Psicopatología del proceso didáctico * M. Baranger, W. Baranger n, . J. Mom ~.n - Entendemos que el "proceso didáctico" incluye tres áreas distintas que corresponden a los tres aspectos esenciales de la formación: el análisis didáctico, las supervisiones y la enseñanza teórica y técnica en seminarios. Su psicopatología, por consiguiente, implica a estas tres áreas. Es así como tendríamosque tratar problemas propiamente analíticos: recordemos la cantidad de trabajos publicados sobre las dificultades intrínsecas, específicas, del "análisis didáctico", es decir, de psicoanalizar a una persona que se presenta ya con el proyecto de ser analista y que está destinada a ser colega en la institución. Los problemas de interrelación maestro-discípulo, que son también una dimensión del análisis didáctico. nos parecen corresponder en forma más esencial a la situación de supervisión. Mencionemos problemas de patología grupal e institucional que se manifiestan entre los grupos de diversa índole que constituyen una institución analítica. y entre los individuos que los integran. Dejamos de lado los problemas estrictamente pedagógicos. que suscitan también muchas discusiones. Todos estos problemas están íntimamente interrelacionados. Sabemos que los analistas. como personas. no hemos superado nuestra patología personal sino hasta cierto punto, variable según los individuos y según los momentos. Sabemos también que las instituciones pslcoanalltlcas no son de las más sanas. Nos parece necesario encarar nuestro problema en lo que pensamos es el punto de convergencia de todas estas dificultades: la ideología psicoanalítica. . En efecto. toda pslcopatoloqla del proceso didáctico pasa necesariamente por el nivel ideológico: el analista tomado individualmente se define p<?rsu. relación con el psicoanálisis, es decir, con un. discurso. con una ideoIqgía. en el sentido amplio del término. En este momento, dejamos deliberadamente de lado la oposición entre ciencia e ideología, problema que se '. •• ••• Esta es una versión algo ampliada, de uno de los relatos oficiales Congreso Didáctico, México, Febrero 1978. Dirección: Sevilla 2954, (1425) Capital Federal, R. Argentina. Dirección: Ugarleche 2883,- 59 B•. (1425) CapllaIFederal;R;· Argentina: presentados ante el ·V1I9 Pre 181 M. Baranger, W. Baranger, J. Mom plantearía en forma ineludible con una definición más estricta del término "ideología". V si todo grupo humano se define por un discurso común a sus miembros, con mayor razón todavía lo hacen las instituciones pslcoanalíticas cuya finalidad reside explícitamente en la enseñanza y en el desarrollo de un determinado discurso científico. Por ello el problema de la psicopatología del proceso didáctico debe necesariamente encararse desde el ángulo de la ideología de la formación psicoanalítica: ¿Qué es el "buen psicoanalista" que pretendemos formar? ¿Cuál es la función de una institución pslcoanalítlca y, de un instituto de psicoanálisiS? ¿Cuál es el camino mejor para desarrollar el psicoanálisis? Desde este ángulo, si hay psicopatología, es la que se origina en el prejuicio y en la confusión. No es el único ángulo de enfoque. Los demás se ubicarían desde la neurosis, perversión o psicosis de los didactas y de las instituciones. Pero, hasta que esto sea saneado -es decir, cJarificado- los demás serán insuficientes para proporcionarnos alguna solución. l. La función de una institución psicoanalítica en el' pasado y en el presente 182 las primeras instituciones psicoanalíticas tuvieron, en 'la intención de Freud, la función de mantener la vigencia del descubrimiento del, psicoanálisis y de seguir el, trabajo de prospecGión. En un período de intenso rechazo general" adquirieron una función de auto-protección profesional de los miembros. Por la tendencia de muchos a la invención desordenada y apresurada, y conjuntamente la tendencia á escindirse, 'que es la enfermedad infantil del psicoanálisis, aquellas instituci'ones apuntaron muy rápidamente a evitar las "herejías" y las desviaciones, lo que generó crecientes precauciones en la admisión de nuevos miembros, una jerarquización progresiva, la ~~eación dé u~ aparat~'¿aá~'~ei m'á's'co~plejo de 'ritos'iniciátiéos mez~ cIados con pruebas de 9,apa.c:!~~~i~Q!. f:ir;Jah1!e:Qt~J Yl?~ra .mantener el buen Psicopatología del proceso didáctico nombre y honor de la prácttca psicoanalítica, se vieron llevadas a vigilar cada vez más la "buena conducta", profesional y privada, de sus miembros. Este tipo de instituciones, quizá necesario en aquellos primeros tiempos, tiende a entrar en contradicción con su propia finalidad inicial: el mantenimiento del descubrimiento freudiano se ha equiparado en muchos casos a una "ortodoxia" supuestamente fundamentada en Freud, cuando en realidad corresponde a una lectura parcial izada, y por ende desviada, de su obra. Así se conservan a través de las generaciones los errores de lectura de los primeros lectores. La "ortodoxia" se mantiene a sí misma y se olvida de Freud. Además, en lo que respecta a la prospección de nuevos campos clínicos o teóricos, la preocupación de ortodoxia I/ega a cercenarla por completo, dejando lugar a la repetición estereotipada de los conceptos vigentes en la institución, con exclusión de toda ventilación crítica, que se califica de "resistencia" o ceguera. Por otra parte, el rechazo inicial del psicoanálisis ha dejado lugar a una amplia aceptación de muchas. teorías psicoanalíticas y a la admisión de los psicoanalistas en múltiples funciones asistenciales y docentes. Pero, lo 'que hernos ganado en dlsminución de situaciones persecutorias externas, lo hemos perdido por otrolado, pagando la aceptación al precio de una cierta dilución del pensamiento analítico, que tiende a confundirse con la psicología académica. , Además, la difusión de las ideas psicoanalíticas ha dado lugar a la creación de una cantidad de instituciones fuera de la I.P.A.: nuestras instituciones ya no cuentan con un monopolio científico ni de formación. Todos 'estos cambios externos, agregados a la evolución (e involucíónl de las instituciones pslcoanalíttcas hacen que necesitemos inventar un nuevo tipo de institución. ' lnslsttrnos en que los cambios en las instituciones deben ser el. resultado 'del' desarrollo actual de la ciencia psicoanalítica, con las crisis que son inheréntes al crecimiento de aquél/as y con las crisis por las que pasamos los propios psicoanal istas. En un trabajo' anterior, destacamos que .Ia 183 M. Baranger, W. Baranger,· J. Mom recuperación del espíritu cuestionador de los pioneros, junto con los cambios necesarios en la teoría, en la técnica y en los analistas (que dimos en llamar "Psicoanálisis 3") no podía obtenerse sino a través de profundas modificaciones en las instituciones encargadas de la enseñanza del psicoanálisis. También dijimos que estos cambios, en tanto cuestionaban al psicoanálisis y al psicoanalista eran muy difíciles -no imposibles-, ya que frente a ellos se levanta de inmediato la barrera que constituye la concepción de un psicoanálisis ya edificado y de un pslcoanalísta acabado en su formación y al servicio de un sistema opuesto por definición a los cambios. 11. La ideología de la enseñanza psicoanalítica La enseñanza psicoanalítica se debate entre dos riesgos inversos: el de una creciente escolarización, de un sistema cada vez más complicado y burocrático que apunta a la mayor uniformidad posible entre sus miembros y al mantenimiento de una ortodoxia, a menudo involutiva, por una parte; y el de una pérdida completa de su especificidad, por la otra. 184 Estas dos tendencias inversas coexisten a menudo en el seno de una misma institución y originan costumbres y reglamentaciones confusas y contradictorias. Estas confusiones se manifiestan en la total ausencia de una criteriología coherente y unificada, en cada ·nivel donde se plantea la necesidad de evaluar a las personas: en la selección de candidatos, donde se oscila entre la búsqueda de las personas más "normales" y la de las más. talentosas; en la evaluación de la participación en los seminarios donde se valoran, a veces a las personas que repiten, y a veces a las que cuestionan; en las supervisiones, donde se oscila entre imponer un esquema referencial al supervisado y. tratar de ampliar el que ya tiene; en la aprobación del análisis didáctico, donde se valora, a veces el conformismo, a-veces la libertad del candidato. Psicopatología· del proceso didáctico Pero ¿es deseable que haya un tal criterio 'coherente y unlflcado?' ¿No podría entrar 'esto en colisión con el hecho de que en toda institución deben poder coexistir distintas corrientes de pensamiento" sin que una de ellas se proponga convertirse en la "Verdad", es decir, no podría chocar con la posición decididamente pluralista que debe existir en el seno de una institución? Reflexionemos que la idea de un criterio coherente es inseparable del espíritu. y de .la forma en que se lleve a cabo. Porque, si no, ¿de qué servlrlan los cambios si sabemos que, en tanto provocan incomodidad, se trata de asimilarlos y anularlos? Especialmente en las entrevistas es donde mejor puede ponerse de manifiesto este espíritu, ya que el candidato a analista puede s.er entrevistado por analistas de corrientes diferentes de pensamiento psicoanalítico que confrontarían, en reuniones clínicas liad hoc" sus distintos esquemas que pueden complementarse recíprocamente. Otro tanto diríamos para la enseñanza y el análisis didáctico, donde la diferente ubicación teórica de los profesores puede y ,debe ayudar al alumno a aprovechar al máximo los momentos de apertura, que luego desarrollaremos, adelantando que estimamos que sólo este espíritu de apertura puede ser denominado realmente formativo. De hecho, algunos de los prejuicios que impiden la comprensión cabal del problema, y reinan en la enseñanza psicoanalítica, podrían formularse como sigue: "la ciencia psicoanalltlca es una e indivisible"; "El psicoanálisis se enseña como cualquier otra disciplina"; "Tenernos que pedir: a los especialistas en pedagogía que nos enseñen cómo tenemos que enseñar": "la institución es responsable, no sólo de la capacitación de sus miembros, sino de su ética". Algunas de las confusiones podrían expresarse así: "la formación apunta a capacitar alguna clase muy especializada de trabajadores de la salud mental" (confusión de un enfoque analítico con un enfoque sanitarlstal, "El propósito de un instituto psicoanalítico 'es formar buenos terapeutas'" (confusión del psicoanálisis con. sus aplicaciones prácticas). "El 185 M. Baranger,W. Baranger, 'J; Mori, buen psicoanalista se define por su lealtad ala figura de Fréud, o a una de fas figuras relevantes del movimiento psicoanalítico" (confusión de 'la función analítica con una pertenencia o una filiación). 111. Ideología y ruptura en el análisis El peligro más grave intrínseco al análisis es la ideologización. Por "ideologización", nos referimos aquí, no sólo al proceso por el cual un discurso científico se trasmuta en emblema o comodín de un grúpo, sino a la distancia que separa, irremisiblemente, el momento del descubrimiento y el momento de la formulación. Lo mismo que el momento de descubrimiento que llamamos "insight" queda registrado en la mente del analizando a título de recuerdo intelectual, mientras la apertura del inconsciente que permitió el insight ha dejado lugar a la cerrazón, lo mismo el descubrimiento clínico y teórico se cristaliza en un discurso cerrado. El discurso analítico se vuelve en contra de sí mismo y tiende a transformarse en un palabrerío vacío. Se trata de un fenómeno distinto del de la renovación Incesante de las teorías en los distintos campos de la ciencia. Una teoría científica es sustituida por una teoría mejor, más abarcatlva o más fecunda, pero no sufre un 'proceso de desgaste interno por el hecho mismo de ser formulada.AI contrario, en psicoanálisis, las palabras se desgastan y las teorías pierden su filo y su valor impactante como instrumento de descubrimiento. , , Esto es un fenómeno general del lenguaje, que sufrimos en tanto nuestro campo es un campo del lenguaje. Pero hay algo más específico y más grave, que pertenece a la naturaleza misma de nuestro objeto, el inconsciente. Este 'escapa sin cesar a 'las formulaciones que forjamos para encerrarlo. 186 'Uno no es analista, sino que deja de serlo tan pronto como lo ha sido . Unodevlene.anallsta en unrrrovlrnlento de alternancia entre momentos, Psicopateleqia del' proceso didáctico de descubrlmlentó '(de aperturadel inconsciente; de ruptura.de 'discursos engañosos) y momentos de cristalización teórica y de ritualizacióJi técnica. El analista está constantemente amenazado' por la rutina intelectual, e involuciona tan pronto como se detiene en el movimiento de creación. Por ello, toda teoría involucra un riesgo lnvolutlvo. No' podemos funcionar, es decir, abrir o descubrir, sin teorías previas. Pero no podemos contentarnos con aplicar una tea ría cuando analizamos a una persona. Esta pasición de incamodidad. atañe a la existencia misma de nuestra función: si no descubrimas, educamos; si na teorlzarnos, hablarnos sin saber. La actitud de ruptura, en tanta crea incamadidad, tenderá a ser prontamente eliminada enprovecho de una nueva ldeoloqlzaclón .y exigirá así de nuestra vigilancia esfuerzos siempre renovados. IV. Proceso didáctico y descubrimiento del inconsciente La función de un instituta de psicaanálisis se debe focalízar sobre el. pasible surgimiento en el candidata de las .momentos de apertura. La alternativa es clara: o superponer a la personalidad del candidata un yo protésico denominado "psicaanalista", a proporcionarle un media en el cual, a veces, pueda surgir como tal. Na insistiremos, en cuanto al análisis didáctica, sobre las confuslones contenidas en el concepto de "identificación con el analista", aun si se agrega "en su función analítica", parque cada una conoce las consecuencias catastróficas de tal principio. La peor que le puede ocurrir ,,-y le ocurre a menudo- a un candidato es identificarse con. su analista, ,perpetuando así los "vicios" técnicos de éste antes que su poslble.creatlvldad, La contraparte de la apertura del analizando debe ser la' apertura del analista. Si el analista no está abierto (si funciona can un sistema de valores o ideas fijos acerca de lo que tiene que ser un análisis) anula la apertura del analizando. Más aún, lo encierra (lo cierra) en un análisis .atrayente, sin incomodidad. Porque la posición de incomadidad trae aparejada '187 M. Baranger, W. Baranger,"J. Mom Psicopatología del proceso didáctico Resumen . Se acostumbra ubicar la patología de la formación psicoanalítica, sea en la patología de quienes administran o reciben esta formación, sea en la patoloqía de las instituciones psicoanalíticas. Sin descartar estos enfoques, pensamos que convergen· en una patología más fundamental, ubicada en el nivel ideológico: la de los prejuicios y confusiones acerca del concepto mismo del psicoanálisis, de su enseñanza, de las instituciones apropiadas para su desarrollo. Llegamos a la conclusión de que el tipo de formación más adecuado debería ser orientado hacia la creación, en el postulante, de las condiciones propicias para que pueda realizar por sí mismo su propio descubrimiento del inconsciente. Esto, a su vez, apunta a la necesidad de mantener la formación alejada tanto de la escolástica como de la ausencia de rigor, Summary The pathology of psychoanalytical background is usually focused either in the pathology of those who imart or receive the training, or in the pathology of psychoanalvtical lnstitutions. Without rejecting these points of view, we think that they converge in a more fundamental pathology situated in the ideological level: that of prejudices and confusions as regards the concept of psychoanalysis proper, of its teaching, of the lnstltutions suitable for its development. We came to the conclusion that the right training should aim at the possibility on the part of the candidate of creatingthe appropriated conditions for hlm to be able to discover te unconscious by himself. Besides this points to the necessity of keeping the training away from scholasticism and the absence of rigidness. Resumé On a I'habitude de situer la pathologie de la formation psychanalytique, soit dans la pathologie de ceux qui administrent ou recolvent cette formation, soit dans la pathologie des Institutions psychanalytiques. Nous ne mettons pas en dout la validité de ces 1.89 M.' Baranger, W .. Baranger, 'J. Mom a points de vue, mais nous pensons qu'lls ménent un facteur psychopatologique plus essentiel, qui se situe sur le plan idéologique: la psychopathologie des préjugués et des ~onfusions au sujet du concept de la psychanalyse, de son enseignement, des Institutions propres a la développer, a Nous arrivons la conclusion que le type de formation le plus adéquat devralt s'orlenter ver la création, chez le candidat, des conditions qui puissent I'aider dans sa propre découverte de I'inconscient. Ceci nous msme a maintenir la formation aussi éloignée que possible, tant de la scolastique, que du manque de rlqueur.