EN EL MÉTODO SOCRÁTICO La enseñanza está basada entre en el diálogo maestro-discípulo con la intensión de llegar al conocimiento y la esencia o rasgos fundamentales de las cosas. En la actualidad se percibe este método como un juego dinámico de preguntas y respuestas, encadenadas y articuladas que inciden en la capacidad de filosofar del discente. Este se considera como una verdadera comunicación docente-discente para llegar al descubrimiento de verdades filosóficas. Ha sido la base de nuevas estrategias pedagógicas pertinentes con los propósitos a alcanzar en el área de filosofía. En la argumentación inductiva y se caracteriza por su flexibilidad, su espontaneidad, su sencillez y la gran posibilidad de interacción que se genera. Su valor principal, es la vivencia, logrando un ambiente menos academicista y libresco y siendo más socializador. Permite mayor conocimiento entre el docente y el discente, porque permite compartir las ideas y conocimientos, generando un clima de libertad de pensamiento y expresión. Es una valiosa oportunidad para confrontar opiniones y rectificar ideas. Lo más importante está en la participación activa de todos los miembros de la clase. Sugiere al docente la conducción del diálogo, ya sea de manera directa o indirecta. En la primera, el docente se puede hacer partícipe del grupo generando un clima de confianza para entablar el diálogo, y de esta forma no inhibe o condiciona al discente en su participación. En la segunda, el docente puede plantear el asunto y dar pautas del mismo y luego toma una actitud discreta como observado; su intervención surge cuando crea conveniente participar en el despeje de una duda, o retomar el asunto de la clase, para evitar la desviación de la temática a tratar. Es decir el docente puede ejercer el rol de controlador del diálogo que se da en la clase. En un primer momento se plantea una cuestión, como Sócrates la hacía, por preguntas; ejemplo: ¿qué es la virtud?, ¿qué es la ciencia?. En un segundo momento el interlocutor da una respuesta; respuesta que es inmediatamente discutida o rebatida por el maestro. A continuación se sigue una discusión sobre el tema, que sume al interlocutor en la confusión e inconformidad por no ver claro algo que antes del dialogo creía saber perfectamente; es condición necesaria para el aprendizaje, y Sócrates lo identifica con los dolores de la parturienta antes de dar a luz. Tras este momento de confusión, la intensión del método mayéutica, es elevarse progresivamente a definiciones, cada vez más generales y precisar la cuestión que investiga. La discusión concluiría cuando el discípulo, gracias a la ayuda del maestro, no le inculca el conocimiento; pues rechaza que su mente sea un receptáculo o cajón vació en el que pueden introducir las distintas verdades. Para Sócrates es el discípulo quien extrae de si mismo el conocimiento. Sócrates ayudaba al discípulo a alcanzar pos sí mismo el saber. Aunque el método socrático se uso originalmente para el auto examen y la búsqueda de la verdad filosófica, el dialogo socrático ayuda al desarrollo intelectual. El método socrático deja muy buenos resultados, si se enmarca en un clima de confianza, comprensión reciproca entre el docente y el discente; se da libertad intelectual, planteando problemas de interés general y particularmente se deja atrás la ironía que en ocasiones se da en la clase de filosofía; la cual es una acto negativo que entorpece el proceso de participación activa. Se pueden generar espacios de enriquecimiento mutuo dada la participación activa que enmarca este método y el grado de confianza que se genera en la clase.