sobre este concepto. Laplanche (1967) dice que el término

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sobre este concepto. Laplanche (1967) dice que el término transferencia
designa, en psicoanálisis, el proceso en virtud del cual los deseos inconscientes
se actualizan sobre ciertos objetos, dentro de un determinado tipo de relación
establecida con ellos y, de un modo especial, dentro de la relación analítica.
Se trata de una repetición de prototipos infantiles, vivida con un marcado
sentimiento de actualidad.
Partiendo entonces de que la transferencia es una especie de vínculo, uno muy
especial, en el sentido que no se da más que en el proceso terapéutico, es comprensible e incluso esperable que ésta pueda ser del tipo positivo o negativo.
Freud (1938) dice que puesto que la transferencia reproduce el vínculo con
los padres, asume también su ambivalencia. Difícilmente se pueda evitar que
la actitud positiva hacia el analista se trueque de golpe un día en la negativa,
hostil. Según Lagache (1952) la transferencia de sentimientos positivos puede
tener efectos negativos; a la inversa, la manifestación de sentimientos negativos
puede constituir un progreso decisivo.
Por transferencia positiva no se pretende decir que sea una relación buena, sino
que la relación que se ha establecido, y los afectos que en el psicólogo han sido
depositados posibilitan y promueven la evolución del paciente en el proceso
terapéutico. Como ejemplo para otorgar mayor claridad al lector, expondré
de manera breve cómo la transferencia positiva de una paciente posibilitó el
trabajo terapéutico.
Paciente de 53 años, educadora. Su motivo de consulta es la falta de seguridad
en sí misma, temor a estar sola. Con el paso de las sesiones puedo notar en su
discurso que existe el deseo de recibir atenciones, detalles, favores, por parte
de los demás, lo que interpreta como amor, y al mismo tiempo existe la idea
inconsciente de no merecer amor.
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Mi contratransferencia o trasferencia concordante como la llama Freud y que
es principalmente la respuesta emocional que el psicólogo tiene ante la carga
emocional del paciente; era positiva pero no analizada aún, de modo que
estaba cumpliendo con el deseo de la paciente de recibir atenciones, esto se
materializaba cuando le enviaba un mensaje antes de su sesión para que me
confirmara su asistencia. Le recordaba el día y la hora acordada.
La transferencia de la paciente era también positiva, esto fue claramente observable cuando en una de las sesiones menciona que ha notado grandes cambios
en ella, se siente más segura, no tiene inconformidad en estar sola en casa. La
paciente dice “todo esto gracias a Dios, y bueno, gracias a usted, por supuesto,
PSIQUE - Gaceta de la Facultad de Psicología - Abril 2015
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