Recién nacidos prematuros alimentados por sonda orogástrica y su incremento ponderal. Hernández Verdugo, Alicia. El neonato prematuro no recibe durante el último trimestre del embarazo la influencia de los biorritmos maternos y la estimulación táctil, vestibular, cinestésica y auditiva que caracteriza al ambiente intrauterino, por lo que este tipo de niños tiene mayor riesgo de presentar alteraciones en su desarrollo en las áreas sensorial, perceptual y motora. Los recién nacidos prematuros tienen grandes demandas energéticas a causa de su acelerado ritmo de crecimiento, las cuales son difíciles de alcanzar debido a su capacidad gástrica reducida, vaciamiento gástrico lento y reflejos de succión y deglución inmaduros; por lo que es ideal administrar leche materna complementada con proteínas, carbohidratos, calcio, fósforo, minerales y vitaminas. El nacimiento prematuro se asocia a procesos en los que hay incapacidad por parte del útero para retener el feto, interferencia externa sobre el curso del embarazo, desprendimiento prematuro de placenta o una estimulación de contracciones uterinas precoces; además puede ser un factor importante el nivel socioeconómico. Al recién nacido prematuro puede considerársele sano si su antropometría, estado nutricional y madurez neurológica son los esperados para su edad gestacional, a condición de que recibiendo manejo adecuado no presente patología agregada que comprometa más su estado de adaptación física, ambiental y orgánica. Se realizó un estudio retrospectivo en recién nacidos de 28 a 36 semanas de gestación ingresados en el Hospital de Ginecoobstetricia de Santa Ana Chiahutempan Tlaxcala entre 1988 y 1989, con el objetivo de obtener datos sobre la importancia que tiene la alimentación por sonda orogástrica en el manejo del recién nacido prematuro con el fin de lograr un incremento ponderal satisfactorio. Factores como grado de prematurez, peso, morbilidad neo natal y crecimiento postnatal inmediato son importantes en el pronóstico a largo plazo. Los esfuerzos deben concentrarse en los primeros meses, iniciando con un buen sistema de apoyo nutricional intrahospitalario y posteriormente con evoluciones del estado nutricional y antropométrico adecuadas, para su tratamiento correspondiente. Para egresar a un recién nacido prematuro debe haber mejoría en su mecanismo succión-deglución, peso superior a 1 800 gr. adecuado control térmico y ausencia de patología. Valdivia Gallardo, Antonio.