Anomia, ofensas y derecho del más fuerte

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Anomia, ofensas y derecho del más fuerte
Usos y prácticas contrarbitrales de la violencia
Ramirez, Silvia - Centurión, Virginia
Instituto de Teoría General del Derecho - Facultad de Derecho, Ciencias Sociales y Políticas - UNNE
Salta 459 - (3400) Corrientes - Argentina
Tel./Fax: +54 (03783) 423506 - E-mail: [email protected]
Clinias:Te has referido a una dominación
necesariamente irresistible.
Platón
Leyes, 690c
INTRODUCCIÓN
La desviación o el apartamiento del deber impuesto por una regla moral o jurídica suele caracterizarse como
anomia. Este concepto reintroducido por Durkheim en el terreno de la teoria sociológica ha tenido una
especial atención por parte de la sociología americana, que lo ha tratado en detalle a traves de David
Riesman, Robert MacIver y Robert K. Merton. Este último anota que, de acuerdo a MacIver, la anomia
significa el estado de ánimo del individuo cuyas raices morales se han roto, que ya no tiene normas sino,
unicamente impulsos desconectados, que no tiene ningún sentido de continuidad, de grupo, de obligación y
agrega que el individuo anómico se ha hecho espiritualmente estéril, responsable solo ante sí mismo, y ante
nadie más. Se rie de los valores de otros individuos. Su úbica fe es la filosofía dela negación. Vive en la
delgada frontera de la sensación entre ningún futuro y ningún pasado. La descripción de MacIver, citada
por Merton, concluye sosteniendo que anomia es un estado de ánimo en que está roto o moltalmente
debilitado el sentido de cohesión social - principal resorte moral - del individuo.1
ANTECEDENTES
Para Merton este concepto tiene un claro sesgo psicológico y en esa dirección anota una interesante escala de
anomia propuesta por Leo Srole que se desglosa en cinco items. Dice Merton que los cinco renglones o
conceptos que comprende esta escala preliminar se refieren a : 1) la percepción de que los líderes de la
comunidad son indiferentes a las necesidades de uno; 2) la percepción de que es poco lo que puede
lograrse en la sociedad que sea fundamentalmente imprevisble y carente de orden; 3) la percepción de que
los objetivos de la vida se alejan en vez de realizarse; 4) una sensación de futilidad; y 5) el convencimiento
de que uno no puede contar con socios o compañeros personales para tener apoyo social y psicológico. 2
A propósito de todo esto Merton ha agregado un diagrama cuatripartito de de forma de conducta divergente
que son marcadamente anómicas : innovación, ritualismo, retraimiento, innovación y rebelión. En el primer
caso la conducta divergente se aparta de las pautas normativas pero conserva las metas de las mismas, como
cuando se recurre a medios ilícitos para obtener dinero que normalmente se gana con un trabajo honrado. En
luugar de trabajar el sujeto anómico le sustrae a otra persona su dinero, que resulta de este modo el fin
perseguido. Desde luego, el fin no importa para la caracterización sociológica aunque seguramente importe
para la valoración de la conducta en un contexto de derecho específico porque no es lo mismo hurtar un peso
del mostrador o de la ventanilla del cajero que la de llevarse varios millones de la bóveda del banco donde se
presta servicios. A la inversa, el ritualismo supone una conservación de las pautas con omisión de las metas,
1
Robert K. Merton : Teoria y estructuras sociales, trad. cast. de Florentino M. Torner y Rufina Borques, México, ed.
Fondo de Cultura Económica, 1964², pags, 240-241. La obra de R.M. MacIver citada es The Ramparts We Guard (New
York, ed. MacMillian Co., 1950, pags. 84 y 85 ).
2
Merton, op.cit., pag. 245.
como por ejemplo ocurre en las estructiuras burocráticas donde se ejecuta el mismo trabajo rutinario sin
atender a los fines puntual de la prestación, que de esa modo se torna indiferente e inutil. A su vez el
retraimiento significa un abandono de las pautas y de los objetivos perseguidos; y la rebelión importa un
desplazamiento de los valores inherentes a las metas lo que lleva a modificar la pautas en la ejecución de las
mismas dando lugar a una destrucción progresiva de todo un sistema normativo moral o jurídico.3
Considerado en este contexto sociológico la ofensa y el delito exhiben una intreresante perspectiva que puede
resulta del todo provechosa si la consideramos en relación a las desiguales posiciones de los individuos y a
las diferente posibilidades de adquisión de un amparo nomartivo de tipo moral o jurídico. Ello supone,
desde ya y ante todo, un reconocimiento de la peculiar modalidad del derecho que se desdobla en un nivel
arbitral , racional , compositivo, edificado con arreglo a criterios de equivalencia y reciprocidad y otro nivel
donde prima la desgualdad, la ventaja e incluso la violencio dentro mismo de las reglas jurídicas. 4
ANÁLISIS DE LA RELACIONES ENTRE ANOMIA Y DERECHO DEL MÁS FUERTE
Ejemplos del derecho del más fuerte son, desde luego, la esclavitud y la regla de segregación racial. También
lo es la regla jurídica del partido único, la regla moral que coloca en inferioridad de condiciones al
extranjero o las leyes que discrimina a la mujer y le dan menos derechos que al varón. El derecho del más
fuerte supone asimismo un derecho del más débil, que bien puede calificarse de un derecho de victimas por
ese peculiar isomorfismo que encontramos entre la posición del afectado o dañado por una onfensa o un
delito y el sometido a una relación normativa de inferioridad manifiesta.
Meabe ha realizado un amplio estudio de la emergencia histórica del derecho del más fuerte y de ssu
distintas variantes hasta la última etapa del pensamiento de Platón. Acerca de ese contexcto dice este autor
que : No tiene, desde ya el derecho del más fuerte en Leyes la impronta que en República muestra el asunto
a través de Trasímaco ( Rep. 336a-354c) o la complejidad que en el Gorgias tiene la argumentación de
Calicles (Gorg. 481b-506a); pero no por eso se desdibuja su sesgo, desde ya contradictorio con lo sostenido
por Sócrates en Gorgias (481d-527e) y República (336a-354c), cuyo argumentación detallada hemos
examinado en nuestro libro El derecho y la Justicia del Más fuerte ( Corrientes, 1994). Menos conservador
que Trasímaco, que asocia el derecho del más fuerte con el interés o la conveniencia del gobernante y más
sutil que Calicles que reclama un reconocimiento de la necesidad control normativo de la vida para
aquellos que por naturaleza son los mejores, el Extranjero de Atenas sostiene, en Leyes (690a-c) que el
mando forzoso es conforme a la naturaleza y que este título o derecho ordena al ignorante ir detrás del
prudente que manda y guía. Hay aquí no solo un eco directo de Píndaro, a quien se cita expresamente, sino
también del sofista Gorgias que, en el Encomio de Helena utiliza este argumento ( En.H.: 6; DK, 82, B 11)
en favor de una jerarquía de mando que subordina el hombre a los dioses y el débil al fuerte. Por cierto,
conviene detenerse en la formulación de Leyes para entender mejor todo el desarrollo de esta singular
vuelta de tuerca en torno al derecho del más fuerte, que muestra una decidida variación respecto de los
anteriores diálogos cuya atribución al filósofo de la Academia no se discute como Gorgias y República. Los
presupuestos que incluye esa variación se exponen en el libro III de Leyes (689e-690c) y se vinculan con los
principios o axiomas relativos a la extensión y el fundamento de la autoridad relacionados con el gobierno
democrático de tipo ateniense - que no debe confundirse con el modelo examinado en la teoria de los tipos
de gobierno -, que el Extrajnero de Atenas desagrega en siete órdenes o categorías en respuesta a la
inquietud de su interlocutor Clinias. Para dilucidar tan complicada cuestión el Extranjero de Atenas
establece los términos con arreglo a la pregunta primaria acerca de la axiomática de la dominación :
«JT w!I- ‡ Ž -#º -J x'3J ( Ley.690a ), a lo que él mismo responde con siete
principios o títulos de legitimación que se postulan como axiomas del dispositivo global de dominación : El
3
Merton, op.cit., pags. 256-272.
Acerca de esto ha desarrolado una compleja e importante teoría Joaquín E. Meabe en su tratado El derecho y la
Justicia del Más Fuerte , Corrientes, Instituto de Teoría General del Derecho, 1994 y La norma y la práctica, una
introducción crítica al conocimineto jurídico, Asunción, ed. Bijupa, 1999.
4
primero se funda en el hecho de que los progenitores gobiernan a sus descendientes, lo que vale al parecer
tanto para la famila como para la ciudad. El segundo axioma indica que el conjunto debe marchar detras
de los que detentan un linaje superior. El tercer axioma indica que los mayores deben dominar a los más
jóvenes. El cuarto establece que los esclavos o siervos deben someterse y obedecer a sus dueños o amos. El
quinto directamente establece que el más fuerte domine y el más débil obedezca. El sexto, sostiene que esta
dominación es conforme a la naturaleza , a lo que agrega, finalmente, la posibilidad de que esa misma
dominación, de manera restringida se someta a la suerte de tal modo que si en el sorteo alguno es elgido
para mandar será justo que lo haga pero si así no resulta será igualmente inevitable que se retire, se
someta y obedezca. 5
Los fundamentos de todo esto, son explicados por Meabe destacando que en orden al derecho del más fuerte,
antes que el mando (elemento empírico) lo que inordina el vínculo legal es la relación normativa de
sujeción obligatoria a un poder superior irresistible (elemento prescriptivo) que se ejecuta con arreglo a un
principio o axioma derivado de la naturaleza. Con arreglo a estos presupuestos, en los que se combina la
idea de dominación normativa con la de sujeción que se transforma en obediencia por la necesidad de
preservación de la ciudad, el diálogo Leyes justifica el máximo castigo, que consiste en la muerte para los
hombres libres a los que la ciudad encuentra culpables de aquellas violaciones a la ley establecida para la
cual sea ha impuesto previamente semejante castigo en beneficio de la preservación del conjunto y de las
costumbre y hábitos en lo que se educa a sus miembros; lo que, por otra parte, siempre se insinúa como
algo claramente orientado preservar a la ciudad del mal y a educar a los ciudadanos en el cumplimiento de
la ley, que no sería otra cosa que la realización del bien. La imposibilidad de justificar el derecho del más
fuerte, aun en la refinada versión de Calicles, inhibe y torna insolvente el argumento que sutilmente se
despliega en Leyes (689e-690c) para justificar el poder de la ciudad en orden a la imposición de la pena de
muerte. Por el contrario, el Sócrates del Gorgias asocia la función terapéutica de la pena con la más
absoluta preservación de la vida y así parece haberlo entendido Roeder, el discípulo de Krause y fundador
de la escuela correcionalista de derecho penal, en su tratado de 1839 titulado Comentatio an poena malum
esse debeat. Para delimitar los ámbitos y justificar las sanciones, el diálogo Leyes propone una distinción
entre w? y 9J, que podemos traducir por injusticia (w?) y daño (9J). No todas las
w? ocasionarían 9J porque en muchos casos el acto injusto sería involuntario y no se debería
cargar con una sanción penal a aquel que no ha tenido una disposición anímica deliberada. El delito
resulta así algo parecido a una enfermedad del alma que demanda una cura adecuada, en tanto que el daño
en si requiere siempre una reparación. Hurtington Cairns ( Legal Philosophy from Plato to Hegel [cap.2,
pags.29-76], Baltimore, 1949), señala, a propósito de todo esto que, en orden al derecho penal, para
imponer un castigo debe determinarse el carácter de la ofensa y su existencia misma, lo que origina
dificultades que incluso hoy no han sido resueltas debidamente en la doctrina penal. Si la medida del
castigo fuera calculada con arreglo a la personalidad del delincuente y no en base a la ofensa, dice Cairns,
se revertiría el alcance de la pena para alcanzar al malo que resultaría sancionado por su propio bien y, si
así fuera, se podría sancionar al inocente. A la inversa, el castigo resultaría moralmente indiferente porque
la reparación sería objetiva y meramente restitutiva. Sin embargo, en ninguno de los dos casos se advierte
la ventaja educativa que tiene lugar con la pena de muerte; y, desde luego, no parece que lo que se expone
en Leyes fuera fácil de conciliar con lo que se sostiene en Gorgias y República, donde el bien no depende
de la situación contingente y la educación de la 5/3= - que se traduce impropiamente por alma - se
orienta a la preservación armónica y responsable de la vida. 6
Al considerar la anomia se ha intentado algunas aproximaciones meramente descriptivas acerca del
problema en la sociedad argentina7, pero ahta ahora no se ha intentado relacionar el fenómeno con el
desigual espectro de reglas que a veces favoracen a los delincuentes y que otras veces desagregan niveles
5
J. E. Meabe : Injusticia, daño, derecho del más fuerte y sanción máxima en el último Platón, Comunicación inédita
para el IXº Congreso nacional de Derecho Penal y Criminología ( Facultad de Derecho de la UNNE, 16 al 19 de junio de
1999, Corrientes). El autor nos ha permitido hace un amplio uso de esta informada y erudita monografía.
6
Artículo citado en la nota anterior.
7
Así por ejemplo Carlos Santiago Nino en su libro Un pais al margen de la ley, Buenos Aires, ed. Emece, 1992.
colocando a ciertas ofensas y a ciertos delincuentes en un nivel privilegiado respecto de otros. Suele llamarse
a esos delincuentes ladrones de guante blanco por la posición que ocupan en la sociedad o por los cargos
que detentan en las estructuras de poder. La perspectiva del ofendido y sus derechos solo se percibe si nos
atenemos al dobel nivel del orden jurídico descripto por Meabe , que permite explicar porque existe un sector
VIP en las cárceles para los delincuentes de guante blanco o incluso prisiones especiales como las destinadas
a ciertos jefes militares o políticos que mientras detentan algún tipo de poder no pasan las celdas comunes.
Las mismas inmunidades otorgadas a funcionarios y que impiden su procesamiento indican un privilegio
legal que se justifica oslo desde la persepctiva del derecho del más fuerte.
Las desigualdades sociales, la discriminación y violencia abreva normativamente en el terreno del derecho
del más fuerte. Por el contrario solo se entiende la situación y el problema de las mujeres golpeadas y de las
minorias considerandolos en la perspectiva del derecho del más débil. Para una visión positivista e
ideológica del derecho estos son conflictos externos al derecho, pero ocurre, y Meabe ha probado8, que la
mayoría de esos conflictos tiene una firme base normativa. No son solo conflicitos originados en el exceso
del poder sino cuestiones deribadas de poder generado en el derecho del más fuerte.
La metodología sociológica de merton combinada con la teoría jurídica de Meabe de una nueva e interesante
perspectiva, donde los modos anómicos se relativizan pero no desaparecen y los cinco niveles de Srole
descubre una curiosa extensión normativa que desmoviliza o retiene parte del derecho que el más fuerte
asume como la porción de su ventaja competitiva en la acción innovadora, rirualista, ratraida o rebelde. Solo
un examen de detalle permitira determinar en cada caso la importancia que tiene la regla de derecho del más
fuerte o la de derecho de derecho de más débil en cada relación jurídica desigual y ello es especialmente
importante en el plano del derecho penal y de la criminología porque es allí donde se manifiesta de manera
terminante la extensión de la ventaja por los privilegios que se conceden en relación al rango o al poder de
los individuos.
CONCLUSIONES
Debe sorprender a los cultores del derecho penal liberal esta aproximación crítica a la criminología y al
examen de la estructura normativa desigual del derecho penal y del derecho procesal penal y solo cabe
esperar que un criterio amplio facilite la inteligencia de estos dilemas como lo han puesto de manifiesto en el
ámbito del derecho español Atocha de Aguinaga y la jueza Manuela Carmena9 y en nuestro derecho los
estudios de Joaquín Meabe acerca del caso de María Soledad Morales. 10
BIBLIOGRAFÍA BÁSICA
Meabe, Joaquín E.
8
1999
La norma y la práctica. Una introducción crítica al conocimiento jurídico.
Asunción, Bijupa, 1999.
Vid. Meabe El derecho y la justicia del más fuerte, Corrientes, Instituto de Teoría General del Derecho, 1994, parte
IV, y asimismo La norma y la práctica, Asunción, ed. Bijupa, 1999, pags. 19-23.
9
Cf. Gonzalo Martinez Fresneda : Los reveses del derecho, Barcelona, ed. Tusquets, 1993.
10
Meabe ha examinado los problemas los problemas teóricos y practicos de ejecución de la ley penal en sus estudios :
Reexamen de la moral del derecho desde la prspectiva del estudio de casos. Teoría crítica del derecho y derecho penal ,
en Derecho Penal y Derecho Procesal Penal - Estudios en Homenaje a Carlos Alberto Contreras Gómez, coordinados y
editados por Jorge Buompadre, Bs. As., editorial Abeledo-Perrot, 1998, pags. 86-108; La responsabilidad ciudadana y
la conciencia religiosa frente a la incongruencia entre la acción oficial y la ley declarada, Ponencia al Congreso sobre
Religión y Derecho Humanos de la Universidad Nacional de Quilmes, 1997; y su informe de 1998 sobre el Caso María
Soledad a la I Reunión de Comunicaciones en Derecho. Deben agregarse a estos estudios las comunicaciones
presentadas en la Primera Reunión de Comunicaciones en derecho, Corrientes, 1998, respecto de los casos Carrasco,
Videla, y Di Mántova, cuyos informes se vinculan a su proyecto de investigación sobre teoría crítica del derecho y
derecho penal
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