á o t r a , algo separadas entre sí á fin de permitir la salida á los gases y vapores. Antes de encerrar la yerba echarán sobre el suelo una capa de granzas, paja larga, tornas ó ramaje seco, lo que servirá al heno de cama, evitando las averías aun de la mas pequeña porción. A continuación encerrarán la yerba procurando apretarla tan perfectamente que no quede ningún espacio v a c í o ; pues en estos se reúne la humedad al comenzar á sudar la y e r b a , originándose al mismo tiempo el desarrollo de gran cantidad del hongo llamado vulgarmente moho, por Linnco Mucor mucedo y por Bulliard Mucor spherocephalus. Sucede esto al principiarse la putrefacción , en c u j a circunstancia hay ademas mucho desprendimiento de calórico y formación de varias sustancias, entre ellas el gas hidrógeno carbonado, que si es la temperatura bastante elevada solo necesita del contacto del aire para quemarse. Puede en este caso detenerse la putrefacción é impedirse el fuego tapando todos los conductos que den entrada al aire, ó estendiendo con anticipación y prontitud todo el heno para que se seque y oree. Comenzada á fermentar la yerba toma un color pardo , mas ó menos intenso, debido al predominio que a d quiere el carbono entre los demás principios componentes. Para r e conocer el estado de la fermentación, y saber cuando han de estender el heno ya empezado á averiarse usan los holandeses de unaaguja larga de hierro, en cuya extremidad aguda adaptan un poco de lana blanca: si introduciendo la aguja en el heno observan que la lana toma color amarillo, esto les índica el esceso de fermentación, é inmediatamente lo estienden y orean. Evitan algunos el esceso de humedad con mucha ventaja, mezclando la paja con el heno por tandas alternadas: de este modo la paja descarga al heno de una parte de su h u m e d a d , y adquiere un perfume que la hace m u y ape-*: fecida de las bestias. Observamos una ventaja m u y decidida en los balagueros para conservar la y e r b a , manifestando la esperiencia que cuando son bien formados el heno se desprende en ellos mejor de la humedad, y con dificultad adquiere el moho y mal gusto. En Inglaterra creen distinguir por solo el olor el heno de las hacinas del conservado en los herberos, y de tal suerte prefieren al primero que le pagan siempre ifias caro. H a y varios modos de formar los balagueros que difieren entre sí en lo mas ó menos prolijo de la operación y casi nada en la sustancia. Entre nosotros en los países de p r a d o s , según las proporciones del labrador, ó se guarda la yerba en los heniles ó en balagueros. Estos los construyen de un modo muy económico y sencillo. Eligen cerca de la casa de campo un paraje seco, en el que á ciertas distancias van formando las camas ó lechos de las hacinas ( q u e por lo r e gular son circulares) con piedras, matojos, paja ó m a d e r a , procu-_