¿Qué es un agroquímico? Es una sustancia que tiene como objetivo

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¿Qué es un agroquímico?
Es una sustancia que tiene como objetivo controlar, prevenir o destruir cualquier
plaga, incluyendo aquellos transmisores de enfermedades humanas. Una de las
clasificaciones es de acuerdo a la plaga: Si son insectos, insecticidas; si son
hongos, funguicidas; si son aves, avicidas; ácaros, acaricidas; nematodes,
nematicidas; lombrices, vermicidas; y plantas (malezas), herbicidas.
Peligro
Existen distintos tipos de plaguicidas que se comercializan en el mercado, muchas
de las cuales son “extremadamente peligrosas”, tal la caracterización de la
Organización Mundial para la Salud (OMS). Entre las más conocidas están: el
Paration, el Dieldrin, el Metilazinfos, el Carbaril, el Piretroides, el Lindano (de la
familia del temido DDT), etc.
Intoxicación
Según datos oficiales, más de 10.000 personas mueren todos los años en el
mundo por los plaguicidas. La forma de intoxicación es de manera directa (los que
trabajan en la fabricación o en la fumigación) e indirecta (aquellos que ingieren
alimentos o entran en contacto con elementos del medio ambiente que contienen
residuos de los agroquímicos).
Los agroquímicos
En el mundo, 1.900 millones de hectáreas (una extensión casi
tan grande como Sudamérica) están degradadas. América
Latina y el Caribe, que tiene la reserva de tierras cultivables
más grande del mundo, y con un potencial agrícola de 576
millones de hectáreas, tiene un 16 % de los suelos
degradados, es decir, 312 millones de hectáreas.
Según un informe de Naciones Unidas, entre las principales
causas de la pérdida de fertilidad del suelo “está la erosión -por
deforestación o sobrepastoreo-, y la degradación química”,
además del sobrecultivo y mala labranza.
De tanto pisarla, la tierra se empobrece, y para que siga
“produciendo”, se le agregan agroquímicos. “El uso intensivo
de agroquímicos -particularmente los fertilizantes nitrogenados
y los pesticidas con compuestos orgánicos altamente persistentes en el ambiente-,
genera riesgos de degradación del suelo y contaminación del ambiente aún no
bien conocidos, pero potencialmente graves”, dice el Programa de las Naciones
Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).
Fertilizantes
Además de la dependencia económica que significa para los países del sur que el
97 % del mercado de estos químicos esté controlado por empresas del Norte,
existe un fuerte impacto sobre el medio ambiente. De hecho, los fertilizantes
nitrogenados contribuyen de manera significativa al calentamiento de la atmósfera
(liberan dióxido de nitrógeno) y destruyen la capa de ozono.
Pero además, contaminan las aguas (superficiales y subterráneas) y los suelos.
Se estima que, como mínimo, un 30 % de los químicos que se agregan en los
campos no son absorbidos por los cultivos, y terminan en las aguas y en el suelo.
Por suerte, en los suelos argentinos los fertilizantes tienen poca incidencia en
comparación con el viejo continente y los Estados Unidos. Pero, aun cuando el
uso de fertilizantes no es una práctica en estas pampas, sí adquiere dimensiones
el uso de plaguicidas.
Plaguicidas
Los plaguicidas (también conocidos como insecticidas o pesticidas) son
básicamente sustancias (o mezclas) que tienen la función de controlar o destruir
cualquier plaga. Si al cultivo de alfalfa lo afecta una langosta (un insecto), se
recurre a un insecticida. Si el malo de la película es una malezas están los
herbicidas... Cada químico tiene que eliminar sin contemplación al enemigo, no
tiene que dejar rastros y, menos aún, afectar a otras especies.
Pero si bien el primer objetivo lo logran (relativamente ya que la plaga crea sus
propios anticuerpos -resistencia- y obliga a aumentar la dosis del veneno), los
otros son materias pendientes. Existen productos que actualmente se aplican en
los campos (hay una variedad de plaguicidas que supera los 1.500 productos),
muchos de los cuales están prohibidos en los países industrializados y aquí se
fumiga sin ninguna restricción.
Contaminación
Los fertilizantes no son el principal problema de contaminación si se utilizan
racionalmente; los pesticidas sí son mucho más peligrosos, sobre todo porque
existen estimaciones en Estados Unidos que demuestran que menos del 1 % de
los plaguicidas aplicados llegan efectivamente a la plaga que se desea combatir.
El resto se disemina en el ambiente, y mata y contamina lo que se cruce.
El plaguicida que se esparce por el campo, se incorpora al ciclo de la naturaleza.
Cuando los niveles de toxicidad son altos, los químicos no se disuelven
naturalmente y son el alimento de otras especies que luego terminan en nuestro
plato.
La pérdida de biodiversidad (mueren animales y plantas), la contaminación de los
suelos, el aire y el agua, y los efectos directos sobre la salud humana no están en
el plano de la especulación. El PNUMA advierte que estos compuestos “no se
degradan fácilmente y perduran por muchos años en el ambiente”, y que afectan
“los procesos reproductivos y de desarrollo, provocando daños neurológicos e
inmunológicos en los humanos y en otras especies animales”.
Uso de biocidas
El nivel de tolerancia de los peces a los plaguicidas y herbicidas es un indicador
de los riesgos potenciales para la salud humana provocados por su empleo.
El nivel de tolerancia de los peces a los plaguicidas y herbicidas, o a sus
residuos, es un indicador reconocido de los riesgos potenciales para la salud
humana provocados por su empleo en la agricultura. Se han logrado notables
adelantos en los últimos decenios para limitar los efectos nocivos no deseados de
los productos químicos aplicados para combatir las plagas y malas hierbas. Los
efectos negativos sobre los peces se derivan en muchos casos no tanto de su uso
como de su uso inapropiado. El empleo inapropiado de biocidas puede causar
efectos potencialmente de largo alcance en los peces y otros organismos
acuáticos, incluyendo no sólo la mortandad de los mismos, sino también efectos
en la reproducción, metabolismo y crecimiento en las distintas etapas de su vida,
en la disponibilidad de alimentos, en el tamaño de sus poblaciones, etc. Si se
aplican estos biocidas con arreglo a las instrucciones, se reducen al mínimo los
riesgos de que perjudiquen a los peces y a la actividad pesquera. Muchos
gobiernos han establecido listas de plaguicidas y herbicidas recomendados y han
aplicado reglamentos a las importaciones y a la producción interna. Se ha
incrementado la capacitación e información de los agricultores sobre su empleo.
Todas estas medidas contribuyen a reducir los riesgos de la lucha contra las
plagas
y
enfermedades
para
la
pesca
y
la
salud
humana.
Eutroficación
Los nutrientes transportados por la escorrentía desde los campos agrícolas
fertilizados y las descargas de residuos urbanos e industriales son las causas
principales del enriquecimiento con nutrientes de las aguas continentales, las
aguas costeras y los mares semicerrados como el Mediterráneo y el mar Negro.
Es posible que inicialmente aumente el potencial de pesca en masas de agua
pobres en nutrientes debido a la mayor disponibilidad de éstos a causa de la
escorrentía agrícola y a otros efluentes, como probablemente ha ocurrido en el
Mediterráneo, que históricamente era una masa de agua pobre en nutrientes. Sin
embargo, la sobrecarga o el enriquecimiento excesivo de nutrientes pueden
provocar efectos adversos de eutroficación que afectan gravemente a la
reproducción, crecimiento y sobrevivencia de los peces y otros organismos
acuáticos, al crear condiciones aeróbicas, o causar daños físicos e intoxificación
debidos a la proliferación de algas nocivas. Durante los dos últimos decenios se
han señalado con mayor frecuencia y en mayor medida proliferaciones de algas
nocivas y a veces tóxicas en aguas costeras, lo que ha causado notables pérdidas
a la pesca costera y la acuicultura.
La contribución de la agricultura a la sobrecarga de nutrientes es en muchos
casos relativamente pequeña en comparación con la de los residuos humanos e
industriales, pero no es insignificante. Este hecho queda ilustrado por la
construcción de plantas de tratamiento de las aguas residuales en el lago
Constanza, en Austria, Alemania y Suiza, que han permitido reducir notablemente
durante los dos últimos decenios la carga de nutrientes presentes en las aguas de
dicho lago. Durante el mismo período no se ha observado una reducción
significativa en la escorrentía debida a actividades agrícolas.
AGROQUÍMICOS Y EL MEDIO AMBIENTE
Abraham Bastida Aguilar
Recientemente se anunció que con el propósito de prevenir y controlar la
contaminación del suelo por residuos de productos agroquímicos, envases vacíos
de plaguicidas y película plástica de invernadero se desarrollaría en la entidad el
Programa Nacional de Recolección de Envases Vacíos de Agroquímicos
denominado "Campo Limpio", dicho programa se basa en la educación y
capacitación dirigida a las personas que usan y manejan los productos
agroquímicos en su actividad productiva, este fomento de una cultura ecológica
ambiental que por otra parte previene riesgos a la salud se lleva a cabo mediante
pláticas y cursos en el campo donde se genera la problemática.
Esta estrategia de difundir la cultura ecológica es una de las soluciones a los
problemas de contaminación del medio ambiente donde deben de participar todos
los ciudadanos que en una o en otra forma provocamos la contaminación ya que
al crearse una cultura de la información ecológica paulatinamente iremos
reduciendo la producción de desechos que finalmente es lo que provoca la
contaminación del suelo, del agua, del aire y la perdida de la biodiversidad.
Expertos de la Universidad de California Berkeley y de los Ángeles citan que
enormes cantidades de pesticidas que nosotros conocemos como insecticidas son
usados en la producción de comida, fibras y madera para el control de los insectos
y el mantenimiento de los jardines, resulta que en los últimos 40 años se ha
incrementado el uso de los químicos para el control de los insectos no deseados,
por lo cuál recientemente los científicos se han empezado a preocupar y sugieren
la necesidad de revaluar nuestras actuales prácticas en un intento de que
tengamos una mayor racionalidad en el uso de estos químicos.
Resulta que en Estados Unidos se consumen anualmente 2.6 millones de libras de
pesticidas que son por definición químicos muy tóxicos ya que la palabra misma
quiere decir matador de insectos, estos químicos sirven los mismo para matar
insectos como los insecticidas, herbicidas para las plantas, fungicidas para los
hongos, rodicidas para los roedores e incluso existen químicos como los
bactericidas que matan las bacterias algunas de ellas de beneficio e incluso
existen sustancias hasta para matar pájaros y coyotes.
Los pesticidas se usan en una gran variedad de productos como pinturas,
shampoos, pañales, alfombras, lentes de contacto e incluso para controlar algas
en lagos y albercas, actualmente se usan para prevenir el daño que causan las
termitas y los hongos en las estructuras de madera .
Históricamente las personas y los insectos han tenido una larga relación y el uso
de pesticidas no es reciente por ejemplo, los romanos para esterilizar los campos
usaban sal y cenizas, asimismo la planta de tabaco era muy efectiva para matar
insectos así como el extracto de la flor de crisantemo que se usaba en Asia
probablemente desde el siglo XVII o antes, también el mercurio y el arsénico
fueron usaron intensivamente en la primera mitad del siglo pasado, sin embargo
fue a partir de la Segunda Guerra Mundial en que la industria de estos químicos se
desarrollo ampliamente, actualmente en Estados Unidos se han consumido 50
millones de libras por año y durante los últimos 25 años se han aplicado tan
rutinariamente y extensivamente que son sinónimo de control químico.
Por la que a la salud se refiere naturalmente los más expuestos son los
trabajadores relacionados con la manufactura y el uso de los insecticidas, asi por
ejemplo durante los años 70 se hizo un estudio a los trabajadores de una empresa
llamada Kepone que fueron tratados por graves desordenes del sistema nervioso
que ellos llamaban convulsiones y que era producto de negligencias asimismo en
1976 la Secretaria de Ecología del Gobierno de Estados Unidos denominada
E.P.A. canceló el registro de la planta de Hopewell, en Virginia después de
haberse encontrado efectos neurológicos y de fertilidad en los trabajadores, en
igual forma la planta había contaminado las aguas municipales del drenaje y el Río
San Jaime resultó contaminado y se redujo la producción pesquera.
Como alternativas los ecologistas recomiendan el uso de tabaco soluciones de
Chile, de ajo o de jabón así como el uso de métodos alternativos y de controles
biológicos
http://www.planetaecologico.com/articulos/agroquimicos.htm
http://www.ecodigital.com.ar/Agroquimicos.htm
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