ANA NAVARRO UNIDAD DE CUIDADOS PALIATIVOS DE LA ASOC. DE LUCHA CONTRA EL CÁNCER «El médico está para curar, pero también para cuidar hasta el final» «Las necesidades nos han terminado desbordando» «Hay una tradición de ocultar la información al paciente para protegerlo» J. P. P./MURCIA Ana Navarro lleva nueve años acompañando el sufrimiento de cientos de enfermos en sus últimos meses de vida. Coordina la unidad de cuidados paliativos de la Asociación de Lucha contra el Cáncer, ubicada en La Arrixaca. Tan sólo dispone de dos médicos y dos enfermeros para cubrir las necesidades de un área que comprende a medio millón de habitantes. Un claro ejemplo de la escasa infraestructura con que cuenta actualmente la sanidad pública para hacer frente a una realidad que va a más por el envejecimiento de la población y el alargamiento de los procesos médicos. EXPERTA. Ana Navarro, en - ¿A cuántos pacientes atienden actualmente? su despacho de La Arrixaca. / JUAN LEAL - En estos momentos a 60, en el programa de atención a domicilio. Sólo atendemos a enfermos oncológicos. En el futuro, se atenderá a todos los que necesiten cuidados paliativos, aunque no tengan cáncer. - ¿En qué situación se encuentran ahora esos enfermos que se quedan fuera? ¿Están desatendidos? - Tienen sólo el apoyo a domicilio de los médicos de Atención Primaria. - ¿Los cuidados paliativos han estado abandonados por parte de la sanidad pública? - No diría eso. Es una necesidad que ha ido surgiendo poco a poco. El avance de la medicina ha permitido que la gente viva más. Es una necesidad que, de alguna manera, ha crecido más rápido de lo normal y nos ha desbordado. Algunas especialidades, como Oncología y Geriatría, han cuidado más estos aspectos, y otras se han centrado más en la curación. Durante muchos años, el médico ha estado sólo para curar y, de alguna manera, asumir la muerte ha costado un poco, porque es un fracaso. La función es curar, pero también cuidar y atender al enfermo hasta el final. - La Consejería está preparando un protocolo de sedación. ¿Hay en estos momentos un vacío legal, que propicia polémicas como la de Leganés? - No. Algunas veces te enfrentas a cuestiones éticas, que hay que cuidar. Pero normalmente no se plantean problemas de este tipo. La propia enfermedad va marcando las necesidades, el momento de la sedación. Siguiendo unas normas éticas básicas, no hay ningún problema. En los casos en que la sedación no está indicada, no hay que llevarla a cabo. - ¿Cómo afrontan la atención a la familia? - Éste es uno de los cambios más importantes. No sólo se cuida al enfermo, también a la familia. Son situaciones muy estresantes. Muchos familiares tienen que dejar su trabajo y viven situaciones muy duras. - ¿Cómo se informa a la familia y al paciente del carácter terminal de la enfermedad, de la proximidad de la muerte? - En España todavía falta mucho camino por recorrer, porque tenemos mucha tradición de ocultar para proteger al enfermo de lo que está pasando. Normalmente hay un trabajo previo por parte del oncólogo. Pero cuando llegamos nosotros, a veces hay muchos miedos. Muchas familias nos dicen que el enfermo no sabe nada, que tengamos cuidado. En realidad, es el paciente el que nos marca lo que quiere saber y cuándo. Lo primero que tenemos que hacer es conocerlo, y después la información se da de forma gradual, en sucesivas visitas.