TEMAS FUNDAMENTALES DE LA NIÑEZ Y ADOLESCENCIA EN LA JUSTICIA PENAL JUVENIL cuyo fundamento es evitar a toda costa cualquier tipo de conductas con menores e incapaces. Conviene recordar que tales tipos pueden ser cometidos por niños y jóvenes. En tales supuestos, las mismas consideraciones deberían permitir un tratamiento igualitario tanto para el autor como en relación a la presunta víctima. Ello nos llevaría a postular que la solución adecuada en estos últimos casos estaría en el Derecho de Familia y no en el Derecho Penal, particularmente cuando a raíz de ello se produce un embarazo o existe una convivencia permanente como pareja. b) Sin embargo, cabe otra interpretación de carácter material, atendiendo al bien jurídico tutelado que es la indemnidad sexual, al ejercicio de la violencia y a lo que verdaderamente debe entenderse por abuso sexual. Esta interpretación material que se propone, nos llevaría a descartar dentro del ámbito de aplicación del tipo los supuestos en que se realiza una actividad sexual entre jóvenes menores de quince años de edad y cuando el sujeto activo tenga al menos dieciocho años de edad, pero no exista cualquiera de las modalidades ejecutivas estipuladas en los artículos 158 y 160. Además, también nos ayudaría a descartar del tipo residual contemplado en el párrafo segundo del art. 166 CP. De inicio, y en relación a la indemnidad sexual de los menores, si lo que se intenta proteger es el normal y sano desarrollo de su evolución sexual, evitando en lo posible alteraciones traumáticas que incidan en su posterior desarrollo psíquico, no quedaría dentro del ámbito de protección del Derecho Penal, aquellos hechos que supongan un conocimiento espontáneo o exploratorio de su sexualidad, particularmente dentro del ámbito de los catorce o quince años. En términos claros, los meros actos de fornicación entre jóvenes no pueden quedar comprendidos dentro del ámbito de protección de la violación y agresión sexual. Y es a lo que MUÑOZ CONDE se reÀere, cuando destaca la opinión de los especialistas, que un ejercicio de la sexualidad no ejercida con violencia, incluso, puede favorecer un mejor desarrollo psíquico y una mejor efectividad de las relaciones interpersonales futuras181. Por ende, es procedente tomar en cuenta soluciones legales realistas en cuanto a la verdadera edad de iniciación en las relaciones sexuales que tienen los jóvenes en la sociedad salvadoreña; descartando el uso del aparato penal para imponer determinadas concepciones paternalistas, las cuales –por muy aceptables que parezcan– suponen una imposición no discutida ni aceptada voluntariamente a la juventud en general. En segundo lugar, si bien cierto que el tipo penal del art. 159 CP –violencia en menor o incapaz– no relaciona de manera alguna la violencia, la cual únicamente es citada en el nomen iuris, se desprende la noción interpretativa de que al ser más 181 MUÑOZ CONDE, Derecho Penal, parte especial, citado, Pág. 197. 97