Onda continua al mismo tiempo, pero que no sería un fluir continuo

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Onda continua al mismo tiempo, pero que no
sería un fluir continuo en Onda, sino la secuencia
“discreta” de esos paquetes de partículas que son
los “fotones”.
Así se abriría un campo fértil para especular
sobre la relación entre “partícula” y “onda”, como
si existiese una transmutación recíproca y
permanente entre partículas y ondas. Como si la
Onda fuese el indicio o síntoma de que estamos en
los predios de una Partícula, o el lenguaje a través
del cual se expresa la Partícula, donde lo propio
de la Partícula sería su característica discreta y su
condición de certeza, mientras que la Onda sería
su continuidad y probabilidad. Esto, fundamento
del principio de incertidumbre.
Si Materia y Energía son equivalentes, podría
pensarse que la menor unidad de Luz, el “quanto”,
es equivalente a la menor unidad de Materia. Y si la
explicación del “contuinuo” se hace totalmente noplausible, recuperaría entonces Demócrito plena
vigencia, después de limpiarlo de su concepción
mecánica del Movimiento, claro está.
Con respecto a la difusa o catastrófica frontera
entre Partícula y Onda nos queda otra compleja
reflexión: Si la Materia y la Energía son “discretas”,
¿también sus atributos de Movimiento, Espacio y
Tiempo tendrían que ser “discretos”? ¿Cuál sería
la mínima unidad de Espacio, cuál de Tiempo
y cuál de Espacio-Tiempo? Y qué de la idea de
que lo “discreto” implicaría cierto determinismo,
puesto que lo “quántico” implica indeterminación
e incertidumbre (Heissenberg).
“Muchos científicos de renombre no ven la necesidad
de abandonar las teorías del continuo que se han ido
sucediendo. Parece ser que cuando nos introducimos
en el mundo de la gravedad cuántica, es cuando
empiezan a surgir fenómenos que sugieren un posible
espacio-tiempo discreto. Esto en realidad no es una
prueba, sólo estamos hablando de que una teoría
discreta podría explicar ciertas cosas, sin abandonar
el decir que una teoría del continuo tal vez también
pudiera explicarlas. A la escala de Planck, existe un
mínimo tamaño a partir del cual interviene el principio
de incertidumbredeHeissenberg.Recientesresultados
teóricos en la teoría de las supercuerdas (con los que
no estoy familiarizado) sugieren un espacio-tiempo
discreto. La frontera de lo discreto aún está abierta, las
nuevas teorías nos depararán su resultado”45
Al físico alemán Max Planck (1858-1947) se
le debe la formulación en 1900 de la célebre
“teoría cuántica”, sobre una energía contenida
en el átomo y emitida a través de sus partículas
electrónicas, susceptible de ser mensurable por
una constante universal “quantum” (toda medida
puede desagregarse en “cuantos” pero no todo
“cuanto” es mensurable). A partir de la “teoría
cuántica” pudo revaluarse la también novedosa
teoría ondulatoria de la luz que aceptaba la energía
como un fluido continuo, cuando en realidad la
energía se comportaría simultáneamente como
ondas y partículas; es decir, como los paquetes
individuales de energía (cuantos) que son, pero
desplazándose en forma de ondas.
Entonces, la energía radiada, emitida o soltada
por el átomo no se haría de manera “continua” en
el espacio, sino emitida en paquetes discretos de
energía o “cuantos” (gránulos), no todos iguales
entre sí, proporcionalmente a la frecuencia de
oscilación de la radiación misma. La cantidad
de energía emitida por un átomo es absorbida
por otro átomo, manifestándose esto no en un
cambio de trayectoria sino en el “salto cuántico”
(ascendente si absorbe energía o descendente
si la emite) de los electrones de una capa (nivel)
a otra, lo que explicaría la indestructibilidad de
la Materia y la Energía. En últimas, todo sería
absorbido y emitido por la Materia.
Max Planck en 1900 conoció en detalle el
descubrimiento de R. W. Bunsen y Gustav Kirchhoff
sobre la universalidad de las propiedades de la
“energía radiante” que, por ser la naturaleza de la
radiación calórica completamente independiente
del carácter de los cuerpos radiantes, dependía
exclusivamente de la temperatura y de la longitud
de onda, lo lleva a descubrir cómo el calor radiante
no era una corriente continua e indefinidamente
divisible; es decir, el calor radiante sería como
una masa discontinua compuesta por unidades
(discretas), donde cada una es análoga a las
restantes.
La teoría de los “cuantos”, consistente en
que “además de la materia y de la electricidad,
también la energía misma se transforma en
átomos de energía” (fisión nuclear), haría surgir
la Física Cuántica. Esta nueva Física se basa en la
cuantificación de la energía a objetos microfísicos,
donde el átomo de energía (cuanto de acción o
fotón) sería la unidad más pequeña de energía
conocida y se da una estrecha complementariedad
entre las Radiaciones electromagnéticas, las
Partículas elementales y las Ondas.
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El Gran Concilio
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