Para una buena comunicación

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Reflexión de la dinámica
Para una buena comunicación
¿Cómo estoy?
Se reúnen en plenario y el
animador pregunta:
¿Qué nos enseñó este
ejercicio?
Hacer dos columnas:
¿Cómo me siento
en casa?
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Feliz
Incomprendido
Oculto fastidio
Apreciado
Solo
A disgusto
Vigilado
¿Cómo me siento con mis
amigos?
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Admirado
Incomprendido
Muy a gusto
Tímido
Temido
Solitario
Querido
Criticado
¿Cómo se sintieron al
comunicar su reflexión?
¿Cómo se sintieron al
escuchar a los demás?
¿Vale la pena compartir
nuestros sentimientos,
inquietudes, deseos, ideales…?
Se le entrega a cada persona una copia del documento.
Cada uno reflexiona en silencio y marca con una X la situación en que cree encontrarse, o
se pueden señalar cinco variantes de uno (nada) a cinco (mucho).
Se busca a una persona de las más conocidas y comparten el trabajo que hicieron diciendo
por qué se sienten así.
Finalmente cada pareja busca a otra pareja y entre los cuatro se comunican el resultado
de su reflexión.
Iluminación
La comunicación
El hecho fundamental de la existencia no es la persona, ni siquiera el conjunto de personas, sino
la comunicación entre las personas. La comunicación hace referencia a toda interacción, a
diferentes niveles de relación a través de los cuales se intercambian ideas, sentimientos,
emociones, bienes, etc. La comunicación es un fenómeno social.
Comunicación e información
Es importante diferenciar entre los conceptos de
comunicación e información. Cuando hablamos
de información nos referimos exclusivamente al
conjunto de datos, hechos o acontecimientos
percibidos, recogidos, registrados o acumulados,
con independencia de que vayan a ser
comunicados o utilizados. Por el contrario, la
comunicación se refiere al hecho mismo de la
transmisión. Por tanto, la información es el mensaje y la comunicación es el proceso de
transmisión.
Proceso de la comunicación
Es importante tener en cuenta el carácter de
proceso que tiene la comunicación, ya que esto
implica que la comunicación es algo dinámico,
cambiante y continuo, que se halla en movimiento
y que sus componentes interaccionan continuamente, es decir, cada uno de ellos influye sobre los
demás.
En la comunicación intervienen esencialmente
una serie de elementos: emisor, receptor,
código, mensaje, canal y situación o contexto
social.
El emisor hace referencia a la persona o
grupo que produce un mensaje, mientras
que el receptor es la persona o grupo que
lo recibe. Es importante destacar que
emisor y receptor intercambian continuamente sus papeles, convirtiéndose el
emisor en receptor y viceversa.
El código es el sistema de signos que se
combinan mediante reglas conocidas
tanto como por el emisor como por el
receptor para comunicarse.
El mensaje es la idea, concepto o
sentimiento que el emisor envía al
receptor.
El proceso comunicativo siempre se encuadra en una situación o contexto social, es decir, en una
serie de circunstancias que permiten interpretar el mensaje.
El emisor intercambia un mensaje con el receptor a través de un canal utilizando un código (lenguaje)
común. El emisor no debe perder contacto con el oyente para que no cese la atención. La sencillez en
el estilo es fundamental si se aspira a establecer una buena comunicación.
Comunicación verbal y no verbal
Hay que diferenciar entre comunicación
verbal y no verbal. Sólo una pequeña parte de la
conducta comunicativa es verbal, mientras que
la mayor parte es conducta no verbal.
Se puede generalizar diciendo que el 93% del
impacto de la totalidad de un mensaje es transmitido por los componentes no verbales de la
comunicación.
La comunicación no verbal afecta sobre todo al
aspecto de la relación personal.
Los canales comunicativos no verbales serían:
auditivo (aspectos no verbales del habla: tono,
intensidad, volumen, entonación); visual
(expresión facial, gestos y movimientos del
cuerpo, distancia interpersonal…); tacto, olfato,
etc.
Comunicación grupal
Al hablar de comunicación nos referimos también a las relaciones entre miembros de un grupo que se
clasifican por las comunicaciones que se cruzan. Los miembros de un grupo intercambian ideas, afectos e informaciones y sostienen conversaciones más o menos redundantes o banales. Y esto lo hacen
por medio de diferentes redes de comunicación.
Las redes afectan a la forma en que se resuelven los problemas, a la eficiencia y a los sentimientos de
los grupos.
Comunicación interpersonal: contenido intelectual y afectivo
La comunicación interpersonal es un proceso extraordinariamente complejo, pero resulta
esclarecedor considerar la comunicación como un proceso bidimensional con un contenido
doble: intelectual y afectivo.
El contenido intelectual está constituido por el
mensaje explícito que transmite el emisor y lo
transmite tanto a través del lenguaje verbal
como del escrito. Cuando nos comunicamos,
además del mensaje explícito, también transmitimos un cierto elemento afectivo a través del
cual expresamos nuestra actitud, nuestro estado
de ánimo, nuestra disposición.
El componente afectivo lo transmitimos a través
de medios muy diversos: el tono de voz, la
mirada, gestos faciales y corporales, etc.
Nuestro intento de comunicación interpersonal
se encuentra frecuentemente bloqueado por
ciertas barreras que dificultan la comunicación.
Algunas de estas barreras son ciertas actitudes
como desconfianza, temor, inseguridad, la
interpretación personal que se hace de los
mensajes, las discrepancias entre mensajes
verbales y no verbales, la tendencia a establecer
interferencias, mensajes mal estructurados o
ambiguos, defectos en los canales de
comunicación en cadena, falta de atención,
estereotipos…
Destrezas de comunicación
De aquí se desprende la gran importancia que tiene manejar adecuadamente las destrezas de
comunicación. El líder debe prever todas las barreras que se presenten a su comunicación para poder
solucionarlas, así como ser un hábil comunicador capaz de hacer llegar el mensaje a su audiencia.
También tendrá que favorecer en su grupo redes de comunicación que favorezcan la cohesión y
permitan al grupo alcanzar el objetivo propuesto, y estar atento a los mensajes que el grupo le envía
mediante la comunicación no verbal para saber interpretarlos correctamente.
Para profundizar en el análisis
Vamos a realizar una práctica de comunicación profunda.
Se pide a las personas que ubiquen un momento importante que ha marcado la última etapa de su
vida, que piense en él durante unos cinco minutos y que al final conteste a las siguientes preguntas:
¿Qué sentimientos
tuve en ese
momento?
¿Qué produjo esos
sentimientos?
¿Qué hice con esos
sentimientos?
Iluminación Bíblica
La multiplicación de los panes (Marcos 8:1-10)
¿Por qué decide Jesús buscar comida para los seguidores?
¿Cómo integra Jesús el sentimiento en sus ideas?
¿Cómo aparece el sentimiento y las ideas de los discípulos?
¿Cómo imaginas que se sintió cada uno de los personajes?
Compromiso
Recomendamos que el joven vaya acostumbrándose a escribir cotidianamente lo que va sintiendo
para detectar, al cabo de un tiempo, cómo va interpretando los acontecimientos de su vida.
Esta práctica lo introducirá paulatinamente en el discernimiento de su vida. Las preguntas clave para
escribir sus sentimientos son:
¿Qué sentimientos o ideas tengo?
¿De dónde vienen esos sentimientos o ideas?
¿Hacia dónde me llevan?
Celebración
Se enciende una vela en el centro del grupo y se pide que compartan y agradezcan a Dios lo que han
aprendido en esta reunión.
Evaluación
Podemos preguntar cómo les está ayudando el escribir sus sentimientos y cómo les puede
ayudar esta reflexión a crecer en su vida.
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