Guía 1. Desarrollo, observación y registro

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Diplomado Fiesta de la Lectura-Leer es mi Cuento | Formación a distancia
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L ib ertad
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Ministerio de Cultura
En asocio con:
Guía 1
Desarrollo,
observación
y registro
Diplomado Fiesta de la Lectura-Leer es mi Cuento | Formación a distancia
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Guía 1
Desarrollo,
observación
y registro
Guía 1. Desarrollo, observación y registro
Guía 1. Desarrollo, observación y registro
Para empezar, una explicación
sobre la ruta formativa a distancia
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20 horas
20 horas
+
3
= 60
20 horas
Nos complace mucho saludarlos y darles la bienvenida a la ruta formativa a
distancia, diseñada como complemento a la formación presencial que tiene lugar en
los laboratorios municipales.
Por su parte, los talleristas se llevarán los cuadernillos para leerlos, retroalimentar
a los agentes y así garantizar que aquellos que están a su cuidado están cumpliendo
con las horas de trabajo autónomo requeridas para poder diplomarse.
Como ustedes saben, este año Fiesta de la Lectura ofrece a los agentes educativos
la posibilidad de obtener un diplomado tan pronto finalice su proceso de formación.
Es muy importante que ustedes entreguen a tiempo los cuadernillos diligenciados.
Si no lo hacen, los talleristas no podrán confirmar que se realizó el trabajo acordado
para la ruta formativa a distancia, lo que incidirá en el conteo de las sesenta horas
de trabajo autónomo y, por consiguiente, en la certificación del diplomado.
Este proceso formativo tiene una duración total de 116 horas:
• 56 horas en los laboratorios presenciales.
• 60 horas de trabajo autónomo bajo la modalidad de formación a distancia.
Aquellos agentes educativos que completen a satisfacción el 80% de las 116 horas
propuestas para su formación, recibirán un diplomado otorgado por la Universidad
Eafit.
La ruta de formación a distancia incluye sesenta horas de trabajo autónomo,
estas se cumplen mediante tres Guías que serán entregadas en los laboratorios
municipales.
Cada Guía incluye un Cuadernillo de actividades.
Realizar la lectura y las actividades de cada Guía demanda veinte horas de
trabajo autónomo. De este modo las sesenta horas se logran sumando el trabajo
correspondiente a las tres Guías.
En los laboratorios se dará un espacio para que puedan socializar con los demás
agentes el resultado de las Guías.
2
+
2
Los formadores valorarán no solo si se hicieron o no las actividades, sino la
calidad de las mismas y el esfuerzo del agente. A cada cuadernillo se le asignará una
valoración final según los siguientes criterios:
Destacado (D): Se desataca el desempeño del agente porque su trabajo a lo
largo de la guía demuestra gran interés y un alto nivel de compromiso.
Aprobado (A): Las actividades de la guía se desarrollaron de acuerdo la lo
solicitado.
Insuficiente (I): Las actividades no se realizaron, o se hicieron de forma
incompleta, o se llevaron a cabo actividades diferentes a las propuestas. En síntesis,
no se logró el propósito de la ruta de actividades.
Esperamos que aprovechen estas Guías como material de apoyo a su trabajo con
los niños1, y damos inicio a las primeras veinte horas del recorrido.
1 En estos contenidos se usarán las palabras NIÑOS y PADRES no en relación con el género sino para referirnos al plural de niño
y niña y de madre y padre.
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Guía 1. Desarrollo, observación y registro
Guía 1. Desarrollo, observación y registro
Saludo
Bienvenidos a la Guía 1. Desarrollo, observación y registro del componente de
formación a distancia de Fiesta de la lectura 2013.
El propósito de esta Guía es retomar algunos de los aspectos sobre los que ustedes
ya tuvieron un acercamiento en el 1.er Laboratorio Municipal y abordar otros que
completan esta propuesta de apoyo al trabajo de acompañamiento a los niños en sus
diferentes procesos.
Los temas que trataremos en la Guía son:
1. Desarrollo infantil y lenguaje
En este apartado conversaremos acerca del desarrollo infantil y de cómo los
adultos, mediante el lenguaje, desempeñamos un papel fundamental que ayuda a los
niños a desplegar su potencial y a integrarse a su comunidad.
2. La observación de los niños en sus
relaciones con otros y con su medio
Aquí se planteará la necesidad de observar y atender a cada niño en particular
y a la dinámica que se crea en los diferentes grupos, para acomodar nuestro
acompañamiento de la mejor manera y estimular el desarrollo de los niños a cargo.
3. La importancia de la autoobservación
por parte del agente educativo
Este ejercicio, vital para hacer mejor nuestro trabajo de cada día con los niños,
no es fácil de llevar a cabo. Por ello trazaremos una ruta que nos permita ir ganando
confianza en cómo mirarnos a nosotros mismos mientras interactuamos con los niños.
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4. Sobre por qué y cómo registrar
Registramos para conservar la memoria, para atrapar momentos significativos,
para compartir y reflexionar más ampliamente. Y es que gran parte de lo ganado,
con las acciones de observar y autoobservarnos, se pierde si no logramos fijarlo
en un texto o un relato organizado que nos permita volver sobre lo que hemos
identificado, compartirlo con otros y conocer sus reflexiones.
Las actividades que ustedes deberán realizar, y que les permitirán cumplir
con las primeras veinte horas de trabajo autónomo, se explican en el Cuadernillo
de actividades. A medida que vayan leyendo la Guía encontrarán recuadros en
los cuales se presentan las actividades propuestas para cada uno de los temas
abordados.
Al finalizar estas veinte horas esperamos que hayan logrado estos objetivos:
P
Entender el papel que cumple el lenguaje en el desarrollo infantil.
P
Comprender la importancia que tiene aprender a observar a los niños
y autoobservarse.
P
Aprender a registrar situaciones que hacen parte de su práctica cotidiana.
P
Tomar conciencia de sus aprendizajes y compartirlos con sus pares.
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Guía 1. Desarrollo, observación y registro
Guía 1. Desarrollo, observación y registro
1. Desarrollo infantil y lenguaje
Cuadernillo de Actividades
Por favor abran el Cuadernillo y lean las instrucciones correspondientes a la
Actividad 1. Allí explicamos el tipo de lectura que esperamos hagan de esta
Guía y cómo usar el espacio punteado en naranja que encontrarán a partir de
esta página.
En este apartado conversaremos acerca del desarrollo
infantil y de cómo los adultos, mediante el lenguaje,
desempeñamos un papel fundamental que ayuda a
los niños a desplegar su potencial e integrarse a su
comunidad.
Los niños son todos diferentes, eso lo sabemos muy
bien los adultos cuidadores. Sin embargo, la mayoría de
ellos en todo el mundo pasan por momentos similares de
desarrollo y los viven más o menos a las mismas edades.
Gloria Amparo Acero ha dicho que…
Lo que hace que los bebés de todo el mundo alcancen
ciertos desarrollos a edades parecidas, tiene que ver más
con la herencia biológica propia de la especie humana.
Lo que conduce a que muestren diferencias en este
mundo diverso está más relacionado con la herencia
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cultural. Hoy en día se reconoce que separar la una
de la otra es imposible, es como una danza en la que
ambas se entretejen.
Efectivamente es un baile y, como en cualquiera de los
que hemos participado, unas veces encontramos parejas
que se entienden perfectamente y bailan delicioso y en
otras ocasiones vemos parejas que no encuentran cómo
acomodarse, por eso se pisan, se chocan o terminan
bailando un ritmo que no es el que suena en la fiesta.
Así pues, en esta danza del desarrollo los adultos
jugamos un papel primordial, no solo porque
acompañamos a los niños y los ayudamos a desplegar
todas sus potencialidades, sino porque los retamos y
les proponemos cada vez nuevas metas por alcanzar.
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Guía 1. Desarrollo, observación y registro
Algunas veces de manera cuidadosa y respondiendo a
los movimientos y tiempos propios que va marcando
cada niño. Otras veces de forma atropellada por el afán
de igualarlos a todos, o por el temor a que se “retrasen”
con respecto a sus pares. También sucede que la danza se
detiene porque nuestras intervenciones no se dan a tiempo,
porque no sabemos acomodarnos a esa nueva pareja que
ha entrado al baile y nos quedamos o los dejamos solos en
la pista.
La interacción que se establece entre la herencia
biológica y la cultural plantea la necesidad de observar
y atender a cada niño en particular y a la dinámica que
se crea en los diferentes grupos, para acomodar nuestra
intervención de la mejor y más estimulante manera, y así
potenciar el proceso de desarrollo de los niños.
Esta intervención debe atender a todos los componentes
del desarrollo de los niños como seres humanos
pertenecientes a una cultura y a un grupo social, y no
limitarse a los aspectos que siempre se han identificado
como los más determinantes para la supervivencia: la
alimentación y la salud. Desafortunadamente la atención
en estos aspectos es casi la única que reciben algunos bebés
y niños muy pequeños por parte de sus cuidadores adultos,
para quienes lo demás puede o debe esperar a que los
niños sean más grandes.
Pero no es cierto que puede esperar lo demás: el juego,
las palabras, las caricias, etc.
Ya lo advertía el Dr. René Spitz en 1946, luego de
su investigación sobre la importancia fundamental que
tienen el afecto y el lenguaje para la vida de los niños más
pequeños. Él demostró que si bien es posible que los niños
sobrevivan físicamente sin el lenguaje y las relaciones que
comunican afecto y seguridad, es imposible que consigan
sobrevivir como seres sanos emocional e intelectualmente.
Es decir que debemos preocuparnos porque no se
enfermen, coman bien y puedan ir controlando la fuerza y
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Guía 1. Desarrollo, observación y registro
los movimientos de su cuerpo; pero también es primordial
que construyamos con los niños, desde el momento mismo
de su nacimiento, una relación comunicativa que les
transmita la certeza de ser bienvenidos a nuestra vida.
Una interacción de comunicación que va
transformándose a medida que los niños conocen más
del lenguaje oral y de todas las otras posibilidades para
expresarse como el lenguaje corporal, el lenguaje escrito,
los lenguajes artísticos, etc.
Pero, por supuesto, esta no es solo una responsabilidad
de nosotros como agentes educativos. Acompañar,
responder y estimular el desarrollo integral de los niños
es el papel central de la familia. De allí que conocer a los
padres y otros adultos del grupo social más cercano a cada
uno de los niños que acompañamos se vuelva una tarea
fundamental para todos los que trabajamos con el objetivo
de lograr que los niños puedan desarrollarse de la manera
más integral y feliz posible.
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Guía 1. Desarrollo, observación y registro
Guía 1. Desarrollo, observación y registro
2. La observación de
los niños en sus relaciones
con otros y con su medio
En el apartado anterior dijimos que era necesario
observar y atender a cada niño en particular y a la dinámica
que se crea en los diferentes grupos para acomodar nuestro
acompañamiento de la mejor y más estimulante manera y,
así, llegar a ser una buena pareja de baile.
Respecto al aspecto comunicativo, lo primordial que
debemos atender son las relaciones que los niños van
construyendo con: el lenguaje, los otros, la lectura, la
escritura, los libros, el arte y el juego, de acuerdo con el
momento en el que se encuentran en el proceso de hacerse
miembros activos de su grupo social y cultural.
Y aquí entra la necesidad de observar también las
familias y las interacciones que se establecen entre padres
e hijos, pues ellas nos darán claves para comprender cómo
se van entrelazando las características biológicas con las
características culturales que hereda cada uno de los niños.
Igualmente, esa observación de cómo se entienden,
cómo se hablan, qué rituales han establecido nos permite
definir maneras de acompañarlos llenas de sentido, de
significado, tanto para los niños como para sus padres en
el proceso de crianza, donde a menudo se presentan tantas
dudas y angustias.
Con seguridad todos estamos de acuerdo en la
necesidad de observar y en el valor que esto tiene.
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Surge entonces la pregunta más precisa: ¿qué observar en
relación con esta construcción del lenguaje y las relaciones
de comunicación? He aquí algunas claves:
• Al pensar nuestra observación, repasemos primero
las preguntas que tal vez nos han hecho otros adultos
acompañantes (padres, por ejemplo) y tengámoslas
presentes desde el momento de inicio de la acción de
lectura, de conversación, de canto o relato oral.
• Tratemos de identificar cómo se van desarrollando las
intervenciones de los niños, aún de los bebés; cuáles son
sus comentarios, qué preguntan y, especialmente, qué se
responden y qué les contestamos nosotros en momentos
importantes de nuestra interrelación.
• Anotemos su forma de aceptar la invitación a leer
juntos, a conversar o a escuchar un relato; cuáles son
las preferencias que manifiestan, las negociaciones, si
las hay, o quiénes son los que tienen mayor dominio en
el grupo y cómo influyen en los otros en el momento de
compartir las narraciones y los libros.
• Luego detengámonos para observar cómo progresa
la interacción tanto con el libro, la narración, la
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Guía 1. Desarrollo, observación y registro
canción, la rima, los juegos, como entre los que estamos
compartiendo esos textos.
• Es importante intentar definir por qué pasa algo de
una manera y no de otra, cómo funciona el plan que
nos habíamos trazado y cuáles son los elementos que
contribuyen a la relación de los niños con la lectura, la
narración, la ilustración, la canción y cuáles no.
• Observemos lo que más nos inquiete, ya sea porque no
sabemos bien qué está sucediendo o porque no sabemos
cuáles son los factores que determinan por qué se
presenta una situación determinada.
El resultado de este proceso de mirar y escuchar
atentamente no solo nos permitirá danzar mejor con
cada uno de esos pequeños compañeros de baile sino que
también nos ayudará a…
• tomar conciencia de la manera como nos relacionamos
con los niños y la forma como ellos se relacionan con
sus pares, con otros adultos y con los objetos que los
rodean;
• reconocer nuestra forma de pensar sobre qué son los
niños y sobre el papel que tienen en esta etapa de su
vida los adultos y los contextos de socialización: la
familia, el barrio, los espacios de atención;
• identificar los patrones de desarrollo y las estrategias
de aprendizaje apropiadas para cada edad y, a partir de
esta identificación;
• formular proyectos de intervención en nuestros
espacios educativos que nos posibiliten responder a las
necesidades evolutivas y culturales de los niños y a las
expectativas de sus familias.
En cuanto al cómo observar, una recomendación es que
se haga amorosamente. ¿Qué queremos decir con esto?
Pues que es necesario observar sin juzgar, sin decir “esto
es bueno o malo”, o “esto no debería estar pasando”, etc.
Hay que mirar y escuchar abierta y comprensivamente,
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Guía 1. Desarrollo, observación y registro
tratando de atrapar la sucesión de hechos, de palabras
y preguntando “por qué pasa esto”, “qué importancia
tiene aquello”; pensándonos como observadores y
escuchas de los niños, pero también pensando en ellos
como observadores y escuchas de todo lo que pasa a su
alrededor.
Y esto último es bien importante, porque los adultos
tenemos la tendencia a olvidar que los niños nos están
mirando todo el tiempo y que somos sus modelos,
tanto cuando asumimos un papel (como el de lectores,
por ejemplo) como cuando actuamos y hablamos
desprevenidamente. Los ojos y los oídos de los niños casi
nunca se cierran.
Cuadernillo de actividades
Las actividades 2, 3 y 4 del Cuadernillo están diseñadas para aprender a observar
a los niños que están bajo su cuidado y a sus compañeros de trabajo. Los
animamos a realizarlas para que puedan descubrir qué aporta esta práctica a su
desempeño como agentes educativos.
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Guía 1. Desarrollo, observación y registro
3. La importancia de
la autoobservación por
parte del agente educativo
Luego de haber hablado de la importancia de observar
y cómo hacerlo, es el momento de pensar y discutir un
nuevo aspecto relacionado con este mismo tema, se trata
de la autoobservación. Es decir, de volver nuestra mirada
sobre nosotros mismos para conocer más sobre las formas
que tenemos de relacionarnos y comunicarnos con los
niños y otras personas con las que compartimos en nuestro
espacio de atención.
Mirar cómo transcurren las dinámicas alrededor
de las narraciones, las canciones y los libros, de las
conversaciones y los juegos es importantísimo para:
• advertir los comportamientos y las voces de los niños,
• proponer nuevas actividades alrededor del lenguaje y la
comunicación cada vez más significativas y más felices
para todos.
Pero el observarse y escucharse uno mismo a lo largo
de los encuentros y las actividades con los pequeños que
tenemos a nuestro cargo también es definitivo.
Esa mirada y esa escucha de uno mismo es tan
sustancial como lo es el hecho de que somos nosotros los
que estamos promoviendo las relaciones entre pares y
las experiencias de narrar, de charlar, de leer, de dibujar,
de escribir y de cantar juntos. Nuestra actitud, nuestro
modo de llevar adelante las prácticas con el lenguaje
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Guía 1. Desarrollo, observación y registro
fomenta una manera de hacer y de comprender la serie de
acontecimientos que rodean el acto comunicativo.
Los mediadores asumimos el papel central de ser
quienes…
• proponemos las lecturas y leemos en voz alta;
• recogemos las preguntas y volvemos al libro;
• definimos si leemos de “un tirón” todo el libro y
luego conversamos, o si vamos a ir deteniéndonos
para resolver asuntos que no están claros, escuchar
comentarios, observar detalles de las imágenes, etc.;
• volvemos a leer el mismo libro hasta cien veces, si es eso
lo que los niños solicitan,
• invitamos a jugar con las palabras, los sonidos y las
ilustraciones…
Cuando da la una, sales de la cuna,
cuando dan las dos, dices adiós,
cuando dan las tres, te mojas los pies,
cuando dan las cuatro, vamos al patio,
y cuando dan las cinco, ¡pegas un brinco!
Palmas, palmitas, que viene papá,
palmas, palmitas, que pronto vendrá.
Palmas, palmitas, que viene papá,
palmas, palmitas, que en casa ya está.
Esta niña, esta niña
se parece a su mamá,
por arriba, por abajo, por delante y por detrás.
Que se esconda, que se esconda,
esta niña de mamá,
porque pronto,
porque pronto, las dos se encontrarán.
Poemas y canciones de tradición oral
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Guía 1. Desarrollo, observación y registro
Así entonces, lo que hacemos o dejamos de hacer marca
toda la dinámica de interacción. Determina, también, no
solo el modelo de adulto que les estamos proponiendo a
los niños, sino las posibilidades de uso y la importancia
de la lengua oral y escrita y de los otros lenguajes de
expresión artística. Por esto es por lo que autoobservarse
es tan definitivo para nuestra práctica.
Ahora bien, es muy posible que casi todos convengamos
en la necesidad de mirarnos a nosotros mismos para así:
• enriquecer nuestra capacidad de relacionarnos con los
niños y también con los otros adultos,
• comprenderlos y adecuar nuestras propuestas y
acompañamientos,
• responder a sus intereses y necesidades,
• estimular mejor sus capacidades y avances, y
• dar un mayor sentido a las cosas, los eventos y las
experiencias de vida cada vez que compartimos el
espacio educativo.
Sin embargo, no todos nos percatamos de lo difícil que
esta práctica puede llegar a ser. No estamos acostumbrados
a observarnos ni a escucharnos, a detenernos para pensar
en nosotros y en lo que hacemos. Además, en la necesidad
que tenemos todas las personas de actuar acertadamente,
este reto puede llegar a asustarnos un poco porque
intuimos que todo no lo hacemos bien, y porque sabemos
que nuestros errores van de la mano de nuestros aciertos.
Para logar entonces comenzar y cada vez avanzar en
este ejercicio que deberá volverse habitual, iniciemos
lentamente:
• Detengámonos por unos momentos nada más para
escucharnos leer o narrar a los niños, o para oír las
respuestas que damos a sus preguntas.
• Analicemos, por ejemplo, si estamos prestando real
atención a lo que dicen los niños o si simplemente
queremos llevar la lectura, la narración o la actividad
por el camino que hemos definido desde la planeación.
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Guía 1. Desarrollo, observación y registro
• Comprobemos si somos capaces de cambiar algunas
ideas que tenemos pensadas para dar espacio a las
nuevas propuestas de los niños.
• Identifiquemos cuáles de las acciones que realizamos
unidas a la lectura, la narración y el canto son las que
mejor o peor respuesta van obteniendo.
• Prestemos atención entonces, a cómo proponemos y
respondemos a las iniciativas de comunicación que nos
plantean los bebés, cómo interpretamos sus señales y les
damos a entender que los miramos y los escuchamos.
• Estemos atentos para comprender mucho mejor cómo
establecemos nuestros intercambios con los niños que
ya no son bebés, pero que aún no usan las palabras para
comunicarse.
• Detengámonos a pensar en los diálogos que cruzamos
con los niños que ya comienzan a hacer un uso de
un lenguaje más formal y estructurado: ¿qué les
entendemos?, ¿cómo los ayudamos para que cada vez su
lenguaje sea más claro para todos?
Lograr dar respuestas a las propuestas anteriores
requiere, volvemos a insistir, escucharnos y observarnos
atentamente mientras estamos en relación. Vernos como si
en frente tuviésemos un espejo y nosotros fuéramos alguien
extraño al grupo reunido para leer y que nos observa.
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Guía 1. Desarrollo, observación y registro
No es fácil, como ya lo dijimos, pero sí es posible
e importante. Por lo general después de un ejercicio
como este, nos sorprendemos de haber contestado de
una forma y no de otra a una pregunta de los niños.
Descubrimos reacciones de los pequeños que seguramente
habíamos venido pasando por alto. Y nos acercamos a la
comprensión de por qué algunas de nuestras propuestas
funcionan mejor en determinados momentos, mientras que
en otros no alcanzan a cumplir con lo que esperamos.
Claro está que en ocasiones experimentamos un cierto
desconcierto, o una sensación de no haber conseguido lo
que perseguíamos, de no haber podido responder a las
exigencias del momento. Lo importante es no juzgarse,
porque tanto en relación con las experiencias exitosas,
como con las que no lo sean, la propuesta de observar y
observarnos no debe terminar con una calificación, con un
juicio de “malo” o “bueno”. No es esto lo que se busca.
Lo que se quiere es que cada vez podamos analizar con
mayores herramientas todas las acciones que llevamos
adelante con los niños.
Por último, es importante señalar que en realidad,
los más beneficiados con esta práctica somos los adultos
mediadores, porque si dejamos de lado el temor a
reconocer nuestras fortalezas y nuestros puntos débiles
lograremos analizar con mayor información cómo
llevamos a cabo nuestra tarea, de tal manera que podamos
hacer cada vez mejor el acompañamiento a los niños en
ese proceso de crecer, de desarrollar sus capacidades e
integrarse como miembros activos de nuestra comunidad.
Cuadernillo de actividades
La actividad 5 los ayudará a dar sus primeros pasos en este proceso
de aprender a observarse mientras realizan alguna actividad con los niños.
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Guía 1. Desarrollo, observación y registro
4. Sobre por qué
y cómo registrar
Para responder estas preguntas, hablemos un poco acerca
del libro Voces en el parque, de Anthony Browne, autor
de varios de los libros que integran la Colección para la
Primera Infancia Leer es mi Cuento. El libro mencionado
es un álbum muy especial, porque nos permite comenzar
a pensar en la importancia de observarnos, escucharnos y
registrar.
En este libro álbum, el autor nos presenta cuatro voces
que cuentan el mismo paseo una tarde por el parque. Son
cuatro puntos de vista muy diferentes sobre las mismas
cosas y acontecimientos que ocurrieron.
Es lógico que el lector se pregunte: ¿Están hablando de
la misma tarde? ¿Por qué son tan diferentes las historias
sobre lo que pasó? ¿Quién tiene la razón?
19
Guía 1. Desarrollo, observación y registro
Pues sí, se trata de la misma tarde y todos tienen su
razón. Cada voz nos permite entender a través de lo que
narra, su forma de pensar y de sentir, de comprender y de
reaccionar frente a los mismos hechos. ¡Y qué distintas son
esas voces!
Esto que leemos en el libro, es lo que pasa por lo
general cuando escuchamos los relatos de lo ocurrido
en una situación real en la que participan varias
personas, como cuando sucede un accidente por ejemplo.
Encontramos observaciones comunes que comparten
y entienden de la misma manera, pero otras que nos
comentan de modo muy diferente; porque las historias de
esas personas están relacionadas con la forma que cada
una de ellas tiene de ver la vida, de entender las relaciones
con los demás, de enfrentar sus preguntas y afirmarse en
sus seguridades, de poner en juego sus conocimientos y las
informaciones que poseen.
Lo que estamos diciendo acerca de las muchas
versiones posibles en relación con un mismo hecho es
algo que constantemente se presenta cuando los adultos
mediadores entre los niños y los textos relatamos nuestras
experiencias.
Si los personajes de Voces en el parque tuvieran la
oportunidad de leer su voz y la de los otros podrían
ver con ojos diferentes los acontecimientos que
vivieron, (tendrían ojos más grandes para ver mejor),
y comprenderían un poco más a aquellos con quienes
compartieron esa tarde en el parque.
Desafortunadamente ellos no pueden hacerlo, pero
nosotros sí, gracias a que Anthony Browne se dio
a la tarea de escribir e ilustrar las voces de quienes
fueron esa tarde de paseo y lo que aconteció. Gracias
a esas imágenes, palabras y hasta pensamientos de los
protagonistas, nosotros los lectores podemos conocer lo
que les sucedió y cómo lo vivió cada uno de los cuatro
personajes.
20
Guía 1. Desarrollo, observación y registro
Por eso es que es tan importante el registro. Sin
él nuestro recuerdo de lo que ocurrió, de lo que
identificamos, se olvida. Por eso es tan importante
aprovechar la enorme riqueza de nuestro lenguaje y de
los elementos que nos brindan la escritura, el relato, la
ilustración y hasta el bordado, para fijar en la memoria y
para compartir con otros lo hallado, de tal forma que esos
otros puedan devolvernos su mirada acerca de nuestros
encuentros, certezas y preguntas.
El registro es la mejor herramienta para ayudar a la
memoria individual y colectiva y para contribuir a los
procesos de reflexión común. En nuestro caso, es ayuda
invaluable frente a la preocupación por las interrelaciones
que establecemos con los niños.
Ahora bien, los registros pueden ser tanto textos orales,
como escritos o ilustrados. Hablemos un poco sobre esta
práctica, sus posibilidades y exigencias.
Para construir ese texto
Tanto si es oral o escrito, el relato de lo que encontramos
en nuestras observaciones debe intentar “retratar” la
situación o situaciones que queremos analizar. El otro,
el que escucha nuestra voz directamente o a través del
21
Guía 1. Desarrollo, observación y registro
escrito, debe poder hacerse la imagen, lo más cercana
posible, de cómo transcurrió la situación que se está
relatando, cómo son los que participaron en ella, qué libro
leímos o qué historia relatamos o qué juego enseñamos...
debe visualizar todos los datos que consideremos de
importancia.
En ese texto no deben aparecer valoraciones nuestras,
frases con las que califiquemos lo que vimos, escuchamos,
dijimos o hicimos, porque al hacerlo ya estamos
conduciendo al lector del relato por un camino que tal vez
no es el que esa persona tomaría al leer lo que escribimos.
Porque cuando decimos: “es que me parece que esto o
aquello fue un error”, o “me encantó lo que hicieron los
niños”, a la persona que lee nuestro texto no le queda
más que situarse y apoyar lo que decimos o tratar de
convencernos de que no estamos en lo correcto, y perdemos
entonces la posibilidad de que ese lector se detenga en
algún aspecto que no habíamos percibido, o que resalte un
detalle que para nosotros no era tan significativo.
Por eso es importante tratar de “fotografiar” con
palabras lo que pasó y, siguiendo el orden como lo
recordamos, anotar algunas frases que para nosotros
fueron interesantes y dejar que el que escucha o lee nuestro
texto se vaya haciendo la imagen e involucrando en el
ritmo de lo que se vivió.
Tal vez, una buena ayuda para orientarnos en la
escritura o construcción del relato alrededor de nuestras
observaciones sea leer un registro, como el de la página
siguiente, escrito por Elizabeth Ramírez, lectora del
programa Palabras que Acompañan, y quien visita
diariamente con su carrito biblioteca a muchos niños
hospitalizados en una institución de salud en Bogotá.
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Guía 1. Desarrollo, observación y registro
Leidy tiene 5 años, estaba por salir del hospital. Cuando
llegué a su habitación la encontré sola y al comienzo fue
muy tímida. Leidy es un niña pequeña para su edad así que
escogí primero libros de cartoné como ¿Qué roe el ratón?,
¿Dónde se baña el cerdito?... Poco a poco su timidez se
fue perdiendo, se levantó de la cama y empezó a señalar
qué libros quería ver, también poco a poco fue dejando
su silencio y empezó a ser muy activa y habladora. Quería
ver libros “de leer”, así que le propuse El día de campo de
Don Chancho, pero Leidy quería ver más libros y leerlos sola,
siempre los cogía de atrás para adelante y era inevitable
para mí indicarle dónde estaba el comienzo, pero ella
insistía en hacerlo a su manera. Me pidió Adivina cuánto de
quiero, estaba muy ansiosa y empezó a pasar las páginas
rápido, arrugándolas, la detuve y le dije que así el libro no
se dejaba leer que había que acariciarlo y pasar la páginas
muy suavecito y que yo conocía una técnica secreta para
eso, pero que no estaba segura si ella la quería aprender,
dijo que sí. Se la indiqué y entonces ponía su dedito índice
de la mano derecha en el extremo inferior derecho del
libro y muy pronto descubrió sola y despacito el “viejo
truco”. Cuando lo terminó dijo que era verdad, que ahora el
libro sí se había dejado leer.
Al día siguiente me la encontré en la salita de espera de
ese piso, yo le leía a otro niño, entonces ella trajo a su
mamá y le mostró cómo era la fórmula secreta y mágica
para que un libro se deje leer.
23
Guía 1. Desarrollo, observación y registro
Este registro sencillo que narra con cuidado pero de
manera corta cómo se dio el encuentro nos permite, casi
con seguridad, hacernos una imagen y seguir la serie
de momentos que se dieron entre Elizabeth y Leidy, la
lectura y los libros. Su escrito hace posible, a quienes lo
recibimos, seleccionar aquellos elementos que nos parecen
más importantes para comentar y analizar sin estar
condicionados a valoraciones que ella nos haya transmitido.
Después de este recorrido por los temas propuestos en
la Guía los invitamos a empezar a realizar las actividades
propuestas en los recuadros que remiten al Cuadernillo de
actividades.
Solo hay una manera de comprobar si lo dicho a lo
largo de la Guía es cierto o no, y es poniendo en práctica
las recomendaciones aquí expuestas. Mucho ánimo y
esperamos que en el próximo laboratorio municipal todos
ustedes puedan compartir cómo les fue con esta tarea.
Cuadernillo de actividades
Las actividades 6 y 7 se plantean con el fin de invitarlos a escribir un primer
registro que dé cuenta de uno de los ejercicios de observación realizados
previamente, y ver qué efecto produce el texto cuando se comparte con la
persona observada.
En el Cuadernillo también encontrarán las instrucciones correspondientes a la
actividad 8, de cierre, la cual les permitirá identificar y compartir las lecciones
derivadas de esta ruta de actividades.
24
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