Construcción de la conducta sexual, la identidad de genero y presencia de ETS/SIDA, y uso de substancias psicoactivas en hombres menores de edad vinculados a prostitución trabajando en la zona centro de Bogotá Investigador:* Velandia Mora, Manuel Antonio, Sociólogo, Filósofo, Miembro de la Sociedad Colombiana de Sexología, Docente universitario. Objetivo: Conocer cómo asumen la construcción de la tendencia o conducta sexual, la identidad de género y la presencia de ETS?SIDA los hombres menores de edad vinculados a prostitución, trabajando en la zona centro de Santa Fe de Bogotá. Metodología: 1. Se realizó un censo en la zona que permitió determinar el número de menores de edad hombres vinculados a prostitución, cuyo lugar de trabajo está ubicado en la zona centro de Santa Fe de Bogotá. Esta zona se halla localizada entre las calles 1a a 26 y las carreras 1a a 30, aun cuando, la mayoría fueron ubicados en la zona de Terraza Pasteur, Carrera séptima con calle 24 esquina. 2. Se ubicaron uno a uno 48 hombres, de un grupo de 72 menores de edad previamente censados. Las edades oscilan entre los 8 y los 18 años. Se realizó con ellos una serie de entrevistas hasta lograr reconstruir su historia de vida. 3. En la reconstrucción de la historia se hizo énfasis en el análisis de su conducta sexual. Para ello se tuvieron en cuenta los siguientes parámetros cuya definición presento a continuación: 3.1 Identidad particular sexual 3.1.1 Homosexual, Lesbiana, Bisexual, Heterosexual 3.2 Afectividad, erotismo, genitalidad 3.3 Identidad particular de género 3.4 Identidad Particular de cuerpo 3.5 Identidad Particular de vestido 3.6 Pasos en la construcción de la ideentidad 3.7 Presencia de E.T.S./ Infección por HIV/SIDA 2. La edad de los menores De los cuarenta y ocho hombres menores de edad captados durante lainvestigación, el mayor porcentaje estaba ubicado entre los 16 y los 18 años. A este grupo etáreo correspondía el 81,3% de la población estudiada. Encontramos tres menores con doce o menos años, uno de ellos con 8 años, otro como 10 años y el tercer menor con 12 años. Tres de los menores tenían 14 años e igual cantidad tenían 15 años. 12 de los menores (25%) vinculados a prostitución tenían 16 años; 21 de los menores (el 43,8%) tenía 17 años y 6 de ellos (12,5%) tenían 18 años. 3. Definición de la tendencia o conducta sexual: De los menores vinculados a la prostitución es importante destacar que aunque sus clientes son hombres, generalmente no asumen el ejercicio de su genitalidad como determinante de sus conductas sexuales. Estas son establecidas por el sujeto/objeto de su actividad afectiva, erótica y genital, la cual se realiza fuera del trabajo. Tanto para los menores vinculados a la prostitución, como para sus parejas, les es muy claro que ésta es una actividad productiva, distinta a sus conductas sexuales extra-productivas. Para entender sus actitudes en torno a la sexualidad, es necesario comprender como asumen su identidad particular y como este proceso, dadas sus mismas condiciones particulares de edad, y la situación por la que llegan al mercado sexual, es un proceso que no está plenamente construido. Conocer acerca de la conducta sexual es importante, en cuanto el abordaje muchas veces hace que los menores se sientan vulnerados por quienes hacen la intervención, y como respuesta, se nieguen a participar o a proveer datos que pudieran ser significativos para un abordaje adecuado y positivo. La conducta o tendencia sexual se refiere a una escogencia personal e intima, y por tanto, eminentemente particular, que puede o no coincidir con el tipo de práctica genital que desarrolle el individuo, y que no se altera por el simple hecho de haber tenido experiencias que parezcan contradecir la escogencia del individuo. Como parte del proceso de desarrollo personal hombres y mujeres tienen juegos eróticos, procesos afectivos y/o relaciones genitales con personas de su mismo sexo o con personas con otro sexo, durante su etapa de desarrollo sexual, sin que esto implique que ellos o ellas necesariamente y de acuerdo con estas experiencias se identifiquen como homosexuales, lesbianas, bisexuales o heterosexuales. El ser humano, por el hecho de serlo, tiene la posibilidad de tener conciencia de sus actos, por consiguiente de tener conciencia acerca de quien es el o la sujeto-objeto de sus afectos ya este sea alquien con sexo diferente, de igual sexo, o inclusive, que sean simultáneamente, tanto personas del mismo sexo como personas con sexo diferente al suyo. 3. 1 Identidad sexual particular Para que cada persona pueda determinar plenamente su identidad sexual particular (heterosexual, bisexual, homosexual, lesbiana) se requiere como condición indispensable que el individuo posea plena conciencia de lo que él o ella es para si mismo, frente a su posible pareja y en relación con las otras personas, aun cuando para algunos seres ello se encuentre tácito y no manifiesto. La identidad sexual particular es una escogencia íntima y excluyente que hace cada persona y que tiene clara para si. No existe de por si en cada persona, si no que requiere ser identificada, es decir, que el individuo se permita a sí mismo una reflexión y se de una explicación y justificación al respecto. Sin embargo, no requiere práctica. Nadie más que la misma persona es consciente de ello, así su identidad permanezca oculta a los demás para toda la vida La identidad sexual particular no resulta siempre obvia para el individuo, se llega a ella por un proceso de búsqueda interior y en la interrelación con otros seres, así aquellos otros no conozcan que son el sujeto-objeto desde el cual el individuo construye sus propias referencias. 3.1.1 Tomar conciencia de la identidad sexual particular Significa además, tomar conciencia acerca de quien es el o la sujeto-objeto de su erotismo, afectividad y genitalidad. Cuando estos tres elementos confluyen en una persona del mismo sexo, si se es hombre, entonces se es homosexual, si se es mujer se es lesbiana. Si confluyen en un objeto-sujeto con otro sexo, entonces el individuo es heterosexual, y cuando confluyen tanto en hombres como en mujeres, el individuo, sea hombre o mujer, es bisexual. Sin embargo, la identidad particular está signada por lo que individuo autodetermina como obje- to-sujeto para sí, y no por el "rotulo" con el cual se pretende enmarcar y reconocer, así que en la práctica encontramos por ejemplo, hombres y mujeres en quienes el afecto que prima es por otro hombre, la genitalidad la desarrolla única y exclusivamente con mujeres, y el erotismo lo vive plenamente con ambos, por tal razón, el hombre en mención sería, homo-afectivo, heterogenital y bi-erótico. Ello no significaría que no tiene construida una identidad sexual particular, sino que la autodeterminada para sí "no encaja" , en los modelos socializados de identidad particular. El 45,83 % de los menores vinculados a prostitución es homosexual. El 33,33 % es bisexual, siendo en algunos casos, sus parejas una menor y un menor también vinculados a la misma actividad productiva. El 14,58 % es heterosexual, con igual condición de pareja que el grupo anterior. Dos de los menores fueron tan ambiguos en sus respuestas, que fue imposible poder clasificarlos. Así mismo, uno de los jóvenes no aportó datos suficientes que permitieran la clasificación. 3.2 Erotismo, genitalidad y afectividad Una persona (mujer u hombre) es homo-erótica cuando su actividad -como la pasión- despertada por alguien del mismo sexo, pero no necesariamente del mismo género, es meramente psicológica. Es heteroerótica si es con alquien con el otro sexo y bi-erótica si su erotismo se manifiesta por igual tanto con hombres como mujeres. Siendo ésta la tendencia erótica, realizada o no, genital o pregenital hacia las personas del mismo sexo. No implica falta de virilidad en los varones o de feminidad en las mujeres. A la actividad exclusivamente genital, sin ninguna condición afectiva o aún cuando, está éste presente, y se realiza con alquien del mismo sexo, la llamo homo-genital. Es hetero-genital si es con alquien con el otro sexo y bi-genital, si su erotismo se manifiesta por igual tanto con hombres como mujeres La referencia a homo-afectivo se establece cuando el objeto-sujeto de su amor y afecto es alguien de su mismo sexo, pero no necesariamente del mismo género. Es hete-afectivo si es con alquien con el otro sexo y bi-afectivo si su erotismo se manifiesta por igual tanto con hombres como mujeres Para ejemplificar al respecto, en el trabajos realizado por el autor con hombres menores de edad vinculados a la prostitución en la zona centro de Santafé de Bogotá, se ha encontrado que algunos de éstos hombres tienen su pareja mujer con una relación reconocida y establecida socialmente: los dos aceptan que la actividad homo-genital, ejercida por el hombre en su trabajo sexual, es tan solo una forma de producción y se asume a sí mismo, y es asumido como heterosexual por su pareja, es decir, como hetero-afectivo, hetero-genital y hetero-erótico. Así mismo, es frecuente encontrar casos de hombres casados con mujeres, o mujeres casadas con hombres, conscientes de su homosexualidad o lesbianismo, que se definen a sí mismos como homo-afectivos, homoeróticos y bi-genitales, y no como hombres o mujeres bisexuales. En tal sentido por ejemplo: un hombre será homosexual y una mujer lesbiana, únicamente si su experiencia de intercambio es homoerótico, homoafectivo/a y homogenital y posee una identidad sexual particular como tal. El proceso por el cual la sociedad identifica sexualmente al individuo se llama identidad social sexual. La sociedad ha creado un patrón "ideal" de identidad sexual: el heterosexual, desde éste modelo, quien asuma una identidad diferente a la preestablecida socialmente, se convierte necesariamente en un ser "diferente", y por tanto marginal. Ello ha "justificado" que para algunos individuos la identidad sexual particular y la identidad sexual social no estén "sintonizadas". 3.3 Identidad particular de género Se ha construido socialmente un patrón de género a partir de una serie de conductas que se consideran propias para los hombres conocido como género masculino y Género femenino cuando es para la mujer. Las características de género son ecológicas (corresponden a una geografía), socialmente aceptadas y propias de cada época y cultura. Asumir estas características y sus implicaciones para el intercambio social es lo que el autor llama identidad de género. Asumir una identidad particular de género, es también un proceso que no siempre es consciente en los individuos, únicamente estará construido cuando el individuo conscientemente puede decirse a si mismo "quiero comportarme de manera femenina" o "quiero comportarme de manera masculina" o "quiero comportarme de manera andrógina". Como la identidad de género está socializada, entonces se espera que los hombres posean una identidad particular de género masculina y que las mujeres a su vez la tengan como identidad particular de género femenina. Sin embargo, encontramos hombres y mujeres que se asumen con una identidad particular de género o con características de género opuestas a las que se consideran propias de su sexo. Quien asume una identidad particular de género en estas condiciones, lo hace también con todas las implicaciones que para ella o él tiene esta opción. Así mismo, con la marginalidad y la contradicción que su situación particular crea en la moral socializada. La identidad particular de género no está directamente relacionada con la identidad particular sexual, como tampoco con la identidad de cuerpo (de la que hablaremos más adelante), ello quiere decir, por ejemplo, que un hombre, puede asumirme hombre, heterosexual con identidad particular de género femenina. Cuando el individuo asume algunas connotaciones de identidad particular de género que son validadas como (códigos) lenguaje verbal de ghetto y las complementa con algunos "amaneramientos" en el lenguaje no verbal, y esta es una situación usualmente "aceptada" al interior del mismo, esto que es "ecológicamente correcto" al interior del ghetto, pero usualmente se discrimina cuando trasciende el "micro-grupo" hacia la sociedad. En el caso de hombres que se autodefinen y asumen como homosexuales, encontramos un grupo entre ellos que se autodefinen como Hombres homosexuales de género femenino, es decir, que tiene una identidad particular de género femenino, que se comportan "como mujeres", que desean ser tratados "como mujeres", pero que no por ello asumen su genitalidad como propia de "lo que se espera de la mujer". La identidad particular de género no determina la conducta sexual, ni la actividad genital, es decir, ser penetrados o ejercer la penetración. Así mismo, encontramos mujeres que se autodefinen y asumen como Mujeres lesbianas de género masculino, que desean ser tratadas "como hombres" y que se relacionan con su pareja desde tal perspectiva. La androginia se considera socialmente, como una conducta en la que las actitudes de género no son "claras", sino, en las que indiscriminadamente se pasa constantemente del patrón femenino al masculino y viceversa. Asumir una identidad particular de género andrógina no implique una tendencia homosexual o lésbica, o que se sea hermafrodita.. Buscando mimetizar sus propios conflictos, y de alguna manera legitimar su identidad particular de género, algunos hombres homosexuales y algunas mujeres lesbianas asumen formas de relacionamiento que se rigen por el patrón heterosexual de pareja, implementando relaciones de pareja homosexual o lésbica, en las que uno(a) de los miembros se asume con características "propias del otro género", o incluso se autoconcibe con una identidad particular de género que no es la identidad socializada de género, que se espera socialmente para alquien de su sexo. En el caso específico de los menores vinculados a prostitución, dieciséis de los 21 menores que tenían una identidad particular sexual de homosexuales, asumían una identidad particular de género femenina y los cinco restantes una identidad particular de género masculina. De los quince menores que se asumían con una identidad particular sexual bisexual, seis de ellos asumían una identidad particular de genero femenina y nueve una identidad particular de género masculina. Ninguno de los hombres que se asumía con una identidad particular sexual heterosexual, se asumió con una identidad particular de género femenina. 3. 5 Identidad particular de cuerpo: En la constitución de su identidad particular, la persona hace una identificación de su cuerpo, estableciendo la aceptación o negación del mismo (o de una parte de este), a partir de la concepción que tenga de su corporeidad y del querer "ser" y "hacer", es decir, construye una identidad particular de cuerpo. La identidad particular de cuerpo está relacionada con la concepción animal del macho y de la hembra, que en la raza humana, se llaman hombre y mujer, y con sus posibilidades particulares para cada sexo, como entes "reproductores" de la especie. Tres de los 48 hombres menores de edad con los que tuve contacto en la investigación, tenían una identidad particular negativa de su cuerpo de hombre, Lo curioso en los tres casos es que los menores querían tener senos, pero conservar su pene. En ellos que eran homosexuales, la identidad particular de género era femenina. Algunos hombres y mujeres, consideran que su mismidad -la toma de conciencia que han hecho de ellos mismos, comprendiendo sus límites en la relación con los otros-, que está conformada entre otras, por la construcción de una identidad particular sexo, una identidad particular de género, una identidad de vestido y una identidad particular sexual, no es la correcta y que han nacido con un problema, que consiste en que se hallan encerrados en un cuerpo que no es el que él o ella debieran tener, asumiendo una identidad particular negativa de su propio sexo, a estos/as se les llama transexuales. Algunos de los/as transexuales llegan incluso a realizarse intervenciones quirúrgicas en sus genitales, con las que buscan "cambiar su sexo" o más bien, transformar sus genitales a algo parecido a los genitales propios del sexo con el cual han construido su mismidad y con el que, por tanto, psicológicamente se identifican. En general los/as transexuales cortan o dejan crecer su cabello, se realizan operaciones quirúrgicas estéticas, y aplican hormonas, con lo que buscan desarrollar una estructura corporal que esté de acuerdo con las características propias del sexo escogido. Los transexuales que han recibido apoyo psicológico para su identificación sexual, prefieren no ser clasificados socialmente como homosexuales, sino como mujeres (cuando son hombres que cambiaron sus genitales a una forma cercana a una vagina) o como lesbianas en el caso inverso. Hermafroditas: son personas que nacen con genitales tanto de hombres como de mujer, generalmente uno de éstos está atrofiado (menos desarrollado). Las características sexuales que se les asigna socialmente a los hermafroditas, casi siempre son las del sexo del genital más desarrollado. "Clones": Algunos hombres homosexuales han querido llevar al extremo la manifestación social de su identidad del cuerpo, asumiendo lo que socialmente se entiende como el "cuerpo del macho". Inicialmente en los Estados Unidos, y con posterioridad en el resto del mundo, algunos hombres homosexuales han "masculinizado" o "machificado" sus formas. Así pues, la utilización de esteroides, hormonas, implantes etc., se ha sumado a la presencia de bigote, cortes de cabello a ras, acompañados de camisas a cuadros, jean y botas "texanas" (cow boy) o de prendas fabricadas en cuero, para unificar una imagen "reproducible en serie" del homosexual "macho", es decir, de quien tiene una identidad particular de sexo de hombre, una identidad particular sexual de homosexual, una identidad particular de género masculina, y una identidad particular de vestido masculina (de este tipo de identidad hablaré posteriormente). La "clonación" en los hombres masculinos y homosexuales, generalmente responde a una contradicción en su identidad de sexo, al concebir la práctica homosexual como una conducta asimilable al "ser mujer". Ello no niega, que en algunos esta clonación se presente como parte del desarrollo del rol de género masculino. 3.5 Identidad particular de vestido: Las prendas de vestir se han identificado como propias de un género y consecuentemente como propias de un sexo, Las personas ratifican su identidad de género por medio del vestido. Cuando se es consciente de la decisión de utilizar determinado tipo de prendas y accesorios, y estos corresponden a lo esperado como propio del sexo hombre y del género masculino, entonces, se le llama identidad particular de vestido masculino. Cuando las prendas y los accesorios corresponden a lo esperado como propio del sexo mujer y del género femenino, entonces, se le llama identidad particular de vestido femenino. La identidad de vestido no implica necesariamente una identidad de género correspondiente. No obstante, en algunas oportunidades, esta identidad es asumida utilizando prendas consideradas como propias del otro genero y del otro sexo. Cuando los menores asumen una identidad particular de vestido masculina, se les conoce entre el grupo de menores y sus clientes como "pirobos". Los "pirobos", generalmente tienen una identidad de cuerpo de hombre, pero pueden tener cualquier identidad particular sexual. Los menores vinculados a prostitución que tienen una identidad particular de vestido femenina, son conocidos entre ellos mismos y sus clientes como "las travestis". Quienes se conocen como "locas", generalmente son hombres con una identidad particular sexual de homosexuales o de bisexuales, quienes asumen una identidad particular de género femenina, pero que indiferentemente asumen o una identidad particular de vestido masculina o femenina. En algunas ocasiones suelen fluctuar en ambas direcciones, es decir tienen una identidad particular de vestido andrógina. Como parte del desarrollo de la moda, socialmente se acepta el uso de prendas consideradas unisex, lo que considero una característica de la androginia socializada. La cultura ha aceptado el uso de prendas masculinas como parte del atuendo para las mujeres. Travestis: Se considera como tal al hombre que usa prendas consideradas y aceptadas socialmente como propias del género femenino y para las mujeres, en tal sentido no se considera a las mujeres que utilizan estas prendas como mujeres travestis, ni tampoco se considera esta situación, como un transtorno emocional en ellas. Son heterosexuales travestis aquellos quienes asumen en ocasiones el uso de prendas consideradas exclusivamente femeninas y propias de la mujer. Desde la perspectiva de poder del macho, se considera que ser "masculino" para el hombre, es lo "normal". La mujer asume el poder del "macho" y no se considera enferma, anormal o asocial, por que cuando viste prendas masculinas, está legitimando el poder del macho. Transformistas: generalmente se refiere a hombres sin distingo de su opción sexual, que por su forma de producción (generalmente actores o imitadores) visten prendas femeninas como parte del vestuario para su actuación. Esta no es una categoría referente a la homosexualidad. Los transformistas no tienen identidad de vestido, si la poseyeran serían necesariamente travestis. 3.6 Pasos en el proceso de la construcción de la identidad La construcción de tipologías es un método basado en la construcción de tipos (clasificaciones) mediante la selección de ciertos criterios, cuyas referencias empíricas pueden señalarse en la realidad. Tipo es el conjunto de características, en este caso sirven para definir una etapa; Las etapas están definidas para este caso, como determinadas por la aceptación de la identidad particular homosexual o lésbica, la interacción relativa a ellas con el medio social, el entorno familiar y con sigo mismos(as). La vida, como tal, es un "solo continuo" y las etapas, -por el hecho de serlo- no son puras, sino, tipificadas por unas características demarcatorias. Tipologías en el proceso de la construcción de la identidad según la Valoración disyuntiva entre lo particular y la social: No se debe pensar que todos los procesos de hombres y mujeres quedan comprendidos inevitablemente en una u otra de las cuatro tipologías que el autor describe a continuación, pero sí, que cada etapa sirve de base a la siguiente y retoma la experiencia de las anteriores por ser éste un proceso evolutivo. Así pues, la aceptación de la homosexualidad, el lesbianismo la heterosexualidad o la bisexualidad, y sus implicaciones, constituye una base para descomponer la trayectoria de la vida en etapas o fases denominadas tipo, cuya descripción nos crea una tipología. Del closet: Se define así al paso en la construcción de la identidad particular de cualquier mujer u hombre quien decide tener experiencias lésbicas u homosexuales sin salir a un ámbito diferente a su espacio familiar o a su propio espacio vital. Las personas del closet tratan de comportarse según la identidad social establecida para los/las heterosexuales y en general buscan que sus compañeros/ras sexuales pertenezcan a su mismo nivel social, económico y cultural, y que además tiendan a seguir las mismas pautas de comportamiento. Las personas del closet no desean ser reconocidas como tales y se encuentran ante el dilema de re-conocerse en el proceso de construcción de su identidad particular. Podíamos definir su situación diciendo que no siempre lo son, sino que sólo lo están en las ocasiones en que el intercambio los hace asumirse como tales. Las personas del closet entran en profundos conflictos individuales, que en muy pocas oportunidades se permiten ventilar, y generalmente, no buscan apoyo emocional al respecto. Temen tener conflictos con su familia o con otras personas en la comunidad a causa de su tal situación particular de vida, al igual que con su credo, en especial con los planteamientos que la iglesia Católica tiene al respecto. Del coming out: Se define así al paso en la construcción de la identidad particular de cualquier mujer u hombre quien, buscando satisfacer sus expectativas afectivas, eróticas u genitales, accede a nuevos espacios socialmente reconocidos para la socialización de personasen procesos similares. Ello implica iniciar un proceso de asumisión de su identidad sexual particular de lesbiana u homosexual ante sí mismo y ante algunas otras personas. Esta interacción le plantea una doble experiencia de vida: la del ghetto y la de su entorno familiar y productivo. Ella/él teme ser reconocida/o como diferente, aún cuando, se asume a sí mismo(a) como tal, siendo esta situación que se le presenta como contradictoria en la construcción de su identidad particular. El/ella buscan consolidar una relación de pareja -generalmente regidos por el patrón generalizado de pareja heterosexual- que reafirme su mismidad y la construcción de su identidad particular, aunque estas relaciones se llevan de tal forma, que cada uno de los miembros de la pareja prefiere conservar su propio espacio vital. Para la gran mayoría sus relaciones de pareja no trascienden del ghetto, y por tanto, en muy pocas oportunidades, son conocidos(as) sus "amigos(as) en igual proceso por los miembros de su familia. Las personas en proceso de coming out generalmente buscan apoyo en otros miembros del ghetto, quienes tienen mayor experiencia y son más conscientes de la construcción de su identidad; creando así, círculos de solidaridad, al interior de los cuales, sus miembros se facilitan sus espacios privados de vivienda para que están personas puedan tener sus intercambios de diversa índole, y tengan así un lugar diferente al ghetto comercial para compartir. El proceso de "salir hacia afuera" como puede traducirse el coming out, les implica conflictos con la credo y con su estructura familiar, quienes generalmente no entienden su deseo de tener y manejar sus propios tiempos y relaciones con amigos(as) y sus procesos de intercambio, que generalmente no responden a la idea de lo que es para su familia un(a) novio(a). Los planteamientos acerca de la sexualidad por parte de la iglesia católica, e incluso de otros credos, los llevan a un proceso de alejamiento de la comunidad eclesial, e incluso a tener conflictos con la escuela, sobre todo cuando la persona asume estilos de comportamiento y de comunicación propios del ghetto, que entran en contradicción con las normas allí establecidas. Para quienes están en el closet, la posibilidad de reconocer a otros como homosexuales o lesbianas se dificulta, cuando estos(as) tampoco han asumido para su comunicación una serie de códigos propios del ghetto que tan solo son posibles de ser aprendidos y leidos por alguien quien ha compartido al interior del espacio social permisivo. Los códigos de comunicación son espacio temporales, ello significa que, para quien se desplaza a otro lugar (incluso dentro de la misma ciudad) o entre ciudades o países le es inicialmente muy difícil comunicarse con sus iguales. Estos códigos tienen que ver con el vestido y los accesorios utilizados, la postura del cuerpo, la mirada, y la posibilidad de acceder a algunos espacios preestablecidos para el intercambio. Sin embargo, cuando los códigos son plenamente identificados por la persona, a esta ya le es fácil leerlos en cualquier espacio social. Establish Itself: Se define así el proceso de construcción de la identidad particular de cualquier mujer u hombre quien busca arraigarse en su orientación sexual como su experiencia cotidiana de vida. No temen ser reconocidos como tales, aún cuando, su alternativa de relacionamiento social es asumida como una causa de liberación. En general el proceso de consolidación de la identidad particular es claro para si mismos, en cuanto ellos(as) han asumido el compromiso individual de liberarse. Este proceso les implica un rompimiento con su entorno familiar como una forma de lograr su propio espacio vital y el manejo de sus tiempos. Esta situación les hace asumirse así mismos y a que los otros los reconozca como marginales., situación que es asumida socialmente como una excusa de opresión y violación de sus derechos fundamentales. Al consolidar su relación de pareja, tienden a que el espacio vital en el que se desenvuelve la misma sea compartido. Establish Itself puede traducirse como arraigarse, consolidarse o establecerse. En tal sentido el manejo del propio tiempo, la construcción no solo de su propio espacio vital, sino también, de sus propias normas y metas de vida, les permite establecerse en sus relaciones afectivas, eróticas y genitales. Para estas personas la escuela, la familia y la iglesia, representan instancias de grandes conflictos, por cuanto su identidad y estilo de vida son contradictorios con el patrón heterosexual de relacionamiento entre personas que son del mismo sexo. Para ellos el lenguaje codificado es también mucho más arraigado, y muchos de sus comportamientos pueden ser asumidos por otros que no están en su mismo proceso o que incluso están en un proceso de asumisión menos desarrollado, como un atentado a la identidad social. "self ment": A este grupo pertenecen individuos hombres y mujeres interesadas/os en el proceso de ser y definir-se como personas en su concepto más amplio. Basados en su propia experiencia y potencial individual, y no desde el concepto socializado de sexualidad, o más bien de identidad social sexual. En este proceso de construcción el ser humano ha jugado el juego de la identidad social, e incluso ha accedido a jugar el juego del ghetto: asumiendo lenguajes verbales y no verbales, estilos de comportamiento y relacionamiento, con los cuales muchas veces no estaba totalmente de acuerdo, pero que "asumirlos" significaba la posibilidad de ingresar al ghetto (necesario como parte del proceso) y así conocer a otros en situaciones vivenciales similares a las suyas. Para ellos y ellas, su orientación es una opción que desean vivir y que además, los/las satisface plenamente; la significancia de esta evolución, o más bien, la de haberse construido a si mismos, les facilita la posibilidad de concebirse en otros espacios de igual valor, a los cuales había restado atención, por dar primacía a la comprensión de su sexualidad, para dar igual importancia a las distintas instancias que lo hacen persona y le permiten desarrollarse a si mismos como tales. En tal sentido han roto sus propios márgenes al entenderse y concebirse desde su perspectiva individual. En general, tienen su propio espacio vital y sus relaciones de pareja tienden a ser permanentes. 3.7 Presencia de ETS/ HIV/ SIDA Trece de las 27 personas que recibieron asesoría pretest para la prueba de ELISA para HIV, que fueron analizadas (48,15%) viven con HIV o con el SIDA. De ellas 10 (diez) viven con el HIV. Se analizó el 56,25% de la población encuestada y equivalen al 37,5 % de la población total censada. Se puede extrapolar entonces, que el 34,66 % de los menores vinculados a prostitución están viviendo con HIV. Catorce menores de los que fueron analizados y apoyados emocionalmente presentarón un diagnóntico no rectivo para HIV.