Acidosis ruminal subaguda en vacas lecheras

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Acidosis ruminal subaguda en vacas lecheras
Presentación clínica, factores predisponentes, diagnóstico y medidas de prevención
Ignacio Vidaurreta, MV, MSc.
Consultor de empresas y asesor privado.
La acidosis ruminal subaguda (ARS), también conocida como acidosis subclínica, es un
desorden digestivo que se puede presentar en los establecimientos lecheros, incluso en
los que mejor se manejan. Tradicionalmente, la acidosis ruminal provocada por un
exceso en el consumo de granos se la reconoce como una enfermedad asociada a los
sistemas intensivos de producción de carne (Fed Lot) o incluso de leche (sistemas
intensivos a corral). Sin embargo, también los sistemas pastoriles intensivos basados en
el consumo de forrajes de alta calidad más el suministro de concentrados y/o silajes en
dos veces al día son susceptibles a sufrir esta enfermedad.
Presentación clínica
A la acidosis ruminal clínicamente se la divide en una forma sobre aguda, una aguda y
una subaguda o subclínica (ARS). La forma aguda (clínica) se caracteriza por afectar a
algunos animales dentro del rodeo. Esta se produce generalmente como consecuencia de
un cambio brusco en la alimentación que ocasiona un excesivo consumo de
carbohidratos rápidamente fermentescibles y una caída del pH ruminal por debajo de
5,2. Si la muerte no se produce en 1 a 2 días, se presentan problemas adicionales que
terminan como secuelas de la acidosis e incluyen hipocalcemias, polio encefalomalacia,
laminitis y absesos hepáticos. En la forma sobre aguda el curso se desarrolla tan
rápidamente que termina en decúbito, coma y muerte en un lapso de 8 a 10 horas.
La ARS es la forma de presentación de la enfermedad que adquiere importancia
productiva porque afecta a todo o gran parte del rodeo y se caracteriza un por ser el
desencadenante de un gran grupo de afecciones. En esta presentación el pH del rumen
cae a valores que van de 5,2 a 5,6 y los signos y lesiones que produce son disminución
del consumo de materia seca y la eficiencia de conversión, pérdida de estado corporal,
disminución de la producción de leche y su contenido de grasa, menor tasa y extensión
de la degradación de la fibra, menor consistencia de la matera fecal. También esta
enfermedad se asocia a desplazamientos de abomaso, ruminitis, laminitis, abscesos
hepáticos, acidosis metabólica e inmuno supresión. El problema que tiene esta forma de
la enfermedad es que, además de presentar este gran número secuelas, los signos
clínicos no son fácilmente reconocidos y diagnosticados sino hasta que afecta a gran
parte del rodeo y se hacen más evidentes. Además muchas de estas manifestaciones se
presentan un tiempo después de la injuria y son confundidas con otros orígenes.
Aspectos que influyen sobre la presentación de la ARS
Las dietas: el pH del rumen está influenciado por los componentes de la dieta que
afectan la masticación y la formación de saliva, y por la cantidad de carbohidratos y su
degradabilidad dentro del órgano. Las vacas lecheras requieren fibra en la dieta para
lograr un rumen saludable y estable, y así, maximizar su producción. Un adecuado nivel
de FDN y FDA son necesarios para mantener el pH dentro de un rango normal. Sin
embargo, debido al variable grado de fermentación y tamaño de la partícula de la fibra,
también se deben tener en cuenta sus aspectos químicos y físicos como para garantizar
un rumen saludable. A partir de esta relación entre las propiedades físicas y químicas de
la fibra y la salud del rumen, es que surgen diferentes recomendaciones nutricionales
que ayudan a mantener un adecuado ambiente ruminal. Este tipo de recomendaciones
son las que presenta en NRC (2001) sobre las proporciones de FDN, FDN aportada por
el forraje y carbohidratos no fibrosos (CNF) de la dieta (Tabla 1). O la de sistemas
como el de la FDN efectiva (FDNe), FDN físicamente efectiva (FDNfe) o índice de
fibrosidad (IF) cuya función es combinar propiedades físicas y químicas de la fibra para
estimar las cantidades necesarias en las dietas (Tabla 1).
Además de la importancia que tiene la fibra, el nivel y el tipo de CNF es otro aspecto
que debe ser considerado y evaluado a la hora de formular dietas. Al igual que en el
caso de las recomendaciones sobre el contenido de fibra, el nivel ideal de CNF no han
sido concretamente definidos hasta el momento y también fueron desarrollados para
dietas totalmente mezcladas. Por lo tanto, los rangos recomendados son amplios por lo
que deben ser consideradas como una guía (Tabla 1). Como en la mayoría de las
raciones el 50 al 100% de los CNF están compuestos por almidones, además del
porcentaje de inclusión, se deben tener en cuenta aspectos como la tasa y la extensión
con que se degradan esos almidones en el rumen. Ambas características están
influenciadas por la especie (avena > trigo > cebada > maíz > sorgo) y el procesado
(copos > rolado > molido húmedo > molido fino > quebrado), por los que estos dos
factores también se deben considerar al determinar los niveles de CNF en las raciones.
Los animales: las vacas en inicio de la lactancia y las que llegan al pico de su capacidad
de consumo, son dos categorías cuyo riesgo de contraer la enfermedad es elevado.
El manejo: variaciones en las raciones, modificaciones de los patrones de alimentación
o dietas mal formuladas aumentan los riesgos de presentar ARS. Una dieta totalmente
mezclada es menos riesgosa que una donde los ingredientes de la ración se ofrecen por
separado. La selección de los componentes de la ración puede resultar en consumos
heterogéneos donde las partículas de forraje largo son rechazadas, resultando en
mayores consumos de granos y aumentando, así, los riesgos de ARS.
El ambiente: la superpoblación de los corrales en sistemas intensivos, los ambientes no
confortables, largos tiempos de espera en los corrales de encierre previos al ordeñe o
factores estresantes como el calor, son agentes que alteran los patrones de consumo,
reducen los tiempos la rumia e inducen a caídas en el pH ruminal.
Diagnóstico de la ARS
La ARS es una afección de difícil diagnóstico y es considerada como un problema del
rodeo ya que los signos clínicos y para clínicos se manifiestan, y deben interpretar, a
nivel de grupo y no de individuo.
Patrones de consumo y rumia: la alteración del patrón de consumo de materia seca es
uno de los signos más característicos de la ARS. Este cambio se describe por una etapa
de consumo, seguida por un período en el que el mismo disminuye debido a la caída del
pH ruminal y al aumento de la osmolaridad, los cuales causan una reducción en la
digestión de la fibra y el almidón. Luego, cuando las condiciones del órgano vuelven a
la normalidad, el consumo se reestablece.
La enfermedad hace que los animales alteran la selección de su dieta en un intento por
atenuar la ARS. Es así que, ante la presentación de la enfermedad, los animales
modifiquen la preferencia de por lo alimentos y consuman preferentemente más heno.
El tiempo de masticación y la rumia están relacionados con la cantidad de fibra en la
dieta, y ambos parámetros también se alteran ante pH ruminales bajos. En una situación
normal, cuando las vacas no están caminando o comiendo, el 50% del rodeo o más
debería estar rumiando. De ser este porcentaje menor, es probable que los pH del rumen
sean bajos.
Materia fecal: la evaluación de la materia fecal puede brindar evidencias indirectas de
acidosis aguda y subaguda. Comúnmente la materia fecal de animales con ARS son más
liquidas, de color más amarillento, con aspecto brillante, con cilindros de moco, olor
agridulce, contienen burbujas de gas e importantes cantidades de fibras y granos sin
digerir.
Porcentaje de grasa: el porcentaje de grasa de la leche está asociado con el pH del
rumen, por lo que es frecuentemente usado para predecir la efectividad de la fibra y
como un indicador de ARS. Sin embargo, esta relación no es absoluta y puede ser
influenciada por el momento de la lactancia, el contenido de grasa de la dieta y la
movilización de reservas corporales. Es por eso que el uso del porcentaje de grasa
como un único indicador de ARS debería ser tomado como un indicador más al tratar de
determinar la ocurrencia de ARS en un rodeo. Se podría considerar que para sospechar
de ARS el 10% de las vacas deben tener valores de porcentaje de grasa de 2,5 o
menores.
pH ruminal: la evaluación del pH ruminal es un muy buen estimador de la salud y
óptimo funcionamiento del órgano, siendo 5,6 el valor umbral más usado y por debajo
del cual se diagnostica una ARS. La fístula ruminal, la sonda bucoesofágica y la
ruminosentesis son diferentes formas de obtener una muestra de licor ruminal. Todas
estas metodologías tienen ventajas y desventajas, siendo la ruminosentesis el método
más aceptado por los animales y muy usado en condiciones de campo.
Secuelas de la ARS
Como ya se mencionó, el diagnóstico de la ARS es dificultoso. La ARS puede actuar
como un agente etiológico de muchas enfermedades, por lo que su presentación también
puede servir como indicio para determinar la presencia de ARS.
Rumenitis y absesos hepáticos: la inflamación de las paredes del rumen (rumenitis) es
una secuela de la acidosis. En la rumenitis se producen úlceras que sirven como entrada
de bacterias (Fusobacterium necrophorum y el Corinebacterium spp) que colonizan el
cuerpo y forman absesos hepáticos. La paraqueratosis e hiperqueratosis son también
secuelas que se originan como consecuencia de caídas frecuentes del pH. Estás lesiones
son de tipo crónicas y afectan a largo plazo la capacidad de absorción del órgano.
Laministis: las patologías podales son unos de los problemas más comunes que afectan
a las vacas lecheras dentro de los sistemas de producción. Varios son los factores que
intervienen en su formación, siendo la ARS uno de estos. Si bien la laminitis ocurre
como consecuencia de una acidosis, se debe considerar que en muchas ocasiones las
lesiones podales se hacen evidentes uno a dos meses luego de que el insulto nutricional
se ha producido y cuando el rumen ya ha vuelto a la normalidad.
Acidosis metabólica: otras de las secuelas que pueden manifestarse durante una ARS es
una acidosis metabólica, siendo el grado y la duración de la caída del pH ruminal los
factores que determinaran su manifestación. La acidosis metabólica produce efectos
negativos sobre el metabolismo y el sistema inmune los cuales podrían explicar la
incidencia de enfermedades respiratorias y las caídas de estado corporal asociadas a un
mayor catabolismo de las proteínas.
Desplazamiento de abomaso: la atonía del abomaso es una de las causas que se asocian
con su desplazamiento. En las vacas donde la capa fibrosa formada en el rumen es
escasa, los granos caen al fondo del órgano y parte de estos son fermentados. Esta
fermentación hace que una mayor cantidad de AGV no se absorba en el rumen y lleguen
al abomaso produciendo la atonía del órgano y la predisposición a su desplazamiento.
Timpanismo: el timpanismo es una disfunción ruminal que resulta de la acumulación de
gas en el rumen y que compromete la performance y salud del animal. La reducción del
pH del rumen y los cambios en el contenido de granos y fibra asociados a la acidosis,
determinan una reducción en la motilidad del rumen. Junto con esto, la caída del pH
ruminal provoca la lisis bacteriana y la producción de polisacáridos que aumentan la
estabilidad del líquido ruminal y desencadenan la acumulación de gas.
Reproducción: la alteración en los parámetros de consumo, la reducción del consumo y
la menor degradación ruminal de la fibra causados por la ARS, afectan la disponibilidad
de energía para el animal. Es así que, indirectamente, la enfermedad puede afectar la
fertilidad luego del parto.
Prevención e importancia económica
Prevenir los factores de riesgo es una herramienta determinante para reducir la
incidencia y prevalencia de enfermedades en los tambos. La presentación de una
enfermedad como la ARS está estrechamente relacionada a la nutrición y el manejo de
la alimentación, por lo que manipular estos aspectos es esencial para evitar su aparición.
En la Tabla 1 se presenta un resumen de los parámetros más importantes que deben ser
considerados a la hora de evaluar y reducir los riesgos de ARS.
Tabla 1. Parámetros que deben ser tenidos en cuenta para minimizar los riesgos de
acidosis ruminal subaguda al formular raciones.
Riesgo de sufrir Acidosis Ruminal Subaguda
Aspectos de la dieta
Alto
Medio
Bajo
FDN
<25
28 – 32
>35
FDN del forraje
<16
20 – 25
>27
FDNfe
<18
21 – 23
>25
IF
< 30
30 – 40
> 40
pH
< 5.6
5,6- 6
> 6,4
CNF
>45
42 – 35
<30
Fermentación de los almidones
Rápida
Media
Lenta
Fermentación de la fibra
Rápida
Media
Lenta
% de MS en pastoreos
< 12
14 – 16
> 18
Disponibilidad de alimentos
Esporádica e
inconstante entre
días
Continua e
inconstante
entre días
Continua y
constante entre
días
FDNfe: FDN físicamente efectiva (Mertens, 1997).
IF: índice de fibrosidad (Sauvant, 1990).
CNF: carbohidratos no fibrosos, obtenido por diferencia (100-(%FDN+%CP+%Ceniza+%Grasa).
El uso de aditivos como buffers, inóforos y levaduras en las raciones es una práctica
usada con frecuencia para el control de la acidosis. El bicarbonato de sodio es el buffers
más comúnmente usado y ha mostrado tener efectos positivos sobre la producción de
leche, el consumo de MS y el porcentaje de grasa butirosa. Los ionóforos como la
monensina y el lasalosid han mostrado tener efectos positivos en controlar las acidosis
de tipo clínicas donde existe una gran acumulación de lactato. Sin embargo, los efectos
no son positivos en las ARS ya que la caída del pH está relacionada a una acumulación
de AGV y no de lactacto. El uso de los cultivos de levaduras tiene efectos positivos
sobre la estabilidad ruminal. Se han detectado mayores concentraciones de bacterias
celulolíticas y bacterias totales y reducciones en la concentración de ácido láctico ante
su uso, pero los efectos sobre el pH del rumen son poco consistentes
Como es de esperar, la presentación de ARS tiene implicancias sobre los resultados
económicos del tambo. Además de las secuelas antes mencionadas, la presentación de la
enfermedad tiene efectos negativos directos sobre la producción. Trabajos
experimentales han medido pérdidas de producción que van desde los 1,25 lts/ vaca /
día en situaciones de pastoreo a 2,7 lts vaca / día en sistemas intensivos.
Conclusiones
La ARS es un importante problema nutricional, tanto en sistemas pastoriles como
intensivos. Por la dificultad de su diagnóstico, la valoración conjunta de los signos
clínicos y para-clínicos, de las dietas, de las enfermedades asociadas y, si es posible, del
pH del rumen, deben ser considerados a la hora de evaluar la presencia de la
enfermedad.
Por otro lado, su presentación está relacionada directamente a las condiciones de
alimentación, por lo que el manejo de la misma y el control del tipo de ración
administrada, son aspectos que deben ser considerados para su prevención. Es por esto
que es necesario trabajar implementando adecuados períodos de adaptación para el
rumen y manteniendo su pH dentro de rangos seguros a pesar de las necesidades de
consumo de energía.
Nota: en caso de requerir una versión más completa de este artículo o las fuentes
bibliográficas consultadas, por favor solicitarlo a:
[email protected] o [email protected]
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