Retazos de Memoria: la comunidad judía de Salónica Introducción Judíos se asentaron en Salónica desde el siglo 3 de la EC, y a lo largo de los siglos emigraron a ella judíos de muchos lugares. Los llegados de España por la expulsión de 1492 la convirtieron en un centro judío y en una de las más importantes “ciudades madres de Israel” en los siglos 16‐18. La mayoría de los judíos de Salónica hablaban ladino (judeoespañol). En las vísperas de la Segunda Guerra Mundial, en la ciudad de Salónica había alrededor de 52.000 judíos, que constituían dos tercios de la población judía de Grecia. Sobrevivieron la Shoá 1950 judíos, que representan el cuatro porciento del total del judíos de Salónica. Este es un estudio de caso que puede ayudar a profesores y alumnos a encontrar la forma de descubrir y reconstruir la vida de una comunidad determinada a través de una variedad de materiales. La vida religiosa y la tradición En los siglos 16‐18, Salónica se convirtió en una de las más importantes “ciudades madres de Israel” y a lo largo de los siglos se fue desarrollando una cultura local única. La ciudad era también un centro espiritual y sede de rabinos y sabios talmúdicos. Habían decenas de sinagogas que pertenecían a las diferentes tendencias religiosas que caracterizaban a los pobladores de la ciudad. En vísperas de la ocupación alemana habían en la ciudad: veinte rabinos, cuatro Yeshivot, cuatro “sofrei stam”(Escribas de libros sagrados ), y cuatro carniceros. Todos trabajaban al servicio de la comunidad. Dentro de los rabinos conocidos, estaba el rabino Rafael Haim Haviv (En la foto a la izquierda). La educación judía en Salónica En Salónica existían distintos tipos de escuelas, que servían a miles de niños; en la mayoría la lengua de instrucción era el ladino. Alphonse Levi, secretario de la comunidad judía antes de la Segunda Guerra Mundial, recuerda: “Antes del gran incendio de 1917 teníamos una institución importante de “Talmud Torá”, fundada en el siglo 16. En ella estudiaban alrededor de 1.500 alumnos. Después del incendio funcionaron dos instituciones parecidas, aunque más pequeñas, [...en las que] estudiaban cerca de 500 muchachos. En 1873 la “Alianza Israelita Universal” fundó (en nuestra comunidad) una serie de escuelas para varones y niñas. Había escuelas para principiantes (primarias), jardines de infantes, una escuela profesional para niñas, en total siete colegios con 4.000 alumnos. [...] En nuestros colegios trabajaban 71 maestros cristianos y 52 judíos. Se dedicaban cuatro horas diarias al estudio de la religión y la lengua hebrea. Existían también dos colegios estatales y dos privados[...]” Deposición del Sr Alphonse Levi, Archivo de Yad Vashem, TR.3/237, p.2 Economía y profesiones Salónica poseía un estatus económico y comercial importante. Su posición comenzó a deteriorarse a principios del siglo 20, pero el golpe más duro sufrido por la comunidad judía fue el gran incendio de 1917, que destruyó todos los barrios comerciales y la mayoría de las casas de la ciudad. La llegada de miles de refugiados griegos hizo aumentar la competencia económica entre judíos y cristianos, y desde 1922, al aumentar la influencia de los habitantes griegos en el comercio, las artesanías, la banca y los servicios públicos, la hegemonía económica pasó a manos de aquellos. Después de la ocupación alemana, fueron detenidos los miembros del consejo comunitario judío, se expropiaron apartamentos y bienes judíos, hasta quitar a los judíos de la vida económica de la ciudad. La cocina local Las comunidades judías recibieron influencias de las cocinas locales, importaron y adoptaron platos a los requerimientos de las leyes dietarias (kashrut) e inventaron nuevas recetas con los ingredientes que tenían a disposición. La cocina posee también una misión religiosa y ritual en el ámbito familiar y comunitario, en el sabbat y las festividades. La cocina judeo‐tesalonicense se basa en las tradiciones sefarditas y griegas locales, y se distingue con platos como las “burekitas”, “pastelikos”, “güevos jaminados”, etc. La prensa judía en Salónica Una rica y floreciente cultura se desarrolló en Salónica en torno a la escritura literaria y periodística. En la ciudad se publicaban numerosos periódicos, libros de poesía y lírica y obras de teatro. La mayoría de las obras se escribían en ladino, pero también en francés e incluso en hebreo. A fines del siglo 19 y principios del 20, 35 de los 70 periódicos locales aparecían en ladino. El “sabbat negro” Entre los sucesos más dramáticos e imposibles de olvidar entre los sobrevivientes de Salónica está el conocido como el “sabbat negro”. Una ordenanza de reclutamiento a labores forzadas para judíos de entre 18 y 45 años, obligó a cerca de 9.000 de ellos a presentarse el sábado 11 de julio de 1942 en la Plaza de la Libertad (Plateia Eleftheria). Los convocados debieron estar de pie durante horas bajo el sol ardiente, sufriendo los maltratos de los alemanes. Después de cuatro días de registro unos 2.000 fueron empleados en obras de construcción de caminos y otras. Alrededor de 250 murieron por el trabajo agotador y la alimentación precaria, a lo largo de los tres meses siguientes. La comunidad judía rescató a los hombres y para ello tuvo que vender a la municipalidad de Salónica el predio del antiguo cementerio – fundado 500 años antes. La vida de los judíos de Salónica bajo el régimen nazi Al ingresar las tropas alemanas a la ciudad, el 9 de abril de 1941, fueron arrestados los miembros del consejo comunitario y otros dignatarios. La comunidad estaba controlada por la Gestapo y obligada a solventar los gastos del mantenimiento de sus funcionarios. Las instituciones y colegios judíos fueron clausurados y los nombres judíos de las calles cambiados por denominaciones griegas. En Salónica, al igual que en otros lugares, los nazis expoliaron los bienes de los judíos, antes y después de la deportación. Las expropiaciones de casas, mercancías y granos provocaron una gran carencia de comida. El hambre facilitó la difusión de enfermedades contagiosas. El consejo comunitario intentó asistir a los necesitados estableciendo comedores populares. Los pobladores judíos fueron obligados a llevar la estrella amarilla y documentos de identificación especiales. Deportaciones y Exterminio Según documentos alemanes, entre el 20 de marzo y el 18 de agosto de 1943, partieron de Salónica hacia Auschwitz 19 transportes con 48.533 judíos. Sin embargo sabemos que parte de los transportes llegaron a otros campos, por ejm. a Treblinka. Una parte de los deportados pasaron la selección inicial después de la llegada (11.200, de los cuales 4.200 eran mujeres y 7.000 eran hombres). Judíos griegos en Auschwitz El destino de los judíos de Salónica en Auschwitz fue único, por diferentes motivos. A diferencia de la mayoría, venidos desde Europa central, oriental y occidental, los judíos de Salónica no estaban habituados a las condiciones climáticas extremas que imperaban en Polonia. Además, la comunicación era extremadamnente dificultosa, dado que los lenguajes comunes entre los tesalonicenses eran ladino, griego y francés, y no alemán, ídish y polaco, que eran los más comunes en Auschwitz. Esto hizo más dificultosa aún la absorción de los judíos de Salónica en el campo, la mayoría de los cuales habían perdido a sus familias apenas llegaron. Para los alemanes, los judíos de Salónica constituían una fuerza de trabajo amplia e importante. El perfil ocupacional de estos antes de la guerra ayudó a integrarlos en una variedad de labores a las que fueron forzados a realizar. Sus capacidades físicas eran conocidas por los alemanes y estos prisioneros se convirtieron en un grupo cohesivo entre los trabajadores forzosos. Los judíos de Salónica después de la Shoá Al terminar la guerra en 1945 había en Salónica aproximadamente 2.000 judíos, de los 10.000 judíos griegos que sobrevivieron el Holocausto. Los pocos supervivientes de esta magnífica comunidad regresaron a su ciudad con la esperanza de encontrar algún familiar, o amigos que también podrían haber sobrevivido. La mayoría de los sobrevivientes no encontró ningún familiar vivo, y comenzaron a percatarse de que eran los pocos que quedaban de sus familias y comunidades. Eso constituyó una nueva fase en el duelo después de la Shoá. Algunos sobrevivientes lucharon por recuperar parte de las posesiones familiares y reconstruir sus vidas en la ciudad, pero la mayoría prefirió reiniciar su existencia en Israel, los Estados Unidos, Canadá, Australia, o Sudamérica. Tal como hicieron sobrevivientes de otros países, los de Salónica lucharon por reunir fragmentos de sus vidas anteriores para establecer nuevas, y formar familias. Los que emigraron a Israel tomaron parte en la construcción del país y la sociedad.