Reparto Igualitario de Espacios y Tiempos ÍNDICE 1.- Presentación 2.- El valor del tiempo 3.- La relación del tiempo y el espacio 4.- Tipos de tiempos 5.- Empleo vs. Trabajo doméstico 6.- El reparto desigual del empleo y el trabajo doméstico 7.- El reparto desigual del empleo en la actualidad 8.- El reparto desigual del trabajo doméstico 9. Tareas y cualificación del trabajo domestico 10.- El valor del tiempo dedicado al cuidado del hogar y la familia 11.- Actitudes ante el trabajo doméstico 12.- El significado y las causas del desigual reparto 13.- La conciliación de la vida familiar y laboral 14.- El diseño del espacio físico 15.- Los beneficios de compartir Glosario Bibliografía 1 Reparto Igualitario de Espacios y Tiempos 1.- PRESENTACIÓN Desde Comisiones Obreras queremos contribuir a que en la sociedad exista un reparto más igualitario de los espacios y los tiempos entre hombres y mujeres. El actual reparto de espacios y tiempos es desigual y, como iremos viendo a lo largo de todo este material, tal desigualdad perjudica a las mujeres. Si conseguimos que se produzca un cambio en este reparto lograremos una sociedad mucho más justa e igualitaria. Este material se enmarca dentro de las acciones que la Unión Provincial de Comisiones Obreras de Cádiz desarrollará en el Proyecto Equal ÍMPETUS. La Iniciativa Comunitaria Equal forma parte de la Estrategia Europea para el Empleo (EEE) con el fin de luchar contra todas las formas de discriminación y desigualdad que se producen en el mercado de trabajo y en particular, contra aquellas que se basan en el sexo, la raza, el origen étnico, las creencias o la edad. Además de Comisiones Obreras, participan en el Equal IMPETUS la Dirección de Fomento del Empleo de la Junta, el Consorcio de la Unidad Territorial de Empleo de la comarca Sierra de Cádiz, la Mancomunidad de la Sierra de Cádiz, la Cámara de Comercio, la Unión General de Trabajadores, la Confederación de Empresarios de Cádiz, la Agrupación Local de Empresarios de la Piel, la Asociación de Empresarios de Marroquinería, la Federación de Asociaciones de Mujeres de la Sierra de Cádiz, la Asociación de 2 Reparto Igualitario de Espacios y Tiempos Turismo Rural Sierra de Cádiz y la Asociación de Calidad de Productos Agroalimentarios de la zona. El Equal Ímpetus tiene su ámbito de aplicación en los 19 municipios de la Mancomunidad de la Sierra de Cádiz. 3 Reparto Igualitario de Espacios y Tiempos 2.- EL VALOR DEL TIEMPO El tiempo es un elemento preciado. No en vano uno de los refranes más dichos es “el tiempo es oro”. Nos roban el tiempo cuando nos hacen esperar. Se apropian de nuestro tiempo cuando nos planifican como debemos usarlo. El tiempo es un bien preciado que cada persona gestionamos condicionados por factores físicos y sociales. Ganamos tiempo cuando conseguimos realizar algo en menos tiempo del inicialmente previsto. Compramos tiempo cuando adquirimos bienes que nos permiten hacer cosas más rápidamente, como cuando compramos una moto para no usar el transporte público o un móvil para no buscar un teléfono público. Perdemos el tiempo cuando hacemos algo que no se considera productivo. Disfrutamos del tiempo cuando llevamos a cabo lo que deseamos. El tiempo es algo que tenemos, aunque no sepamos cada persona exactamente cuánto vamos a vivir. Sin embargo, no disponemos libre y totalmente de nuestro tiempo. Diversos condicionamientos físicos y muchos condicionamientos sociales interfieren en la utilización del tiempo. No hacemos lo que queremos cuando queremos. La forma en la 4 Reparto Igualitario de Espacios y Tiempos que organizamos nuestro tiempo depende, entre otros factores, de la edad, del estatus económico, del lugar de residencia y, aunque estemos en un país que consideramos desarrollado y en el 2006, del sexo. Así por ejemplo, hay un tiempo mínimo que debemos dedicar a descansar y a comer; hay un tiempo en el que debemos estudiar porque así lo dictan las normas. Hay personas que pueden retrasar su entrada en el mercado laboral por no tener necesidades económicas apremiantes. Hay quienes desearían dedicar un tiempo a un empleo y no lo encuentran. Hay mujeres que no han tenido oportunidad de incorporarse o mantener un empleo por verse obligadas a cuidar de sus familias. 5 Reparto Igualitario de Espacios y Tiempos 3.- LA RELACIÓN DEL TIEMPO Y EL ESPACIO Vivimos en un tiempo y en un espacio. Todo aquello que hacemos en un tiempo, lo hacemos ocupando un espacio. Nuestra casa -donde dormimos, desayunamos, nos aseamos, vemos la televisión, convivimos con los otros miembros de la familiaes un espacio. Como lo son la calle o la plaza, que son lugares Dependiendo de cómo ocupemos nuestro tiempo, así ocupamos nuestros espacios. donde quedamos con nuestras amistades y por donde paseamos; el Instituto, donde ampliamos nuestra formación y convivimos con los compañeros y compañeras; el centro comercial; el Ayuntamiento; las empresas; el hospital, las tiendas, etc. Dependiendo de cómo ocupemos nuestro tiempo, así ocuparemos distintos espacios. Espacio y tiempo son dos conceptos indisociables. Su uso y su estudio no pueden hacerse por separado. Si la utilización que hacemos del tiempo tiene unos condicionantes físicos y sociales, igualmente lo tiene el espacio. No estamos donde queremos cuando queremos. Y, tal y como ocurre con el tiempo, el uso del espacio depende en muchas ocasiones de la edad, el lugar de residencia, la clase social y el sexo, entre otros factores. Hubo un tiempo, no muy lejano por cierto, en el que las mujeres no podían ir a la Universidad, ni a centros de formación de varones. Esto, a su vez, impedía su entrada en muchos trabajos. Tampoco podían acceder a cargos públicos en las Administraciones. 6 Reparto Igualitario de Espacios y Tiempos En otras ocasiones, el acceso a algunos lugares estaba condicionado a cumplir unos requisitos. Por ejemplo, la entrada a bares estaba vedada si no iba acompañada de un hombre. La visita al cementerio no era conveniente en el momento del entierro. En la calle no se podía estar sola a determinadas horas. Encontramos ocasiones en las que la prohibición estaba sancionada por una norma legal y ocasiones en las que, no existiendo una ley que lo dictara, la costumbre social estaba tan arraigada que no cumplirla conllevaba una sanción social como es la crítica, el estigma o el aislamiento. De cómo utilicemos el espacio y el tiempo depende nuestra vida y bienestar. En nuestra actual sociedad, el reparto de espacios y tiempos entre hombres y mujeres se realiza de forma desigual. Hombres y mujeres no hacemos uso de los tiempos y de los espacios de la misma manera. Por ello, debemos construir entre todos y todas, una sociedad donde mujeres y hombres tengan las mismas oportunidades, donde ellas se hagan visibles, se tengan en cuenta sus historias, sus realidades, sus derechos y sus aspiraciones. 7 Reparto Igualitario de Espacios y Tiempos 4.- TIPOS DE TIEMPOS El tiempo se puede categorizar según el uso que se haga de él y así Necesidades físicas se distingue entre tiempo de atención a necesidades físicas personales, tiempo de trabajo, a su vez dividido Tiempo de Trabajo entre trabajo no remunerado y trabajo mercantil, y tiempo libre, entre el que se diferencia el tiempo de Tiempo libre de Trabajo Remunerado No remunerado Participación ciudadana Ocio participación ciudadana y el tiempo de ocio. Para poder sobrevivir necesitamos reponer las energías que Se distinguen distintos tiempos dependiendo de las tareas que realicemos en ellos. gastamos descansando y comiendo. Además, requerimos unos cuidados personales de aseo. El tiempo que se dedica a las necesidades personales es, además de indispensable, bastante rígido. Esto quiere decir que hay un mínimo que no se puede rebajar si no es poniendo en riesgo nuestra salud. La mayoría de las personas, que no somos grandes terratenientes o rentistas, necesitamos tener un empleo con el que obtener los recursos económicos para obtener bienes de consumo. Pero, no sólo existen trabajos remunerados, hay una enorme diversidad de tareas que han de realizarse necesariamente para el bienestar de las personas que viven en un hogar. Todo ello es tiempo de trabajo. Las características del tiempo de trabajo varían enormemente dependiendo del tipo de trabajo. Los empleos suelen 8 Reparto Igualitario de Espacios y Tiempos tener una estructuración de los tiempos bastante rígida. Esto es, nos viene dada y es muy difícil hacer modificaciones. Trabajos informales y trabajo en el propio domicilio suele permitir más flexibilidad en la organización de los tiempos. El tiempo que no se dedica a necesidades de supervivencia y al trabajo, se divide entre tiempo para cumplir con responsabilidades ciudadanas y sociales y tiempo de ocio. Tenemos responsabilidades personales, familiares y sociales como pueden ser visitar a la familia, realizar gestiones administrativas, asistir a una mesa electoral, participar en asociaciones de carácter social, etc. Finalmente, el tiempo de ocio es aquel que dedicamos a lo que más nos gusta y sin retribución. Es el tiempo más flexible. Esto quiere decir que aumentamos o disminuimos su cuantía según las necesidades que tengamos de los otros tiempos. Normalmente, el tiempo que dedicamos al ocio es el que nos resta una vez cubierta las necesidades físicas personales, el trabajo y las obligaciones sociales. Cada uno de estos tiempos ocupa una parte de nuestra vida. En general, la porción de cada uno de estos tiempos ha ido variando en los últimos decenios ya que, la esperanza de vida se ha alargado, el número de hijos e hijas es menor y los años que ocupan su cuidado también es menor, la enseñanza tanto obligatoria como post-obligatoria dura más, las labores del hogar se han simplificado gracias a los electrodomésticos y otras herramientas, el mercado produce muchos de los bienes que necesita el hogar, las y los trabajadores disfrutan de vacaciones y jubilaciones y aparecen formas de ocio nuevas como la televisión. 9 Reparto Igualitario de Espacios y Tiempos 5.- EMPLEO Y TRABAJO DOMÉSTICO Gran parte de nuestra vida la ocupamos trabajando. Trabajo y empleo son dos conceptos diferentes. Por trabajo se entiende toda aquella actividad que produce algo, bien sea de tipo material, bien de tipo intelectual. Empleo y trabajo doméstico son dos tipos de trabajos con muy diferentes características. El empleo es el trabajo realizado a cambio de una percepción monetaria y cuya producción de bienes y servicios está orientada al mercado. El ámbito donde se desarrolla el empleo se denomina esfera productiva. espacio es el Su espacio público. Todo empleo es trabajo pero, todos los trabajos no son empleo. A pesar de las diferencias, empleo (trabajo productivo) y trabajo doméstico (reproductivo), se hallan íntimamente relacionados. Trabajo es el voluntariado. También el que se realiza en la economía sumergida fuera normativo. trabajos del control Entre que no los se incluyen en la categoría de empleo destaca el trabajo doméstico. Las tareas del EMPLEO Se realiza a cambio de una remuneración Produce bienes y servicios orientados al mercado Cotiza a la Seguridad Social Da lugar a derechos Pertenece a la esfera productiva Se realiza en el espacio público Quienes lo realizan se consideran población activa TRABAJO DOMÉSTICO Se realiza sin remuneración Produce bienes y servicios para consumo interno No cotiza a la Seguridad Social No da lugar a derechos Pertenece a la esfera reproductiva Se realiza en el espacio privado Quienes lo realizan se consideran población inactiva trabajo doméstico no se realizan a cambio de una remuneración y no se producen para ser 10 Reparto Igualitario de Espacios y Tiempos vendidas, sino para consumo de quienes forman parte de una familia. El ámbito donde se llevan a cabo el trabajo doméstico se conoce como esfera reproductiva. Su espacio es el espacio privado. A través del trabajo de la esfera productiva, es decir del empleo, se obtienen los ingresos necesarios para adquirir los bienes y servicios que el mercado nos ofrece. Por su parte, en la esfera reproductiva se llevan a cabo las actividades ligadas al mantenimiento y reposición de la fuerza de trabajo. Así pues, sin la esfera reproductiva no se puede mantener la productiva. Las personas que tienen o buscan un empleo se contabilizan como población activa. Sin embargo, las personas que desarrollan un trabajo dentro de la esfera reproductiva se consideran población inactiva. Empleo y trabajo doméstico son dos formas de trabajo que, si bien son diferentes, se hallan íntimamente relacionadas. Cuando en un hogar existe una persona dedicada al trabajo doméstico, el mercado de trabajo se beneficia de contar con otras personas liberadas de obligaciones, incluso de las que tienen que ver con el propio mantenimiento y arreglo personal. 11 Reparto Igualitario de Espacios y Tiempos Pero empleo y trabajo doméstico no son excluyentes, es decir, quienes tienen un empleo pueden también ejercer trabajos domésticos. En España, del total de horas de trabajo realizadas por la población adulta a lo largo del año, dos tercios corresponden a trabajo no monetarizado y sólo un tercio a trabajo monetarizado. Del trabajo no remunerado, el 80% corresponde a trabajo doméstico.1 El trabajo doméstico es el conjunto de tareas que se realizan, mayoritariamente, dentro de un espacio que es el propio hogar y cuyos beneficiarios son los familiares. El empleo, sin embargo, pertenece al espacio público. 1 ASAMBLEA FEMINISTA DE MADRID (2000). 12 Reparto Igualitario de Espacios y Tiempos 6.- EL REPARTO DESIGUAL DEL EMPLEO Y EL TRABAJO DOMÉSTICO Tradicionalmente en las sociedades occidentales, el varón se ha dedicado en exclusividad al ámbito productivo, esto es, al empleo, que se realiza en el espacio público. Por el contrario, la mujer estaba predestinada a circunscribirse al espacio privado desarrollando las labores domésticas. Realmente, esta es una descripción muy simplificada de la realidad laboral de hombres y mujeres. Las relaciones laborales han ido cambiando a lo largo de los siglos. Nada tiene que ver la forma en la que se trabajaba en la Edad Media, donde la producción se realizaba en pequeños talleres ubicados bajo la propia vivienda, donde participaba toda la familia y alguna o algún aprendiz o empleado, con el trabajo tras la Revolución Industrial, donde la producción se traslada a las fábricas alejadas de los hogares familiares. Sabemos además, que uno de los principales problemas durante los inicios de la industrialización son las largas jornadas tanto de varones adultos como de mujeres y menores. Por tanto, no es cierto, que la mujer se haya dedicado siempre y en exclusiva al trabajo doméstico. Muchos menos en el ámbito rural. Bien es cierto sin embargo, que durante los siglos XVIII y XIX, a la mujer se la va apartando de la esfera productiva considerándose que es el varón el encargado de sostener a la familia con un empleo retribuido, mientras que la mujer ha de encargarse del cuidado de la casa y la prole. Se consideraba que la mujer que trabajaba a cambio 13 Reparto Igualitario de Espacios y Tiempos de un salario era porque no tenía un esposo capaz de sostener por sí mismo la economía familiar. Esta percepción ha estado presente en nuestra sociedad hasta bien entrados los años 70. La incorporación de las mujeres a la esfera productiva es un fenómeno de la segunda mitad del siglo XX. Más tardíamente que en otros países europeos, la mujer en España se ha incorporado masivamente al mercado de trabajo, accediendo a una gran variedad de empleos. A pesar del esfuerzo, aún no ha logrado hacerlo en la misma medida que el varón. Sin embargo, el ritmo con el que la mujer ha ocupado el espacio público del empleo no es comparable con el ritmo con el que los varones van ocupando el espacio privado. 14 Reparto Igualitario de Espacios y Tiempos 7.- EL REPARTO DESIGUAL DEL EMPLEO EN LA ACTUALIDAD El número de hombres que se consideran en edad de trabajar, entre Las bajas tasas de actividad femenina indican la menor presencia de la mujer en el espacio productivo. Las altas tasas de paro, las dificultades para acceder a este espacio a pesar del deseo de la mujer. 16 y 64 años, es similar al número de mujeres en edad 2 de trabajar. Mujeres y varones en el mercado de trabajo. España 2005 (En miles) POBLACIÓN AMBOS MUJERES VARONES SEXOS De 16 a 64 años 29.307,9 14.521,8 14.786,1 Activa 20.885,7 8.634,1 12.251,6 Ocupada 18.973,3 7.584,5 11.388,8 Parada 1.912,5 1.049,7 862,9 (ocupada y parada) Fuente: INE. Encuesta de Población Activa 2005. Sin embargo, la cifra de mujeres que tienen o buscan una ocupación es mucho menor que la cifra de varones que tienen o buscan una ocupación.3 Las personas que tienen una ocupación o que, no teniéndola, están buscándola se contabilizan como población activa. Esto quiere decir que la mujer tiene menos presencia en el espacio productivo, donde se encuentran los trabajos retribuidos y regulados, y que, cuando intenta acceder a este espacio, tiene más dificultades que los varones. 2 Es muy extendida la creencia de que siempre existen más mujeres que hombres. Esto ha sido así en sociedades con altas tasas de mortalidad y/o de emigración masculina. No ocurre así en las sociedades desarrolladas donde la tasa de mortalidad a edades tempranas es baja y donde hay una inmigración masculina mayor que femenina. 3 En España en el 2005, de cada 100 varones en edad de trabajar, 62 tenían una ocupación y 7 la estaban buscando. Sin embargo, de cada 100 mujeres con la misma edad, 34 tenían una ocupación y 12 la estaban buscando. En Andalucía, las diferencias entre varones y mujeres son aún mayores pues, tan sólo se hayan ocupadas 22 de cada 100, mientras que intentan obtener una ocupación 19. 15 Reparto Igualitario de Espacios y Tiempos Distribución porcentual de la población 16 años y más según actividad económica. 2005 Varones. España Mujeres. España Inactivos 31% Ocupadas 34% Inactivas 54% Ocupados 62% Parados 7% Paradas 12% Varones. Andalucía Mujeres. Andalucía Ocupadas 22% Inactivos 32% Ocupados 58% Inactivas 59% Paradas 19% Parados 10% Fuente: INE Encuesta de Población Activa No obstante, a pesar de la evidente desigualdad laboral entre sexos, el número de mujeres activas sigue creciendo, sobre todo porque las mujeres jóvenes se muestran firmes en la incorporación al mercado de trabajo y las mujeres de edades intermedias firmes en mantenerse dentro de él. Igualmente se hace patente el crecimiento del número de mujeres ocupadas. El porcentaje de éstas ha pasado en sólo cuatro años, de 2001 a 2005, de suponer el 34,28% al 40,77%. Como se observa en los gráficos, en Andalucía durante el 2005, el porcentaje o tasa de mujeres ocupadas es menos de la 16 Reparto Igualitario de Espacios y Tiempos mitad de la de los varones, mientras que la tasa de mujeres paradas casi duplica la de los varones. Población ocupada según sexo y tipo de contrato. España 2005. (En miles) 12000 10874,5 5751,9 1832,5 2000 514,3 0 Varones las tienen éstos tienen otras características. 4000 Incluso cuando las mujeres ocupan el espacio productivo, dedican menos tiempo a permanecer en él. mujeres que 8000 A tiempo completo sólo menos empleo, sino 10000 6000 No A tiempo parcial Mujeres Las mujeres tienen una proporción ligeramente superior que los varones de contratos temporales. Fuente: INE. Encuesta de Población Activa Pero, realmente donde se observan grandes diferencias que afectan a la utilización de espacios y tiempos es en la contratación a tiempo completo y a tiempo parcial. Tres de cada cuatro contratos a tiempo parcial pertenecen a mujeres y uno de cada cuatro a varones. Visto desde otra perspectiva, de las mujeres que se hallan ocupadas, una de cada cuatro lo está a tiempo parcial frente a uno de cada veinte varones. Esto pone de manifiesto como la utilización de la contratación a tiempo parcial es eminentemente femenina. 17 Reparto Igualitario de Espacios y Tiempos Sobre el lenguaje utilizado en las estadísticas Los términos que se utilizan para denominar las cosas a veces pueden tener connotaciones que no se corresponden con la realidad. Se denomina población activa a aquella parte de la población de un país ocupada en el proceso productivo y por cuyo trabajo recibe retribución. El diccionario de la Real Academia Española de la Lengua recoge como acepciones de “Activo o activa”, entre otras: Que obra o tiene virtud de obrar; Diligente y eficaz; Que obra prontamente o produce sin dilación su efecto. La población inactiva sería por oposición, aquella que no es población activa. Esto es, aquella que no tiene un trabajo en la economía formal con retribución. Es inactiva en tanto en cuanto no participa de los cómputos económicos establecidos a nivel nacional. Del término inactivo o inactiva, en el mencionado Diccionario, tan sólo aparece una acepción: Carente de acción o movimiento. La popular acepción de inactivo hace que se pueda tomar por población inactiva aquella que no realiza trabajos, tareas, etc., aunque esa no sea la realidad. 18 Reparto Igualitario de Espacios y Tiempos 8.- EL REPARTO DESIGUAL DEL TRABAJO DOMÉSTICO En España durante el 2005, uno de cada tres varones y una de cada dos mujeres se consideraba según la Encuesta de Población Activa como personas inactivas. El grupo de población inactiva recoge una gran variedad de situaciones. Se consideran inactivas Distribución porcentual de población de 16 y más años según actividad económica, por género. España, 2005. Mujeres las personas que estudian, las En España, una de cada cuatro mujeres tienen el trabajo doméstico en el propio hogar, como actividad principal. El número de hombres en la misma situación es testimonial. que reciben Otros 1% una pensión y las que se Labores domésticas 26% dedican a las labores del Activas 46% hogar. Ahora diferencias composición bien, las en la de Pensionistas 20% Estudiantes 7% estos grupos según género son muy grandes. cuando se Varones Es ahora hace Labores domésticas 1% más visible cómo una de cada Otros 2% Pensionistas 22% cuatro mujeres tiene como ocupación principal el trabajo en el propio hogar, mientras que la existencia de un dedique varón a que ello Estudiantes 6% Activos 69% se es, Fuente: INE. Encuesta de Población Activa prácticamente, testimonial. 19 Reparto Igualitario de Espacios y Tiempos La figura de la mujer que se dedica al hogar en exclusividad tiende a reducirse. Desde 1987 a 2002 pasaron de 6 a 5 millones. El comportamiento en las distintas generaciones de mujeres que conviven en la presente década es muy desigual. Mientras que en los grupos de mujeres mayores aumenta el número de amas de casa, en los grupos de edad más jóvenes, menores de 25, se reduce enormemente. También disminuye el número de mujeres amas de casa entre los 25 y los 49 años, pese a que son las que más cargas familiares tienen por el cuidado de familiares dependientes. La primera encuesta realizada sobre Empleo del Tiempo, Es la mujer quien sacrifica otros tiempos, -de ocio, de trabajo, etc.para dedicarse al trabajo doméstico y la familia realizada por el Instituto Nacional de Estadística durante el 2002 y 2003, revelaba que las mujeres españolas que conforman la población activa, dedican el triple de tiempo que los varones al hogar y la familia de lo que dedican los varones. Esto a su vez explica que en el resto de apartados que se contemplan en la Encuesta de Población Activa –trabajo retribuido, estudios, trabajo voluntario y reuniones, vida social y diversión, deportes y actividades al aire libre, aficiones y juegos, medios de comunicación, trayectos y empleo del tiempo no especificado-, los varones dediquen más tiempo que las mujeres. Una fotografía más precisa de la situación de varones y mujeres inactivos en Andalucía, muestra como las mujeres están sobrerrepresentadas en el grupo “labores del hogar”, también destacan en “pensionistas” (no jubilados ni prejubilados). Mientras que los varones destacan en el grupo “jubilados o prejubilados”, los que tienen asegurados unos ingresos dentro de la inactividad. 20 Reparto Igualitario de Espacios y Tiempos Población inactiva por causa principal de inactividad y sexo. Andalucía 2005 (medias anuales) 1200 1000 800 600 400 200 0 E dia stu e nt b Ju do ila o ila jub e pr do La s re bo d h el og ar pa ca In cid ad rm pe an te en s ra Ot Fuente: INE. Encuesta de Población Activa Las mujeres ocupadas también dedican el doble y triple del tiempo que los varones al cuidado de la familia y el hogar. Incluso si se observa el porcentaje de hombres y de mujeres ocupadas que realizan tareas del hogar se aprecian enormes diferencias y ello, para todos los grupos de edad. Población ocupada que realiza tareas del hogar según edad y sexo. España 4º trimestre de 2004 (%) 80 70 60 50 40 30 20 10 0 De 16 a De 20 a De 25 a De 30 a De 40 a De 50 a De 60 a 19 24 29 39 49 59 64 Varones 65 y más Mujeres Fuente: Instituto de la Mujer Esto quiere decir que trabajar fuera del hogar no libera a las mujeres del desempeño del trabajo doméstico, salvo en casos excepcionales. Para aquellas mujeres que realizan una actividad 21 Reparto Igualitario de Espacios y Tiempos laboral, sea asalariada o por cuenta propia, el trabajo doméstico supone un doble trabajo, una doble jornada. Muchas mujeres no desean que llegue el fin de semana, porque eso no sólo no implica ocio, sino que conlleva trabajar sin descanso.4 Por supuesto, es imposible que la mujer que trabaja en un empleo remunerado dedique a las tareas familiares y al hogar el mismo tiempo que la mujer que se dedica en exclusividad. Lo habitual es escoger entre una de las siguientes estrategias o combinar varias de ellas: disminuir las exigencias, pedir la El trabajo doméstico puede realizarse con la ayuda esporádica de otras personas, con el reparto de tareas o de responsabilidades. colaboración de familiares que conviven en el propio hogar, solicitar ayuda a familiares cercanos –principalmente abuelos y abuelas- o recurrir a la contratación externa. La ayuda o colaboración prestada a la mujer responsable del trabajo doméstico da lugar a las siguientes situaciones: - Ayuda esporádica, sea con una mayor o menor frecuencia, en tareas concretas. - Reparto de tareas: realización habitual por parte de otros miembros del hogar, de tareas insertas en una actividad controlada por la mujer. - Reparto de responsabilidades, que implica la organización, gestión Sólo el reparto de responsabilidades es una forma de trabajo compartido. y realización de un conjunto de tareas interrelacionadas entre los distintos miembros de la familia. Esta última, el reparto de responsabilidades, es la única de las tres formas que supone un trabajo compartido. 4 CASTAÑO COLLADO, C. (2002), Pág. 8. 22 Reparto Igualitario de Espacios y Tiempos En definitiva, en la mayoría de las ocasiones, es la mujer la responsable del exclusividad, bien trabajo doméstico realizándolo junto bien a dedicándose otras en actividades remuneradas o no. Se puede afirmar que lo “normal” es que el papel de ama de casa lo desempeñe una mujer. Incluso el propio término de “ama de casa” es femenino y no tiene equivalente masculino. 23 Reparto Igualitario de Espacios y Tiempos 9.- TAREAS Y CUALIFICACIÓN DEL TRABAJO DOMÉSTICO Cuando se habla de trabajo doméstico se suele pensar en un tipo de tareas muy visibles como son limpiar la casa, cocinar, lavar, Además de la ejecución de las tareas más visibles, el trabajo doméstico implica planificación y responsabilidad. planchar y coser la ropa, ordenar la casa, etc. Todas estas tareas son aparentemente rutinarias, carentes de cualificación y no requieren más que la propia ejecución. Pero, ésta es sólo una pequeña parte de las tareas que habitualmente se llevan a cabo en el hogar. El trabajo doméstico también implica planificar las comidas, las compras y la limpieza tanto diarias como de temporadas o extraordinarias; pequeñas reparaciones; dar de comer y vestir a las personas dependientes o menores; transmitir normas de convivencia a los hijos e hijas y realizar su seguimiento escolar; estar pendiente de la salud de los demás; acompañar al médico; etc. Así pues, las tareas domésticas implican, además de su ejecución, su planificación y responsabilidad Se subestima la cualificación que requiere el desarrollo del trabajo doméstico, por la forma en la que se aprenden y su desvaloración social. sobre ellas. El mundo laboral estima la responsabilidad, hallándose asociada a los cargos y a salarios más elevados. Esta regla no opera en el trabajo doméstico. Por otra parte, la cualificación que requiere el conjunto de tareas del trabajo doméstico se subestima. Ocurre que tradicionalmente, los conocimientos y habilidades necesarias para desarrollar el trabajo doméstico son transmitidos dentro del hogar y desde edades muy tempranas. De tal forma que, parece que su aprendizaje no requiere esfuerzo ni tiempo. Por cierto, transmitir 24 Reparto Igualitario de Espacios y Tiempos estos saberes también forma parte del trabajo doméstico. Por otro lado, el trabajo doméstico, como iremos viendo, no goza precisamente de gran consideración social lo que influye a la hora de valorar la cualificación requerida para su desarrollo. Pero aún se podría ahondar más en las funciones del trabajo doméstico. Entonces se vería que “En realidad, el trabajo reproductivo implica un gran número de procesos complejos, de los que depende precisamente la construcción de los individuos jóvenes en tanto que seres sociales y, también, el mantenimiento de la personalidad en los adultos”.5 Entre las tareas del trabajo doméstico se encuentra la educación y socialización de los hijos e hijas. La socialización es el proceso mediante el cual una persona acepta y se adapta a las normas y pautas sociales establecidas. No se trata sólo de transmitir conocimientos a los hijos e hijas, sino de algo más sutil: fomentar actitudes necesarias para la vida en la sociedad, modos de relacionarse con quienes tenemos alrededor, valores estimados por la comunidad. De todo ello dependerá la capacidad de adaptación y el éxito de la persona adulta. El hogar es el espacio privilegiado para expresar nuestros sentimientos, para encontrar apoyo incondicional de quienes más nos quieren, reconocimiento de nuestras cualidades, fortalecer la confianza en nosotras y nosotros mismos menoscabada continuamente con el día a día en el exterior. Así pues, el trabajo reproductivo supone no sólo ocuparse de las necesidades físicas de los miembros del hogar, sino también de las necesidades psíquicas, las intelectuales, las emocionales y las afectivas. 5 SUBIRATS MARTORI, M. (1993). 25 Reparto Igualitario de Espacios y Tiempos 10.- EL VALOR DEL TIEMPO DEDICADO AL CUIDADO DEL HOGAR Y LA FAMILIA El tiempo es visto como un capital del que dispone cada persona, ya que el tiempo se invierte -en formación, adquisición de competencias profesionales-, se vende –cuando se trabaja para otras personas-, se gasta, se disfruta –cuando se realizan las actividades que más nos gustan-, etc. El tiempo como capital genera beneficios y es susceptible de medirse monetariamente. Pero, ¿cómo se estima una actividad que genera servicios, bienestar y cuidado, cuando no media una El coste de oportunidad y el coste de sustitución, aunque con muchas dificultades, proporcionan una idea del valor del tiempo dedicado al trabajo doméstico. retribución de dicha actividad? Se han establecido dos formas de valoración del trabajo doméstico que se conocen como cálculo del coste de oportunidad y cálculo del coste de sustitución o reemplazo. El coste de oportunidad registra las oportunidades que se aplazan o pierden por dedicarse a los trabajos domésticos, en vez de utilizar el potencial personal en el mercado de trabajo. En el mercado de trabajo se valora la continuidad en el mismo y la intensa dedicación al trabajo. Ambas cosas son contrarias al trabajo doméstico. ¿Cómo valorar las oportunidades perdidas al tener que abandonar un puesto de trabajo para cuidar a un familiar sabiendo las dificultades posteriores para reincorporarse al mercado de trabajo? ¿qué oportunidades se pierden de ascenso, promoción o continuidad cuando en la empresa saben que tienes una gran limitación de horario? 26 Reparto Igualitario de Espacios y Tiempos Mediante el coste de sustitución se intentan estimar las tareas que se realizan en el hogar, no sólo en términos de ejecución, sino de valor de sustitución. Se calcula el tiempo que se dedica diariamente al trabajo doméstico y, posteriormente, se considera el precio que dicho trabajo tendría en el mercado. No obstante esto tiene ciertas dificultades. La primera dificultad es calcular el tiempo que diariamente se dedica a los trabajos domésticos. En los estudios donde se calcula cuánto tiempo se dedica a cada uno de los quehaceres, el cómputo total de horas que se dedican a la familia y el hogar es muy grande. Ello ocurre así porque hay muchas tareas que se realizan de forma simultánea. Por otro lado, existe una gran variabilidad en el tiempo que se dedica dependiendo de niveles de exigencias, circunstancias familiares, planteamientos de vida, organización, etc. Una vez identificado el número de horas que ocupa el trabajo doméstico, habría que calcular su precio en el mercado. Pero, las tareas que se suelen contratar en el mercado se limitan a la ejecución de lo básico, no incluyen todas las tareas, ni mucho menos las que tienen que ver con la planificación, la asunción de responsabilidades y el apoyo psicológico y afectivo. Los bienes y servicios que ofrece el ama de casa no son comparables a los del mercado. El hogar se especializa en maternidad, alimentación personalizada, educación y apoyo a los miembros de forma personalizada. El mercado, en cambio, ofrece cuidados médicos sofisticados, educación avanzada, medios de transporte y comunicación, alimentos y ropa industriales y otros productos de masas.6 6 CASTAÑO COLLADO, C., (2002). Pág. 6. 27 Reparto Igualitario de Espacios y Tiempos Las tareas del cuidado del hogar y la familia no se prestan a la estandarización, a la racionalización, a un control de la eficacia, atributos de la actividad industrial que harían más fácil su comparación con lo que ofrece el mercado y su sustitución. El carácter personalizado e inmediato del trabajo de ama de casa si no impide, al menos hace tremendamente difícil su sustitución, comprando los servicios de una persona en los periodos tan pequeños de tiempo y el horario aleatorio en el que se realizan.7 Cuando se contrata se determina un horario pero, el ama de casa no lo tiene. ¿Cómo valorar su absoluta disponibilidad? Incluso si se pudieran tener en cuenta todas estas cosas, Resaltar el valor económico del trabajo doméstico favorece su apreciación social pero, no todas las funciones que el trabajo doméstico tiene se pueden mercantilizar. resulta que la feminización y desvalorización social de las tareas que conlleva el trabajo doméstico, junto con las características y posibilidades de la mayoría de las familias que contratan estos servicios, tienen como consecuencia que la contratación de empleadas del servicio doméstico se realice al margen de la normativa laboral. Aún en el caso de hacerse formalmente -dando de alta en la Seguridad Social y cumpliendo lo que dice el convenio vigente-, resultan las peores condiciones laborales existentes. En un sociedad donde el dinero es la medida de todas las cosas, resaltar el valor económico del trabajo doméstico favorece su apreciación. A nivel de economía nacional, si se computara en la Contabilidad Nacional el trabajo doméstico, el Producto Interior Bruto del Estado Español se duplicaría. Si el Estado tuviera que hacerse cargo de las tareas de cuidado y salud realizadas por las mujeres, el presupuesto del Ministerio de Sanidad tendría que triplicarse. 7 Ibidem. 28 Reparto Igualitario de Espacios y Tiempos Ahora bien, resaltar el valor económico del trabajo doméstico no equivale a defender la visión de que la desigualdad en el reparto del tiempo y el espacio sean un problema económico pues, ni mucho menos, se soluciona con un salario para el ama de casa. La variabilidad de funciones que incluye el cuidado del hogar y la familia hace que algunas de las tareas se puedan estimar monetariamente pero, ¿cómo se paga el amor y la solidaridad? Lo que no puede el coste de sustitución es calcular la afectividad implícita en muchas de las tareas que se llevan a cabo. Las sociedades modernas en general, han mantenido una estructura familiar donde las mujeres desarrollan un trabajo en el ámbito doméstico que les ha permitido asegurar la oferta de fuerza de trabajo en el ámbito público. Sin la aportación del trabajo de las mujeres, la subsistencia del grupo familiar no hubiera estado nunca asegurada y, sin embargo, los sistemas económicos se nos han presentado tradicionalmente como autónomos, ocultando así el papel del trabajo doméstico. “Aunque no se monetaricen, las transferencias de trabajo tienen una importancia mayor para el bienestar colectivo que las transferencias familiares de patrimonio y rentas”8. 8 DURÁN, A. (2004), Espacio físico y simbólico: el uso de la vivienda. En II Congreso La Familia en la Sociedad del Siglo XXI. 29 Reparto Igualitario de Espacios y Tiempos 11.- ACTITUDES ANTE EL TRABAJO DOMÉSTICO Las posibilidades que tenían antes las mujeres de dedicar su tiempo a otra actividad distinta al trabajo doméstico eran muy pequeñas. Actualmente, la enseñanza se ha extendido a niños y niñas, facilitando la inserción laboral de todos y todas en el marco del trabajo formal remunerado. Las mujeres que tienen como ocupación principal el trabajo doméstico lo toman como una obligación, como su trabajo. Una parte de las mujeres cuya actividad principal son las tareas familiares y domésticas lo hacen por un deseo expreso pero, otra parte lo hace condicionada por las circunstancias, porque no tienen otra opción o porque si ella no lo hace nadie del entorno familiar lo hará. En cualquier caso, la consideran como una obligación: es su trabajo y, aunque no reciban una compensación económica por él, lo consideran como una aportación a la economía familiar al concebirlo como un ahorro. La mitad de las mujeres amas de casa declaran serlo por propia voluntad. Una tercera parte expresa que esta situación es circunstancial. Una de cada diez lo es en contra de su voluntad. Según el Estudio Sociológico sobre las Amas de Casa realizado durante el 2000 y el 2001, la mitad de las mujeres asumían el rol de ama de casa “por propia voluntad y deseo” y “porque económicamente no necesitaban trabajar”. En menor medida también lo hacían “por una mejor atención al cónyuge”. La tercera parte de las Amas de Casa consideraban que lo hacían de manera circunstancial, teniendo la perspectiva de reintegrarse laboralmente más tarde. Sus motivos para encontrarse en esta situación eran, principalmente, “el cuidado y atención de los hijos” y “el cuidado y atención de personas mayores o enfermos”. Por último, una de cada diez amas de casa desempeñan el rol de ama de casa en contra de 30 Reparto Igualitario de Espacios y Tiempos su voluntad bien “por la presión indirecta de su medio social”, “por la presión o imposición de su cónyuge o pareja”, “por la falta de ayudas y servicios sociales” y “por las presiones y dificultades donde trabajaba”.9 Este mismo estudio muestra que más de la mitad de las mujeres que se dedican en exclusiva a esta actividad estarían en una situación de baja calidad de vida. Concretamente, se observan los tres síndromes siguientes: - Síndrome de dependencia, limitación o inseguridad, con la cuestión económica como eje central. Se presenta asociado a cierta frustración por no poder trabajar fuera del hogar o por no tener otras actividades más La dedicación voluntaria al cuidado del hogar y la familia no exime a la mujer del padecimiento de distintos síndromes que expresan baja calidad de vida. enriquecedoras. Este síndrome se encuentra en casi la mitad de las mujeres. - Síndrome depresivo, adictivo y otros trastornos asociados. También se relaciona con lo explicado anteriormente. Este síndrome se presenta en un tercio de las mujeres. - Síndrome de explotación, estrés y aburrimiento que lo padecen las tres cuartas partes de las amas de casa.10 El hecho de que casi la mitad de las mujeres expresen que se dedican al trabajo doméstico voluntariamente contrasta con la extensión de estos síndromes. Y es que, las razones por las que las mujeres en la actualidad se dedican al trabajo doméstico y las connotaciones que éste tiene son muy complejas. 9 NAVARRO, J. (dir.) (2002). Ibidem. 10 31 Reparto Igualitario de Espacios y Tiempos Hay un rasgo común entre las mujeres que realizan el trabajo doméstico con o sin exclusividad y es que este se asume como La mayoría de las mujeres, tanto activas como inactivas sienten el cuidado como su responsabilidad. responsabilidad propia de tal forma que, cuando por alguna razón no se llega al nivel “exigido”, tiende a culparse. Es posible incluso escuchar voces que señalan el abandono, por parte de la mujer, de la esfera reproductiva como causa de la bajada de natalidad, el fracaso escolar, o los más diversos problemas que puedan surgir en la familia, sin contemplar el reparto de responsabilidades dentro de la familia y la falta de adecuación de empresas, centros de enseñanza, hospitales, sistemas de transporte, etc. 32 Reparto Igualitario de Espacios y Tiempos 12.- EL SIGNIFICADO Y LAS CAUSAS DEL DESIGUAL REPARTO La economía se desarrolla separando la vida social en dos espacios, uno público y visible – el del empleo, los negocios y la política- donde los protagonistas son hombres y otro privado e invisible – el de la familia y los cuidados a las personasprotagonizado por las mujeres. A lo que ocurre en el espacio y el tiempo público, se le otorga más valor que a lo que pasa en el espacio y el tiempo privado. El espacio público califica y da voz, el reproductivo descalifica y sume en el silencio. No sólo es que haya una separación de los espacios y los tiempos, también hay una gradación: unos se estiman por encima de los otros. Lo que ocurre en el espacio público es de interés y quienes están presentes y se ocupan de ello son reconocidos. Lo que ocurre en el espacio privado solo atañe a quien ocupa ese lugar. Es más, el hecho en sí de preocuparse de la vida íntima de los demás, es visto con menosprecio, cosa de “marujas”. Quienes se dedican a las labores domésticas son denominadas de manera despectiva “maris”, “marujas”. Muchas mujeres se distancian de estas figuras. Una mujer que hoy declare que “no trabaja”, que es ama de casa, o que se defina profesionalmente por “sus labores” es vista como incapaz de obtener un empleo. “En cualquier caso, pierde de inmediato su interés como 33 Reparto Igualitario de Espacios y Tiempos interlocutora en cualquier ámbito público.”11 Ello muestra la degradación de la esfera doméstica frente al trabajo productivo. Esta falta de valoración ha convivido con otras dos tendencias. Una es la glorificación del trabajo doméstico, ofreciendo una versión romántica de este espacio. Esta tendencia a la hipervaloración, no obstante, ni ha logrado la participación de los varones en dicho ámbito, ni ha compensado realmente su falta de apreciación. “Únicamente cuando las mujeres han accedido al mercado de trabajo, se ha constatado un mayor grado de participación doméstica en el hogar”.12 La otra tendencia es la sobreestimación del propio trabajo por parte de las mujeres que dedican su tiempo al cuidado de los demás. Espacio y tiempo públicos se hayan separados y sobrepuestos al espacio y el tiempo privados. De esta separación y superposición, también surge otro fenómeno que es la invisibilidad de los espacios y tiempos privados. Los resultados más visibles de las actividades realizadas en el hogar desaparecen en breve: las comidas se comen, lo limpio se ensucia, lo ordenado se desordena, la ropa se arruga y ensucia, etc. Sin embargo, aquello que ocurre en El trabajo doméstico participa de las características de la economía sumergida y se vuelve invisible por la falta de valoración y la temporalidad de sus resultados. la esfera productiva trasciende por más tiempo. La invisibilidad del trabajo doméstico significa la ausencia para la sociedad de las mujeres que no participan en el ámbito del trabajo remunerado. El trabajo doméstico participa de todas las características negativas de los trabajos que se desarrollan en la economía sumergida pero sin que medie retribución alguna. Quienes lo desempeñan no tienen derechos laborales, no disfrutan de vacaciones, no tienen posibilidad de promoción, nadie hace su 11 12 SUBIRATS, M., ( 1993). Pág. 303. MURILLO, S., (1996). Pág. 27. 34 Reparto Igualitario de Espacios y Tiempos trabajo si enferman, no cotizan a la Seguridad Social por lo que no tienen derecho a desempleo ni a pensión. La actividad doméstica no registra posibilidad alguna de plantear una interrupción similar a la laboral, no registra excedencias. La obtención de un tiempo libre ha de ser pactada con el cónyuge o compañero.13 Si el cuidado del hogar y la familia no tiene el mismo valor que la participación en la esfera productiva, si se vuelve invisible cabe preguntarse por qué, a lo largo de los siglos, la mujer ha aceptado ocuparse de ello. La respuesta se encuentra en los conceptos de estereotipo y de rol y en la diferenciación entre sexo y género. El sexo hace referencia al conjunto de características biológicas que diferencian a las hembras de los machos en cualquier especie. El sexo pues, sólo determina la diferencia biológica, tanto anatómica como fisiológica, entre mujer y varón. El género se refiere a lo que cada sociedad atribuye a cada uno de los sexos. Lo que pertenece al género femenino y lo que pertenece al género masculino es una construcción social. De hecho, podemos encontrar multitud de características que en unas sociedades se atribuyen a los hombres y sin embargo, en otras se atribuyen a las mujeres. Todo lo relativo al género, al no ser consustancial al hombre o a la mujer, sino por el contrario, ser social, se transmite y se aprende. 13 SEXO GÉNERO Biológico Cultural Transmisión genética Transmisión por aprendizaje MURILLO, S. (1996). Pág. 140. 35 Reparto Igualitario de Espacios y Tiempos La socialización es el proceso mediante el cual aprendemos los valores, normas, actitudes, etc. necesarios para adaptarnos con éxito a la sociedad en la que vivimos. Dura toda la vida pero, es más intenso en los primeros años. El principal agente socializador es la familia. También intervienen la escuela, los medios de comunicación, las organizaciones en las que trabajamos o participamos y el grupo de amigos y amigas con los que nos relacionamos. A través del proceso de socialización, interiorizamos lo que para una sociedad es normal y lo que no lo es. La socialización de género es el proceso mediante el cual aprendemos a “ser hombres” o “ser mujeres” o mejor dicho: aprendemos las conductas que se han definido apropiadas para los hombres o apropiadas para las mujeres. Habitualmente este proceso es inconsciente, aprendemos de nuestros mayores y transmitimos a nuestros hijos e hijas sin darnos cuenta. Sin embrago, en ocasiones puede ser vivido como una imposición que recorta nuestras posibilidades y nos oprime. Un estereotipo es una imagen preconcebida que se tiene de una persona por el hecho de pertenecer a un grupo o categoría. La atribución de un rasgo puede estar o no fundamentada pero, en cualquier caso, supone una simplificación, generalización y exageración, por lo que resultan injustos. Los estereotipos pueden ser positivos, cuando atribuimos virtudes a las personas que pertenecen a una categoría, o negativos, cuando atribuimos y destacamos defectos. Los andaluces son graciosos o las mujeres son cariñosas son ejemplos de estereotipos. Los estereotipos de género son las características simplificadas que se asocian a hombres y a mujeres y que son ampliamente asumidas por todos. ESTEREOTIPOS DE GÉNERO MUJER HOMBRE Dependiente Débil Sumisa Pasiva Cariñosa Independiente Fuerte Dominante Activo Rudo A partir de los estereotipos y los prejuicios, se construyen los roles. Los roles de género son las tareas y actividades que una sociedad asigna a hombres y a mujeres de manera diferenciada. 36 Reparto Igualitario de Espacios y Tiempos Rol es sinónimo de papel. Los roles sociales son los papeles o funciones que desempeñamos o que se espera que desempeñemos dependiendo de características tales como la edad, el sexo, la clase social o la profesión. Los roles masculinos están asociados a tareas productivas, al sustento económico y se encuentran ubicados en el ámbito público. Los roles femeninos, por el contrario, están asociados a tareas reproductivas, al cuidado de los demás y se encuentran ubicados en el ámbito privado. Desempeñar el rol que se nos asigna significa asumir normas, comportamientos y valores, así como realizar aquellas actividades que se han considerado históricamente como propias de hombres o mujeres. No cumplir con el rol asignado puede crearnos frustración y estrés. Las mujeres que no pueden atender como ellas creen que deben atender a sus familiares generan sentimientos de culpabilidad aunque, el cuidado lo puedan hacer tanto hombres como mujeres. Igualmente, los varones sufren de manera más intensa las situaciones de paro que las mujeres. Los estereotipos y roles femeninos asignan a la mujer el desarrollo de las tareas del cuidado del hogar y las personas, de manera paciente, sumisa y cariñosa. Pareciera que la mujer que no realizara de tal manera estos cuidados fuera desnaturalizada y egoísta. Para algunas personas, tareas como asistir a una reunión del colegio de nuestra hija, cuidar a un familiar enfermo, acompañar a nuestro padre anciano a un paseo, hacer un recado a nuestra madre, etc. no pueden considerarse como trabajo, sino como expresión del afecto. Para otras personas, a pesar de que se realicen por afecto, sí deben ser catalogadas como trabajo. Aunque, en la mayoría de los casos reine el afecto, “en algunas ocasiones nos sentimos obligados a cuidar a personas con las que hay una relación familiar, pero con las que existe una ruptura emocional 37 Reparto Igualitario de Espacios y Tiempos importante”.14 Independientemente, de la consideración de trabajo o afecto, la cuestión está en la asignación de ello a un grupo de personas de acuerdo a su sexo. Hay pues, toda una serie de mecanismos que se ponen en marcha y logran que asumamos una serie de planteamientos. Pero, como no hay mecanismos perfectos, muchas personas no terminan de asimilar las funciones que se les proponen y las viven como una imposición. Algunas, intentan escapar de lo que la sociedad les propone e incluso, cambiar la propia sociedad. Y esto se consigue a través de la iniciativa individual o la acción política. La presión individual para cambiar la asignación de roles, ha sido y sigue siendo importantísima pero, no parece ser suficiente. La negociación de la participación en las tareas domésticas es fuente de conflictos en las relaciones de pareja y un desgaste en las relaciones con hijos e hijas. Hay que destacar el papel de hombres y mujeres que han creído que un mundo más igualitario es mejor y han vivido conforme a sus creencias. Las Administraciones han de implicarse para ofertar servicios que faciliten el reparto. Igualmente, los Gobiernos deben dictar leyes que favorezcan la igualdad total entre varones y mujeres. Desde luego, esto no es fácil. El Estado tienen un gasto muy inferior al que debería tener para atender, al menos en parte, las necesidades de las familias: sobre todo la atención a las personas dependientes. 14 ASAMBLEA FEMINISTA DE MADRID, (2000). 38 Reparto Igualitario de Espacios y Tiempos La igualdad formal es la igualdad de derecho, la igualdad ante la ley. La Constitución Española, en su artículo 14 reconoce que “los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión , opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social”. La igualdad real es la igualdad de hecho entre hombres y mujeres, real y efectiva. Se consigue a través de todo un conjunto de medidas políticas y acciones, intentando trasformar aquellos límites y obstáculos a nivel político, económico, social cultural. La realidad muestra como el hecho de recoger legislativamente el principio de igualdad ante la ley no es suficiente para acabar con las situaciones de discriminación por razón de sexo. 39 Reparto Igualitario de Espacios y Tiempos 13.- LA CONCILIACIÓN DE LA VIDA FAMILIAR Y LABORAL La estructuración social de los tiempos –jornadas laborales, El trabajo remunerado no puede ser un impedimento para el desarrollo personal y familiar. Es necesario un cambio por parte de las empresas y de los hombres para que todos y todas podamos trabajar para vivir y no vivir para trabajar. horarios comerciales, escolares, de atención sanitaria o administrativa- está diseñada para que, mientras que los hombres se emplean, las mujeres se dediquen al hogar. Las guarderías, los colegios, los mercados y comercios, etc.: todo está preparado para que, al menos una persona en la familia, tenga total disposición horaria. Incorporarse con todas las consecuencias al mundo laboral parece incompatible con el cuidado de la familia. A pesar de que las mujeres, la mitad de la población, está incorporándose al mercado de trabajo, los horarios de los trabajos no han disminuido. Los servicios que vienen a cubrir las tareas tradicionalmente desarrolladas por mujeres, como los de atención a personas dependientes, no cubren las necesidades de la población. Por otro lado, los hombres no se implican en el trabajo doméstico en la misma medida que las mujeres se implican en el empleo por lo que muchas mujeres sufren la doble jornada. No ha habido hasta el momento un acercamiento de ambos mundos, sino una inclusión de las mujeres en el mundo laboral diseñado por y para hombres. En este mundo laboral se les exige a quienes trabajan una dedicación total. Se sabe a que hora se entra a trabajar pero no a que hora se saldrá. El mercado estima las cualidades de los trabajadores que favorecen la consecución de los objetivos de las empresas pero, no consideran las necesidades 40 Reparto Igualitario de Espacios y Tiempos personales de esos hombres y mujeres: formación, reciclaje profesional, aficiones, familiares enfermos o personas dependiente a su cargo, deseos, etc. Si el mundo laboral no tiene en cuenta las necesidades personales de las personas trabajadoras, la conciliación entre vida laboral y personal se vuelve complicada. La conciliación no es sólo cosa de mujeres. Los tiempos han de conciliarlos tanto hombres como mujeres. Lo que ocurre es que, como ya se ha visto, la mujer siente en mucho mayor grado que el hombre, la responsabilidad de La conciliación entre vida laboral y personal atañe a hombres y mujeres por igual. Ambos mundos, el laboral y el familiar, nos enriquecen a todos y todas. ocuparse de la familia. Según el Instituto Nacional de Estadística, a lo largo de 2004, 79.500 trabajadoras se retiraron del mercado laboral por razones personales o para asumir responsabilidades familiares. En muchos casos de forma definitiva. Entre los trabajadores varones, sólo dieron ese paso 14.500. El abandono laboral tras el embarazo es sólo un caso extremo de las consecuencias que para la mujer tiene el desarrollo de una vida personal plena. La maternidad no puede ser un obstáculo para la mujer para su desarrollo profesional. Cuando la retirada no es definitiva, la mujer se encuentra con multitud de obstáculos para volver al espacio productivo: la edad, la inexperiencia, la falta de cualificación, las obligaciones familiares adquiridas y que cuesta compartir, etc. La corresponsabilidad en las tareas reproductivas entre hombres y mujeres es clave para acceder a la conciliación entre vida laboral y familiar. Compartir el trabajo doméstico es la única solución que tiene la mujer que quiere tener un empleo “normal” si no quiere morir de agotamiento en el intento. 41 Reparto Igualitario de Espacios y Tiempos Siempre ocurre que, cuando se producen cambios muy rápidos, la mentalidad se queda atrás, sigue funcionando como si no se hubiesen producido esos cambios. Los varones no acaban de aceptar que las mujeres operen como ellos, y las mismas mujeres tienden a infravalorarse, movidas por la avalancha de siglos que tenemos detrás. muchos empleadores siguen sin entender la importancia que para sus empleados, mujeres y hombres tiene la familia, e imponen horarios de trabajo abusivos y absurdos, propios de otra época (libres de cargas familiares habría que añadir). Son formas de ser y de pensar que, necesariamente, porque no hay otro remedio, modificarse. gusten o no gusten, tienen que 15 En el Derecho español se pueden identificar dos normas que van a resultar fundamentales para la conciliación. La política de conciliación de la vida familiar y laboral supone el reconocimiento implícito de que no es posible el desarrollo personal pleno sin conseguir un equilibrio entre los roles productivo y reproductivo. La Ley 39/1999 para la conciliación de la vida familiar y laboral reconoce este derecho que tiene un carácter individual, por lo La Ley 39/1999 para la conciliación de la vida familiar y laboral y la Ley para la atención de personas dependientes, pretenden avanzar en la conciliación y la igualdad. que pueden utilizarlo tanto el trabajador como la trabajadora con una única excepción, la del permiso por parto que sigue siendo un derecho de la madre trabajadora que puede ceder al padre. La Ley de Conciliación recoge, además del permiso de maternidad, permisos para consultas prenatales y cursos de preparación al parto; permiso por paternidad, horas de lactancia, permisos en caso de nacimiento prematuro y situaciones de riesgo asociadas a la 15 MONTORO, R. (2004), La familia en su evolución hacia el siglo XXI. En II Congreso La familia en la sociedad del siglo XXI. 42 Reparto Igualitario de Espacios y Tiempos maternidad, reducción de jornada por causas familiares y excedencia para el cuidado de familiares, de hijos o hijas menores. En España cerca de 4,5 millones de núcleos familiares tienen que atender a una persona en situación de dependencia, de los que tan sólo el 6% recibe ayuda pública. El 80% de las personas que atienden a otras de manera informal son mujeres que, en muchos casos se ven obligadas a interrumpir, o incluso renunciar, a su carrera profesional y su vida social. Por ello, el “Acuerdo sobre la acción protectora de la atención a las situaciones de dependencia” contribuirá al cambio de roles sociales y a la emancipación de género. El Acuerdo establece que el Sistema de atención será preferentemente de servicios, al ser asumidos desde los poderes públicos se favorece el cambio de mentalidad dejando de asignar la función de cuidadora exclusivamente a las mujeres. 43 Reparto Igualitario de Espacios y Tiempos 14.- EL DISEÑO DEL ESPACIO FÍSICO A lo largo de la historia, mujeres y hombres han tenido diferentes destinos espaciales. Los discursos en la plaza pública o en el edificio político, la fábrica, la universidad para unos. El hogar, la plaza de abastos o la fuente en otro tiempo, para otras.16 Si bien el espacio no tiene sexo, su valoración se hace a través de quien hace uso de él. El espacio no es neutral y denota quien lo ocupa, cómo y en qué grado. Los espacios ponen de manifiesto quienes ostentan el poder. Y quienes tienen el poder se apropian de los espacios simbólicos, de los más importantes, de los más deseados. Así se ve como las plazas y calles principales están dominadas por el poder político, el religioso y el económico. En ellas sobresalen las sedes de Ayuntamientos, Diputaciones, Delegaciones de otras Administraciones, iglesias, conventos y grandes empresas. Tradicionalmente, los poderes han estado en manos de varones. La historia se ha ocupado principalmente de las grandes obras, como si la arquitectura existiera sólo en los objetos excepcionales y no en lo cotidiano. Lo cotidiano es la vivienda, el mercado, la calle, el jardín y el parque. También los hospitales y escuelas, aunque no para todo el mundo tiene el mismo significado. Las mujeres no sólo acuden al hospital o la escuela como usuarias o alumnas, sino como acompañantes y cuidadoras. Las mujeres más que los hombres sufren las carencias de espacios verdes –donde acompañan a menores y mayores-, de infraestructuras como 16 SEGOVIA, O. (1992), 44 Reparto Igualitario de Espacios y Tiempos hospitales y escuelas –donde se ocupan de las personas dependientes-. Uno de los rasgos del trabajo doméstico es que está conformado por una gran multiplicidad de tareas. Multiplicidad de tareas suele implicar multiplicidad de traslados. La ubicación de los servicios no siempre es la adecuada. La mujer suele disponer de menor autonomía de movimiento –el número de permisos de circulación es menor- y es más dependiente del transporte público. Los espacios físicos han sido tradicionalmente diseñados por y para hombres. Espacios como túneles, pasos a desnivel, estacionamientos, calles sin iluminación crean en las personas sentimientos y situaciones de vulnerabilidad, que son más intensos entre las mujeres. Actualmente, existe una mayor conciencia del significado de los espacios y de cómo un mismo espacio es percibido y vivido de distintas maneras según la edad, el género y el grado de movilidad de las personas. Este conocimiento facilita el diseño de espacios para todos y todas. 45 Reparto Igualitario de Espacios y Tiempos 15.- LOS BENEFICIOS DE COMPARTIR Para muchos hombres y mujeres, el modelo ideal sería aquel en el que la mujer tiene la oportunidad de desarrollarse profesionalmente. La incorporación de la mujer a un trabajo formal remunerado supone una mejora de la economía familiar; de la comprensión, tanto de los problemas que surgen en los empleos, como de las satisfacciones que estos proporcionan. Igualmente, facilita ámbito donde interrelacionarse con otras personas, un otorga independencia económica y mejora la autoestima. No todo lo que nos encontramos en el ámbito laboral nos es grato, mucho menos cuando la precariedad laboral se extiende. Pero, los problemas que podemos tener en un trabajo son compartidos por hombres y mujeres. Todavía hay hombres que se sienten reticentes a la incorporación de la mujer al trabajo. Normalmente, por un sentimiento de inseguridad en sí mismos, prefieren a la mujer dependiente económica y emocionalmente. Desconocen que las relaciones de pareja no se basan en la dependencia obligada sino en una entrega voluntaria, libre y constante de nuestros tiempos y nuestros espacios. Las tareas domésticas pueden resultar rutinarias, incluso en algunos momentos duras y poco gratificantes por lo poco que duran. 46 Reparto Igualitario de Espacios y Tiempos La planificación y responsabilidad pueden suponer una preocupación y el cuidado de las personas, un gran desgaste físico y emocional. Ahora bien, también la realización de las tareas hace que se les de más valor. Cuando se llevan a cabo es cuando realmente se tiene conciencia de su complejidad y del tiempo que precisan. En el caso de las y los más jóvenes de la casa, la realización de las tareas, les prepara para tener mayor autonomía. El propio hecho de no sentirse una carga, de sentirse independiente es una fuente de satisfacción. Cuando las tareas domésticas se comparten tanto en su ejecución como en su planificación, se abre un nuevo espacio de convivencia y se evita el cansancio y frustración en la persona que, de otra manera, lo haría en solitario. Resulta además, que el cuidado de las personas que más queremos es una de las tareas más gratificantes y enriquecedoras que podemos experimentar y esta gratificación no es patrimonio exclusivo de las mujeres sino que se extiende a todas las personas independientemente del sexo, la edad o cualquier otra condición. En palabras de la profesora Aguinaga la mera consideración de que con la igualdad mejorarían necesariamente las relaciones personales y con ello la calidad de vida y el bienestar de todas las personas de su entorno, debería de ser suficiente para, al menos , provocar la reflexión que evalúe objetivamente lo que se pierde y lo que se gana con la igualdad.17 17 AGUINAGA, J. (2004), La familia, un espacio de comunicación entre lo público y lo privado. En II Congreso La familia en la sociedad del siglo XXI 47 Reparto Igualitario de Espacios y Tiempos Aunque eso sea difícil en una sociedad donde el dinero es la medida del éxito. Dinero que sólo se consigue en la esfera pública. El trabajo doméstico y el cuidado de la familia implica una cantidad muy variada de tareas, algunas gratas otras pudieran resultar hasta desagradables. Pero, tanto si son maravillosas como si son penosas, ¿por qué una sola persona ha de ocuparse de ellas? ¿o por qué una persona tiene que renunciar a un tiempo de ocio y desarrollo personal en beneficio del resto de los miembros de su familia cuando hay otras alternativas? ¿por qué confinar a una parte de la población a un espacio por el hecho de ser mujer o ser varón? ¿por qué no compartirlo todo? 48 Reparto Igualitario de Espacios y Tiempos GLOSARIO Discriminación: Se considera discriminación todos aquellos casos en que una persona es tratada de forma desigual y desfavorable por su pertenencia a un grupo concreto y no sobre la base de sus capacidades individuales. Discriminación directa: Tratar de forma desigual o con un trato de inferioridad a las personas en base a uno de los motivos expresamente prohibidos por el ordenamiento jurídico nacional e internacional, por ejemplo en función de su sexo. Discriminación indirecta: Criterios, medidas, normas e intervenciones sociales o políticas formalmente neutras, que resultan desfavorable para un colectivo, puesto que no tiene en cuenta la posición inicial desfavorable de la que parte ese colectivo. División sexual del trabajo: Reparto de tareas sociales y domésticas adjudicadas en función del sexo que han producido aprendizajes diferentes para hombres y mujeres y que se valoran de un modo desigual en la sociedad. Patriarcal: Nos referimos una sociedad o cultura patriarcal a aquella donde se reconoce que la autoridad y el poder corresponde al patriarca “el gobierno de los padres” y se transmite de varón a varón. Ha supuesto el modo de mostrar la diferente posición social de hombres y mujeres, evidenciando el “poder” del sexo masculino (patrimonio, patria potestad…) y la subordinación del femenino. Políticas de Igualdad de Oportunidades: Son la instrumentalización de la igualdad de oportunidades. Las intervenciones a partir de las cuales este principio se lleva a la práctica. Principio de Igualdad de Oportunidades: Necesidad de establecer medidas dirigidas a tratar de manera más favorable a aquellos colectivos que todavía soportan diferentes tipos de discriminación. 49 Reparto Igualitario de Espacios y Tiempos Principio de igualdad: Principio jurídico que ampara la igualdad entre los sexos y condena la discriminación. Viene a recordar que todos y todas somos iguales ante la ley. Es sinónimo del principio de no discriminación. Segregación del mercado laboral: Concentración de mujeres y hombres en determinadas profesiones y/o familias profesionales en función de su pertenencia a uno u otro sexo. Techo de cristal: Barrera “invisible” construida con los estereotipos de género que dificulta a las mujeres ocupar puestos de poder y desarrollar por completo sus capacidades. Discriminación positiva: Modalidad de acción positiva que privilegia al colectivo desfavorecido. Afecta principalmente al punto de llegada. Garantiza el resultado. Acciones positivas: Medidas para compensar la situación de desigualdad. Inciden en el punto de partida. De carácter temporal para equilibrar. 50 Reparto Igualitario de Espacios y Tiempos BIBLIOGRAFÍA ASAMBLEA FEMINISTA DE MADRID (2000): “¿Qué hacemos con el trabajo doméstico?” Assemblea de Dones d’Elx. En línea en enero de 2006 en www.nodo50.org/doneselx/tredomestcast.htm CASTAÑO COLLADO, C. (2002): “Los cambios en el hogar el trabajo doméstico”. Segundo Seminario Internacional sobre Género y Urbanismo. Infraestructuras para la Vida Cotidiana. ETSAM y UPM. En línea en enero de 2006 en www.generourban.org/seminario%202002PDF/ Castano%20Collado%20Cecilia%20Generourban%202003.pdf II CONGRESO LA FAMILIA EN LA SOCIEDAD DEL SIGLO XXI Fundación de Ayuda a la Drogadicción. Madrid 24, 25 y 26 de febrero de 2004, Valencia 1 de marzo de 2004 y Sevilla, 3 de marzo de 2004. MEIL, G. (2005): “Continuidad y cambio en la división del trabajo doméstico en la familia urbana”. VIII Congreso de Sociología, Alicante 2004. En línea en febrero de 2006 en www.uam.es/gerardo.meil/workingpapers/domestico.pdf MURILLO, S. (1996): El mito de la vida privada. De la entrega al tiempo propio. Siglo XXI Editores, Madrid. MURILLO, S. (2002): “El tiempo de trabajo y el tiempo personal: un conflicto de intereses”. Gobierno Vasco. En línea en febrero de 2006 en www.emakunde.es/images/upload/seleccion_1_c.pdf NAVARRO, J (Dir.) (2001): “Estudio sociológico sobre las amas de casa”. Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales. En línea en www.mtas.es/mujer/mujeres/estud_inves/2001/543p.pdf SEGOVIA, O.: “Espacio y Género” Proposiciones, 21. En línea en abril de 2006 en http://www.lideresjovenes.cl/nuevo/archivos/11segovi.doc SUBIRATS, M. (1993): “El trabajo doméstico, nueva frontera para la igualdad” En GARRIDO, L. y GIL, E.: Estrategias familiares. Alianza Editorial, Madrid. 51 Avda. Andalucía, 6 Semisótano 11008 Cádiz Teléfono: 956 205 020 Fax: 956 200 049 E-mail: [email protected]