STC 109/2001, de 26 de abril de 2001: Validez del precepto de la Ley de Presupuestos que regula la preferencia de los débitos o créditos por cuotas de la Seguridad Social. Jaime Almenar Alonso Inspector de Hacienda del Estado [email protected] I. DOCTRINA DEL TRIBUNAL Contrastando los artículos de la Constitución 134.2 y 66.2, que, respectivamente, establecen el contenido propio de la Ley de Presupuestos Generales del Estado y configuran la competencia de las Cortes Generales para aprobar esta Ley como una potestad diversa a la legislativa, con el art. 15 de la Ley 40/1980, de 5 de julio, de Inspección y Recaudación de la Seguridad Social ( en adelante, LIRSS), en la redacción dada por la disposición adicional novena de la Ley 4/1990, de 29 de junio, de Presupuestos Generales del Estado para 1990 ( en adelante, LPGE 1990), el Tribunal Constitucional desestima las cuestiones de inconstitucionalidad planteadas frente a este último precepto por entender que se acomoda al contenido propio de las Leyes de Presupuestos Generales del Estado. En virtud de esta modificación operada por la LPGE 1990, los créditos de la Seguridad Social mejoraban su posición en el orden de prelación que se establecía con anterioridad, por lo que se fortalecía así la posición de la Seguridad Social como acreedor para el cobro de estos créditos. La razón que ofrece para aceptar este contenido de la Ley de Presupuestos es que como efecto de esta norma se producirá un incremento recaudatorio de tales deudas en vía ejecutiva, con el consiguiente efecto positivo en los presupuestos de la Seguridad Social, lo cual evidencia, no sólo una relación entre la medida adoptada y la previsión de ingresos del Estado, sino un objetivo de política económica y financiera del sector público estatal, tendente a hacer efectiva esa previsión de ingresos. II. RELEVANCIA JURÍDICA La sentencia comentada continúa la última línea jurisprudencial mantenida por el Tribunal en la que parece reducir las condiciones necesarias para la regulación mediante Ley de Presupuestos de las materias conexas ya que ahora no se exigen dos condiciones sino tan sólo una, que guarden relación directa con el contenido propio de estas leyes o con la política económica de la que son un instrumento o que sirvan para un mejor entendimiento o una más eficaz ejecución de las mismas. También parece haber sido modificado su criterio respecto de excluir el uso de estas leyes para la ordenación de materias propias de derecho codificado, ya que ahora considera ésta una cuestión de técnica legislativa, por lo que este uso puede ser más o menos oportuno pero no afecta al juicio de constitucionalidad sobre la utilización de la Ley de Presupuestos para esta finalidad.