CARTA ABIERTA A UN JUEZ JUSTO Y VALIENTE Dirigida al Juez Octavio Araoz de Lamadrid. Juez Federal del poder Judicial de la Nación de Buenos Aires Mi nombre es Carlos Iglesias Jiménez, Abogado español y escribo esta carta desde Madrid, España, donde se ha recibido con enorme satisfacción la noticia de la reciente decisión judicial del juez Araoz de Lamadrid de solicitar declaración indagatoria a los acusados de los delitos de lesa humanidad, el Expresidente chino Jiang Zemin y el Coordinador de la “Gestapo china”, Luo Gan, por la persecución e intento de exterminio de los practicantes de la antigua enseñanza religiosa Falun Gong en China. Soy el Abogado que representa en España a las víctimas del genocidio de Falun Gong en China, y me siento profundamente emocionado por esta decisión histórica adoptada en Argentina, que no solo defiende la justicia universal sino que devuelve la plena dignidad a millones de víctimas que sufren en silencio las atrocidades cometidas por la brutal dictadura que los dirigentes del Partido comunista chino dirigen contra su propio pueblo. Muchas veces los jueces y abogados de todo el mundo nos vemos inmersos en situaciones donde lo que se tiene que decidir son cuestiones fundamentalmente económicas. En un mundo cada vez más desprovisto de valores y de actitudes éticas, cuando lo que nos encontramos y lo que verdaderamente está en juego son las vidas de personas, de millones de seres humanos, solo vale el coraje, la valentía, el anteponer la dignidad del ser humano a cualquier otra cuestión, aunque se pague un alto precio por ello. Se muy bien lo que pueden ser las presiones de todo tipo, la incomprensión, la indiferencia, la comodidad de sentirnos ajenos a la tragedia humana con la simple excusa de la lejanía, pero el corazón se mueve por dentro cuando se conoce de primera mano como se está torturando impunemente a mujeres, ancianos y niños por sus creencias espirituales, como se asesina a diario en los campos de exterminio de China sin que nada ni nadie pueda impedirlo, como se extirpan órganos internos a personas vivas, practicantes de Falun Gong, ilegalmente detenidos y encerrados en las cárceles y campos de trabajos forzados en China,: extirpan sus hígados, riñones, corazón, para venderlos a occidentales que abonan hasta 150.000 dólares a los dirigentes del comunismo chino, en lo que se ha convertido en un comercio sangriento de órganos al por mayor, como en definitiva nos encontramos ante un genocidio en silencio contra millones de personas inocentes. Esta es la China del siglo XXI dominada por la brutal dictadura de la secta perversa del Partido comunista chino, y contra esta terrible vulneración de los derechos humanos más esenciales, numerosos abogados de todo el mundo, organizaciones no gubernamentales ya han alzado la voz para detener estas atrocidades nunca antes conocidas por el ser humano. Pero esto no es suficiente, necesitamos la Justicia, esa que ya en la antigua Roma Ulpiano definió como la “constante y permanente voluntad de dar a cada uno lo suyo”. Necesitamos personas valientes, de corazón firme y recto, immutable ante las presiones, sean las que sean, porque lo que nos jugamos es la vida de millones de personas o lo que es lo mismo, el propio futuro de la humanidad. Y es por eso que hoy, emocionado, recibo la noticia de que en Argentina existe un hombre íntegro y valiente, un Juez con coraje que se atreve a decir basta ya de sostener y de aguantar en silencio a los genocidas, sean quienes sean, basta ya de anteponer ningún tipo de interés sobre la vida humana que es lo más preciado que tenemos, basta ya de mirar para otro lado cuando se tortura masivamente y se asesina sin piedad y con total impunidad. Son dirigentes del Partido comunista chino los acusados, son máximos dirigentes de la dictadura comunista los que deben responder ante la Justicia y es precisamente la Justicia la que no conoce las caras ni los cargos, es la Justicia la que desconoce si estamos ante dirigentes y el color del partido político o la dictadura que dirigen, es la misma Justicia la que sabe distinguir la maldad de la perversidad, lo bueno de lo malo y hoy gracias a un hombre íntegro y valiente me siento orgulloso de ser persona, y conmigo millones de víctimas del genocidio del partido comunista chino contra la enseñanza espiritual Falun Gong se sienten orgullosos de ser personas. Sr. Aroz de la Madrid, es un honor para mi poder darle hoy las gracias, su decisión posiblemente valdrá para salvar vidas de personas inocentes porque hoy realmente es un mal día para los genocidas escondidos en sus guaridas de oro. Hoy saben que existe un hombre honesto, valiente y con coraje que les dijo cara a cara: La justicia les espera en Argentina. Es un gran día también para Argentina y para el pueblo argentino, que se convierte en el valedor de la defensa de los derechos humanos a través de un hombre valiente: El Señor Araoz de la Madrid: un Juez justo, un hombre bueno. Gracias de corazón, las víctimas hoy saben que está más cerca el fin de sus sufrimientos y la justicia mucho más cerca de los responsables de estos terribles crímenes contra la humanidad. Sr. Araoz de Lamadrid, coraje y valor. Carlos Iglesias Abogado.