LECTURA COMPLEMENTARIA 1 Elementos conceptuales que definen las competencias informacionales. Sus especificaciones en el contexto de las ciencias de la salud. Profesores: Dr. Roberto Zayas Mújica Msc. Mercedes Fernández Valdés El término competencia puede ser definido como la posesión de calificaciones intelectuales, físicas y conductuales suficientes (conocimientos, habilidades y actitudes) para realizar una tarea o desempeñar un papel de manera adecuada para lograr un resultado deseado (American College of Occupational and Environmental Medicine, 1998). Una competencia es “una característica subyacente en una persona que está causalmente relacionada con el desempeño, referido a un criterio superior o efectivo, en un trabajo o situación” (Spencer y Spencer, 1993, citado en Miguel et al, 2005, p.22). El concepto de competencia es diverso, según el ángulo del cual se mire o el énfasis que se le otorgue a uno u otro elemento, pero el más generalizado y aceptado es el de “saber hacer en un contexto”. El “saber hacer”, lejos de entenderse como “hacer” a secas, requiere de conocimiento (teórico, práctico o teórico-práctico), afectividad, compromiso, cooperación y cumplimiento, todo lo cual se expresa en el desempeño, también de tipo teórico, práctico o teórico-práctico. (Posada, 2004) Para saber si alguien es competente es indispensable observarle. No se es competente cuando sólo se sabe cómo “se debe hacer”, sino cuando se hace efectivamente y de una manera adecuada. En segundo lugar, la defini- ción hace referencia a algo sobre lo que se sabe hacer, que es el contenido de la competencia. En último lugar, para poder afirmar que alguien es competente no basta saber que hace ese algo, es muy importante la manera o la actitud con la que actúa. Nuevamente se hace referencia a los aprendizajes que hacen a alguien competente, saber qué es, saber hacerlo, saber comunicarlo, saber cómo hacer para saberlo. (Lafuente, 2007, p. 89) De acuerdo con Verdejo (2008):”En el concepto de competencia se entrelaza e integra lo afectivo, lo psicomotor y lo cognitivo en una nueva síntesis en el momento de llevar a cabo la acción, la evaluación y la reflexión sobre la acción”. El Departamento de Educación, Universidades e Investigación del Gobierno Vasco (2008) define los siguientes elementos relacionados con el concepto de competencia: En definitiva, “competencia” es la capacidad de movilizar y aplicar correctamente en un entorno laboral determinado, recursos para producir un resultado definido. Implica por tanto las siguientes características: • Se expresa en una acción o secuencia de acciones. Saber actuar en un contexto particular. • Es comprobable Una persona puede poseer esos recursos pero no movilizarlos, en cuyo caso no actuará con competencia. • Con vistas a una finalidad. La competencia está guiada por una intencionalidad: conseguir algo. En la medida en que ese resultado sea obtenido de acuerdo con criterios preestablecidos, dará la medida de la competencia del individuo. ( p. 11) En la introducción del proyecto del portal ALFIN- EEES: habilidades y competencias de gestión de información para aprender a aprender en el Marco del Espacio Europeo de Enseñanza Superior, (Pinto et al, 2005, p. 19) se plantea la siguiente diferenciación de las competencias: Competencias Genéricas o transversales, transferibles a una gran variedad de funciones y tareas. No van unidas a ninguna disciplina sino que se pueden aplicar a una variedad de áreas de materias y situaciones (la comunicación, la resolución de problemas, el razonamiento, la capacidad de liderazgo, la creatividad, la motivación, el trabajo en equipo y especialmente la capacidad de aprender). Competencias Básicas que son las que capacitan y habilitan al estudiante para integrarse con éxito en la vida laboral y social (lectura, escritura, cálculo, tecnologías de la información, lenguas extranjeras, cultura tecnológica). La competencia se traduce en el desempeño que manifieste una persona ante una actividad determinada e intervienen los conocimientos que se posea sobre la actividad, las habilidades desarrolladas para su realización y la actitud que manifieste el sujeto hacia la realización de la actividad. Es la suma entonces del saber, el saber hacer y el querer hacer. La unión de estos elementos deben tener como salida un resultado exitoso al realizar cualquier actividad laboral o profesional. Figura 6. Elementos constitutivos de las competencias. Elaboración propia. Habilidades Conocimientos Actitudes Competencia La competencia informacional, que se ha esbozado anteriormente, desde diferentes ángulos, es en esencia, un proceso donde intervienen los conocimientos, las habilidades y las actitudes de las personas en su interacción con la información en un contexto o actividad específica. Al decir de Zurowski: Las personas formadas en la aplicación de recursos de información en su trabajo pueden considerarse competentes informacionalmente. Estas personas han aprendido técnicas y habilidades en la utilización del amplio abanico de herramientas y recursos de información para solucionar sus problemas a partir de la información. (Zurkowski, 1974, citado en Ortoll, 2003, p. 32) El concepto de competencia es multidimensional y abarca una combinación de componentes personales (conocimientos, habilidades cognitivas, la motivación, las actitudes y las emociones), componentes sociales (conoci- miento contextual) y lleva a cabo (acciones, comportamientos, iniciativas) para hacer frente a complejas demandas en un contexto particular. (OECD, 2005, citado en Pinto, Doucet y Fernández, 2008) La competencia se relaciona en primer lugar con particularidades propias de cada individuo, como es la personalidad, los conocimientos, las habilidades y la motivación. Llevado al contexto que se estudia en la investigación, se puede describir la siguiente secuencia de actos: cuando un profesional de la salud se vincula a un proceso formativo para aprender a manejar información, lo hace para lograr metas relacionadas con objetivos docentes, investigativos o en muchas ocasiones para tomar decisiones vinculadas con su organización (si son directivos) o con sus pacientes (si están vinculados directamente a la actividad asistencial). Puede que en una fase inicial este individuo no tenga total claridad de la importancia que le reporta en su contexto el apropiarse de estas competencias; pero en la medida que identifique su importancia, su motivación aumentará y el proceso se debe desarrollar con la participación activa del mismo. Se produce entonces un cambio de actitud del sujeto hacia el objeto de aprendizaje (en este caso las competencias) y se comienzan a producir cambios en los modelos mentales que hasta el momento guiaban las acciones de este sujeto. En el proceso de aprendizaje de las competencias, se incorporan nuevos conocimientos vinculados al desarrollo de los flujos de información pero contextualizados a situaciones específicas del área de la salud y se desarrollan habilidades que facilitan la relación entre el individuo y la información. En ese ciclo intervienen, con mucha fuerza, los escenarios donde se desarrolla cada profesional de la salud, esenciales para estimular la búsqueda sistemática de la información y la gestión del conocimiento, elemento en el cual incide directamente el uso de la información en las organizaciones. Para el desarrollo de competencias no basta que la persona se ponga en contacto con nuevos conocimiento, sino que se impone su confrontación con situaciones reales que le exijan hacer para obtener un resultado, es necesario aprender haciendo y demostrar en el proceso la importancia de incorporar las nuevas competencias. Esta quizás es la forma más sencilla de explicar un fenómeno tan complejo como es la adquisición de competencias en el manejo de la información. En un análisis de los componentes ideales de la competencia informacional (Ortoll, 2003, p. 43) se reconocen los siguientes como los más importantes: Implica la puesta en juego de un conjunto de conocimientos, habilidades, procedimientos y actitudes relacionadas con el mundo de la información, que se aplican en un determinado contexto y que son de naturaleza transferible. Que este conjunto de elementos incluyen cómo encontrar y utilizar información. Está orientada a la acción y su principal objetivo es capacitar a los individuos para la resolución de problemas a partir de la información y constituir la base para la autoformación a lo largo de la vida y la creación de nuevo conocimiento. A pesar de su naturaleza inicialmente transferible está condicionada por el contexto y por el contenido. Requiere de un aprendizaje previo, y aunque su aplicación sea inicialmente de carácter individual y condicionado por una voluntad de actuación, los resultados de su aplicación pueden afectar a terceros, por lo tanto también se debe contemplar lo que vamos a denominar su “dimensión social”. Está vinculada a otras competencias tales como la competencia informática, la competencia en el uso de bibliotecas o el pensamiento crítico. Incluye el conocimiento y manejo de recursos de información. Proporciona a los individuos una forma integrada de pensar acerca del mundo de la información. Muchas han sido las organizaciones vinculadas con el desarrollo de las ciencias médicas a nivel global, que han planteado la necesidad de un cambio en la formación de los profesionales de la salud, incluyendo como una competencia básica para el médico, la gestión y el uso de la información. Schwarz y Wojtezak (2003) en su trabajo “Una vía hacia la educación médica orientada a las competencias”, explican: El Comité Nuclear del IIME1 ha definido el núcleo de competencias esenciales mínimas agrupándolas en 7 dominios. Estos fueron identificados en un proceso de revisión bibliográfica o de fuentes inéditas aportadas por los expertos y por un grupo de experiencias de los componentes del Comité Nuclear. Los siete dominios identificados por deliberación y consenso y considerados como esenciales son: Valores, actitudes, conducta y ética profesional. Bases científicas de la medicina. Habilidades clínicas. Salud poblacional y sistemas sanitarios. Gestión de la información. Pensamiento crítico e investigación. En dicho estudio se argumenta que la gestión de la información es considerada como un dominio de competencias esenciales para los médicos porque cada vez más su quehacer dependerá de que disponga de un flujo de información y acceso al conocimiento que ya solo es posible a través de las nuevas tecnologías. Su uso, 1 Instituto para la Educación Médica Internacional cada vez más imprescindible para manejar la información necesaria, para resolver los problemas de salud y para la toma de decisiones en la asistencia a los pacientes. El proceso de aprendizaje de las competencias informacionales incide en los profesionales de la salud en las siguientes dimensiones: 1. Prepara a los profesionales para desarrollar su actividad asistencial, docente, investigativa o gerencial a partir del conocimiento contenido en la literatura científico técnica en salud. 2. Permite tomar decisiones informadas y basadas en evidencias demostradas y publicadas en diferentes fuentes de información científicas. 3. Incrementa la motivación y el sentimiento de seguridad ante la elección de poder acceder a las fuentes de información adecuadas en el momento preciso. 4. Permite que cada individuo tenga conciencia de sus verdaderos “saberes” e integrarse a los procesos de formación continua. Bibliografía American College of Occupational and Environmental Medicine. (1998). OEM competences. Extraído el 15 de octubre del 2008, desde http://www.acoem.org/oem/oem.asp Lafuente, J. V., et al. (2007). El diseño curricular por competencias en educación médica: impacto en la formación profesional. Educación Médica, 10(2), 86-92. Extraído el 20 de marzo del 2009, desde http://scielo.isciii.es/scielo.php? pid=S1575 18132007000300004&script=sci_arttext&tlng=es Miguel, M., et al. (2005). Modalidades de enseñanza centradas en el desarrollo de competencias. Orientaciones para promover el cambio metodológico en el Espacio Europeo de Educación Superior. 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