Nutrición y adaptación del deportista en los Juegos Olímpicos de Rio 2016 El 5 de agosto comienza este evento multideportivo internacional celebrado por vez primera en América del Sur. Se ha calculado una participación de 10.500 atletas de 206 países, que se repartirán en las cuatro zonas designadas: Maracaná, Barra de Tijuca, Deodoro y Copacabana. A excepción de los eventos de futbol que estarán repartidos por Sao Paulo, Salvador de Bahía, Belo horizonte y Brasilia. Terminando el 21 de agosto con la ceremonia de clausura. Durante el tiempo que estén allí, los deportistas tienen que adaptarse a las condiciones ambientales presentes en el país. Brasil es un país muy extenso, comprendiendo latitudes ecuatoriales y subtropicales. Rio de Janeiro se encuentra en la zona subtropical, y cabe destacar que el periodo olímpico se va a desarrollar durante el invierno. Pero debido a estas latitudes, se ha hecho un estudio de los últimos años, observando que la temperatura media es de 28.8 º C de máxima y 19,7º C de mínima, con una humedad relativa del aire del 71%. Cuando se realiza deporte, producimos energía mecánica a partir de la energía química. Pero esta transformación presenta una baja eficiencia perdiendo aproximadamente un 80% de la energía en forma de calor. Para mantenernos en una temperatura estable, el cuerpo disipa ese calor a través de la evaporación por el sudor y la respiración, por la convección y conducción por el contacto del agua o aire, y por la radiación. Pero puede ocurrir que una temperatura y humedad relativa del aire elevada interfiera en los mecanismos del cuerpo para su termorregulación. Ambas condiciones se podrían dar en las Olimpiadas de Rio, por lo que los deportistas deben tener todo lo necesario para afrontar estas situaciones. De esta manera, es importante que se aclimaten y conseguir soportar mejor el estrés térmico al que están sometidos al realizar ejercicio. Se estima que el periodo de aclimatación oscila entre 8 y 14 días. La mejor forma es realizando en ejercicio en ambiente caluroso, realizando la máxima intensidad a primera y última hora del día, e intensidad baja durante las horas de más calor. Se ha observado que es conveniente cada 3 o 4 días realizar ejercicio de máxima intensidad durante las horas de más calor, empezando por poco tiempo hasta que se llegue a la duración completa del ejercicio que realizará cada deportista. Así conseguiremos una mejor adaptación para eliminar el calor que se produzca al realizar la actividad y evitaremos posibles golpes de calor. Pero no solo es importante la aclimatación, sino también una correcta nutrición, tanto de líquido como de sólido para proporcionar la energía necesaria para la realización del ejercicio. En el caso de líquidos, la hidratación va a ser un factor muy importante para una correcta aclimatación. Hay que recordar que una pérdida del 10 % de agua puede conllevar graves problemas de salud. Por lo que antes del ejercicio se debe ingerir de 400 a 600 ml de agua 1 o 2 horas antes de realizar la actividad. Si se puede, según el deporte a realizar, durante el ejercicio se puede ingerir líquidos a pequeños intervalos para reponer las pérdidas producidas. Y al concluir el ejercicio, es importante la hidratación para una pronta recuperación del deportista. Además de esto, existen otras técnicas para retrasar el aumento de la temperatura al realizar el ejercicio conocidas como precooling o técnicas de enfriamiento. Se basan en retrasar el aumento de calor corporal que se produce iniciando el ejercicio un grado por debajo del que estemos a temperatura ambiente. Se observan mejoras en deportistas cuyo ejercicio supere los 20 – 40 minutos de actividad. En el caso de la nutrición de sólidos, es muy importante de una ingesta correcta en cuanto a cantidad y calidad de los alimentos antes y después del ejercicio para conseguir un mayor rendimiento. Así, se debe cubrir el gasto energético que se produce en la actividad y mantener un correcto peso para rendir en el deporte de cada deportista. Habrá que tener en cuenta el horario de los ejercicios de cada deportista, ingiriendo algún alimento una o dos horas previas la actividad y al finalizarla. Es importante destacar que un estado nutricional correcto no se consigue con la alimentación del día del ejercicio, ni siquiera los días previos. Se requiere unos hábitos saludables continuos para estar en el punto óptimo de nutrición. Realizándose unas 5 o 6 comidas al día sin dejar que pasen más de 3 o 4 horas sin ingerir algún alimento. A pesar de ello, la semana previa a la competición debe estar muy controlada en cuanto a la alimentación para optimizar el almacenamiento de hidratos de carbono en músculos y en hígado y además mantener una correcta hidratación. Los días previos estarán basados en una ingesta elevada de hidratos de carbono, entre un 65-75 % del total y el resto dividido entre grasas, 15-20%, y proteínas un 10-12%. El día de la competición es muy importante la ingesta rica en hidratos de carbono unas horas antes de la competición, y pobre en grasas, proteínas y fibra. Así conseguiremos llegar a unos buenos niveles de almacenamiento de glucógeno lo que aportará energía y se retrasará la aparición de fatiga. Durante el ejercicio, aquellos que duran más de 60 minutos, es conveniente ingerir las bebidas deportivas, las cuales reponen los electrolitos, el agua y los hidratos de carbono perdidos durante la actividad. Hay ciertos deportes que permitirán la ingesta de sólidos en forma de barritas energéticas, frutas secas, cereales, plátanos… Después del ejercicio, es importante una correcta hidratación y reposición de los elementos perdidos a causa de la competición, siendo recomendable la ingesta de las bebidas para deportistas. También es importante la reposición de hidratos de carbono, abasteciendo las reservas de glucógeno tanto hepático como muscular, ya que las reservas se agotan tras 1 o 2 horas después del ejercicio. Hay que ingerir alimentos que contengan alto contenido en hidratos de carbono y con un índice glucémico alto. De forma general se ha establecido que se ingiera 1 gr por kg de peso corporal en las dos horas posteriores al ejercicio realizado. Por tanto, una buena aclimatación y nutrición van a ser fundamentales para conseguir el óptimo rendimiento en los Juegos Olímpicos de Rio. Citius, Altius, Fortius.