MPsc. Maricruz Coto Chotto ww.psicologiaydesarrollocr.com ¡Mi hijo se chupa el dedo! ¿Qué hago? Chuparse el dedo, actualmente llamado por los especialistas como “succión no nutritiva”, entre otros hábitos del bebé, es una conducta que suele preocupar a los padres. Es importante que usted conozca que ésta inicia como una conducta refleja de succión, en la que el bebé reaccionará chupando todo lo que esté cerca de su boca, entre ellos sus manitas. Es más, suele ser común que en las ecografías, su bebé aparezca con el dedo en la boca, ya que pueden hacerlo desde que están en el vientre materno. Cuando el bebé crece, el acto de chuparse el dedo deja de ser reflejo y representa un objeto afectivo que brinda seguridad; es decir el niño tenderá a hacerlo cuando se sienta solo, inseguro, con temor ó para llamar la atención. En algunos casos no será el dedo, sino la cobija, la almohada, el cabello, un juguete o peluche particular, etc., los cuales cumplen la misma función: proveer seguridad. Por lo general los niños suelen dejar este hábito por si mismos antes de los 2 años y medio. Considere que no es muy dañino mientras no se prolongue demasiado. Para esto tenga como límite los 4 años, ya que si a esta edad persiste, es posible que empiece a observar alteraciones en el crecimiento facial y dental. También debe considerar la cantidad de tiempo efectivo que su niño pasa chupando dedo, por ejemplo, quienes solo lo hacen al dormir tienen mejor pronóstico que aquellos que pasan gran parte del día y la noche con el dedo en la boca. ¿Qué hacer? 0 meses a 1 año: Despreocúpese. Esta conducta es absolutamente normal, y aparte de ser una respuesta biológica, también sirve como medio para autorregularse cuando llora, tiene hambre o está alterado. 1-2 años: Detecte las situaciones que generan la conducta, si es ansiedad, sueño, hambre, temor, aburrimiento, etc. La primera recomendación es distraerlo con alguna actividad, o juguete. MPsc. Maricruz Coto Chotto ww.psicologiaydesarrollocr.com 2-4 años: A partir de esta edad ya no se considera el chupar dedo como un acto involuntario y el niño necesitará de su ayuda para dejar de hacerlo. Puede hacer un acuerdo con su hijo, explicarle que chupar dedos es de bebés y el ya no lo es, así como ofrecerle recompensas por abandonar el hábito. Muchas familias tienden a castigar, sin embargo el sólo acto de prohibir el hábito no suele tener mucho efecto y por el contrario genera que el niño lo haga a escondidas, con mayor intensidad y frecuencia por lo que aumenta la probabilidad de daños. En lugar de esto se recomienda premiar la conducta de no chupar dedo, explicar por qué es importante que deje de hacerlo, proveer confianza en sus padres y distraer. También suele ser frecuente que si no han dejado el hábito a esta edad e ingresan al ámbito escolar, otros niños empiecen a censurar su conducta, lo cual hace que el niño empiece a reducirlo a espacios más privados hasta que logre abandonar la costumbre. 4 años en adelante: Si su hijo ya está más grande y no ha dejado de chupar dedo; si usted observa alteraciones dentales o faciales; ó si su hijo dejó de hacerlo durante un tiempo y retomó la conducta; consulte con un Pediatra y un especialista en Psicología. La recomendación es que usted primero conozca a su bebé y los motivos por los cuales tiene este hábito. No debe ni preocuparse en extremo si está en los primeros años, pero tampoco dejarlo pasar para evitar problemas futuros. MPsc. Maricruz Coto Chotto Psicóloga Especialista en Familia y Pareja Instructora Certificada de Masaje Infantil Centro de Psicología y Desarrollo Tel: 2281-1165, 2281-1257 Móvil: 8921-5709 Email: [email protected] www.psicologiaydesarrollocr.com