8 ANALES DE HISTORIA NATURAL. fación aérea están aquellas destinadas simplemente á suministrar el suficiente líquido para humedecer la superficie de la membrana y hacerla más sensible á la impresión olfativa. Así reunidos los principales datos sobre la constitución macroscópica del órgano olfatorio en los peces, paso á tratar de la estructura de su mucosa nasal, objeto de este trabajo. En el suyo confirma Blane el hecho, observado ya por Sofía Pereyaslawzeff, de que en algunos peces la porción olfatoria de su mucosa nasal no forma un todo continuo, sino que se encuentra dividida en pequeñas masas ó porciones separadas unas de otras por la interposición de u n epitelio indiferente, generalmente pavimentoso y estratificado. La sección de u n a de estas masas de epitelio olfatorio, hecha perpendicularmente á la superficie d é l a mucosa, tiene un aspecto que recuerda el de los órganos llamados ciatiformes, cupuliformes ó botones sensitivos (Endknospen), descubiertos por Leydig en la línea lateral de la piel de los peces. Las papilas ó botones olfatorios ó terminales, que así se llaman, por analogía con los órganos cupuliformes, las masas ó porciones de epitelio olfatorio, están constituidos, como estos, de células de sostén y células sensitivas; terminando estas últimas en un pelo ó hilo sensible, relacionado íntimamente con una terminación del nervio olfatorio. Observando con el microscopio la superficie interna de la mucosa, se reconoce que los botones olfatorios están recubiertos por epitelio pavimentoso que deja libre solamente un pequeño espacio circular; esto es, un poro. Si se estudia de igual modo la sección normal á la mucosa, vese que en el polo superficial de los botones las células, tanto de sostén como sensitivas, convergen en un haz puntiagudo hacia el poro del epitelio pavimentoso. Esta disposición h a sido observada por Blane, especialmente en ejemplares adultos de especies de los géneros Trigla y Belone. En las del ú l timo tiene el órgano olfatorio u n a forma que recuerda su condición ó fase embrional en otros peces. En efecto, las fosas nasales subsisten aún en los individuos adultos, abiertas cada una por un solo orificio que no se divide en dos, como ordinariamente lo hace en los adultos de otros peces pertenecientes al grupo superior común; y además, la mucosa aasal carece de aquel complicado sistema de pliegues que se encuentra generalmente en la de otros peces; pudiendo decirse, por