diversas ciencias, los que eran susceptibles de axiomatizarse en un sistema único; Dewey la entiende como la exigencia de extender el campo y la función de la ciencia a todo el escenario de la vida; Russell la entiende como una “unidad de método”; Carnap la entiende como una “unidad formal” concerniente a las relaciones entre los términos y las leyes de las diversas ramas de la ciencia; Morris la entiende como una “ciencia de la ciencia” verificable en el campo de la semiótica. Feyerabend busca descifrar un camino por el cual fuese posible una reorganización y un desarrollo del conocimiento, ya que es ineluctable que llegue el momento en el cual algo cambia y lo que era imposible aparece como posible, tal como la bipedestación parecía ser imposible para los cuadrúpedos, por lo que lanza la idea de que estamos en la prehistoria del espíritu humano; es una idea que nos abre el porvenir, siempre a condición de que la humanidad disponga de un futuro. Todo lo que puede aprenderse, mas no enseñarse, no es cultura. Cuando el Neanderthal le aprendía o imitaba al humano moderno, no estaba fincando ninguna cultura, siendo que si hubiese podido enseñar a sus semejantes lo aprendido, hubiese producido cultura. Edgar Morin retoma de la razón su aspecto racional constructivo y racional crítico, pero llama la atención sobre los peligros de una racionalidad que se pervierte en racionalización. Nos convida a enfrentar el gran problema universal de la inadecuación de unos saberes desunidos, disciplinados y compartimentados con respecto a una realidad problemática cada vez más polidisciplinaria, transversal, multidimensional, transnacional, global y planetaria; y propone una reforma paradigmática, no programática, de pensamiento, que parte de nuestra aptitud para organizar un conocimiento pertinente. Este conocimiento, para ser pertinente, debe ser: menos abstracto y más contextualizado; más global, para no limitarse al contexto, ya que es casi imposible poder conocer las partes sin conocer el todo y tampoco conocer el todo sin conocer particularmente las partes; multidimensional, pues el ser humano, la sociedad y el conocimiento son unidades complejas; y complejo, ya que los desarrollos propios a nuestra era planetaria exige la unión entre la unidad y la multiplicidad. Hasta acá, podríamos relacionar esta propuesta de la complejidad con la especificidad de una competencia cognoscitiva. 898 En últimas, las “operaciones intelectuales” son constructor conformados a partir de ciertos procedimientos esquemáticos y simplificados, producto de una inteligencia ávida de comprender los datos que en todo momento le está suministrando el mundo de las cosas; una inteligencia que actúa sobre un objeto de conocimiento para representarlo, simbolizarlo, conceptualizarlo y comunicarlo, mediante razonamientos deductivos, inductivos, complejos y dialécticos; o mediante cierta totalidad organizacional de interacciones, uniones, retroacciones, asociaciones, combinaciones y emergencia de conceptos, que posibilitan nuestra conformación en “cuerpo y mundo”. Merced a las “operaciones intelectuales” la realidad puede percibirse simbolizada mediante modelos teóricos, como cuando el Universo es descrito en forma de un enorme y complejo sistema de ecuaciones diferenciales, siendo que los problemas planteados por fuerzas gravitacionales y electromagnéticas, por ejemplo, han encontrado explicación mediante la creación de múltiples modelos expresados en dichos sistemas de ecuaciones. Las “operaciones intelectuales” son estructuras cogito/cogni/cognoscitivas, “constructos”útiles en el desarrollo de la Inteligencia y el alumbramiento de la búsqueda, ya que mediante ellas podríamos actuar sobre nuestra capacidad o potencialidad para adquirir y desarrollar la Inteligencia. Entonces, con conocer o adquirir conocimientos no todo está resuelto. Es mucho más importante preocuparse por desarrollar la habilidad de realizar operaciones intelectuales, mediante las cuales se ha podido aprender a desarrollar la inteligencia requerida para adquirir y producir conocimiento, comprendiéndolo y reflexionándolo. Es una enseñanza-aprendizaje para saber y actuar; para pensar en cuál sería la mejor manera de transmitir conocimientos, lo que es pensar en el método. Siempre seremos incapaces de dominar todo el conocimiento conocido, mucho más si pensamos en todo el conocimiento que se seguirá produciendo y en que el 95% de los científicos que han existido en toda la historia de la humanidad aún viven. El “interés cognoscitivo” no sólo sirve para facilitar el aprendizaje, sino que es un verdadero estímulo para el desarrollo de la personalidad de quien enseña y quien aprende, pero ese espíritu indagador no debe detenerse en la senda del Antropogogía para Polifemo