Las insurreciones de 1810 y las experiencias regionales1 Sólo tardaron dos años las ideas autonómicas en volverse independentistas y conseguir un movimiento que buscara la liberación del yugo español. En 1810, un grupo de criollos entre los que destacaron Miguel Hidalgo y Costilla, Ignacio Allende, Juan Aldama y Josefa Ortiz de Domínguez, se reunieron en Querétaro para organizar "tertulias literarias" que en realidad eran reuniones para conspirar contra el gobierno español. El 16 de septiemDre de 1810 el cura Miguel Hidalgo llamó a los campesinos y peones a reunir ---as las armas posibles para luchar contra el gobierno. Para eso utilizó ir, estandarte de la Virgen de Guadalupe, imagen que reunía a todos los sectores de Nueva España. El movimiento de Miguel Hidalgo fue explosivo, y como tal encendió un gran fuego que pronto se apagó; en sólo dos semana llegaron a Guanajuato, después de tomar Celaya y San Miguel el Grande, plaza esta última donde lamentablemente se dio una de las grandes matanzas de la guerra de independencia, pues al no quererse rendir, los españoles y criollos ricos de la ciudad se atrincheraron en la alhóndiga de Granaditas y el ejército de Hidalgo los arrasó. Los seguidores de Hidalgo aumentaban aceleradamente, pues en cada ciudad por la que pasaba se le unía más y más gente humilde. Esta característica ha hecho que muchos historiadores piensen que, a diferencia del resto de los movimientos independentistas de América, la revolución de independencia iniciada por Hidalgo fue un movimiento popular. Las desigualdades e injusticias del régimen colonial fueron las principales causas de que las castas y los indios se unieran a unos líderes criollos. La campaña continuó. El saqueo a las poblaciones, las minas y las haciendas estaba fuera de control. Esto le restó a Hidalgo el apoyo de los criollos acomodados que también querían la independencia pero sin la violencia que explotó por el levantamiento popular. Sin embargo, siguió recibiendo apoyo. José María Morelos y Pavón, otro cura, se unió a Hidalgo y se le encargó la organización insurgente en el sur del país, particularmente la toma de Acapulco, con el objetivo de cortar las provisiones a la Ciudad de México. En menos de un mes Guadalajara cayó bajo el dominio de los insurgentes e Hidalgo, Allende y su ejército se encontraban a las puertas de la Ciudad de México. Todo parecía indicar que la victoria sería rápida. A pesar de tener todas las ventajas para tomar la capital, Hidalgo decidió retirar su ejército y dirigirse a Guadalajara. La razón por la que renunció a tomar la Ciudad de México es algo que jamás podremos saber. Existen muchas posibilidades, como el miedo de Hidalgo de realizar otra matanza semejante a la acaecida en Guanajuato o quedar sitiado en la Ciudad de México por el ejército de Félix María Calleja, general del ejército realista. Éstas son dos de las ideas que más circulan entre los historiadores. ¿Tú qué piensas? El tiempo de las victorias terminó. A partir de ese momento Calleja tomó la ofensiva y comenzó a perseguir al ejercito insurgente. Surgieron divisiones internas e Ignacio Allende, molesto por las decisiones sin estrategia militar del cura Hidalgo, se dirigió a Guanajuato. Además, el ejército estaba conformado por campesinos, artesanos peones que no eran soldados profesionales, por lo que con cada derrota muchos desertaban. El movimiento inicial se desvaneció con la misma rapidez con la que había surgido. 1Sebastián Pla y Susana Sosenski, México en el tiempo. Historia 2, México, Patria, 2008, pp. 125-127 En Guadalajara, después de reuinirse con Allende que había sido derrotado en Guanajuato, Hidalgo organizo un gobierno que abolió la esclavitud, prohibió los estancos y reservó las propiedades comunales al uso exclusivo de los indígenas. El despertador americano fue el periódico a través del cual difundió sus ideas. Calleja y su ejército profesional y disciplinado llegaron a Guadalajara para enfrentar a los rebeldes. Pese a que los insurgentes eran cinco veces más numerosos, los realistas con 15000 hombres los derrotaron. Los líderes insurgentes huyeron al norte con la intención de llegar a Estados Unidos de América, pero pronto fueron aprehendidos. Se les juzgó y fueron condenados a muerte en 1811. Miguel Hidalgo fue un hombre con fuertes convicciones políticas. En cierta medida su pensamiento representa las posiciones políticas que se irían conformando a lo largo del siglo XIX y que estudiaremos en el siguiente bloque. Por un lado, estaba influido por ideas modernas e ilustradas que proponían la libertad de mercado y el derecho de las colonias a gobernarse por sí mismas, pero por otro lado, sostenía que la forma de gobierno debería ser una monarquía y creía que la religión católica debería ser la única permitida en Nueva España. Tradición y modernidad se conjuntaban en el pensamiento de este hombre que dio la vida por la independencia.