La toma de La Bastilla

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TRIBUNA
Por Miguel Ángel Aguilar
mo ha hecho el líder conservador con Pablo
Iglesias a pesar de sus reticencias confesas y
de que el secretario general de Podemos le
acababa de acusar de “completo irresponsable” por “incendiar” Cataluña.
Con quien no ha habido conato de acercamiento es con Artur Mas, enfrascado en
su propia negociación con la CUP; su líder,
Antonio Baños, ha reiterado que no apoyarán al presidente de la Generalitat de Cataluña en funciones a pesar de que desde el
partido independentista de izquierdas han
admitido haberse reunido con el líder de
CDC para pactar su investidura, cuya primera sesión se celebra el día 9.
En cualquier caso, hasta el 9 de enero hay
tiempo para elegir presidente catalán y para entonces habrá nuevo inquilino en Moncloa. O no. Existe entre ciertos sectores de
Convergencia la esperanza de frenar la escalada secesionista y alcanzar un acuerdo
con otro interlocutor en Madrid. Hay propuestas de reforma constitucional sobre la
mesa. Pero todo está en el aire. Ahora, los
partidos están pensando en el 20-D. l
Rivera ha propuesto una “alianza de demócratas”.
“El ‘president’ Pujol ha acreditado unos poderes taumatúrgicos para la multipicación de los panes y los peces”.
La toma de La Bastilla
A
sí que el momento decisivo
de la revolución francesa fue
la toma de La Bastilla. La liberación de los delincuentes
marcó, como ahora se dice, un antes y un
después. Señaló una nueva situación irreversible. En esa línea podría evolucionar
el procés independentista que se ha coagulado estos días en el Parlament de Catalunya. La viñeta de El Roto aparecida en
la edición de El País del jueves día 29 acuña un buen resumen del momento en la
leyenda que dice: “¡Cuando nos hemos liberado del nacional-catolicismo, nos vienen con el nacional-catalanismo!”.
Parece que la toma de La Bastilla en
1789 vino a ser considerada el punto culminante no sabemos muy bien de qué,
pero en todo caso las interpretaciones a
posteriori coinciden en adjudicarle ese
valor. Sin embargo, la desmemoria es
completa sobre quiénes eran los presidiarios que componían el elenco de los
allí liberados. De ninguno de ellos se tiene noticia particular sobre su condición
o relieve político o social. Si venimos al
momento presente, estas incandescencias independentistas caminan en paralelo con las operaciones que la UDEF (Policía Nacional) lleva a cabo para el esclarecimiento con diez años de retraso
del tres per cent y los fraudes que apa-
recen conectados de la familia Pujol-Ferrusola al completo.
El señor expresidente de la Generalitat
y exfactótum de Banca Catalana e inventor de Convergencia, heredero de la exigua fortuna de su señor padre, siempre temeroso de los peligros políticos que acechaban a su vástago, ha terminado por
acreditar unos poderes taumatúrgicos para la multiplicación de los panes, de los
peces y de los billetes usados sin numeración correlativa acumulados por un importe total que supera los treinta millones
de euros. El público de a pie, asombrado,
se pregunta: ¿cómo puede ser verdad tanta vileza? Y cómo pudo simultanear su actitud de caballero ofendido con el desfalco de las arcas públicas bajo el impulso
de una codicia incesante. De ahí que algunos se hayan dirigido al señor fundador
de Convergencia Democrática de Cataluña diciéndole que, tranquilo, Jordi, tranquilo, ya queda menos y con la proclamación de la independencia, pelillos a la
mar y reclusos a la calle tomando el ejemplo de La Bastilla. La versión pujolista de
“todo por la patria” queda en “todo por la
pasta”. La construcción nacional no admite distracciones. Sus impulsores maldicen de las libertades concebidas como
obstáculos a los grandes propósitos irrenunciables. Vale l
nº 1129. 2–8 de noviembre de 2015
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