Polarization and Conflict: Theoretical and Empirical Issues

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DESIGUALDAD, POLARIZACION Y CONFLICTO SOCIAL
Alessandra Conte
Documentos de Investigación del Programa de Doctorado de Economía Aplicada
Universitat Autonoma de Barcelona
Diciembre 2008
Departament d’Economia Aplicada
Universitat Autònoma de Barcelona
E-08193 Bellaterra (Cerdanyola del Vallès)
www.ecap.uab.es
Este trabajo constituye una versión reducida del trabajo de investigación “Desigualdad,
Polarización y Conflicto Social”, dirigido por Joan María Esteban y presentado como parte
del Programa de Doctorado en Economía Aplicada de la Universitat Autònoma de Barcelona.
ABSTRACT.
In this research we present a causal analysis between inequality of income distribution and
conflict, as measured by the number of homicides and arrests. The aim is to analyze the
influence of different dimensions of income distribution and other economic factors on social
conflict by an econometric analysis for 34 countries for the period 1990-2001. The analysis
shows how the antagonism between different economic groups, captured by the economic
polarization, affects the probability of violence. We compare the results with the conventional
measure of inequality (Gini index). Finally, in a cross section analysis for 2001, we study the
problem of individual perception of reality and economic issues. Polarization and inequality
indexes, for the continuous case, show the role that individual economic opinion has on the
probability of conflicts.
Key words: Social Conflict, Inequality, Polarization, Income
RESUMEN.
En la presente investigación se postula un análisis relacional entre la desigualdad en la
distribución de los ingresos y el conflicto, en las formas de homicidios y arrestos. El objetivo
consiste en analizar la influencia que tienen las diferentes dimensiones de la distribución de
los ingresos y otros factores económicos, sobre el conflicto social, a partir de un examen
econométrico referido a 34 países a lo largo del período 1990-2001. El análisis muestra cómo
el antagonismo entre los diferentes grupos económicos, capturado por la polarización
económica, afecta a la probabilidad de violencia; además se comparan los resultados con la
convencional medida de desigualdad (el índice de Gini). Por último, en un análisis crosssection para el año 2001, se afronta el problema de cómo los individuos perciben la realidad y
los temas económicos. El cálculo de índices de polarización y desigualdad, para el caso
continuo, ha demostrado el papel que las opiniones de los individuos en temas económicos
pueden tener sobre la probabilidad de conflictos.
Palabras clave: Conflicto Social, Desigualdad, Polarización, Ingresos
1
1. Introducción
En las ultimas décadas, se ha verificado un aumento del número de los conflictos y de su
duración media (Montalvo y Reynal-Querol, 2005; Collier et al., 2004); la inestabilidad y las
tensiones sociales, internas a los países, se han convertido en algo de más común que la
guerra internacional, marcando un cambio profundo en la naturaleza del conflicto. Los
conflictos en el mundo, en sus manifestaciones específicas (huelgas, disturbios,
demostraciones colectivas, arrestos, protestas civiles, conflictos laborales, crímenes y guerras
civiles) afectan a millones de personas y provocan la pérdida de oportunidades económicas en
términos de crecimiento y de desarrollo humano.
Sólo recientemente los conflictos han sido reconocidos como uno de los principales
impedimentos para el desarrollo económico y la magnitud de los costes de los últimos
conflictos en varios países ha llevado a sus análisis en la moderna economía del desarrollo;
una amplia literatura ha teorizado, cuantificado y analizado las causas económicas de los
conflictos, su duración y su impacto sobre el desarrollo económico y social (Montalvo y
Reynal-Querol, 2005).
La literatura económica más reciente ha sido, por lo general, dominada por el análisis de las
guerras civiles de gran escala 1 (Fearon, 2002; Collier et al., 2004). Aunque si la guerra civil
representa un importante obstáculo para el desarrollo, muchos países se ven afectados por
conflictos de más baja intensidad. Existen pocos estudios relacionados con los conflictos
internos y esta falta de preocupación en la literatura del desarrollo hacia las formas internas de
inestabilidad social resulta coherente con la tendencia de la literatura económica más reciente
de comprender lo que activa las guerras y la violencia, con el fin de prevenir la aparición de
conflictos de gran escala y desarrollar enfoques sostenibles para la seguridad humana.
En la presente investigación se postula un análisis relacional entre la desigualdad en la
distribución de los ingresos y el conflicto, en las formas de homicidios y arrestos, con el
objetivo de analizar y discutir la influencia que las diferentes dimensiones de la distribución,
y otros factores económicos, tienen sobre el conflicto social, a partir de un examen
1
En términos generales, la guerra civil se define como un conflicto en el que la acción militar se manifiesta entre
diferentes agentes de un país; se trata de un conflicto organizado en el que los grupos no estatales tratan de tomar
el control (en todo el país o en parte del país) y de cambiar las políticas gubernamentales y en el cual se registran
al menos 1000 muertes en batalla como resultado de la guerra.
2
econométrico referido a 34 países a lo largo del período 1990-2001. El análisis muestra en
particular cómo el antagonismo entre los diferentes grupos económicos, capturado por la
polarización económica, afecta a la probabilidad de violencia; se comparan además los
resultados de la capacidad explicativa de la medida de polarización con la convencional
medida de desigualdad (el índice de Gini). Por último, en un análisis cross-section para el año
2001, se ha afrontado el problema de cómo los individuos perciben la realidad y los temas
económicos. El cálculo de índices de polarización y desigualdad, para el caso continuo, ha
demostrado el papel que las opiniones de los individuos en temas económicos pueden tener
sobre la probabilidad de conflictos.
El trabajo se inicia con una reseña de las principales corrientes de pensamiento sobre el
debate desigualdad-polarización-conflictos. Posteriormente se describen los datos utilizados,
los resultados empíricos y las conclusiones.
2. Literatura sobre desigualdad y conflicto
Desde la publicación de un documento de Russett en el 1964, en el cual se encuentra
evidencia de una relación lineal entre el coeficiente de Gini y el número de muertes violentas
entre 1950 y 1962, se han realizado varios análisis para determinar la relación entre
desigualdad y conflictos. A pesar de la persistencia del tema en la literatura económica, se han
producido resultados divergentes y mientras algunos estudios econométricos han demostrado
que el conflicto social aumenta en presencia de desigualdad en la distribución de los activos
(Alesina y Perotti,1996), otros no han encontrado una relación causal entre los dos fenómenos
(Collier y Hoeffler, 1998; Fearon y Laitin, 2003).
Con diferentes líneas de investigación, la literatura más reciente ha proporcionado trabajos
sobre los determinantes económicos de los conflictos, en sus varias manifestaciones
específicas (huelgas, disturbios, manifestaciones colectivas, arrestos, protestas civiles,
conflictos laborales, crímenes y guerras civiles). Dollar et al. (2000) analizan el impacto de
las desigualdades entre los grupos y de las divisiones étnicas sobre los conflictos civiles.
Becker (1968), Fajnzylber et al. (1998) muestran cómo la desigualdad socioeconómica
repercute en la delincuencia y en la criminalidad. Fajnzylber et al. (1999, 2000) evalúan la
incidencia de la desigualdad de los ingresos sobre las tasas nacionales de homicidios y robos,
a través de una estimación GMM y muestran una relación positiva y significativa entre las
tasas de crimen y la desigualdad; Jacobs y Helms (1996, 2001) encuentran efectos positivos y
significativos de la desigualdad en la distribución de los ingresos sobre la tasa de
3
encarcelamiento (periodo 1953-1998) y la tasa de admisión a la cárcel (periodo1950-1990).
Boix (2004) demuestra que la desigualdad de los ingresos es estadísticamente significativa en
la explicación de la aparición de diferentes formas de conflictos domestico (guerras civiles,
revoluciones, asesinatos políticos y disturbios).
La literatura económica más reciente sobre conflictos se ha centrado alrededor de la tesis
greed versus grievance (codicia vs. descontento) propuesta por Collier (1999) y Collier y
Hoeffler (1998, 2000). Contrario al supuesto de larga vigencia, de acuerdo con el cual habría
conflicto donde hay pobreza, desigualdad o distancias insuperables, este enfoque se basa
principalmente en resaltar la avaricia de los grupos rebeldes como la causa del conflicto. En
el documento “Las causas económicas de las guerras civiles y sus implicaciones para el
diseño de políticas”, Collier (1998) afirma que los conflictos internos no están
correlacionados con medidas objetivas de injusticia, tales como la ausencia de democracia y
de derechos políticos, desigualdad o divisiones religiosas o étnicas. Para el autor los factores
que generan conflicto no son las causas objetivas sino las posibilidades de lograr ingresos por
las actividades de conflicto. En otro documento, Collier y Hoeffler (1999) buscan responder a
la pregunta de si es la sed de justicia o la depredación la causante de los conflictos civiles;
encuentran “evidencia positiva de rebelión en búsqueda de justicia”, sin embargo, el impacto
de los factores que implican saqueo domina aquellos que implican justicia. En Collier y
Hoeffler (2001) se estudian 47 países con conflicto interno y los resultados empíricos apoyan
la tesis de la viabilidad, no rechazando necesariamente los demás factores que se asocian con
un conflicto. Posteriormente, en una versión nueva del documento, en el que se amplía el
número de casos de conflictos y países y se incluyen nuevas variables (el efecto de las
diásporas, la polarización étnica y religiosa, la desigualdad en la distribución del ingreso y la
tierra, las condiciones geográficas, la dispersión de la población y la situación durante la
guerra fría), además de confirmarse que la pobreza y una alta participación de exportaciones
de bienes primarios favorecen la existencia de rebeliones, las diásporas aparecen como un
factor significativo en la existencia de una rebelión, mientras que las medidas de desigualdad
y polarización no aparecen como significativas.
Los últimos defensores de la tesis de que la desigualdad económica provoca conflictos
sociales, incluyen los trabajos de Muller (1997) y Nafziger y Auvinen (2002). Mientras
Muller pone el énfasis en el contexto de los debates sobre la relación entre desarrollo y
democratización, Nafziger y Auvinen (2002) demuestran que bajos niveles de ingreso per
capita, un crecimiento de ingresos bajo o negativo y el estancamiento de la producción
agrícola son factores importantes en la aparición del conflicto. Otros factores identificados
4
por los autores como fuertemente correlacionados con el conflicto son el gasto militar y el
historial de conflictos previos. Estiman además que altos niveles de desigualdad también
están asociados con la propensión al conflicto, "sobre todo si refleja o contribuye a una gran
desigualdad entre grupos regionales, étnicos o de clase" (Nafziger et al., 2000; II, p3).
El concepto de desigualdad horizontal entre grupos es un elemento nuevo en el enfoque de
los orígenes económicos del conflicto, puesto que sugiere nuevas perspectivas a la hora de
definir los programas de desarrollo o asistencia económica.
Stewart (2002) ha argumentado que las desigualdades horizontales, definidas por la autora
como las diferencias entre los grupos en términos de oportunidades políticas, acceso social,
recursos económicos, empleo e ingresos, juegan un papel importante en determinar cuándo y
donde los conflictos se llevarán a cabo. De esta manera, Stewart (2002) demuestra que las
desigualdades horizontales han provocado algún tipo de violencia, incluyendo la guerra civil
como en los casos de Uganda, Sri Lanka, Sudáfrica, Irlanda del Norte, rebeliones menos
graves como en Chiapas, golpes como en Fiji, disturbios periódicos y delincuencia en
EE.UU., ocasionales disturbios raciales como en el caso malasino y un alto nivel de
delincuencia en Brasil. En un análisis empírico con datos subnacionales para Nepal, Murshed
y Gates (2004) han encontrado que sistemáticas desigualdades socioeconómicas entre las
diferentes regiones y grupos étnicos se asocian de manera consistente a los conflictos. Basado
sobre la base de datos de Minorities at Risk (MAR), Gurr (2000) encuentra que donde hay
fuertes problemáticas de identidades de grupo (diferencias políticas, económicas, culturales),
la protesta es más probable. Los datos de Gurr proporcionan un firme apoyo a la hipótesis de
que las desigualdades horizontales son susceptibles de conducir a la violencia.
3. Polarización y conflicto
Solo recientemente ha sido argumentado que es el concepto de la polarización económica,
más que el de la desigualdad, lo que permite explicar el nivel de conflictividad de una
sociedad (Esteban y Ray, 1994, 1999; Wolfson, 1997; Esteban, Gradín y Ray, 1999; ReynalQuerol, 2002; Duclos et al., 2004; Zhang y Kanbur, 2001; Wang y Tsui, 2000; Chakravarty et
al., 2007).
La polarización como concepto no es novedoso; Marx ya había reconocido el potencial que la
polarización de las clases tenía sobre el conflicto social; sin embargo, es en el 1994 que
Esteban y Ray dan la exposición formal de este fenómeno y presentan la polarización como
concepto y la derivación de su medida (para el caso discreto). La polarización viene
5
concebida como un factor determinante de las situaciones de conflicto, pretendiendo servir
como medida alternativa a las medidas de desigualdad económica al prestar atención al grado
en que la población se agrupa, según ciertas características, alrededor de un número dado de
polos o grupos a cierta distancia 2 .
Esteban, Gradin y Ray (1999) introducen una extensión de la medida de polarización para
aplicarla a funciones de densidad, proponen un método de determinación del número y
localización de los grupos, y examinan la polarización de la distribución de los ingresos de los
hogares para 5 países de la OECD y un periodo de 6 años, según los datos del Luxemburg
Income Study (LIS). En la misma línea de investigación, Esteban, Ray y Duclos (2004) (para
el caso continuo) demuestran que, para 21 países, la polarización y los índices de desigualdad
difieren en repetidas ocasiones. Esteban y Ray (1999), como aplicación de la medida de
polarización del trabajo del 1994, vinculan directamente la polarización con el conflicto
social, proponiendo un modelo de comportamiento que relaciona la distribución de una
característica dada en la sociedad con el grado de conflicto social y demostrando, entre otros,
que el conflicto es más probable cuando la sociedad está bi-polarizada y ambos polos se
encuentran a la máxima distancia posible. Esteban y Ray (2006) extienden su modelo teórico
inicial considerando además la decisión de las soluciones conflictivas frente a las soluciones
negociadas, es decir, considerando la emergencia de los conflictos y encontrando una relación
no monótona entre ellas.
Las aplicaciones de la polarización como concepto y como medida se han extendido a varios
tipos de conflictos. El uso de medidas de polarización para estudiar la asociación de alguna
característica en la población (económica, étnica y religiosa) con los conflictos civiles es muy
reciente (Reynal-Querol, 2002; Montalvo y Reynal-Querol, 2005; Schneider y Wisehomeier,
2006). Reynal-Querol (2001) constituye el primer trabajo que aborda el estudio econométrico
de los conflictos internos sobre la base del estudio de la distribución de una característica en
la población. Reynal encuentra que la polarización religiosa es un factor importante para
explicar la incidencia de las guerras civiles, mientras que las diferencias étnicas no resultan
tan importantes en el modelo. Reynal-Querol (2002) analiza empíricamente el efecto de la
2
La noción de polarización surge, en la literatura económica, a partir de los trabajos de Esteban y Ray (1994),
Esteban, Gradin y Ray (1999) y Esteban, Ray y Duclos (2004). Estos autores definen formalmente el concepto
de polarización y proponen de medirlo a través la suma de antagonismos entre individuos pertenecientes a
grupos distintos, y concibiendo tales antagonismos como una combinación de una medida de alienación entre
grupos y una medida de identificación al interior de los grupos.
6
división étnica en las guerras civiles y la estabilidad de un sistema político, en otras palabras,
su capacidad para prevenir conflictos. Reynal-Querol y Montalvo (2000) analizan la
incidencia de la diversidad religiosa en el desarrollo económico. En especial, demuestran
empíricamente que los índices de polarización son más apropiados que los índices de
fragmentación al medir cómo la diversidad (religiosa en este caso) influye en el crecimiento
económico. Reynal-Querol (2002) y Montalvo y Reynal-Querol (2005) construyen los índices
de polarización étnica y religiosa, modificando la medida propuesta por Esteban y Ray (1994)
y asumiendo una distancia constante entre grupos, dada la dificultad de cuantificar distancias
étnicas o religiosas. Estas medidas, aunque afines a las medidas de polarización económica,
en cuanto tratan de medir distribuciones grupales, definen la existencia de grupos por
características no económicas, sino étnicas o religiosas.
4. Conflictos sociales, desigualdad y polarización económica: datos
Una de las razones por la cual los estudios cross-country sobre conflicto social son poco
comunes es debida a la dificultad de comparar indicadores de conflictividad social entre
países, ya que problemas de subregistro, codificación y la falta de uniformidad en las
definiciones de las variables están asociados con la mayoría de los datos sobre conflicto. De
acuerdo con la literatura empírica (Lynch, 1995; Fajnzylber et al., 2000) y para reducir los
sesgos causados por errores de medición, este documento se centra sobre los fenómenos de
conflictividad social que son menos susceptibles de verse afectados por problemas de
mismeasurement. Se proponen dos ecuaciones en las cuales las variables dependientes son las
tasas nacionales de homicidios, (expresiones extremas del conflicto social) y el total de la
población detenida, sobre 100.000 habitantes. La fuente principal de estos datos ha sido la
octava Encuesta acerca de las Tendencias del Crimen y de las Operaciones de los Sistemas de
Justicia Criminal de las Naciones Unidas (2001-2002), un recurso que proporciona datos
bastante completos sobre homicidios y arrestos para un gran número de países. En el caso de
missing value, para la categoría de los homicidios, donde posible, se han utilizado los datos
oficiales de la Organización Internacional de Policía Criminal (Interpol, 2000) y de la
Organización Mundial de la Salud (2007), mientras que para la categoría de la población
detenida, la otra fuente consultada ha sido el informe del Internacional Centre for Prison
Studies (2007).
7
Los datos utilizados sobre la distribución de los ingresos son de la UNU-WIDER World
Income Inequality Database (WIID) que recoge y almacena la información sobre la
desigualdad de los ingresos para los países desarrollados, en desarrollo y países en transición.
Ha sido utilizada la versión WIID2 del 2007 que es una nueva actualización de la base de
datos de Deininger y Squire (1996) del Banco Mundial, e incluye las nuevas estimaciones del
Luxembourg Income Study y Transmonee y nuevas fuentes disponibles. En conformidad con
las investigaciones precedentes, este análisis se centra en el coeficiente de Gini como la
medida de dispersión en la distribución de los ingresos 3 .
Con respecto a los índices de polarización económica, los trabajos de Esteban, Gradin y Ray
(1999), Esteban (2002) y Gradin (1998) representan entre los mayores intentos de
construcción de este tipo de indicador 4 . Con respecto a la construcción de los índices de
polarización, el procedimiento realizado consiste en lo siguiente. En primer lugar, se ha
tomado el ingreso per capita PPP-ajusted (population-weighted income per capita) de cada
país y cada año y con esto se ha obtenido la media de cada distribución. Como complemento
de esta media, se ha considerado la información relativa a la distribución del ingreso de cada
país contenida en los reportes microeconómicos de ingreso de la UNU-WIDER y de
Deininger y Squire (1996); de estos estudios se han tomado, para los países y años
disponibles, las participaciones de ingreso por deciles para obtener una mejor aproximación
de las distribuciones de ingreso alrededor de la media. De esta manera, se ha obtenido, para
los 34 país y 12 años (donde disponibles) una distribución del ingreso sobre la población
descompuesta en 10 deciles. Estos datos son los que se han utilizado en este análisis para
construir, para cada uno de estos países y años, y de la misma manera que lo hacen Esteban,
Gradin y Ray (1999), Esteban (2002) y Gradin (1998), pero con datos de la UNU WIDER, los
índices de polarización económica, contando con datos de ingreso distribuidos en diferentes
grupos de los que se conoce su tamaño o población 5 . Se obtienen así medidas de polarización
3
Algunos países poseen múltiples medidas de desigualdad de los ingresos en un determinado nivel de calidad y
para un momento determinado. En estos casos, han sido calculados los valores promedio del coeficiente de Gini.
4
Esteban, Gradin y Ray (1999) calculan la polarización económica para 5 países, un período de 6 años y para
tres valores diferentes de α, estudiando la evolución de tal fenómeno, la dependencia del parámetro α y
comparando tales medidas con el índice de Gini. Algo similar realiza Esteban (2002) para países de la cuenca del
mediterráneo y Gradin (1998) para 25 de los países de la base de datos del Luxemburg Income Study (LIS).
5
Para el calculo de estos índices se han fijado valores de α=1 y β=1; estos parámetros miden el grado de
aversión a la polarización y el peso que se le da a tal dispersión al interior de los grupos respectivamente.
8
para los 34 países y un período de 12 años según distribuciones de ingreso estimadas por la
UNU WIDER (2007). Son estos índices de polarización económica los utilizados en lo que
sigue de este análisis.
4.1. Otros datos
Además de las medidas de desigualdad y polarización económica se utilizan como variables
independientes, el ingreso per capita, la población urbana (porcentaje de la población que
vive en la ciudad sobre la población total), el gasto militar (como porcentaje del GDP), el
nivel de desempleo y el nivel de educación.
Es razonable pensar que la presencia de conflictos sociales sea menos probable cuanto más
alto sea el nivel de desarrollo, aproximado por el ingreso per capita 6 . Puede pensarse además
que la tasa de población urbana influya directamente en la probabilidad de ocurrencia tanto de
los homicidios como de la probabilidad de ser detenido, aumentando el número de potenciales
rebeldes y haciendo difícil el control estatal. El grado de heterogeneidad, desigualdad y
polarización de la población, pueden además incrementar la probabilidad de conflictos
pudiendo ocurrir en estos casos situaciones de posiciones o intereses contrarios 7 .
Finalmente, ha sido abundantemente argumentado en la literatura empírica que el nivel de
educación tiene un papel importante en la explicación de la probabilidad de manifestaciones
de conflictividad social (Fajnzylber, et al., 2002), así como hay evidencia empírica de que
altos niveles de encarcelamiento se encuentran bajo las condiciones de altas tasas de
desempleo (Chiricos y Delone, 1992).
Respecto a las fuentes de las anteriores variables, se ha recurrido a las siguientes bases de
datos. En cuanto a los datos de ingreso per capita y población se utilizan los proporcionados
por la Penn World Table 6.2 (Heston, Summers y Aten, 2006). Los datos sobre desempleo
(como porcentaje de la fuerza de trabajo) han sido extraídos de las estadísticas del World
Development Indicator del Banco Mundial (2005), mientras que los datos sobre educación
(tasa de alfabetización de los adultos-proporción de la población adulta con más de 15 años de
6
Varios autores han argumentado de diferentes maneras la utilidad de incluir el ingreso per capita en los análisis;
Fearon y Laitin (2003) lo utilizan como proxy de la capacidad financiera, administrativa, política y militar de los
Estados y del grado de penetración de la administración central. Collier y Hoeffler (2004) piensan en el
crecimiento del ingreso per capita como proxy de las nuevas oportunidades de ingreso.
7
Véase Sambanis (2004) y Fearon y Laitin (2003).
9
edad que sabe leer) se encuentran disponibles en las estadísticas de la UNESCO (2005). Para
los datos sobre gasto militar se ha utilizado la base de datos del Stockholm International
Peace Research Institute (2004).
4.2. Índices de Percepción de la desigualdad
Todas las medidas de polarización publicadas hasta el momento se caracterizan por ser
medidas (univariantes o multivariantes) definidas sobre un número pequeño de variables
(hybrids 8 ). Esto contrasta claramente con la realidad social, en la que los sentimientos de
identificación y alienación de los individuos respecto a los restantes miembros de la
colectividad se definen claramente sobre una base multivariante. Cualquier individuo, en la
realidad, a la hora de identificarse con otro individuo de su comunidad, toma en consideración
las características de éste en cualquier dimensión posible. Lo mismo puede afirmarse respecto
a los sentimientos de alienación. El enfoque hacia el estudio de la polarización y de la
desigualdad que se expone a continuación está centrado en identificar el peso que la
dimensión referida a la percepción de algunos aspectos económicos tiene en la decisión de
identificación y polarización de cada individuo. La “dimensión económica” ha sido calculada
sobre el conjunto de las “opiniones” sobre temas económicos y capturada a través de las
respuestas dadas a las preguntas incluidas en la cuarta ola del cuestionario del World Value
Survey (2000-2001) 9 .
El cuestionario incorpora un abanico de aproximadamente 420 preguntas. A partir de este
abanico general de preguntas, en cada país se llevan a cabo encuestas sobre muestras
representativas de sus sociedades respectivas. Estas encuestas no integran la totalidad de las
420 preguntas sino que, en cada país, la encuesta que efectivamente se realiza a los individuos
integrantes de la muestra para dicho país está formada por un subconjunto de 200 preguntas
extraídas de esas 420 preguntas. Las preguntas que se incluyen en el estudio son todas ellas
preguntas que dan lugar a una respuesta cualitativa. Posteriormente, los resultados de la
encuesta son presentados de modo tal que las respuestas se encuentran codificadas
8
Ver Duclos, Esteban y Ray (2004).
9
La WVS, surgida de un estudio realizado en el 1981 por el European Values Survey Group, está diseñada para
proporcionar datos cross-national sobre actitudes culturales, valores y creencias de los ciudadanos adultos
(mayores de 18 años).
10
numéricamente 10 . En Bandyopadhyay et al. (2008) se computan índices individuales de
localización política y de radicalismo religioso mediante la conocida técnica estadística de
componentes principales. Usando la misma metodología, se ha construido una “dimensión
económica”, es decir la dimensión que sintetiza las opiniones de la gente acerca de algunos
aspectos económicos en cada sociedad. Finalmente, se ha aplicado la medida de desigualdad y
de polarización continua DER (2004) sobre la citada dimensión a efectos de analizar el grado
de identificación y antagonismo de los individuos en cada sociedad.
El uso de estos índices permitirá el ejercicio de contrastar cual de las nociones de desigualdad,
“objetiva” y “percibida”, explica el grado de conflictividad.
5. Análisis empírico
Los exámenes efectuados son sobre una muestra bastante heterogénea: 34 países,
desarrollados o no, forman parte del muestreo y del periodo considerado que va desde el 1990
a 2001. El Estimador OLS (Mínimos Cuadrados Ordinarios) aplicado a datos de panel, en
modelos estáticos, es el utilizado. Las estimaciones han sido efectuadas con el programa
estadístico STATA.
A pesar de la importancia de los vínculos entre conflicto social y factores económicos, se
puede considerar que la heterogeneidad de la muestra, sobre todo del punto de vista de las
características sociales, culturales y económicas de cada uno de esos países, reduce la
pertinencia de los resultados obtenidos y por esto se introducen efectos fijos.
Las variables dependientes son la tasa de homicidios y la tasa de encarcelamiento (ambas para
100.000 habitantes). Las variables económicas susceptibles de explicar la evolución de la tasa
de homicidio y de la tasa de encarcelamiento son el índice de Gini, el índice de polarización
económica (Esteban, Gradin y Ray, 1999), el ingreso per capita, la tasa de urbanización, la
tasa de escolarización, el nivel de desempleo y el gasto militar.
10
Por ejemplo, en las preguntas a las que les corresponde una respuesta de sí o no, se procede a dar un valor 00
cuando se contesta sí y un valor 01 cuando se contesta no – o viceversa. Hay que tener en cuenta que dado que
las respuestas que admiten las diversas preguntas son muy distintas (junto a las preguntas de “sí o no”, hay
preguntas que exigen posicionar al encuestado en una escala de 0 a 10), también las codificaciones que se dan a
las respuestas son muy diferentes. Con el objetivo de que las codificaciones que se dan a las respuestas de las
distintas preguntas reflejen “verdaderamente” una orden creciente o decreciente en intensidad de la respuesta, se
ha procedido a recodificar algunas de las respuestas.
11
El procedimiento econométrico se ha desarrollado en dos etapas:
a) La primera etapa consiste en examinar un modelo explicativo del conflicto social a partir
de una serie de regresiones econométricas. En esta etapa, se tratará de estimar el vínculo entre
la tasa de homicidios y la tasa de encarcelamiento (analizadas separadamente) y las diferentes
variables explicativas tomadas simultáneamente. La comparación de los valores y de los
umbrales de significación de esos coeficientes estimados permite identificar, entre todos los
factores introducidos en el modelo, aquellos que explican la evolución de los homicidios y de
población reclusa, con un modelo en datos de panel.
b) En una segunda etapa del procedimiento econométrico, la muestra viene reducida y será
analizado solo el año 2001; debido a la introducción de los índices de percepción de la
desigualdad económica calculados a partir de las encuestas de la World Values Survey, el
análisis de los datos perderá la estructura panel para concentrarse sobre un estudio crosssection.
5.1. Resultados de las pruebas
La revisión de los vínculos entre conflictividad social y sus determinantes económicos
implica
examinar una serie de variantes del modelo econométrico. Se estiman dos
especificaciones del modelo sobre la tasa de homicidios.
Homicidios = b0 + b1Gini + b2GastoMil + b3Rgdp + b4PobUrb + b5Literacy + b6Desem + e
(1)
Homicidios = b0 + b1Pola + b2GastoMil + b3Rgdp + b4PobUrb + b5Literacy + b6Desem + e
(2)
En la Tabla 1 se presentan los resultados de las estimaciones de la ecuación (1) y (2).
12
Tabla 1: Resultados de las estimaciones sobre las Tasas de Homicidios (1990-2001)
Homicidio
Gini
Ecuación 1
Ecuación 2
-0.11
(0.08)
1.89*
(0.83)
Polarización
GastoMil
-1.89**
(0.53)
-1.83**
(0.57)
Rgdpl
-0.00**
(0.00)
-0.00**
(0.00)
PobUrb
0.57**
(0.16)
1.24**
(0.29)
Literacy
-0.77*
(0.33)
-1.12*
(0.54)
Desem
0.04
(0.09)
0.02
(0.09)
Cons
56.79
(29.78)
21.91
(42.89)
Num. Obs.
210
210
Estimación por MCO en panel
Valor del Error Estándar entre paréntesis
* Significativo al 5%; ** significativo al 1%
Cuando se ha introducido el concepto de polarización, se ha mencionado su diferencia con la
noción convencional de desigualdad económica (índice de Gini), haciendo énfasis en que,
seria la polarización, y no la desigualdad económica, la que determinaría el grado de
conflictividad en una sociedad. Para confirmar esta afirmación, además de analizar el impacto
de la desigualdad, ha sido analizado el efecto de la polarización económica, no incluida en la
ecuación (1), para evitar problemas de multicolinealidad entre los regresores. La evaluación
de la ecuación (1) permite identificar como determinantes de la tasa de homicidios, para el
periodo de referencia, cuatro principales factores (en negrita): el ingreso per capita, la tasa de
urbanización, la escolarización y el gasto militar. Aparece entonces como fuente del conflicto
social la tasa de urbanización cuyo efecto sobre los homicidios es positivo y significativo en
un umbral del 1%.
En acuerdo con la teoría estructural (Blau, 1977), el aumento en el tamaño de la población
urbana promueve diversas interacciones sociales, incluyendo el homicidio, mediante la
reducción de las distancias físicas entre los miembros de la comunidad.
El gasto militar representa un factor de disuasión del conflicto. Según los datos de la
estimación, un aumento del gasto militar se traduce en una disminución de la tasa de
13
homicidios. Este resultado sugiere un efecto del tipo beckeriano basado en la racionalidad del
crimen.
Otros factores que contribuyen a la atenuación del crecimiento del conflicto extremo son la
tasa de escolarización y el nivel de ingreso per capita. El vínculo entre la tasa de educación y
los homicidios aparece como fuerte y negativo. El coeficiente (-0,77) sugiere que un aumento
de la escolarización tiende a disminuir la violencia extrema. Menos marginalidad, mejor
ingreso y mayores oportunidades pueden disminuir las tensiones, las frustraciones y, por ende,
la criminalidad. La correlación entre el aumento del PIB por habitante y la violencia es
negativa. Se trata de un resultado esperable: el mejoramiento del nivel de vida puede atenuar
las frustraciones y la violencia, a veces ligada a la estricta supervivencia, declina. En este
modelo la desigualdad económica (Gini) y el desempleo resultan no significativos.
La segunda variante del modelo (ecuación 2), caracterizada por la inclusión del efecto de la
polarización económica como factor explicativo de la violencia, no cambia fundamentalmente
la naturaleza de los resultados. En el modelo (2), se encuentran altamente significativas y
aparecen como factores de acentuación de la violencia, la tasa de urbanización (significativa a
un nivel de significancia del 1%) y la polarización económica que resulta significativa al
25%, mientras que mayores niveles de gasto militar, de educación y de ingreso per capita se
confirman como factores de atenuación del conflicto extremo. El desempleo, también en el
segundo modelo no ha demostrado poder explicativo.
En el estudio del nivel de la tasa de encarcelamiento, los resultados, menos robustos que en
los análisis anteriores, confirman un vinculo entre desigualdad y tasa de encarcelamiento, solo
de manera conjunta. En acuerdo con la (escasa) literatura empírica sobre el impacto de la
desigualdad económica en la probabilidad de ser arrestado (Jacobs y Helms, 2001; Greenberg
y West, 2001), se propone el siguiente modelo a estimar:
Presos = b0 + b1Gini + b2Polarizacion + b3 GastoMil + b4 Rgdp + b5 PobUrb + b6 Desempleo + e (3)
14
Tabla 2: Resultados de las estimaciones sobre las Tasas de Encarcelamiento (1990-2001)
Presos
Ecuación 3
Gini
2.63
(1.50)
Polarización
21.13*
(10.65)
GastoMil
-22.21**
(6.36)
Rgdpl
0.00
(0.00)
PobUrb
3.47
(2.03)
Desempleo
2.31**
(0.88)
Cons
-296.05
(152.25)
Num. Obs.
176
Estimación por MCO en panel
Valor del Error Estándar entre paréntesis
* Significativo al 5%; ** significativo al 1%
En la Tabla 2 se presentan los resultados econométricos sobre la tasa de encarcelamiento. Con
un nivel de significancia del 5%, la polarización económica tiene un efecto positivo sobre la
tasa de encarcelamiento, mientras que el índice de Gini es positivo y poco significativo. Sigue
el efecto disuasión, discutido anteriormente, del gasto militar y el desempleo es significativo y
positivo en un umbral del 1%, confirmando los hallazgos empíricos en tema de desigualdad y
control social (Freeman 1995).
Desde esta perspectiva las instituciones de justicia criminal podrían tener una lógica propia
que es distinta del comportamiento de la población (Garland, 1991). Según algunos autores, el
derecho penal incluye un sesgo de clase en el sentido de que regula las actividades de los más
pobres más que las de los ricos, y que el aumento de la distancia entre la clase rica y la clase
pobre se traduce en un aumento del control social solo en la dirección de los más pobres
(Greenberg y West, 2001). La inspiración para este argumento ha sido la teoría de Rusche
(1978) que, en su consideración de la evolución de las formas de la pena (multa, tortura,
encarcelamiento), propone la pena como medio de disuasión al delito, mientras que las teorías
más modernas, ven la pena como una forma de control a una amplia gama de amenazas hacia
15
el orden social, planteadas por las poblaciones mas problemáticas y que el nivel de castigo se
espera que varíe con el tamaño de la problemática del grupo (Spitzer 1975).
Finalmente, se presentan los últimos resultados del proceso econométrico; en esta segunda
etapa, la muestra ha sido reducida y el análisis se ha efectuado solo para el año 2001; debido a
la introducción de los índices de percepción de la desigualdad económica, calculados a partir
de las encuestas de la World Value Survey, el análisis de los datos ha perdido la estructura
panel para concentrarse sobre un estudio cross-section sobre una muestra de 22 países.
En la Tabla 3 se presentan los resultados de las estimaciones econométricas, según los
modelos propuestos en las ecuaciones (1) y (2).
Tabla 3: Resultados de las estimaciones sobre las Tasas de Homicidios (2001)
Homicidios
Ecuación 1
Gini
-1.62
(0.88)
Ecuación 2
Polarización
Gasto Mil
Rgdp
PobUrb
Desempleo
Literacy
Cons
Num. Obs.
9.52**
(2.74)
0.00
(0.00)
0.12
(0.18)
1.48*
(0.65)
-3.39**
(0.74)
326.78
(77.73)
22
3.60*
(1.63)
5.41
(2.71)
0.00
(0.00)
-0.02
(0.19)
0.74
(0.58)
-1.06
(0.90)
29.89
(103.00)
22
Estimación por MCO en cross section
Valor del Error Estándar entre paréntesis
* Significativo al 5%; ** significativo al 1%
La comparación de los dos modelos nos permite de nuevo evidenciar la no correspondencia
del efecto de la desigualdad (Gini) y de la polarización (sobre las percepciones de la realidad)
en la tasa de homicidios. En el primer modelo el Gini es poco significativo, mientras que el
gasto militar, el nivel de desempleo y el nivel de educación siguen teniendo un poder
explicativo. En el segundo modelo, ecuación (2), solo la medida DER de la polarización es
16
significativa y positiva en la determinación de la tasa de homicidios para los 22 países para el
año 2001.
Por lo general, los análisis efectuados evidencian un papel diferente tanto de la polarización
económica “objetiva” como de la polarización “sujetiva” (sobre las opiniones de los
individuos) con respecto a la medida convencional de desigualdad, lo que sugiere la
relevancia de considerar las características específicas y la intensidad de la desigualdad de
ingresos en el análisis sobre los conflictos.
6. Conclusiones
La teoría económica ha intentado explicar mucho del comportamiento humano; sin embargo,
el conflicto, como manifestación de situaciones de divergencia social, constituye un fenómeno
que es, a priori, difícil de cuantificar.
A pesar de que la desigualdad y el conflicto son una constante en la sociedad humana, en este
análisis se ha demostrado, a nivel empírico, que una distribución asimétrica de los ingresos no
siempre se traduce en conflicto, llegando a la conclusión que la desigualdad económica
podría no ser una causa que genera conflicto social.
Quizás resulten pertinentes ciertas características específicas de la desigualdad, medidas de
diferente manera, para el comienzo de un conflicto y para poder entender el vínculo que lleva
de la desigualdad económica al conflicto. Construyendo índices de polarización económica
para 34 países y para el periodo 1990-2001, se ha analizado el efecto de la polarización sobre
la tasa de homicidios y de encarcelamiento (sobre 100.000 habitantes), controlando además,
como es usual en la literatura, por el ingreso per capita, tasa de urbanización, desigualdad de
ingreso, gasto militar, nivel de educación y de desempleo.
Reconociendo la especificidad y el carácter relativamente único de las manifestaciones de
conflicto analizadas, se ha encontrado que la polarización económica influye en la
probabilidad de homicidios y de arrestos; se han comparado estos resultados con el papel del
índice de Gini, mostrando una no correspondencia en los resultados y pudiendo concluir que
es la polarización económica y no la desigualdad, la que tiene un impacto sobre el conflicto
social.
En una segunda etapa del proceso econométrico y con un análisis cross-section para el año
2001, se ha afrontado el problema de cómo los individuos perciben la realidad y los temas
económicos. El calculo de índices de polarización y desigualdad, para el caso continuo, han
17
confirmado el papel que la polarización sobre las opiniones de los individuos en temas
económicos puede tener sobre la probabilidad de conflictos.
Este trabajo representa solo un primer paso en el estudio del impacto de la polarización en los
conflictos domésticos. Trabajos posteriores tendrá el objetivo de mejorar el análisis del
conflicto, enfocándolo desde el mayor número de perspectivas posibles; esto implica una
contextualización del análisis, sin lo cual cualquier intervención sería relativamente fallida.
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