MORIR COMO ACTO ESPIRITUAL Kathleen Dowling Singh* Aunque hayamos llenado nuestros años con múltiples distracciones, siempre hemos sabido que la muerte nos espera como final natural del precioso regalo de la vida. La mayoria de nosotros hemos hecho muy poco para prepararnos emocional , psicologicamente y espiritualmente para nuestra propia muerte. El dia que recibimos la noticia de un pronostico terminal entramos en un teritorio completamente desconocido. Ninguno de nosotros quiere morir. Saber que vamos a morir pronto nos lleva a afrontar inexcusablemente todas nuestras dudas, miedos, nuestros profundos apegos y nuestra propia fragilidad y vulnerabildad. La tarea que se presenta ante nosotros, en el momento de una enfermedad terminal, es el reto de encontrar el coraje para afrontar el misterio de la muerte. El reto es el reto de encontrar la fuerza interior que nos permita vivir mientras esperamos la muerte en lugar de ir muriendo mientras todavia estamos vivos. La vida que nos queda demanda una nueva urgencia y una mas profunda y honesta búsqueda de sentido. He estado acompañando centenares de personas en el ultimo perido de la enfermedad y he llegado a comprobar el valor de la práctica espiritual durante este tiempo. Encontrar una forma de oración , de meditación o relajación, puede ayudar a pasar con menos sufrimiento por la brutal tormenta de cambios físicos, emocionales, tal como la concentracion en la respiración ayuda a la embarazada a centrarse durante la turbulencia del parto. Una práctica espiritual ofrece un punto de seguridad en mitad de la niebla de la tristeza de la proximidad de la muerte, la soledad y los frecuentes cambios amenazantes del la evolución del proceso. La práctica espiritual nos ofrece un acceso a nuestro propio coraje, fortaleza y a nuestra innata sabiduría. Para la mayoría de personas , al principo todo será un caos mientras damos vueltas intentando ponernos de acuerdo ( en paz) con el final de nuestra propias vidas. Con una intensidad y una magnitud que no podemos imaginar por adelantado, vamos a examinar lo que fue nuestra vida y lo que nosotros pensabamos que eramos. El proceso de morir nos reblandece, nos hace abrirnos por dentro. Durante el curso de una enfermedad terminal, nuestra experiencia interior empieza a cambiar en su naturaleza. A medida que vamos perdiendo nuestras corazas, podemos empezar a experimentar una capacidad de perdon mas espontánea, una mayor profundidad en nuestro amor y una profunda gratitud por la experiencia de la vida. Morir se muestra como un profundo proceso de transformacion espiritual, en la medida que nos aproximamos a la muerte, nuestra mente empieza a cerrarse mientras se nos va abriendo el corazón. Mientras se instaura vamos descubriendo que morir no es sólo un hecho biologico, sobretodo es un hecho espiritual de enorme importancia. Llega un momento en que nuestra atención comienza a vagar de forma natural y se va desplazando desde las distracciones del exterior ( donde estan los acompañantes y familiares tristes y temerosos) hacia una profunda interioridad, hacia una gran profundidad y una extraordinaria paz que aparece en el centro del ser de cada enfermo. De modo que la mayoria de pacientes con los que he trabajado me han dicho , mas pronto o mas tarde en el proceso de morir todos vamos a encontrar nuestra propia dimension espiritual. Y como cuentan, el gozo y bienestar que experimentan es inefable. * Katlheen Dowling Singh es una psicóloga que ha trabajado en Hospices en USA desde un modelo transpersonal y es autora del libro: "The Grace in Dying: How we are transformed spiritually as we Die". Habitualmente da conferencias sobre la dimension espiritual del morir y es inspiradora del capitulo sobre espiritualidad del Oxford Textbook of Palliative Medicine.