INTELIGIBLE - SUPRASENSIBLE Definido filosóficamente en contraposición con la expresión Mundo sensible y formando parte junto con éste último de la hipótesis de partida de la Crítica de la Razón Pura para elevar la filosofía al nivel de ciencia, "inteligible", es en los textos de Kant, "objeto del entendimiento puro" (A 264, B 320), "objeto de los conceptos puros de razón", el objeto de la intuición intelectual o inteligible (A 280, B 336), "aquello que no es fenómeno en un objeto de los sentidos" (A 538, B 566), "lo dado sólo al entendimiento y no a los sentidos" (B 3l3). En este primer sentido teórico, lo 'inteligible' se contrapone a lo sensible y en consecuencia a lo fenoménico, identificándose con la cosa en sí. (Remitimos al alumno al apartado "Fenómeno - cosa en sí" del vocabulario). Pero Kant no se limita a este sentido meramente negativo, sino que habla de lo "inteligible" como "hecho de razón", como "mundo de razón" que, aunque no teóricamente, juega de una manera esencial y decisiva en los ámbitos prácticos y culturales de la humanidad, con un peso específico que va mucho más allá del mero valor subjetivo que otras veces le concede. Esto es especialmente claro cuando trata de definir y justificar términos como 'libertad', 'deber', 'autonomía' o 'mundo moral'. De "inteligible" se califica entonces al ámbito de los intereses de la razón, a la voluntad autónoma del hombre, al hombre considerado como fin en sí mismo, a la esfera de los fines más elevados. Mundo inteligible que quiere regir los destinos del mundo sensible en la historia y que así recibe realidad efectiva. Lo nouménico se convierte entonces en el fundamento de los fenómenos: "Doy al mundo, en la medida en que sea conforme a todas las leyes éticas (como puede serlo gracias a la libertad de los seres racionales y como debe serlo en virtud de las leyes necesarias de la moralidad) el nombre de mundo moral. En tal sentido, éste es concebido como un mundo meramente inteligible, ya que se prescinde de todas las condiciones (fines) e incluso de todos los obstáculos que en él encuentra la moralidad (debilidad o corrupción de la naturaleza humana). No es, por tanto, más que una idea, pero una idea práctica, que puede y debe tener su influencia real sobre el mundo de los sentidos para hacer de éste lo más conforme posible a esa idea. Consiguientemente, la idea de un mundo moral posee realidad objetiva, no como si se refiriera al objeto de una intuición inteligible (objeto que no podemos concebir en modo alguno), sino como refiriéndose al mundo sensible, aunque en cuanto objeto de razón pura en su uso práctico y en cuanto corpus mysticum de los seres racionales de ese mundo, en la medida en que la voluntad libre de tales seres posee en sí, bajo las leyes morales, una completa unidad sistemática, tanto consigo misma como respecto de la libertad de los demás". (KrV, A808, B836). (Neus Campillo, Manuel Ramos: Materiales de Historia de la Filosofía para COU y Bachillerato Experimental: Kant. Generalitat Valenciana. Conselleria de Cultura, Educació i Ciencia)