Huelga y convenio: no es un juego

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Huelga y convenio: no es un juego
Por su amplitud y trascendencia, el convenio del metal de Gipuzkoa ha sido
siempre termómetro de la salud que gozan las relaciones laborales en nuestro
territorio. Si esta máxima es verdad, entonces ELA y LAB deberían hacer una
seria autocrítica sobre sus estrategias para hacer frente a nuestra contraparte,
la patronal. De otro modo, su deriva irracional y la confusión que causan con
sus bandazos y sus mensajes vacíos de contenido amenazan con debilitar el
movimiento sindical en su conjunto.
Para esta próxima semana están convocados tres días de huelga en el metal
de Gipuzkoa que se suman a otros cuatro en el mes de noviembre. Antes del
verano, en mayo y junio, hubo otras cuatro jornadas de huelga en el sector. Es
decir, un total de 11 días de huelga en el espacio de siete meses. La huelga es
un instrumento legítimo a disposición de los y las trabajadoras para reivindicar
mejoras. Sin embargo, hay que preguntarse por qué y para qué se realizan
estas huelgas.
El propósito de una huelga siempre ha sido, y sigue siendo, realizar una
demostración de apoyo de las bases propias para medir fuerzas con la patronal
y, de esa forma, consolidarse en las posiciones que uno defiende. Por lo tanto,
la huelga quedaría desvirtuada si una vez realizada la movilización, quien la
convoca da diez pasos atrás y renuncia a defender las posiciones por las
cuales llamó a la huelga.
Exactamente esto está ocurriendo en el metal de Gipuzkoa. En la última
reunión de la mesa negociadora, y tras un esfuerzo de 4 días de paros en
primavera, LAB propuso a Adegi limitar la negociación a tres simples puntos:
vigencia, salario y jornada. ¿Cómo va LAB, y su socio ELA, a justificar ante
miles de trabajadores que los esfuerzos realizados en la huelga sólo han
servido para ceder varias yardas de terreno? Un trabajador que desea hacer
huelga esta próxima semana, ¿que certeza puede tener de que, tras su
esfuerzo, la plataforma de su sindicato no volverá a encoger?
Desde que comenzó la negociación, CCOO viene acudiendo a la negociación
consciente de que, con la actual crisis, es urgente que los 55.000 metalúrgicos
guipuzcoanos cuenten con un convenio que les proteja. Por ello, hemos
renunciado a entrar en un carrusel de posturas maximalistas y desde el primer
día hemos propuesto trasladar a Gipuzkoa las mejoras pactadas en los
convenios de Bizkaia y Araba. Si las patronales de esos territorios las
aceptaron, no hay ninguna razón por la que Adegi se pueda oponer. Desde el
primer día, ELA y LAB despreciaron ese planteamiento, calificándolo de
"migajas".
¿Cómo es posible, entonces, que la actual plataforma de ELA y LAB sea
inferior a la de CCOO? ¿Hacía falta que desvirtuaran la herramienta de la
huelga, con ese rosario de convocatorias frívolas, para llegar a este punto?
Cada vez está más claro que ELA y LAB se han pasado de frenada con esta
convocatoria. Cada vez más trabajadores están cansados de que sus
sindicatos jueguen con su voto y su implicación para jugar a estrategias
particulares de carácter político y hegemonista, sin una voluntad real de sacar
adelante los convenios.
Y cada vez más trabajadores rechazan la manipulación sistemática. ELA está
aireando que CCOO están negociando un convenio estatal del metal que
suprimirá los convenios provinciales. Al igual que CCOO, ELA participa en
Madrid en la mesa donde se negocia ese convenio. Por tanto, sabe
perfectamente que es mentira. El convenio estatal sólo fijará un salario mínimo
y una jornada máxima, y ninguno de esos puntos tiene efecto alguno en
Euskadi. En Euskadi se seguirán aplicando los convenios provinciales de
Euskadi, esos mismo que ELA lleva 10 años sin firmar, dando la espalda a la
gente trabajadora.
JOKIN CRUZ HIDALGO
RESPONSABLE DEL METAL DE CCOO EN GIPUZKOA
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