Revista Argentina de Psicología Paranormal LA INVESTIGACION PSIQUICA Y EL ORIGEN DE LA RELIGION* James McClenon, PhD y Jennifer Nooney Resumen.- Una revisión de las principales orientaciones vinculadas con el orígen de la religión revela que las teorías vigentes son inadecuadas. Las ideas actualmente aceptadas no coinciden con la evidencia antropológica, la evolución biológica, y las experiencias de la gente. Se podrían evaluar dos recientes teorías basadas en los procesos evolutivos biológicos, que comparan las experiencias paranormales, religiosas y anómalas, obtenidas de una variedad de culturas. Abstract.- A review of the major orientations regarding the origin of religion reveals that prevalent theories are inadequate. Presently accepted ideas do not coincide with anthropological evidence, biological evolution, or people's reported experience. Two recent theories, based on biological evolutionary processes, could be tested by comparing paranormal, religious, and anomalous experiences gathered from a variety of cultures. Las principales teorías vinculadas con el orígen de la religión son inadecuadas. Las ideas vigentes, pertenecientes a la naturaleza de la religión no coinciden ni con la evidencia antropológica, ni con la evolución biológica, ni con las experiencias religiosas de la gente. Los avances en genética, basados en la comparación entre hermanos gemelos idénticos, indican que el interés religioso, las actitudes y los valores tienen bases genéticas (Waller et al, 1990). Este descubrimiento sugiere que los procesos evolutivos conformaron la religión. Las comparaciones entre las experiencias paranormales, las anómalas y las religiosas obtenidas de una variedad de culturas permitirían la evaluación de las hipótesis derivadas de dos teorías basadas en la evolución. Primeras teorías experimentales de la religión En 1799, Schleiermacher (1996, pp. 24-31) expuso a la creencia religiosa como una institución universal, un sentimiento asociado con el primer instante de la percepción cuando “el sentido y el objeto se hicieron uno, antes que vuelvan a su posición original.” Otto (1931) presentó un modelo alternativo basado en la idea de lo espiritual, una cualidad especial e irreductible que, según Otto, fue la base de las experiencias religiosas. El misterio de la “conciencia de criatura” o “sentimiento de criatura” que debe ser experimentado para poder ser comprendido, refleja un poder abrumador e inexpresable. La evolución biológica tiene poco valor ya que éstas teorías no sugieren que las sensaciones religiosas tengan un valor de supervivencia. Edward Tylor (1958) propuso la teoría según la cual la religión se originó con los sueños, la muerte, las visiones, las apariciones y otras experiencias anómalas. Tales episodios provocaron la aceptación del animismo, la creencia en las almas, la vida después de la muerte y los espíritus con naturaleza penetrante. El orden jerárquico de los espíritus se desarrolló en conceptos que observaban deidades y eventualmente la noción de un solo Dios todopoderoso. Pero la teoría de Tylor ha sido criticada por (1) negar los componentes emocionales de la práctica religiosa, (2) excluir las explicaciones de las religiones no-teístas, y (3) el equívoco de coincidir con los descubrimientos antropológicos, respecto a sociedades no tecnológicas y su evolución cultural (Guthrie, 1993; pp. 23-24; Malinowski, 1965, p. 111) 1 Teorías psicológicas de la religión Un número de teorías psicológicas, llamadas “grupo de ejecución de pedidos” considera a la religión como el emergente de los miedos vinculados con la muerte, necesidades emocionales, y privaciones psicológicas (Guthrie, 1993; p.10). La orientación psicoanalítica de Sigmund Freud estableció este paradigma. Freud (1964:30) argumentaba que “... las ideas religiosas surgieron de la misma necesidad que todos los otros logros de la civilización: la necesidad del hombre de defenderse contra las fuerzas superiores de la naturaleza.” Se hipotetizaba que la religión se había desarrollado como un reflejo de la conexión de un padre biológico con la idea de un padre divino todopoderoso. La idealización de un padre motivó la creencia de un Dios que puede “exorcizar los temores de la naturaleza,… la reconciliación de los hombres con la crueldad del destino, particularmente como se ve con la muerte,… y compensarlos por los sufrimientos y privaciones que una vida civilizada en común les había impuesto.” (Freud, 1964, p. 24). La orientación freudiana considera a las experiencias religiosas como un síntoma del complejo de Edipo, dependencia infantil y neurosis. Malinowsky (1965) dió una explicación más sociológica de la religión, pero construída bajo la noción freudiana de la muerte como la herramienta principal de la creencia religiosa. Freud (1989) discutió la incidencia de un “sentimiento oceánico,” la sensación de ser uno con el universo que disuelve los límites del ego. Observó esta sensación como la recapitulación de la memoria infantil, la sensación de unión que un infante experimenta en el seno de su madre. La mayoría de las escuelas modernas encuentran inadecuadas las orientaciones de Freud. Su teoría no coincide con la evidencia antropológica. No hay evidencia alguna de que las experiencias anómalas o místicas estén relacionadas con psicopatología; algunas religiones no reflejan una proyección parental (Argyle and Beit-Hallahmi 1975, p. 185; Greely 1975; Guthrie 1993, p. 14; Hay y Morisy, 1978). El análisis de las experiencias anómalas y religiosas han presenciado las teorías de Freud. Muchas formas de experiencias anómalas, como las apariciones, no alivian directamente el miedo a la muerte; en cambio, producen aprehensión (McClenon, 1994). La religión, en general, sigue el mismo patrón: reduce y estimula la ansiedad observando intereses. Teorías sociológicas de la religión Emile Durkheim (1995) consideraba a la religión como la satisfacción de una función necesaria que contribuye a la cohesión social. Durkheim creía que la religión se había originado a través de individuos que atribuían las sensaciones de la interacción de grupo a fuerzas invisibles y místicas. También propuso la teoría según la cual la forma más elemental de creencia religiosa estaba basada en el tótem, símbolo de un dios pero también de un clan, ya que el tótem simbolizaba tanto al dios como al clan. Durkheim (1995, p. 208) concluyó que, para el grupo, Dios y sociedad eran uno, y consideraba que todas las sociedades hacían distintas demarcaciones entre lo sagrado y lo profano, paralelo al concenso de una sociedad en un objeto que era bueno o malo (Durkheim 1995, p. 214). Argumentó que la sociedad tiene “todo lo necesario para que aflore la sensación de lo divino” ya que el pensamiento religioso no es el reflejo de deidades, sino de relaciones sociales humanas (Durkheim, 1995, p. 208). Los sociólogos de la religión han seguido el camino de Durkheim explicando las funciones de la religión en términos de la habilidad de la religión por proveer la legitimación de los arreglos sociales. Las instituciones religiosas están pensadas para soportar valores que la sociedad consideran importantes y que deben ser incorporadas por sus miembros (Wallace, 1966, p. 25). La orientación funcional de Durkheim se ha convertido de alguna manera en una religión científica. Su teoría es muy popular a pesar que sus críticos sostienen que (1) el totemismo no es universal en sociedades cazadoras y recolectoras, (2) la religión puede ser tan extremadamente disfuncional como funcional, (3) no existe evidencia empírica actual que indique de que manera la religión unifica una sociedad, (4) la religión y la moral no siempre están conectados, como dice la 2 teoría de Durkheim, (5) algunas religiones no distinguen entre lo sagrado y lo profano, (6) las instituciones políticas, económicas y culturales proveen medios alternativos de cumplimiento de funciones sociales haciendo innecesaria la religión, (7) Durkheim considera a la religión como la satisfacción de necesidades que no tienen nada que ver con las necesidades individuales, (8) las experiencias anómalas y religiosas ocurren más frecuentemente durante la soledad que en grupos, como la teoría de Durkheim predice (Argyle y Beit-Hallahmi, 1975, p. 111; Goldenweiser, 1965, p. 72; Guthrie, 1993; Hay y Morisy 1978). Aunque muchas escuelas suponen que el modelo de Durkheim es evolutivo, sus formulaciones no coinciden con la teoría biológico-evolutiva. La selección natural a nivel de grupo ocurre solamente en circunstancias inusuales, un proceso que los teorizadores seguidores de Durkheim asumen como tal (Trivers, 1985; Wilson y Sober, 1994). Teorías recientes de la religión: El antropomorfismo Guthrie (1993) argumenta que la religión se originó con el antropomorfismo, la atribución de características humanas a los dioses, espectros, animales u objetos inanimados. Argumenta que la selección natural induce a los humanos al error en favor de procesos antropomórficos ya que la identificación de la vida y otros humanos dentro de estructuras naturales es extremadamente importante y la falsa identificación conlleva algunos castigos. El antropomorfismo es una tendencia natural ya que “ofrece la máxima coherencia intelectual posible” (Guthrie, 1993, p. 89). Guthrie indica que los hombres ven formas cuasi-humanas en todo, proporcionando evidencia que ni aún los filósofos e incluso los científicos quedan inmunes a su efecto. Argumenta que aquellos sistemas que no reflejen procesos antropológicos tales como algunas formas de budismo, son sistemas “éticos, filosóficos, psicológicos, pero no religiosos.” (Guthrie 1993, p. 7) La teoría de Guthrie puede ser evaluada empíricamente. Si este autor está en lo correcto, cualquier conjunto de experiencias anómalas reflejarían procesos antropomórficos. Encontramos muchos ejemplos de esto, como gente que ve rostros en las nubes u oyen voces en el viento, ya que podrían ser asumidos como un constructo de la percepción cuasi-humana de la ambigüedad. Lamentablemente, las publicaciones de estas experiencias no reflejan este proceso (McClenon, 1984; Rhine, 1981; Virtanen, 1990). Recientes teorías experienciales de la religión Hufforf (1982, p. 14) caracterizó a la más vigente teoría psicológica y sociológica de la religión como “teorías de tipo cultural” que ven a las experiencias religiosas como “productos ficticios de la tradición o experiencias subjetivas imaginarias modeladas por la tradición.” Por el contrario, su teoría experiencial sostiene que algunos elementos dentro de ciertas experiencias anómalas son universales, por ejemplo, independientes de la cultura (Hufford, 1982, p. 15). McClenon (1984) ha ampliado el campo de la teoría experiencial. A través de muestras de estudiantes en varias culturas de China, Japón y Estados Unidos, así como también de científicos americanos pertenecientes a una élite, se determinó el predominio de las experiencias anómalas de cada grupo. Mientras que los estudiantes chinos mostraron el mayor porcentaje de experiencias anómalas, los científicos americanos y los estudiantes japoneses mostraron los porcentajes más bajos (McClenon, 1984, p. 26). También se observó la existencia de elementos comunes en los primeros acontecimientos de un tipo específico de experiencia. Por ejemplo, todos los grupos estudiados mostraron formas similares en la manifestación de su percepción extrasensorial (McClenon, 1984, p. 47): Estudiante afroamericano: “Un día recibí un llamado a las 5:00 de la mañana informándome de la muerte de mi abuelo. Yo sabía la información que iba a recibir antes del llamado. Pude sentir que algo estaba mal”. 3 Estudiante caucásico-americano: “Algunas veces pude decir cuando las cosas andan mal sin siquiera tener contacto directo con ellos. Cada vez que tengo esta sensación llamo a casa y mi madre me informa que algo ha pasado, como ser el fallecimiento de mi abuelo, cuando mi hermano se peleó definitivamente con su novia de años y cuando mi padre estuvo muy enfermo”. Estudiante chino: “Durante mis estudios en la universidad, estoy muy lejos de mi familia y aquí no tengo parientes. Pero a veces tengo premoniciones de que algo malo ha pasado en mi familia. Me siento muy mal y trato de volver a casa. Y cuando estoy ahí me encuentro con que mis padres han estado muy enfermos o que algo malo les ha pasado”. Estudiante japonés: “Cuando estaba en casa, unos 30 segundos nates de que sonara el teléfono, sabía que iba a sonar y quién era el que llamaba”. Científico americano: “Recientemente, durante la cena (a las 7:30 de la tarde), supe que un amigo enfermo de mis amigos, a quien conocía muy poco, había muerto. Dos días después supimos que había muerto la misma noche cuando tuve esa sensación”. McClenon (1984) encontró equivalencias similares con relación a apariciones, sueños premonitorios, experiencias extracorporales, parálisis durante el sueño, y contactos con la muerte. En un artículo reciente, McClenon (1997) esbozó un argumento referente al origen de la religión. La evidencia indica que los rituales shamánicos aportan beneficios terapéuticos parciales a través de la sugestión hipnótica. Se ha descubierto que la hipnotizabilidad tiene base genética (Morgan, 1973). La antropología indica que los rituales shamánicos que han sido practicados durante suficiente tiempo (aproximadamente 30.000 años) tienen un impacto significativo en la frecuencia de los genotipos de hipnotizabilidad. Ya que muchos estudiantes mostraron una correlación moderada entre hipnotizabilidad y las experiencias anómalas que afectan la creencia religiosa, se supone que las tradiciones religiosas se desarrollan con un aumento de la hipnotizabilidad. Puesto que los humanos tienen la capacidad de disociarse y estar hipnotizados, también experimentan apariciones, percepciones extrasensoriales y otras formas de experiencias anómalas que aportaron los cimientos para la ideología religiosa. Las características universales dentro de las creencias populares (la aceptación de espíritus, el alma, la vida y la muerte, y las capacidades humanas anómalas) coinciden con las creencias aportadas por experiencias inusuales (apariciones, sueños premonitorios, despertar de la ESP, experiencias extracorporales, parálisis durante el sueño, y contacto con la muerte). Direcciones de la investigación futura Tanto los modelos de Guthrie y McClenon se pueden evaluar a través del análisis de los primeros acontecimientos de las experiencias anómalas halladas en diferentes culturas. La teoría de Guthrie (1993, p. 62) predice que un alto porcentaje de narraciones folklóricas muestran a los experimentadores “atribuyen características humanas a lo no humano.” Los experimentadores dicen oír voces o susurros en el viento, figuras en la niebla vestidas como humanas u otros eventos que sugirieren procesos antropomórficos. La teoría de McClenon (1997) argumenta que hay factores psicológicos que contribuyen a las características universales en las experiencias anómalas configurados por una selección genética debido a antiguos rituales terapéuticos. Algunas investigaciones previas encontraron patrones en los estudios de percepción extrasensorial que sugieren que tales factores psicológicos existen (Rhine, 1981; Schouten, 1979, 1981, 1982; Virtanen, 1990). Basadas en un grupo de referencias anómalas reunidas en Gran Bretaña, USA, Alemania y Finlandia, se han enunciado las siguientes relaciones dentro de un grupo de acontecimientos de percepción extrasensorial: 4 1. La mayoría de las percepciones extrasensoriales incluyen a miembros cercanos de la familia. La amplitud de los porcentajes en la literatura que incluyen miembros cercanos a la familia es de 51,6% a 65,4% (Rhine, 1981; Schouten, 1979, 1981, 1982; Virtanen, 1990). 2. Un alto porcentaje de percepciones extrasensoriales están en relación con la muerte. La amplitud de los porcentajes en la literatura es de 37,3% a 66,7% (Rhine, 1981; Schouten, 1979, 1981, 1982; Virtanen, 1990). 3. Los estudios indican que este tipo de experiencia (sueño, visión o intuición) está asociada con si la experiencia es telepática o precognitiva. Los sueños son, con frecuencia, más premonitorios (Rhine; 1954, 1981; Schouten, 1982, pp. 149-150; Virtanen, 1990, p. 143). 4. El “tipo de experiencia” está asociado con el grado de “convicción.” Las intuiciones conducen a una mayor convicción como queda demostrado por la toma de acción individual que hacen los sueños o las visiones (Rhine, 1981; Schouten, 1979, pp. 437-438, 1982, p. 147; Virtanen, 1990, p. 132-136). 5. El “tipo de experiencia” está asociado con la “integridad de la información” (número de detalles, personas que identifican el evento). Los sueños premonitorios aportan detalles más frecuentemente que otras formas de experiencia (Rhine, 1981, pp. 130-132; Schouten, 1979, p. 441, 1981, p. 42, 1982, p. 147). 6. La “seriedad del evento” (que involucra o no a la muerte) está asociado con la integridad de la información (detalles y eventos identificados). Los eventos que involucran a la muerte incluyen menos detalles (Schouten, 1979, p. 441, 1981, p. 42, 1892, p. 147). 7. La convicción está asociada con la integridad de los detalles. Irónicamente, cuanto más detalle, menos convicción (Schouten, 1981, p. 42, 1982, p. 147). Los investigadores pueden pedirles a us estudiantes que recojan narraciones, administren muestras al azar para reunir acontecimientos, o solicitar experiencias a través de los medios masivos (revistas, TV, radio, etc.). Los autores ayudarán a todo aquel que quiera diseñar un estudio para evaluar estas hipótesis. Un análisis de las experiencias en América Latina será particularmente valorado. Conclusión Las teorías aceptadas en torno al orígen de la religión no coinciden con la observación antropológica, la teoría evolutiva, u otras formas de experiencias anómalas de la gente. Se podrían evaluar las últimas teorías evolutivas a través del análisis de una colección de fenómenos religiosos y reportes anómalos para determinar en que grado reflejan las bases psicológicas, contribuyendo a uniformizar estas características transculturales. James McClenon, Ph.D. Jennifer Nooney Departamento de Ciencias Sociales Elizabeth City State University Elizabeth City, North Caroline 27909 USA REFERENCIAS 5 Argyle, M. & Beit-Hallahmi, B. (1975). The social psychology of Religion. Routledge and Keagan Paul: London. Durkheim, E. (1995). The Elementary Forms of the Religious Life. [traducido por K. Fields]. New York: The Free Press. [Publicado originalmente en 1912 como Les Formes Elementaires de la Vie Religieuse]. Freud, S. (1964). The Future of an Illusion. Garden City: Anchor Books. [Publicado originalmente en 1927]. Freud, S. (1989). Civilization and its Discontents. [J. Strachey, Ed.] New York: W.W. Norton. Goldenweiser, A. (1965). Religion and Society: A Critique of Emile Durkheim's Theory of the Origin and Nature of Religion. En W.Lessa & E.Wogt (Eds.), Reader in Comparative Religion (pp. 204-216). New York: Harper and Row. [2da. Edición]. Greeley, A. (1975). Sociology of the Paranormal: A Reconnaissance. 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