Ley orgánica de policías locales

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TEMA 16
LA LEY ORGÔNICA 2/ 1986, DE 13 DE MARZO DE POLICà AS LOCALES (IV)
LA LEY ORGÔNICA 2/1986, DE 13 DE MARZO, DE POLICà AS LOCALES (IV): LA
POLICÃ A LOCAL. FUNCIONES. ESPECIAL REFERENCIA A LA PROTECCIÃ N CIVIL. LAS
JUNTAS LOCALES DE SEGURIDAD.
INTRODUCCIÃ N
Continuamos en este tema el estudio pormenorizado de la Ley Orgánica 2/ 1986, de 13 de marzo, de
PolicÃ−as Locales, centrando nuestro estudio en la PolicÃ−a Local, haciendo referencia además a la
protección civil y a las Juntas Locales de Seguridad.
Al finalizar este tema, el opositor deberá ser capaz de conocer los siguientes extremos:
• Los principios generales aplicables a las policÃ−as locales
• Las competencias de las Corporaciones Locales sobre la policÃ−a local
• El régimen estatutario aplicable a los policÃ−as locales
• Las bases generales de la protección civil
• El régimen jurÃ−dico básico de las Juntas Locales de Seguridad
1. LA POLICÃ A LOCAL
1.1. CREACIÃ N
Los municipios podrán crear Cuerpos de PolicÃ−a propios, de acuerdo con lo previsto en la Ley 2/ 1986, de
13 de marzo, en la Ley de Bases de Régimen Local, y en la legislación autonómica correspondiente.
En los municipios donde no exista policÃ−a municipal, los cometidos de ésta serán ejercidos por el
personal que desempeñe funciones de custodia y vigilancia de bienes, servicios e instalaciones, con la
denominación de guardas, vigilantes, agentes, alguaciles o análogos.
1.2. ÔMBITO TERRITORIAL
Los Cuerpos de PolicÃ−a Local sólo podrán actuar en el ámbito territorial del municipio respectivo, salvo
en situaciones de emergencia y previo requerimiento de las Autoridades competentes.
No obstante, cuando ejerzan funciones de protección de autoridades de las corporaciones locales, podrán
actuar fuera del término municipal respectivo, con autorización del Ministerio del Interior o de la
correspondiente autoridad de la comunidad autónoma que cuente con cuerpo de policÃ−a autonómica,
cuando desarrollen Ã−ntegramente esas actuaciones en el ámbito territorial de dicha comunidad autónoma.
1.3. CONCEPTO
Los Cuerpos de PolicÃ−a Local son Institutos armados, de naturaleza civil, con estructura y organización
jerarquizada, rigiéndose, en cuanto a su régimen estatutario, por los principios generales de los
CapÃ−tulos II y III del TÃ−tulo I y por la Sección 4ª del CapÃ−tulo IV del TÃ−tulo II de la Ley 2/ 1986,
de 13 de marzo, con la adecuación que exija la dependencia de la Administración correspondiente, las
disposiciones dictadas al respecto por las Comunidades Autónomas y los Reglamentos especÃ−ficos para
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cada Cuerpo y demás normas dictadas por los correspondientes Ayuntamientos.
Por lo que respecta al ejercicio de los derechos sindicales, y en atención a la especificidad de las funciones
de dichos Cuerpos, les será de aplicación la Ley que se dicte en cumplimiento de lo establecido en la
disposición adicional segunda, apartado 2, de la Ley Orgánica 11/1985, de 2 de agosto, de Libertad
Sindical.
Será también de aplicación a los miembros de dichos Cuerpos lo dispuesto, respecto a los Cuerpos de
PolicÃ−a de las Comunidades Autónomas, en el artÃ−culo 41.3 de la Ley 2/ 1986, de 13 de marzo.
1.4. RÃ GIMEN ESTATUTARIO
1.4.1. Principios básicos de actuación
Son principios básicos de actuación de los miembros de la PolicÃ−a Local los siguientes:
1. Adecuación al ordenamiento jurÃ−dico, especialmente:
a) Ejercer su función con absoluto respeto a la Constitución y al resto del ordenamiento jurÃ−dico.
b) Actuar, en el cumplimiento de sus funciones, con absoluta neutralidad polÃ−tica e imparcialidad y, en
consecuencia, sin discriminación alguna por razón de raza, religión u opinión.
c) Actuar con integridad y dignidad. En particular, deberán abstenerse de todo acto de corrupción y
oponerse a él resueltamente.
d) Sujetarse en su actuación profesional, a los principios de jerarquÃ−a y subordinación. En ningún caso,
la obediencia debida podrá amparar órdenes que entrañen la ejecución de actos que manifiestamente
constituyan delito o sean contrarios a la Constitución o a las Leyes.
e) Colaborar con la Administración de Justicia y auxiliarla en los términos establecidos en la Ley.
2. Relaciones con la comunidad. Singularmente:
a) Impedir, en el ejercicio de su actuación profesional, cualquier práctica abusiva, arbitraria o
discriminatoria que entrañe violencia fÃ−sica o moral.
b) Observar en todo momento un trato correcto y esmerado en sus relaciones con los ciudadanos, a quienes
procurarán auxiliar y proteger, siempre que las circunstancias lo aconsejen o fueren requeridos para ello. En
todas sus intervenciones, proporcionarán información cumplida, y tan amplia como sea posible, sobre las
causas y finalidad de las mismas.
c) En el ejercicio de sus funciones deberán actuar con la decisión necesaria, y sin demora cuando de ello
dependa evitar un daño grave, inmediato e irreparable; rigiéndose al hacerlo por los principios de
congruencia, oportunidad y proporcionalidad en la utilización de los medios a su alcance.
d) Solamente deberán utilizar las armas en las situaciones en que exista un riesgo racionalmente grave para
su vida, su integridad fÃ−sica o las de terceras personas, o en aquellas circunstancias que puedan suponer un
grave riesgo para la seguridad ciudadana y de conformidad con los principios a que se refiere el apartado
anterior.
3. Tratamiento de detenidos, especialmente:
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a) Deberán identificarse debidamente como tales en el momento de efectuar una detención.
b) Velarán por la vida e integridad fÃ−sica de las personas a quienes detuvieren o que se encuentren bajo su
custodia y respetarán el honor y la dignidad de las personas.
c) Darán cumplimiento y observarán con la debida diligencia los trámites, plazos y requisitos exigidos
por el ordenamiento jurÃ−dico, cuando se proceda a la detención de una persona.
4. Dedicación profesional.
Deberán llevar a cabo sus funciones con total dedicación, debiendo intervenir siempre, en cualquier tiempo
y lugar, se hallaren o no de servicio, en defensa de la Ley y de la seguridad ciudadana.
5. Secreto profesional.
Deberán guardar riguroso secreto respecto a todas las informaciones que conozcan por razón o con
ocasión del desempeño de sus funciones. No estarán obligados a revelar las fuentes de información
salvo que el ejercicio de sus funciones o las disposiciones de la Ley les impongan actuar de otra manera.
6. Responsabilidad.
Son responsables personal y directamente por los actos que en su actuación profesional llevaren a cabo,
infringiendo o vulnerando las normas legales, asÃ− como las reglamentarias que rijan su profesión y los
principios enunciados anteriormente, sin perjuicio de la responsabilidad patrimonial que pueda corresponder a
las Administraciones Públicas por las mismas.
1.4.2. Disposiciones estatutarias comunes
Los Poderes Públicos promoverán las condiciones más favorables para una adecuada promoción
profesional, social y humana de los miembros de la PolicÃ−a Local, de acuerdo con los principios de
objetividad, igualdad de oportunidades, mérito y capacidad.
La formación y perfeccionamiento de los miembros de la PolicÃ−a Local tendrá carácter profesional y
permanente; podrá ser objeto de convalidación por el Ministerio competente.
Para impartir las enseñanzas y cursos referidos se promoverá la colaboración institucional de la
Universidad, el Poder Judicial, el Ministerio Fiscal, las Fuerzas Armadas y de otras Instituciones, Centros o
establecimientos que especÃ−ficamente interesen a los referidos fines docentes.
Los miembros de la PolicÃ−a Local deberán jurar o prometer acatamiento a la Constitución como norma
fundamental del Estado.
Tendrán derecho a una remuneración justa, que contemple su nivel de formación, régimen de
incompatibilidades, movilidad por razones de servicio, dedicación y el riesgo que comporta su misión,
asÃ− como la especificidad de los horarios de trabajo y su peculiar estructura.
Reglamentariamente se determinará su régimen de horario de servicio que se adaptará a las peculiares
caracterÃ−sticas de la función policial.
Los puestos de servicio en las respectivas categorÃ−as se proveerán conforme a los principios de mérito,
capacidad y antigüedad, a tenor de lo dispuesto en la correspondiente reglamentación.
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La pertenencia a las PolicÃ−as Locales es causa de incompatibilidad para el desempeño de cualquier otra
actividad pública o privada, salvo aquellas actividades exceptuadas de la legislación sobre
incompatibilidades.
Los miembros de las PolicÃ−as Locales no podrán ejercer en ningún caso el derecho de huelga, ni acciones
sustitutivas del mismo o concertadas con el fin de alterar el normal funcionamiento de los servicios.
El régimen disciplinario, sin perjuicio de la observancia de las debidas garantÃ−as, estará inspirado en
unos principios acordes con la misión fundamental que la Constitución les atribuye y con la estructura y
organización jerarquizada y disciplinada propias de los mismos.
En el ejercicio de sus funciones, los miembros de las PolicÃ−as Locales tendrán a todos los efectos legales
el carácter de Agentes de la Autoridad.
Cuando se cometa delito de atentado, empleando en su ejecución armas de fuego, explosivos u otros medios
de agresión de análoga peligrosidad, que puedan poner en peligro grave la integridad fÃ−sica de los
miembros de las PolicÃ−as Locales, tendrán al efecto de su protección penal la consideración de
Autoridad.
La jurisdicción ordinaria será la competente para conocer de los delitos que se cometan contra miembros de
las PolicÃ−as Locales, asÃ− como de los cometidos por éstos en el ejercicio de sus funciones.
Iniciadas unas actuaciones por los Jueces de Instrucción, cuando éstos entiendan que existen indicios
racionales de criminalidad por la conducta de miembros de las PolicÃ−as Locales, suspenderán sus
actuaciones y las remitirán a la Audiencia Provincial correspondiente, que será la competente para seguir la
instrucción, ordenar, en su caso, el procesamiento y dictar el fallo que corresponda.
Cuando el hecho fuese constitutivo de falta, los Jueces de Instrucción serán competentes para la
instrucción y el fallo, de conformidad con las normas de la Ley de Enjuiciamiento Criminal.
El cumplimiento de la prisión preventiva y de las penas privativas de libertad por los miembros de las
PolicÃ−as Locales, se realizarán en establecimientos penitenciarios ordinarios, con separación del resto de
detenidos o presos.
La iniciación de procedimiento penal contra miembros de las PolicÃ−as Locales, no impedirá la
incoación y tramitación de expedientes gubernativos o disciplinarios por los mismos hechos. No obstante,
la resolución definitiva del expediente sólo podrá producirse cuando la sentencia recaÃ−da en el ámbito
penal sea firme, y la declaración de hechos probados vinculará a la Administración. Las medidas
cautelares que puedan adoptarse en estos supuestos podrán prolongarse hasta que recaiga resolución
definitiva en el procedimiento judicial, salvo en cuanto a la suspensión del sueldo en que se estará a lo
dispuesto en la legislación general de funcionarios.
2. RÃ GIMEN DISCIPLINARIO
El régimen disciplinario de los funcionarios del Cuerpo Nacional de PolicÃ−a se ajustará a los principios
establecidos en el CapÃ−tulo II del TÃ−tulo I de la Ley de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad y a lo indicado a
continuación.
2.1. CLASES DE FALTAS Y PRESCRIPCIÃ N
Las faltas podrán ser leves, graves y muy graves. Las faltas leves prescribirán al mes; las graves, a los dos
años, y las muy graves, a los seis años. La prescripción se interrumpirá en el momento que se inicia el
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procedimiento disciplinario.
2.1.1. Faltas muy graves
Se considerarán faltas muy graves:
• El incumplimiento del deber de fidelidad a la Constitución en el ejercicio de las funciones.
• Cualquier conducta constitutiva de delito doloso.
• El abuso de sus atribuciones y la práctica de tratos inhumanos, degradantes, discriminatorios y vejatorios
a las personas que se encuentren bajo su custodia.
• La insubordinación individual o colectiva, respecto a las Autoridades o Mandos de que dependan, asÃ−
como la desobediencia a las legÃ−timas instrucciones dadas por aquéllos.
• La no prestación de auxilio con urgencia, en aquellos hechos o circunstancias graves en que sea obligada
su actuación.
• El abandono de servicio.
• La violación del secreto profesional y la falta del debido sigilo respecto a los asuntos que conozcan por
razón de su cargo, que perjudique el desarrollo de la labor policial o a cualquier persona.
• El ejercicio de actividades públicas o privadas incompatibles con el desempeño de sus funciones.
• La participación en huelgas, en acciones sustitutivas de las mismas, o en actuaciones concertadas con el
fin de alterar el normal funcionamiento de los servicios.
• Haber sido sancionado por la comisión de tres o más faltas graves en el perÃ−odo de un año.
• La falta de colaboración manifiesta con los demás miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad.
• Embriagarse o consumir drogas tóxicas, estupefacientes o sustancias psicotrópicas durante el servicio o
con habitualidad.
• Cualquier otra conducta no enumerada en los puntos anteriores, tipificada como falta muy grave en la
legislación general de funcionarios.
2.1.2. Faltas graves y leves
Las faltas graves y leves se determinarán reglamentariamente, de conformidad con los siguientes criterios:
• Intencionalidad.
• La perturbación que puedan producir en el normal funcionamiento de la Administración y de los
servicios policiales.
• Los daños y perjuicios o la falta de consideración que puedan implicar para los ciudadanos y los
subordinados.
• El quebrantamiento que pueda suponer de los principios de disciplina y jerarquÃ−a propios de este Cuerpo.
• Reincidencia.
• En general, su trascendencia para la seguridad ciudadana.
Incurrirán en la misma responsabilidad que los autores de una falta, los que induzcan a su comisión y los
Jefes que la toleren. Asimismo, incurrirán en falta de inferior grado los que encubrieran la comisión de una
falta.
2.2. SANCIONES
Por razón de las faltas, podrán imponerse las siguientes sanciones:
Por faltas muy graves:
• Separación del servicio.
• Suspensión de funciones de tres a seis años.
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Por faltas graves:
• Suspensión de funciones por menos de tres años.
• Traslado con cambio de residencia.
• Inmovilización en el escalafón por un perÃ−odo no superior a cinco años.
• Pérdida de cinco a veinte dÃ−as de remuneración y suspensión de funciones por igual perÃ−odo.
Por faltas leves:
• Pérdida de uno a cuatro dÃ−as de remuneración y suspensión de funciones por igual perÃ−odo, que
no supondrá la pérdida de antigüedad ni implicará la inmovilización en el escalafón.
• Apercibimiento.
2.2.1. Prescripción
Las sanciones por faltas muy graves prescribirán a los seis años, las impuestas por faltas graves a los dos
años, y las impuestas por faltas leves al mes.
El plazo de prescripción comenzará a contarse desde el dÃ−a siguiente a aquel en que adquiera firmeza la
resolución por la que se impone la sanción o desde que se quebrantase su cumplimiento, si hubiera
comenzado.
2.2.2. Anotaciones
Las sanciones disciplinarias se anotarán en los respectivos expedientes personales con indicación de las
faltas que las motivaron.
Transcurridos dos o seis años desde el cumplimiento de la sanción, según se trate de faltas graves o muy
graves no sancionadas con la separación del servicio, podrá acordarse la cancelación de aquellas
anotaciones a instancia del interesado que acredite buena conducta desde que se le impuso la sanción. La
cancelación de anotaciones por faltas leves se realizará a petición del interesado, a los seis meses de la
fecha de su cumplimiento. La cancelación producirá el efecto de anular la anotación sin que pueda
certificarse de ella, salvo cuando lo soliciten las Autoridades competentes para ello y a los exclusivos efectos
de su expediente personal.
2.2.3. Obligación de comunicación
Los funcionarios tendrán obligación de comunicar por escrito al superior jerárquico competente los
hechos que consideren constitutivos de faltas graves y muy graves, de los que tengan conocimiento.
2.2.4. Procedimiento
No se podrán imponer sanciones, por faltas graves o muy graves, sino en virtud de expediente instruido al
efecto, cuya tramitación se regirá por los principios de sumariedad y celeridad. La sanción por faltas leves
podrá imponerse sin más trámites que la audiencia al interesado.
2.2.5. Ejecución de sanciones
Las sanciones disciplinarias impuestas serán inmediatamente ejecutivas, no suspendiendo su cumplimiento
la interposición de ningún tipo de recurso, administrativo o judicial, si bien la autoridad a quien competa
resolverlo podrá suspender, de oficio o a instancia de parte, la ejecución de la sanción impuesta, en el caso
de que dicha ejecución pudiera causar perjuicios de imposible o de difÃ−cil reparación.
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2.2.6. Suspensión provisional
Iniciado un procedimiento penal o disciplinario, se podrá acordar la suspensión provisional por la autoridad
competente para ordenar la incoación del expediente administrativo. La situación de suspensión
provisional se regulará por lo dispuesto en la legislación general de funcionarios.
3. FUNCIONES
Los Cuerpos de PolicÃ−a Local deberán ejercer las siguientes funciones:
a) Proteger a las autoridades de las Corporaciones Locales, y vigilancia o custodia de sus edificios e
instalaciones.
b) Ordenar, señalizar y dirigir el tráfico en el casco urbano, de acuerdo con lo establecido en las normas de
circulación.
c) Instruir atestados por accidentes de circulación dentro del casco urbano.
d) PolicÃ−a Administrativa, en lo relativo a las Ordenanzas, Bandos y demás disposiciones municipales
dentro del ámbito de su competencia.
e) Participar en las funciones de PolicÃ−a Judicial.
f) La prestación de auxilio, en los casos de accidente, catástrofe o calamidad pública, participando, en la
forma prevista en las Leyes, en la ejecución de los planes de Protección Civil.
g) Efectuar diligencias de prevención y cuantas actuaciones tiendan a evitar la comisión de actos delictivos
en el marco de colaboración establecido en las Juntas de Seguridad.
h) Vigilar los espacios públicos y colaborar con las PolicÃ−as Locales del Estado y con la PolicÃ−a de las
Comunidades Autónomas en la protección de las manifestaciones y el mantenimiento del orden en grandes
concentraciones humanas, cuando sean requeridos para ello.
i) Cooperar en la resolución de los conflictos privados cuando sean requeridos para ello.
Las actuaciones que practiquen los Cuerpos de PolicÃ−a Local en el ejercicio de las funciones previstas en los
apartados c) y g) precedentes deberán ser comunicadas a las PolicÃ−as Locales del Estado competentes.
4. ESPECIAL REFERENCIA A LA PROTECCIÃ N CIVIL
4.1. NORMATIVA BÔSICA REGULADORA
La normativa básica reguladora en materia de protección civil, se encuentra regulada en las siguientes:
• Ley 2/1985,de 21 de enero, de Protección Civil
• Real Decreto 967/2002, de 20 de septiembre, por el que se regula la composición y régimen de
funcionamiento de la Comisión Nacional de Protección Civil
4.2. FUNDAMENTOS
Identificada doctrinalmente como protección fÃ−sica de las personas y de los bienes, en situación de grave
riesgo colectivo, calamidad pública o catástrofe extraordinaria, en la que la seguridad y la vida de las
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personas pueden peligrar y sucumbir masivamente, la Protección Civil constituye la afirmación de una
amplia polÃ−tica de seguridad, que encuentra actualmente su fundamento jurÃ−dico, dentro de la
Constitución, en la obligación de los Poderes Públicos de garantizar el Derecho a la Vida y a la Integridad
FÃ−sica, como primero y más importante de todos los Derechos Fundamentales -art. 15- en los Principios
de Unidad Nacional y Solidaridad Territorial -art. 2- y en las Exigencias Esenciales de Eficacia y
Coordinación Administrativa -art. 103-.
La magnitud y trascendencia de los valores que están en juego en las situaciones de emergencia exige poner
a contribución los recursos humanos y materiales pertenecientes a todas las Administraciones Públicas, a
todas las organizaciones y empresas, e incluso a los particulares, a los que, por tal razón, mediante Ley, con
arreglo al artÃ−culo 30.4 de la Constitución, podrán imponérseles deberes para hacer frente a los casos
de grave riesgo, catástrofe o calamidad pública, auténticos presupuestos de hecho de la Protección
Civil.
El presente proyecto de la Ley trata, pues, de establecer el marco institucional adecuado para poner en
funcionamiento el Sistema de Protección Civil con escrupuloso respeto del Principio de Legalidad,
constitucionalmente previsto, de modo que pueda obtenerse la habilitación correspondiente para poder exigir
de modo directo a los ciudadanos determinadas prestaciones de colaboración.
4.3. ORGANIZACIÃ N
La extraordinaria heterogeneidad y amplitud de las solicitudes de emergencia, asÃ− como de las necesidades
que generan y de los recursos humanos y naturales que han de ser movilizados para hacerles frente convierten
a la Protección Civil, en primer lugar y esencialmente, en un problema de organización.
Dicha organización corresponde al Estado principalmente, por cuando constituye una competencia de
protección de personas y bienes integrada en el área de la Seguridad Pública; sus mecanismos de
actuación son, básicamente, técnicas de planificación y de coordinación a nivel superior, y,
jurÃ−dicamente, en cuanto que se de respecto a esta materia el supuesto del número 3 del artÃ−culo 149 de
la Constitución.
Consecuentemente, la Protección Civil se concibe como un Servicio Público cuya competencia corresponde
a la Administración Civil del Estado y, en los términos establecidos en la Ley, a las restantes
Administraciones Públicas.
4.4. ACTUACIÃ N
Sin embargo, serÃ−a equivocado que la organización de la Protección Civil pretendiese crear ex novo unos
servicios especÃ−ficos, suplantar o ejercer directamente los Servicios Públicos que con ella puedan tener
relación o, incluso, disponer directamente de los medios a tal fin necesarios. La Protección Civil, por el
contrario, debe actuar a través del procedimiento de ordenación, planificación, coordinación y
dirección de los distintos Servicios Públicos relacionados con la emergencia que se trate de afrontar.
Ello significa que no cabe circunscribir este planteamiento a los aspectos de la simple coordinación
administrativa, lo que representarÃ−a asumir una estructura organizativa extremadamente débil, cuando lo
cierto es que se requiere, tal y como es frecuente en los sistemas de derecho comparado, el establecimiento de
una estructura operativa, con mando único a diseñar en los diferentes planes, sin perjuicio de las decisiones
que al Gobierno competen como órgano superior de dirección y coordinación de la Protección Civil.
La Protección Civil, a su vez, debe plantearse como un conjunto de actividades llevadas a cabo de acuerdo
con una ordenada y previa planificación. de ahÃ− que el proyecto trate de racionalizar el esquema de las
actuaciones y de las medidas a adoptar que, de otro modo, no cabrÃ−a asumir o establecer con la urgencia que
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imponen las situaciones de riesgo o de peligro. Racionalización, en definitiva, que se traduce en
planificación de los distintos ámbitos, sectoriales y territoriales, en cuya definición, integración y puesta
a punto pueden y deben colaborar las distintas Administraciones Públicas.
4.5. AUTOPROTECCIÃ N
La tarea fundamental del Sistema de Protección Civil consiste en establecer el óptimo aprovechamiento de
las posibles medidas de protección a utilizar.
Consecuentemente, debe plantearse, no solo de forma que los ciudadanos alcancen la protección del Estado y
de los otros Poderes Públicos, sino procurando que ellos estén preparados para alcanzar por si mismos tal
protección.
El proyecto de Ley insiste, por ello, en los aspectos relacionados con la autoprotección ciudadana. En los
supuestos de emergencia que requieran la actuación de la Protección Civil, una parte muy importante de la
población depende, al menos inicialmente, de sus propias fuerzas. De ahÃ− que, como primera fórmula de
actuación, haya de establecer un complejo Sistema de Acciones Preventivas e Informativas, al que
contribuye en buena medida el cumplimiento de los deberes que se imponen a los propios ciudadanos, con
objeto de que la población adquiera conciencia sobre los riesgos que puede sufrir y se familiarice con las
medidas de protección que, en su caso, debe utilizar.
Se trata, en definitiva, de lograr la comprensión y la participación de toda la población en las tareas
propias de la Protección Civil, de las que los ciudadanos son, al mismo tiempo, sujetos activos y
beneficiarios. Comprensión social y participación que, en todos los paÃ−ses, ha requerido tiempo y que, en
última instancia, debe ser el resultado de una permanente movilización de la conciencia ciudadana y de la
solidaridad social.
4.6. DISPOSICIONES GENERALES
La acción permanente de los Poderes Públicos, en materia de Protección Civil, se orientará al estudio y
prevención de las situaciones de grave riesgo, catástrofe o calamidad pública y a la protección y socorro
de personas y bienes en los casos en que dichas situaciones se produzcan.
La Protección Civil es un Servicio Público en cuya organización, funcionamiento y ejecución participan
las diferentes Administraciones Públicas, asÃ− como los ciudadanos mediante el cumplimiento de los
correspondientes deberes y la prestación de su colaboración voluntaria.
Sin perjuicio de lo que dispongan las Leyes Especiales, la Protección Civil en caso de guerra, tendrá por
objeto:
• La autoprotección.
• El Servicio de Alarma.
• Los refugios.
• La evacuación, dispersión y albergue.
• El socorro, rescate y salvamento.
• La asistencia sanitaria y social.
• Rehabilitación de Servicios Públicos esenciales.
4.6.1. Competencias
La competencia en materia de Protección Civil corresponde a la Administración Civil del Estado y, en los
términos establecidos en la Ley, a las restantes Administraciones Públicas. Las Fuerzas y Cuerpos de
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Seguridad, siempre que las circunstancias lo hicieren necesaria, participarán en las acciones de Protección
Civil.
Asimismo, en tiempo de paz, cuando la gravedad de la situación de emergencia lo exija, las Fuerzas
Armadas, a solicitud de las autoridades competentes, colaborarán en la Protección Civil, dando
cumplimiento a las misiones que se les asignen.
La colaboración de las Fuerzas Armadas, que actuarán, en todo caso, encuadradas y dirigidas por sus
mandos naturales, deberá solicitarse de la Autoridad Militar que corresponda.
En los supuestos de declaración de los estados de alarma, excepción y sitio, la Protección Civil quedará
sometida, en todas sus actuaciones, a las autoridades competentes en cada caso, de acuerdo con lo establecido
en la Ley Orgánica 4/1981, de 1 de junio.
En los casos de movilización general o parcial por causa de guerra, el Gobierno dispondrá los planes y
medidas que permitan la utilización de los medios de Protección Civil conforme a tales circunstancias,
asegurando, en todo caso, la colaboración entre las Autoridades Civiles y Militares.
4.7. DEBERES Y OBLIGACIONES EN MATERIA DE PROTECCIÃ N CIVIL
Todos los ciudadanos, a partir de la mayorÃ−a de edad, estarán sujetos a la obligación de colaborar,
personal y materialmente, en la Protección Civil, en caso de requerimiento por las autoridades competentes.
La obligación mencionada se concretará, fundamentalmente en el cumplimiento de las medidas de
prevención y protección para personas y bienes establecidos por las Leyes y las disposiciones que las
desarrollen, en la realización de las prácticas oportunas y en la intervención operativa en las situaciones
de emergencia que las circunstancias requieran.
Estarán especialmente obligados a colaborar en las actividades de Protección Civil las personas en
situación legal de desempleo y que estén percibiendo la correspondiente prestación económica por esta
causa, en las condiciones que se determinen por los Ministerios del Interior y de Trabajo y Seguridad Social.
Los Poderes Públicos promoverán actividades que sensibilicen a la población acerca de las
responsabilidades públicas en materia de Protección Civil. Asimismo, los centros de enseñanza
desarrollarán, entre los alumnos, actividades que se encaminen al logro de los fines expuestos en el apartado
anterior. Dichas actividades no tendrán la configuración de áreas de conocimiento, ni se computarán a
efectos de valoración académica.
En los casos de grave riesgo, catástrofe o calamidad pública, todos los residentes en territorio nacional
estarán obligados a la realización de prestaciones personales que exija la autoridad competente, sin derecho
a indemnización por esta causa, y al cumplimiento de las órdenes generales o particulares que dicte.
Los Servicios de Vigilancia, Protección y Lucha contra Incendios de las empresas públicas o privadas se
considerarán, a todos los efectos, colaboradores en la Protección Civil.
En las situaciones de emergencia contempladas en la ley, los medios de comunicación social vendrán
obligados a colaborar con las autoridades competentes respecto a la divulgación de informaciones dirigidas a
la población y relacionadas con dichas situaciones.
Cuando la naturaleza de la emergencia lo haga necesario, las autoridades competentes en materia de
Protección Civil podrán proceder a la requisa temporal de todo tipo de bienes, asÃ− como a la
intervención y ocupación transitoria de los que sean necesarios. Quienes, como consecuencia de estas
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actuaciones sufran perjuicios en sus bienes tendrán derecho a ser indemnizados de acuerdo con lo dispuesto
en las leyes.
A los efectos aludidos se entenderá por autoridades competentes las previstas, para disponer la aplicación
del plan que corresponda.
El Gobierno establecerá un catálogo de actividades de todo orden que puedan dar origen a una situación
de emergencia, asÃ− como de los centros, establecimientos y dependencias en que aquellas se realicen.
Los titulares de los centros, establecimientos y dependencias o medios análogos dedicados a las actividades
comprendidas en el indicado catálogo estarán obligados a establecer las medidas de seguridad y
prevención en materia de Protección Civil que reglamentariamente se determinen.
Los centros, establecimientos y dependencias dispondrán de un Sistema de Autoprotección, dotado con sus
propios recursos, y del correspondiente Plan de Emergencia para acciones de prevención de riesgos, alarma,
evacuación y socorro.
Por el Gobierno, a propuesta del Ministerio del Interior y previo informe de la Comisión Nacional de
Protección Civil se establecerán las directrices básicas para regular la autoprotección.
Se promoverá la Constitución de organizaciones de autoprotección entre las empresas de especial
peligrosidad, a las que las Administraciones Públicas, en el marco de sus competencias, facilitarán
asesoramiento técnico y asistencia.
La Cruz Roja y otras entidades públicas cuyos fines estén relacionados con la Protección Civil
contribuirán con sus efectivos y medios a las tareas de la misma.
Las brigadas de tropas de la Cruz Roja y la Cruz Roja del Mar, son unidades de colaboración en materia de
Protección Civil, por lo que su estructura y dotación a estos efectos será establecida en el concierto que se
suscriba entre la Cruz Roja y los Ministerios del Interior y de Defensa.
4.7.1. La actuación en caso de emergencia y planes de Protección Civil
Para determinar las lÃ−neas de actuación en las situaciones de emergencia a que se refiere la Ley se
aprobará por el Gobierno, a propuesta del Ministerio del Interior -previo informe de la Comisión Nacional
de Protección Civil y, en su caso, de cuantas entidades públicas o privadas juzgue necesario- , una Norma
Básica de Protección Civil que contendrá las directrices esenciales para la elaboración de los planes
territoriales -de Comunidad Autónoma, provinciales y supramunicipales, insulares y municipales- y de los
planes especiales, por sectores de actividad, tipos de emergencia o actividades concretas.
Los planes territoriales y especiales establecerán, en todo caso lo siguiente:
• El catálogo de recursos movilizables en casos de emergencia y el inventario de riesgos potenciales,
que deberá incluir, en todo caso, el contenido del Catálogo Nacional en el respectivo ámbito
territorial.
• Las directrices de funcionamiento de los distintos servicios que deban dedicarse a la Protección
Civil.
• Los criterios sobre la movilización y coordinación de recursos, tanto del sector público como del
sector privado.
• La estructura operativa de los servicios que hayan de intervenir en cada emergencia, con expresión
del mando único de las operaciones, todo ello sin perjuicio de las decisiones que deban adoptarse en
cada circunstancia por las autoridades competentes.
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Los Planes Municipales se aprobarán por las correspondientes corporaciones locales, se integrarán, en su
caso, en los planes supramunicipales, insulares o provinciales, y deberán ser homologados por la Comisión
de Protección Civil de la Comunidad Autónoma.
Los planes supramunicipales, insulares y provinciales se aprobarán por el órgano competente de la entidad
local correspondiente, se integrarán en los Planes de la Comunidad Autónoma y deberán ser homologados
por la Comisión de Protección Civil de la misma.
Los planes de Comunidad Autónoma deberán ser aprobados por el Consejo de Gobierno de la misma y
deberán ser homologados por la Comisión Nacional de Protección Civil.
La homologación a que se refiere la ley consistirá en la comprobación de que los planes se acomodan al
contenido y criterios de la norma básica.
Los referidos planes no podrán ser aplicados hasta tanto se produzca su homologación, que deberá ser
efectuada por el órgano competente en el plazo máximo de tres meses a partir de la recepción por dicho
órgano. Transcurrido dicho plazo sin resolución expresa, se entenderán homologados tácitamente.
El Gobierno, a propuesta del Ministerio del Interior y previo informe de la Comisión Nacional de
Protección Civil, aprobará los planes especiales de ámbito estatal o que afecten a varias Comunidades
Autónomas.
Los planes especiales cuyo ámbito territorial de aplicación no exceda del de una Comunidad Autónoma se
aprobará, previo informe de la Comisión de Protección Civil de la Comunidad Autónoma
correspondiente, por el Consejo de Gobierno de la Comunidad Autónoma y serán homologados por la
Comisión Nacional de Protección Civil.
Los órganos y las autoridades precedentes, dentro del ámbito de sus respectivas competencias, están
facultados para interesar de cualquier entidad o persona, pública o privada, la información necesaria para la
elaboración y ejecución de las normas y planes de Protección Civil, las cuales tendrán la obligación de
suministrarla.
En las situaciones de grave riesgo, catástrofe o calamidad pública se dispondrá la aplicación del plan que
corresponda y la movilización de los servicios y medios necesarios:
• Por el Subdelegado del Gobierno, por propia iniciativa o a propuesta de la autoridad local correspondiente
si la emergencia afecta a uno o mas municipios de una misma provincia. La autoridad local podrá adoptar
tales medidas si la emergencia impide o dificulta el trámite de propuesta del Subdelegado del Gobierno..
• Por el Ministro del Interior en los demás casos y en los de especial gravedad por propia iniciativa o a
instancia de los Presidentes de los à rganos Ejecutivos de las Comunidades Autónomas, Delegados del
Gobierno o Subdelegados del Gobierno.
4.7.2. Actuaciones preventivas en materia de Protección Civil
Sin perjuicio de las funciones y competencias que en materia de prevención de riesgos especÃ−ficos otorgan
las Leyes a las diferentes Administraciones Públicas, corresponderán también a estas las siguientes
actuaciones preventivas en materia de Protección Civil:
• La realización de pruebas o simulacros de prevención de riesgos y calamidades públicas.
• La promoción y control de la autoprotección corporativa y ciudadana.
• Asegurar la instalación, organización y mantenimiento de Servicios de Prevención y Extinción
de Incendios y Salvamento.
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• Promover, organizar y mantener la formación del personal de los servicios relacionados con la
Protección Civil y, en especial, de mandos y componentes de los Servicios de Prevención y
Extinción de Incendios y Salvamento.
• La promoción y apoyo de la vinculación voluntaria y desinteresada de los ciudadanos a la
Protección Civil, a través de organizaciones que se orientarán, principalmente, a la prevención
de situaciones de emergencia que puedan afectarlos en el hogar familiar, edificios para uso residencial
y privado, manzanas, barrios y distritos urbanos, asÃ− como el control de dichas situaciones, con
carácter previo a la actuación de los Servicios de Protección Civil o en colaboración con los
mismos.
• Asegurar el cumplimiento de la normativa vigente en materia de prevención de riesgos, mediante el
ejercicio de las correspondientes facultades de inspección y sanción, en el ámbito de sus
competencias.
4.7.3. Organización básica en materia de dirección y coordinación
4.7.3.1. El Gobierno
El Gobierno es el órgano superior de dirección y coordinación de la Protección Civil.
El Gobierno, a propuesta del Ministro del Interior y a iniciativa, en su caso, del Presidente de la Comunidad
Autónoma o del órgano correspondiente de la entidad local afectada, podrá delegar todo o parte de sus
funciones en aquellos casos en que la naturaleza de la emergencia lo hiciera aconsejable.
4.7.3.2. El Ministro del Interior
El Ministro del Interior ostenta la superior autoridad en materia de Protección Civil y le corresponde:
• Elaborar la norma básica de Protección Civil, los planes especiales, asÃ− como los reglamentos
técnicos correspondientes, y proponer su aprobación al Gobierno, a cuyo efecto insertará de las
diferentes Administraciones Públicas la información necesaria.
• Elaborar el catálogo nacional de recursos movilizables de emergencias, integrando en el mismo los que
resulten de los planes territoriales especiales.
• Desarrollar las normas de actuación que en materia de Protección Civil apruebe el Gobierno.
• Ejercer la superior dirección, coordinación e inspección de las acciones y los medios de ejecución de
los Planes de Actuación Civil.
• Requerir a las Administraciones Públicas, organizaciones privadas y ciudadanos la colaboración
necesaria para la realización de simulacros o ejercicios prácticos de control de emergencias determinadas
y el cumplimiento de cuantas obligaciones imponga la Ley.
• Disponer, con carácter general, la intervención de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad y solicitar del
Ministro de Defensa la colaboración de las Fuerzas Armadas.
• Requerir de las autoridades locales y autonómicas la intervención de sus Cuerpos de PolicÃ−a y demás
servicios relacionados con la Protección Civil, que actuarán bajo la dirección de sus mandos naturales.
4.7.4.3. La Comisión Nacional de Protección Civil
La Comisión Nacional de Protección Civil estará integrada por los representantes de la Administración
del Estado que reglamentariamente se determinen, asÃ− como por un representante designado por los
órganos de Gobierno de cada una de las Comunidades Autónomas.
Su organización y funcionamiento se determina reglamentariamente.
La Comisión Nacional de Protección Civil ejercerá las siguientes funciones:
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• Informar las normas técnicas que se dicten en el ámbito nacional en materia de Protección Civil.
• Elaborar los criterios necesarios para establecer el catálogo de recursos movilizables en casos de
emergencia, sean públicos o privados.
• Participar en la coordinación de las acciones de los órganos relacionados con la Protección Civil.
• Informar las disposiciones y normas reglamentarias que, por afectar a la seguridad de las personas o bienes,
tengan relación con la Protección Civil.
• Proponer la normalización y homologación de las técnicas y medios que puedan utilizarse para los
fines de Protección Civil.
• Homologar los planes de Protección Civil cuya competencia tenga atribuida.
4.7.4.4. Comisión de Protección Civil de la Comunidad Autónoma
La Comisión de Protección Civil de la Comunidad Autónoma estará compuesta por representantes de la
Administración del Estado, de la Comunidad Autónoma y de las corporaciones locales incluidas en su
ámbito territorial. en todo caso, los representantes de la Administración del Estado, designados por ella,
serán como mÃ−nimo tres.
Los reglamentos de organización y funcionamiento de las comisiones mencionadas serán aprobados por los
órganos competentes de la Comunidad Autónoma respectiva.
La Comisión de Protección Civil de la Comunidad Autónoma ejercerá las siguientes funciones:
• Informar las normas técnicas que se dicten en su ámbito territorial en materia de Protección Civil.
• Participar en la coordinación de las acciones de los órganos relacionados con la Protección Civil.
• Homologar los planes de Protección Civil cuya competencia tenga atribuida.
4.7.4. Infracciones y sanciones
Las infracciones serán sancionadas, sin perjuicio de las demás responsabilidades que, según la
legislación vigente, fueren exigibles.
Constituyen infracciones:
• El incumplimiento de las obligaciones de colaboración personal y material con la Protección Civil y de
las obligaciones derivadas de los planes y de los reglamentos, asÃ− como de las órdenes que dicten las
autoridades en cumplimiento de los mismos.
• El incumplimiento, por los centros, establecimientos y dependencias, de las obligaciones derivadas de los
planes de autoprotección y emergencia, asÃ− como la falta de ejecución de los mismos e igualmente el
incumplimiento de las medidas de seguridad y prevención.
• La negativa a suministrar la información necesaria para la elaboración de las normas, listas, catálogos y
planes de Protección Civil.
La potestad sancionadora de las infracciones corresponde a las autoridades que, en cada caso y según lo
dispuesto en la ley y en las normas que la desarrollen y ejecuten, sean competentes en materia de Protección
Civil.
La potestad sancionadora de las infracciones que se cometan contra lo dispuesto en la Ley se ejercerá, dentro
de sus correspondientes ámbitos de competencia, por los órganos de Gobierno de los municipios, hasta un
millón de pesetas; por los órganos de Gobierno de las entidades supramunicipales, insulares y provinciales,
hasta cinco millones de pesetas; por los órganos de Gobierno de las Comunidades Autónomas, hasta diez
millones de pesetas; por el Ministro del Interior, hasta veinticinco millones de pesetas, y por el Consejo de
Ministros, hasta cien millones de pesetas.
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5. JUNTAS LOCALES DE SEGURIDAD
En los municipios que tengan Cuerpo de PolicÃ−a propio, podrá constituirse una Junta Local de Seguridad,
que será el órgano competente para establecer las formas y procedimientos de colaboración entre los
miembros de las PolicÃ−as Locales en su ámbito territorial.
La constitución de dichas Juntas y su composición se determinará reglamentariamente. La presidencia
corresponderá al Alcalde, salvo que concurriera a sus sesiones el Subdelegado del Gobierno, en cuyo caso,
la presidencia será compartida con éste.
La STC 133/1990, de 19 de Junio, declara que el inciso “deberán ser aprobados por el Consejo de Gobierno
de la misma” será solamente de aplicación supletoriamente en el PaÃ−s Vasco, en defecto de norma
autonómica.
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