¿QUÉ DERECHOS TIENE EL PACIENTE ? Alain Garay Cour D’Appel de Paris, 68 Boulevard Malesherbes, 75008, Paris RESUMEN La lucha por hacer valer los derechos de los pacientes ha dado lugar a la creación de una “medicina defensiva” en E.E.U.U. en la que se realizan una gran cantidad de exámenes innecesarios y a una “medicina paternalista” en Francia en la que se han adoptado una gran cantidad de normas que no llegan a aplicarse. Para el beneficio del paciente y el avance de la medicina debe encontrarse un equilibrio entre estos dos tipos de medicina. Palabras clave: Medicina defensiva, medicina paternalista, medicina estadounidense, medicina francesa, legislación francesa, legislación estadounidense, derechos de los pacientes. ABSTRACT The battle for tha patient’s rights produced two tendencies. In the U.S.A a “denfensive medicine” has arisen, this means that a huge amount of unecesary exams are practiced. Meanwhile, France has adopted a “paternalist medicine”, which has many laws that are never neforced. For the benefit of the patientes and of science a balance between these two tendeincies must be found. Key words: Defensive medicine, paternalist medicine, U.S.A. medicine, french legislation, U.S.A. legislation, patientes rights. Según una encuesta de opinión realizada en septiembre 1994, los franceses creen todavía en las promesas del progreso médico, sin embargo, la crisis del sistema de salud empieza a socavar sus certitudes haciendo surgir inquietudes. Estas interrogaciones no muestran un temor hacia la técnica médica sino más bien manifiestan la necesidad que el paciente tiene de conservar sus derechos y volver a encontrar su autonomía frente a la enfermedad y la muerte.(1) Esta encuesta ha puesto igualmente en evidencia la necesidad apremiante que tienen las personas enfermas de ser consultadas sobre los tratamientos que se les administrarán y de apropiarse de su enfermedad (83 % piensan que en caso de enfermedad grave los médicos deberían tener en cuenta la opinión del enfermo o de sus familiares próximos antes de decidir continuar o interrumpir el tratamiento, 80 % estiman que un paciente que padece una enfermedad incurable debería poder, si lo desea, poner fín a su vida). Necesitamos, por lo tanto, desarrollar una visión más extensa del estudio de los derechos de que disfruta el paciente: englobar el conjunto de relaciones entre el enfermo y la medicina. La crítica fundamental tiende a enfocar el déficit de información en la relación médico-paciente. Tal constatación general debería ser familiar antes de intentar estudiar y comprender los derechos del paciente. ¿Como definirlos? ¿Cuales son los límites que reviste el derecho al acceso de cuidados? ¿Como prevenir los riesgos del autoritarismo de los prácticos? Cara a la aumentación de textos inaplicados, a la creación de una considerable jurisprudencia y al temor de la comunidad médica frente a la rápida aparición de las reivindicaciones de los pacientes, es necesario intentar contestar primero a la pregunta: ¿Que derechos tienen los pacientes? I. De qué pacientes se trata. El paciente resignado ha desaparecido (2) dejando la plaza al enfermo que lee, se informa y se defiende la llegada la ocasión... A. En busca de nuevas relaciones entre médicos y pacientes. La crisis en la relación médico-paciente procede, por una parte, del cuestionamiento del concepto de paternalismo médico y por otra parte, de la rápida aparición de reivindicaciones propias a los pacientes. La tradición paternalista del ejercicio de la medicina ha desembocado en una relación conflictiva entre ambas partes. Los derechos de los pacientes pueden analizarse como una reacción a esta forma de poder médico en el Rev.Latinoam.Der.Méd. Medic. Leg. 1(2) / 2(1):9-12, 1996/1997 Revista Latinoamericana de Derecho Médico y Medicina Legal ejercicio de las libertades individuales (3). ¿Veremos, en nuestros días, el cambio del modelo de paternalismo médico al modelo autonómico, centrado en la información y el consentimiento a los cuidados? un margen más largo de autodeterminación para los pacientes. De esta manera, asistimos actualmente a una verdadera floración de grupos de pacientes donde cada cual se ocupa de una enfermedad o síndrome determinado, y sobre todo, se evoca de más en más la participación del paciente a su propio tratamiento. Tal participación implica, por un lado, una negociación que desemboque en una colaboración más estrecha con el médico calificado por el conjunto médico como “adhesión del paciente” - y por otro lado, el autotratamiento. Esta tramitación constructiva ha dado pie a una recomendación del Comité de Ministros del Consejo de Europa, el 30 de abril de 1980, en los términos siguientes: “La transición de la sumisión a la cooperación debe ser motivada por dos razones particulares : 1) la relación que se establece entre enfermos y profesionales debe transformarse en relación de asociados basadas en intercambios recíprocos, además, convendría accentuar la adopción de una concepción dinámica de la participación del público en la protección de la salud y de las enfermedades y a su curación” (6). Como reacción al paternalismo, el modelo de la alternativa parece ser el de la autonomía del enfermo, como ocurre en Norte América. La autonomía de la persona se inscribe aquí en el marco jurídico y social de las libertades individuales. H. T. ENGELHARDT, uno de los teóricos del principio de la autonomía en el campo del derecho y de la ética médica, enunció los límites de la referencia moral de la profesión médica sobre la cual se funda el paternalismo “combatido en la sociedad americana en general caracterizada por el liberalismo radical” (individualismo y Estado mínimo), la multiplicidad de las comunidades (especialmente religiosas) y el valor excesivo de las tecnociencias operatorias eficaces (4). Entre estos dos modelos en evolución constante tenemos que tener en cuenta la dimensión cultural de la tradición médica y del peso sociológico relativo a cada zona de influencia política, social y económica. Lo que se admite en los Estados Unidos, puede no ser admitido en Francia y al contrario. La cultura anglosajona reposa en la extrema contractualización de intercambios. Por lo tanto, debemos aprender a emanciparnos de los modelos y referencias - paternalismo o autonomía - en la medida en que no podemos reducir los intercambios entre médicos y pacientes en función de un determinismo eminentemente teórico. Algunos autores, en busca de una tercera vía - ¿ no tendríamos que hablar mejor de una red de explicaciones e interpretaciones de una realidad tan compleja que la confrontación entre un profesional y un profano ? - intentan explorar el camino de la solidaridad, de la interdependencia y de “retorno asumido de lo social” (5). Es urgente instaurar condiciones de negociación entre enfermo y médico fundadas en “un intercambio de informaciones y la toma de decisiones de cada uno de los que intervienen” (7). C. En contra de una visión consumista de los pacientes. Grande es la tentación de reducir la relación médico-paciente a un intercambio de productos o de servicios. La salud, considerada como un servicio, ha producido una visión consumista de los cuidados. La importancia de esta actitud se ha traducido en la creación de asociaciones de pacientes o de usuarios de hospitales, mismo si en Francia en particular, estos grupos han aparecido como resultado de una influencia de los profesionales de la salud. B. ¿Cuales son las necesidades y los medios en la relación médica ? Al otro lado del Atlántico, asociaciones de víctimas de accidentes terapéuticos - bajo el modelo de grupos de presión de consumidores-, en relación estrecha con despachos de abogados especializados únicamente en derecho médico, constituyen un poder fuerte e importante en oposición. El estudio del comportamiento de la salud de los pacientes indica claramente que no existe un grupo homogéneo, sino más bien diferentes categorías de personas cuya vulnerabilidad justifica la protección (este movimiento condujo ¿Cual es el interés del enfermo? Para el práctico, el verdadero desafío de la enfermedad y su pronóstico constituyen los elementos determinantes mientras que para el enfermo lo que domina es el contexto y la historia sociocultural, personal y familiar mucho más marcantes. De hecho, una era de “colonialismo médico” marcada por una tendencia a la medicalización de la sociedad, está en fase de conclusión a causa de movimientos de emancipación que reclaman 10 Alain Garay / Los Derechos del Paciente en Europa _______________________________________________________________________________________________ al reconocimiento por ejemplo, de los derechos de los inválidos, enfermos mentales, ancianos). derechos de los pacientes releva de una reivindicación mucho más moral que técnica. En efecto, podemos calcular ampliamente la efectividad de los derechos de los pacientes teniendo en cuenta todo el contencioso médico. Pero, ¿cuál es la situación del contencioso frente a la medicina? “Entre mercado y ciudadanía” numerosas vías se abren para volver a dar al paciente una plaza principal en el sistema de cuidados médicos; una posición estratégica que contribuye a la consolidación del Estado de Derecho y a la democracia (8). En efecto, no se puede construir el edificio que protegerá los intereses jurídicos de los pacientes si no se toma el tiempo de trabajar sobre el terreno de la agregación objetiva de las reivindicaciones de los enfermos. En Francia, como en la mayoría de los Estado democráticos, ciertos aspectos subrayan la fragilidad de las acciones tomadas ante los tribunales delatando un consenso global de letargo de las relaciones jurídicas entre médicos y pacientes. De esta manera, hemos contado una centena de casos llevados anualmente ante los tribunales mientras que los 180 000 profesionales de la medicina realizan, al mismo tiempo, unos 365 millones de gestos médicos. II. ¿Cuales son los derechos? La desconfianza de los discípulos de Esculapio hacia los de Temis encuentra aquí un terreno predilecto. Surgen viejos temores y el rechazo de una sociedad contenciosa, al estilo americano, frente a la medicina. B. Hacia un nuevo arreglo jurídico y ético de los derechos del paciente. Nada seria más ilusorio que suscitar una controversia o un antagonismo categorial que convirtiera el derecho del paciente en “un arma de guerra” contra el conjunto médico. Está aprobado además que ciertas circunstancias sociales y técnicas penosas alteran grandemente la relación personal e instrumental en ellos; la falta de información, de escucha y de comunicación, la perspectiva de esta categoría de personas al tratamiento de la enfermedad, las presiones económicas y de presupuesto, la falta de humanidad de numerosas unidades de cuidados y los reflejos corporativos de la profesión médica que conducen a ciertos prácticos a elevarse como doctores de la ley (9). A. El desarrollo contemporáneo de “listas” de derechos de los pacientes. En América del norte, una sociedad contenciosa ha sido favorable al desarrollo de una medicina llamada defensiva, fundada en la multiplicación de exámenes médicos inútiles. Numerosos son los cuidados rehusados por causa de los riesgos implicados y de las primas de seguros elevadísimas en comparación con Europa. En Francia, asistimos, desde hace varios años, a un crecimiento de textos protectores de los derechos de la persona enferma pero que permanecen sin aplicarse. La desigualdad y la dispersión de los textos constituyen factores de resistencia para llegar a conocerlos y aplicarlos. Tanto más que la definición misma de derechos del paciente debe ser afinada: se hace referencia no sólamente cuando se está enfermo sino también en multitud de otras situaciones de cuidados, prevención, obligaciones profesionales (embarazo, seguro social, médicina del trabajo). En la ausencia de una codificación de los textos inconexos y de una formulación de los “derechos de la persona con relación al sistema de salud”, el usuario de los establecimientos de cuidados no puede reivindicar un ejercicio regular. A nivel internacional, un cierto número de declaraciones sobre los derechos de los pacientes han sido adoptados en el marco de la Unión Europea del Consejo de Europa: Principles of the Rights of Patient’s in Europe (OMS, Amsterdan, marzo de 1984), Declaration on the Rights of the Patient’s (Word Medical Association, 1995). La expresión de los Cara a la instrumentalización del cuerpo humano, el recurso al derecho tiene como finalidad el preservar la identidad y la existencia del hombre en su globalidad – “el hombre total” según la expresión anglo-sajona - solo de naturaleza a proteger la libertad individual. Esta visión global de la relación médico-paciente invita a reflexionar de nuevo sobre las modalidades de las relaciones que unen las dos partes del contrato médico. Debe encontrarse un nuevo equilibrio entre, por un lado, los médicos, influenciados por su cultura paternalista, y del otro, los enfermos, inclinados a buscar siempre a defenderse en el terreno jurídico sólamente y cuando demuestra ser, posteriormente, demasiado tarde. La tendencia al cambio de una relación pasiva a una relación activa entre estos dos asociados va unido a la repartición de la responsabilidad de la enfermedad y de la salud a la vez por el 11 Revista Latinoamericana de Derecho Médico y Medicina Legal enfermo y por el reajuste jurídico las mutaciones relaciones de concernido. médico. Es, entonces, hacia un y ético que conviene asegurar culturales que afectan las la médicina y del público 3. El libro de Ivan lllich intitulado Némésis médicale, l’expropriation de la santé, (Paris, Seuil, 1975) que es un bestseller a contribuido a popularizar la denunciación del poder médico. Hay que insistir sobre el vínculo ciudadano y no paternal y autoritario que debe unir los diferentes actores del sistema de cuidados. La ciudadanía no se decreta, se comparte. Invita a garantizar la emancipación del paciente haciendose cargo más seriamente del objetivo que se busca, de las necesidades y de las reclamaciones de los enfermos. Desde ese punto de vista, la experiencia de los derechos de los pacientes nos hace estar conscientes de que los individuos no quieren abandonar su salud ni a la ciencia ni a los profesionales. Es interrogarse sobre el concepto de la enfermedad en su origen mismo, porque como señala Georges Canguilhen, la “tarea propia de la ciencia médica es de determinar cuales son los fenómenos vitales en los cuales los hombres se dicen enfermos, cuales son los orígenes, las leyes de evolución, las acciones que los modifican” (Le normal et le pathologique, P.U.F., pág. 74). 4. The foundations of Bioethics, Oxford University Press, 1986. Para una presentación detallada de « la ética procedural », del mismo autor, haremos referencia a la obra Aux fondements d’une éthique contemporaine - H. JONAS et H.T. ENGELHARDT, en perspective, Dir. F. HOTTOIS, Vrin, Paris, 1993. 5. S. RAMEIX, Du paternalisme à l’autonomie des patients, L’exemple du consentement aux soins en réanimation, Médecine et Droit, n° 12 mayo-junio, 1995, del mismo autor leer Fondements philosophiques de l’éthique médicale, Ellipses, 1996. 6. Recomendación n° R (80)4 concerniente a la participación activa del enfermo a su propio tratamiento. Ver también P. CATHEBRAS, Relation médecin-malade, quelques repères, Le Concours médical, 16 de octubre de 1983, pág. 2853-2859. 7. J. L. Baudoin, M.H. Parizeau, Réflexions juridiques et éthiques sur le consentement au traitement médical, Médecine-Science, 1987, n° 3, pág. 11. 8. Bajo la dirección de M. Chauviere et de J.F. Godbout, Les usagers entre marché et citoyenneté, Ed. L’Harmattan, Logiques sociales, 1992. 9. Esta es la tendencia que confiere a los profesores de medicina la autoridad de decir y discutir el derecho médico pese a la falta de conocimientos universitarios y de practica en materia juridica. No es extrano encontrar articulos o explicaciones con un enorme contenido juridico escritos por médicos desprovistos de toda formacion de técnicas juridicas. Literatura citada y notas 1. 2. Sondaje Sofres-Mutualité Fonction Publique (29-30/09/1994) :, Comunicado de Journées de l’Institut Mutualiste Montsouris, De l’éthique aux droits des patients, Les français face à la maladie Paris, 27-28 de octubre de 1994. H. HAMON, Le malade consommateur, L’exercice médical dans la société : hier, aujourd’hui, demain, Colegio nacional de médicos, París, Masson, 1995. 12