Límites a la Movilidad Laboral: Salarios Relativos y Especialización Zenón J. Ridruejo* Julio López Díaz* * Dto. Fundamentos del Análisis Económico. Universidad de Valladolid. Resumen: En el equilibrio competitivo los procesos de asignación de recursos que acompañan a los procesos de especialización, descansan en la ausencia de costes de ajuste, tanto del capital como del trabajo. Límites suficientes a la movilidad del trabajo pueden alterar las dotaciones físicas y económicas del mismo, alterando la capacidad de los procesos de especialización para promover una tendencia a la igualación de los salarios relativos de los sectores implicados Palabras Clave: Movilidad del Trabajo, Salarios Relativos, Especialización. Clasificación JEL: F0, F1,F2. Correo: Departamento de Fundamentos del Análisis Económico. Avda. valle de Esgueva 6. 47011 Valladolid. Mail: [email protected]; [email protected] 1 Introducción. El proceso de asignación de recursos entre sectores productivos que acompaña, en condiciones competitivas, a todo proceso de especialización comercial en el intercambio internacional, lleva aparejadas consecuencias muy importantes en relación con la utilización de los factores de producción –el capital y el trabajo- así como respecto a las retribuciones relativas de los mismos. La literatura tradicional, en la línea sugerida por Ronald Jones1, establecía la libre reasignación de los recursos productivos entre sectores competitivos. Los países, siguiendo los cuatro teoremas básicos de la teoría moderna del comercio internacional2, tendían a especializarse en aquellas producciones que utilizaban intensivamente el factor física o económicamente más abundante. En dicho proceso de especialización, arrastrado por el cambio de precios motivado por la especialización internacional, se requerían una serie de condiciones de comportamiento en los mercados de factores y, expresamente, la perfecta movilidad del trabajo y del capital, así como la plena utilización de los recursos disponibles. Solamente si el trabajo y el capital se desplazaban libremente desde el sector menos competitivo –que perdía actividad y liberaba recursos- hasta el sector más competitivo –que veía cómo se incrementaban sus actividades y se captaban crecientes cantidades de capital y trabajo- podíamos hablar de una tendencia a la especialización equilibrada y de un proceso de ajuste dinámico, donde asignaciones y precios relativos de los recursos presentaban una dinámica temporal consistente con los requerimientos establecidos por la literatura del comercio y el intercambio. Sin embargo, la presencia de elasticidades en la oferta de los factores de producción (o de movilidad internacional de los mismos), pero sobre todo de especificidades factoriales en el capital o/y en el trabajo determinaban efectos sobre las trayectorias o tránsitos hacia el equilibrio con especialización, que condicionaban y 1 Vid especialmente Jones R. (1957) “Factor Proportions ad the Heckscher-Ohlin Therorem” Rev. Of Econ. Stud. 24, Pg. 10 y (1965) “The Structure of a Simple General Equilibrium Model” Jour. Of Polit. Economy 73, Pg. 557-572. 2 Los teoremas de Wong-Viner, Stolper-Samuelson, Heckscher-Ohlin y Rybckzyinski. 2 alteraban, al menos temporalmente, el proceso de asignación y la distribución de la renta consiguiente3 La simple presencia de condiciones específicas en uno de los factores de producción –el capital- era causa suficiente para modificar temporalmente el proceso de especialización, la asignación del trabajo y del capital y la evolución de las rentas relativas de estos factores, obstaculizando la movilidad intersectorial de los factores y promoviendo trayectorias dinámicas de aproximación al equilibrio de largo plazo notablemente dispares a las establecidas por la modelización general en condiciones plenamente competitivas. Las dificultades objetivas para el desplazamiento inmediato del capital y su adecuación a funciones productivas totalmente diferentes de las observadas con anterioridad, planteaban una crítica de viejas resonancias en el ámbito de la literatura del crecimiento económico. Con todo, en el largo plazo deberíamos asumir que las dificultades tenderían a disminuir progresivamente, y el capital acabaría siendo totalmente utilizado en sus nuevos propósitos. Los modelos de especificidad del capital subrayaban así las diferencias en los procesos de acercamiento a la especialización productiva y las similitudes finales en el resultado de dicha especialización. El equilibrio de largo plazo era común a ambos planteamientos teóricos, pero las trayectorias temporales podrían ser tantas y tan diferentes como el grado de especificidad del capital pudiera imponer como restricción temporal a corto plazo. Sin embargo, en el ámbito del trabajo los problemas no se resolvían con similar suficiencia. La especificidad del factor trabajo presenta dificultades analíticas adicionales asociadas a los problemas de la cualificación técnica, pero sobre todo al eventual abandono del mercado de trabajo por parte de los trabajadores sometidos al proceso de relocalización productiva. 3 En relación con este tema, es especialmente significativo el trabajo de J.P. Neary (1978) “Short Run Capital Specificity and the Pure Theory of International Trade” Economic Jour. 88, Pg. 488-510. Ver igualmente, (1980) “International Factor Mobility, Minimum Wage Rates and the Factor Prive Equalization: A Synthesis” Inst. of Int. Econ, Stud. Seminar Paper 158. 3 El modelo de factores específicos en el caso del trabajo se ha planteado en dos direcciones diferentes: Por una parte, se ha tratado de endogeneizar la especificidad, adaptando un modelo de mercados de trabajo duales4. En la misma línea otras versiones desarrollaron el modelo de factores específicos tradicional, en un sentido dinámico, introduciendo el dinero (lo que permite estudiar los efectos de la inflación) considerando el stock de capital endógenamente determinado por decisiones intertemporales óptimas de los agentes5. Por nuestra parte, vamos a seguir la tradición y el enfoque de modelos donde el factor específico se considera en términos de movilidad intersectorial parcial, y donde algún grado de movilidad factorial, junto con el potencial abandono del mercado de trabajo (que en todo caso permitiría la hipótesis del pleno empleo de la mano de obra) por parte de los ocupados obligados a abandonar un sector productivo y acceder a otro diferente, se inserta en la dinámica de equilibrio general productivo del tipo HeckscherOhlin con especificidad factorial6. 4 En tal sentido han abundado: Bulow J.I. y Summers L.H. (1986) “A theory of dual labor markets with application to industrial policy discrimination and keynesian unemployment” Jour. Of Lab. Econ. 4. Pg. 376-414; Jones S.R.G. (1987) “Minimum Wage Legislation in a dual Market” Europ. Econ. Rev. 31, Pg. 1229-1246; y especialmente, Copeland B.R. (1989) “Efficiency Wages in a Ricandian Model of Internationa Trade” Jour. Of Int. Economics 27, Pg. 221-244. Con un carácter más general, Panagariya A. (2000) “Evaluating the Factor Content Approach to Measuring the Effect of Trade on Wage Inequality” Journ. of Intern. Econ. 50.1, Pg. 91-116, estudia la relación entre contenido factorial y desigualdad retributiva. 5 Eaton J. (1987) “A Dynamic Specific Factors Model of International Trade” Review of Econ. Studies 54, Pg. 325-338; Roldos Ceres J.E. (1992) “A Dinamic Specific-Factors Model with Money” Can. Journ. Of Econ. 3, Pg. 729-742 ; 6 En la tradición de Mussa M. (1982) “Imperfect Factor Mobility and the Distribution of Income” Journ. Of Int. Econ. 12, Pg. 125-141; Grossman G.M. (1983) “Partial Mobile Capital: A General Approach to two-sector Trade Theory” Journ. Of Int. Econ., 15. Pg. 1-17; y, especialmente Casas F. (1984) “Imperfect Factor Mobility: A Generalization and Synthesis of two Sector Models of International Trade” Canad. Jour. Of Econ. 4, Pg. 747-761. Ruffin R. (2001) “Quasi-specific Factors: Worker Comparative Advantage in the Two-Sector Production Model” Journ. of Intern. Econ. 53.2, Pg.445-461. 4 La especificidad laboral basada en la idea de que una buena parte del trabajo que puede reasignarse productivamente necesita ser readiestrado, lo que supone costes temporales y económicos antes de que pueda ser reasignado, junto con la evidencia existente de diferencias sectoriales en los procesos de reasignación, permite plantear el problema de la especificidad de la mano de obra en el contorno del eventual abandono del mercado de trabajo por parte de los trabajadores cuando los costes de la movilidad son los suficientemente elevados. En tales circunstancias se abre una nueva dinámica en torno al comportamiento de la oferta de trabajo (y consiguientemente con relación a la evolución de las dotaciones factoriales relativas de trabajo) que podrían afectar crucialmente las circunstancias de partida de la abundancia o escasez relativas de los factores. Si el grado de movilidad intersectorial de la mano de obra fuese lo suficientemente bajo, y los costes de readaptación lo suficientemente elevados, estaríamos en disposición de alterar profundamente los procesos de reasignación propios de la moderna teoría del equilibrio general del comercio internacional. En efecto, es posible que a medida que los sectores más competitivos arrastran capital y empleo procedente de los sectores menos competitivos, en el proceso se generen resistencias crecientes de la mano de obra para permitir su recalificación sectorial y, en su lugar, una parte significativa de dicho factor productivo no sólo no esté dispuesta a adaptarse a las nuevas circunstancias productivas, sino que reaccione abandonando el mercado laboral y reduciendo la población activa, afecta a dicho sector. En tales circunstancias se modificarían dinámicamente las condiciones dotacionales de partida en términos de trabajo, y el resultado sería una profunda transformación de las trayectorias dinámicas de los modelos de especialización comercial. La investigación trata por lo tanto de estudiar la repercusión del grado de movilidad, medido por un indicador de la facilidad o dificultad para el desplazamiento entre sectores—la elasticidad de sustitución intersectorial—sobre las pautas de comportamiento del modelo de equilibrio general competitivo. Especificidad generalizada y sustituibilidad intersectorial. Sea un conjunto de relaciones productivas que reflejan la plena utilización de un conjunto de factores productivos z susceptibles de ser utilizados a través de procesos 5 productivos diferentes caracterizados por condiciones tecnológicas a en la obtención de un conjunto de productos diferentes x . tal que: z siendo m = ∑a x h l =1 hl l (1) z h=1 ….. f, g ….. n factores x l=1 …… i, j ….. m productos Correlativamente, bajo condiciones de optimización en un entorno competitivo siendo p un vector de precios y w un vector de rentas de los factores de producción, se satisface que: n p = ∑ a w l h =1 hl h siendo w (2 ) h=1 …….. n precios de los factores, tal que diferenciando totalmente y tomando variaciones relativas se satisface que: m m zˆ = ∑ λ xˆ − ∑ λ aˆ h l =1 hl l l =1 hl hl (3) n pˆ = ∑ ϑ wˆ l h =1 hl h (4 ) donde x̂ y p̂ denotan las tasas de variación de las variables endógenas del modelo y siendo: λhl = a hl x l zh y ϑhl = a hl wh pl Por otra parte, para cualquier par de factores h ∈ ( f , g ) definimos la “elasticidad de sustitución interfactorial” como: σl = aˆ f l − aˆ g l wˆ f − wˆ g (5) tal que sustituida en pˆ = 0 implican: l 6 aˆ =ϑ fl σ ( wˆ − wˆ ) gl l g f aˆ g l = ϑ f lσ l (wˆ g − wˆ f ) y finalmente: m ∑λ l =1 m ∑λ l =1 gl fl xˆ l = zˆ f − δ f (wˆ g − wˆ f ) xˆ l = zˆ g − δ g (wˆ g − wˆ f ) (6) (7 ) donde: m δ f = ∑σ lϑ f l λ g l l =1 m δ g = ∑ σ lϑ g l λ f l l =1 Con el objeto de establecer hipótesis en torno a la movilidad intersectorial de los factores específicos en el entorno productivo, definiremos un nuevo concepto, que denominaremos “elasticidad de sustitución intersectorial” que reflejaría el conjunto de condicionantes que limitan la sustituibilidad entre sectores de un factor de producción o el “grado” de sustituibilidad de un factor concreto l entre dos sectores productivos l ∈ (i, j ) tal que: ˆ ˆ ˆ ˆ [ε ] = (x − (xwˆ )+−(awˆ −) a ) i j hi ij h hi siendo (i) hj ∀h (8) hj [ε ] ∈ (0, ∞ ) ij h Relaciones entre las variaciones relativas de los precios de los factores y los cambios relativos de los precios de los productos (Stolper-Samuelson) Si resolvemos conjuntamente el sistema formado por las ecuaciones [3], [4], [6], [7] y [8] obtendríamos: 7 wˆ g i − wˆ f i = [ ] 1 A(pˆ j − pˆ i ) + B (zˆ f − zˆ g ) Det Do (9) donde: [ ] [ε ] Do = −σ iσ j − ϑ fj λ giσ i + ϑ fi λ gj σ j + ϑ λ ε ij − (ϑ gj λ fiσ i + ϑ gi λ fj ) ε ij f < 0 Det [ ] inequívocamente negativo para los valores definidos de f ij g − [ε ij ] , cuando suponemos que h xi es intensivo en la utilización del factor f , y el bien xj intensivo en la utilización del factor g , tal que las matrices de coeficientes serían respectivamente: λ < 0 ϑ > 0 Por su parte, los valores de los coeficientes de la expresión [9] serían: ( ) A = − λ gjσ j + λ [ε ij ]f [ε ij ]g + λ fjσ j [ε ij ]f ( B = − σ j + ϑ fj [ε ij ]g + ϑ gj [ε ij ]f ) Ceteris paribus, la evolución de los precios relativos de los factores ( wˆ − wˆ ) estarán gi fi determinados por los valores de las elasticidades de sustitución intersectoriales [εij]g y [εij]f, cuando se modifican los precios relativos de los productos (pˆ j − pˆ i ) . [ ] Dado un valor de ε ij f , constante (un grado de especificidad del capital concreto) los cambios en el recorrido de la elasticidad intersectorial del otro factor [ε ] ij g (digamos del trabajo) modifican el valor y el signo del coeficiente A y, por lo mismo, afectan a las relaciones existentes entre la variación de los precios relativos de 8 los factores ( wˆ gi − wˆ fi ) y la modificación de los precios relativos de los productos (pˆ j − pˆ i ). En el espacio de valores posibles de la elasticidad de sustitución intersectorial tendríamos un valor “umbral” por debajo del cual la relación entre precios relativos de factores y precios relativos de productos pasaría de ser negativa (como es habitual en el teorema de Stolper-Samuelson) a ser positiva. Dicho valor sería: [ ] 0 ≤ ε ij g < λ fj σ j [ε ij ]f (10) λ gj σ j − λ [ε ij ]f De este modo, las relaciones funcionales propias del Teorema de Stolper y Samuelson, que podrían significarse como7 (pˆ F [λ , σ ] ( wˆ gi − wˆ fi ) = j − pˆ i ) que reflejan una relación decreciente (gráfico 1), estarían afectados a partir de un cierto valor limitativo por las restricciones a la movilidad del factor g (el trabajo) entre sectores, tal que: [ [ ]] F λ , σ , ε ij ( wˆ gi − wˆ fi ) = con límite en el valor extremo [ε ] (pˆ g ij g j − pˆ i ) (11) → 0 , para una situación de absoluta rigidez de la sustituibilidad entre sectores de los factores productivos y, en este caso, del factor g que hemos identificado con el trabajo. 7 Otro tanto podríamos establecer [( ) ( 1 wˆ g i − wˆ f i = C Pˆ j − Pˆi + D zˆ f − zˆ g Det Do ( C = λ gjσ i + λ [ε ij ]f )[ε ij ]g − λ fjσ i [ε ij ]f para ( wˆ gi − wˆ fi ) en la expresión equivalente: )] , ( [ ] ) [ ] B = − σ i +ϑ gi ε ij +ϑ fi ε ij f g 9 No hace falta subrayar que la influencia de las variaciones en las dotaciones factoriales relativas se vería igualmente afectada por el valor de las elasticidades de sustitución intersectoriales en la expresión: ( B = − σ j + ϑ fj [ε ij ]g + ϑ gj [ε ij ]f ) < 0 Sin embargo, en cualquiera de los casos el signo seguiría siendo inequívocamente negativo y la influencia de las variaciones relativas en las dotaciones factoriales ( zˆ f − zˆ g ) desplazarían positivamente la relación definida entre los precios relativos de los factores y los precios relativos de los productos, de forma que una expansión más rápida del factor de producción f supondría, para los mismos precios relativos de los productos (pˆ j − pˆ i ), una elevación relativa de las retribuciones relativas de los factores ( wˆ gi − wˆ fi ) . Grafico 1 wˆ gi − wˆ fi [ε ] ij g =0 [ ] [ ] A λ , σ , ε ij (pˆ j − pˆ i ) + B ε ij (zˆ f − zˆ g ) [ ] A λ , σ , ε ij (pˆ j − pˆ i ) [ε ] ij g ≤ λ fjσ j [εij ]f λgjσ j − λ [εij ]f A[λ , σ ](pˆ j − pˆ i ) (pˆ j − pˆ i ) Teorema de Stolper y Samuelson: Efectos de la Elasticidad de Sustitución Intersectorial 10 ii) Relaciones entre las variaciones relativas del precio de los productos y los cambios relativos en la producción y la especialización (Teorema de HeckscherOhlin) Si resolvemos el sistema de ecuaciones planteado en el espacio de las relaciones entre los precios relativos de los productos y los niveles relativos de producción obtenemos la expresión: (xˆ i − xˆ j ) = 1 [E (pˆ i − pˆ j ) + F (zˆ g − zˆ f )] Det Do (12) donde el valor del determinante D es equivalente al obtenido en la expresión general [9], y donde los coeficientes respectivos asociados a los cambios relativos en los precios de los productos E, y en las variaciones relativas a las dotaciones de los factores F, tomarían los valores: { [ ] + (λ ϑ + λ ϑ )σ σ [ε ] + ϑ + λ λ )σ + (λ λ ϑ + λ λ ϑ + λ E = − (λ fjϑ fi + λ fiϑ fj )σ iσ j ε ij [ + (λ gi λ fjϑ fi + λ fi λ gj gj f gi gi fj gi i gi gj gj fi i fj j gi ij g fj gj gj λ fj )σ j ][ε ij ]f [ε ij ]g } cuyo signo es, para los valores definidos de los parámetros, inequívocamente negativo E< 0. {( ) ( F = − ϑ σ iσ j + σ j [ε ij ]f + σ i [ε ij ]g + [ε ij ]f [ε ij ]g + ϑgjϑ fi (σ j − σ i ) [ε ij ]f − [ε ij ]g )} cuyo signo es ambiguo y depende crucialmente de las diferencias existentes entre las elasticidades de sustitución entre factores en los sectores productivos (σ j − σ i ) y de las diferencias apreciables entre las elasticidades de sustitución intersectorial de los factores de producción ([ε ] − [ε ] ). ij f ij g Los vínculos existentes en el modelo entre las variaciones en las producciones relativas y los cambios en los precios relativos de los productos, en ausencia de limitaciones a la movilidad intersectorial de los factores de producción sería: (xˆ i − xˆ j ) = 1 − + − E λ , ϑ , σ (pˆ i − pˆ j ) Det D 11 supuesto que las dotaciones factoriales permaneciesen constantes. Mientras que una vez que se incorpora la especificidad factorial y se asumen dificultades relativas para la reasignación intersectorial de los factores, la relación pasaría a ser: (xˆ − xˆ j ) = i 1 − + − + E λ , ϑ , σ , ε (pˆ i − pˆ j ) Det D La presencia de rigideces relativas en el desplazamiento de los factores no afecta al resultado final de una alteración de los precios relativos de los productos ( pˆ i − pˆ j ) y, por lo mismo, no se alteran decisivamente las conclusiones del teorema de HeckscherOhlin. Sin embargo, la mayor o menor capacidad de adaptación de los factores de producción a las circunstancias de la especialización productiva afectan sustancialmente al proceso de ajuste y a la trayectoria temporal de las variables involucradas en el proceso, modificando transitoriamente los resultados de la reasignación y las rentas relativas de los factores. Dado un cierto grado de especificidad del factor zf expresado por el valor de la [ ] elasticidad. ε i j f , cuanto mayores sean las dificultades para la sustitución intertemporal del factor zg menor la pendiente de la relación E [λ ,σ ,ϑ , ε ] existente entre los precios de los productos y las cantidades producidas de los mismos. Así, temporalmente, un aumento en el precio relativo de uno de los productos no conduciría necesariamente a la economía a lo largo de la frontera eficiente de producción, y no la especializaría sustancialmente en el bien encarecido. Por el contrario, el proceso reduciría la producción del bien abaratado relativamente pero, contrariamente a lo establecido en el caso general, no se incrementaría en la misma medida la producción encarecida. Los procesos de ajuste y las limitaciones apreciables a la especialización y la producción eficiente se pueden constatar en las trayectorias expresadas en el Gráfico 2. 12 Grafico 2 Zg Oj Zf E’0 E0 [ε ] ij f =0 E1 [ε ] ij g =0 Oi Xj E0 E1 (Pi/ Pj)0 E’0 (Pi/ Pj)1 Xi iii) Relaciones existentes entre los cambios relativos de las dotaciones factoriales y las variaciones relativas de las cantidades producidas (teorema de Rybckzynski) La expresión general que revela los efectos de una modificación en las dotaciones relativas de los factores, dados los precios relativos de los productos puede plantearse como: (xˆ i − xˆ j ) = [ 1 F (zˆ g − zˆ f Det D )] donde el coeficiente de las variaciones de los factores sería: 13 { ( [ ] F = F[σ ,ϑ, ε ] = − ϑ σ iσ j + σ j ε ij f [ ] + [ε ] [ε ] )+ ϑ ϑ (σ + σ i ε ij g ij f ij g gj fi j ([ ] − [ε ] )} − σ i ) ε ij f ij g El cumplimiento estricto del teorema de Rybckzynski exige, inequívocamente, el carácter positivo del coeficiente F, tal que dado el signo negativo del determinante D, un aumento de la cantidad relativa del factor g (trabajo) implique, inexcusablemente, un incremento relativo de la producción del bien xj, intensivo en la utilización de dicho factor. El carácter positivo del coeficiente F no está, en nuestro caso, plenamente garantizado y, por lo mismo, las dificultades para la sustitución intersectorial, como para la sustitución interfactorial8, determinan efectos sustanciales sobre la repercusión de una modificación de la dotación factorial sobre la especialización productiva. Aceptando, sin embargo, la pérdida de generalidad que el proceso experimenta cuando asumimos limitaciones a la sustituibilidad intersectorial de un factor productivo, debemos, no obstante, establecer una presunción del cumplimiento del Teorema de Rybckzynski. En efecto, en una primera evaluación tentativa, parece razonable pensar que la movilidad intersectorial de un factor de producción esté relacionado directa o indirectamente con su capacidad para ser sustituido por otro en un mismo proceso productivo. Así, si el trabajo presentase características intrínsecas de movilidad intersectorial ello redundaría, igualmente, en una mayor capacidad de sustitución factorial dentro de un mismo proceso técnico. 8 Estas dificultades han sido subrayadas en la literatura sobre la especificidad factorial. Para una demostración en tal sentido vid: Ridruejo Z.J. (1988) “Producción Específica y Oferta variable en un Modelo Productivo en Equilibrio General del Comercio Internacional” Cuad. de Econ., 38, Pg. 121-141 y (1990) “Modelos de Producción Específica y Movilidad Factorial: Una reconsideración del Teorema de Rybckzynski” Invest. Econ, XIV, Pg. 239-256. Sobre este mismo enfoque pero con carácter generalizado para el trabajo y el capital vid: García Cebro J.A. (1998) “Imperfecta Movilidad Intersectorial de los Factores en sus Efectos sobre la Distribución de la Renta y el Patrón de Comercio”. Estudios de Economía. 25.1, Pg. 25-49; y (1998) “The Factor Specificity in the Exchange Rate Theory of Purchasing Power Parity”. Journ.of Econ. Integr., Sept. , Pg. 499-521. 14 Si este argumento es aceptado y las elasticidades de sustitución interfactoriales e intersectoriales presentan algún grado de proximidad o de similitud en su comportamiento, ello redundaría en la presunción de que: • Cuando σi >σ j entonces [ε ] < [ε ] • Cuando σi <σ j entonces [ε ] > [ε ] ij ij f f ij g ij g En tales circunstancias se cumpliría una condición necesaria, aunque no suficiente9 para la satisfacción del teorema de Rybckzynski. Sin embargo, no existe ningún tipo de argumentación definitiva que permita vincular la capacidad de sustitución de los factores con la capacidad de sustitución de un factor entre sectores. Por lo cual, solamente podemos establecer la regularidad de que, ceteris paribus, cuanto más elevada es la movilidad intersectorial del factor g (trabajo,) mayor la probabilidad de que un aumento en la dotación relativa del mismo tenga como consecuencia un incremento de la producción del bien xj, intensivo relativamente en la utilización de dicho factor. Consecuentemente, puede decirse que las rigideces relativas en la movilidad del trabajo entre sectores productivos obstaculiza las pautas de especialización que son propias de la teoría moderna del comercio internacional y son un argumento suficiente para poner en cuestión el cumplimiento del teorema de Rybckzynski sobre las repercusiones de la ampliación en las dotaciones factoriales. La representación geométrica (gráfico 3) permite constatar la variedad de resultados posibles que se derivarían de un incremento en la cantidad de uno de los factores de producción zg . El desplazamiento de la caja de Edgeworth y el traslado consiguiente de la curva de contratos no garantiza un equilibrio equivalente al que sería propio del proceso de ajuste propuesto por Rybckzynski, objetivado en el punto ER . Las opciones alternativas para los diferentes valores de las elasticidades de sustitución 9 La condición suficiente sería: ( ϑ gjϑ fj σ j −σ i )([ε ij ]f −[ε ij ]g ) > ( [ ] [ ] [ ][ ]) ϑ σ iσ j +σ j ε ij +σ i ε ij + ε ij ε f g f ij g 15 intersectorial permiten constatar la posibilidad de aumentos en la producción del bien intensivo en el factor incrementado pero, también bajo circunstancias restrictivas, podría llegarse al efecto contrario vulnerando las especificaciones y resultados de la moderna teoría del comercio internacional en condiciones perfectamente competitivas. Grafico 3 Zg Zf Oj E’0 E’’0 E0 [ε ] ij g =0 ER [ε ] ij f =0 Oi Xj E’0 E’’0 E0 ER Xi Repercusiones de un incremento relativo en la dotación factorial: Teorema de Rybckzynski Substitución intersectorial y oferta elástica de factores. En el proceso transitorio hasta el equilibrio productivo final, en el supuesto de que las elasticidades de sustitución intersectoriales no fuesen nulas, constatábamos diferencias apreciables en los ritmos de crecimiento de las retribuciones factoriales de 16 los diferentes procesos productivos. En dicho proceso podríamos suponer ofertas10 de al menos uno de los factores (el trabajo, por ejemplo) flexibles del tipo z f = τ (wˆ f ) , donde la cantidad ofertada del factor dependería directamente de su retribución relativa de acuerdo a una cierta elasticidad de oferta, que podríamos perfectamente relacionar con las elasticidades de sustitución intersectoriales correspondientes. Por nuestra parte, vamos a suponer que en el ámbito del factor trabajo g , la elasticidad de oferta va a estar básicamente influenciada por la elasticidad intersectorial de sustitución relativa, tal que cuanto menor sea ésta menor sería la elasticidad de la oferta de trabajo en el proceso de trasvase de mano de obra de un sector excedentario a otro deficitario de dicho factor. Con todo, siguen existiendo problemas relativos a la determinación de dicha elasticidad, que deberán ser salvados por la utilización de una metodología de diferenciación estructural entre sectores. Supondremos un sector “avanzado” productor de bienes de demanda final ( j ∈ l ), que utilizados tipos de factores de producción: Por una parte, una mercancía intermedia de producción extranjera que se importa (m ∈ l ) y, por otra, cantidades de factor trabajo que son utilizadas en competencia con otro sector productivo “atrasado”, que genera bienes de demanda intermedia que son exportados en su totalidad (i ∈ l ). Supondremos que las diferencias en el curso de las retribuciones relativas están en la base de la evolución de las ofertas relativas del factor trabajo. Pero consideraremos que, en todo caso, tales diferencias de remuneración y, por lo mismo, las ofertas relativas del factor trabajo, en cada caso, vendrán condicionadas por la sustituibilidad intersectorial del factor, expresada por la relación ε ij g ∈ (0, ∞ ) . El modelo se compone, por lo tanto, de dos sectores que compiten entre si por el factor trabajo: El primero produce bienes de demanda final xj a partir de la utilización de trabajo y de productos intermedios o materias primas de producción y procedencia 10 Esta hipótesis, común en la moderna teoría del comercio internacional, fue primeramente utilizada por Jones R. y Sanyal K. K. (1982) “The Theory of Trade in Middle-Products” Amer. Econ. Rev. 72, Pg. 1631. 17 internacional xm, que son importados y utilizados productivamente sin transformación adicional. El segundo sector, genera productos intermedios xi que son exportados en su integridad con el objeto de financiar las importaciones xm. La evolución de las rentas del trabajo en cada uno de los sectores de la producción nacional determinan el curso de los acontecimientos y los estímulos necesarios para el trasvase competitivo de la mano de obra. Sin embargo, esta teorización simple de la movilidad factorial vendrá condicionada por la resistencia del trabajo para desplazarse a impulso de los incentivos económicos, como resultados de las limitaciones a la movilidad intersectorial expresadas por medio de ε ij g que determina la capacidad o incapacidad del trabajo para asumir las nuevas condiciones productivas. En tales circunstancias el mantenimiento de la condición de plena utilización de los recursos de trabajo quedarían garantizados por el cumplimiento de la expresión11: λg i zˆ g i + λg j zˆ g j = 0 (13) Por su parte, la expresión correspondiente al coste de producción del bien de demanda final en condiciones competitivas y optimización sería: ϑg j wˆ g j + ϑm j pˆ m = pˆ j donde (14) p̂m es la evolución del precio en el mercado internacional del producto importado, materia prima en la producción del bien xj. Las condiciones de especificidad a las que hemos hecho referencia previamente se recogen en la competencia de los procesos de producción nacionales por atraerse a la mano de obra necesaria, a partir de la evolución diferencial de las retribuciones del trabajo. Todo ello condicionado por la existencia de una restricción relativa a la movilidad, expresada por la elasticidad intersectorial de sustitución. Tal que: 11 La expresión concerniente a la plena utilización del trabajo no refleja, sin embargo, en completitud los efectos del abandono eventual del mercado de trabajo por parte de los trabajadores del sector “tradicional”, una alternativa viable sería suponer que una parte del trabajo abandona el mercado tal que: − zˆ g = λ g ˆ ˆ j zg j −λg i z g i 18 zˆ g j − zˆ g i = ε i j g (wˆ g j − wˆ g i ) (15) Finalmente, en cada uno de los sectores nacionales, el sector de producción de bienes de demanda final xj y el sector de producción de bienes de demanda intermedia xi, se presenta una evolución de la demanda de trabajo diferente que debe ser explicada en términos de sus respectivas productividades. En el sector de producción de bienes intermedios la evolución de la demanda de trabajo estará directamente relacionada con el salario real, tal que si consideramos γ i como la elasticidad de la productividad marginal del trabajo podríamos establecer que: zˆ g i = −γ i (wˆ g i − pˆ g i ) (16) Mientras que en el sector de producción de bienes de demanda final, la demanda de trabajo puede asociarse al curso de la productividad â g j y a la evolución de la cantidad producida x̂ j , tal que: zˆ g j = aˆ g j + xˆ j = −ϑm jσ j (wˆ g j − pˆ m ) − xˆ j (17 ) El sistema de ecuaciones compuesto por las expresiones [13]-[17] define el comportamiento de la economía en función de tres variables endógenas: las retribuciones sectoriales del factor trabajo ŵg j y ŵg i , así como del curso del precio del producto final p̂ j , dado el precio del bien importado p̂m . En el equilibrio, un aumento del precio de las materias primas importadas pˆ m > 0 , supuesto que se mantiene constante el precio de los bienes intermedios exportados pˆ i = 0 , permite expresar el descenso del gasto en el consumo (y la producción) de x̂ j en términos de la reducción de la demanda de trabajo derivada. Así, si xˆ j = −ϑm j pˆ m refleja el descenso del consumo y la producción asociados a un aumento del precio del input importado, su repercusión en términos de la demanda de trabajo sería: zˆ j = −ϑm jσ j (wˆ g j − pˆ j ) − ϑm pˆ j 19 que simplificada sería: zˆ g j = −ϑm jσ j wˆ g j + ϑm j pˆ m (σ j − 1) (18) si sustituimos [18] en el sistema de ecuaciones [13]-[17] obtendríamos el siguiente sistema: − λg iγ g i wˆ g i − λ g jϑm jσ j wˆ g j = λg jϑm j (1 − σ j )pˆ m − λ g iγ g i pˆ j (19) (γ (20) gi + εi j g )wˆ − (ϑ gi m j + εi j g )wˆ gi = ϑm j (1 − σ j )pˆ m + γ g i pˆ i (21) ϑg j wˆ g j − pˆ j = −ϑm j pˆ m Tal que, para una modificación de los precios importados pˆ m > 0 , supuesto que los precios de los productos intermedios nacionales no varían pˆ i = 0 , permite una resolución simple, donde las retribuciones relativas del trabajo en cada sector de la economía nacional vendrían determinados por: wˆ g j = 1 γ g iϑm j (σ j − 1)+ λg jϑm j (σ j − 1) ε i j pˆ m g Det D1 wˆ g j = 1 λg jϑm j (σ j − 1) ε i j pˆ m g Det D1 (22 ) (23) donde el valor del determinante D1 sería: Det D1 = γ g iϑ m jσ j + (λ g i γ g i + λ g jϑ m jσ j ) ε i j g en todo caso positivo. A partir del supuesto de una variación del precio del factor de producción importado pˆ m > 0 , las expresiones [22] y [23] permiten analizar el efecto de la elasticidad de sustitución intersectorial sobre los ajustes del precio del factor trabajo requeridos por un ajuste del proceso de desequilibrio provocado por la variación del precio del input importado. 20 [ ] d wˆ g j 1 ϑm j (σ j − 1)(γ g i + λg jε i j ) = d pˆ m Det D1 cuyo signo depende inequívocamente del valor de la elasticidad de sustitución intersectorial de los factores trabajo “g” e input intermedio importado “m”. Tal que: d wˆ g j mayor menor o igual a 0, para σ j mayor menor o igual a 1. d pˆ m Otro tanto podemos aventurar en relación con la influencia sobre el precio del factor trabajo en el sector de producción del bien intermedio nacional. [ d wˆ g j 1 λg jϑm j (σ j − 1) ε i j = d pˆ m Det D1 ] donde, en condiciones similares al caso precedente, podemos establecer que: d wˆ g i mayor, menor. o igual a 0, para σ j mayor, menor, o igual a 1. d pˆ m La influencia del valor de la elasticidad de sustitución intersectorial del trabajo entre la actividad de producción de bienes intermedios domésticos y bienes finales es igualmente significativa, satisfaciéndose que: d wˆ g j ∂ d pˆ m < 0 ∂ε i j para las variaciones del salario en el sector de producción de bienes finales xj, y que: d wˆ g i ∂ ˆ d p m >0 ∂ε i j para las variaciones del salario en el sector de producción de bienes intermedios domésticos xi. La conclusión no puede ser más obvia: si la elasticidad de sustitución interfactorial es mayor que la unidad (σj > 1) , el “efecto sustitución” de m por g es mayor que el “efecto 21 producto” derivado de la reducción en la producción del bien de consumo, y cuanto menor sea el valor de ε i j g (elasticidad de sustitución intersectorial) mayor sería la subida salarial exigida para ajustar el mercado de trabajo al equilibrio general 12. En este sentido cada equilibrio del comercio exterior, y cada relación de precios relativos de los inputs y los outputs en la economía abierta, determina un precio relativo de los factores, en general, y del factor trabajo en particular, para cada valor de la elasticidad intersectorial de sustitución del trabajo. Por el contrario, para valores similares de la elasticidad de sustitución interfactorial σj > 1, en el caso del análisis evolutivo de los salarios en el sector de la producción de bienes intermedios domésticos, cuanto menor la elasticidad de sustitución intersectorial ε i j g menor el incremento de los salarios provocado por un aumento del precio del input externo p̂m . Los efectos contrapuestos permiten concluir que el diferencial salarial correspondiente a los sectores que compiten por el trabajo, se refuerzan ya que: ( wˆ g j − wˆ g i ) = [ ] 1 γ g iϑm j (σ j − 1) pˆ A Det D1 (24) Donde con toda evidencia se satisface que: ∂ (wˆ g j − wˆ i ) ∂ εi j < 0 g Las retribuciones relativas del trabajo, dado un valor expreso de la elasticidad de sustitución factorial σj , se relacionan inversamente con la elasticidad de sustitución intersectorial del trabajo ε i j g . Por otra parte, la resolución del sistema de ecuaciones en términos del precio del producto xj, bien de consumo doméstico, proporciona una expresión de la relación entre la evolución del precio del producto importado y el precio del producto de demanda final. 12 En igual forma se podría argumentar cuando σj < 1 pero en el contexto de un descenso de los salarios relativos. 22 pˆ j = ϑm j Det D1 {(σ j [ ] − ϑg j )γ g i + λ g iγ g i + λg j (σ j − ϑg j ) ε i j }pˆ m (25) Con independencia del hecho de que deba cumplirse inequívocamente que: wˆ g j < pˆ j < pˆ m La expresión [25] permite subrayar que la repercusión de las variaciones del input importado p̂m sobre el precio del producto de demanda final nacional p̂ j depende de los valores de los parámetros σj y de εij. Con carácter general, y sin perjuicio de la influencia de la elasticidad de sustitución factorial σj , en relación con las características estructurales del sistema productivo ϑg j , puede concluirse que cuanto menor sea la especificidad del factor y mayor la elasticidad de sustitución intersectorial ε i j g tanto mayor la posibilidad de que un aumento del precio del factor importado p̂m > 0 se transmita al precio del producto final doméstico. Concluyentemente, los precios relativos de los productos y las retribuciones relativas de los factores se ven profundamente alteradas por la estructura productiva de cada país. No existe, en tales condiciones, ninguna garantía para el cumplimiento de la biunicidad generalizada entre dotaciones de factores, precios de productos y producciones relativas, y por lo mismo no podemos establecer pautas de especialización comercial inequívoca, como no podemos garantizar efectos redistributivos ni tendencias a la equiparación relativa de las retribuciones factoriales entre economías a través del comercio internacional. Alternativamente, parece probado que la elasticidad de sustitución intersectorial del factor productivo relevante (en nuestro caso el trabajo) es un condicionante estructural, junto con la elasticidad de sustitución factorial, de primera magnitud en el análisis de las consecuencias del comercio internacional sobre las producciones relativas y la capacidad de las economías para aprovechar las ventajas del comercio internacional. Resta por saber cómo medir la elasticidad de sustitución intersectorial del trabajo y, una vez identificados los valores específicos para cada sector, cuáles podían 23 ser las consecuencias sobre la especialización, el comercio internacional, la retribución factorial y el crecimiento económico. Bibliografía. Bulow J. I. y Summers L. H. (1986): “A theory of dual labor markets with application to industrial policy discrimination and Keynesian unemployment”, Journal of Labor Economics, 4, Pg. 376-414. Casas F. (1984): “Imperfect Factor Mobility: A Generalization and Synthesis of two Sector Models of International Trade”, Canadian Journal of Economics,4, Pg. 747-761. Copeland B. R. (1989) “Efficiency Wages in a Ricardian Model of International Trade”, Journal of International Economics, 27, Pg. 221-244. Eaton J. (1987): “A Dynamic Specific Factors Model of International Trade” Review of Economic Studies, 54, Pg. 325-338. García Cebro J.A. 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