juris 3510

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JURISPRUDENCIA
Concursos y quiebras. Jornada de trabajo. Horas extra. Choferes de taxi. Trabajo extraordinario.
Exclusión. Retribución sobre un porcentaje de la reducción. Bazán Angel Gabriel c/Acosta Raúl
Gerardo s/despido, C.N.A.T., Sala VII, 18/12/07.
En la ciudad de Buenos Aires, a los 18 días del mes de diciembre de 2007, para dictar sentencia en los autos:
Bazán Angel Gabriel c/Acosta Raúl Gerardo s/despido se procede a votar en el siguiente orden:
El Dr Néstor Miguel Rodríguez Brunengo dijo:
I. La sentencia de primera instancia que rechazó en lo substancial el reclamo articulado tendiente al cobro de
las indemnizaciones por el despido del caso es apelada por la parte actora.
II. Se agravia porque la “a quo” consideró injustificado el despido indirecto en que se situara el 9/10/04
invocando diversos incumplimientos del demandado. Dice, entre otras cosas, que estaría demostrada la falta de
pago del haber del mes de septiembre de 2004 como así también el incorrecto registro de su vínculo laboral y
la realización de horas extras (ver f. 281 y sgtes.).
III. A mi juicio, su memorial recursivo no constituye una crítica eficaz con miras al fin propuesto (art. 116 L.O.).
En efecto, se agravia que no se haya hecho lugar al rubro salario mes de septiembre de 2004 y que, al
contrario de lo decidido su parte habría consignado claramente en la demanda de inicio la modalidad del pago
de la remuneración que el accionante percibía como chofer del taxi del demandado. Con ese fin, ahora aduce
que, la modalidad de pago era “mensual”, que en realidad su salario ascendía a pesos setecientos ($ 700)
habiéndosele registrado sólo una parte de pesos cuatrocientos veintidos ($ 422) percibiendo el resto “en negro”
(sic) y que, al contrario de lo ponderado por la “a quo” la modalidad de pago no era la establecida en el Conv.
Colect. de Trab. 336/01 aplicable a los peones de taxis de la Capital Federal, en tanto, ahora aduce que “ ... se
lo obligaba a entregar la totalidad de la recaudación, abonándole el demandado al suscripto, un haber mensual
(sic), situación que considera acreditada a tenor de los dichos de Moriones (f. 157) e Insúa (f. 157 vta.),
considerando el recurrente que la jueza habría efectuado una parcializada ponderación de los dichos de los
testigos (ver f. 281 y sgtes.).
Pero tal como lo adelantara lo que dice no logra modificar lo ya resuelto en la instancia de grado, por cuanto, el
argumento que ahora exhibe no fue puesto así en el debido conocimiento de la sentenciante dejando incólume
el recurrente que el testigo Insúa (f. 157 vta.) acreditó la modalidad invocada por el demandado, cual lo es la
que rige el Conv. Colect. de Trab. 336/01 que prevé para el peón de taxi la percepción de un porcentual del
treinta por ciento (30%) sobre la recaudación diaria por lo que resulta poco verosímil que Bazán no haya
percibido el salario que pide como además las supuestas horas extras que según dice habría trabajado (arts. 34
inc. 4, 277 del Cód. Procesal, arts. 90 L.O. y 386 del Cód. Procesal).
Desde la perspectiva de enfoque que llega firme, agrego que el convenio aplicable a la actividad del actor
excluye expresamente computar como hora extra la actividad en exceso de la jornada, dada la retribución
pactada sobre un porcentual de la recaudación bruta (v. art. 10 inc. c) del convenio cit.), situación que se
aprecia lógica en tanto el tipo de tareas que despliega un taxista quien se mueve libremente por la ciudad y
puede interrumpir su tarea sin conocimiento ni control de su empleador, no existiendo constancia fehaciente de
los pasajeros que levante, del itinerario de los viajes que realiza, ni de la hora en que recauda cada pago, por lo
que la retribución del trabajo extraordinario sólo podría fundarse en las afirmaciones del propio trabajador (en
igual sentido, C.N.A.T., Sala III “in re” “Espíndola c/Sarkistian”, S.D. 71.469 del 17/5/96, art. 386 del Cód.
Procesal).
Por otro lado, los supuestos “pagos en negro” tampoco se aprecian acreditados, en tanto tal como se puntualiza
en el decisorio los dichos de Moriones (f. 157) pierde la fuerza convictiva que le da el apelante por cuanto basa
la razón de sus dichos en los propios comentarios del actor (arts. 90 y 386 ya cit.).
También destaco que, más allá de las deficiencias del inicio que destacó la jueza con fundamento en el art. 65
L.O., el recurrente deja incólume un punto que sella la suerte de su reclamo, cual lo es la ineficacia de las
intimaciones telegráficas que enviara al demandado, por cuanto carece de asidero jurídico alguno que lo avale
la comunicación telegráfica en la cual pide se le abone las indemnizaciones derivadas por despido cuando
todavía seguía vigente la relación laboral entre las partes no reuniendo los requisitos que prevé el art. 11 Ley
24.013 su intimación –dentro de la misma comunicación– al correcto registro si no denuncia las circunstancias
verídicas que permitan calificar a la inscripción del vínculo laboral como defectuosa y máxime cuando el
apercibimiento es sólo el de instaurar “denuncia por actitud evasiva” (sic) pero sin siquiera reclamar
concretamente las multas que prevé dicho ordenamiento legal; todo lo cual no lo puede enmendar, tal como lo
pide, con los paupérrimos datos que arroja su escrito de inicio como tampoco con la débil argumentación que
exhibe invocando el art. 14 Ley 24.013 si, tal como se puntualizó, su intimación no cumplió con los requisitos
de ley (arts. 116 ya cit., y 386 del Cód. Procesal).
Por otro lado se deja incólume que tanto el informe de la AFIP como el peritaje contable dio noticia cierta de
que el ingreso del actor lo fue en la fecha pretendida –circunstancia además admitida en el pleito por el
demandado– como así también el efectivo ingreso de sus aportes jubilatorios por el período que alegó haber
laborado (art. 116 ya cit., ver fs. 205/232, fs. 240/242, f. 253 pto. 2).
En consecuencia, el recurso es inidóneo con miras al fin que se propuso, sugiero entonces confirmar la
sentencia apelada.
IV. De tener adhesión este voto, las costas de alzada se imponen a la parte actora (art. 68 del Cód. Procesal) y
propicio regular los honorarios de alzada para la representación y patrocinio letrado de la parte actora y los de
la parte demandada en el veinticinco por ciento (25%), respectivamente, de los determinados por la
intervención en la instancia precedente (art. 14 Ley del arancel).
La Dra. Estela Milagros Ferreirós dijo: por compartir sus fundamentos adhiero al voto que antecede.
El Dr Juan Carlos Eugenio Morando: no vota (art. 125 de la Ley 18.345).
A mérito de lo que resulta del precedente acuerdo, el Tribunal
RESUELVE:
1. Confirmar la sentencia apelada.
2. Imponer las costas a la parte actora.
3. Regular los honorarios de la representación y patrocinio letrado de la parte actora y los de la parte
demandada, en el veinticinco por ciento (25%), respectivamente, de los determinados por la intervención en la
instancia precedente.
4. Se hace saber al obligado al pago del honorario de abogados y procuradores que, en caso de corresponder,
deberá adicionar al monto de la regulación el de la contribución prevista en el inc. 2 del art. 62 de la Ley 1.181
de la ciudad autónoma de Buenos Aires, bajo apercibimiento de comunicar a CASSABA (AA. C.S.J.N. 6/05,
punto V, art. 79, Ley 1.181 de la ciudad autónoma de Buenos Aires).
Regístrese, notifíquese y devuélvase.
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