra nacionales que contribuyen a explicar esta vinculación. Desde el ámbito externo, la globalización impone múltiples retos para los cuales los Estados-nación no parecen estar preparados; en particular, existe una fuerte tensión entre las modalidades y promesas del Estado de bienestar y las restricciones que impone la economía global: la liberalización de las fronteras, la reducción de subsidios y un mayor flujo de información y capitales, entre otros procesos, han reducido los márgenes de actuación del Estado, el cual obtenía su legitimidad, en gran medida, gracias a su capacidad de influencia sobre ellos. Manuel Castells ha captado este fenómeno en unas cuantas palabras: “la creciente incapacidad del Estado para controlar los flujos de capital y garantizar la seguridad social disminuye su importancia para el ciudadano medio”.1 Boletín No. 7 Esta sola definición ya anticipa una serie de transformaciones en los fenómenos propios de la opinión pública. Castells y otros autores han destacado diversos fenómenos transnacionales que influyen en la configuración de una nueva opinión pública, tales como el creciente número de las interacciones de larga distancia, la deslocalización de la producción de los mensajes y la universalización de las coberturas.2 En una primera etapa, en los años cincuenta del siglo pasado, las tecnologías de comunicación favorecieron un espacio de identificación nacional. Los medios lograron, como señala Martin Barbero, la “transmutación de la idea política de nación en la idea de experiencia vivida, de sentimiento y de cotidianidad.3 Hoy en día los medios imponen, en muchos sectores de la población, el sentimiento de vivir en el mundo, los riesgos internacionales son puestos y compartidos en la sala de estar, las expectativas de bienestar nacionales son comparadas y estimadas en función de las que existen a nivel internacional. En el ámbito interno del país la relación entre medios y política parece vivir etapas diferenciadas según la esfera en la que nos ubiquemos. La pluralidad mediática, de la que hablé en el primer párrafo de este ensayo, es más evidente en los medios impresos que en los electrónicos, más asentada en ciertas regiones y ciudades que en la totalidad de los estados. Como en muchos otros países la influencia de los medios en la política es también un problema de escala: para el caso de los temas y las elecciones locales, las estrategias y los cuadros partidistas mantienen una preeminencia indiscutible, para la definición y el debate nacional, los medios resultan imprescindibles. Diversos fenómenos llaman la atención sobre la centralidad de los medios y su impacto en el entorno legislativo. Por ejemplo, el surgimiento de una elite política y mediática diferente a la de los parlamentarios y activistas de los partidos, la importancia Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública creciente de las expresiones no electorales que ocurren en el espacio mediático y el tamaño cada vez más significativo del votante flotante, expuesto a un flujo continuo de información (proveniente no sólo de los medios), a partir del cual define y permuta frecuentemente sus afinidades políticas.4 De manera más específica, el debate parlamentario dejó de concentrarse exclusivamente en los recintos legislativos. Los medios abrieron el debate y se convirtieron en la arena del mismo, la relación entre el Ejecutivo y el Legislativo dejó de normarse exclusivamente por las leyes y las ceremonias protocolarias para asumir en muchas ocasiones las modalidades y la dinámica de los medios. Todos los fenómenos descritos con anterioridad pretenden hacer evidente la necesidad e importancia de conocer mejor los fenómenos propios de la opinión pública. El objetivo central de este ensayo es ofrecer un esquema básico del funcionamiento de la relación entre medios y opinión pública, con énfasis en el papel que cumplen los llamados “ciudadanos mejor informados”. Este sector de la población cumple, de acuerdo con las teorías analizadas en las siguientes páginas, un papel relevante en la configuración de la opinión pública. En primer lugar porque incluye a la clase política y a los periodistas, pero es mucho más amplio que estas elites, lo cual les otorga posiblemente un papel prominente en diversos y amplios círculos sociales; en segundo porque se trata de un sector con opiniones menos frágiles, más comprometido con la democracia y al mismo tiempo más críticos con el desempeño de los actores políticos. Para lograr su objetivo este trabajo se encuentra divido en tres apartados. En el primero de ellos se hace una reflexión sobre la relación entre la crisis de la política representativa y el papel de los medios; en la segunda parte se ofrece un esquema para conocer el funcionamiento de lo que otros autores han llamado Pág. 89 el nuevo espacio público, en el cual se describe, entre otras cosas, la relevancia que tienen los llamados “sectores mejor informados”; en la tercera, y última parte, se presenta una descripción de las características sociales e ideológicas que tienen en México dichos sectores. 1.- Crisis de la política representativa Durante una visita a México, el ex presidente de Brasil por dos periodos consecutivos y destacado sociólogo, Fernando Henrique Cardoso, afirmó que América Latina ha logrado avances importantes en su proceso de democratización. Se ha avanzado en libertad, pluralismo, secularización y en el fortalecimiento de la sociedad civil.5 Pese a lo anterior, explicó Cardoso, se ha producido una fuerte deslegitimación de los espacios institucionales. Hoy día, dijo, la legitimación del mando requiere un diálogo más intenso con la sociedad. La legitimidad no proviene sólo del sufragio o de las leyes, por lo que es necesario poner en marcha lo que él llamó una pedagogía democrática. Fernando Henrique Cardoso, Juan Ramón de la Fuente y Alain Touraine, junio de 2005. Cardoso ejemplificó lo anterior al señalar que las iniciativas discutidas en el Congreso deben ser puestas al alcance de la gente, a través de Internet y de su Pág. 90 Boletín No. 7 exhibición en todos los medios posibles. En tono jocoso, afirmó que si Stalin viviera querría tener un medio de comunicación y ya no un partido político, debido a que todo el proceso de legitimación pasa hoy en día por los medios.6 La vinculación entre legitimidad política y medios de comunicación es una preocupación ampliamente compartida por académicos y políticos. Para Alain Touraine la importancia adquirida por los medios tiene una estrecha relación con la crisis de representatividad de la política. Este pensador, refiriéndose a su país de origen, lo plantea de la siguiente forma: La importancia del tema de la comunicación política proviene del hecho de que manifiesta la decadencia y hasta la desaparición de las ideologías políticas y de la capacidad de representación del conjunto de la vida social por parte de los actores políticos. Los derechos del hombre ya no pueden identificarse con los del ciudadano, y el Estado ya no puede considerarse –con el nombre de República— el principal defensor de las libertades públicas; por último, el tema del Estado nacional, es decir, del Estado identificado con la nación, ya no corresponde a la experiencia francesa. Raúl Trejo, en coincidencia con Touraine, señala que los medios no tendrían tanta relevancia, “si entre políticos y ciudadanos no existiera la brecha que se advierte en las sociedades contemporáneas –y que está muy ligada al descrédito que la actividad política suele tener entre la población en general”.9 A propósito del descrédito de la política, existe un consenso en torno a los principales efectos de los medios, que se resumen en los siguientes aspectos: a) La personalización: la política aparece, más que el terreno de los partidos o de la sociedad, como un escenario de pugna entre personajes (o de sus imágenes, cuya creación tiene mucho que ver con los medios). Si la comunicación política va creciendo en importancia es porque la política no impone ya principio alguno de integración o de unificación al conjunto de las experiencias sociales, y porque la vida pública invade por todas partes la acción política.7 Hoy en día ningún grupo social parece portador de intereses generales. El caso más significativo, dice este autor, son los sindicatos, los cuales luchan legítimamente por los intereses de sus agremiados, pero esas reivindicaciones ya no representan la lucha del pueblo contra los grandes capitales o los monopolios.8 Alain Touraine, junio de 2005. Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública Este fenómeno tiene como consecuencia que los individuos tengan más peso que las explicaciones sobre el Estado y la vida parlamentaria, conlleva a la descontextualización de los problemas, al desdeño de los datos abstractos y al olvido de los enfrentamientos entre los grupos de interés y las fuerzas sociales.10 b) La espectacularización: llevada la política al terreno de los medios, los políticos procuran ofrecer hechos con un alto potencial mediático, espectaculares y novedosos. La cobertura informativa de la política se acerca mucho a la forma en que se difunden encuentros deportivos o programas de variedades. Pág. 91 rioriza la función comunicativa, hasta que termina viviendo de la imagen. Al imponer sus modalidades a la política, los medios mueven el marco institucional de la democracia y el desempeño de sus actores. José Luis Exeni sostiene la hipótesis de que estamos asistiendo a una “crisis de una forma de representación (la del partido-Estado, en tal caso), la cual está provocando el alumbramiento de modos distintos –con nuevos escenarios, renovadas prácticas, cambio de actores— de poner en práctica los principios del gobierno representativo”.13 2.- La lógica del nuevo espacio público c) La dramatización: muy ligada a la anterior, supone el reemplazo de los argumentos por los recursos dirigidos a impactar emocionalmente. El discurso político es sustituido por relatos simplistas y edificantes.11 Los fenómenos descritos en los párrafos anteriores plantean la necesidad de contar con un esquema que permita entender los mecanismos de interacción que operan en la relación entre medios y política. d) La fragmentación: los medios muestran sólo una parte de la realidad y lo hacen tomando partido en cada asunto que difunden. Para ello resulta útil la propuesta de Heriberto Muraro, quien sostiene que es necesario distinguir dos fenómenos distintos, pero que se retroalimentan mutuamente: la videopolítica y el periodismo de investigación. La rapidez con que comunican los asuntos políticos y el formato utilizado, obliga a los medios a ser ampliamente selectivos, pero además a utilizar criterios corporativos. Como lo señala Raúl Trejo Delarbre, “la comunicación de masas es por definición autoritaria y se encuentra matizada por la perspectiva (corporativa y personal, política, económica o cultural, geográfica y generacional, etcétera) de quienes participan en el proceso se selección y decisiones acerca de cada noticia”.12 e) La sustitución: ésta ocurre en un doble sentido. El comunicador termina con más credibilidad e influencia que el parlamento o el gobernador; y el político inte- La videopolítica se caracteriza, según este autor, por una creciente dependencia de las instituciones políticas –desde partidos y entidades gubernamentales hasta asociaciones gremiales— respecto de los medios masivos de comunicación. Esta dependencia, dice Muraro, “estaría normalmente asociada a la pérdida de interés de los dirigentes políticos por controlar sus propios instrumentos de comunicación con la ciudadanía (por ejemplo, la prensa partidaria o las radios oficiales), la adopción de formatos y estilos de mensajes tomados en préstamo de la publicidad comercial (anuncios en televisión de pocos segundos) y la creación de equipos de especialistas en marketing electoral, en relaciones públicas y voceros de prensa”.14 Pág. 92 En cuanto al periodismo de investigación, éste se identifica por su actitud crítica ante los políticos, que en la práctica se traduce en comunicar al público aspectos de la vida pública que los dirigentes partidarios o los funcionarios preferirían mantener bajo reserva. En los Estados Unidos, por ejemplo, han sido célebres la difusión de “secretos de Estado” relacionados con la guerra de Vietnam, el caso Watergate o, más recientemente, las relaciones extramaritales de William Clinton. Esta forma de periodismo, concluye Muraro, implica una competencia activa entre medios y políticos por la conducción de la opinión pública: “el ejercicio activo del poder del cuarto poder”. 15 Existen diversos procesos históricos que explican el surgimiento del periodismo de investigación, entre ellos el crecimiento demográfico, la mayor escolarización de la población, la rentabilidad de las empresas que lo practican y, de manera destacada, la libertad profesional de los periodistas sancionada por la ley. Dentro de todos estos procesos existe un elemento que conviene detallar porque contribuye a explicar la dinámica actual de los medios. Se trata del predominio de lo que Muraro llama el “periodismo objetivo”. El aspecto central de este periodismo es la sacralización de los hechos, lo cual ha institucionalizado un conjunto de prácticas destinadas a provocar un efecto de imparcialidad entre los consumidores de noticias. El “periodismo objetivo”, dice Muraro, se caracteriza por contrastar opiniones, planes y cifras oficiales con otras fuentes, tales como las declaraciones de la oposición, los estudios de especialistas, el testimonio de los directamente afectados y, entre cosas, la verificación de los propios acontecimientos. Esta práctica tiene cuando menos tres importantes efectos: uno, obliga a separar claramente la opinión del diario (o de sus editorialistas) de aquella información puramente fáctica; dos, permite que sectores sociales de muy diferente orientación política integren Boletín No. 7 el mercado potencial de un mismo periódico, radioemisora o noticiero de televisión; y tres, promueve el pluralismo dentro del medio.16 Muraro sostiene que en los llamados países del Tercer Mundo el acceso de la población a emisiones de radio y televisión ocurrió más rápidamente que la alfabetización, lo cual alentó sistemas de información de escasa o nula calidad. Sin embargo, sostiene este autor, dichas tendencias se están revirtiendo y es posible observar sectores cada vez más amplios con un mayor nivel educativo y capaces de interesarse en asuntos políticos de su país o del exterior. Como resultado del trabajo independiente de los medios y la pluralidad de los actores políticos, el espacio público político se convierte en el “lugar” de competencia entre diferentes tipos de actores que toman la palabra para debatir cómo debe organizarse la sociedad. Los principales protagonistas son políticos, periodistas, intelectuales, representantes autorizados de las corporaciones, voceros de lobbies de empresarios y movimientos sociales. En el esquema 1 es posible observar la topología definida por Muraro. Los tres círculos del centro ilustran la sobreposición que existe entre la elite política y Esquema 1 Topología del espacio público político PERIODISTAS CIUDADANOS MEJOR INFORMADOS Periodistas estrella ELITE POLÍTICA CIUDADANOS PEOR INFORMADOS CLASE POLÍTICA Oposición Oficialismo EXCLUÍDOS Fuente: Tomado de Heriberto Muraro, Políticos, periodistas y ciudadanos, Fondo de Cultura Económica, segunda reimpresión, Argentina, 2000, p. 68. Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública Pág. 93 Cuadro 1 En escala de clasificación como en l a escuela, donde 0 es nada y 10 es mucho, por favor dígame ¿Qué tanto confía en …? La Iglesia El Ejército Los Medios de Comunicación Instituto Federal Electoral La Comisión Nacional de Derechos Humanos El Presidente de la República La Suprema Corte de Justicia Los Empresarios Los Partidos Políticos Los Senadores Los Sindicatos La Policía Los Diputados Abr 04 7.7 7.5 7 6.7 6.1 5.7 5.3 4.7 4.7 4.8 5 4.2 Ago 04 7.6 7 6.8 6.6 6.2 5.8 6 5.7 4.9 5.2 5.2 4.8 4.6 Sep 04 7.7 7.7 7.1 7 7.1 6.3 6.3 5.7 5.1 5.3 5.1 5 4.7 Mar 05 8.2 7.8 7.4 7.4 7.4 6.5 6.5 6.1 5.4 5.4 5.3 5.2 4.9 Fuente: Consulta Mitofsky, encuestas nacionales en viviendas, www.consulta.com.mx, fecha de consulta: 10 de junio de 2005. los “periodistas estrella”, cuyas opiniones tienen peso en la conformación de corrientes de opinión y que se distinguen de aquellos que sólo son redactores o recopiladores de información. De acuerdo con el esquema de Muraro, los sectores “mejor informados” son aquellos que “son lectores de las noticias políticas de los diarios y destinan una parte importante de su tiempo a comentar esos temas con terceros”. Los principales protagonistas del debate público-político son de hecho subconjuntos del círculo de ciudadanos “mejor informados”. En términos de los fenómenos de opinión pública, resulta relevante la distinción de los ciudadanos “mejor informados”. ¿Es posible identificar a este sector en México?; de ser el caso, ¿cuáles son sus características socio-demográficas? y, tal vez más importante, ¿es posible pensar que tengan opiniones y actitudes diferenciadas del resto de la población? La siguiente sección de este ensayo pretende dar respuesta a estas interrogantes. 3.- Información y líderes de opinión Habría que iniciar esta sección por destacar el papel predominante de los medios, y particularmente de la televisión, en la conformación de los fenómenos de opinión pública. En México, como en muchos otros países, la mayoría de la población (entre 60 y 80 por ciento), cuando se informa, lo hace a través de la televisión. Este medio ha adquirido una mayor influencia entre la población y, junto con otros medios, goza de una amplia confianza entre la ciudadanía, sobre todo si se compara con la existente en las instituciones políticas (ver cuadros 1 y 2). ¿Qué tan determinantes son los medios en la configuración de las opiniones ciudadanas? Existen al respecto dos grandes enfoques que en alguna medida pueden ser complementarios. El primer enfoque sostiene que los medios, y en particular la televisión, “se debe considerar no como Pág. 94 Boletín No. 7 Cuadro 2 Medios preferentes de información Febrero de 1996 Diciembre de 1999 Nov-Dic de 2001* Febrero de Mayo-Junio de 2003 2003** ¿Por qué medio se entera usted principalmente de lo que pasa en política? Periódicos 10.1 11 20 9.6 5.3 Radio 16.7 14 27 22.1 11.3 Televisión 58.6 74 80 60.1 81.0 Rumores o comentarios 5.8 N/A 9 2.2 N/A Revistas N/A N/A N/A 0.4 N/A Todos 6.2 N/A N/A N/A N/A Ninguno 0.5 N/A N/A N/A N/A No me interesa 0.9 1 N/A 3.4 N/A Otros y Ns/Nc Total 1.2 100 N/A 100 1 N/A 2.2 100 2.4 100 Porcentajes Fuentes: ver anexo al final de este ensayo. * Con opciones para contestar sí o no ** En este caso la pregunta fue “¿cuál es el medio de comunicación que más utiliza para informarse?”. un medio que representa el acontecimiento, sino como un medio que construye la experiencia de ese acontecimiento para la mayoría de la población”. Esta tesis destaca el papel de los medios en “performar” los acontecimientos y, a partir de ello, de conferirle existencia.17 Un segundo enfoque plantea que los consumidores de noticias no están inermes frente a los mensajes mediáticos. En primer lugar, como ya se explicó en párrafos anteriores, porque en el espacio público político actúan protagonistas con intereses divergentes, lo que ocasiona que se trate de un espacio frecuentemente contradictorio y competitivo.18 En segundo lugar porque el mundo de los medios es sólo uno de los muchos ámbitos en los cuales se mueven los actores sociales. Los investigadores de opinión han probado, explica Muraro, que la mayoría de los ciudadanos producen y justifican sus opiniones con base en información de primera mano, tales como comentarios de vecinos, vivencias en la calle y sus propias experiencias, entre otros.19 En tercer lugar porque existe una fuerte interacción horizontal de los individuos. Esta interacción se manifiesta, dice Muraro, en la capacidad de los ciudadanos para generar consensos por fuera del circuito (a veces muy cerrado) establecido entre políticos y periodistas.20 En un estudio realizado durante las elecciones presidenciales de Estados Unidos en 1940, Lazarsfeld, Berelson y Gaudet encontraron que las ideas fluyen de los medios de comunicación a los “líderes de opinión” y de ellos a la parte más activa de la población. Estos líderes son diferentes a las elites políticas y económicas. A continuación se presenta una descripción de lo que podemos considerar el sector de ciudadanos “mejor informados” en México, que obviamente no coincide con los “líderes de opinión” definidos por La- Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública Pág. 95 zarsfeld (si bien es posible pensar que guardan relación), pero que cumplen la función definida por Muraro dentro en el esquema del espacio público político. perfil de estos usuarios de medios, habida cuenta de las diferencias entre las frecuencias porcentuales encontradas en diversas preguntas, tal como se detalla más adelante. Los sectores mejor informados Tal vez no esté por demás subrayar que mucha gente se informa simultáneamente a través de radio, televisión y prensa escrita. El análisis que desarrollaré a partir de este momento, si bien no hace explícita esta situación en todos los casos, se referirá al medio que las personas dijeron utilizar con mayor frecuencia. Es posible identificar una gran similitud entre los lectores de periódicos en México y las actitudes definidas para los sectores “mejor informados”, pues se trata de una población con mayor interés y proclividad a participar en la política (en comparación con aquellos que utilizan preferentemente la radio o la televisión para informarse). Una encuesta levantada en diciembre de 2003 reportó que en el país existe un 16 por ciento de la población que lee diario el periódico y que a medida que aumentan los niveles de escolaridad y de ingreso se incrementa el uso de este medio.21 Como se observa en el cuadro 2, los estudios realizados en años anteriores difieren sobre el porcentaje de la población que se informa preferentemente a través de los periódicos. Sin embargo, si se eliminan los porcentajes más alto y más bajo de las cinco encuestas ahí resumidas, es posible encontrar un rango de coincidencia de entre 9 y 11 por ciento que se informa principalmente a través de los diarios. Los resultados que se ofrecen a continuación se obtuvieron con base en el análisis de la Segunda Encuesta Nacional sobre Cultura Política y Prácticas Democráticas (ENCUP), levantada en febrero de 2003 y coordinada por la Secretaría de Gobernación (la ficha técnica se puede consultar al final de este ensayo). Esta encuesta reportó un porcentaje de 9.6 como el sector que se informa preferentemente por los periódicos. Si bien no es posible establecer una relación de causalidad entre el consumo de medios y las opiniones políticas de la población, sí es posible elaborar un a) El lector de periódicos tiene más interés y proclividad a participar en política A partir de segmentar a la población en función del medio que utiliza preferentemente para informarse, una de las mayores diferencias observadas para el caso de quienes utilizan el periódico fue la disposición de los entrevistados para participar en conversaciones sobre política. Tal como se puede observar en el cuadro 3, quienes utilizan el periódico están dispuestos a discutir y dar su opinión sobre política en alrededor de 20 puntos porcentuales más que aquellos que utilizan radio o televisión (véase en particular las cifras en negritas). En concordancia con esta tendencia, los lectores de periódicos manifestaron tener un mayor interés en la política. Tal como se puede observar en el cuadro 4, considerando sólo a este sector, 24 por ciento dijo tener “mucho” interés en la política, 17 por ciento más que los que ven televisión y 14 por ciento más en comparación con los que escuchan radio. En los tres casos los porcentajes son muy bajos, lo cual se explica en alguna medida al considerar que en el conjunto de la población existe muy poco interés en la política, 9 de cada diez personas dijeron que la política les interesa “poco” o “nada”. Pág. 96 Boletín No. 7 Cuadro 3 Por lo general, cuando está conversando con algunas personas y éstas empiezan a hablar de política. ¿Qué hace usted?, según medio más usual utilizado para informarse Medio* Radio Televisión Periódicos Total de entrevistados Deja de poner atención cuando empiezan a hablar de política Usualmente escucha, pero nunca participa en la discusión Generalmente participa en la discusión y da su opinión A veces da su opinión 11.2 55.1 28.4 2.5 11.8 53.0 30.1 3.2 9.2 37.1 49.9 2.3 13.2 51.1 29.9 3.0 Fuente: elaboración propia con base en ENCUP 2003. * Para cada fila, sumando otras respuestas y “no sabe” o “no contestó” suma 100% La mayor disposición a participar en política por parte de los lectores de periódicos lo corrobora el siguiente dato: 17 por ciento de este sector dijo haber llamado alguna vez a un programa de radio o televisión para resolver algún problema individual o social. Este porcentaje es seis puntos mayor con respecto a quienes utilizan radio y diez puntos con respecto a quienes utilizan televisión. La población en general, dijo haber realizado alguna vez esta acción en un 9 por ciento de los casos. b) Los lectores de periódicos tienen un poco más de conocimiento sobre los diputados Habría que tratar de explicar con detenimiento por qué pese al mayor interés por la política y a la mayor disposición para participar por parte de los lectores de periódicos, el conocimiento certero del periodo lectivo de un diputado no sea mucho mayor que el mostrado por quienes consumen radio o televisión. Así, como se observa en el cuadro 5, quienes respondieron acertadamente esta respuesta son menos de la mitad del total de quienes leen periódicos, nueve puntos más de quienes ven televisión y solo seis más de quienes escuchan radio. Este dato podría explicarse de alguna manera si se considera que las actividades legislativas son en alguna medida la parte menos visible para la ciudadanía. Cuadro 4 En general ¿Qué tan interesado esta usted en la política?, según medio más usual utilizado para informarse Medio* Televisión Radio Periódicos Total de entrevistados Mucho Poco Nada 7.1 53.7 36.6 11.1 52.9 31.9 24.7 49.3 21.7 50.6 9.6 Fuente: elaboración propia con base en ENCUP 2003. * Para cada fila, sumando otras respuestas y “no sabe” o “no contestó” suma 100% 36.2 Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública Pág. 97 Cuadro 5 ¿Sabe usted cuánto duran los Diputados Federales en el cargo?, según medio más usual utilizado para informarse Medio* Televisión Radio Periódicos Total de entrevistados Respuesta correcta Respuesta incorrecta Dijo “no saber” 36.5 25.8 37.5 41.7 21.1 37.1 47.9 24.7 27.4 37.1 24.6 37.9 Fuente: elaboración propia con base en ENCUP 2003. * Para cada fila, sumando “no contestó” suma 100% c) Los lectores de periódicos están más convencidos de la democracia en México, pero son mucho más escépticos del papel que están jugando los partidos Considerando a toda la población en general, a la pregunta “¿Está de acuerdo en que México vive una democracia?”, 45 por ciento dijo “sí” o “sí en parte”. Un porcentaje similar se observa entre quienes se informan preferentemente a través de radio o televisión; en cambio, entre quienes leen periódico este porcentaje llega a 56 por ciento. Adicionalmente se puede observar que 48 por ciento de la población en general consideró que los partidos políticos son muy necesarios para que el país mejore. Un porcentaje muy similar se observa para cada uno de los sectores que se informan a través de periódicos, radio o televisión. Lo anterior adquiere relevancia al observar el cuadro 6, en el que se constata que la mayoría de los lectores de periódicos, 70 por ciento, creen que a la hora de legislar “los diputados toman más en cuenta los intereses de sus partidos que los intereses de la población”. Este porcentaje resulta 17 puntos mayor que el observado en el conjunto de la población, 16 puntos en comparación con los que ven televisión y 20 puntos más que los que escuchan radio. Es decir, si bien los lectores de periódicos tienen un mayor aprecio por la democracia que se vive en México, su posición resulta más crítica que el resto de los sectores de la población, con respecto a la representatividad con que se desenvuelven los diputados. Las observaciones derivadas del cuadro anterior se corroboran al analizar las respuestas a la pregunta “¿qué tanto cree que a los gobernantes les interesa lo que piensa la gente como usted?”. La mayoría de la población, 55 por ciento, dijo que “poco”. Esta apreciación crítica sobre el funcionamiento de la política es compartida en porcentajes similares por quienes escuchan radio (51%) o ven televisión (57%). En cambio, entre los lectores de diarios este porcentaje llega a 63 por ciento. d) Los lectores de periódicos son más pesimistas con respecto al futuro de sus hijos Una de las características más sobresalientes de quienes desconfían de los legisladores en México es la mayor incertidumbre que guardan con respecto a las oportunidades que tendrán sus hijos en el futuro. Pág. 98 Boletín No. 7 Cuadro 6 Al elaborar las leyes, ¿Qué es lo que los diputados toman más en cuenta?, Según medio más utilizado para informarse Medio* Radio Televisión Periódicos Total de entrevistados Los intereses de la población Los intereses de sus partidos Los intereses del Presidente Sus propios intereses 18.6 49.2 14.0 11.2 14.3 53.0 13.4 14.4 8.7 69.2 9.1 8.7 14.3 52.5 13.2 13.1 Fuente: elaboración propia con base en ENCUP 2003. * Para cada fila, sumando otras respuestas y “no sabe” o “no contestó” suma 100% Los lectores de periódicos, en comparación con los consumidores de otros medios, también son más escépticos con respecto al futuro de las próximas generaciones. Ante la pregunta, “cree usted que en el futuro sus hijos tendrán más oportunidades o menos oportunidades que usted para tener empleo?”, el 35 por ciento de la población en general dijo que “habrá menos”; porcentajes similares se observaron entre quienes utilizan radio (31%) y televisión (35%). En cambio, para los consumidores de diarios, este porcentaje se ubicó en 43 por ciento. e) Los lectores de periódicos muestran una mayor tolerancia política El cuadro 7 permite hacer varias lecturas con respecto a la mayor tolerancia política que muestran los lectores de periódicos en comparación con la tolerancia mostrada por la población en general y los consumi- Cuadro 7 De la lista que le voy a leer, en su opinión dígame ¿Quiénes sí deberían participar en la política y quienes no? (incluye solo a quienes dijeron sí) (a) Radio (b) Televisión (c) Periódicos Los indígenas Los profesores Los profesionistas 82.5% 65.7% 80.3% 87.4% 58.8% 77.7% 93.8% 73.1% 89.0% (d) Total de entrevistados 81% 61% 78% Los jóvenes Las mujeres Los empresarios Los artistas Los homosexuales Los periodistas Los sacerdotes Los militares 81.4% 84.5% 68.7% 42.2% 51.1% 61.4% 23.9% 54.7% 85.1% 86.9% 68.4% 36.5% 52.6% 61.1% 16.8% 49.2% 94.5% 93.8% 76.0% 44.7% 57.1% 62.8% 17.8% 40.2% 84% 85% 68% 38% 52% 60% 19% 49% Fuente: elaboración propia con base en ENCUP 2003. (c) – (d) 12.80% 12.10% 11.00% 10.50% 8.80% 8.00% 6.70% 5.10% 2.80% -1.20% -8.80% Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública dores de otros medios. La pregunta planteada estuvo dirigida a indagar, en opinión de los entrevistados, quienes sí deberían participar en política y quiénes no. Lo primero que habría que destacar es la tolerancia de la mayoría de la población mexicana para permitir la participación de todos los sectores sociales en política, a excepción de los sacerdotes, los militares y los artistas. No deja de llamar la atención que, como se vio en el cuadro 1 de este documento, los primeros dos sectores, sean los que gozan de mayor credibilidad y confianza entre la ciudadanía. El segundo elemento a observar es que entre quienes leen periódicos existe una tolerancia aún mayor de la observada en el conjunto de la población. La excepción son los sacerdotes, en cuyo caso se observan casi los mismos porcentajes; y los militares, dado que los consumidores de diarios rechazan su participación en ocho puntos porcentuales más que el total de la población. Así, los lectores de periódicos perciben la necesidad de que los indígenas, los profesores, los profesionistas y los jóvenes participen en política en 10 puntos porcentuales o más que el total de la población en general. Comunicación y legitimidad Pág. 99 hechos compiten con versiones provenientes de la oposición y de los propios medios. El espacio público es cada vez más competido y diversificado. A la vista del impacto de los medios en la opinión pública, necesariamente a través de efectos limitados, algunos autores han advertido sobre la consolidación de un liderazgo político compartido, debido a que los medios han rebasado su carácter de intermediarios en la transmisión de la información, para asumir un papel determinante en el devenir de la política, debido fundamentalmente a su capacidad para influir en la opinión pública.23 Yolanda Meyenberg sostiene que en la dinámica contemporánea la legitimidad no descansa sólo en la autoridad del político sino que obedece a una diversificación de fuentes, entre las cuales están incluidas la comunicación política y la suplantación de los hechos por los relatos mediáticos. Hoy en día, los medios masivos tienen un papel central en la socialización política y por ende en la construcción o en la erosión de las creencias que nutren la legitimidad de un régimen. Es posible coincidir en que la legitimidad política se está transformando, de ser la creencia en el gobierno como la mejor forma de organización política, para ser remplazada, en alguna medida, por las percepciones y las intuiciones individuales formadas a partir de los diversos estímulos que recibe el ciudadano.24 Dice Seymour Martin Lipset que “las crisis de legitimidad constituyen fundamentalmente un fenómeno histórico reciente, subsiguientes a la aparición de profundas divergencias entre grupos que se hayan capacitados, debido a la comunicación de masas, para organizarse en torno de valores diferentes a los que previamente eran considerados como los únicos aceptables”.22 • En el México de hoy es posible observar que las cifras, el discurso y las versiones oficiales sobre los Instituto Federal Electoral e Instituto de Investigaciones Sociales-UNAM, La reforma electoral y su contexto sociocultural, encuesta nacional en vivienda, 3 mil 505 casos, levantada en febrero de 1996, con un nivel de confianza de 95 por ciento. • Secretaría de Gobernación, Primera Encuesta Na- Ficha técnica de las encuestas utilizadas Pág. 100 cional sobre Cultura Política y Prácticas Ciudadanas, encuesta nacional en vivienda, 4 mil 183 casos, levantada en noviembre y diciembre de 2001, margen de error de 1.7%, con un nivel de confianza de 90%. • Secretaría de Gobernación, Segunda Encuesta Nacional sobre Cultura Política y Prácticas Ciudadanas (ENCUP-2003), encuesta nacional en vivienda, 4 mil 580 casos, levantada en febrero de 2003, margen de error de 5.2%, con un nivel de confianza de 90%. • Centro de Investigación y Docencia Económicas, Tercera Encuesta Nacional Electoral, encuesta nacional en vivienda, 2 mil casos, levantada entre el 19 y el 26 de julio de 2003, margen de error de +/-3%, con un nivel de confianza de 95%. • Instituto Federal Electoral e Instituto de Investigaciones Sociales-UNAM, La naturaleza del compromiso cívico, encuesta nacional en vivienda, 5 mil casos, levantada en mayo y junio de 2003, margen de error de +/-3%, nivel de confianza de 95 por ciento. NOTAS 1. Manuel Castells, La era de la información. Economía, sociedad y cultura, Vol. 2 “El poder de la identidad”, Alianza Editorial, p. 342. 2. Emili Prado, “Nuevas tecnologías e interactividad: gran almacén universal virtual”, en Diálogos de la comunicación, número 48, octubre de 1997, pp. 89-95 y María Eugenia Valdés Vega, “Poder político y medios de comunicación: el caso de los videoescándalos en México”, en Luis Maira, et.al., Democracia y medios de comunicación, colección Sinergia, núm. 4, Instituto Electoral del Distrito Federal, México, 2004, pp. 132. Boletín No. 7 3. Citado por David Morley, Televisión, audiencias y estudios culturales, Amorrortu editores, Argentina, 1992, p. 389. 4. Un excelente análisis de estos temas puede encontrarse en José Luis Exeni R., “Acción mediática en tiempo de elecciones: los (des) enlaces entre comunicación y política”, en Yolanda Meyenberg Leycegui (coordinadora), El dos de julio: reflexiones posteriores, Flacso-IIS-UNAM, México, 2001, p 108. 5. Existen datos empíricos que muestran los avances y los desafíos de la democracia en México; al respecto, puede consultarse Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública de la Cámara de Diputados, Indicadores de gobernabilidad y democracia, mayo de 2005, disponible en w w w . d i p u t a d o s . g o b . m x / cesop/documentos/Temas de la agenda legislativa en el debate público. 6. Participación de Fernando Henrique Cardoso en la mesa redonda “El futuro de la democracia”, organizada como parte del 75 aniversario del Instituto de Investigaciones Sociales, en Ciudad Universitaria, Distrito Federal, México, 8 de junio de 2005. Una reseña más amplia de esta mesa puede encontrarse en Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública, de la Cámara de Diputados, Gobernabilidad y reforma política, junio de 2005, disponible en www.diputados.gob.mx/ cesop/documentos/Temas de la agenda legislativa en el debate público. 7. Alain Touraine, “Comunicación política y crisis de representatividad”, en Jean Marc Ferry, Dominique Wolton y otros, El nuevo espacio público, Col. El mamífero parlante, Gedisa editorial, Barcelona, segunda edición, 1995, pp. 55 y 56. 8. Ibid, p. 48. 9. Raúl Trejo Delarbre, “Democracia cercada: política y políticos en el espectáculo mediático”, en AAVV, Democracia y medios de comunicación, colección Sinergia, núm. 4, Instituto Electoral del Distrito Federal, México 2004, p. 97. Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública 10.Cfr. Gingras, Anne-Marie, “El impacto de las comunicaciones en las prácticas políticas”, en Gauthier Gilles, Gosselin André y Mouchon Jean (comps.), Comunicación y política; Gedisa, editorial, Colección El Mamífero Parlante, Barcelona, 1998, pp. 34 a 40; y José Luis Exeni, op. cit., pp. 108-110. 11.Jean Mouchon, Política y medios. Los poderes bajo influencia, Gedisa editorial, colección El mamífero parlante, España, 1999, p. 16. 12.Raúl Trejo Delarbre, “Democracia cercada: política y políticos en el espectáculo mediático”, op. cit., p. 102. 13.José Luis Exeni R., op. cit., p. 107. 14.Heriberto Muraro, Políticos, periodistas y ciudadanos, Fondo de Cultura Económica, segunda reimpresión, Argentina, 2000, p. 12. 15.Ibid., pp. 15-16. 16.Ibid., p. 52. 17.David Morley, op. cit, p. 416. 18.Dominique Wolton, en una definición influyente en el ámbito académico, concibe a la comunicación política como “el espacio en que se intercambian los discursos contradictorios de los tres actores que tienen legitimidad para expresarse públicamente sobre política, y que son los políticos, los periodistas y la opinión pública a través Pág. 101 de los sondeos”. Cfr. Dominique Wolton, “La comunicación política: construcción de un modelo”, en Jean-Marc Ferry, et. al., El nuevo espacio público, Gedisa editorial, Col. El mamífero parlante, Barcelona, 1995, p. 31. 19.Heriberto Muraro, op. cit., p. 98. El autor retoma en este caso la teoría del “mundo de la vida” o de la construcción social de la realidad de Alfred Schutz y Thomas Luckmann, Las estructuras del mundo de la vida, Buenos Aires, 1977. 20.De hecho, para Muraro la opinión pública no es repertorio de ideologías, valores o representaciones fijas, sino un trabajo de generación de consensos. 21.Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, Encuesta Nacional de Prácticas y Consumo Culturales, México, 2004, disponible en www.conaculta.gob.mx, fecha de consulta julio de 2005. 22.Seymour Martin Lipset, El hombre político. Las bases sociales de la política, Red Editorial Iberoamericana, México, p. 67. 23.Yolanda Meyenberg, “Imagen mediática: la influencia de la comunicación en la definición de nuevas formas de liderazgo”, en AAVV, Democracia y medios de comunicación, op. cit., p. 89. 24.Ibid, p. 79. El portal del CESOP es hoy más amigable, consúltanos en la dirección electrónica http://www.diputados.gob.mx/cesop/