Europa y el plan Colombia: El doble discurso de la UE Author(s): Joaquín Roy Source: Política Exterior, Vol. 15, No. 83 (Sep. - Oct., 2001), pp. 31-34, 37-42 Published by: Estudios de Política Exterior S. A Stable URL: http://www.jstor.org/stable/20645152 . Accessed: 18/09/2014 16:48 Your use of the JSTOR archive indicates your acceptance of the Terms & Conditions of Use, available at . http://www.jstor.org/page/info/about/policies/terms.jsp . JSTOR is a not-for-profit service that helps scholars, researchers, and students discover, use, and build upon a wide range of content in a trusted digital archive. We use information technology and tools to increase productivity and facilitate new forms of scholarship. For more information about JSTOR, please contact [email protected]. . Estudios de Política Exterior S. A is collaborating with JSTOR to digitize, preserve and extend access to Política Exterior. http://www.jstor.org This content downloaded from 163.178.101.228 on Thu, 18 Sep 2014 16:48:10 PM All use subject to JSTOR Terms and Conditions America Latina Europa y el plan Colombia El doble discurso de la UE Joaquin Roy El 30 de abril, Christo pher Patten, comisario euro peo de Relaciones Exteriores, pasado anunci? donantes en Bruselas, ante un grupo de internacionales, que la Union Europea (UE) confirmaba una contribution de 335 millones de euros de paz en Colombia. el presidente An Simultaneamente, para el proceso en Bogota el controvertido que plan Colombia en estaba cubierto el terreno econ?mi co. Adem?s de los 4.000 millones de dres Pastrana declaraba d?lares procedentes del propio pais, la la cifra de oferta europea completaba 3.500 millones de d?lares en fondos procedentes del exterior hasta Uegar a un total de 7.500 millones de d?lares que el resto de los fondos procede de todo el mundo. Un ano antes, Esta dos Unidos habia prometido 1.300 millones de d?lares, 250 millones de los cuales deberian destinarse a pro gramas sociales e institucionales. Es pana lidero la iniciativa comunitaria de esos cien millones de d?lares. Ja p?n donaria setenta millones para proyectos de irrigation, las Naciones 131 millones comprometieron de d?lares de sus programas de pro tection de la infancia, el Fondo Mo Unidas netario International (FMI) y la ban ca mundial proporcionarian otros mil millones, y trescientos millones m?s fueron reservados por el Banco Mun dial, el Banco Interamericano de De Andi necesarios para transformar Colombia -vista como una sociedad en desinte sarrollo (BID) y la Comunidad na de Naciones. graci?n y dominada por la guerrilla y el narcotr?fico- en una s?lida demo Suiza don? quince millones de d?lares y la Casa Bianca prometi? cracia y una robusta economia. En rigor, la UE solamente buia con cien millones contri de d?lares, ya convencer al Congreso para que de a dicara unos millones adicionales con be inmediato proyectos andinos, Internacionales en la Fa Joaquin Roy es catedr?tico Jean Monnet y de Relaeiones cultad de Estudios Internacionales de la Universidad de Miami e investigador senior del Centro Norte-Sur, con sede en la misma universidad. Este trabajo se basa en en en un simposio sobre el Plan Colombia una ponencia presentada organizado Miami, en febrero de 2001, por el Army War College y el Centro Norte-Sur. PoLfTiCAExterior, 83. Septiembre /Octubre 2001 This content downloaded from 163.178.101.228 on Thu, 18 Sep 2014 16:48:10 PM All use subject to JSTOR Terms and Conditions 32 Politica Exterior Incluso Portu neficio para Colombia. a se 300.000 donar comprometio gal Pero d?lares. declaraciones la letra pequena de las oficiales escondia una para y condiciones recibir esa serie de dudas que Colombia pudiera asistencia. Casi de golpe, el pais se habia convertido en un problema internatio por guerrillas, narco tr?fico y paramilitares parecfa conde nado a desintegrarse. Por otra parte, nal. Atenazado las relaciones con Washington al final por la ac de la guerra fria empeoraron titud err?tica de algunos de sus presi dentes. Aunque el vmculo sobrevivi? con Cesar Gaviria, la relation lleg? a convertirse en abierta confrontation con Ernesto Samper, quien, acusado financiacion de recibir electoral de los en la actualidad carteles de la droga, no tiene visado para entrar en EE UU. La imagen exterior se deterior? en parte por la politica de "certificaci?nv ejecutada por este pais, con lo que la autoestima colombiana se hundi?. El proceso de paz, que ya duraba dos de cadas, se colaps?. Con la llegada de Andres Pastrana al poder en 1998, las prioridades de Colombia se centraron en la normali zation de las relaciones con EE UU en torno a una alianza contra el narcotr? fico, la b?squeda de una estrategia de international y paz con la cooperation en esperanza. Washington comenz? tonces a cambiar su estrategia.1 es un pais crucial para EE UU, solamente superado en im portancia por Mexico. El comercio bilateral se eleva a 10.000 millones Colombia lamayor de d?lares. De alii procede parte de la cocama consumida por tres millones y medio de estadouni denses, muerto 40.000 de los cuales en la ultima decada. han Frente a de soluciones las tentaciones popu listas de derecha, Colombia es una sociedad dominada por las guerrillas o los paramili- tares, que controlan el por cien del territorio. Se que entre tres y cuatro de ca da diez miembros del Congreso son corruptos, mientras que unos 600.000 cuarenta calcula millones provienen del la de dinero procedente de d?lares vado mundial del narcotr?fico. La ex secretaria de Estado, Ma deleine Albright, en un articulo publi cado en el New York Times,2 ofretia un plan que combinaba el palo y la es zanahoria. Washington declaraba tar listo para prestar ayuda, al tiem po que asumia parte de la culpa, y naturalmente se comprometia a su fragar una portion de los gastos ne cesarios. Se consideraba que no se podria conseguir la paz sin la desapa rici?n del narcotr?fico. Se constata el apuntalamiento de la economia. Pe ro a medida que avanzaba 1999, los ba que las fuerzas armadas colombia nas no podian enfrentarse a las guerrillas (adem?s de tener un ojo y los estratos m?s bajos perdian toda el tr?fico de drogas. La prioridad se centro en la eradi cation de los cultivos, para de esa ma progresos no se hicieron evidentes, las fuerzas internas estaban cada vez m?s los politicos se sentian im polarizadas, potentes, la clase media se empobrecia ceso y simul puesto en los paramilitares) t?neamente acometer la lucha contra "La politica exterior de Colombia 1. Fernando y la internationalization Cepeda, en la Universidad 14 de marzo de Florida, International de paz", conferencia 10 de agosto de 1999. 2. "Colombia's and how we can help", struggles, This content downloaded from 163.178.101.228 on Thu, 18 Sep 2014 16:48:10 PM All use subject to JSTOR Terms and Conditions del pro de 2001. Joaqum Roy 33 nera poder liberar al ejercito de su mi si?n militar de enfrentarse a las guerri llas. Asi, se mataban dos pharos de un tiro, pues la droga era y es el flagelo de en planes de desarrollo social y sustituci?n manual de culti vos. La nueva estrategia fue adoptada estrategia contra el narcotr?fico. Asi se encontraba la formula m? gica para convencer al Congreso de fortalecimiento del Estado, la paz y la prosperidad". En el verano de ese ano el Congreso lo aprob?. La ayuda a Colombia se vio favo recida con aumentos considerables y la sociedad estadounidense. Lo que no se decia era que la lucha contra la gue rrilla se estaba enmascarando con la EE UU y a la opinion publica para que apoyaran un nuevo plan de action pa ra Colombia. Ya no se trataba de ven der unos programas para combatir el terrorismo, ni tampoco aisladamente afrontar el narcotr?fico, sino que aho ra se presentaban como aliados. Al de mostrarse que las Fuerzas Armadas de Colombia (FARC) financiadas por su protection Revolucionarias estaban al cultivo de la droga, se convertian en narcotraficantes, adem?s de continuar con su actividad violenta e indiscrimi nada. Nacia el nuevo enemigo identifi cado como el "narcoterrorismo". Esta formula novedosa tenia que funcionar en el contexto interno de Washington, pues los votos necesarios para aprobar la ayuda militar para un gobierno y unas fuerzas armadas que eran acusadas de violar los derechos humanos se podian justificar por apo yar una politica que estaba fundada en la seguridad nacional de los propios estadounidenses, aquejados por la de manda del narcotr?fico. Se transmut? de esta manera el n?cleo del original plan Colombia dise nado a mitad de 1998 por unos funcio narios del BID, colaboradores del en tonces candidato Pastrana, en el que no se incluia lamilitarization de la lu cha contra las drogas ya que todavia 3. Gabriel Army War Marcella, Centro College, "Plan Colombia: Norte-Sur, 2001. estaba basado por Bill Clinton a principios de 2000 sobre un documento redactado por Jaime Ruiz, ultimo colaborador de Pas trana, bajo el lema de un plan "para el se convirti? en lam?s alta del planeta, solamente superada por la que se con cede a Israel y Egipto. De los 1.300 mi llones de d?lares destinados al progra 122millones se deben dedicar a ma, planes de defensa de derechos huma nos y reforma judicial, 390 millones a las operaciones contra el tr?fico de asistencia huma 68 millones para droga (helic?pteros, nitaria, desarrollo), desarrollo econ?mico alternativo, 129 millones para operaciones de interdic tion, y unos cien millones para ayuda a la policia colombiana. Con el fin de darle consistencia a todo el esquema, Washington ensam bl? un plan de action coordinada de varias agencias. Pero el detalle m?s importante es que la ayuda de EE UU se inserta en una red global de asisten cia que requiere la contribution de otros 4.000 millones de d?lares del go bierno colombiano, y el resto, hasta un total de 7.500 millones de d?lares, deberia proceder de la comunidad in ternational, principalmente de Euro pa. Entretanto, se confia en que los dos contingentes de guerrillas y los grupos paramilitares se avengan a una negotiation por la estrategia combina da del palo y la zanahoria.3 the strategic and operational imperatives". This content downloaded from 163.178.101.228 on Thu, 18 Sep 2014 16:48:10 PM All use subject to JSTOR Terms and Conditions U.S. U La negativa percepci?n de la UE result? evidente cuando en agosto de 2000 se escrutaron los detalles de la implicaci?n de EE UU, con motivo de la visita del presidente Clinton a Car tagena de Indias. Algunos sectores y gobiernos europeos se sentian incli nados a ofrecer su apoyo biconditio nal. Otros preferian expresar su preo cupaci?n e irritation ante los aspectos m?s polemicos del plan o sus variadas interpretaciones. Como regia general, lamayoria de los Esta dos miembros se mostraron escepti cos acerca de un proyecto que perci ben inspirado por Washington. AI mismo tiempo, estos gobiernos tienen gran dificultad para entender los obje tivos de una operation que bordea los limites de la injerencia en los asuntos internos de otro pais. Los funciona rios comunitarios consideran que el conflicto deben resolverlo los propios colombianos, y senalan a la corrup cion gubernamental, la injusticia so cial y el abandono de las obligaciones estatales como las principales causas de la crisis. En cuanto se conocieron los deta lles del respaldo de EE UU, la reac tion en la UE podria ilustrarse como un ejercicio de gimnasia sueca: en pri mer lugar, levantaban los brazos y co locaban las manos sobre la cabeza, pa ra expresar un sentimiento de incredulidad y temor. A continuation, se llevaban las manos a los bolsillos para palpar los monederos y compro bar que estaban en su lugar. Teman la impresi?n de que deberian pagar los piatos rotos de una guerra en la que no teman nada que ver. insatisfechas por Aparentemente, las estrategias complementarias para This content downloaded from 163.178.101.228 on Thu, 18 Sep 2014 16:48:10 PM All use subject to JSTOR Terms and Conditions JoaqumRoy 37 producta a dos diferentes (b?sicamente, colombiana y el Congreso audiencias poblaci?n de EE UU), la las autoridades colombia nas deseaban responder a las preocu paciones de los europeos acerca del la invitation plan original mediante para que Bruselas propusiera un "plan especial para Colombia". Las dudas giraban alre dedor del componente militar, la falta de implication de los diversos bandos de la Comisi?n Europea en disputa, la ausencia de los asuntos de derechos humanos, la reforma agraria y los problemas de impuestos. Evitar la etiqueta "plan Colombia" se convirti? en parte central de la agen y se impuso la expresi?n da europea, "proceso de paz". en cualquier familia politi mas radicales que miembros ca, hay otros. Ante el plan Colombia, algunos paises se han distinguido con una vi Como sion m?s antagonista. Belgica y Ale han insistido en que la UE se distancie del plan y que su ayuda se mania ajuste a una serie de condiciones. Belgica, Italia, Suecia, Alemania, Aus tria y Dinamarca han estado al frente de la exigencia para financiar progra mas destinados a la protection de los derechos humanos y la integration de la sociedad. Sin embargo, Alemania y Austria est?n sumamente preocupados por el hecho de que las duras declaraciones y las limitaciones impuestas con cri terios politicos puedan hacer peligrar la eficacia de los proyectos existen tes, con lo que la contribution de al gunos paises se convertiria en proble m?tica al no estar en disposition de suministrar "dinero fresco". Este de de la ayu fecto revela la dependencia da europea en manos de los progra mas nacionales. la Comisi?n Para el mismo venderles asunto de Colombia Europea el ha sido una de las prioridades de la region. El comi un difi sario Patten ha desempenado cil papel al escuchar las criticas de los paises miembros (y del Parlamen acerca del plan Colom te Europeo) ha bia. En diversas declaraciones, el entusiasmo de otros, del gobierno espanol, especialmente al tiempo para ofrecer colaboraci?n, que se evite irritar a EE UU. Patten agradecido apoyo de los nistas para el principales protagode Colombia y los paises paz: proceso su andinos. En opinion, el proceso el m?ximo prometi? necesita un enfoque regional, coordi nado de forma equilibrada y coheren te, teniendo en cuenta que los proble mas son m?s amplios y complejos territorio delimitado por las el que fronteras estatales. Seg?n la Comisi?n, el desafio importante lo presenta la viola tion de los derechos humanos, la ca rencia de respeto a las leyes y el dete m?s rioro del papel del Estado causados por el narcotr?fico. La UE no sola mente tiene interes en Colombia, sino Sin embar tambien responsabilidad. a de pro de senales que hay go, pesar una vision realista Patten tiene greso, de las endemicas condiciones del pais que requieren una respuesta estructu ral m?s profunda. La violencia no es la causa del problema, sino Por este tambien su consecuencia. solamente motivo, Europea tiene la de denunciar las violacio la Comisi?n obligation nes de los derechos humanos, cuales quiera que sean los autores, y deman dar su castigo. Para traducir las palabras en he chos, Patten comprometi? el apoyo politico para el proceso de paz con una contribution de 105millones de This content downloaded from 163.178.101.228 on Thu, 18 Sep 2014 16:48:10 PM All use subject to JSTOR Terms and Conditions 38Politica Exterior euros, adem?s de la tradicional ayuda humanitaria. La aportaci?n de los Quince ascenderia asi a los casi tres dial con el gobierno colombiano tie nen sumo cuidado de no expresar p? cientos millones particulares. se confirmaron. de d?lares Tres areas opiniones Consideran la situation endemica, propia de una sociedad fracturada, y no un simple conflicto que luego son priori tarias para la UE: promoci?n y defen sa de los derechos humanos, reduc tion de las diferencias socioecon? entre gobierno y guerrillas como en una pelicula de politias y ladrones que se desarrolla en un escenario tropical. Este doble discurso se aplica tambien a los comentarios de un aparente micas y refuerzo institutional. Cuando los observadores de la nueva situaci?n recuerdan los prece dentes de la participation de la UE en con los correspon Centroamerica, con EE UU, la dientes desacuerdos acuerdo entre EE UU y Europa. En conversaciones privadas, los tienden a ser m?s europeos explfcitos, ya que tienen la impresion de que se les pide pagar una factura econ?mica y social, mientras al otro lado del Atl?ntico el drama se reduce a un "problema de narcotr?fico y en politicos agenda europea en el caso de Colom bia se compara mejor con la experien cia exitosa del an?lisis y tratamiento respecto a los enfrentamientos de en la decada de los Centroamerica ochenta. El llamado proceso de San de que el conflic Jose y la conviction to no fue provocado por la infiltration sino por la desigual sovietico-cubana, dad social, se convierte en el modelo id?neo para la ampliation de un plan Colombia II (la vision europea). Como en el caso centroamericano, la paz en Colombia se considera una empresa que reclama dimensiones regionales frentamiento militar". Como comen tario a una section del plan Colombia sobre la contribution de la comuni dad internacional, un diplom?tico es panol anot? al margen: "Poner la pas ta". En terminos m?s crudos, existe la impresion europea de que los colom bianos est?n contribuyendo con los muertos, EE UU suministra el equipo militar y los europeos donar?n el di nero para aminorar el coste social y el dano ecol?gico causado por las latinoamericanas "de muchas sus alarmantes blicamente y las contribuciones personas en muchos pai la expresi?n del ex presi ses", seg?n dente de Costa Rica, Oscar Arias, en su discurso de aceptaci?n del premio Nobel de la Paz en 1987. No obstante, existe un doble dis otras dos partes.4 la llegada de la nueva admi nistration a Washington, se especul? sobre un cambio de rumbo hacia Co Con curso entre lo que se pide de Europa, y c?mo los europeos responden en p? blico y c?mo lo hacen en privado. Los lombia. No por casualidad, la Comi si?n de Cooperaci?n y Desarrollo del Parlamento Europeo tom? la iniciati va y consigui? que el pleno aprobara prensible doble perfil. Por una parte, los que mantienen una relaci?n cor sario de Desarrollo y Ayuda Humani la taria, el danes, Poul Nielson. Desde gobiernos europeos revelan que sus an?lisis est?n aquejados de un com 4. Los men2/docl.htm proyectos est?n detallados una resolution; reafirm? su position a traves de la intervention del comi en http://www.presidencia.gov.co/plancolo/volu This content downloaded from 163.178.101.228 on Thu, 18 Sep 2014 16:48:10 PM All use subject to JSTOR Terms and Conditions Joaqum Roy 39 ultima ampliation de la UE estos asuntos reflejan el impacto de la per ception de los paises n?rdicos, que tienen una actitud muy estricta res eficacia y pecto a la responsabilidad, transparencia y hacen hincapie en la y respeto por los de democratization rechos humanos. a los asistentes el a la inicia financiero apoyo politico y ex en Nielson tiva de paz Colombia, nuevo de la la preocupaci?n pres? de Recordando por el "componente militar" del plan, confirm? el respaldo politico de los programas de las Naciones Uni Comisi?n das de 1998 para el tratamiento de los problemas de la droga, y prometi? el apoyo de la UE en las medidas positi vas respecto a la reduction de la de manda de consumo de drogas y el re fuerzo del Estado de Derecho. los fondos y confirm? el Comprometi? a traves del Gru de Union la respaldo po de Paises Amigos para garantizar las negociaciones respecto a las zonas en de "despeje" y los esfuerzos para evitar que el conflicto alcance a otros paises, para lo cual se recomendaba un tratamiento regional.5 La sesi?n plenaria del Parlamen te Europeo aprob? una de las declara tions m?s duras de su historia sobre la situation de un pais latinoamerica no. El texto recoge un mandato para que la UE apoye el proceso de paz con el fin de reforzar las instituciones, facilitar el desarrollo alternativo y la debida asistencia so proporcionar cial y humanitaria. Pero, para lograr estos objetivos, la sociedad civil y las ONG deben contar con los medios ne cesarios. La redistribution de la rique za es una necesidad vital en un siste ma en el que los campesinos no son propietarios de la tierra. La UE debe su propia estrategia "no militarista", con "neutralidad y trans parencia" y con la participation de la desarrollar sociedad en la negotiation so de paz. del proce Se urge a la Comisi?n Europea los recursos fi para que proporcione nancieros necesarios y se recibe con el plan del Consejo Eu ropeo para evaluar la situation cada de seis meses. Se reitera la necesidad satisfaction tratamiento tion regional para la coopera internacional en la lucha contra el tr?fico de sustancias destinadas a de drogas ilicitas y el de dinero. Se solicita la co la production blanqueo laboraci?n de todos los grupos arma dos y de los paises vecinos para que contribuyan a una solution global. De forma especial, el texto expresa alarma por el hecho de que desde la de paz, apertura de las negociaciones actos de violencia y terrorismo los han aumentado. La impunidad ha la frustration y la impoten presidido cia de la poblaci?n, mientras los ob servadores han certificado la inefica contra los grupos cia de las medidas paramilitares, por lo que solicitan apoyo de la UE para la protection financiaci?n de las organizaciones derechos el y de humanos.6 La position espanola ante la cri sis de Colombia puede describirse co mo de un aparente contraste entre Por un lado, el plan ha generado una notable reaction critica en la opinion publica, en las ONG y en la comunidad acade dos actitudes. Colombia 5. Como ejemplo, vease la documentation de los debates de la Comisi?n de Coopera tion y Desarrollo de 12 de septiembre de 2000. 6. Resolution de 1 de febrero de 2001. This content downloaded from 163.178.101.228 on Thu, 18 Sep 2014 16:48:10 PM All use subject to JSTOR Terms and Conditions 40 Pol?ica Exterior mica. Por otro, sorprendi? el entu siasmo demostrado por el gobierno en participar con fondos y apoyar po lfticamente todos los aspectos del por parte de una sociedad que deman da justicia. Entre los urgentes proble mas estructurales que deben afrontar se se incluyen una cultura de plan. Esta aparente contradiction convierte a Espana en una exception a la regia general de aceptaci?n que el plan tuvo en Europa. En primer lu exclusion y discrimination social, el endemico conflicto armado que equi vale a una guerra civil, una sociedad amenazada por la delincuencia co sin m?n, un deseo de modernization gar, en el caso del gobierno espanol, el uso de un doble discurso se puso en practica para lograr una campana bifronte de relaciones p?blicas de ca ra a los gobiernos colombiano y esta dounidense. Sin embargo, mientras oficiales son respe el primero y las dem?s partes del conflicto, en privado el pa norama es tan negativo como el del las declaraciones tuosas hacia resto de los europeos. En segundo lugar, la crisis colom biana se agudizo en un momento en el que Espana esta regresando a las Americas a traves de la actividad fi nanciera. Aunque las inversiones es panolas en Colombia no tienen el vo lumen de las de Argentina o Chile, las repercusiones han alarmado de la crisis colombiana al sector empresarial y han impelido al gobierno a actuar en consecuencia. Danada por la crisis en un sondeo efectuado por politica, las empresas espanolas, Colombia el pen?ltimo lugar entre las ocupa economias latinoamericanas, en cuan to a eflcacia de la administration, econ?micas, perspectivas la comunidad empresarial para los negocios. eficacia de y ambiente Por regia general, la perception de Colombia por parte de un n?mero notable de diplom?ticos espanoles, cuya vision coincide con la de las y profesionales de ONG, academicos la information, es la de un Estado fracturado, carente de control territo rial y legitimidad, sin reconocimiento democratizaci?n, impunidad cr?nica y ausencia de justicia, y la agobiante presencia de la cultura del narcotr?fi co. Seg?n esta vision, el plan Colom bia fracasa en contestar una pregunta clave: ^est? dirigido a terminar con las actividades del narcotr?fico o se pro pone como tratamiento para resolver otros asuntos? Los diplom?ticos espanoles no preven una soluci?n a corto plazo. La construction de un gobierno verdade ramente representativo no ser? posi ble si se excluye a importantes secto res de la sociedad; todos deben cooperar para enfrentar la inercia his t?rica donde el gobierno esta naufra gando al carecer de credibilidad y con trol territorial. El reto es la creation de un Estado nuevo. Por ello, sugieren que se persuada al gobierno colombia no para que retrase la promotion y ejecuci?n del plan, eliminando todos con la lucha los detalles relacionados contra el tr?fico de drogas o la eradi cation de cultivos ilegales. Como al ternativa, se invita a Colombia a pre sentar otro plan compuesto casi por proyectos de de social sarrollo y econ?mico, reforma agraria, mejora de la justicia y lucha exclusivamente contra la corruption. AI tratar sobre el apoyo econ?mi co el panorama resulta todavia m?s confuso. Conviene analizar los deta lles de la oferta espanola en lo que res pecta a la financiaci?n de los proyec This content downloaded from 163.178.101.228 on Thu, 18 Sep 2014 16:48:10 PM All use subject to JSTOR Terms and Conditions Joaquin Roy 41 en otros ejemplos de la asistencia espanola al desarrollo (que tampoco es una excepci?n en el pano rama general de la UE), la promoci?n del plan Colombia se convierte en la tos. Como "venta" de la contribution de proyec tos reales y virtuales. El compromiso de Europa con Colombia no desfallecer? en su di mension humanitaria y politica. La presi?n para mantener esa contribu tion continuar? gracias a una combi nation de factores. Destaca el hecho de que la participation pre ha sido bienvenida europea siem en America La en crisis co tina, ymuy especialmente mo la colombiana. La implication europea rara vez se ve como un caso un elemento indispensable. A la vista de la complejidad de la crisis colom biana, se requiere que sea tratada por contribuyentes de diversa proceden cia. Pr?cticamente ning?n comenta el papel crucial que los europeos, ya puedeh desempenar sea actuando bajo la sombrilla de la rista cuestiona las funciones humani UE, delegando tarias en las ONG o usando la auto nomia de las politicas exteriores de los Quince. Ahora bien, el protagonismo de los europeos se enriqueceria y recibi impetu si se suavizara la poli tica de EE UU, como resultado de la ria m?s reforma de la perception nistration de la admi de George W. Bush. Una m?s diplom?tica del plan daria pie a que los euro de injerencia. Por el contrario, si el sirve de ejemplo de Centroamerica ejecuci?n Colombia precedente, la identification de la par de la UE, sus Estados ticipation o miembros las ONG europeas no re presentan un requisito de procedi peos miento que necesite recido por las prioridades militares. como un El talante de la negotiation, caso de manual de cooperation, en controlarse para justificar gastos y presupuestos. El emblema azul con las doce es trellas funciona como un escudo excelencia y garantia, en claro de con traste con la ambivalencia demostra con proyec tos financiados por las agencias de EE UU. Esta perception puede ser in justa respecto a la global contribution de numerosos actores de origen pero simplemente re estadounidense, da hacia la identificaci?n fleja el dano causado por los errores del pasado. El uso de los servicios de mediation y control de los Estados y agencias europeos tiene un considera ble capital politico para el futuro. no sorprende En consecuencia, que los centros de reflexion, los academicos y el propio gobierno de EE UU esten de acuerdo con el colom biano al considerar a Europa como tuvieran mayor espacio de ma niobra, libres de un escenario oscu tre EE UU y los socios europeos, que se lograria mediante la retirada de los aspectos m?s irritantes del plan Colombia original, proporcionarfa a ambas partes una sensation de mi si?n cumplida. Washington podria lo grarlo a costa de distanciarse de los errores de apreciaci?n de la adminis tration anterior. Para los europeos, la reduction de los aspectos militares del plan puede ser la base para poder ofrecer un pa quete de ayuda m?s generoso. Una es trategia comun desarrollada por EE UU y la UE para presionar al gobierno co lombiano, a fin de que ejerza un con trolm?s efectivo sobre las fuerzas pa ramilitares, puede contribuir a este fin. Un protagonismo europeo m?s amplio, respaldado por fondos de asistencia al desarrollo e inversiones, alentados por This content downloaded from 163.178.101.228 on Thu, 18 Sep 2014 16:48:10 PM All use subject to JSTOR Terms and Conditions 42Pol?ica Exterior un mejor clima econ?mico, proporcio naria la necesaria presi?n de cara a la guerrilla para que se siente a lamesa de negociaciones m?s alia del estable cimiento de zonas desmilitarizadas o meros ceses de alto el fuego. No obstante, el escenario colom biano y la agenda europea todavia es t?n dominados por numerosos obst? culos. En primer lugar, destaca el contraste mencionado anteriormente entre las declaraciones oficiales y las estaria ilustrado que por el acciones, comentario de un alto funeionario de un gobierno europeo: "Haremos una contribution virtual a un plan de paz virtual". Esta estimation se confirm? falta de coordinaci?n de los donan entre sus ob tes, las contradicciones jetivos y prioridades y, sobre todo, la carencia de la capacidad de absor cion local de la cuantiosa asistencia international.7 Hasta las elecciones de 2002 el colombiano estar? presidi panorama do por una atm?sfera de provisionali dad. Entretanto, los m?s optimistas consideran que el mensaje general de por aconsejar a todos los bandos negociar lentamente una paz duradera. La esperanza es lo ultimo que se pierde. incertidumbre acabar? que desemboca por las declaraciones ron en la resolution del Parlamento Europeo: una serie de condiciones que todavia dominan el futuro de la coope ration europeo-colombiana. Otro problema para la ejecuci?n de la ayuda europea es la limitation de la seguridad impuesta no solamen te por las actividades de la guerrilla (el Ejercito de Liberation Nacional en una amplia zona identificada para los programas piloto de la UE; las FARC en el resto), sino tambien por la ame naza que representan los grupos para militares de extrema derecha. Sin un clima de paz relativa y de protection, poco pueden hacer las ONG. Algunos observadores de la UE consideran que muchas organizaciones que traba en no una Colombia tienen idea jan clara de c?mo usar las elevadas su mas que se han anunciado. El estudio comparativo de dife rentes acciones de ayuda internatio nal no augura buenos resultados de bido a los retrasos en distribuirla, la 7. Shepard Forman y Steward Patrick, Good intentions: pledges of aid for postconflict recovery. Boulder: Lynne Rienner, 2000. This content downloaded from 163.178.101.228 on Thu, 18 Sep 2014 16:48:10 PM All use subject to JSTOR Terms and Conditions