Turismo basado en la comunidad y en pequeñas empresas, o

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Turismo basado en la comunidad y en pequeñas empresas, o
turismo masivo: ¿Qué tipo de turismo necesitan los países
en desarrollo?
Prólogo
Imaginémonos por un momento que la ayuda al desarrollo descubre a la industria automovilística como
uno de los agentes más importantes para reducir la pobreza y potenciar el crecimiento sostenible en los
países en desarrollo. Con vistas a establecer la estrategia y elegir a los posibles socios se reúne una comisión
de alto nivel muy experimentada en cuestiones de política de desarrollo. Resultado: el socio ideal sería el
pequeño taller automovilístico local, dotado de una plantilla de personal equilibrada desde el punto de
vista cultural y de género, que utiliza energías renovables para operar su negocio, se sirve únicamente de
materiales reciclables, cuenta con un certificado de sostenibilidad ampliamente reconocido y, a ser posible,
ha obtenido al menos un premio To-Drive.
Todos los demás fabricantes de automóviles quedarían descartados como posibles socios ante los enormes
obstáculos que suponen los criterios de selección en política de desarrollo. Siguiendo esta lógica, lo ideal
sería que en un futuro todos los automóviles se fabricaran única y exclusivamente en estos pequeños
establecimientos modélicos; de ese modo, las grandes fábricas desaparecerían, el Tercer Mundo entraría
por sí mismo en una dinámica de desarrollo sostenible y quedarían erradicadas las fatales consecuencias de
la producción industrial en masa.
Todo ello suena absurdo y producto de la imaginación. Sin embargo, en el ámbito del turismo se actúa de
forma parecida tendiendo a limitar extremadamente unas iniciativas para la promoción del turismo
dignas desde el punto de vista de la política de desarrollo cuando las críticas habituales al turismo de
masas se traducen en una estrategia positiva para la cooperación con la industria. Pero, ¿pueden las
pequeñas empresas turísticas e iniciativas de turismo basado en la comunidad (Community-Based Tourism,
CBT) elegidas como únicos socios aceptables cumplir realmente esas altas expectativas en cuanto a efectos
sobre el desarrollo sostenible? Y, sobre todo, ¿contribuyen mejor o en mayor medida a reducir la pobreza y
a conservar el medio ambiente y el patrimonio cultural que, por ejemplo, un gran hotel de playa bien
gestionado, cuya oferta se vende esencialmente como paquete "todo incluido" a través de operadores
turísticos?
Muchas exigencias, poco dinero: la economía del turismo basado en la comunidad
Una oferta típica de CBT suele incluir la posibilidad de "convivir entre iguales", 2 pernoctaciones en
alojamiento rural sencillo, representaciones culturales, un pequeño recorrido por el entorno natural y una
comida típica del lugar. Por una jornada de estas características, incluida la pernoctación, el operador suele
pagar, en el marco de excursiones o paquetes "todo incluido", una media de 40 dólares americanos por
visitante. En la mayoría de los casos, la oferta se comercializa a través de un operador turístico local o
nacional, que la incorpora en calidad de "Incoming Operator" en los circuitos de operadores alternativos.
Si una oferta CBT de estas características se vende bien, acuden 6 veces al año grupos de 6 a 10 personas, lo
que genera unos ingresos brutos de 2.880 a 4.800 dólares americanos. Restando los costes de
establecimiento y mantenimiento de estos productos CBT (sin contar el asesoramiento y la venta) quedan
unos ingresos netos de aprox. 1.500 a 3.000 dólares. Si además se ha de imprimir un folleto publicitario o
visitar una feria, los gastos exceden ya estos modestos ingresos, por no hablar de los costos de
asesoramiento cuando uno de los muchos expertos internacionales en CBT presta su asistencia a la
comunidad durante un par de meses.
Las masas hacen sonar la caja registradora: la economía del turismo "todo incluido"
Los primeros estudios mundiales sobre flujos de fondos procedentes de y destinados a complejos hoteleros
"todo incluido" fueron llevados a cabo en 2003 por la GTZ en 4 instalaciones hoteleras de la República
1
Dominicana, y repetidos en el año 2006. Para ello no sólo se examinaron y registraron los principales datos
financieros (a partir de sus documentos originales), sino que además se realizaron entrevistas al azar a un
total de 100 empleados de diferentes departamentos y niveles jerárquicos. Asimismo se consultó a una serie
de proveedores seleccionados de Santo Domingo e Higüey sobre la procedencia de los productos agrarios.
A continuación se muestra un resumen de los resultados (correspondientes al año 2005) de un
establecimiento de 4 estrellas con 532 habitaciones:
Datos financieros de un complejo hotelero de 4 estrellas "todo incluido " en la República Dominicana
Número de habitaciones
532
Superficie total
7,9 hectáreas
Empleados fijos
509
Índice de ocupación en 2005
70% (260.000 pernoctaciones)
Gastos 2005
Por pernoctac.
Costos operativos (energía, agua/aguas residuales, basura)
1.504.260 US$
5,8 US$
Costos de personal (salarios incl. propinas obligatorias,
transporte, comida, capacitación)
2.695.786 US$
10,4 US$
Bienes adquiridos (Food + Non-Food) + servicios
(mantenimiento/reparación, servicio de seguridad)
2.921.503 US$
(de ellos, 1.950.104 US$ en
productos agrarios)
11,2 US$
Volumen de compras, gastos y procedencia de los productos agrarios de un hotel "todo incluido " en la República
Dominicana
Producto
Cantidad/mes
Gastos anuales
Procedencia
Porcentaje
nacional/local
Pescado y marisco
7.000 kg
446.889 US$
(50% pescado,
50% marisco)
Pescado: 70% de
importación
Marisco: 100% local
290.478 US$
Carne y embutidos
18.000 kg
649.233 US$
90% nacional/local
584.310 US$
Arroz
36.790 US$
80% nacional
29.432 US$
Papas
17.373 US$
100% de importación
0
Frutas y verduras
55.000 kg
333.273 US$
100% nacional/local
333.273 US$
Bebidas sin alcohol
6.000 l
86.564 US$
80% nacional
69.251 US$
Bebidas
alcohólicas
4.000 l
201.984 US$
80% nacional
161.587 US$
164.112 US$
70% de importación
49.234 US$
13.886 US$
100% nacional
13.886 US$
1.950.104 US$
al año
de ellos, procedentes de
la Rep. Dom.
1.531.451 US$
(= 78,5%)
Conservas
Café
Suma gastos
productos agrarios
500 kg
Al menos el 50% de los gastos salariales corresponde a los trabajos más sencillos, es decir, a empleados de
procedencia más desfavorecida económicamente. Así pues, este complejo hotelero "todo incluido"
contribuye cada año con un mínimo de 1,35 millones de dólares a la reducción de la pobreza, contando
sólo los salarios de sus empleados, además de extras. Las compras de productos agrarios se realizan
mayoritariamente a través de intermediarios que cubren la demanda a partir de todas las fuentes
disponibles en el país. Dado que al menos un 40% de la producción agraria relevante para este uso procede
2
de pequeños campesinos o establecimientos agrícolas medianos, así como cooperativas, se puede deducir
que, por esta vía, otros 600.000-650.000 dólares por año repercuten en una disminución de los niveles de
pobreza. De todo ello resulta que la suma total correspondiente a la creación de valor con efecto sobre la
pobreza de un complejo hotelero "todo incluido"promedio en la República Dominicana asciende a unos 2
millones de dólares, sin contar los gastos adicionales de los clientes en concepto de excursiones, souvenirs
y propinas voluntarias. Y no hay que olvidar que en ese país existen actualmente unos 100 establecimientos
"todo incluido " que arrojan cifras similares.
Pequeño no es siempre sinónimo de selecto: el dilema de los pequeños empresarios con la
sostenibilidad
La promoción de pequeñas y medianas empresas turísticas (PYME) es el segundo argumento que invocan
quienes rechazan el turismo de masas y los grandes hoteles. Pero, si se mira con detenimiento, aquéllas
tienen aún mayores dificultades para cumplir las exigencias más básicas en cuanto a compatibilidad
medioambiental y social. Según un estudio de la GTZ, los camareros y las camareras de habitación de los
pequeños hoteles y restaurantes de la población nicaragüense de Montelimar ganan sólo 60 dólares
mensuales, es decir, la mitad que sus colegas del complejo hotelero "todo incluido" situado en las
proximidades, y además no disfrutan de transporte gratuito ni de alojamiento en caso necesario. Los
pequeños hoteles y restaurantes están mucho más lejos de ofrecer una remuneración y unas condiciones
laborales equitativas que sus competidores de mayor tamaño.
Lo mismo se puede decir de la gestión medioambiental en las PYME. 500 habitaciones junto a una playa
repartidas entre 25 pequeños hoteles son 25 lugares en los que se tala y construye, se crean accesos, 25
puntos a los que hay que llevar electricidad y agua, 25 sitios en los que hay que eliminar desechos y aguas
residuales, etc. Y, por regla general, tales proyectos de construcción menores ni siquiera deben someterse a
una evaluación de impacto ambiental. Por el contrario, la construcción de un complejo hotelero de 500
habitaciones tiene un impacto mucho menor sobre el entorno, y las posibilidades de influir externamente
sobre el equipamiento técnico en todos los ámbitos relevantes desde el punto de vista medioambiental son
mucho mayores.
Sin embargo, en comparación con el turismo basado en la comunidad, las PYME turísticas contribuyen
considerablemente más a impulsar la economía local y a reducir la pobreza. Así, por ejemplo, cada uno de
los 9 hoteles y restaurantes analizados en Nicaragua destina una media de 22.600 dólares a la compra de
productos agrarios y de otra índole, y 5.200 dólares al pago de salarios para sus empleados.
Empleo y cadenas de suministro: cómo los municipios pobres se benefician del turismo de
masas
Con que sólo un/a joven del municipio con oferta de turismo basado en la comunidad encuentre trabajo
como camarero o camarera de habitación en el complejo hotelero "todo incluido" u hotel de congresos más
cercano, esto se traduce, según el país y la categoría del establecimiento, en unos ingresos netos que van
desde 1.500 dólares (Nicaragua, cadena hotelera española de 4****) hasta 6.000 dólares (Jamaica, complejo
hotelero local "ultra todo incluido" de 5*****). Del mismo modo, con que sólo 5 pescadores o 5 campesinos
vendan a este hotel su captura o sus hortalizas por 100 dólares/mes, resultan unos ingresos anuales de
6.000 dólares; y ello sin laboriosos procesos de asesoramiento o comercialización en ultramar, ni terceras
personas que interfieran en la vida del pueblo, y además los beneficios se obtienen con las artes que mejor
dominan los lugareños: la agricultura y la pesca.
Según los estudios de la GTZ1, los sueldos mínimos mensuales de los grupos salariales más bajos
(camareros, camareras de habitación) en complejos hoteleros "todo incluido" son:
1 Estas cifras se basan en las informaciones y documentos del departamento de personal de los hoteles consultados directamente y en
las entrevistas al azar realizadas a hasta un 10% de los empleados de todos los departamentos y distintas categorías jerárquicas.
3
Salario mínimo
mensual en el sector
turístico (en US$)
Salario de los
empleados de bajo
nivel en un complejo
hotelero "todo
incluido"/ (US$)*
Salario más
prestaciones
adicionales/ (US$)**
Salario incl.
prestaciones
adicionales ./. salario
mínimo
Nicaragua
88 (2002)
114
182
2,1: 1
Rep. Dom.
110 (2003)
182
272
2,5 : 1
Jamaica
139
456
656
4,7 : 1
* Salario base + Seg. Social + comisión sobre la facturación (Jamaica) y/o cantidad fija establecida legalmente en concepto de propinas (Rep. Dom.)
** Transporte gratuito al puesto de trabajo, alojamiento gratuito, comidas durante la jornada laboral
"Todo incluido" frente al sistema basado en la comunidad y PYME: ¿cuál de ellos permite
saciar el hambre de los pobres?
Como explicábamos más arriba, un complejo hotelero "todo incluido" de 400 a 500 habitaciones en la
República Dominicana genera un valor relevante para la pobreza de 2 millones de dólares al año, como
mínimo.
Una oferta turística rural promedio genera al año 3.000 dólares para el municipio y la economía local. Para
alcanzar con proyectos de CBT la misma creación de valor con el mismo efecto sobre la pobreza que un
complejo hotelero "todo incluido", deberían existir por lo menos 666 productos CBT de ese tipo. O la cifra
de visitantes tendría que multiplicarse por 400, lo que a su vez plantearía una seria amenaza para la
integridad social y cultural del municipio.
De los gastos medios citados anteriormente en concepto de compras y salarios (por un valor total de 28.000
dólares/año) de un pequeño establecimiento turístico en Nicaragua, se estima que un gran porcentaje
(aprox. un 50-60% ó 14.000-17.000 dólares) corresponde a creación de valor con repercusión sobre la
pobreza. En la República Dominicana, con unos salarios y precios algo más altos, esta creación de valor se
sitúa un 50% por encima y puede alcanzar, según PYME, 25.000 dólares/año. No obstante, se requiere un
mínimo de 80 pequeñas empresas turísiticas de ese tipo para llegar a unos niveles similares a los de un
complejo hotelero "todo incluido" promedio en términos de reducción de la pobreza.
No sólo es cuestión de dinero: ¿qué más aporta el turismo basado en la comunidad?
La comparación anterior no es aceptada por los críticos del turismo de masas, que la consideran una
"simplificación de economistas". Según dichos críticos, el turismo y el desarrollo sostenible implican
mucho más que únicamente una posibilidad de saciar el hambre de los pobres. En este contexto se suele
aludir a conceptos como "intercambio cultural", "convivencia entre iguales", participación, respeto, etc.
Sin embargo, la experiencia ha demostrado que no se pueden satisfacer estas elevadas exigencias si se
carece de la base material adecuada, es decir, si las visitas al pueblo, la participación y la convivencia entre
iguales no dejan suficiente dinero. Por otro lado, es una quimera pensar que para cumplir tales exigencias
hay que dejar que los forasteros invadan el pueblo y se metan hasta en la sopa de los indígenas. Un
encuentro e intercambio cultural fructífero y equitativo puede desarrollarse en un lugar de intercambio
cultural perfectamente organizado junto al complejo hotelero "todo incluido", o incluso se puede integrar
en un innovador concepto "cultura todo incluido", sin alterar en absoluto el día a día de la comunidad.
Aunar fuerzas es más rentable: cómo el turismo de masas deja dinero en los pueblos.
Cada vez abundan más los ejemplos que demuestran que el turismo de masas no tiene por qué ser
incompatible con los pequeños y medianos establecimientos turísticos ni con el concepto de turismo
basado en la comunidad, sino que la interacción de todos ellos puede contribuir incluso en mayor medida
al desarrollo sostenible y a la reducción de la pobreza.
4
Indígenas que se hacen ricos alquilando islas: el ejemplo de las Islas Fiyi
En las Islas Fiyi, la mayor parte del terreno está sujeta a la ley de propiedad colectiva de las comunidades
autóctonas fiyianas. Para evitar que ello obstaculice las inversiones de los hoteles extranjeros, la fórmula
más extendida es la creación de una especie de joint venture a la que los nativos aportan su tierra,
obteniendo a cambio una participación en la empresa y en sus beneficios o bien un canon de
arrendamiento. En los últimos años Fiyi se ha convertido en un destino turístico de lujo, por lo que muchos
municipios se han enriquecido sin ni siquiera ver a un solo turista.
Cuando los indios se venden: gran negocio en un pequeño pueblo de Panamá
Los emberá, pueblo indígena que habitaba tradicionalmente la selva virgen panameña de la provincia de
Darién (en la frontera con Colombia), se vieron obligados a abandonar su territorio debido a las incursiones
armadas de la guerrilla y de los traficantes de droga colombianos. Se asentaron en una de las zonas de
bosque húmedo que se conservan prácticamente en estado natural en la cuenca del Canal de Panamá
situada junto a un afluente del Lago Alajuela. Los emberá no tardaron en adaptarse a su nuevo hábitat, y
vivían principalmente de la caza, la pesca y de los ingresos que les reportaba la venta de pescado y de
piezas de caza.
Pero, con el endurecimiento de las normas medioambientales para la protección de la fauna salvaje y
acuática, los emberá sólo podían cazar y pescar para su propio consumo y no les estaba permitido vender
los excedentes. En busca de una nueva fuente de ingresos, los emberá descubrieron el turismo. Una ONG
les asesoró y acompañó desde el principio en esta nueva actividad.
Tras sólo dos años, esta iniciativa es ya un éxito económico total: casi a diario llegan al poblado EmberáDrua 1-2 barcos con hasta 50 turistas. La comunidad rural percibe por cada visitante una media de 35
dólares, es decir, 1.750 dólares al día, lo que se traduce en unos ingresos mensuales de 35.000 dólares. La
población y la ONG organizan actividades diversas, que van desde bailes tradicionales hasta pinturas
corporales, pasando por recorridos en barca, excursiones a la jungla o venta de artesanía. De este modo
queda garantizado que todas y cada una de las 30 familias recibe un porcentaje similar de los ingresos
procedentes del turismo.
Cada vez son más los turistas de cruceros con escala en Colón, al otro lado del Canal de Panamá, que
contratan esta excursión a Emberá-Drua. Para acortar el camino, los emberá han recreado un poblado
artificial en una isla cercana a Colón, gestionado por ellos mismos en turnos semanales. De este modo se
pretende reducir la afluencia de visitantes a Emberá Drua y limitar las consecuencias sociales y culturales
que tendría la presencia prácticamente continuada de turistas en el poblado.
La lista de ejemplos sería interminable. Desde Sri Lanka hasta Sudáfrica, pasando por Jamaica o Tobago: en
todas partes se impone la convicción de que precisamente la coexistencia de diferentes ofertas, desde la
más masiva hasta la más selecta, desde las vacaciones de sol y playa "todo incluido" hasta el turismo basado
en la comunidad, constituye el modelo más sostenible de desarrollo turístico. Esto es aplicable en especial a
los países en desarrollo más pobres, que apenas cuentan con otras posibilidades de desarrollo económico.
Pero aunque existan alternativas como la agricultura o la minería, la industria textil o de la construcción,
en todos los países2 surge la cuestión de fondo:
2
Esto es válido especialmente para los países en desarrollo que apenas disponen de reservas naturales o industria
5
¿En qué sector se requieren menos recursos para contribuir al máximo posible al desarrollo
económico, a la redistribución de la riqueza y a la reducción de la pobreza?
Y la respuesta es, sin duda, la hostelería: una facturación de 1 millón de euros genera en las 5 principales
cadenas hoteleras (Marriott, Starwood, Hilton & Co.) entre 14 y 29 puestos de trabajo, mientras que en
todos los demás sectores sólo se da una media de 2-6 empleos por millón de euros de facturación. Para esta
creación de valor se requieren, por regla general, recursos considerablemente más inferiores que en otros
ramos: un complejo hotelero "todo incluido" de la República Dominicana o Jamaica genera, por hectárea
de superficie utilizada, entre 300.000 y 500.000 dólares sólo en concepto de salarios pagados, es decir, varias
veces más que la mayoría de los sectores restantes. No obstante, los estudios para encontrar respuesta a la
pregunta anterior se encuentran todavía en una fase muy temprana.
Si, por el contrario, tuviéramos que proceder según los criterios del turismo de masas, ningún barco de
crucero atracaría en Panamá ni se construiría ningún hotel en una isla desierta de las Fiyi. Los indígenas no
se verían expuestos a las molestias del turismo, pero tampoco se beneficiarían de sus importantes ingresos
(excepto lo poco que dejaran los visitantes esporádicos que envían los operadores turísticos alternativos).
No obstante, estas situaciones en las que todas las partes salen ganando (win-win) no surgen
automáticamente ni se dan en todos los casos. Se requieren unas condiciones marco idóneas y una
estrategia de desarrollo turístico adecuada, en la que las voces críticas dejen de atrincherarse en su rechazo
total a las grandes inversiones turísticas y en la que también los donantes y las organizaciones de desarrollo
abandonen sus reticencias frente a la integración del turismo de masas. De lo contrario, se corre el riesgo de
que se produzcan situaciones como la que se está dando actualmente en Nicaragua:
En lugar de hoteles de playa que ayuden a paliar la pobreza se están construyendo en la costa del Pacífico
2.000 residencias privadas para nativos adinerados y casas de retiro para norteamericanos ricos, con unas
ganancias astronómicas para los especuladores inmobiliarios y unos efectos para la reducción de la pobreza
casi nulos una vez concluida la fase de construcción. Donde se alojan los nicaragüenses acomodados con
sus Jeeps, sus empleados domésticos y su comida comprada en los supermercados de Managua, a la
población local sólo se le ofrecen dos oportunidades como compensación a las playas privadas: un empleo
como vigilante o como jardinero, ambos bastante mal pagados, por cierto.
Autor: Klaus Lengefeld, Sektorvorhaben Nachhaltige Entwicklung durch Tourismus,
Deutsche Gesellschaft für Internationale Zusammenarbeit (GIZ) GmbH.
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