DEBATE Debate procede del verbo debatir

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DEBATE
Debate procede del verbo debatir (discutir o disputar sobre algo) y hace
mención a una controversia, discusión o contienda. Por ejemplo:
“Terminemos con este debate y comencemos a actuar”, “Si quieres iniciar un
debate conmigo, debes buscarte un buen argumento”, “El moderador dio por
concluido el debate en su punto más conflictivo”.
El debate suele ser considerado como una técnica o una modalidad de la
comunicación oral. Los debates organizados cuentan con un moderador
y con un público que asiste a las conversaciones. Los participantes se
encargan de exponer sus argumentos sobre el tema en cuestión.
Por lo general, los debates suelen llevarse a cabo en un auditorio con
público presente o en un estudio de televisión y contando con un número
reducido de personas, el cual aumenta exponencialmente una vez que los
televidentes sintonizan el evento. Gracias al desarrollo de la tecnología, en
la actualidad es posible organizar debates a través de Internet, ya sea
mediante videoconferencias, chat o foros.
Para que exista un debate, es necesario que se encuentren dos posiciones
antagónicas. De lo contrario, si los participantes están de acuerdo en todo,
no se produce la confrontación o controversia.
En la actualidad, los debates más frecuentes involucran a los políticos que
se presentan como candidatos en un proceso de elecciones. Estas
personas aceptan debatir en los medios de comunicación para defender
sus propuestas y refutar los argumentos de sus adversarios: “El candidato
oficialista resultó ganador del último debate, de acuerdo a los sondeos de
una consultora”, “Gómez decidió no participar del debate por estar en
desacuerdo con las condiciones”, “El debate entre los candidatos
presidenciales rompió el récord de audiencia”.
Los posibles temas de un debate son muy variados y muchas veces
reflejan cuán atrasadas se encuentran ciertas culturas con respecto a
otras. Tal es el caso de los países que continúan debatiendo acerca de los
derechos de los homosexuales: no solamente se cuestionan si es correcto
permitir que contraigan matrimonio, como cualquier otra persona, sino
que se pone en tela de juicio si merecen ser tratados como individuos
normales y sanos, abriendo la puerta a la discriminación y el desprecio
como opciones razonables.
Por otro lado, en ámbitos de investigación tales como programas
periodísticos suelen darse espacios de debate para confrontar opiniones
acerca de diversas noticias. La situación política de un país en guerra,
rumores sobre experimentos secretos por parte de un gobierno o
avistamientos de ovnis que hayan sido clasificados: cualquier tema que
permita varios puntos de vista puede ser objeto de debate.
El rol del moderador es esencial, dado que debe encargarse de evitar que
la discusión se torne violenta o que los participantes del debate se desvíen
del tema principal. Además, es su obligación abstenerse de favoritismos y
asegurarse de que todos reciban espacios de tiempo equivalentes para
exponer sus puntos de vista.
Del mismo modo, es imprescindible que los participantes se documenten
de forma adecuada antes de asistir a un debate. Incluso los especialistas
en el tema a debatir deben estar al tanto del enfoque de la discusión
antes de presentarse, dado que muchas veces difiere de su perspectiva
personal. Los conocimientos previos se encuentran entre los elementos
fundamentales de un debate exitoso, ya que colaboran con el sano
intercambio de ideas y enriquecen al público.
Cuando intervienen los intereses personales, los debates de distorsionan y
pierden validez; es muy aconsejable recordar que no se trata de
competencias sino de intercambios de opiniones y puntos de vista. En
el mejor de los casos, la efectividad de un debate continúa luego de su
cierre, ya que las nuevas ideas que se desprenden naturalmente de la
discusión pueden afectar positivamente a sus participantes, cuestionar
aquello que consideraban incuestionable.
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