Este artículo es una publicación de la Corporación Viva la Ciudadanía Opiniones sobre este artículo escribanos a: [email protected] www.viva.org.co La mujer: Botín de guerra, dentro y fuera del conflicto armado interno colombiano Fabio Monroy Abogado y periodista Presidente de la corporacion deberes y derechos La mujer colombiana, en el tercer milenio, resulta altamente perjudicada tanto en el contexto del conflicto interno como fuera del mismo. A pesar de toda una parafernalia sobre equidad de genero, y otra cantidad de retóricas al respecto, observamos que los ocho (8) de marzo, pasan y todo sigue igual e inclusive, hasta peor; sirven estas conmemoraciones para lucrar a comerciantes que a bien publicitan sus productos “en honor a la mujer”. El Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en editorial de ‘Hechos del Callejón” último, dice: “El 80% de las victimas del conflicto son mujeres”. Las cifras son verdaderamente desalentadoras. En comentarios tomados del último informe de la Mesa de Mujer y Conflicto Armado, y el documento emitido por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, producto de la visita llevada a cabo por la relatora Susana Villarán en el 2005, se ponen en evidencia que. “en promedio, entre enero de 2002 y junio de 2006, una mujer murió diariamente en el país en el marco de la violencia sociopolítica, lo que significa un estimado de 1608 mujeres (233 en combates, 1.375 fuera de combate; de éstas, 1.139 vía ejecución extrajudicial u homicidio político, 63 por homicidio contra mujeres socialmente marginadas y 173 por desaparecimiento forzado). El Estado bastante discursivo más poco productivo. Si bien Congresistas, miembros del ejecutivo, iglesia, representantes de ONG´s ponen el grito en el cielo, pocas acciones en concreto se realizan con miras a frenar y/o prevenir mayores atentados en contra de la mujer. Tomando como fuente los “Comentarios al Plan Nacional de Desarrollo 2006-2010, sobre transversalidades”, resaltamos lo siguiente: “Una de las prioridades del Plan es el aumento del gasto militar y el incremento de la Cooperación internacional en este sentido, generándose una serie de prelaciones que están encaminadas al fortalecimiento de un Estado beligerante que no reconoce la situación de conflicto armado del país sino la existencia de grupos armados al margen de la ley (GAML), cuestión que pone en grave riesgo a la población civil, en especial a las mujeres, y que contraría el artículo 3º común a los cuatro convenios de Ginebra que consagra el principio de separación, distinción y respeto por los actores no combatientes del conflicto armado. Por considerar de mucha trascendencia el documento que referenciamos, nos permitimos transcribir otro comentario que tiene relación directa con lo que deseamos sentar como precedente: “El Plan propone un concepto de seguridad que toma como base la operación militar, la conquista del territorio, el fortalecimiento de la justicia penal y de la inteligencia estatal. No obstante, las bases para el Plan de Desarrollo 2006-2010 ni siquiera toma en cuenta la incidencia de esta política en la vida y en los derechos de las mujeres, pues no es una realidad desconocida que el conflicto armado colombiano ha significado para ellas un refuerzo en la discriminación, una expansión en la violencia sexual de la que han sido víctimas y un silencio aterrador al respecto por parte de las instancias estatales”. Atentar contra las mujeres en las actividades propias de la guerra se constituye en una afrenta más en contra del género femenino. Las toman como rehenes para doblegarlas e intentando con ello forzar a sus familiares, y al Estado a realizar trueques, antes de recurrir a algunos mecanismos propios del manejo del conflicto. Las violan ante sus cónyuges, les obligan a constituirse en objetos de placer de los mayores en jerarquía, tanto de las filas de los insurgentes como del ejército regular. Como si esto fuera poco, la Mesa de Fortalecimiento a la población desplazada por el Conflicto armado interno, en el orden nacional y en el departamento del Atlántico, deben exigir de las autoridades la satisfacción de sus derechos, o de lo contrario estarían en el mayor olvido. Hay funcionarios que intentan atender bien a desplazadas y desplazados, pero, son más quienes de manera displicente y autoritaria despachan a las victimas del conflicto armado en Colombia. Recordemos que, en Acción Social, tal como fue ampliamente divulgado en la prensa nacional e internacional, se encuentra un funcionario con apetitos de lucrarse con bienes destinados a la población desplazada. Volviendo a la mujer, en el documento remitido por la Mesa de Fortalecimiento a la población desplazada en el Atlántico, titulado: “Mujeres-Conflicto Armado-DIHReconciliación -Desplazamiento y Política de Defensa y Seguridad Democrática”, la Relataría Especial para la Mujer de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, expreso: “Las necesidades especificas de las mujeres todavía no reciben una atención integral de parte del Estado colombiano y sus voces no son efectivamente incorporadas en el diseño de políticas publicas para remediar el impacto especial del conflicto armado en ellas…Dentro del conflicto armado colombiano la violencia contra la mujer es un problema estructural en donde esta se convierte en un botín de guerra para los actores armados en su lucha por controlar comunidades y territorio…sumándose a ello…delitos de carácter sexual como: la violación, trata de personas, y prostitución forzada, destinados a deshumanizarlas”. Además, dice; “La seguridad es un concepto que trasciende lo militar cuando se entiende desde los derechos humanos…Lo humano incluye hombres y mujeres, y ninguna propuesta de seguridad puede dejar por fuera cuestiones esenciales a la seguridad humana que las mujeres han identificado como criticas para su seguridad intima: en particular los derechos reproductivos y la violencia contra las mujeres”. El Hogar: Lugar inseguro para las mujeres y la niñez. En el primero foro: “Violencia Familiar y de Género, Asunto de Salud Pública”, llevado a cabo en Barranquilla, la representante de las Organizaciones de Mujeres ante las instancias internacionales, Abogada marina López, quien funge actualmente como Coordinadora de la Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación (CNRR) en la región Caribe, en su intervención expresó: El virus que afecta sin distinción el cuerpo femenino, también nos habla de la sociedad donde coexistimos y nos indican que el hogar resulta ser un lugar inseguro para las mujeres y la niñez. Así lo demuestran los datos señalados por la Defensoría del Pueblo en cuanto a que el grupo más afectado en la vulneración de derechos es el de la familia, siguiendo en su orden el de la niñez, mayores adultos/as, desplazados/as, reclusos/as”. La profesional del derecho hizo especial énfasis en las cifras de la Fiscalía Seccional Barranquilla, que en el período 2002 a 2004 reportaron 2.659 investigaciones por homicidio, mientras que por violencia intrafamiliar fueron 3.277 y por inasistencia alimentaria 3.589, la sumatoria de los delitos contra el núcleo familiar reportados e investigados arroja un total de 6.856 indagaciones, en el lapso ya mencionado. El médico-psiquiatra, Patricio García Caro, hizo una crítica coadyuvada por la periodista Patricia Lara, a las políticas públicas que sobre la mujer y la violencia familiar se han desarrollado en los últimos gobiernos, e indicó: “La omisión de las mujeres como sujetos de derechos en el Plan de Desarrollo sigue la misma línea de la administración Pastrana (1998-2002) que marcó un retroceso con respecto a los dos gobiernos anteriores. El gobierno de Pastrana eliminó la Dirección Nacional de la Mujer y derogó el decreto que había creado la comisión Asesora para la Equidad y Participación de la Mujer”. E hizo especial énfasis: “Las únicas instituciones que actualmente subsisten son: La Defensoría Delegada para los derechos de la Niñez, la Mujer y la Anciana; la Unidad de Delitos contra la Libertad Sexual de la fiscalía general de la Nación; las Comisarías de Familia, y la Consejería Presidencial para la Equidad de la Mujer, entidad estatal encargada de proteger y promover los Derechos Humanos de las mujeres”. El panorama resulta poco alentador para las mujeres. Según la Senadora Gina Parody, en declaraciones concedidas en visita a Barranquilla, “Se necesitan cien (100) años para encontrar el equilibrio tan esperado por todas las personas que ansiamos ver en la práctica la equidad de género de la que tanto se habla por todas partes”. Ojala que en lapso menor al pronosticado por la Congresista, se logre plasmar en los planes de desarrollo nacional, regionales y locales, y desarrollar en la realidad las acciones pertinentes con los recursos económicos necesarios para tal fin. El mejor homenaje que podemos rendir a la mujer es respetarla y valorarla verdaderamente.