Publicación "Reparto igualitario de espacios y tiempo".

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Reparto Igualitario de Espacios y Tiempos
ÍNDICE
1.- Presentación
2.- El valor del tiempo
3.- La relación del tiempo y el espacio
4.- Tipos de tiempos
5.- Empleo vs. Trabajo doméstico
6.- El reparto desigual del empleo y el trabajo doméstico
7.- El reparto desigual del empleo en la actualidad
8.- El reparto desigual del trabajo doméstico
9. Tareas y cualificación del trabajo domestico
10.- El valor del tiempo dedicado al cuidado del hogar y la familia
11.- Actitudes ante el trabajo doméstico
12.- El significado y las causas del desigual reparto
13.- La conciliación de la vida familiar y laboral
14.- El diseño del espacio físico
15.- Los beneficios de compartir
Glosario
Bibliografía
1
Reparto Igualitario de Espacios y Tiempos
1.- PRESENTACIÓN
Desde Comisiones Obreras queremos contribuir a que en la
sociedad exista un reparto más igualitario de los espacios y los
tiempos entre hombres y mujeres. El actual reparto de espacios y
tiempos es desigual y, como iremos viendo a lo largo de todo este
material, tal desigualdad perjudica a las mujeres. Si conseguimos
que se produzca un cambio en este reparto lograremos una
sociedad mucho más justa e igualitaria.
Este material se enmarca dentro de las acciones que la Unión
Provincial de Comisiones Obreras de Cádiz desarrollará en el
Proyecto Equal ÍMPETUS. La Iniciativa Comunitaria Equal forma
parte de la Estrategia Europea para el Empleo (EEE) con el fin de
luchar contra todas las formas de discriminación y desigualdad que
se producen en el mercado de trabajo y en particular, contra
aquellas que se basan en el sexo, la raza, el origen étnico, las
creencias o la edad.
Además de Comisiones Obreras, participan en el Equal
IMPETUS la Dirección de Fomento del Empleo de la Junta, el
Consorcio de la Unidad Territorial de Empleo de la comarca Sierra
de Cádiz, la Mancomunidad de la Sierra de Cádiz, la Cámara de
Comercio, la Unión General de Trabajadores, la Confederación de
Empresarios de Cádiz, la Agrupación Local de Empresarios de la
Piel, la Asociación de Empresarios de Marroquinería, la Federación
de Asociaciones de Mujeres de la Sierra de Cádiz, la Asociación de
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Reparto Igualitario de Espacios y Tiempos
Turismo Rural Sierra de Cádiz y la Asociación de Calidad de
Productos Agroalimentarios de la zona.
El Equal Ímpetus tiene su ámbito de aplicación en los 19
municipios de la Mancomunidad de la Sierra de Cádiz.
3
Reparto Igualitario de Espacios y Tiempos
2.- EL VALOR DEL TIEMPO
El tiempo es un elemento preciado. No en vano uno de los
refranes más dichos es “el tiempo es oro”.
Nos roban el tiempo cuando nos hacen esperar. Se apropian
de nuestro tiempo cuando nos planifican como debemos usarlo.
El tiempo es un
bien preciado
que cada
persona
gestionamos
condicionados
por factores
físicos y
sociales.
Ganamos tiempo cuando conseguimos realizar algo en menos
tiempo del inicialmente previsto. Compramos tiempo cuando
adquirimos bienes que nos permiten hacer cosas más rápidamente,
como cuando compramos una moto para no usar el transporte
público o un móvil para no buscar un teléfono público. Perdemos el
tiempo cuando hacemos algo que no se considera productivo.
Disfrutamos del tiempo cuando llevamos a cabo lo que deseamos.
El tiempo es algo que tenemos, aunque no sepamos cada
persona exactamente cuánto vamos a vivir. Sin embargo, no
disponemos libre y totalmente de nuestro tiempo. Diversos
condicionamientos
físicos
y
muchos
condicionamientos
sociales interfieren en
la
utilización
del
tiempo. No hacemos lo
que queremos cuando
queremos.
La forma en la
4
Reparto Igualitario de Espacios y Tiempos
que organizamos nuestro tiempo depende, entre otros factores, de la
edad, del estatus económico, del lugar de residencia y, aunque
estemos en un país que consideramos desarrollado y en el 2006, del
sexo.
Así por ejemplo, hay un tiempo mínimo que debemos dedicar
a descansar y a comer; hay un tiempo en el que debemos estudiar
porque así lo dictan las normas. Hay personas que pueden retrasar
su entrada en el mercado laboral por no tener necesidades
económicas apremiantes. Hay quienes desearían dedicar un tiempo
a un empleo y no lo encuentran. Hay mujeres que no han tenido
oportunidad de incorporarse o mantener un empleo por verse
obligadas a cuidar de sus familias.
5
Reparto Igualitario de Espacios y Tiempos
3.- LA RELACIÓN DEL TIEMPO Y EL ESPACIO
Vivimos en un tiempo y en un espacio. Todo aquello que
hacemos en un tiempo, lo hacemos ocupando un espacio.
Nuestra casa -donde dormimos, desayunamos, nos aseamos,
vemos la televisión, convivimos con los otros miembros de la familiaes un espacio. Como lo son la calle o la plaza, que son lugares
Dependiendo de
cómo ocupemos
nuestro tiempo,
así ocupamos
nuestros
espacios.
donde quedamos con nuestras amistades y por donde paseamos; el
Instituto, donde ampliamos nuestra formación y convivimos con los
compañeros y compañeras; el centro comercial; el Ayuntamiento; las
empresas; el hospital, las tiendas, etc.
Dependiendo de cómo ocupemos nuestro tiempo, así
ocuparemos distintos espacios. Espacio y tiempo son dos conceptos
indisociables. Su uso y su estudio no pueden hacerse por separado.
Si la utilización que hacemos del tiempo tiene unos
condicionantes físicos y sociales, igualmente lo tiene el espacio. No
estamos donde queremos cuando queremos. Y, tal y como ocurre
con el tiempo, el uso del espacio depende en muchas ocasiones de
la edad, el lugar de residencia, la clase social y el sexo, entre otros
factores.
Hubo un tiempo, no muy lejano por cierto, en el que las
mujeres no podían ir a la Universidad, ni a centros de formación de
varones. Esto, a su vez, impedía su entrada en muchos trabajos.
Tampoco podían acceder a cargos públicos en las Administraciones.
6
Reparto Igualitario de Espacios y Tiempos
En otras ocasiones, el
acceso
a
algunos
lugares
estaba condicionado a cumplir
unos requisitos. Por ejemplo,
la entrada a bares estaba
vedada si no iba acompañada
de un hombre. La visita al
cementerio
no
era
conveniente en el momento
del entierro. En la calle no se
podía estar sola a determinadas horas.
Encontramos ocasiones en las que la prohibición estaba
sancionada por una norma legal y ocasiones en las que, no
existiendo una ley que lo dictara, la costumbre social estaba tan
arraigada que no cumplirla conllevaba una sanción social como es la
crítica, el estigma o el aislamiento.
De cómo utilicemos el espacio y el tiempo depende nuestra
vida y bienestar.
En nuestra actual sociedad, el reparto de espacios y tiempos entre
hombres y mujeres se realiza de forma desigual. Hombres y mujeres no
hacemos uso de los tiempos y de los espacios de la misma manera.
Por ello, debemos construir entre todos y todas, una sociedad donde
mujeres y hombres tengan las mismas oportunidades, donde ellas se
hagan visibles, se tengan en cuenta sus historias, sus realidades, sus
derechos y sus aspiraciones.
7
Reparto Igualitario de Espacios y Tiempos
4.- TIPOS DE TIEMPOS
El tiempo se puede categorizar
según el uso que se haga de él y así
Necesidades
físicas
se distingue entre tiempo de atención
a
necesidades
físicas
personales,
tiempo de trabajo, a su vez dividido
Tiempo de
Trabajo
entre trabajo no remunerado y trabajo
mercantil, y tiempo libre, entre el que
se
diferencia
el
tiempo
de
Tiempo
libre de
Trabajo
Remunerado
No
remunerado
Participación
ciudadana
Ocio
participación ciudadana y el tiempo de
ocio.
Para poder sobrevivir necesitamos reponer las energías que
Se distinguen
distintos tiempos
dependiendo de
las tareas que
realicemos en
ellos.
gastamos descansando y comiendo. Además, requerimos unos
cuidados personales de aseo. El tiempo que se dedica a las
necesidades personales es, además de indispensable, bastante
rígido. Esto quiere decir que hay un mínimo que no se puede rebajar
si no es poniendo en riesgo nuestra salud.
La mayoría de las personas, que no somos grandes
terratenientes o rentistas, necesitamos tener un empleo con el que
obtener los recursos económicos para obtener bienes de consumo.
Pero, no sólo existen trabajos remunerados, hay una enorme
diversidad de tareas que han de realizarse necesariamente para el
bienestar de las personas que viven en un hogar. Todo ello es
tiempo de trabajo. Las características del tiempo de trabajo varían
enormemente dependiendo del tipo de trabajo. Los empleos suelen
8
Reparto Igualitario de Espacios y Tiempos
tener una estructuración de los tiempos bastante rígida. Esto es, nos
viene dada y es muy difícil hacer modificaciones. Trabajos
informales y trabajo en el propio domicilio suele permitir más
flexibilidad en la organización de los tiempos.
El tiempo que no se dedica a necesidades de supervivencia y
al trabajo, se divide entre tiempo para cumplir con responsabilidades
ciudadanas y sociales y tiempo de ocio. Tenemos responsabilidades
personales, familiares y sociales como pueden ser visitar a la familia,
realizar gestiones administrativas, asistir a una mesa electoral,
participar en asociaciones de carácter social, etc.
Finalmente, el tiempo de ocio es aquel que dedicamos a lo
que más nos gusta y sin retribución. Es el tiempo más flexible. Esto
quiere decir que aumentamos o disminuimos su cuantía según las
necesidades que tengamos de los otros tiempos. Normalmente, el
tiempo que dedicamos al ocio es el que nos resta una vez cubierta
las necesidades físicas personales, el trabajo y las obligaciones
sociales.
Cada uno de estos tiempos ocupa una parte de nuestra vida.
En general, la porción de cada uno de estos tiempos ha ido variando
en los últimos decenios ya que, la esperanza de vida se ha alargado,
el número de hijos e hijas es menor y los años que ocupan su
cuidado también es menor, la enseñanza tanto obligatoria como
post-obligatoria dura más, las labores del hogar se han simplificado
gracias a los electrodomésticos y otras herramientas, el mercado
produce muchos de los bienes que necesita el hogar, las y los
trabajadores disfrutan de vacaciones y jubilaciones y aparecen
formas de ocio nuevas como la televisión.
9
Reparto Igualitario de Espacios y Tiempos
5.- EMPLEO Y TRABAJO DOMÉSTICO
Gran parte de nuestra vida la ocupamos trabajando. Trabajo
y empleo son dos conceptos diferentes. Por trabajo se entiende toda
aquella actividad que produce algo, bien sea de tipo material, bien
de tipo intelectual.
Empleo y
trabajo
doméstico son
dos tipos de
trabajos con
muy diferentes
características.
El empleo es el trabajo realizado a cambio de una percepción
monetaria y cuya producción de bienes y servicios está orientada al
mercado. El ámbito donde se desarrolla el empleo se denomina
esfera
productiva.
espacio
es
el
Su
espacio
público.
Todo
empleo
es
trabajo pero, todos los
trabajos no son empleo.
A pesar de las
diferencias,
empleo (trabajo
productivo) y
trabajo
doméstico
(reproductivo),
se hallan
íntimamente
relacionados.
Trabajo es el voluntariado.
También el que se realiza
en la economía sumergida
fuera
normativo.
trabajos
del
control
Entre
que
no
los
se
incluyen en la categoría de
empleo destaca el trabajo
doméstico. Las tareas del
EMPLEO
Se realiza a
cambio de una
remuneración
Produce bienes y
servicios
orientados al
mercado
Cotiza a la
Seguridad Social
Da lugar a
derechos
Pertenece a la
esfera productiva
Se realiza en el
espacio público
Quienes lo
realizan se
consideran
población activa
TRABAJO
DOMÉSTICO
Se realiza sin
remuneración
Produce bienes y
servicios para
consumo interno
No cotiza a la
Seguridad Social
No da lugar a
derechos
Pertenece a la
esfera
reproductiva
Se realiza en el
espacio privado
Quienes lo
realizan se
consideran
población inactiva
trabajo doméstico no se
realizan a cambio de una remuneración y no se producen para ser
10
Reparto Igualitario de Espacios y Tiempos
vendidas, sino para consumo de quienes forman parte de una
familia. El ámbito donde se llevan a cabo el trabajo doméstico se
conoce como esfera reproductiva. Su espacio es el espacio privado.
A través del trabajo de la esfera productiva, es decir del
empleo, se obtienen los ingresos necesarios para adquirir los bienes
y servicios que el mercado nos ofrece. Por su parte, en la esfera
reproductiva
se
llevan
a
cabo
las
actividades
ligadas
al
mantenimiento y reposición de la fuerza de trabajo. Así pues, sin la
esfera reproductiva no se puede mantener la productiva.
Las personas que tienen o buscan un empleo se contabilizan
como población activa. Sin embargo, las personas que desarrollan
un trabajo dentro de la esfera reproductiva se consideran población
inactiva.
Empleo y trabajo doméstico son dos formas de trabajo que, si
bien son diferentes, se hallan íntimamente relacionadas. Cuando en
un hogar existe una persona dedicada al trabajo doméstico, el
mercado de trabajo se beneficia de contar con otras personas
liberadas de obligaciones, incluso de las que tienen que ver con el
propio mantenimiento y arreglo personal.
11
Reparto Igualitario de Espacios y Tiempos
Pero empleo y trabajo doméstico no son excluyentes, es
decir, quienes tienen un empleo pueden también ejercer trabajos
domésticos.
En España, del total de horas de trabajo realizadas por la
población adulta a lo largo del año, dos tercios corresponden a
trabajo no monetarizado y sólo un tercio a trabajo monetarizado. Del
trabajo no remunerado, el 80% corresponde a trabajo doméstico.1
El trabajo doméstico es el conjunto de tareas que se realizan,
mayoritariamente, dentro de un espacio que es el propio hogar y cuyos
beneficiarios son los familiares. El empleo, sin embargo, pertenece al
espacio público.
1
ASAMBLEA FEMINISTA DE MADRID (2000).
12
Reparto Igualitario de Espacios y Tiempos
6.- EL REPARTO DESIGUAL DEL EMPLEO Y EL
TRABAJO DOMÉSTICO
Tradicionalmente en las sociedades occidentales, el varón se
ha dedicado en exclusividad al ámbito productivo, esto es, al
empleo, que se realiza en el espacio público. Por el contrario, la
mujer estaba predestinada a circunscribirse al espacio privado
desarrollando las labores domésticas.
Realmente, esta es una descripción muy simplificada de la
realidad laboral de hombres y mujeres. Las relaciones laborales han
ido cambiando a lo largo de los siglos. Nada tiene que ver la forma
en la que se trabajaba en la Edad Media, donde la producción se
realizaba en pequeños talleres ubicados bajo la propia vivienda,
donde participaba toda la familia y alguna
o algún aprendiz o
empleado, con el trabajo tras la Revolución Industrial, donde la
producción se traslada a las fábricas alejadas de los hogares
familiares. Sabemos además, que uno de los principales problemas
durante los inicios de la industrialización son las largas jornadas
tanto de varones adultos como de mujeres y menores. Por tanto, no
es cierto, que la mujer se haya dedicado siempre y en exclusiva al
trabajo doméstico. Muchos menos en el ámbito rural.
Bien es cierto sin embargo, que durante los siglos XVIII y XIX,
a la mujer se la va apartando de la esfera productiva considerándose
que es el varón el encargado de sostener a la familia con un empleo
retribuido, mientras que la mujer ha de encargarse del cuidado de la
casa y la prole. Se consideraba que la mujer que trabajaba a cambio
13
Reparto Igualitario de Espacios y Tiempos
de un salario era porque no tenía un esposo capaz de sostener por
sí mismo la economía familiar. Esta percepción ha estado presente
en nuestra sociedad hasta bien entrados los años 70.
La incorporación de las mujeres a la esfera productiva es un
fenómeno de la segunda mitad del siglo
XX. Más tardíamente que en otros países
europeos, la mujer en España se ha
incorporado masivamente al mercado de
trabajo, accediendo a una gran variedad de
empleos. A pesar del esfuerzo, aún no ha
logrado hacerlo en la misma medida que el
varón. Sin embargo, el ritmo con el que la
mujer ha ocupado el espacio público del
empleo no es comparable con el ritmo con
el que los varones van ocupando el
espacio privado.
14
Reparto Igualitario de Espacios y Tiempos
7.- EL REPARTO DESIGUAL DEL EMPLEO EN LA
ACTUALIDAD
El
número
de hombres que
se consideran en
edad de trabajar,
entre
Las bajas tasas
de actividad
femenina
indican la menor
presencia de la
mujer en el
espacio
productivo. Las
altas tasas de
paro, las
dificultades para
acceder a este
espacio a pesar
del deseo de la
mujer.
16
y
64
años, es similar al
número
de
mujeres en edad
2
de trabajar.
Mujeres y varones en el mercado de trabajo. España
2005 (En miles)
POBLACIÓN
AMBOS MUJERES VARONES
SEXOS
De 16 a 64 años 29.307,9
14.521,8
14.786,1
Activa
20.885,7
8.634,1
12.251,6
Ocupada
18.973,3
7.584,5
11.388,8
Parada
1.912,5
1.049,7
862,9
(ocupada y parada)
Fuente: INE. Encuesta de Población Activa 2005.
Sin
embargo, la cifra de mujeres que tienen o buscan una ocupación es
mucho menor que la cifra de varones que tienen o buscan una
ocupación.3 Las personas que tienen una ocupación o que, no
teniéndola, están buscándola se contabilizan como población activa.
Esto quiere decir que la mujer tiene menos presencia en el
espacio productivo, donde se encuentran los trabajos retribuidos y
regulados, y que, cuando intenta acceder a este espacio, tiene más
dificultades que los varones.
2
Es muy extendida la creencia de que siempre existen más mujeres que hombres.
Esto ha sido así en sociedades con altas tasas de mortalidad y/o de emigración
masculina. No ocurre así en las sociedades desarrolladas donde la tasa de
mortalidad a edades tempranas es baja y donde hay una inmigración masculina
mayor que femenina.
3
En España en el 2005, de cada 100 varones en edad de trabajar, 62 tenían una
ocupación y 7 la estaban buscando. Sin embargo, de cada 100 mujeres con la
misma edad, 34 tenían una ocupación y 12 la estaban buscando. En Andalucía,
las diferencias entre varones y mujeres son aún mayores pues, tan sólo se hayan
ocupadas 22 de cada 100, mientras que intentan obtener una ocupación 19.
15
Reparto Igualitario de Espacios y Tiempos
Distribución porcentual de la población 16 años y más según actividad
económica. 2005
Varones. España
Mujeres. España
Inactivos
31%
Ocupadas
34%
Inactivas
54%
Ocupados
62%
Parados
7%
Paradas
12%
Varones. Andalucía
Mujeres. Andalucía
Ocupadas
22%
Inactivos
32%
Ocupados
58%
Inactivas
59%
Paradas
19%
Parados
10%
Fuente: INE Encuesta de Población Activa
No obstante, a pesar de la evidente desigualdad laboral entre
sexos, el número de mujeres activas sigue creciendo, sobre todo
porque las mujeres jóvenes se muestran firmes en la incorporación
al mercado de trabajo y las mujeres de edades intermedias firmes en
mantenerse dentro de él. Igualmente se hace patente el crecimiento
del número de mujeres ocupadas. El porcentaje de éstas ha pasado
en sólo cuatro años, de 2001 a 2005, de suponer el 34,28% al
40,77%.
Como se observa en los gráficos, en Andalucía durante el
2005, el porcentaje o tasa de mujeres ocupadas es menos de la
16
Reparto Igualitario de Espacios y Tiempos
mitad de la de los varones, mientras que la tasa de mujeres paradas
casi duplica la de los varones.
Población ocupada según sexo y tipo de
contrato. España 2005. (En miles)
12000
10874,5
5751,9
1832,5
2000
514,3
0
Varones
las
tienen
éstos
tienen
otras características.
4000
Incluso cuando
las mujeres
ocupan el
espacio
productivo,
dedican menos
tiempo a
permanecer en
él.
mujeres
que
8000
A tiempo completo
sólo
menos empleo, sino
10000
6000
No
A tiempo parcial
Mujeres
Las mujeres tienen
una
proporción
ligeramente superior
que los varones de
contratos temporales.
Fuente: INE. Encuesta de Población Activa
Pero,
realmente
donde se observan
grandes diferencias que afectan a la utilización de espacios y
tiempos es en la contratación a tiempo completo y a tiempo parcial.
Tres de cada cuatro contratos a tiempo parcial pertenecen a mujeres
y uno de cada cuatro a varones. Visto desde otra perspectiva, de las
mujeres que se hallan ocupadas, una de cada cuatro lo está a
tiempo parcial frente a uno de cada veinte varones. Esto pone de
manifiesto como la utilización de la contratación a tiempo parcial es
eminentemente femenina.
17
Reparto Igualitario de Espacios y Tiempos
Sobre el lenguaje utilizado en las estadísticas
Los términos que se utilizan para denominar las cosas a veces
pueden tener connotaciones que no se corresponden con la realidad.
Se denomina población activa a aquella parte de la población
de un país ocupada en el proceso productivo y por cuyo trabajo recibe
retribución. El diccionario de la Real Academia Española de la Lengua
recoge como acepciones de “Activo o activa”, entre otras: Que obra o
tiene virtud de obrar; Diligente y eficaz; Que obra prontamente o
produce sin dilación su efecto.
La población inactiva sería por oposición, aquella que no es
población activa. Esto es, aquella que no tiene un trabajo en la
economía formal con retribución. Es inactiva en tanto en cuanto no
participa de los cómputos económicos establecidos a nivel nacional.
Del término inactivo o inactiva, en el mencionado Diccionario,
tan sólo aparece una acepción: Carente de acción o movimiento. La
popular acepción de inactivo hace que se pueda tomar por población
inactiva aquella que no realiza trabajos, tareas, etc., aunque esa no
sea la realidad.
18
Reparto Igualitario de Espacios y Tiempos
8.- EL REPARTO DESIGUAL DEL TRABAJO DOMÉSTICO
En España durante el 2005, uno de cada tres varones y una
de cada dos mujeres se consideraba según la Encuesta de
Población Activa como personas inactivas. El grupo de población
inactiva recoge una gran
variedad de situaciones.
Se consideran inactivas
Distribución porcentual de población de 16
y más años según actividad económica, por
género. España, 2005.
Mujeres
las personas que estudian,
las
En España, una
de cada cuatro
mujeres tienen
el trabajo
doméstico en el
propio hogar,
como actividad
principal. El
número de
hombres en la
misma situación
es testimonial.
que
reciben
Otros
1%
una
pensión y las que se
Labores
domésticas
26%
dedican a las labores del
Activas
46%
hogar.
Ahora
diferencias
composición
bien,
las
en
la
de
Pensionistas
20%
Estudiantes
7%
estos
grupos según género son
muy grandes.
cuando
se
Varones
Es ahora
hace
Labores
domésticas
1%
más
visible cómo una de cada
Otros
2%
Pensionistas
22%
cuatro mujeres tiene como
ocupación
principal
el
trabajo en el propio hogar,
mientras que la existencia
de
un
dedique
varón
a
que
ello
Estudiantes
6%
Activos
69%
se
es,
Fuente: INE. Encuesta de Población Activa
prácticamente, testimonial.
19
Reparto Igualitario de Espacios y Tiempos
La figura de la mujer que se dedica al hogar en exclusividad tiende a
reducirse. Desde 1987 a 2002 pasaron de 6 a 5 millones.
El comportamiento en las distintas generaciones de mujeres
que conviven en la presente década es muy desigual. Mientras que
en los grupos de mujeres mayores aumenta el número de amas de
casa,
en los grupos de edad más jóvenes,
menores de 25, se
reduce enormemente. También disminuye el número de mujeres
amas de casa entre los 25 y los 49 años, pese a que son las que
más cargas familiares tienen por el cuidado de familiares
dependientes.
La primera encuesta realizada sobre Empleo del Tiempo,
Es la mujer
quien sacrifica
otros tiempos,
-de ocio, de
trabajo, etc.para dedicarse
al trabajo
doméstico y la
familia
realizada por el Instituto Nacional de Estadística durante el 2002 y
2003, revelaba que las mujeres españolas que conforman la
población activa, dedican el triple de tiempo que los varones al hogar
y la familia de lo que dedican los varones. Esto a su vez explica que
en el resto de apartados que se contemplan en la Encuesta de
Población Activa –trabajo retribuido, estudios, trabajo voluntario y
reuniones, vida social y diversión, deportes y actividades al aire libre,
aficiones y juegos, medios de comunicación, trayectos y empleo del
tiempo no especificado-, los varones dediquen más tiempo que las
mujeres.
Una fotografía más precisa de la situación de varones y
mujeres inactivos en Andalucía, muestra como las mujeres están
sobrerrepresentadas en el grupo “labores del hogar”, también
destacan en “pensionistas” (no jubilados ni prejubilados). Mientras
que los varones destacan en el grupo “jubilados o prejubilados”, los
que tienen asegurados unos ingresos dentro de la inactividad.
20
Reparto Igualitario de Espacios y Tiempos
Población inactiva por causa principal de inactividad y sexo. Andalucía
2005 (medias anuales)
1200
1000
800
600
400
200
0
E
dia
stu
e
nt
b
Ju
do
ila
o
ila
jub
e
pr
do
La
s
re
bo
d
h
el
og
ar
pa
ca
In
cid
ad
rm
pe
an
te
en
s
ra
Ot
Fuente: INE. Encuesta de Población Activa
Las mujeres
ocupadas
también dedican
el doble y triple
del tiempo que
los varones al
cuidado de la
familia y el
hogar.
Incluso si se observa el porcentaje de hombres y de mujeres
ocupadas que realizan tareas del hogar se aprecian enormes
diferencias y ello, para todos los grupos de edad.
Población ocupada que realiza tareas del hogar según edad y sexo.
España 4º trimestre de 2004 (%)
80
70
60
50
40
30
20
10
0
De 16 a De 20 a De 25 a De 30 a De 40 a De 50 a De 60 a
19
24
29
39
49
59
64
Varones
65 y
más
Mujeres
Fuente: Instituto de la Mujer
Esto quiere decir que trabajar fuera del hogar no libera a las
mujeres del desempeño del trabajo doméstico, salvo en casos
excepcionales. Para aquellas mujeres que realizan una actividad
21
Reparto Igualitario de Espacios y Tiempos
laboral, sea asalariada o por cuenta propia, el trabajo doméstico
supone un doble trabajo, una doble jornada. Muchas mujeres no
desean que llegue el fin de semana, porque eso no sólo no implica
ocio, sino que conlleva trabajar sin descanso.4
Por supuesto, es imposible que la mujer que trabaja en un
empleo remunerado dedique a las tareas familiares y al hogar el
mismo tiempo que la mujer que se dedica en exclusividad. Lo
habitual es escoger entre una de las siguientes estrategias o
combinar varias de ellas: disminuir las exigencias, pedir la
El trabajo
doméstico puede
realizarse con la
ayuda esporádica
de otras personas,
con el reparto de
tareas o de
responsabilidades.
colaboración de familiares que conviven en el propio hogar, solicitar
ayuda a familiares cercanos –principalmente abuelos y abuelas- o
recurrir a la contratación externa.
La ayuda o colaboración prestada a la mujer responsable del
trabajo doméstico da lugar a las siguientes situaciones:
-
Ayuda esporádica, sea con una mayor o menor frecuencia,
en tareas concretas.
-
Reparto de tareas: realización habitual por parte de otros
miembros del hogar, de tareas insertas en una actividad
controlada por la mujer.
-
Reparto de responsabilidades, que implica la organización,
gestión
Sólo el reparto de
responsabilidades
es una forma de
trabajo
compartido.
y
realización
de
un
conjunto
de
tareas
interrelacionadas entre los distintos miembros de la familia.
Esta última, el reparto de responsabilidades, es la única de las
tres formas que supone un trabajo compartido.
4
CASTAÑO COLLADO, C. (2002), Pág. 8.
22
Reparto Igualitario de Espacios y Tiempos
En definitiva, en la mayoría de las ocasiones, es la mujer la
responsable
del
exclusividad,
bien
trabajo
doméstico
realizándolo
junto
bien
a
dedicándose
otras
en
actividades
remuneradas o no. Se puede afirmar que lo “normal” es que el papel
de ama de casa lo desempeñe una mujer. Incluso el propio término
de “ama de casa” es femenino y no tiene equivalente masculino.
23
Reparto Igualitario de Espacios y Tiempos
9.- TAREAS Y CUALIFICACIÓN DEL TRABAJO
DOMÉSTICO
Cuando se habla de trabajo doméstico se suele pensar en un
tipo de tareas muy visibles como son limpiar la casa, cocinar, lavar,
Además de la
ejecución de las
tareas más
visibles, el trabajo
doméstico implica
planificación y
responsabilidad.
planchar y coser la ropa, ordenar la casa, etc. Todas estas tareas
son aparentemente rutinarias, carentes de cualificación y no
requieren más que la propia ejecución.
Pero, ésta es sólo una pequeña parte de las tareas que
habitualmente se llevan a cabo en el hogar. El trabajo doméstico
también implica planificar las comidas, las compras y la limpieza
tanto diarias como de temporadas o extraordinarias; pequeñas
reparaciones; dar de comer y vestir a las personas dependientes o
menores; transmitir normas de convivencia a los hijos e hijas y
realizar su seguimiento escolar; estar pendiente de la salud de los
demás; acompañar al médico; etc. Así pues, las tareas domésticas
implican, además de su ejecución, su planificación y responsabilidad
Se subestima la
cualificación que
requiere el
desarrollo del
trabajo
doméstico, por
la forma en la
que se
aprenden y su
desvaloración
social.
sobre ellas. El mundo laboral estima la responsabilidad, hallándose
asociada a los cargos y a salarios más elevados. Esta regla no
opera en el trabajo doméstico.
Por otra parte, la cualificación que requiere el conjunto de
tareas
del
trabajo
doméstico
se
subestima.
Ocurre
que
tradicionalmente, los conocimientos y habilidades necesarias para
desarrollar el trabajo doméstico son transmitidos dentro del hogar y
desde edades muy tempranas. De tal forma que, parece que su
aprendizaje no requiere esfuerzo ni tiempo. Por cierto, transmitir
24
Reparto Igualitario de Espacios y Tiempos
estos saberes también forma parte del trabajo doméstico.
Por otro
lado, el trabajo doméstico, como iremos viendo, no goza
precisamente de gran consideración social lo que influye a la hora de
valorar la cualificación requerida para su desarrollo.
Pero aún se podría ahondar más en las funciones del trabajo
doméstico. Entonces se vería que “En realidad, el trabajo
reproductivo implica un gran número de procesos complejos, de los
que depende precisamente la construcción de los individuos jóvenes
en tanto que seres sociales y, también, el mantenimiento de la
personalidad en los adultos”.5 Entre las tareas del trabajo doméstico
se encuentra la educación y socialización de los hijos e hijas. La
socialización es el proceso mediante el cual una persona acepta y se
adapta a las normas y pautas sociales establecidas. No se trata sólo
de transmitir conocimientos a los hijos e hijas, sino de algo más sutil:
fomentar actitudes necesarias para la vida en la sociedad, modos de
relacionarse con quienes tenemos alrededor, valores estimados por
la comunidad. De todo ello dependerá la capacidad de adaptación y
el éxito de la persona adulta.
El hogar es el espacio privilegiado para expresar nuestros
sentimientos, para encontrar apoyo incondicional de quienes más
nos quieren, reconocimiento de nuestras cualidades, fortalecer la
confianza
en
nosotras
y
nosotros
mismos
menoscabada
continuamente con el día a día en el exterior. Así pues, el trabajo
reproductivo supone no sólo ocuparse de las necesidades físicas de
los miembros del hogar, sino también de las necesidades psíquicas,
las intelectuales, las emocionales y las afectivas.
5
SUBIRATS MARTORI, M. (1993).
25
Reparto Igualitario de Espacios y Tiempos
10.- EL VALOR DEL TIEMPO DEDICADO AL CUIDADO
DEL HOGAR Y LA FAMILIA
El tiempo es visto como un capital del que dispone cada
persona, ya que el tiempo se invierte -en formación, adquisición de
competencias profesionales-, se vende –cuando se trabaja para
otras personas-, se gasta, se disfruta –cuando se realizan las
actividades que más nos gustan-, etc.
El tiempo como capital genera beneficios y es susceptible de
medirse monetariamente. Pero, ¿cómo se estima una actividad que
genera servicios, bienestar y cuidado, cuando no media una
El coste de
oportunidad y el
coste de
sustitución,
aunque con
muchas
dificultades,
proporcionan
una idea del
valor del tiempo
dedicado al
trabajo
doméstico.
retribución de dicha actividad?
Se han establecido dos formas de valoración del trabajo
doméstico que se conocen como cálculo del coste de oportunidad y
cálculo del coste de sustitución o reemplazo.
El coste de oportunidad registra las oportunidades que se
aplazan o pierden por dedicarse a los trabajos domésticos, en vez
de utilizar el potencial personal en el mercado de trabajo. En el
mercado de trabajo se valora la continuidad en el mismo y la intensa
dedicación al trabajo. Ambas cosas son contrarias al trabajo
doméstico. ¿Cómo valorar las oportunidades perdidas al tener que
abandonar un puesto de trabajo para cuidar a un familiar sabiendo
las dificultades posteriores para reincorporarse al mercado de
trabajo? ¿qué oportunidades se pierden de ascenso, promoción o
continuidad cuando en la empresa saben que tienes una gran
limitación de horario?
26
Reparto Igualitario de Espacios y Tiempos
Mediante el coste de sustitución se intentan estimar las
tareas que se realizan en el hogar, no sólo en términos de ejecución,
sino de valor de sustitución. Se calcula el tiempo que se dedica
diariamente al trabajo doméstico y, posteriormente, se considera el
precio que dicho trabajo tendría en el mercado. No obstante esto
tiene ciertas dificultades.
La primera dificultad es calcular el tiempo que diariamente se
dedica a los trabajos domésticos. En los estudios donde se calcula
cuánto tiempo se dedica a cada uno de los quehaceres, el cómputo
total de horas que se dedican a la familia y el hogar es muy grande.
Ello ocurre así porque hay muchas tareas que se realizan de forma
simultánea. Por otro lado, existe una gran variabilidad en el tiempo
que se dedica dependiendo de niveles de exigencias, circunstancias
familiares, planteamientos de vida, organización, etc.
Una vez identificado el número de horas que ocupa el trabajo
doméstico, habría que calcular su precio en el mercado. Pero, las
tareas que se suelen contratar en el mercado se limitan a la
ejecución de lo básico, no incluyen todas las tareas, ni mucho menos
las que tienen que ver con la planificación, la asunción de
responsabilidades y el apoyo psicológico y afectivo. Los bienes y
servicios que ofrece el ama de casa no son comparables a los del
mercado. El hogar se especializa en maternidad, alimentación
personalizada, educación y apoyo a los miembros de forma
personalizada. El mercado, en cambio, ofrece cuidados médicos
sofisticados,
educación
avanzada,
medios
de
transporte
y
comunicación, alimentos y ropa industriales y otros productos de
masas.6
6
CASTAÑO COLLADO, C., (2002). Pág. 6.
27
Reparto Igualitario de Espacios y Tiempos
Las tareas del cuidado del hogar y la familia no se prestan a la
estandarización, a la racionalización, a un control de la eficacia,
atributos de la actividad industrial que harían más fácil su
comparación con lo que ofrece el mercado y su sustitución. El
carácter personalizado e inmediato del trabajo de ama de casa si no
impide, al menos hace tremendamente difícil su sustitución,
comprando los servicios de una persona en los periodos tan
pequeños de tiempo y el horario aleatorio en el que se realizan.7
Cuando se contrata se determina un horario pero, el ama de casa
no lo tiene. ¿Cómo valorar su absoluta disponibilidad?
Incluso si se pudieran tener en cuenta todas estas cosas,
Resaltar el valor
económico del
trabajo
doméstico
favorece su
apreciación
social pero, no
todas las
funciones que el
trabajo
doméstico tiene
se pueden
mercantilizar.
resulta que la feminización y desvalorización social de las tareas que
conlleva el trabajo doméstico, junto con las características y
posibilidades de la mayoría de las familias que contratan estos
servicios, tienen como consecuencia que la contratación de
empleadas del servicio doméstico se realice al margen de la
normativa laboral. Aún en el caso de hacerse formalmente -dando de
alta en la Seguridad Social y cumpliendo lo que dice el convenio
vigente-, resultan las peores condiciones laborales existentes.
En un sociedad donde el dinero es la medida de todas las
cosas, resaltar el valor económico del trabajo doméstico favorece su
apreciación. A nivel de economía nacional, si se computara en la
Contabilidad Nacional el trabajo doméstico, el Producto Interior Bruto
del Estado Español se duplicaría. Si el Estado tuviera que hacerse
cargo de las tareas de cuidado y salud realizadas por las mujeres, el
presupuesto del Ministerio de Sanidad tendría que triplicarse.
7
Ibidem.
28
Reparto Igualitario de Espacios y Tiempos
Ahora bien, resaltar el valor económico del trabajo doméstico
no equivale a defender la visión de que la desigualdad en el reparto
del tiempo y el espacio sean un problema económico pues, ni mucho
menos, se soluciona con un salario para el ama de casa.
La variabilidad de funciones que incluye el cuidado del hogar
y la familia hace que algunas de las tareas se puedan estimar
monetariamente pero, ¿cómo se paga el amor y la solidaridad? Lo
que no puede el coste de sustitución es calcular la afectividad
implícita en muchas de las tareas que se llevan a cabo.
Las sociedades modernas
en general, han mantenido una
estructura
familiar
donde
las
mujeres desarrollan un trabajo en
el ámbito doméstico que les ha
permitido asegurar la oferta de
fuerza de trabajo en el ámbito
público. Sin la aportación del
trabajo de las mujeres, la subsistencia del grupo familiar no hubiera
estado nunca asegurada y, sin embargo, los sistemas económicos
se nos han presentado tradicionalmente como autónomos, ocultando
así el papel del trabajo doméstico.
“Aunque no se monetaricen, las transferencias de trabajo
tienen una importancia mayor para el bienestar colectivo que las
transferencias familiares de patrimonio y rentas”8.
8
DURÁN, A. (2004), Espacio físico y simbólico: el uso de la vivienda. En II
Congreso La Familia en la Sociedad del Siglo XXI.
29
Reparto Igualitario de Espacios y Tiempos
11.- ACTITUDES ANTE EL TRABAJO DOMÉSTICO
Las posibilidades que tenían antes las mujeres de dedicar su
tiempo a otra actividad distinta al trabajo doméstico eran muy
pequeñas. Actualmente, la enseñanza se ha extendido a niños y
niñas, facilitando la inserción laboral de todos y todas en el marco
del trabajo formal remunerado.
Las mujeres que
tienen como
ocupación
principal el
trabajo
doméstico lo
toman como una
obligación,
como su trabajo.
Una parte de las mujeres cuya actividad principal son las
tareas familiares y domésticas lo hacen por un deseo expreso pero,
otra parte lo hace condicionada por las circunstancias, porque no
tienen otra opción o porque si ella no lo hace nadie del entorno
familiar lo hará. En cualquier caso, la consideran como una
obligación: es su trabajo y, aunque no reciban una compensación
económica por él, lo consideran como una aportación a la economía
familiar al concebirlo como un ahorro.
La mitad de las
mujeres amas
de casa
declaran serlo
por propia
voluntad. Una
tercera parte
expresa que
esta situación es
circunstancial.
Una de cada
diez lo es en
contra de su
voluntad.
Según el Estudio Sociológico sobre las Amas de Casa
realizado durante el 2000 y el 2001, la mitad de las mujeres asumían
el rol de ama de casa “por propia voluntad y deseo” y “porque
económicamente no necesitaban trabajar”. En menor medida
también lo hacían “por una mejor atención al cónyuge”. La tercera
parte de las Amas de Casa consideraban que lo hacían de manera
circunstancial, teniendo la perspectiva de reintegrarse laboralmente
más tarde. Sus motivos para encontrarse en esta situación eran,
principalmente, “el cuidado y atención de los hijos” y “el cuidado y
atención de personas mayores o enfermos”. Por último, una de cada
diez amas de casa desempeñan el rol de ama de casa en contra de
30
Reparto Igualitario de Espacios y Tiempos
su voluntad bien “por la presión indirecta de su medio social”, “por la
presión o imposición de su cónyuge o pareja”, “por la falta de ayudas
y servicios sociales” y “por las presiones y dificultades donde
trabajaba”.9
Este mismo estudio muestra que más de la mitad de las
mujeres que se dedican en exclusiva a esta actividad estarían en
una situación de baja calidad de vida. Concretamente, se observan
los tres síndromes siguientes:
-
Síndrome de dependencia, limitación o inseguridad, con la
cuestión económica como eje central. Se presenta
asociado a cierta frustración por no poder trabajar fuera
del hogar o por no tener otras actividades más
La dedicación
voluntaria al
cuidado del
hogar y la
familia no exime
a la mujer del
padecimiento de
distintos
síndromes que
expresan baja
calidad de vida.
enriquecedoras. Este síndrome se encuentra en casi la
mitad de las mujeres.
-
Síndrome depresivo, adictivo y otros trastornos asociados.
También se relaciona con lo explicado anteriormente. Este
síndrome se presenta en un tercio de las mujeres.
-
Síndrome de explotación, estrés y aburrimiento que lo
padecen las tres cuartas partes de las amas de casa.10
El hecho de que casi la mitad de las mujeres expresen que se
dedican al trabajo doméstico voluntariamente contrasta con la
extensión de estos síndromes. Y es que, las razones por las que las
mujeres en la actualidad se dedican al trabajo doméstico y las
connotaciones que éste tiene son muy complejas.
9
NAVARRO, J. (dir.) (2002).
Ibidem.
10
31
Reparto Igualitario de Espacios y Tiempos
Hay un rasgo común entre las mujeres que realizan el trabajo
doméstico con o sin exclusividad y es que este se asume como
La mayoría de
las mujeres,
tanto activas
como inactivas
sienten el
cuidado como
su
responsabilidad.
responsabilidad propia de tal forma que, cuando por alguna razón no
se llega al nivel “exigido”, tiende a culparse. Es posible incluso
escuchar voces que señalan el abandono, por parte de la mujer, de
la esfera reproductiva como causa de la bajada de natalidad, el
fracaso escolar, o los más diversos problemas que puedan surgir en
la familia, sin contemplar el reparto de responsabilidades dentro de
la familia y la falta de adecuación de empresas, centros de
enseñanza, hospitales, sistemas de transporte, etc.
32
Reparto Igualitario de Espacios y Tiempos
12.- EL SIGNIFICADO Y LAS CAUSAS DEL DESIGUAL
REPARTO
La economía se desarrolla separando la vida social en dos
espacios, uno público y visible – el del empleo, los negocios y la
política- donde los protagonistas son hombres y otro privado e
invisible – el de la familia y los cuidados a las personasprotagonizado por las mujeres.
A lo que ocurre
en el espacio y
el tiempo
público, se le
otorga más valor
que a lo que
pasa en el
espacio y el
tiempo privado.
El espacio público califica y da voz, el reproductivo descalifica
y sume en el silencio. No sólo es que haya una separación de los
espacios y los tiempos, también hay una gradación: unos se estiman
por encima de los otros.
Lo que ocurre en el espacio público es de interés y quienes
están presentes y se ocupan de ello son reconocidos. Lo que ocurre
en el espacio privado solo atañe a quien ocupa ese lugar. Es más, el
hecho en sí de preocuparse de la vida íntima de los demás, es visto
con menosprecio, cosa de “marujas”.
Quienes
se
dedican
a
las
labores
domésticas
son
denominadas de manera despectiva “maris”, “marujas”. Muchas
mujeres se distancian de estas figuras. Una mujer que hoy declare
que “no trabaja”, que es ama de casa, o que se defina
profesionalmente por “sus labores” es vista como incapaz de obtener
un empleo. “En cualquier caso, pierde de inmediato su interés como
33
Reparto Igualitario de Espacios y Tiempos
interlocutora en cualquier ámbito público.”11 Ello muestra la
degradación de la esfera doméstica frente al trabajo productivo.
Esta falta de valoración ha convivido con otras dos
tendencias. Una es la glorificación del trabajo doméstico, ofreciendo
una versión romántica de este espacio. Esta tendencia a la
hipervaloración, no obstante, ni ha logrado la participación de los
varones en dicho ámbito, ni ha compensado realmente su falta de
apreciación. “Únicamente cuando las mujeres han accedido al
mercado de trabajo, se ha constatado un mayor grado de
participación doméstica en el hogar”.12 La otra tendencia es la
sobreestimación del propio trabajo por parte de las mujeres que
dedican su tiempo al cuidado de los demás.
Espacio
y
tiempo
públicos
se
hayan
separados
y
sobrepuestos al espacio y el tiempo privados. De esta separación y
superposición, también surge otro fenómeno que es la invisibilidad
de los espacios y tiempos privados. Los resultados más visibles de
las actividades realizadas en el hogar desaparecen en breve: las
comidas se comen, lo limpio se ensucia, lo ordenado se desordena,
la ropa se arruga y ensucia, etc. Sin embargo, aquello que ocurre en
El trabajo
doméstico
participa de las
características
de la economía
sumergida y se
vuelve invisible
por la falta de
valoración y la
temporalidad de
sus resultados.
la esfera productiva trasciende por más tiempo. La invisibilidad del
trabajo doméstico significa la ausencia para la sociedad de las
mujeres que no participan en el ámbito del trabajo remunerado.
El trabajo doméstico participa de todas las características
negativas de los trabajos que se desarrollan en la economía
sumergida pero sin que medie retribución alguna. Quienes lo
desempeñan no tienen derechos laborales, no disfrutan de
vacaciones, no tienen posibilidad de promoción, nadie hace su
11
12
SUBIRATS, M., ( 1993). Pág. 303.
MURILLO, S., (1996). Pág. 27.
34
Reparto Igualitario de Espacios y Tiempos
trabajo si enferman, no cotizan a la Seguridad Social por lo que no
tienen derecho a desempleo ni a pensión.
La actividad doméstica
no registra posibilidad alguna de plantear una interrupción similar a
la laboral, no registra excedencias. La obtención de un tiempo libre
ha de ser pactada con el cónyuge o compañero.13
Si el cuidado del hogar y la familia no tiene el mismo valor que
la participación en la esfera productiva, si se vuelve invisible cabe
preguntarse por qué, a lo largo de los siglos, la mujer ha aceptado
ocuparse de ello.
La respuesta se encuentra en los conceptos de estereotipo y
de rol y en la diferenciación entre sexo y género.
El sexo hace referencia al conjunto de características biológicas
que diferencian a las hembras de los machos en cualquier especie. El
sexo pues, sólo determina la diferencia biológica, tanto anatómica como
fisiológica, entre mujer y varón.
El género se refiere a lo que cada sociedad atribuye a cada uno
de los sexos. Lo que pertenece al género femenino y lo que pertenece
al género masculino es una construcción social. De hecho, podemos
encontrar multitud de características que en unas sociedades se
atribuyen a los hombres y sin embargo, en otras se atribuyen a las
mujeres. Todo lo relativo al género, al no ser consustancial al hombre o
a la mujer, sino por el contrario, ser social, se transmite y se aprende.
13
SEXO
GÉNERO
Biológico
Cultural
Transmisión
genética
Transmisión por
aprendizaje
MURILLO, S. (1996). Pág. 140.
35
Reparto Igualitario de Espacios y Tiempos
La socialización es el proceso mediante el cual aprendemos los
valores, normas, actitudes, etc. necesarios para adaptarnos con éxito a la
sociedad en la que vivimos. Dura toda la vida pero, es más intenso en los
primeros años. El principal agente socializador es la familia. También
intervienen la escuela, los medios de comunicación, las organizaciones
en las que trabajamos o participamos y el grupo de amigos y amigas con
los que nos relacionamos. A través del proceso de socialización,
interiorizamos lo que para una sociedad es normal y lo que no lo es.
La socialización de género es el proceso mediante el cual
aprendemos a “ser hombres” o “ser mujeres” o mejor dicho: aprendemos
las conductas que se han definido apropiadas para los hombres o
apropiadas para las mujeres. Habitualmente este proceso es
inconsciente, aprendemos de nuestros mayores y transmitimos a nuestros
hijos e hijas sin darnos cuenta. Sin embrago, en ocasiones puede ser
vivido como una imposición que recorta nuestras posibilidades y nos
oprime.
Un estereotipo es una imagen preconcebida que se tiene de una
persona por el hecho de pertenecer a un grupo o categoría. La atribución
de un rasgo puede estar o no fundamentada pero, en cualquier caso,
supone una simplificación, generalización y exageración, por lo que
resultan injustos.
Los estereotipos pueden ser positivos, cuando atribuimos virtudes
a las personas que pertenecen a una categoría, o negativos, cuando
atribuimos y destacamos defectos. Los andaluces son graciosos o las
mujeres son cariñosas son ejemplos de estereotipos.
Los estereotipos de género son las características simplificadas
que se asocian a hombres y a mujeres y que son ampliamente asumidas
por todos.
ESTEREOTIPOS DE GÉNERO
MUJER
HOMBRE
Dependiente
Débil
Sumisa
Pasiva
Cariñosa
Independiente
Fuerte
Dominante
Activo
Rudo
A partir de los estereotipos y los prejuicios, se construyen los
roles. Los roles de género son las tareas y actividades que una sociedad
asigna a hombres y a mujeres de manera diferenciada.
36
Reparto Igualitario de Espacios y Tiempos
Rol es sinónimo de papel. Los roles sociales son los papeles o
funciones que desempeñamos o que se espera que desempeñemos
dependiendo de características tales como la edad, el sexo, la clase
social o la profesión.
Los roles masculinos están asociados a tareas productivas, al
sustento económico y se encuentran ubicados en el ámbito público. Los
roles femeninos, por el contrario, están asociados a tareas reproductivas,
al cuidado de los demás y se encuentran ubicados en el ámbito privado.
Desempeñar el rol que se nos asigna significa asumir normas,
comportamientos y valores, así como realizar aquellas actividades que se
han considerado históricamente como propias de hombres o mujeres.
No cumplir con el rol asignado puede crearnos frustración y estrés. Las
mujeres que no pueden atender como ellas creen que deben atender a
sus familiares generan sentimientos de culpabilidad aunque, el cuidado lo
puedan hacer tanto hombres como mujeres. Igualmente, los varones
sufren de manera más intensa las situaciones de paro que las mujeres.
Los estereotipos y roles femeninos asignan a la mujer el
desarrollo de las tareas del cuidado del hogar y las personas, de
manera paciente, sumisa y cariñosa. Pareciera que la mujer que no
realizara de tal manera estos cuidados fuera desnaturalizada y
egoísta.
Para algunas personas, tareas como asistir a una reunión del
colegio de nuestra hija, cuidar a un familiar enfermo, acompañar a
nuestro padre anciano a un paseo, hacer un recado a nuestra
madre, etc. no pueden considerarse como trabajo, sino como
expresión del afecto. Para otras personas, a pesar de que se
realicen por afecto, sí deben ser catalogadas como trabajo. Aunque,
en la mayoría de los casos reine el afecto, “en algunas ocasiones
nos sentimos obligados a cuidar a personas con las que hay una
relación familiar, pero con las que existe una ruptura emocional
37
Reparto Igualitario de Espacios y Tiempos
importante”.14 Independientemente, de la consideración de trabajo o
afecto, la cuestión está en la asignación de ello a un grupo de
personas de acuerdo a su sexo.
Hay pues, toda una serie de mecanismos que se ponen en
marcha y logran que asumamos una serie de planteamientos. Pero,
como no hay mecanismos perfectos, muchas personas no terminan
de asimilar las funciones que se les proponen y las viven como una
imposición. Algunas, intentan escapar de lo que la sociedad les
propone e incluso, cambiar la propia sociedad. Y esto se consigue a
través de la iniciativa individual o la acción política.
La presión individual para cambiar la asignación de roles, ha
sido y sigue siendo importantísima pero, no parece ser suficiente. La
negociación de la participación en las tareas domésticas es fuente
de conflictos en las relaciones de pareja y un desgaste en las
relaciones con hijos e hijas. Hay que destacar el papel de hombres
y mujeres que han creído que un mundo más igualitario es mejor y
han vivido conforme a sus creencias.
Las Administraciones han de implicarse para ofertar servicios
que faciliten el reparto. Igualmente, los Gobiernos deben dictar leyes
que favorezcan la igualdad total entre varones y mujeres. Desde
luego, esto no es fácil. El Estado tienen un gasto muy inferior al que
debería tener para atender, al menos en parte, las necesidades de
las familias: sobre todo la atención a las personas dependientes.
14
ASAMBLEA FEMINISTA DE MADRID, (2000).
38
Reparto Igualitario de Espacios y Tiempos
La igualdad formal es la igualdad de derecho, la igualdad ante la
ley. La Constitución Española, en su artículo 14 reconoce que “los
españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer
discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión ,
opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social”.
La igualdad real es la igualdad de hecho entre hombres y
mujeres, real y efectiva. Se consigue a través de todo un conjunto de
medidas políticas y acciones, intentando trasformar aquellos límites y
obstáculos a nivel político, económico, social cultural.
La realidad muestra como el hecho de recoger legislativamente el
principio de igualdad ante la ley no es suficiente para acabar con las
situaciones de discriminación por razón de sexo.
39
Reparto Igualitario de Espacios y Tiempos
13.- LA CONCILIACIÓN DE LA VIDA FAMILIAR Y
LABORAL
La estructuración social de los tiempos –jornadas laborales,
El trabajo
remunerado no
puede ser un
impedimento
para el
desarrollo
personal y
familiar. Es
necesario un
cambio por
parte de las
empresas y de
los hombres
para que todos y
todas podamos
trabajar para
vivir y no vivir
para trabajar.
horarios
comerciales,
escolares,
de
atención
sanitaria
o
administrativa- está diseñada para que, mientras que los hombres se
emplean, las mujeres se dediquen al hogar. Las guarderías, los
colegios, los mercados y comercios, etc.: todo está preparado para
que, al menos una persona en la familia, tenga total disposición
horaria. Incorporarse con todas las consecuencias al mundo laboral
parece incompatible con el cuidado de la familia.
A pesar de que las mujeres, la mitad de la población, está
incorporándose al mercado de trabajo, los horarios de los trabajos
no han disminuido. Los servicios que vienen a cubrir las tareas
tradicionalmente desarrolladas por mujeres, como los de atención a
personas dependientes, no cubren las necesidades de la población.
Por otro lado, los hombres no se implican en el trabajo doméstico en
la misma medida que las mujeres se implican en el empleo por lo
que muchas mujeres sufren la doble jornada.
No ha habido hasta el momento un acercamiento de ambos
mundos, sino una inclusión de las mujeres en el mundo laboral
diseñado por y para hombres. En este mundo laboral se les exige a
quienes trabajan una dedicación total. Se sabe a que hora se entra a
trabajar pero no a que hora se saldrá. El mercado estima las
cualidades de los trabajadores que favorecen la consecución de los
objetivos de las empresas pero, no consideran las necesidades
40
Reparto Igualitario de Espacios y Tiempos
personales de esos hombres y mujeres: formación, reciclaje
profesional, aficiones, familiares enfermos o personas dependiente a
su cargo, deseos, etc.
Si el mundo laboral no tiene en cuenta las necesidades
personales de las personas trabajadoras, la conciliación entre vida
laboral y personal se vuelve complicada. La conciliación no es sólo
cosa de mujeres. Los tiempos han de conciliarlos tanto hombres
como mujeres. Lo que ocurre es que, como ya se ha visto, la mujer
siente en mucho mayor grado que el hombre, la responsabilidad de
La conciliación
entre vida
laboral y
personal atañe a
hombres y
mujeres por
igual. Ambos
mundos, el
laboral y el
familiar, nos
enriquecen a
todos y todas.
ocuparse de la familia. Según el Instituto Nacional de Estadística, a
lo largo de 2004, 79.500 trabajadoras se retiraron del mercado
laboral por razones personales o para asumir responsabilidades
familiares. En muchos casos de forma definitiva. Entre los
trabajadores varones, sólo dieron ese paso 14.500.
El abandono laboral tras el embarazo es sólo un caso extremo
de las consecuencias que para la mujer tiene el desarrollo de una
vida personal plena. La maternidad no puede ser un obstáculo para
la mujer para su desarrollo profesional. Cuando la retirada no es
definitiva, la mujer se encuentra con multitud de obstáculos para
volver al espacio productivo: la edad, la inexperiencia, la falta de
cualificación, las obligaciones familiares adquiridas y que cuesta
compartir, etc.
La corresponsabilidad en las tareas reproductivas entre
hombres y mujeres es clave para acceder a la conciliación entre vida
laboral y familiar. Compartir el trabajo doméstico es la única solución
que tiene la mujer que quiere tener un empleo “normal” si no quiere
morir de agotamiento en el intento.
41
Reparto Igualitario de Espacios y Tiempos
Siempre ocurre que, cuando se producen cambios muy
rápidos, la mentalidad se queda atrás, sigue funcionando
como si no se hubiesen producido esos cambios. Los varones
no acaban de aceptar que las mujeres operen como ellos, y
las mismas mujeres tienden a infravalorarse, movidas por la
avalancha
de
siglos
que
tenemos
detrás.
muchos
empleadores siguen sin entender la importancia que para sus
empleados, mujeres y hombres tiene la familia, e imponen
horarios de trabajo abusivos y absurdos, propios de otra
época (libres de cargas familiares habría que añadir). Son
formas de ser y de pensar que, necesariamente, porque no
hay
otro
remedio,
modificarse.
gusten
o
no
gusten,
tienen
que
15
En el Derecho español se pueden identificar dos normas que
van a resultar fundamentales para la conciliación. La política de
conciliación de la vida familiar y laboral supone el reconocimiento
implícito de que no es posible el desarrollo personal pleno sin
conseguir un equilibrio entre los roles productivo y reproductivo.
La Ley 39/1999 para la conciliación de la vida familiar y
laboral reconoce este derecho que tiene un carácter individual, por lo
La Ley 39/1999
para la
conciliación de
la vida familiar y
laboral y la Ley
para la atención
de personas
dependientes,
pretenden
avanzar en la
conciliación y la
igualdad.
que pueden utilizarlo tanto el trabajador como la trabajadora con una
única excepción, la del permiso por parto que sigue siendo un
derecho de la madre trabajadora que puede ceder al padre. La Ley
de Conciliación recoge, además del permiso de maternidad,
permisos para consultas prenatales y cursos de preparación al parto;
permiso por paternidad, horas de lactancia, permisos en caso de
nacimiento prematuro y situaciones de riesgo asociadas a la
15
MONTORO, R. (2004), La familia en su evolución hacia el siglo XXI. En II
Congreso La familia en la sociedad del siglo XXI.
42
Reparto Igualitario de Espacios y Tiempos
maternidad,
reducción
de
jornada
por
causas
familiares
y
excedencia para el cuidado de familiares, de hijos o hijas menores.
En España cerca de 4,5 millones de núcleos familiares tienen
que atender a una persona en situación de dependencia, de los que
tan sólo el 6% recibe ayuda pública. El 80% de las personas que
atienden a otras de manera informal son mujeres que, en muchos
casos se ven obligadas a interrumpir, o incluso renunciar, a su
carrera profesional y su vida social. Por ello, el “Acuerdo sobre la
acción protectora de la atención a las situaciones de dependencia”
contribuirá al cambio de roles sociales y a la emancipación de
género. El Acuerdo establece que el Sistema de atención será
preferentemente de servicios, al ser asumidos desde los poderes
públicos se favorece el cambio de mentalidad dejando de asignar la
función de cuidadora exclusivamente a las mujeres.
43
Reparto Igualitario de Espacios y Tiempos
14.- EL DISEÑO DEL ESPACIO FÍSICO
A lo largo de la historia, mujeres y hombres han tenido
diferentes destinos espaciales. Los discursos en la plaza pública o
en el edificio político, la fábrica, la universidad para unos. El hogar, la
plaza de abastos o la fuente en otro tiempo, para otras.16
Si bien el espacio no tiene sexo, su valoración se hace a
través de quien hace uso de él. El espacio no es neutral y denota
quien lo ocupa, cómo y en qué grado. Los espacios ponen de
manifiesto quienes ostentan el poder. Y quienes tienen el poder se
apropian de los espacios simbólicos, de los más importantes, de los
más deseados. Así se ve como las plazas y calles principales están
dominadas por el poder político, el religioso y el económico. En ellas
sobresalen las sedes de Ayuntamientos, Diputaciones, Delegaciones
de otras Administraciones, iglesias, conventos y grandes empresas.
Tradicionalmente, los poderes han estado en manos de varones.
La historia se ha ocupado principalmente de las grandes
obras, como si la arquitectura existiera sólo en los objetos
excepcionales y no en lo cotidiano. Lo cotidiano es la vivienda, el
mercado, la calle, el jardín y el parque. También los hospitales y
escuelas, aunque no para todo el mundo tiene el mismo significado.
Las mujeres no sólo acuden al hospital o la escuela como usuarias o
alumnas, sino como acompañantes y cuidadoras. Las mujeres más
que los hombres sufren las carencias de espacios verdes –donde
acompañan a menores y mayores-, de infraestructuras como
16
SEGOVIA, O. (1992),
44
Reparto Igualitario de Espacios y Tiempos
hospitales y escuelas –donde se ocupan de las personas
dependientes-.
Uno de los rasgos del trabajo doméstico es que está
conformado por una gran multiplicidad de tareas. Multiplicidad de
tareas suele implicar multiplicidad de traslados. La ubicación de los
servicios no siempre es la adecuada. La mujer suele disponer de
menor autonomía de movimiento –el número de permisos de
circulación es menor- y es más dependiente del transporte público.
Los espacios físicos han sido tradicionalmente diseñados por
y para hombres. Espacios como túneles, pasos a desnivel,
estacionamientos, calles sin iluminación crean en las personas
sentimientos y situaciones de vulnerabilidad, que son más intensos
entre las mujeres.
Actualmente, existe una mayor conciencia del significado de
los espacios y de cómo un mismo espacio es percibido y vivido de
distintas maneras según la edad, el género y el grado de movilidad
de las personas. Este conocimiento facilita el diseño de espacios
para todos y todas.
45
Reparto Igualitario de Espacios y Tiempos
15.- LOS BENEFICIOS DE COMPARTIR
Para muchos hombres y mujeres, el modelo ideal sería aquel
en el que la mujer tiene la oportunidad de desarrollarse
profesionalmente.
La incorporación de la mujer a un trabajo formal remunerado
supone una mejora de la economía familiar; de la comprensión, tanto
de los problemas que surgen en los empleos, como de las
satisfacciones que estos proporcionan. Igualmente, facilita
ámbito
donde
interrelacionarse
con
otras
personas,
un
otorga
independencia económica y mejora la autoestima.
No todo lo que nos encontramos en el ámbito laboral nos es
grato, mucho menos cuando la precariedad laboral se extiende.
Pero, los problemas que podemos tener en un trabajo son
compartidos por hombres y mujeres.
Todavía hay hombres que se sienten reticentes a la
incorporación de la mujer al trabajo. Normalmente, por un
sentimiento de inseguridad en sí mismos, prefieren a la mujer
dependiente económica y emocionalmente. Desconocen que las
relaciones de pareja no se basan en la dependencia obligada sino
en una entrega voluntaria, libre y constante de nuestros tiempos y
nuestros espacios.
Las tareas domésticas pueden resultar rutinarias, incluso en
algunos momentos duras y poco gratificantes por lo poco que duran.
46
Reparto Igualitario de Espacios y Tiempos
La planificación y responsabilidad pueden suponer una preocupación
y el cuidado de las personas, un gran desgaste físico y emocional.
Ahora bien, también la realización de las tareas hace que se
les de más valor. Cuando se llevan a cabo es cuando realmente se
tiene conciencia de su complejidad y del tiempo que precisan. En el
caso de las y los más jóvenes de la casa, la realización de las
tareas, les prepara para tener mayor autonomía. El propio hecho de
no sentirse una carga, de sentirse independiente es una fuente de
satisfacción.
Cuando las tareas domésticas se comparten tanto en su
ejecución como en su planificación, se abre un nuevo espacio de
convivencia y se evita el cansancio y frustración en la persona que,
de otra manera, lo haría en solitario. Resulta además, que el cuidado
de las personas que más queremos es una de las tareas más
gratificantes y enriquecedoras que podemos experimentar y esta
gratificación no es patrimonio exclusivo de las mujeres sino que se
extiende a todas las personas independientemente del sexo, la edad
o cualquier otra condición.
En palabras de la profesora Aguinaga
la mera consideración de que con la igualdad mejorarían
necesariamente las relaciones personales y con ello la calidad
de vida y el bienestar de todas las personas de su entorno,
debería de ser suficiente para, al menos , provocar la reflexión
que evalúe objetivamente lo que se pierde y lo que se gana
con la igualdad.17
17
AGUINAGA, J. (2004), La familia, un espacio de comunicación entre lo público y
lo privado. En II Congreso La familia en la sociedad del siglo XXI
47
Reparto Igualitario de Espacios y Tiempos
Aunque eso sea difícil en una sociedad donde el dinero es la
medida del éxito. Dinero que sólo se consigue en la esfera pública.
El trabajo doméstico y el cuidado de la familia implica una
cantidad muy variada de tareas, algunas gratas otras pudieran
resultar hasta desagradables. Pero, tanto si son maravillosas como
si son penosas, ¿por qué una sola persona ha de ocuparse de ellas?
¿o por qué una persona tiene que renunciar a un tiempo de ocio y
desarrollo personal en beneficio del resto de los miembros de su
familia cuando hay otras alternativas? ¿por qué confinar a una parte
de la población a un espacio por el hecho de ser mujer o ser varón?
¿por qué no compartirlo todo?
48
Reparto Igualitario de Espacios y Tiempos
GLOSARIO
Discriminación: Se considera discriminación todos aquellos
casos en que una persona es tratada de forma desigual y
desfavorable por su pertenencia a un grupo concreto y no sobre la
base de sus capacidades individuales.
Discriminación directa: Tratar de forma desigual o con un
trato de inferioridad a las personas en base a uno de los motivos
expresamente prohibidos por el ordenamiento jurídico nacional e
internacional, por ejemplo en función de su sexo.
Discriminación indirecta: Criterios, medidas, normas e
intervenciones sociales o políticas formalmente neutras, que resultan
desfavorable para un colectivo, puesto que no tiene en cuenta la
posición inicial desfavorable de la que parte ese colectivo.
División sexual del trabajo: Reparto de tareas sociales y
domésticas adjudicadas en función del sexo que han producido
aprendizajes diferentes para hombres y mujeres y que se valoran de
un modo desigual en la sociedad.
Patriarcal: Nos referimos una sociedad o cultura patriarcal
a aquella donde se reconoce que la autoridad y el poder
corresponde al patriarca “el gobierno de los padres” y se transmite
de varón a varón. Ha supuesto el modo de mostrar la diferente
posición social de hombres y mujeres, evidenciando el “poder” del
sexo masculino (patrimonio, patria potestad…) y la subordinación del
femenino.
Políticas de Igualdad de Oportunidades: Son la
instrumentalización de la igualdad de oportunidades. Las
intervenciones a partir de las cuales este principio se lleva a la
práctica.
Principio de Igualdad de Oportunidades: Necesidad de
establecer medidas dirigidas a tratar de manera más favorable a
aquellos colectivos que todavía soportan diferentes tipos de
discriminación.
49
Reparto Igualitario de Espacios y Tiempos
Principio de igualdad: Principio jurídico que ampara la
igualdad entre los sexos y condena la discriminación. Viene a
recordar que todos y todas somos iguales ante la ley. Es sinónimo
del principio de no discriminación.
Segregación del mercado laboral: Concentración de
mujeres y hombres en determinadas profesiones y/o familias
profesionales en función de su pertenencia a uno u otro sexo.
Techo de cristal: Barrera “invisible” construida con los
estereotipos de género que dificulta a las mujeres ocupar puestos de
poder y desarrollar por completo sus capacidades.
Discriminación positiva: Modalidad de acción positiva que
privilegia al colectivo desfavorecido. Afecta principalmente al punto
de llegada. Garantiza el resultado.
Acciones positivas: Medidas para compensar la situación
de desigualdad. Inciden en el punto de partida. De carácter temporal
para equilibrar.
50
Reparto Igualitario de Espacios y Tiempos
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Editorial, Madrid.
51
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