Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos art.1 Declaración universal de DD.HH. PROPUESTAS DE Alex Plans Esta afirmación es la base sobre la que gira toda la actividad del partido Por un Mundo Más Justo (M+J). Consideramos que el reconocimiento y respeto de los derechos y libertades esenciales constituye el ideal común que ha de guiar la actuación de todos los individuos e instituciones. Aspiramos, por tanto, a conseguir las transformaciones estructurales necesarias para que todos los habitantes de este país y del mundo ejerzan su derecho a vivir con dignidad, situando la economía al servicio del desarrollo humano y priorizando la consecución de los DERECHOS HUMANOS como estrategia social, ya que sólo así podrán sentarse las bases de una sociedad cohesionada. Desde el partido Por Un Mundo Más Justo entendemos que la construcción de ese nuevo modelo social y económico más justo es una cuestión de voluntad política. Nuestra generación cuenta con los medios y los mecanismos necesarios para llevar a cabo los cambios que permitan poner solución a las situaciones de pobreza y exclusión social que presiden el actual modelo de relaciones internacionales. Ahora bien, alcanzar el objetivo general planteado exige una labor de incidencia política en el aquí y el ahora. También en nuestro entorno más cercano se dan, y cada vez más, situaciones de injusticia social a las que es necesario dar respuesta. Nuestras instituciones de autogobierno, y particularmente el Parlamento Vasco constituyen un marco idóneo para adoptar medidas que permitan construir una Euskadi más justa, cohesionada y solidaria, que sea capaz de ofrecer un modelo de sociedad alternativo que contribuya a poner los cimientos de ese cambio global necesario. Por ello, M+J quiere ofrecer a la sociedad vasca un programa dirigido a dar respuesta a la realidad y necesidades de este país y convocar a todos los ciudadanos y ciudadanas vascas a iniciar un movimiento que transforme los valores de nuestra sociedad, para construir entre todos una Euskadi Más Justa en un Mundo Más Justo. Eliminar la pobreza y la exclusión En el marco de una sociedad que centre en la Justicia Social Global los objetivos de su desarrollo económico, la lucha contra el riesgo de pobreza y exclusión social, así como contra la desigualdad debe convertirse en el eje sobre el que giren el resto de las políticas. Los procesos de desarrollo global, tecnológico y económico han deparado unas sociedades más avanzadas, con mayores niveles de bienestar, pero también han generado nuevos fenómenos que acaban configurándose como procesos de exclusión social. Este concepto de ‘exclusión social’ representa un salto cualitativo con respecto a la pobreza. Cuando se emplea el término pobreza únicamente se alude a la carencia de recursos materiales suficientes para atender las necesidades básicas de una población determinada. Por el contrario, la llamada exclusión social implica un proceso multidimensional que engloba un cúmulo de circunstancias desfavorables, a menudo fuertemente relacionadas, las cuales terminan por anular la dimensión de ciudadanía en las personas y colectivos afectados, pues suponen la separación de una serie de derechos sociales tales como el trabajo, la educación, la salud, el acceso a la cultura o la participación en la vida política y económica. Por otra parte, cuando en los países desarrollados hablamos de pobreza, hemos de hacer notar que se trata, generalmente, de pobreza relativa, noción ligada a la de desigualdad, que supone una situación de clara desventaja económica de alguien respecto al resto de su entorno. En este sentido, debemos denunciar que la política desarrollista, basada en el modelo neoliberal vigente, ha generado en nuestra sociedad una situación estructural de desempleo, originando bolsas de pobreza y exclusión que han aumentado alarmantemente en los últimos años como consecuencia de la situación de crisis económica. En efecto, según datos de la Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social (EAPN), en 2010, en el conjunto de España existían 11.666.827 personas (el 25,5% de la población) en situación de riesgo de pobreza o exclusión social, lo que suponía un aumento del 2,1% del total de la población respecto al año anterior (1.001.212 personas más). En Euskadi, esta situación alcanza a 330.692 personas. El 15,6% de la población, frente al 12,6% en 2009, siendo una de las comunidades en que el incremento de personas en riesgo de pobreza o exclusión ha sido más pronunciado, lo que demuestra la ineficacia de las políticas adoptadas hasta el momento y la necesidad urgente de profundizar en los mecanismos existentes con el objetivo de alcanzar a todos los hogares en riesgo de nuestra sociedad. No se trata, no obstante, de desarrollar una política asistencial sino bajo el principio básico de justicia social llevar a cabo una política social e inclusiva que permita ofrecer condiciones de vida dignas a todos los habitantes de Euskadi. 1.- Inclusión social e igualdad de oportunidades Para la construcción de una sociedad incluyente, desde M+J creemos que es necesario trabajar sobre las causas de exclusión, y no tan sólo sobre sus efectos. Para ello se requiere, por parte de los poderes públicos, el diseño y puesta en práctica de políticas transversales, en las que los Servicios Sociales participen con prestaciones y servicios que favorezcan la convivencia personal, familiar y social. Desde M+J apostamos por reconocer el derecho de las personas que se encuentren en situación de pobreza y exclusión social a vivir con dignidad y a desempeñar un papel activo en la sociedad, garantizando a todos los ciudadanos la satisfacción de sus necesidades básicas y proporcionándoles el contexto adecuado para el desarrollo de sus habilidades. Para ello, proponemos: 1. La implantación en Euskadi de una Renta Básica Universal: La Renta Básica no constituye un subsidio, sino un derecho de las personas a fin de contar con unos ingresos que le permitan disfrutar de una vida digna, dotándoles de recursos que les permitan cubrir sus necesidades esenciales. Todos los seres humanos somos iguales en dignidad y derechos, y la Renta Básica vendría a dar sentido a esta afirmación, suponiendo un derecho que todos nosotros, como seres sociales nos reconocemos mutuamente para vivir en sociedad, favoreciendo la cohesión, eliminando las situaciones de pobreza, y posibilitando el libre desarrollo personal. Se trata de poner en valor a la persona en sí misma considerada, y a la aportación que todos los miembros de la comunidad realizan para el mantenimiento de la misma educándose, formándose, realizando las tareas domésticas, atendiendo a sus menores, ancianos o enfermos, participando en la vida social, cultural y política, realizando labores de voluntariado, etc. La implantación de la Renta Básica Universal requiere a su vez una serie de medidas complementarias en diversos ámbitos como son el de la fiscalidad, la política de vivienda o empleo, la profundización en la democracia participativa, o el modelo de consumo y de relaciones sociales y económicas. Por ello, M+J entiende su programa electoral, no como una suma de propuestas aisladas, sino como un todo dirigido a implementar una política integral que permita llevar a cabo las transformaciones sociales necesarias para crear una Euskadi más justa, equitativa y solidaria. Desde esta perspectiva consideramos que: · La implantación de la Renta Básica Universal deberá llevarse a cabo de manera progresiva, ampliando sucesivamente tanto su importe como su grado de cobertura, partiendo del actual sistema de prestaciones sociales hasta llegar a alcanzar a toda la población. · En una primera fase, será necesaria la puesta en marcha de programas piloto en distintos municipios a fin de comprobar sus efectos sobre el mercado laboral y los precios en un contexto real. · La Renta Básica no es solo una medida de contenido económico, sino también y, sobre todo, social. Es preciso establecer mecanismos de corresponsabilidad que permitan implicar a los ciudadanos y agentes sociales en la gestión de la misma. · La Renta Básica debe suponer la sustitución progresiva del actual sistema de protección, de carácter asistencial y condicional, por un nuevo sistema basado en derechos, absorbiendo prestaciones como la Renta de Garantía de Ingresos, subsidios de desempleo, etc., lo cual permitirá a su vez establecer un modelo más sencillo, transparente y participativo, reduciendo significativamente los costes de gestión, eliminando las posibilidades de fraude, y evitando la llamada “trampa de la pobreza”. Todo ello, sin perjuicio de que el importe de la Renta Básica pueda ser variable en función de la edad del perceptor, o de la existencia de prestaciones adicionales que permitan atender de manera individualizada a determinadas circunstancias personales, como son las derivadas de enfermedad o incapacidad. · Apostamos por la extensión de esta medida a la totalidad del Estado y de la Unión Europea. Entendemos que, en este sentido, es necesario avanzar hacia una gestión compartida entre el Estado y las Comunidades Autónomas, a fin de cubrir las diferencias regionales en cuanto al coste de la vida. → Por otro lado, al tiempo que se lleva a cabo la implantación de la Renta Básica con carácter universal, es preciso dar una respuesta inmediata a la creciente situación de desigualdad que se está produciendo en nuestro país y mantener y mejorar el actual sistema de protección social, a fin de evitar el coste social que supone el aumento de la pobreza y la exclusión entre la población. Actualmente, el grado de cobertura de las prestaciones por desempleo alcanza, según la Memoria Socioeconómica de 2011 elaborada por el Consejo Económico y Social Vasco, al 57% de los parados. Esto implica que el 43% restante queda excluido de este sistema de protección. Como complemento, existe en Euskadi la Renta de Garantía de Ingresos, que supuso una inversión en 2011 de 330 millones de euros por parte de la Administración. Esta prestación, que ha visto endurecidos los requisitos para su concesión y disminuida su dotación económica para el año 2012 en un 7%, cubre actualmente a 58.000 ciudadanos vascos. De ellos, 34.000 son personas en edad de trabajar y el resto, personas mayores que subsisten con pensiones muy bajas, que son complementadas hasta alcanzar el importe del Salario Mínimo Interprofesional. Esto implica, por tanto, que un número importante de los desempleados vascos (cerca de 50.000) carece actualmente de ingresos. Ante esta situación, M+J entiende que el objetivo prioritario inmediato debe ser garantizar unos ingresos mínimos a todos los ciudadanos vascos que actualmente carecen de ellos, como primer paso hacia la universalización de la Renta Básica. Proponemos, por tanto: 2. La ampliación del actual sistema de Renta de Garantía de Ingresos, a fin de garantizar que, además de los supuestos ya previstos, la misma alcanza a todos aquellos desempleados mayores de 23 años que hayan agotado su prestación por desempleo o que no tienen derecho a ella, garantizándoles unos ingresos mínimos que les permitan hacer frente a sus necesidades básicas. 3. Agilizar los trámites para la concesión de la Renta de Garantía de Ingresos y demás prestaciones sociales existentes, garantizando además que los perceptores reciben de manera efectiva los atrasos actualmente existentes. Para ello, es necesario establecer una adecuada coordinación entre Lanbide y los Servicios Sociales municipales, reforzando la dotación de recursos personales y permitiendo que las solicitudes puedan llevarse a cabo ante los propios Servicios Sociales, a fin de permitir que los ciudadanos reciban el adecuado asesoramiento y garantizar la accesibilidad y agilidad del sistema, evitando los perjuicios que la situación actual causa a las personas residentes en pequeños municipios o zonas alejadas. 4. Reforzar los mecanismos de inserción socio-laboral de las personas en riesgo de exclusión. El traspaso a Lanbide de la gestión de la Renta de Garantía de Ingresos, que se produjo en diciembre de 2011, ha originado que la atención se centre exclusivamente en aspectos laborales y causado ineficiencias y descoordinaciones entre los distintos servicios públicos. Es preciso prestar una atención integral a la persona que aborde los aspectos psicosociales, además de los económicos y laborales, a fin de dar una respuesta adecuada a las situaciones de desprotección existentes en nuestra sociedad. → Otro de los graves problemas existentes en la sociedad vasca actualmente, es el del acceso a la vivienda, al que dedicamos un apartado propio en este programa. Sin embargo, aquí hemos de hacer referencia a la Renta Básica de Emancipación establecida por el Estado y gestionada por las Comunidades Autónomas. Esta reconocía una prestación de 210 euros mensuales como ayuda al alquiler a aquellos jóvenes entre 22 y 30 años que no excedan de ciertos niveles de renta y durante un periodo máximo de 4 años. Con la llegada del gobierno de Mariano Rajoy, se eliminó la concesión de nuevas prestaciones, manteniendo tan solo las ya existentes. Posteriormente, su cuantía se ha visto reducida en un 30%, quedando en 147 euros mensuales, lo que en la situación actual, puede suponer un grave quebranto para aquellos jóvenes cuya capacidad para mantener una vida independiente depende en buena medida de esta prestación. Ante esto, M+J apuesta por: 5. Complementar la Renta Básica de Emancipación, garantizando que su cuantía se mantenga en los 210 euros para los actuales perceptores hasta que los mismos agoten el derecho a esta prestación. Actualmente, el número de jóvenes vascos que recibe esta ayuda es de 5.600. → Finalmente, M+J quiere proponer una batería de medidas complementarias a las ya mencionadas y que van también dirigidas a hacer frente a las situaciones de exclusión existentes y promover la igualdad de oportunidades de todos los ciudadanos: 6. Incrementar el gasto en protección social hasta alinearlo con el promedio de la UE-15 durante la próxima legislatura, fijándolo en un 27% del PIB (frente al 20% actual), para progresivamente ir aumentándolo hasta llegar a un 30%. 7. Reformar el Consejo Económico y Social Vasco para garantizar su independencia y la participación efectiva en el mismo de los representantes de la sociedad civil organizada, priorizando sus trabajos en los aspectos socialmente más sensibles, tales como la pobreza y exclusión social, la desigualdad, y la emigración. 8. Mantener informada a la sociedad vasca sobre los problemas vinculados a la pobreza y la exclusión, llevando a cabo campañas de sensibilización y promoviendo la educación hacia la solidaridad. 9. Ofrecer una política de absoluta transparencia a la sociedad vasca, publicando periódicamente los indicadores de pobreza y exclusión social. 10. Construir redes de cooperación para erradicar la exclusión social, con participación de las distintas administraciones públicas y agentes sociales. 11. Elaborar un Plan Permanente para la Igualdad de Género en el que se ataquen las verdaderas causas de dicha discriminación, haciendo públicas todas las circunstancias en las que se produzcan situaciones de discriminación. 12. Imponer la transparencia salarial a las empresas radicadas en Euskadi. 13. Crear la certificación de equidad salarial. Vincular dicha certificación a las ayudas y subvenciones, así como a la contratación pública que realice el Gobierno Vasco. 14. Apoyar la creación de empleo para colectivos desfavorecidos, especialmente para las personas con discapacidad y los jóvenes, fomentando la aparción de empresas de inserción e introduciendo cláusulas sociales para el acceso al empleo en la administración pública y en las empresas privadas. 15. Desarrollar un Plan para la Igualdad de las personas con discapacidad, especialmente destinado al impulso de la accesibilidad. 2.- Migración 3.- Empleo El pleno empleo debe ser uno de los objetivos básicos de cualquier partido político que asuma el gobierno de Euskadi, y dentro de este objetivo debe atenderse especialmente a la creación de puestos de trabajo para los jóvenes vascos. Sin embargo, de acuerdo con la Encuesta de Población Activa (EPA) correspondiente al segundo trimestre de 2012, la tasa de paro en Euskadi se sitúa en el 14,56%, lo que supone 151.100 desempleados. Si bien esta tasa de desempleo es notablemente inferior a la media estatal, situada en el 26,3%, el dato es preocupante, más teniendo en cuenta el actual escenario de recorte de derechos y prestaciones sociales y precarización del mercado de trabajo. En este sentido, M+J quiere denunciar ante la sociedad vasca el riesgo de que el trabajo se convierta en una mercancía al servicio de meros intereses económicos, donde prime el beneficio empresarial sobre el inalienable derecho a disponer de un empleo estable y digno. El pleno empleo únicamente será posible si cambian radicalmente las condiciones económicas de nuestra sociedad, en las que prevalece el beneficio económico sobre la equidad y la solidaridad. Resulta prioritario, por tanto, dar respuesta a esta situación llevando a cabo una apuesta decidida por la creación de empleo estable, sin olvidar la necesidad de dar cobertura a todos los desempleados con el fin de garantizar unos ingresos mínimos a todas las familias vascas y evitar las situaciones de exclusión. M+J se compromete con la sociedad vasca a implementar una política de empleo que garantice un trabajo digno para todos, fomentando las reducciones de jornada y la conciliación laboral hasta acabar con el desempleo estructural, asegurando el nivel de renta, luchando contra la destrucción de empleo y creando empleo social. Todas las acciones que se emprendan en la materia irán además encaminadas a lograr la igualdad efectiva de mujeres y hombres y la no discriminación por razón de sexo, creencias, cultura, etnia o cualquier otra circunstancia personal o social. Para conseguir este fin, M+J propone las siguientes medidas: 1. Reconocer el trabajo como un derecho inembargable que debe extenderse a todas las personas que convivan en el territorio de Euskadi, de manera que dicho derecho pueda ser demandado por todos los residentes con independencia de su nacionalidad. El Gobierno Vasco deberá llevar a cabo las actuaciones necesarias a fin de garantizar a aquellos ciudadanos que lo soliciten un empleo de utilidad pública, que desarrolle actividades social y ecológicamente sostenibles. 2. Potenciar los contratos laborales indefinidos, eliminando la actual dualidad del mercado laboral, que discrimina a los trabajadores temporales, principalmente jóvenes y trabajadores poco cualificados. Actualmente la temporalidad en Euskadi se encuentra en el 20% de los contratos, muy por encima de la media de la UE, situada en el 14,1%. 3. Reorientar y fortalecer la negociación colectiva para lograr una mayor implicación de los trabajadores en la dirección de las empresas. 4. Dotar de mayores recursos a la inspección de trabajo para aumentar la frecuencia de las inspecciones y asegurarse de que todos los empresarios contratan a sus empleados conforme a lo dictado por la ley, lo que ayudaría también a reducir la economía sumergida. 5. Fortalecer el empleo público en las ramas relativas al Estado de bienestar y la prestación de servicios sociales, haciendo hincapié igualmente en los servicios de proximidad, revirtiendo la actual situación de congelación y reducción de plantillas. 6. Fomentar el empleo: · Evaluando las políticas activas de empleo llevadas a cabo hasta el momento, con el fin de detectar las deficiencias del sistema y lograr una mayor eficacia en las mismas. · Estableciendo la condición de que únicamente podrán acogerse a las medidas de fomento del empleo aquellas empresas que no hubieran destruido empleo en términos absolutos, en un periodo de cinco años, exceptuándose de este requisito las micro y pequeñas empresas, así como los empleos generados por autónomos y empresas de la economía social, pudiendo establecerse excepciones puntuales para medianas empresas. · Delimitando con precisión los colectivos objeto de las ayudas, con el fin de diseñar planes de incorporación al trabajo concretos para cada colectivo, llevándose a cabo la delimitación de los mismos en atención al riesgo de exclusión. · Diseñando medidas específicas para los parados de larga duración, incidiendo en aquellas familias en que ninguno de sus miembros disponga de empleo. · Reorientando el excedente laboral derivado del desempleo tecnológico hacia el sector social, así como el sector de la construcción hacia la rehabilitación de viviendas. · Creando, en colaboración con las corporaciones locales, una red de viveros de empresas dirigidos a albergar cooperativas o empresas cuyos titulares se encuentren en situación de riesgo o exclusión social. · Desarrollando programas de empleo integrales que contemplen no sólo la formación, sino la creación de puestos de trabajo mediante la formación de empresas cooperativas. · Diseñando una formación adaptada para personas emprendedoras vulnerables que posibilite adquirir conocimientos, competencias y habilidades para poner en marcha y gestionar su propia empresa, proporcionándoles apoyo técnico para la elaboración de planes de empresa y estudios de viabilidad y forma jurídica. · Desarrollando nuevas formas innovadoras de acceso e inclusión laboral, especialmente en áreas como las nuevas tecnologías de la información o el teletrabajo, también aplicadas para facilitar procesos de reinserción de profesionales que hayan experimentado una discapacidad sobrevenida. 7. Desarrollar los recursos humanos: · Mediante la formación, que se llevará a cabo desde el acceso al colegio, por lo que toda la política formativa estará unificada mediante una estrecha coordinación entre los órganos administrativos. · Racionalizando las actividades de formación que se dan en la actualidad. La formación estará ligada directamente al empleo, es decir, se fomentará que previamente a la formación se identifique claramente la necesidad de empleo. · Acabando con los cursos de formación que constituyen prebendas para determinadas organizaciones sociales o empresas privadas cuyo negocio es formar, no ayudar a encontrar empleo, exigiendo una evaluación independiente de los resultados en cuanto al éxito en la colocación de los estudiantes. De esta manera, los presupuestos en formación podrán concentrarse en aquellas entidades que garantizan con mayor eficiencia la colocación. · Fomentando las iniciativas personales que se dirijan a la búsqueda de autoempleo, incidiendo la formación especialmente en las mismas. 8. Mejorar la financiación de las políticas de empleo, alineando el gasto por desempleado al de los países de la UE-15 mediante una distribución del gasto en el que primen las medidas proactivas y específicas frente a las pasivas y genéricas. 9. Garantizar la transparencia, coordinación y evaluación de las políticas de empleo, asegurando la transparencia efectiva de las actuaciones que se lleven a cabo, mediante una definición de objetivos e indicadores claros y concretos; llevando a cabo una evaluación independiente continua y el análisis de prospectiva previo a la adopción de cualquier medida y coordinando con los Ayuntamientos y Diputaciones, para establecer una división racional del trabajo y elaborar programas comunes, evitando las duplicidades. 10. Crear instrumentos financieros específicos para autónomos, pequeñas y medianas empresas y empleo social. 11. Llevar a cabo una política fiscal que promueva el empleo estable, incentivando la inversión de los beneficios de las empresas en actividades productivas. 12. Avanzar hacia unas condiciones laborales que permitan la conciliación de la vida familiar, social y laboral: · Reducción progresiva de la jornada y la semana laboral hasta acabar con el desempleo estructural, acompañada de la prohibición de horas extras, que solo podrán realizarse en caso de fuerza mayor y ser compensadas en tiempo, y no en dinero. · Garantizar la compaginación del trabajo y la formación continua, reconociendo a cada trabajador el derecho a una mañana de formación por semana. · Potenciar el empleo a tiempo parcial, reconociendo a los trabajadores el derecho a optar por el mismo en todo momento, con posibilidad de reincorporación a la jornada completa. · Potenciar los permisos de formación y por causas familiares, mejorando las condiciones de excedencia, reducción y flexibilidad de horarios, y aumentando los permisos de maternidad y paternidad. · Creación de una red pública de escuelas infantiles que permita cubrir las necesidades de conciliación de la vida laboral y familiar. Más Derechos Sociales El derecho a la salud, a la educación y a disfrutar de una vivienda digna constituyen derechos básicos y su garantía debe convertirse en la primera obligación de cualquier gobierno democráticamente elegido. Sin embargo, el grado de cobertura de los mismos existente en la actualidad es muy insuficiente, pues no cubre las necesidades de la sociedad vasca. Los recortes presupuestarios aprobados por el Gobierno Vasco en 2012 han supuesto además una reducción de un 0,9% de las partidas destinadas a sanidad, un 0,5% en las dedicadas a educación, un alarmante 1,7% para los servicios sociales, y un 7% en las cuantías de las prestaciones sociales, lo que supone dejar de invertir cerca de 300 millones de euros en los servicios sociales públicos vascos. Esta situación, como ha advertido el propio Ararteko, puede traer consigo un significativo aumento de la desigualdad y las bolsas de pobreza en la sociedad vasca. Por tanto, debe considerarse prioritaria la acción política dirigida a la plena implementación de estos derechos, enfocándola en primer término hacia los colectivos más desfavorecidos de nuestra sociedad. M+J apuesta por el blindaje y fortalecimiento de los servicios públicos, concibiéndolos como una inversión y no como un gasto, y facilitando el acceso a los mismos a toda persona residente en Euskadi en condiciones de igualdad, evitando las situaciones de discriminación o exclusión. 4.- Educación El Estatuto de autonomía reconoce que es competencia de Euskadi la enseñanza en toda su extensión, niveles y grados, modalidades y especialidades, sin perjuicio de las competencias reservadas al Estado por la Constitución. El presupuesto del Gobierno Vasco para 2012 destina a Educación, Universidades e Investigación 2.648 millones de euros (un 0,5% menos que el año anterior), lo que supone un 3,96% de nuestro PIB, lejos de la media de la UE, en la que el gasto público en educación se sitúa en el 5,3%, e incluso por debajo de la media estatal. Además, somos una de las Comunidades Autónomas que más fondos públicos destina a financiar la educación privada. Euskadi gasta menos en educación de lo que le corresponde por su nivel de riqueza. Mientras nuestro PIB per capita es el 122% del PIB de la UE-15, el gasto en educación pública per capita es solo el 75% de la UE-15. La educación es, sin duda, uno de los factores más influyentes en la exclusión o inclusión de las personas, existiendo una estrecha relación entre riesgo de pobreza y nivel educativo. Es también el primer elemento dinamizador de una sociedad, su capacidad, su sensibilidad, sus cualidades están vinculadas a su educación. La apuesta por la democracia participativa conlleva necesariamente reforzar el ámbito educativo, pues la participación exige no solo garantizar unos recursos formativos mínimos a todas las personas, sino también las competencias adecuadas para que puedan aportar propuestas que transformen la sociedad. Desde estas premisas, en M+J apostamos por reformular el modelo educativo, impulsando una educación pública inclusiva y de calidad, y proponiendo para ello las siguientes medidas: 1. Incrementar el presupuesto educativo hasta situarlo en la media europea (5,3%). 2. Garantizar a todos los residentes en Euskadi el derecho a una educación de calidad, inclusiva y gratuita: · Asegurar la escolarización efectiva de toda persona en edad de enseñanza obligatoria, con la garantía de que pueda ser en el centro educativo más cercano a su lugar de residencia. · Asegurar el acceso gratuito a los centros de educación infantil para toda persona en situación de riesgo de exclusión. · Establecer mecanismos de coordinación estrecha entre el sistema educativo y los servicios sociales, con objeto de dar apoyo a las familias así como fomentar espacios no formales de educación. · Dotar a los centros educativos de personal especializado, docentes y no docentes, para trabajar con alumnos en situación de riesgo, tanto por causas económicas como sociales. · Dotar al profesorado de herramientas para la gestión de la diversidad en el aula. · Prevenir la segregación educativa y la concentración de alumnado con factores de riesgo estructural en determinados centros. · Reducir las tasas de abandono escolar y facilitar la reincorporación al sistema educativo de aquellas personas que lo han abandonado, con mecanismos de información y asesoramiento. Actualmente la tasa de abandono escolar prematuro en Euskadi se sitúa en el 12,6%. Si bien esta cifra es ostensiblemente inferior a la media estatal (28,4%) y se sitúa incluso por debajo de la media de los países de la UE-15 (15,4%), la Estrategia Europea 2020 incluye el objetivo principal de reducir el abandono escolar prematuro a menos del 10%, por lo que es necesario continuar realizando esfuerzos en este sentido. 3. Aportar herramientas, en la Educación Primaria y Secundaria, para que la persona pueda desarrollarse plenamente tanto a nivel familiar y laboral como social y político: · Introducción de técnicas de gestión emocional en las escuelas, así como fomento de la colaboración y el trabajo en grupo, primando la creatividad e imaginación sobre la memorización. · Desarrollo de programas de técnicas de estudio para la implementación de hábitos desde primaria que ayuden a los escolares a desarrollar su aprendizaje de una forma ordenada y metódica. · Focalizarse en la comprensión y la colaboración, resolución de problemas individuales y grupales, gestión colectiva de recursos escasos, conocimiento de uno mismo y relaciones con los demás. · Hacer hincapié en la educación para el desarrollo y la paz. Educar personas conscientes y críticas. 4. Acercar la Universidad a la sociedad, propiciando una mayor utilidad de la misma a través de: · Fomentar, además de las prácticas en empresas, las acciones de voluntariado en ONGs y ONGDs vinculándolas con el trabajo académico, favoreciendo tanto el aporte extra de recursos humanos en el ámbito social y de desarrollo como la sensibilización del sector estudiantil de la población sobre las deficiencias sociales existentes tanto en su entorno más inmediato como en el ámbito internacional. · Dar a conocer desde los distintos ámbitos académicos universitarios – sanitario, educativo, social, legal, etc. – las situaciones de precariedad que existen en la sociedad y mostrar las aportaciones que pueden hacerse desde cada disciplina. · Orientar la realización de trabajos académicos, actualmente tendentes a ser demasiado teóricos, hacia el conocimiento de nuestro entorno inmediato para que puedan ser de utilidad en la detección y posterior subsanación de problemáticas concretas que se viven en nuestra sociedad. Paralelamente, se potenciará la difusión de los estudios efectuados (tales como trabajos de fin de carrera o master y tesis doctorales), a fin de que el trabajo realizado pueda revertir positivamente en la sociedad. 5. Separar la actividad docente de la actividad investigadora, a fin de conseguir la plena dedicación de los profesionales y garantizar la satisfacción de las necesidades formativas específicas del personal investigador. La docencia, sin embargo, puede construirse de otra manera gracias a las nuevas tecnologías. Estrategia auto-didáctica y formación continua durante la semana laboral acompañada por consejeros en pedagogía. 6. Aumentar el número de becas de estudio, primando los criterios socioeconómicos en la concesión de las mismas. 7. Promover la educación no formal como alternativa de ocio y tiempo libre, con el fin de conseguir la formación integral de niñ@s y adolescentes. 8. Creación de un portal de educación universal con contenidos y materiales gratuitos para todos los ciudadanos. 5.- Sanidad La sanidad pública constituye un pilar fundamental del Estado de bienestar, y un medio indispensable para garantizar el derecho a la salud y la igualdad de todos los ciudadanos. Sin embargo, en los últimos años, y amparándose en la situación de crisis económica, los distintos gobiernos han venido desarrollando una política de recortes tanto en las partidas presupuestarias destinadas a financiar el sistema público de salud como en el acceso a las prestaciones, lo que se ha visto complementado recientemente con sistemas de copago (“repago”, en realidad) sanitario y farmacéutico y la exclusión de un amplio número de medicamentos de la financiación pública. Este tipo de actuaciones resultan inadmisibles, puesto que suponen una limitación de los derechos de los ciudadanos, incidiendo de manera negativa en su calidad de vida, y perjudicando proporcionalmente más a quien se encuentran en situación de riesgo, como son los parados, inmigrantes, ancianos, enfermos crónicos o personas con escasos recursos económicos. Reducir el nivel de cobertura sanitaria supone incrementar las desigualdades así como el riesgo de pobreza y exclusión social. En Euskadi, el Presupuesto del Gobierno Vasco para 2012 contempla un gasto en Sanidad de 3.406 millones de euros, lo que supone un 0,9% menos que el año anterior. Esto implica además que el esfuerzo económico vasco en sanidad alcanza tan solo el 5,2% de nuestro PIB. Al igual que sucedía en el campo de la educación, esta cifra se sitúa por detrás de la media estatal (5,8%) y muy lejos de la media europea, situada en el 7,2%. Estos datos desmontan por sí solos la idea que se pretende inculcar en la población desde determinados sectores acerca de la insostenibilidad del sistema de salud pública y muestran que el mantenimiento y mejora de la sanidad vasca es, de nuevo, una cuestión de de prioridades y decisiones políticas. Así, M+J apuesta por garantizar una cobertura sanitaria universal y gratuita para el conjunto de la población, corrigiendo las desigualdades existentes en materia de salud que hacen que determinados grupos de población tengan una menor atención sanitaria, menos esperanza de vida, mayor morbilidad y, en consecuencia, menor calidad de vida. Planteamos, además, un enfoque amplio sobre la salud que tenga muy presente tanto los factores ambientales y psicosociales como la promoción de la salud y la prevención, poniendo especial atención en mejorar las condiciones sanitarias de aquellos colectivos sociales con mayores carencias. Para ello, proponemos: 1. Incrementar progresivamente el gasto público en sanidad hasta alcanzar el 7% del PIB, con el fin de garantizar la gratuidad y universalidad del sistema, y hacer frente a la necesidad de mayores atenciones que el envejecimiento de la sociedad vasca pueda suponer. 2. Reconocer el derecho a la asistencia sanitaria en igualdad de condiciones a todos los residentes en Euskadi, con independencia de su situación laboral, nacionalidad o cualquier otra circunstancia. Todo residente tendrá derecho a su Tarjeta Individual Sanitaria. Se garantizará además el acceso a la atención sanitaria a los desplazados con las mismas condiciones y garantías que los residentes, y se exigirá del Ministerio de Sanidad que lleve a cabo las actuaciones necesarias para garantizar el cumplimiento de este derecho en todas las CC.AA. de acuerdo con lo establecido en la Ley de Cohesión y Calidad del Sistema Nacional de Salud. 3. Garantizar la gratuidad del sistema sanitario en el momento de uso. Rechazamos cualquier modalidad de copago en la sanidad pública. Este tipo de medidas no han demostrado ningún efecto sobre la contención de la demanda inapropiada y sí sobre la equidad y la accesibilidad, además de tener elevados costes de gestión. 4. Establecer la dedicación exclusiva del personal sanitario que trabaja en el sistema de salud pública, evitando la desviación de recursos hacia el sector privado. Al mismo tiempo, es necesario liberar al personal sanitario de la realización de tareas administrativas, a fin de mejorar la prestación del servicio y aumentar el tiempo disponible para atender a los pacientes. 5. Aumentar el número de plazas hospitalarias en la sanidad pública, con el fin de converger progresivamente con la media de la UE. El número de camas por cada 1.000 habitantes se ha ido reduciendo en Euskadi de manera continuada hasta situarse en 3,6, muy lejos de las 5,35 camas/1.000 habitantes que representa la media europea. A esto hay que añadir el peso especialmente relevante de la sanidad privada, que acapara el 30% del total. 6. Potenciar la Atención Primaria de Salud, mejorando su dotación presupuestaria y de personal, dado que el buen funcionamiento de la misma supone la clave para garantizar la accesibilidad y eficiencia del sistema sanitario. 7. Racionalización del gasto farmacéutico, rechazando la aplicación de las nuevas medidas de copago establecidas por el Gobierno español. Para ello apostamos por las siguientes medidas: · Potenciar la coordinación con el Estado y las demás CC.AA. para establecer centrales de compras que permitan aprovechar las ventajas de las economías de escalas para la adquisición de medicamentos y tecnología. · Introducción de la receta electrónica en la totalidad del sistema sanitario vasco. · Receta exclusivamente de la medicación necesaria, por unidades, y modificación del envase de los medicamentos, a fin de dispensar únicamente las dosis prescritas, evitando e desperdicio de medicamento actual y la automedicación. · Potenciación de los fármacos genéricos, siendo de obligada prescripción siempre que existan los mismos. Adicionalmente, es preciso llevar a cabo un control estricto de las políticas de marketing de las empresas farmacéuticas y las actividades de formación y esponsorización realizadas por la industria. · Introduccion de las hierbas medicinales como aliadas a los medicamentos y para tratamientos concretos. 8. Dotar de mayor transparencia al sistema de salud, mejorando los mecanismos de información existentes y la coordinación entre distintas áreas de la Administración. 9. Tomar medidas de atención específicas dirigidas a aquellos grupos que tienen más dificultades en el acceso al sistema de salud o que requieren de una especial atención (personas con discapacidad, personas con problemas de salud mental, personas con enfermedades raras y crónicas, personas con drogodependencias, población reclusa, personas sin hogar, minorías étnicas, etc.). 10. Intensificar las campañas preventivas y de educación en hábitos de vida saludables, dirigiéndolas especialmente a las personas que tienen peor calidad de vida. 11. Intervenir en contextos insalubres, mejorando los equipamientos y resolviendo los problemas estructurales que precarizan la salud de las personas. 6.- Vivienda El artículo 47 de la Constitución española reconoce el derecho de todos los ciudadanos a disfrutar de una vivienda digna y adecuada. Impone además a los poderes públicos el deber de promover las condiciones necesarias y establecer las normas pertinentes para hacer efectivo este derecho, regulando la utilización del suelo de acuerdo con el interés general para impedir la especulación. Diversos tratados internacionales, como la Declaración Universal de Derechos Humanos reconocen igualmente el derecho de todas las personas a un nivel de vida adecuado, incluyendo la vivienda entre los derechos que deben serles garantizados. Sin embargo, la política de vivienda llevada a cabo hasta el momento ha fomentado la especulación y propiciado el boom inmobiliario, convirtiendo el acceso a la vivienda en uno de los mayores problemas para los ciudadanos vascos, particularmente para los más jóvenes. En efecto, según la Estadística de Oferta Inmobiliaria correspondiente al primer trimestre de 2012, elaborada por el Departamento de Vivienda, Obras Públicas y Transportes del Gobierno Vasco, el precio medio por metro cuadrado útil de la vivienda usada se situaba en Euskadi en los 3.837 euros, mientras que en el caso de la vivienda libre alcanzaba los 3.765 euros (en torno a un 70% más que la media estatal), ocupando de manera destacada el primer puesto en el ranking de Comunidades Autónomas. Esta situación se reproduce en el mercado de alquiler, con una oferta escasa (apenas el 5,3% del total de viviendas ofertadas) y con precios desorbitados, que sitúan la renta media en 895 euros al mes. Frente a esto, nos encontramos con que en el parque vasco de viviendas existen cerca de 45.000 viviendas vacías (el 4,6% del parque inmobiliario) y más de 29.500 segundas residencias. El volumen conjunto de estos dos tipos de residencia viene a coincidir con el volumen de la demanda de vivienda en Euskadi, por lo que la intervención sobre las mismas debe ser prioritaria, adoptando medidas de fomento y disuasorias que permitan poner estas viviendas al servicio de las necesidades sociales. M+J apuesta por reconocer el acceso a la vivienda como un verdadero derecho social, poniendo en valor el artículo 47 de la Constitución y desarrollando políticas que garanticen de manera efectiva este derecho, eliminando la especulación y garantizando la socialización de las plusvalías urbanísticas e inmobiliarias: 1. Elaboración de una Ley de Vivienda Social que reconozca el derecho de toda persona mayor de 18 años a una vivienda digna y adecuada en régimen de alquiler como un derecho subjetivo exigible ante los tribunales, sin que la renta mensual exceda en ningún caso del 30% de sus ingresos. 2. Desarrollo de un Servicio Público de Vivienda encargado de coordinar la actuación de las distintas administraciones en materia de vivienda y urbanismo; y dirigido a garantizar un Parque Público de Vivienda en Alquiler que satisfaga las necesidades habitacionales de la ciudadanía vasca. Dicho servicio público de vivienda constituirá el cauce único a través del cual se dará satisfacción a las necesidades de la ciudadanía vasca en materia de vivienda. La ley garantizará la participación en los órganos de representación y dirección de este servicio de los representantes de la sociedad civil y la debida participación social en los procesos de elaboración de sus planes estratégicos de actuación, que serán de obligado cumplimiento para todas las administraciones públicas. M+J se compromete a dotar al Servicio Público de Vivienda de los recursos económicos necesarios para llevar a cabo sus funciones. 3. Reorientación de la política pública de vivienda, de manera que toda nueva construcción que se produzca en el marco de la intervención pública sea adjudicada exclusivamente en régimen de alquiler o mediante otras figuras análogas, como el derecho de superficie. 4. Avanzar hacia un nuevo modelo de asignación de las viviendas públicas mediante sistema de baremación, tomando en consideración criterios como la escasez de recursos, riesgo de exclusión, desempleo, número de hijos…. 5. Movilizar viviendas vacías y subocupadas, mediante la adopción de las siguientes medidas: · Recargo del IBI para las viviendas no ocupadas. M+J propondrá los cambios normativos necesarios para que todas aquellas viviendas en las que no conste empadronamiento vean recargada la cuota del Impuesto sobre Bienes Inmuebles en un 200%. Impulsaremos igualmente la aplicación de esta medida respecto a los locales comerciales desocupados. · Requisa Temporal. El Servicio Público de Vivienda tendrá la facultad de requisar temporalmente viviendas vacías o subocupadas en aquellas localidades donde las tasas de necesidad de vivienda y de presencia de viviendas vacías y subocupadas así lo legitimen (tasas de desocupación superiores al 5%). La requisa se llevará a cabo por un periodo de 5 años prorrogables con el fin de poner dichas viviendas a disposición de los ciudadanos en régimen de alquiler social. Los ingresos obtenidos en tal concepto, una vez descontados los gastos en que la administración haya incurrido, serán puestos a disposición del propietario de la vivienda. · Edificación forzosa. El Servicio Público de Vivienda tendrá capacidad para intervenir directamente en relación con aquellas promociones de vivienda cuya finalización haya sido artificialmente detenida por los promotores con la finalidad de mantener el nivel actual de precios, pasando en tales casos el suelo y las edificaciones a ser de titularidad pública y destinándose las viviendas correspondientes a alquiler social. · Fomento e intermediación. En paralelo a las intervenciones arriba mencionadas, el Servicio Público de Vivienda llevará a cabo una labor de fomento e intermediación dirigida a facilitar la salida al mercado de alquiler de las viviendas vacías o subocupadas, mediante la revisión y mejora de los programas ya existentes. 6. Reconocimiento de la posibilidad de crear viviendas en locales comerciales vacíos en aquellos municipios donde la demanda de alquiler social exceda del parque de viviendas existente. 7.- Aumentar el control y sanción del incumplimiento de la normativa en materia de declaración de los contratos de arrendamiento y depósito de fianza a fin de garantizar un control exhaustivo de la situación de los inmuebles y evitar el fraude fiscal en la materia. 8. Incremento del Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales en el caso de venta de vivienda usada, gravando las plusvalías de manera decreciente en el tiempo (comenzando por cantidades cercanas al 100% durante los primeros años), a fin de evitar la especulación inmobiliaria con un bien básico como es la vivienda. 9. M+J promoverá además la modificación a nivel estatal de la legislación hipotecaria introduciendo las siguientes novedades: · Limitación tanto de los plazos máximos de amortización (20 años) como del ratio de endeudamiento máximo (30% de los ingresos). · Modificación de los procedimientos de ejecución hipotecaria, sustituyendo la subasta judicial de la vivienda por sistemas de venta directa, eliminando la necesidad de previa consignación de importe alguno para concurrir al proceso de adjudicación, a fin de evitar el perjuicio patrimonial que el sistema actual supone para el hipotecado. · Reconocimiento de la posibilidad de extinción de la deuda mediante la dación en pago. · Reconocimiento del derecho de la persona desahuciada a seguir viviendo en su domicilio a cambio de un precio de alquiler social. 10. Reorientar la actividad constructora y promotora hacia la rehabilitación de viviendas, potenciando la mejora en la calidad social, ambiental y energética de las edificaciones. 11. Potenciar el control e inspección de la calidad de las viviendas en uso, sancionando efectivamente el incumplimiento de las condiciones de higiene y seguridad mínimas. 12. Favorecer el desarrollo de la autoconstrucción dirigida a atender las necesidades de vivienda habitual. 13. Llevar a cabo un proceso de relocalización y reestructuración urbana con el objetivo de convertir las grandes aglomeraciones en pequeñas ciudades sostenibles y habitables. Economía al servicio de las personas M+J considera que toda política económica debe estar orientada a la consecución de un modelo de sociedad equitativa, solidaria y justa que potencie el desarrollo humano, eliminando las desigualdades entre las personas. El gasto público debe tener como finalidad esencial la eliminación de la pobreza y de la situación de precariedad que afectan a un porcentaje considerable de familias, mantener y profundizar en los derechos sociales de los ciudadanos y ciudadanas y desarrollar un tejido productivo que ponga la economía al servicio del interés general, garantizando un empleo digno a todas las personas. La lucha contra el fraude, a todos los niveles, debe ser otra de las prioridades de las administraciones públicas. Para ello, deben consignarse fondos suficientes para garantizar la efectividad de las medidas adoptadas en la materia. Especial hincapié debe hacerse así mismo en la concienciación ciudadana acerca de las consecuencias sociales negativas que se derivan de las prácticas fraudulentas. Se hace también necesario redefinir el modelo impositivo de forma que la distribución de la carga tributaria se ajuste estrictamente a las exigencias de igualdad, generalidad y progresividad proclamadas en el artículo 31 de la Constitución. En este sentido, debe denunciarse la injusticia inherente al actual sistema, que no reparte el peso contributivo proporcionalmente entre familias y empresas y, dentro de estas, según sus beneficios reales. M+J apuesta por un modelo de sociedad que conciba la economía como un medio al servicio de las personas. A tal fin, resulta imprescindible dar la vuelta a cinco características del modelo económico actual: 1.- Frente a la especulación, fuente de inestabilidad, proponemos ESTABILIDAD ECONÓMICA, favoreciendo la economía productiva sobre la economía financiera y especulativa. 2.- Frente a la desregulación, REGULACIÓN de los mercados económicos y financieros. 3.- Frente al consumismo, apostamos por el CONSUMO RESPONSABLE. 4.- Frente al individualismo es necesaria la COHESIÓN SOCIAL. 5.- Frente a la opacidad, buscaremos TRANSPARENCIA. 7.- Reorientación de los presupuestos desde la perspectiva del impacto social El déficit público se ha convertido, en los últimos años, en una de las principales causas de preocupación por parte de los dirigentes políticos y económicos, repercutiendo en los medios de comunicación de manera destacada y trasladando dicha preocupación a la sociedad. La deuda pública existente se achaca a un excesivo gasto público, proponiendo una política de fuertes recortes presupuestarios dirigidos, principalmente, a los capítulos de gastos sociales e inversión. Sin embargo, es fácil demostrar que la deuda actual no se debe a un desmedido aumento del gasto público, sino a la política de rescates bancarios, que ha llevado a que buena parte de la deuda privada se transforme, por esta vía, en deuda pública. Esta circunstancia ha venido además acompañada de una política fiscal regresiva y de un elevado fraude fiscal. M+J rechaza estas medidas dirigidas a socializar las pérdidas del sector financiero y culpabilizar a los asalariados de los efectos de la crisis del sistema económico basado en un modelo neoliberal, insolidario, dogmático y sin futuro. Los ciudadanos no somos culpables de esta crisis. Frente a esto, afirmamos que otro modelo político y económico es posible. Apostamos por una política de ingresos y gastos acorde con la demanda social, basada en la solidaridad redistributiva y la lucha contra el fraude, reorientando el gasto hacia las políticas sociales y garantizando unos servicios públicos universales y de calidad. Para garantizar unos presupuestos equilibrados y socialmente justos, M+J propone las siguientes medidas: 1. Llevar a cabo una auditoría de la deuda pública vasca con intervención de los agentes sociales y exigir al Estado la realización de una auditoría propia, a fin de determinar, con absoluta transparencia, su alcance, causas y responsables y delimitar la deuda injusta e ilegítima, y que, por tanto, no debe ser soportada por los ciudadanos. 2. Alinear el gasto en protección social con el promedio de la UE-15 durante la próxima legislatura, fijándolo en un 27% del PIB (frente al 20% actual), para progresivamente ir aumentándolo hasta llegar a un 30%. 3. Apostar por una viabilidad económica a largo plazo, reforzando presupuestariamente aquellas partidas destinadas a educación, sanidad, vivienda, investigación, etc., alineando el gasto con los países socialmente más avanzados de Europa. 4. Promover una política de empleo orientada hacia las actividades sociales que alcance un 15% de los empleos, considerando tanto los empleos del sector privado como del sector público. 5. Dar máxima prioridad a una política de gasto público que promueva las inversiones productivas, condicionando las ayudas y bonificaciones de las empresas a la creación real de empleo. 6. Reducción drástica de aquellas partidas presupuestarias cuya aportación social es cuestionable (fomento de la inversión inmobiliaria, consumo de bienes importados con implicaciones negativas – petróleo, energía, textil, vehículos de lujo…-) 7. Adoptar una política estricta de austeridad y coherencia en el gasto público en compromisos institucionales, eventos (congresos, recepciones, etc.) y demás cuestiones de índole estética y costumbrista. 8. Prohibición de concesión de subvenciones o acceso a otros fondos públicos por cualquier medio (incluida la esponsorización) para entidades que mantengan deudas con la Seguridad Social o la Hacienda Pública. 8.- Fiscalidad Justa La construcción de un sistema fiscal justo constituye un paso indispensable para conseguir una sociedad cohesionada, que garantice a todos los ciudadanos la satisfacción de sus necesidades básicas y la prestación de unos servicios públicos de calidad que contribuyan a eliminar las situaciones de desigualdad. Para ello, resulta prioritario recuperar una política contributiva que reparta las cargas fiscales en función del nivel de renta y patrimonio de las personas, evitando la utilización de impuestos indirectos, como el IVA, para aumentar los ingresos. En 2011 la suma recaudada en Euskadi en concepto de impuestos concertados fue de 11.481 millones de euros, representando la recaudación en concepto de IVA el 35,7% del total, lo que muestra la regresividad del sistema. Este tipo de estrategia fiscal resulta socialmente inaceptable, ya que la carga impositiva recae, proporcionalmente en mayor medida, sobre los ciudadanos con menos ingresos. Es también imprescindible recuperar la contribución de las empresas a los ingresos públicos, atendiendo a los beneficios de las mismas. M+J apuesta por un sistema impositivo basado en los principios de igualdad y progresividad, y con prevalencia de la imposición directa frente a la indirecta, que permita llevar a cabo una política redistributiva dirigida a favorecer la cohesión e inclusión social y a la eliminación de la pobreza. Para ello, proponemos: 1. Trasladar el debate sobre la fiscalidad al Parlamento Vasco, haciendo uso de la Ley de Armonización, garantizando así la publicidad y transparencia del mismo y la homogeneidad entre los distintos Territorios Históricos, frente al actual sistema, donde las decisiones se toman en el Órgano de Coordinación Tributaria, entre los Diputados Forales de Hacienda y el Consejero de Hacienda del Gobierno Vasco. 2. Reformular los impuestos concertados para adoptar un sistema tributario socialmente más justo, en el que se incremente en mayor medida la contribución de quien más tiene y reduciendo el peso de los impuestos indirectos: · Reformar el IRPF, igualando la contribución de la rentas del capital a las rentas del trabajo y aumentando los tipos impositivos para las rentas más altas. · Restablecer de manera efectiva el Impuesto sobre el Patrimonio y el Impuesto de Donaciones y Sucesiones, manteniendo la exención de las rentas más bajas. · Incrementar el Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales por las plusvalías generadas por la venta de vivienda, para evitar la especulación inmobiliaria. 3. Eliminar aquellas deducciones y reducciones fiscales en el Impuesto de Sociedades que tienen como resultado que las grandes empresas paguen un tipo impositivo real menor que el de las PYMES, así como aquellas otras excepciones o desgravaciones que no estén directamente vinculadas a la creación de empleo. 4. Reformar el Impuesto sobre Bienes Inmuebles a fin de establecer una recarga del 200% de su importe para las viviendas y locales vacíos. 5. Eliminar los privilegios fiscales de las SICAV y otras figuras jurídicas similares, que permiten a sus propietarios retrasar indefinidamente el pago de impuestos sobre el capital. 6. Implantar una ayuda destinada a disminuir la cuota de autónomos para aquellos ingresos de escasa cuantía, a fin de estimular el alta, así como facilitar los pagos fiscales a PYMES con problemas económicos. 7. Ofrecer ventajas fiscales a las inversiones social y ecológicamente responsables y las rentas del trabajo más bajas. 8. Instar al Gobierno español a promover la implantación de un Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales (Tasa Tobin) en el conjunto de la UE, cuyo importe deberá destinarse íntegramente a políticas sociales. Hasta su aprobación, solicitaremos al Gobierno la adopción de dicha medida a nivel estatal. → Otro punto de actuación preferente debe ser la lucha decidida contra el elevado fraude fiscal existente en Euskadi, y que se estima en 2.500 millones de euros anuales de acuerdo con los informes del sindicato de técnicos del Ministerio de Hacienda (GESTHA) y los estudios de la Universidad del País Vasco, concentrándose especialmente en las rentas altas y no salariales. Es una grave injusticia social consentir la economía sumergida, no solo por las pérdidas de ingresos públicos, sino también por lo que supone de degradación y falta de derechos de las personas que lo practican. El fraude del IVA, conocido por todos y consentido por los actuales gobernantes, es otro de los graves problemas de nuestra economía, así como el dinero depositado en paraísos fiscales y que no tributa en nuestro país o las evasiones de capital privado que se están produciendo desde el inicio de la crisis. Frente a esta situación, M+J impulsará las siguientes medidas: 1. Puesta en marcha de un Plan Integral de lucha contra el fraude, que coordine a todas las instituciones vascas dotándolas de medios económicos y técnicos adecuados para perseguir el fraude fiscal, aumentando el cuerpo de inspectores fiscales y llevando a cabo la interconexión informática de las bases de datos tributarias de las Haciendas forales. 2. Rechazo de la amnistía fiscal e imprescriptibilidad de las rentas no declaradas. Promoveremos igualmente el aumento de las sanciones penales por delitos fiscales. 3. Garantizar el control minucioso de todos aquellos patrimonios que superen los 300.000 euros y a las personas físicas y jurídicas que ingresen más de 100.000 euros anuales. Promoveremos además una modificación de Ley Orgánica de Protección de Datos con el fin de poder hacer pública la información sobre los mayores patrimonios de bienes y servicios básicos, así como la eliminación del secreto bancario y la obligación de informar sobre cuentas y valores en el extranjero. 4. Seguimiento del movimiento de billetes de 500 euros e impulso y fomento del dinero electrónico, a fin de facilitar el control del fraude fiscal. 5. Promover un acuerdo en la Unión Europea para evitar la libre circulación de capitales hacia paraísos fiscales, así como la actividad en suelo europeo de empresas o filiales con sede en esos países. En tanto esto se consigue, publicar una lista de empresas que operan en Euskadi y lo hacen también, directamente, o por medio de filiales, en paraísos fiscales, a fin de informar de dicha práctica a la población. Se concentrarán las inspecciones a estas empresas y se excluirá a las mismas de la posibilidad de contratación pública y del acceso a subvenciones o beneficios fiscales. 9.- Economía social La economía social comprende el conjunto de las actividades económicas y empresariales que, en el ámbito privado, llevan a cabo aquellas entidades que persiguen bien el interés colectivo de sus integrantes, bien el interés general económico o social, o ambos. En Euskadi, según datos del Departamento de Empleo y Asuntos Sociales del Gobierno Vasco, en 2008 el conjunto de la economía social daba empleo a un total de 62.615 personas (de los que 50.359 correspondían a sociedades cooperativas), representando el 6,3% del total de empleos existentes. La gran mayoría de estos empleos se situaban en el sector servicios (30.353) e industrial (29.922), mientras que la importancia del sector de la construcción (2.120 empleos) y, especialmente, primario (220) era prácticamente testimonial. M+J apuesta por potenciar la economía social, fomentando las actuaciones empresariales centradas en la solidaridad, interna y externa, que favorezcan el compromiso con el desarrollo local, la igualdad de oportunidades, la cohesión social, la inserción de grupos excluidos, la generación de empleo estable y de calidad y la sostenibilidad medioambiental. Para ello, proponemos: 1. Potenciar las cooperativas y pequeñas y medianas empresas como elementos integradores de la sociedad y generadores de empleo y estabilidad social. En particular, se fomentará la creación de cooperativas de productores, particularmente en el sector primario, así como de sociedades cooperativas pequeñas en el ámbito del pequeño comercio, mediante un sistema integral de ayudas, información y asesoramiento. 2. Crear un instrumento financiero específico para el apoyo a la implantación y desarrollo de las empresas de economía social, que incluya tanto medidas formativas como técnicas, laborales y económicas, estas últimas a través de una financiación preferente y directa. 3. Establecer medidas fiscales que favorezcan la implantación de las entidades de economía social, incluyendo tanto las referidas al IRPF como al impuesto sobre sociedades. 4. Coordinar planes de actuación conjunta con las Corporaciones Locales, destinados a la priorización del desarrollo de la economía social. 5. Establecer cláusulas en los concursos públicos de la administración que favorezcan la adjudicación a empresas sociales, así como priorizar este tipo de empresas en la convocatoria de subvenciones públicas. 6. Conectar a los productores con los pequeños comerciantes, para que así puedan competir en precios con las grandes superficies, gracias a la eliminación de intermediarios. 7. Fomentar la creación de grupos de consumo y su contacto y relación directa con cooperativas de productores. 8. Rechazar las medidas de liberalización de los horarios comerciales, a fin de proteger al pequeño comercio frente a las grandes cadenas y superficies, y garantizar la conciliación de la vida familiar, social y laboral, evitando igualmente la precarización del mercado de trabajo que supondría una ampliación de los horarios. 9. Establecimiento de controles de calidad relativos a la Responsabilidad Social Corporativa, que permitan evaluar el impacto ambiental y social de las empresas. 10.- Finanzas éticas 11.- Contratación y compra pública ética y sostenible 1. Seguimiento exhaustivo del cumplimiento del presupuesto presentado. 2. Rechazo de las desviaciones presupuestarias en las contratas publicas. 3. Fomentar la creación de join ventures de PYMES para las obras publicas, como alternativa a la situación preponderante actualmente, en que las grandes empresas se adjudican los contratos públicos y los subdividen en multitud de subcontratas. Otra política es posible 12.- Pacto anticorrupción Como primer paso hacia esa nueva forma de hacer política, M+J promoverá el establecimiento de un compromiso político con el resto de partidos con la finalidad de excluir la corrupción de la práctica política diaria. Entre las medidas a adoptar se incluirá la exclusión de cualquier imputado de las listas electorales, así como su cese inmediato de cualquier cargo de responsabilidad. 13.- Reforma de la legislación electoral 1. Adopción de la circunscripción única para las elecciones al Parlamento Vasco, a fin de garantizar que el voto de todos los ciudadanos tiene el mismo valor. 2.- Sustitución del sistema D’hondt por un sistema de distribución de escaños estrictamente proporcional. 3. Eliminación del porcentaje mínimo de votos para acceder al reparto de escaños. 4. Rechazo de la exigencia de presentar avales para concurrir a las elecciones por parte de los partidos extraparlamentarios. 5. Cómputo de los votos en blanco para la asignación de escaños, quedando en su caso vacíos los asientos que correspondan. 6. Implantación de listas abiertas que permiten elegir a las personas y supresión de las listas cerradas y bloqueadas que obligan a elegir partidos políticos. 7. Incorporación en la legislación electoral de la prohibición absoluta de incluir imputados, procesados y/o condenados en las listas electorales. 8. Eliminación de todo tipo de subvención pública destinada a la propaganda electoral. 9. Reparto igualitario de los espacios de propaganda electoral tanto en los medios de comunicación como en los espacios públicos. 10. Reducción drástica de las cantidades máximas que los partidos políticos pueden gastar en campaña y propaganda electoral. 11. Prohibición de buzoneo de papeletas y propaganda electoral, dado el gasto desmesurado que esto supone y su impacto ambiental. (Alex Plans: Hay mucha gente que la única publicidad electoral que recibe es por buzoneo. Creo que es importante respetar el derecho de estas personas a recibir panfletos electorales. Propongo eliminar el punto 11 y dejar la solución a la raíz del problema que está en el punto 8. Es más, por coherencia con el punto 12, es en todos los ámbitos donde se deberían presentar todas las candidaturas en condiciones de igualdad no sólo un portal público electoral online, tanto en peneles de cartelería, también debería enviarse mediante correo postal un dossier de todas las candidaturas que pueda recibir toda esa gente que no se conecta a interenet ni ve la tele, anuncios de TV -franja horaria de audiencia igual para todos-.) 12. Creación de un portal web público electoral que ante la celebración de comicios recoja en condiciones de igualdad los datos aportados por las distintas candidaturas tales como el perfil de los candidatos, programa electoral, video promocional, enlace a su Web, datos de contacto, etc. a fin de permitir a los ciudadanos conocer con facilidad y en profundidad las distintas opciones políticas. 14.- Acabar con los privilegios de los políticos 1. Ligar el sueldo de los cargos públicos al Salario Mínimo Interprofesional, con un tope de 5 veces el SMI para los miembros del Parlamento y el Gobierno Vasco. 2. Eliminación de todo ingreso adicional en concepto de dietas, gastos de libre disposición o representación, suplementos en especie o por pertenecer a la mesa, comisiones determinadas o ejercer portavocías, y cualesquiera otros distintos del propio sueldo de parlamentario. 3. Incompatibilidad absoluta con otros sueldos por ostentar varios cargos públicos, desempeñar funciones retribuidas dentro del propio partido político, o ejercer actividades privadas. 4. Aumentar los criterios de incompatibilidad e inelegibilidad para cargos públicos, especialmente en cuanto al desempeño anterior y posterior de determinadas actividades privadas, eliminando la posibilidad de ocupar en el corto plazo puestos de asesoramiento en grandes empresas, que en la práctica suponen el aprovechamiento de la etapa como cargos públicos para generar tráfico de influencias. 5. Establecer un periodo mínimo de 8 años para ex cargos electos para poder acceder a cargos de libre designación o para ascensos en la función pública que no se provean estrictamente por criterios de antigüedad, para evitar la práctica habitual de colocar a compañeros de partido que no han conseguido renovar la confianza de los ciudadanos en órganos como el Tribunal de Cuentas u otros similares, poniendo así en cuestión la necesaria independencia de los mismos. 15.- Participación ciudadana Desde M+J apostamos por el desarrollo de una democracia de nuevo cuño, participativa y no representativa, en la que los ciudadanos intervengan asiduamente en la vida pública y en la toma de decisiones que afectan al conjunto de la comunidad, convirtiéndose en los principales protagonistas de las transformaciones que hagan posible una sociedad incluyente. Para que esta participación sea efectiva es imprescindible no solo establecer los mecanismos legales adecuados, sino también generar el convencimiento de que la deliberación pública y la interacción social, la aceptación y el respeto por el pluralismo ideológico, son valores y prácticas positivas y esenciales para vivir en democracia. Desde esta perspectiva, M+J ofrece las siguientes propuestas: 1. Difundir los derechos políticos y formar al ciudadano para que los conozca y ejercite, garantizando que las herramientas de participación ciudadana resultan accesibles a los sectores más excluidos de la población. 2. Impulsar desde las instituciones públicas un servicio de consulta gratuito que facilite la comprensión y estudio de la legislación vigente por parte de los ciudadanos. 3. Establecer procedimientos efectivos para la rendición de cuentas por parte de los representantes electos, acerca de sus actuaciones y de la coherencia de sus votos con los programas electorales, así como establecer comisiones de investigación parlamentaria a petición de los ciudadanos. 4. Incluir en la legislación medidas de control que permitan deponer a los representantes que no ejerzan bien sus funciones o incumplan de manera no motivada y aceptable sus compromisos electorales. 5. Revisar la legislación existente en materia de iniciativa legislativa popular y derecho de petición para facilitar su acceso a los ciudadanos. 6. Revisar los procedimientos de elaboración de las leyes, potenciando la utilización de mecanismos de consulta y participación social. 7. Fomentar la participación ciudadana en política, mediante la adopción como práctica habitual de la consulta popular sobre ámbitos de decisión de especial trascendencia. 8. Facilitar, igualmente, la presentación por parte de los ciudadanos de propuestas de consulta popular con carácter vinculante. 9. Establecer mecanismos de participación ciudadana en la elaboración de los presupuestos de las administraciones públicas vascas. 10. Dotar de mayores recursos y mejorar la financiación de los Ayuntamientos a fin crear un sistema de gestión local cercana al ciudadano, controlado por técnicos. 11. Aplicación de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación al servicio de la participación ciudadana, permitiendo el voto telemático a la ciudadanía en las decisiones plenarias del Parlamento Vasco, descontando esos votos del poder de representación de los representantes electos. 12. Fomentar el desarrollo y utilización de la administración electrónica posibilitando la participación ciudadana a gran escala de manera sostenible. 13. Fomentar los espacios de reflexión, en las universidades y en otros foros sociales, en los que se dé pie a la participación ciudadana sobre los debates legislativos, propuestas de ley y demás actuaciones. 14. Fomentar la participación e incorporación de las personas mayores y de la juventud en la vida social y política. 15.- Impulsar la participación de las mujeres en los diferentes ámbitos de la vida cotidiana y en los procesos de toma de decisiones, potenciando la participación política, sindical y asociativa de las mujeres. 16.- Ley de transparencia Desde el convencimiento de que la transparencia constituye el instrumento principal que, en una sociedad democrática, permite el control por parte de los y las ciudadanas de las actuaciones públicas y privadas, fomenta la participación ciudadana en las decisiones políticas, evita, con mayores garantías que cualquier otro instrumento, el fraude y la corrupción, y pone en evidencia la especulación y las malas prácticas financieras y económicas, M+J propone a la sociedad vasca las siguientes medidas: 1. Promulgar una Ley sobre el derecho y el deber de transparencia que incluirá todas aquellas medidas necesarias para dotar de la máxima transparencia a la vida política, social y económica vasca, específicamente en los siguientes ámbitos: · A nivel del sistema financiero: sobre la Banca Pública Vasca, Cajas de Ahorros y demás instituciones financieras autonómicas. · A nivel de la actividad económica: sobre el funcionamiento de las empresas, especialmente las transnacionales. · A nivel de política presupuestaria, facilitando el acceso por parte de los ciudadanos a los datos relativos a la ejecución de los presupuestos públicos, permitiéndoles conocer en todo momento cómo y dónde se gasta el dinero público. · A nivel de la deuda autonómica, para lo cual se realizarán las correspondientes auditorías con intervención de los distintos agentes sociales, a fin de que los ciudadanos puedan conocer su alcance real, causas y responsabilidades, determinando la deuda injusta e ilegítima. 2. Reformar el Tribunal Vasco de Cuentas Públicas con el fin de asegurar su efectiva independencia y una correcta fiscalización de la gestión económica y financiera del sector público vasco, así como de aquellas personas físicas y jurídicas que reciben fondos públicos, particularmente los partidos políticos, garantizando la absoluta transparencia de sus cuentas. Se realizará una auditoría anual de la financiación de todas las fundaciones relacionadas con los partidos políticos. 3. Evaluación continua de las políticas económicas, tanto en cuanto a sus efectos macroeconómicos como microeconómicos. Dicha evaluación se extenderá también a la actividad económica privada, con especial referencia al funcionamiento del sistema financiero y a la actividad en el exterior de las empresas transnacionales. Tendrá también especial relevancia el seguimiento de los códigos de responsabilidad, como la RSC, de las empresas transnacionales. 4. Adicionalmente, se creará un organismo evaluador independiente, que coordine los sistemas existentes, actualice las metodologías de evaluación, elabore criterios e índices comunes y desarrolle códigos de buenas prácticas. Dicho organismo contará con la participación de la ciudadanía y sus organizaciones representativas. 17.- Medios de comunicación al servicio de los ciudadanos Si hablamos de democracia participativa y de generación de tejido social como pilares para la construcción del modelo de sociedad desde el ciudadano, este esfuerzo requerirá una respuesta complementaria desde las administraciones públicas que permita participar y auditar la gestión de los recursos públicos. Es por tanto que la comunicación al servicio de lo público debe ser el fin principal de los actuales medios y soportes informativos, fomentando el conocimiento de los derechos de los ciudadanos ante la actuación de las administraciones, garantizando su independencia y justo uso de los recursos económicos que exige su funcionamiento, así como transmitiendo de manera limpia, clara y directa el qué, el cómo y el porqué de las decisiones gubernamentales. Desde el partido Por Un Mundo Más Justo, proponemos las siguientes medidas: 1. Implantación, difusión y exigencia de aplicación de un código ético de tratamiento de la información, por parte de los responsables políticos y medios de comunicación, realizado por profesionales independientes del ramo y sometidos al control ciudadano. 2. Impulsar la utilización interactiva de las tecnologías de la información y la comunicación para facilitar la participación y comunicación con los ciudadanos. 3. Dedicar un canal dentro de la parrilla de la Televisión Digital Terrestre para que los ciudadanos puedan hacer un seguimiento en tiempo real de las sesiones del Parlamento vasco y sus comisiones, con posibilidad de comunicación interactiva. 4. Potenciar el acceso a los medios de comunicación de la ciudadanía y los distintos colectivos sociales mediante la cesión de espacios dentro de los medios de comunicación públicos para que sean utilizados y autogestionados por los mismos. 5. Favorecer programas con contenido educativo y solidario, apostando por los contenidos propios frente a la subcontratación de programas de productoras privadas. 6. Proyectar películas y dibujos animados en versión original subtitulada (V.O.S.) para fomentar el aprendizaje de idiomas. 7. Garantizar el cumplimiento de los horarios de protección infantil, evitando la proyección de programas violentos o sexistas. 8. Abrir espacio de sensibilización en los distintos medios públicos, a través de la comunicación acerca de los proyectos de desarrollo llevados a cabo por la Agencia Vasca de Cooperación, ofreciendo una información contextualizada de los problemas y distintas circunstancias políticas, sociales, culturales y económicas de los países receptores. 9. Reducir el gasto en publicidad, permitiendo únicamente la difusión de materiales publicitarios derivados de campañas públicas de interés general o proyectos privados sin fines lucrativos. Modelo de desarrollo alternativo. 18.- Comercio Justo y consumo responsable El consumo responsable se constituye como una herramienta imprescindible para garantizar la protección del medio ambiente y, lo que es aún más importante, el respeto a los derechos de todas las personas que han intervenido en la cadena de producción de los bienes que consumimos. El comercio justo avala el trato ético en las relaciones comerciales con los países empobrecidos. Trabaja con pequeños productores del Sur logrando salarios y condiciones de trabajos dignos, la erradicación de la explotación infantil, la igualdad de mujeres y hombres, el respeto del medio ambiente; fomenta a su vez el funcionamiento democrático, la relación comercial a largo plazo para asegurar un desarrollo sostenido; permite el pago de una parte del coste por adelantado, para evitar el endeudamiento del productor; destina parte de los beneficios a la comunidad para sanidad, educación, etc.; informa al consumidor final garantizando estas exigencias. Así, el comercio justo es considerado por numerosos organismos internacionales como una herramienta eficaz en la lucha contra la pobreza, ofreciendo un modelo económico más humano y ecológico. M+J apuesta por primar y potenciar el consumo responsable y el comercio justo mediante las siguientes actuaciones prioritarias: 1. Promover el conocimiento y uso por parte de los ciudadanos de los establecimientos y productos de comercio justo, mediante campañas de sensibilización y dotándolos de un sello oficial específico que garantice dicho comercio. 2. Promover el comercio de proximidad y las cadenas cortas de comercialización: · Desarrollar políticas económicas que favorezcan el consumo del comercio local y del comercio de barrio, así como el comercio justo en las importaciones de productos no abundantes localmente. · Promover la introducción de monedas locales y sistemas monetarios complementarios para favorecer el comercio local y regional. Este tipo de proyectos nacen para devolver a la ciudadanía la capacidad de crear el dinero y por tanto movilizar la economía, de modo de que el dinero vuelva a ser ese medio de intercambio para el que se creó, y no el fin último de de todo en que lo han convertido. Todos los seres humanos tenemos capacidades para crear “economía”. Si el problema es que no hay dinero, entonces creémoslo nosotros sin esperar a que no sabemos quien en no sabemos donde tome las decisiones al respecto en base a intereses distintos de los de la sociedad. · Promover las cadenas cortas de comercialización, impulsando iniciativas como “Kilómetro 0”. · Promover la creación de un Impuesto fásico independiente del IVA, que grave más las cadenas largas de comercialización, con varios intermediarios, que las cadenas cortas. 3. Implantar el comercio justo en los organismos públicos: · Llevar a cabo políticas ejemplares desde los organismos públicos, con consumo preferente de productos de comercio local y comercio justo. · Promover la obtención por parte de los municipios vascos del status de “Ciudad por el Comercio Justo” colaborando con ellos en la aprobación de resoluciones favorables al Comercio Justo y comprometiendo al sector privado y organizaciones en la introducción de este tipo de productos en su consumo interno. 4. Implantación en la sociedad: · Educar en valores en los centros educativos, mostrando como el consumo responsable mejora la difícil situación en la que viven las personas de otros países y alertando sobre los peligros del modelo de desarrollo consumista actual. · Publicitar y divulgar el comercio justo, para que su demanda por parte de la ciudadanía sea la que canalice y posibilite la oferta de este tipo de comercio que respeta los Derechos Humanos. · Realizar campañas de sensibilización sobre el actual modelo de despilfarro y especulación, promoviendo su sustitución por otro en el que prevalezca el consumo inteligente, de calidad y no de cantidad, y la producción con respeto por las personas y por el medio ambiente. · Control de la publicidad engañosa y persecución de la fraudulenta, así como promoción de espacios “libres de publicad”. 5. Primar y potenciar el consumo responsable: · Trabajar con todos los actores sociales y económicos e implementar una política de consumo integral, que englobe todos los eslabones de la cadena y cuyo núcleo se halle en la sostenibilidad social y medioambiental, a partir de una ciudadanía activa y bien formada. · Fomentar la constitución de grupos de consumo responsable y cooperativas de productores y el contacto y relación entre ambos. · Fomentar los bancos de tiempo y las asociaciones de trueque. · Regular el mercado para que sea la demanda de bienes de consumo la que genere la oferta y no se creen desde el libre mercado necesidades ficticias en la población, sino que sean las necesidades reales de ésta las que lleven a ofertar lo necesario para cubrirlas. · Gravar el exceso de consumo de energía o recursos naturales agotables como la electricidad o el agua. 6. Potenciar el arbitraje de consumo, vinculando las concesiones administrativas, contratos públicos y subvenciones a la sumisión por parte de las empresas a un sistema de arbitraje. 7. Promover el funcionamiento e implantación en la sociedad vasca de asociaciones de consumidores, así como de otras organizaciones que tengan por finalidad la defensa de los consumidores y usuarios, potenciando su intervención en la elaboración de las normas que les afectan. 19.- Ordenación del territorio y urbanismo 20.- Medio rural 21.- Sostenibilidad medioambiental No podemos trabajar la equidad sin considerar la sostenibilidad como eje de toca acción a realizar. Nuestro trabajo por la justicia de los ciudadanos de ahora no puede desarrollarse sin entender la dimensión del tiempo y la obligación que tenemos de no vivir por encima de nuestras necesidades. El consumo a ritmos acelerados hace que vivamos en un planeta con cada vez menos recursos donde las oportunidades de tener garantías de una vida digna se ven limitadas por cuestiones medioambientales. Nuestro papel es revertir estos fenómenos a fin de garantizar el bienestar de las generaciones futuras. Desde el partido Por Un Mundo Más Justo apostamos por la sostenibilidad medioambiental y, consecuentemente, proponemos: 22.- Soberanía alimentaria y de los recursos naturales Sociedad global Desde el partido Por Un Mundo Más Justo apostamos por una sociedad vasca abierta, no ajena ni indiferente ante las situaciones de injusticia, pobreza, exclusión y ausencia de respeto hacia los Derechos Humanos universales que se producen en el mundo. Una sociedad que permita, desde lo local, influir en lo global, contribuyendo a una mejora efectiva de las duras condiciones de vida en los países del Sur y a una acción eficaz en favor de los empobrecidos, con el objetivo de hacer del mundo un lugar donde todo ser humano tenga la posibilidad de desarrollarse libremente. Cada vez más, en un mundo globalizado, las políticas de nuestros gobiernos afectan a los países y regiones empobrecidas y se constata como las acciones locales provocan y posibilitan transformaciones globales. Como ciudadanos del mundo, tenemos la capacidad de demandar una visión más amplia y a más largo plazo a nuestros gobiernos, para resolver el problema global más grave con el que se enfrenta sin duda el ser humano actualmente: la pobreza. Hoy vivimos en un momento histórico en el que existen recursos naturales, económicos, financieros, políticos, culturales y sociales suficientes para dar respuesta con creces a las necesidades de las personas de nuestro mundo, sin exclusión alguna. Esta falta de acceso a estos recursos para tantos millones de personas es un problema de falta de voluntad política. Por eso desde M+J trabajamos para propiciar desde Euskadi una transformación de la sociedad internacional que permita dar voz a quienes hoy no la tienen, recuperando así el verdadero sentido de la política: la búsqueda del bien común. 23.- Cooperación al desarrollo En 1970, la Asamblea General de Naciones Unidas vino a recoger en su Resolución 2626 el compromiso por parte de los países económicamente desarrollados de incrementar su Ayuda Oficial al Desarrollo hasta alcanzar, a más tardar en 1975, el 0,7% de su Producto Interior Bruto. Desde entonces, el cumplimiento de esta resolución se ha convertido en una de las grandes aspiraciones de la sociedad civil organizada. También las distintas fuerzas políticas han recogido de manera recurrente esta propuesta en sus programas electorales, fijando sucesivamente distintos plazos para alcanzar esa cifra. Así, en Euskadi, la Ley 1/2007, de 22 de marzo, de Cooperación para el Desarrollo, establecía para el año 2012 el compromiso de destinar a cooperación el 0,7% de los presupuestos totales de las administraciones vascas. Sin embargo, llegado el momento, nos encontramos con un incumplimiento claro por parte de nuestras instituciones. En particular, en el caso del Gobierno Vasco, la cantidad destinada a cooperación se ha visto congelada por cuarto año consecutivo en la cifra del 0,49% de su presupuesto, lo que supone a su vez una disminución de su importe total, dados los recortes presupuestarios llevados a cabo. Como consecuencia, la Agencia Vasca de Cooperación ha retrasado una vez más la fecha prevista para el cumplimiento de este compromiso hasta 2015, si bien la evolución de las políticas públicas en la materia durante el periodo 2008-2012 muestra un claro estancamiento (desde el 0,45% en 2008 al 0,49% actual) en cifras aún muy lejanas al esperado 0,7%. M+J denuncia que el incumplimiento reiterado de esta medida supone una demostración más de la falta de voluntad de los representantes políticos en la resolución del problema estructural de la pobreza y la desigualdad global y se compromete a impulsar una política de cooperación al desarrollo que garantice tanto el incremento de la cantidad como de la calidad de la Ayuda Oficial al Desarrollo. Para ello, se proponen las siguientes actuaciones: 1. Financiación de la cooperación. · Dar cumplimiento inmediato a la Ley 1/2007, garantizando que, a pesar de la crisis económica, al menos el 0,7% de los presupuestos anuales del Gobierno Vasco se destinan a cooperación al desarrollo. · Priorizar en los proyectos de cooperación los destinados a garantizar el derecho a la alimentación y la seguridad alimentaria. · En segundo lugar, los destinados a prestar una atención preferente a la infancia dentro de los programas de ayuda. · En tercer lugar, los dirigidos al fortalecimiento institucional de los países receptores. 2. Evaluación permanente e independiente de la cooperación. · Incluir en los proyectos a financiar los resultados de desarrollo humano que se pretenden alcanzar. · Publicar las formulaciones completas de los programas y proyectos que se financian, los informes de seguimiento correspondientes y las evaluaciones externas realizadas. · Constituir un organismo evaluador independiente, cuyo ámbito alcance a todos los organismos, administraciones, empresas o particulares que financien proyectos de cooperación con el fin de evaluar permanentemente la eficacia y eficiencia de las actuaciones llevadas a cabo. · Los organismos públicos publicarán criterios concretos y objetivamente medibles para la selección de los canalizadores y receptores de su ayuda, relacionados con el respeto de los Derechos Humanos y la eficacia y transparencia de su gestión. 3. Coordinación y planificación de la política de cooperación: · Avanzar hacia una cooperación más madura que de el salto de una política de cooperación a una política de desarrollo global sostenible. · Garantizar la participación de la sociedad civil en los procesos de desarrollo. · Crear marcos de asociación con fecha y estrategia de salida. · Establecer un marco de la cooperación vasca que evite las duplicidades e ineficiencias existentes, y ataque los vicios ocultos de la cooperación bajo los que se encuentran intereses económicos o particulares. 4. Educación y sensibilización en valores: · Incluir como actividad curricular la participación en actividades solidarias, destinadas a la cooperación. · Fomentar la participación en actividades solidarias y de cooperación, no solo en el ciclo educativo, sino también en las empresas privadas y en las Administraciones Públicas. 5. Impulso del tercer sector: · Promover una mayor profesionalización y especialización de los organismos públicos vinculados al desarrollo. · Definir un marco de financiación para este sector en el que se consideren las subvenciones públicas, los incentivos fiscales y la facilitación de financiación privada, tanto de las empresas como de particulares. Con este fin, se promoverán las auditorías públicas, la transparencia y el compromiso de las organizaciones del tercer sector. 24.- Defensa y promoción de los Derechos Humanos 25.- Modelo económico internacional M+J considera que para la construcción de un mundo más justo resulta imprescindible una reformulación del modelo económico de relaciones internacionales. Reivindicamos la necesidad de avanzar hacia una fiscalidad y un sistema de comercio e inversiones más justo, transparente y sostenible, cuyas reglas y principios respondan a objetivos comunes y no a los intereses particulares de unos pocos. Por ello, nos comprometemos con la sociedad vasca a llevar a cabo desde nuestras instituciones una labor de incidencia política dirigida a promover la adopción a nivel internacional, y particularmente dentro de la Unión Europea, de medidas dirigidas a: 1. La creación de condiciones en el ámbito internacional que faciliten la consecución de Sistemas Fiscales Justos, incluyendo la creación de una autoridad tributaria multilateral. 2. La implantación de un Impuesto a las Transacciones Financieras internacionales (Tasa Tobin). 3. La implantación de un Euro-impuesto sobre la deuda de los bancos que penalice a aquellos que más se endeudan, poniendo en peligro el sistema financiero y la economía real. 4. La eliminación de los paraísos fiscales, ya que los mismos amenazan la estabilidad financiera, fomentan la evasión y el fraude fiscal, sirven para el blanqueo de capitales ilícitos y generan pobreza en los países del Sur. 5. Impedir las operaciones especulativas con productos básicos mediante la reforma de los mercados de futuros internacionales. 6. Apoyar mediante un trato comercial preferencial a los Estados frágiles y a aquellos en situación de emergencia humanitaria. 7. Establecer un modelo de inversión extranjera más responsable, transparente y equilibrado, que garantice un retorno económico y social mayor para el conjunto de la sociedad a través de un aumento en el control y en la rendición de cuentas sobre el impacto de las inversiones extranjeras en la población y en los recursos naturales del país en el que se invierte. 8. Aplicar íntegra y estrictamente la Ley 53/2007, sobre el control del comercio exterior del material de defensa, respecto al comercio de armas. 9. Apoyar que el Tratado Internacional sobre Comercio de Armas sea un instrumento efectivo de control (con mecanismos de vigilancia y sanción) sobre todo tipo de armas.