Maite Izquierdo - Instituto Roche

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Medicina Individualizada y cáncer
NOTA DE PRENSA
La farmacogenética abre una vía esperanzadora
en el tratamiento del cáncer
o
Aún son necesarios diagnósticos más precoces, grandes campañas de
prevención y desarrollo de nuevos fármacos para mejorar los resultados
obtenidos hasta la fecha.
o
En la actualidad se apuesta por la utilización de agentes citotóxicos más
eficaces y mejor tolerados, el desarrollo de fármacos citostáticos
destinados a detener la progresión de la enfermedad y tratamientos
ajustados a cada paciente a partir de un diagnóstico más preciso.
Santander, 15 de Septiembre de 2004
En las últimas décadas los avances en el tratamiento del cáncer han permitido obtener
medicamentos más específicos y mejor tolerados que han logrado evitar algunos de
los efectos secundarios habituales de la quimioterapia antineoplásica y han
aumentado las probabilidades de supervivencia. Aun así, el número de pacientes que
obtienen beneficios con los tratamientos actuales continúa siendo muy reducido. “El
principal inconveniente es la enorme heterogeneidad en la respuesta individual a los
tratamientos, tanto en lo que respecta a la eficacia de los mismos como en lo que se
refiere a su grado de toxicidad –ha explicado hoy Eduardo Díaz-Rubio, jefe del
Servicio de Oncología Médica del Hospital Clínico San Carlos, de Madrid y director del
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Plan Integral contra el Cáncer, en el transcurso de la tercera jornada del Seminario
que patrocina el Instituto Roche en el marco de los cursos de verano de la UIMP.
El cáncer ocupa el segundo lugar entre las causas de muerte más frecuentes en los
países industrializados. Esta situación ha llevado a la comunidad científica a
replantearse cuál ha de ser la estrategia de tratamiento. En la actualidad se apuesta
por la utilización de agentes citotóxicos más eficaces y mejor tolerados y el desarrollo
de fármacos citostáticos destinados al control de la división y proliferación celular y, en
consecuencia, a detener la progresión de la enfermedad. “El uso conjunto de ambos
podrá deparar mejores resultados –ha señalado este especialista-, pero sobre todo el
tratamiento deberá ser ajustado a cada paciente, dirigido y guiado gracias a un
diagnóstico más preciso de los factores biológicos y moleculares.”
La aplicación de la tecnología genómica al desarrollo de fármacos mediante el empleo
de marcadores biológicos (ADN o ARN) para predecir la respuesta individual –lo que
conocemos como Farmacogenómica- abre una vía esperanzadora a este respecto.
Asimismo la biopsia del tejido tumoral puede permitir el análisis del comportamiento de
las células tumorales en modelos animales. Ello, unido a los análisis de estudio de
mutaciones de genes y a estudios patológicos más precisos de inmunohistoquímica
están contribuyendo a un mejor conocimiento de los factores pronóstico y, sobre todo,
de los factores predictivos de respuesta, y en consecuencia, van a permitir en un
futuro próximo la individualización del tratamiento.
Todas estas nuevas posibilidades han comenzado a desarrollarse en tumores tan
frecuentes y prevalentes como el cáncer de mama, el de pulmón y el de colon.
En
lo
que
respecta
al
cáncer
de
mama,
la
mortalidad
ha
disminuido
ininterrumpidamente desde 1990 debido, al menos, a dos avances surgidos en los
últimos 25 años: “por un lado, el uso generalizado de la mamografía para la detección
precoz
de la enfermedad; por otro, la administración de tratamiento sistémico
adyuvante, tanto hormonoterapia como quimioterapia, estrategia surgida del
reconocimiento de que el cáncer de mama es una enfermedad sistémica desde su
comienzo”, ha explicado Ana Lluch, Jefe Clínico del Servicio de Hematología y
Oncología Médica del Hospital Clínico Universitario de Valencia.
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En la última década se han producido cambios importantes en los paradigmas para su
prevención, detección y tratamiento. Además del progreso realizado en el campo
clínico, hemos asistido a un aumento espectacular de los conocimientos sobre la
biología del cáncer. Así, los estudios genéticos han permitido identificar subgrupos de
mujeres de alto riesgo de desarrollar la enfermedad y establecer programas de
quimioprevención con nuevas dianas terapéuticas. Actualmente están en fase de
desarrollo un gran número de agentes quimioterápicos, hormonales y biológicos que
han motivado un considerable optimismo de cara al futuro. Estos últimos se dirigen a
dianas moleculares especificas para los genes que se encuentran mutados y podrán
aparecer en próximos años como resultado de la investigación postgenómica. Por otro
lado, el tratamiento quirúrgico sigue evolucionando: hoy sabemos que los
procedimientos menos radicales son tan efectivos como la mastectomía radical. La
instauración de la tumorectomía e irradiación como tratamiento de elección para
cáncer de mama operable ha supuesto una mejora importante de la calidad de vida y
han reducido el impacto psicológico de la enfermedad. Los resultados son, pues,
prometedores.
En el caso del cáncer de pulmón, los esfuerzos por individualizar el tratamiento no
han dado los resultados deseados, y a pesar de los avances diagnósticos y
terapéuticos sólo un 14 por ciento de los pacientes diagnosticados sobreviven más de
cinco años. “Para avanzar en este campo son necesarios diagnósticos más precoces y
grandes campañas de prevención, así como la incorporación de los nuevos
conocimientos en medicina. Sólo así podremos mejorar, aunque sea discretamente,
los resultados obtenidos hasta la fecha”, ha señalado Juan Jesús Cruz, jefe del
Servicio de Oncología Médica del Hospital Clínico de Salamanca.
En cuanto al cáncer de colon, en los últimos años el empleo de nuevas
combinaciones de fármacos en el tratamiento de la enfermedad localmente avanzada
no resecable y de la enfermedad metastásica ha logrado aumentar la mediana de la
supervivencia. A ello también han contribuido la cirugía de las metástasis por equipos
especializados, que además ha permitido la curación de algunos pacientes, la baja
mortalidad de los procedimientos quirúrgicos, el mejor tratamiento de soporte de los
pacientes y el excelente nivel de calidad de que disfruta la Oncología Médica en
nuestro país. “Sin embargo –ha explicado Alfredo Carrato, jefe del Servicio de
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Oncología del Hospital de Elche- aún quedan muchos aspectos por mejorar: por
ejemplo, aún no somos capaces de identificar a los pacientes que ya están curados
con la cirugía y no precisan un tratamiento adyuvante, que sólo aportaría una toxicidad
innecesaria; ni tampoco a aquellos con enfermedad metastásica que no van a
responder o experimentar una toxicidad excesiva con una determinada combinación
de fármacos. Igualmente sería de gran ayuda el poder definir con precisión qué
población tiene mayor riesgo de desarrollar la neoplasia y así poder centrar sobre ellos
los programas de prevención primaria, secundaria y consejo genético.”
“Nuestro reto -ha afirmado este especialista- es conocer cuál es el uso individual del
armamentario terapéutico de que hoy disponemos para poder ofrecer la terapia más
idónea a cada caso.”
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