Características y funciones de los esquemas Para una mayor precisión del concepto de esquema conviene resaltar cada una de sus características: 1. Son construcciones informativas experienciales. Los esquemas se desarrollan y se constituyen a partir de la experiencia. Por lo tanto están determinados por las propias condiciones vivenciales, no siendo ni totalmente lógicos ni totalmente exactos con la realidad. 2. Son recodificaciones genéricas del material específico almacenado. Significa que debe existir una doble codificación del “in-put” (información de entrada). La primera es una codificación concreta, experiencial, más o menos puntual o isomórfica con la percepción de la realidad. La segunda es la información más distintiva o saliente que se desprende de la primera para contribuir a la formación de los esquemas. La codificación experiencial, por una parte, y la recodificación esquemática, por otra, pueden ser comparadas con la memoria episódica y semántica de Tulving 1972). 3. Reducen y simplifican la información de la realidad. En este sentido, recogen aquellos aspectos más distintivos, que no necesariamente son los más esenciales desde una perspectiva lógica. Esta tendencia a la simplificación es la que contribuye a un gran ahorro en los procesos cognoscitivos que, por ejemplo, el ordenador aún no posee. 4. Representan realidades diversas. Esta economía informativa, al extraer sólo aquellas informaciones más pertinentes de las distintas situaciones, es la que permite, a su vez, que un mismo esquema sea atribuible a situaciones diversas. Este fenómeno de generalización supone, en primer lugar, una gran economía de esfuerzo. De lo contrario habría que aprender cada una de las nuevas situaciones particulares de la realidad. 5. Disponen la información deforma organizada según diversos criterios. Los atributos, o propiedades, de los objetos o eventos no son los únicos aspectos informativos que constituyen los esquemas. Está también el aspecto relacional. Por ejemplo, el orden espacial con que se representan los lugares en los mapas cognitivos, las secuencias temporales o la asociación de los objetos o eventos de acuerdo con su proximidad, semejanza, relación funcional, o relación causal. 6. Se elaboran individualmente, pero se comparten socialmente. Las experiencias sobre la realidad son desarrolladas individualmente. Y como consecuencia de esas experiencias, se construyen los esquemas. Los esquemas son estructuras personales, pero, al ser reflejos de la realidad “natural-social-cultural”, los esquemas de un individuo son similares a los de otros individuos que pertenezcan a un mismo ámbito sociocultural (Anderson, 1977). Esta semejanza de esquemas es lo que permite que sean compartidos a través de la comunicación. En caso contrario, sería imposible el entendimiento entre el emisor-receptor. En la medida en que las diferencias culturales entre los pueblos sean mayores, los esquemas serán distintos. Para poder, entonces, entenderse, hay que explicitar y comparar cada uno de esos esquemas diferentes. Esta dificultad de encaje de los esquemas puede también darse dentro de la propia cultura. Por ejemplo, personas que no entiendan la jerga informática. 7. Tiene valor de guía en la comprensión. El dominio de esquemas comunes, por parte del emisor y receptor, permite que éste tenga el papel de “guía” en el proceso de comprensión desarrollando las siguientes funciones: a) Suscita hipótesis y anticipa la información que ha de venir. Esto permite una mayor rapidez lectora y comprensión del mensaje. b) Llena las lagunas informativas, que el texto no explicita. De ahí el papel inferencial de la lectura. c) Favorece la codificación de la nueva información, siguiendo su trazo organizativo. En este caso, el esquema es como un “armazón” donde la información va acoplada. 8. El grado de constancia, o frecuencia, con que figuran sus aspectos o sucesos es variable. En este sentido, pueden ser más o menos fijos. Pocos esquemas son inalterables. Los que más tienen esa característica son los que representan fenómenos de la naturaleza. También muestran cierta regularidad o constancia, aquellos hechos que están sometidos a reglas fijas, como es el caso de los deportes. Sin embargo, la mayoría de los esquemas tiene un alto grado de variabilidad, mostrando diferentes alternativas de ocurrencias. 9. Los esquemas son dialécticos con la realidad. El texto suscita un esquema y el esquema conforma la información del texto. La comprensión exige el carácter activo de los esquemas. El esquema asimila información recibida, en la medida en que se ajusta a sus características. El esquema se modifica acomodándose a la información nueva. Por tanto, el esquema es una estructura activa y constructiva, que a su vez se va remodificando y reconstruyendo. 10. Los esquemas se interrelacionan formando esquemas más amplios, siendo, a la vez, parte y todo. Un esquema puede tener sustantividad en sí mismo (calzarse los zapatos), pero ese esquema está integrado en un esquema más amplio (vestirse) y éste a su vez, se integra en otros (acciones de la mañana después de despertarse), y así hasta un nivel muy alto de implicación. Esto sugiere que los esquemas están integrados implicativamente. 11. Los esquemas se conectan con las informaciones experienciales almacenadas. Significa esto que, si se admite la existencia de codificación por esquema, más evidente es admitir la codificación particular y experiencial, pues las personas somos capaces de recordar, con más o menos exactitud, los acontecimientos experimentados. De esta forma, los esquemas se alimentan de la información experiencial y ésta se reconduce y “organiza” en función de los esquemas, y éstos, ante situaciones concretas, apuntan, posiblemente, a la información experiencial almacenada.